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CAP_3[1] caso clinico

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De: Ignacio Zerimar - Noel J. Ramírez ©. En. La electrocardiografía basada en cuento y poesía. 
1ra Ed. Tarixa Libros, Buenos Aires, 2013. 
CAPITULO III 
 
Efecto serpentina 
 
 
 
 
 
 
 
 Como era mi día de guardia, esa noche me quedé en el hospital. 
Después de actualizar algunas indicaciones para algunos pacientes nos 
fuimos a cenar, pero cuando ya habíamos terminado nos llamaron de 
quirófano para ayudar en la atención de un paciente politraumatizado grave, 
eso nos retuvo en la sala de cirugía hasta pasada la medianoche. 
 Me animé a llamar a Andrea contándole lo que pasaba. 
 - Sigues siendo dulce!- me escribió en un mensaje de texto, mientras 
hablábamos. 
 - Ante tanta belleza no hay alabanza posible- repliqué. No me 
contestó. 
 Me sentía fuerte como el Missouri, pero sabía que moriría en el 
Niágara, en breve. Inicialmente agradecí que no me respondiese, pero 
hubiese querido que lo hiciese. Quería saber qué estaba pensando. Me aislé 
en mi timidez, subí a la terraza del hospital. 
 
 La inmensa bóveda estaba salpicada de estrellas, 
 el viento suave soplaba mi rostro. 
 Sentía su ausencia en la noche infinita, 
 recordaba nuestro amor juvenil 
 interrumpido cuando estaba en ciernes. 
¡ 
 ¡Te había buscado tanto, tanto tiempo! 
 Guardo todos los regalos tuyos 
 ¿Conservarás los míos? 
 Quedaron en mi memoria tus besos. 
 
 ¿Recordarán tus labios aquello? 
 
 
De: Ignacio Zerimar - Noel J. Ramírez ©. En. La electrocardiografía basada en cuento y poesía. 
1ra Ed. Tarixa Libros, Buenos Aires, 2013. 
 La distancia hubo de separarnos 
 ¿Estarán unidos nuestros corazones? 
 Tenemos profesiones distintas 
 ¿Nuestros objetivos serán diferentes? 
 Ella ahora, quizás duerme, 
 quisiera ser el guardián de sus sueños. 
 
 Tomé su tarjeta, vi su dirección: Pasaje de la Cárcova N°… ¿¡Qué!? 
¡No puede ser! -pensé-. Yo vivía a la vuelta de ese pasaje de hace más de 15 
años ¡Nunca me hubiese imaginado que viviésemos tan cerca uno del otro y 
que nunca nos hubiésemos encontrado ni en la calle, ni en el supermercado, 
ni en la panadería ¡Ah! ciudad inmensa que minimizas a tus habitantes, te 
los tragas, los escondes en departamentos, los aíslas en bloques, los haces 
vivir absortos en sus cosas, ajenos de todo lo que nos rodea. Me imaginaba a 
tu lado diciéndote: 
 Ven vagabunda mía, 
 Siéntate a mi lado, 
 Dame tu perfume. 
 
 Ahora amo tu silencio, 
 Creer que piensas en mí, 
 Riega mi alma con rocío. 
 
 Permanece callada, te ruego, 
 No sabría responderte, 
 Evidenciarías mi desquicio. 
 
 Son tus labios cerrados, 
 La etiología perfecta, 
 De mi embeleso. 
 
 Si llegases a hablar, 
 Música emanarías, 
 Me desintegraría. 
 
 Me arrebata un sueño celeste, 
 Veo que duermo en tus brazos. 
 ¡Me muero, de vida! 
 Otro día. Ocho de la mañana. Pase de guardia. Se consideró el 
cuadro de la señora Carbonelli, el consenso fue el implante de un 
 
 
De: Ignacio Zerimar - Noel J. Ramírez ©. En. La electrocardiografía basada en cuento y poesía. 
1ra Ed. Tarixa Libros, Buenos Aires, 2013. 
marcapasos definitivo unicameral, tipo VVIR, yo habría de hacerme cargo de 
hablar con su apoderada. En tanto que para Josefina, se optó por indicarle el 
implante de un marcapasos definitivo bicameral, tipo DDDR. El resto de los 
pacientes internados no tenían conductas relevantes. Mis manos acariciaban 
el celular esperando que sonase, deseaba recibir una llamada, pero luego me 
di cuenta que tenía una razón excelente para hablar con Andrea y 
comentarle sobre la señora Carbonelli informándole de cuál fue nuestra 
decisión. Creí que habíamos terminado cuando escucho. 
 
