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90_Digest_ jugo_ gastrico

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Dr. Fernando D. Saraví 
 
El proceso digestivo que se inicia en la boca 
continúa en el estómago. El epitelio gástrico 
consta de una porción superficial y de una 
porción profunda, formada por las denominadas 
criptas gástricas. Cada cripta consta de un cuello 
y una glándula. 
Diariamente el estómago produce cerca 
de 2000 mL de jugo gástrico, aproximadamente 
isotónico con el plasma. El jugo gástrico es la 
secreción más ácida producida por el cuerpo 
humano. 
 
EL EPITELIO GÁSTRICO 
 
El epitelio superficial y las glándulas difieren en 
sus productos secretorios. Además, la secreción 
de las glándulas gástricas varía según la región 
del estómago. Los principales tipos de células del 
epitelio gástrico se muestran en la Fig. 1. 
El epitelio superficial y del cuello de las 
criptas gástricas se caracteriza por secretar 
mucinas que recubren la superficie epitelial y 
producir una secreción alcalina. 
 Las glándulas de la pequeña región 
cardial, próxima al esófago, secretan mucus. El 
epitelio de las glándulas gástricas del cuerpo 
gástrico secreta un líquido con una elevada 
concentración de ácido clorhídrico (responsable 
del bajo pH de la luz gástrica), las proenzimas 
pepsinógenos, la enzima lipasa y dos proteínas 
importantes para el transporte y la absorción de 
vitamina B12, llamadas haptocorrina y factor 
intrínseco. Las glándulas del cuerpo gástrico 
poseen células principales que secretan 
pepsinógeno y lipasa, y células parietales u 
oxínticas, que secretan HCl y factor intrínseco. 
Las glándulas del antro poseen células 
principales pero carecen de células oxínticas y, en 
consecuencia, no producen HCl. En cambio, 
abundan en células endocrinas G y D, que 
segregan respectivamente gastrina y 
somatostatina hacia el torrente sanguíneo. 
 
 
Tabla 1: Secreción del epitelio 
gástrico superficial. 
Electrolito Concentración 
(mmol/L) 
Na+ 155 
K+ 15 
Ca2+ 3 
Cl- 125 
HCO3
- 45 
H+ 2.1 .10-5 
(pH 7.67)* 
*Para pCO2 = 40 mmHg. 
 
Secreciones digestivas 2: 
Jugo gástrico 
 
Posgrado-00
Sello
2 
 
COMPOSICIÓN DEL JUGO GÁSTRICO 
 
El jugo gástrico es una mezcla de las secreciones 
del epitelio superficial y de las glándulas 
gástricas. Como se dijo antes, la secreción del 
epitelio de superficie es alcalina. La razón es que 
posee una concentración de bicarbonato de ~ 45 
mmol/L, superior a la concentración de 
bicarbonato plasmática de 24 mmol/L (Tabla 1). 
La secreción de las glándulas del cuerpo 
gástrico posee alta concentración de HCl. Es 
escasa en condición basal, pero aumenta mucho 
por diferentes estímulos. Por esta razón, la 
composición del jugo gástrico varía con la tasa 
de secreción (Fig. 2). 
Con baja tasa, el componente secretorio 
superficial domina la composición, en tanto que 
con tasas elevadas (estimuladas), predomina la 
composición de las secreciones de las glándulas. 
El cambio más obvio es la caída de [Na
+
] y la 
elevación de [H
+
]. 
El jugo gástrico posee siempre una [K
+
] 
superior a la plasmática, por lo cual los vómitos 
profusos, además de provocar baseosis 
metabólica por pérdida de H
+
, pueden causar 
hipokalemia. 
 Los principales componentes orgánicos 
del jugo gástrico son los pepsinógenos, las 
mucinas y el factor intrínseco. 
 
 
 
SECRECIÓN DE ÁCIDO CLORHÍDRICO 
 
La tasa de secreción de HCl depende del número 
total de células parietales (~ 10
9
 en el estómago 
humano normal) y de su estado de estimulación. 
Basalmente se produce 1 a 5 mmol/h. Con 
estímulos intensos puede llegar a 40 mmol/h. En 
total, se secretan diariamente 400 mmol de HCl, 
lo que representa una media de ~ 17 mmol/h. 
La célula oxíntica no estimulada presenta 
una red de vesículas tubulares y un canalículo 
intracelular. Cuando la célula se activa, las 
vesículas se fusionan con el canalículo, 
aumentando enormemente la superficie apical de 
la célula (Fig. 3). En esta superficie se produce 
la secreción de H
+
 y Cl
-
. 
 
Mecanismo de secreción 
El H
+
 y el Cl
- 
que formarán HCl en la luz gástrica 
son secretados por las células parietales 
paralelamente, pero por diferentes mecanismos 
(Fig. 4). El Cl
- 
ingresa a la célula parietal por la 
membrana basolateral, principalmente en 
intercambio con bicarbonato mediante un 
intercambiador aniónico electroneutro. El Cl
-
 
intracelular abandona la célula por la membrana 
apical hacia la luz glandular a favor del gradiente 
electroquimico por canales iónicos (CFTR, y 
ClC2) y probablemente por un intercambiador 
aniónico (SLC26A9). 
3 
 
 Los protones que van a secretarse son 
producidos intracelularmente a partir de H2O y 
CO2 por la anhidrasa carbónica (tipo II). El 
bicarbonato producido es extraído en intercambio 
con Cl
- 
por el intercambiador aniónico ya 
mencionado, que cumple entonces la doble 
función de incorporar cloruro y extraer el 
bicarbonato producido por la acción de la 
anhidrasa carbónica. El HCO3
-
 transferido al 
intersticio pasa al torrente sanguíneo. Cuando 
está activado el proceso secretor de HCl, la 
cantidad de bicarbonato producido aumenta el pH 
de la sangre venosa gástrica (es la denominada 
marea alcalina). 
 
H, K-ATPasa 
La secreción de H
+
 se realiza por un transporte 
activo primario de tipo electroneutro, que 
incorpora a la célula 1 K
+
 por cada H
+
 que es 
secretado. Por tanto, es necesario que exista K
+
 
en la luz glandular para que sea posible la 
secreción de protones. Como se notó antes, la 
concentración de K
+
 del jugo gástrico es siempre 
mayor que la plasmática. El K
+
 ingresa a la célula 
en forma activa, por acción de la Na, K- ATPasa 
de la membrana basolateral. Sale por la 
membrana apical en forma pasiva, por canales de 
K
+
 KCNQ1 y Kir. El canal KCNQ1 tiene 
normalmente baja conductancia en medios 
ácidos, pero en la célula parietal está ligado a una 
subunidad reguladora (KNCE2) que le permite 
conducir K
+
 eficazmente hacia el medio ácido de 
la luz glandular. 
La H, K-ATPasa o bomba de protones 
gástrica pertenece a la familia de ATPasas tipo 
P2, a la cual pertenecen también la Na, K-ATPasa 
y la Ca-ATPasa del retículo endoplásmico/ 
sarcoplásmico (SERCA). El ATP necesario para 
el funcionamiento de la bomba es 
provisto por numerosas mitocondrias 
que ocupan ~ 40 % del volumen de la 
célula oxíntica. 
La H, K-ATPasa consta de 
dos subunidades llamadas  y . La 
subunidad  posee 1035 aminoácidos, 
tiene diez segmentos que atraviesan la 
membrana, sitios de unión a H
+
 y K
+
, 
un dominio intracelular de 
fosforilación (dominio P), un dominio 
propulsor o activador (dominio A) y 
un dominio de unión a nucleótidos 
(dominio N); Fig.5 A. la subunidad , 
de 290 aminoácidos, tiene un solo 
segmento transmembrana y su 
porción extracelular está fuertemente 
glicosilada. La subunidad  
contribuye al plegamiento correcto de 
la subunidad , a su estabilidad y a su 
direccionamiento hacia la membrana. En la 
membrana apical, la H,K-ATpasa se dispone en 
tetrámeros ()4. 
Mediante ciclos de fosforilación y 
defosforilación de la subunidad catalítica (), se 
producen cambios de conformación entre dos 
estados, llamados E1 y E2 (Fig. 5 B). Dos H
+
 (en 
realidad dos hidronios, H3O
+
) son ligados en el 
estado E1 juntamente con ATP; la fosforilación 
causa la transición al estado (H
+
)2E2P y se libera 
el ADP. Los H
+
 son liberados a la luz y E2P liga 2 
K
+
 de la luz. Los K
+
 son transferidos al 
citoplasma y se libera el fosfato, pasando la 
unidad catalítica al estado (K
+
)2E2
 