 -Tengo que preguntarles por un paciente –dice mi viejo amigo Yen, 
chino, cardiólogo y ecocardiografista-. Es un joven de 21 años, sin 
antecedentes de nada, nunca, rugbier de hace 10 años en un equipo de la 
primera división de ellos. Vino a verme ayer para que le hiciese un 
ecocardiograma, porque se los están pidiendo desde este año a todos. En el 
monitor ECG del equipo vi que complejo QRS tenía cierta alteración, por lo 
que le hice un ECG el cual se los muestro ahora. Véanlo y díganme qué debo 
hacer. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 - ¡Hola, buen día! ¿Qué decidieron hacer con Concepción?- me 
 preguntó Andrea por un mensaje de texto. Esos minutos o segundos, 
mientras leía y releía el mensaje me abstraje completamente de mi entorno. 
 - ¿Qué crees que hay que hacerle, Manuel?- me preguntó alguno de 
los cardiólogos. 
 
- Ponerle un marcapasos ¡Sin lugar a dudas!- respondí 
inmediatamente, sin dudar ni pestañar. 
 - ¿¡Queeeé!?- dijeron varios al unísono. 
 - Bueno, yo estaba pensando en otra paciente, en la señora 
Carbonelli, en cómo iba a hablar con su abogada, Uds. saben lo pesados que 
son ellos -dije en tono serio y confundido. 
 
 
De: Ignacio Zerimar - Noel J. Ramírez ©. En. La electrocardiografía basada en cuento y poesía. 
1ra Ed. Tarixa Libros, Buenos Aires, 2013. 
 Todos se rieron de mí al ver mi cara de desconcierto, sentí que me 
había ruborizado al extremo.Indicarle un marcapasos a un rugbier no era lo 
que quise decir. Me había quedado enganchado con la idea de implantarle un 
marcapasos unicameral a la señora Carbonelli, cosa que pensaba decirle a 
Andrea apenas pudiera llamarla por teléfono; además, la idea de ir a cenar 
esa noche, ya empezaba a causarme cierta ansiedad; mis sentimientos, no 
habían cambiado. Su imagen se repetía persistentemente en mi cabeza, 
pensaba en qué podría decirle para halagarla, se me ocurrió estos haikus... 
 
Muchos arroyos 
 Hacen fuerte a la tierra. 
 A mí, tus manos. 
 
 Bajo la seda 
 De tus párpados pardos, 
 Duerme la luna. 
 
 Pude ver en ti 
 La alborada más bella, 
 Cuando sonreías. 
 
 Mi duda existencial era indubitablemente de difícil solución sensata. 
La mañana se tornaba muy complicada. No podía dejar de pensar en ella y 
aún tenía todo un día de trabajo; dos de mis compañeros, médicos de 
planta, estaban de licencia por vacaciones, tenía que dar unas clases a los 
alumnos pre-grado, ver la sala de internación, las interconsultas, y aún no 
había ni empezado… 
 
 - Bueno, parece que hoy perdimos un cardiólogo-. dijo el jefe del 
servicio sonriendo con picardía e interrumpiendo mis intentos poéticos. Me 
pregunté cómo pudo haberse enterado de lo que pasó anoche. Sabía que 
Inés además de ser una excelente enfermera tenía una vocación definida 
para encontrarme una pareja ¿habría sido ella? También podría ser que yo 
estuviera más sensible y me persiguiera solo. 
 
- Y como les decía, vi en el monitor del ecocardiógrafo, que los 
 complejos QRS se modificaban, -continuó Yen, con la presentación 
de su paciente deportista- . Por lo que le hice una tira de ritmo en la que se 
veía esto. 
una vocación definida para encontrarme una pareja ¿habría sido ella? 
También podría ser que yo estuviera más sensible y me persiguiera solo. 
 
 
De: Ignacio Zerimar - Noel J. Ramírez ©. En. La electrocardiografía basada en cuento y poesía. 
1ra Ed. Tarixa Libros, Buenos Aires, 2013. 
 - Y como les decía, vi en el monitor del ecocardiógrafo, que 
los complejos QRS se modificaban, -continuó Yen, con la presentación 
de su paciente deportista- . Por lo que le hice una tira de ritmo en la que se 
veía esto. 
 
 - ¿Por qué pasa eso?- preguntó un estudiante de 4to año de 
medicina. 
 - ¡Eh! ¡Qué lindo ejemplo de efecto serpentina!- dije, 
interrumpiéndolo, queriendo aparentar que estaba alerta. 
 - ¡Efecto serpen… qué!- dijo uno, al tiempo que soltaba una 
carcajada. 
 Definitivamente, hoy habían perdido un cardiólogo. A mí. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 - ¿Por qué pasa eso?- preguntó un estudiante de 4to año de 
medicina. 
 - ¡Eh! ¡Qué lindo ejemplo de efecto serpentina!- dije, 
interrumpiéndolo, queriendo aparentar que estaba alerta. 
 - ¡Efecto serpen… qué!- dijo uno, al tiempo que soltaba una 
carcajada. 
 Definitivamente, hoy habían perdido un cardiólogo. A mí.

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