, que liga ATP, 
libera los K
+
 y se liga a 2 H
+
 como (H
+
)2E1ATP, 
reiterando el ciclo. 
Una de las características más notables de 
la H, K-ATPasa gástrica es su capacidad de 
mantener la secreción de H
+
 en contra de un 
enorme gradiente electroquímico. En efecto, con 
tasas máximas de secreción la concentración de 
[H
+
] luminal puede superar 100mmol/L (pH 1), 
que es un millón de veces mayor que la 
intracelular (0.0001 mmol/L, pH 7).Dado que el 
ciclo de reacciones de intercambio de H
+
 y K
+
 de 
la H, K-ATPasa es potencialmente reversible, 
debe de existir un mecanismo que asegure que el 
sentido de bombeo se mantenga, incluso con 
elevada concentración luminal de protones. Esto 
es posible gracias a una interacción entre las 
subunidades  y . Además de las funciones ya 
citadas, el extremo N-terminal de la subunidad 
estabiliza a la subunidad  en el estado E2P, 
de baja afinidad por H
+
 y alta afinidad por K
+
, 
que permite que la transferencia de H
+
 sea 
unidireccional (Fig. 6 A). Este efecto de la 
4 
 
subunidad  se ha comparado con la de un 
trinquete o lengüeta mecánica que permite que 
un engranaje gire solamente en un sentido (Fig. 6 
B). 
 
Efectos de la estimulación 
En la célula oxíntica en reposo, la mayor parte de 
las unidades de bombeo no se encuentra en la 
membrana apical, sino en un sistema de 
membranas formado por vesículas y túbulos 
presentes en el citoplasma. 
Cuando la secreción ácida es estimulada, 
las membranas vésico-tubulares se fusionan con 
la membrana apical en un proceso dependiente de 
proteínas SNARE, en particular sintaxinas, 
VAMP2/8 y SNAP-25 (véase SINAPSIS). 
También participan las pequeñas GTPasas rab 
11a y 27b. Como resultado, aumenta hasta 10 
veces la superficie de la membrana apical en la 
forma de canalículos intracelulares continuos con 
la luz glandular (Fig. 3). 
Cuando desaparece la estimulación, la 
membrana que contiene las unidades de bombeo 
puede volver a formar túbulo-vesículas, 
probablemente mediante formación de fositas 
recubiertas de clatrina que son posteriormente 
internalizadas. 
 
Inhibidores de la bomba de protones 
Un grupo de fármacos en uso clínico a partir de 
1989 son inhibidores selectivos de la H,K –
ATPasa. El primero y más conocido es el 
omeprazol. Una vez absorbido en el tubo 
digestivo el fármaco alcanza la luz de las 
glándulas gástricas y, en medio ácido, se liga 
covalentemente a la H, K- ATPasa en los 
segmentos transmembrana 5 y 6, causando su 
inhibición irreversible. Los inhibidores de la 
bomba de protones inhiben la secreción basal y 
estimulada de HCl hasta en 90 % cuando se los 
utiliza apropiadamente y el efecto perdura por 
varios días. Han representado un gran avance 
para tratar condiciones en las que el HCl tiene un 
papel patogénico central, como la enfermedad 
ulcerosa péptica entre otras. 
 Más recientemente se han desarrollado 
inhibidores reversibles, como revaprazán, que 
bloquean el sitio que liga K
+
. Estos fármacos 
producen un grado de inhibición similar a los 
inhibidores irreversibles, pero el bloqueo no 
requiere medio ácido y se desarrolla más 
rápidamente, si bien asimismo su duración es más 
breve. 
 
 
 
 
Funciones del ácido clorhídrico 
1. Es un eficaz bactericida que elimina la 
mayor parte de las bacterias que ingresan al 
estómago. 
2. Desnaturaliza proteínas, lo cual favorece su 
ataque por proteasas. 
3. Activa el pepsinógeno a pepsina y le 
proporciona el pH óptimo para su acción 
proteolítica. 
4. Reduce el hierro dietario de Fe3+ (férrico) a 
Fe
2+ 
(ferroso), lo cual favorece su absorción 
en el intestino delgado. 
5 
 
 
REGULACIÓN DE LA SECRECIÓN DE HCL 
 
La secreción de HCl debe regularse de modo tal 
que el ácido cumpla sus funciones fisiológicas al 
mismo tiempo que se preserva la integridad de la 
mucosa esofágica, gástrica y duodenal. 
 La secreción de HCl es regulada por un 
complejo conjunto de señales que interactúan 
entre sí y convergen en la célula oxíntica. Estas 
señales incluyen: 
 
1. Neurotransmisores, como acetilcolina. 
2. Hormonas, como gastrina. 
3. Mediadores paracrinos, como histamina. 
 
Las tres sustancias mencionadas son todas 
estimulantes de la secreción de HCl – de hecho, 
los principales estimulantes – pero también hay 
inhibidores de la secreción, de los cuales el más 
importante es la somatostatina. 
 
Regulación nerviosa 
La acetilcolina, liberada por fibras 
posganglionares parasimpáticas y por neuronas 
intrínsecas, es un conocido estimulante de la 
secreción de HCl. Las células oxínticas poseen 
receptores muscarínicos M3. Estos receptores 
están acoplados por proteína Gq o G11 a la 
fosfolipasa C ligada a la membrana, de modo que 
su activación aumenta la síntesis de inositol 
trifosfato y de diacilglicerol. El diacilglicerol 
activa la proteína kinasa C y el inositol trifosfato 
estimula la liberación de Ca
2+
 del retículo 
endoplásmico. A su vez, el Ca
2+ 
se une a 
calmodulina y el complejo Ca
2+
-calmodulina 
activa la kinasa dependiente de calmodulina II 
(CaMKII). El principal efecto sobre la secreción 
de ácido clorhídrico parece deberse al aumento de 
la concentración intracelular de Ca
2+
. 
 Además de su efecto directo sobre las 
células parietales, la acetilcolina aumenta la 
secreción de HCl indirectamente, ya que estimula 
la liberación de histamina por parte de células 
enterocromafines y, en el antro, la liberación de 
gastrina por las células G. Además, en el cuerpo 
gástrico, la acetilcolina inhibe la secreción de 
somatostatina de las células endocrinas D. 
 Es posible que, además de receptores M3, 
participen en las respuestas a la acetilcolina 
receptores M1 y M5, que tienen igual mecanismo 
de señalización intracelular que los M3. Además, 
el péptido activador de la adenilato ciclasa 
pituitaria (PACAP) también se libera en 
respuesta a la descarga vagal y estimula la 
liberación de histamina. 
 Además del efecto directo sobre las 
células oxínticas, la acetilcolina estimula la 
liberación de histamina y gastrina, activando 
receptores muscarínicos de las células 
enterocromafines y las células G, 
respectivamente. 
 La descarga vagal también activa 
neuronas intrínsecas que liberan péptido 
liberador de gastrina (GRP). El GRP pertenece 
a la familia de la bombesina, un péptido 
inicialmente aislado del sapo Bombina bombina. 
El receptor para GRP pertenece a la familia de los 
receptores acoplados a proteína G y se denomina 
6 
 
BB2. La activación de estos receptores estimula la 
fosfolipasa C.
1
 
 Por otra parte, el péptido intestinal 
vasoactivo (VIP) es un inhibidor de la secreción 
de HCl que es liberado por neuronas intrínsecas 
frente a la llegada del quimo al duodeno. El VIP 
parece cumplir, en parte, la función de 
“enterogastrona” (factor intestinal inhibidor de la 
secreción ácida gástrica). 
 
Regulación hormonal 
La gastrina es secretada por las células G del 
antro gástrico y del duodeno. Las células G 
duodenales secretan principalmente la forma de 
34 aminoácidos (G34) y las células G antrales la 
forma de 17 aminoácidos (G17). Ambas formas 
actúan sobre receptores llamados CCK-2 ó 
 
1
 El GRP tiene múltiples efectos biológicos que no es 
posible tratar aquí con detalle. En el tracto digestivo, 
además de estimular la secreción de gastrina, acelera 
la evacuación gástrica, facilita la contracción de la 
vesícula y enlentece el tránsito intestinal. Estimula la 
secreción de insulina. Posee varios efectos sobre 
células inmunes y efectos tróficos sobre tejidos 
normales y neoplásicos. En la médula espinal, es un 
neurotransmisor en los aferentes que señalan prurito. 
En el sistema nervioso participa en causar saciedad, en 
la regulación de ritmos circadianos y temperatura, 
ansiedad, aprendizaje y memoria. 
CCKB, acoplados a proteína Gq, la cual activa la 
fosfolipasa C y aumenta el Ca
2+
 intracelular. Las 
células oxínticas poseen receptores CCK-2 y por 
tanto la gastrina puede estimular directamente la 
secreción de HCl. No obstante, al parecer el 
principal efecto secretagogo es indirecto, por 
estimulación de la liberación de histamina por 
las células enterocromafines,que también poseen 
receptores CCK-2. Además de su efecto agudo, la 
gastrina tiene un importante efecto trófico sobre 
las células parietales y enterocromafines. En 
condiciones en las cuales la gastrina plasmática 
se mantiene persistentemente elevada se produce 
una hiperplasia de la mucosa gástrica, que se 
asocia con un aumento de la capacidad secretoria 
de HCl (hiperclorhidria). 
 Como ya se dijo, la acetilcolina y el GRP 
aumentan la liberación de gastrina. Otros 
estímulos proceden del contenido de la luz. La 
presencia de aminoácidos (en particular 
fenilalanina), péptidos y Ca
2+
 en el antro, así 
como un pH > 2.5, estimulan la secreción de 
gastrina por un efecto directo sobre las células G. 
Dicho efecto es mediado por un receptor sensor 
de Ca
2+
 (CaSR), similar al presente en las células 
paratiroideas, que es sensible a todos los 
estímulos citados (Fig. 7 A). La disminución del 
pH antral inhibe la secreción de gastrina por un 
efecto directo sobre las células D y un efecto 
7 
 
indirecto mediado por somatostatina (ver más 
abajo). 
 La secreción gástrica de HCl es inhibida 
tras llegada de quimo ácido al duodeno. Hace 
tiempo se postuló que el efecto inhibidor era 
debido a una hormona intestinal que se llamó 
enterogastrona. Hoy se piensa que la función 
inhibitoria es el resultado de la acción conjunta 
de varias hormonas del intestino delgado: 
colecistokinina, secretina, somatostatina, 
neurotensina, péptido YY y péptido 
insulinotrópico dependiente de glucosa (GIP, 
antes llamado péptido inhibidor gástrico). En 
particular, la secretina liberada por el bajo pH 
luminal tiene un efecto inhibidor directo sobre la 
célula oxíntica y además inhibe la liberación de 
gastrina al tiempo que estimula la liberación de 
somatostatina. La llegada de ácidos grasos al 
duodeno estimula la liberación de colecistokinina 
y GIP. Ambas hormonas poseen un efecto 
inhibidor directo sobre las células parietales. El 
GIP, además, inhibe la liberación de gastrina. 
 
Regulación paracrina 
El principal regulador paracrino de la secreción 
de HCl es, sin duda, la histamina. Las células 
enterocromafines que la secretan se localizan en 
la región del estómago en la que existen células 
oxínticas. La histamina es sintetizada a partir del 
aminoácido histidina por la enzima histidina 
decarboxilasa. 
Las células enterocromafines no están en 
contacto con la luz gástrica, de modo que los 
estímulos para la liberación de histamina (o su 
inhibición) deben alcanzarlas desde el intersticio, 
ya sea como 
neurotransmisores, hormonas 
o factores paracrinos. 
La histamina activa 
receptores H2 presentes en las 
células oxínticas. Los 
receptores H2 pertenecen a la 
familia de GPCR y están 
acoplados a proteína Gs, por 
lo cual la histamina activa la 
adenilato ciclasa y aumenta la 
síntesis de cAMP. 
La histamina tiene un 
efecto sinérgico con otros 
agentes que estimulan 
directamente la secreción de 
HCl como acetilcolina y 
gastrina. Su importancia se 
evidencia porque el bloqueo 
de los receptores H2 puede 
suprimir hasta 70 % de la 
secreción diaria de HCl. Los 
antagonistas competitivos de receptores H2 – 
como ranitidina – son más eficaces en suprimir la 
secreción basal de HCl que la secreción 
estimulada, por ejemplo por la ingesta de 
alimentos. 
 Otro regulador paracrino de importancia 
es la somatostatina. La disminución del pH 
antral estimula las células D para secretar 
somatostatina, la cual, a su vez, inhibe la 
liberación de gastrina (receptores SST2). El 
efecto de la acidez antral sobre la liberación de 
somatostatina es, en parte, mediado por la 
activación de aferentes sensoriales que, además 
de informar al sistema nervioso centra, liberan 
localmente péptido relacionado con el gen de 
calcitonina (CGRP). 
En el cuerpo gástrico, donde las células D 
no están en contacto con la luz, la liberación de 
somatostatina es (paradójicamente) estimulada 
por la gastrina; este efecto puede interpretarse 
como un mecanismo intrínseco limitante de la 
sobreestimulación de las células oxínticas. 
En efecto, además de inhibir la liberación 
de gastrina en el antro, en el cuerpo gástrico la 
somatostatina ejerce un efecto inhibidor directo 
sobre las células parietales e indirecto porque 
reduce la liberación de histamina (Fig. 7 B). 
La prostaglandina E2 inhibe la secreción 
de HCl. Este efecto es mediado por receptores 
EP3 en las células parietales, que están acoplados 
a proteína Gi y por tanto reducen la síntesis de 
cAMP (acción opuesta a la histamina). Las 
prostaglandinas también reducen la liberación de 
histamina y de gastrina. 
En la Fig. 8 se presenta un esquema 
8 
 
integrado de la regulación de la secreción de HCl. 
 
SECRECIÓN DE PEPSINÓGENOS 
 
Los pepsinógenos son un grupo de proenzimas 
proteolíticas producidas por las células 
principales de las glándulas gástricas. Se 
clasifican en pepsinógenos tipo I, tipo II y 
catepsina E. Las células principales producen 
mayormente el tipo I. Los pepsinógenos tipo II 
son también producidos por las células 
principales y además por células mucosas del 
cuello de las glándulas gástricas. 
 Los pepsinógenos se almacenan en 
vesículas secretorias. Se liberan a la luz glandular 
de manera espontánea, pero la tasa de liberación 
aumenta hasta cinco veces cuando la secreción es 
estimulada. Este incremento es posible porque los 
pepsinógenos pueden secretarse por exocitosis 
compuesta. En esta forma de exocitosis, las 
vesículas no solamente se fusionan con la 
membrana plasmática, sino también unas con 
otras, de modo que pueden evacuar su contenido 
hacia la luz sin estar en contacto con la 
membrana plasmática. Esto permite una alta tasa 
de secreción a través de una pequeña superficie 
de membrana apical. La exocitosis compuesta se 
trata con mayor detalle en SECRECIONES 
DIGESTIVAS 3: JUGO PANCREÁTICO. 
Las células principales también secretan 
pro-quimosina, que en medio ácido forma 
quimosina (antes llamada renina), importante en 
lactantes, pues coagula la caseína de la leche y 
facilita su digestión. 
 
Activación de pepsinógeno a pepsina 
Una vez secretados, los pepsinógenos son 
activados en parte por el medio ácido (pH < 5.0), 
en el cual se elimina un fragmento de 44 
aminoácidos que bloquea el sitio 
catalítico de la enzima. Una vez que se 
ha producido algo de pepsina, ésta puede 
acelerar, en pH ácido, el corte del 
segmento catalítico de otras moléculas 
de pepsinógeno (Fig. 9). 
 La actividad de la pepsina 
formada depende también del pH. Su 
actividad óptima se alcanza (según el 
tipo específico de pepsina) entre pH 1.8 
y 3.5. La enzima se inactiva 
irreversiblemente si el pH es mayor de 
7.2. Fisiológicamente, la pepsina se 
inactiva cuando el quimo gástrico pasa al 
medio duodenal alcalino. 
 
Acción de la pepsina 
La pepsina pertenece a la familia de 
enzimas llamadas proteasas de aspartato, 
porque el mecanismo proteolítico requiere varios 
residuos de aspartato en el sitio activo para 
producir la rotura de un enlace peptídico. Tiene 
máxima eficacia para enlaces peptídicos que 
involucran los aminoácidos cíclicos fenilalanina, 
tirosina y triptófano. La pepsina es una 
endopeptidasa, lo que significa que desdobla 
proteínas en péptidos, sin causar liberación de 
aminoácidos. 
 
Regulación de la secreción de pepsinógenos 
La secreción de pepsinógenos está sujeta a una 
regulación excitatoria, excepto que bajas 
concentraciones de PGE2 pueden inhibir la 
secreción. 
 Los agentes estimulantes de la secreción 
de pepsinógenos se clasifican en aquéllos que 
estimulan la síntesis de cAMP y aquéllos que 
aumentan la concentración de Ca
2+
 en el citosol. 
 Entre los que aumentan la síntesis de 
cAMP están la secretina, el VIP, las 
catecolaminas (2-adrenoceptores) y la PGE2 en 
concentraciones mayores quela inhibitoria 
(receptores EP2). 
 Entre los agentes que aumentan la 
concentración de Ca
2+ 
en el citosol hay que 
mencionar la acetilcolina y la colecistokinina. 
A diferencia de las células oxínticas, las células 
principales tienen receptores CCK-1 (CCKA) que 
tienen mucho mayor afinidad por la 
colecistokinina que por la gastrina. 
 La acetilcolina es particularmente 
importante en estimular la secreción de 
pepsinógenos, pues además de su efecto directo 
tiene efectos indirectos derivados de la 
estimulación de las células oxínticas. La 
secreción de HCl reduce el pH luminal, lo cual - 
por un reflejo local, aumenta la secreción de 
9 
 
pepsinógeno, estimulada por neuronas 
colinérgicas intrínsecas. Además, el quimo ácido 
estimula en el duodeno la secreción de secretina, 
que es otro estimulante de la secreción de 
pepsinógenos. 
 
SECRECIÓN DE LIPASA GÁSTRICA 
 
La lipasa gástrica es una proteína de 371 
aminoácidos sintetizada y secretada por las 
células principales, especialmente las que se 
encuentran en el antro. Su secreción es 
estimulada por la acetilcolina y la gastrina pero 
inhibida por la colecistokinina (receptores CKK-
1). 
 Al igual que la lipasa salival, la lipasa 
gástrica humana es activa con un pH entre 2 y 7, 
aunque alcanza máxima actividad catalítica en 
pH 3 a 6. Cuando el pH es muy bajo, puede ser 
hidrolizada por la pepsina. 
 La lipasa gástrica (al igual que la salival) 
ataca triacilglicéridos con residuos acilos de 
cadena corta o larga. Presenta algunas diferencias 
importantes con la lipasa pancreática (ver 
SECRECIONES DIGESTIVAS 3: JUGO 
PANCREÁTICO): 
 
1. Su pH óptimo es menor que el de la lipasa 
pancreática. De todos modos, conserva 
parcialmente su actividad en el duodeno (en 
paralelo con la lipasa pancreática). 
2. En lugar de liberar glicerol y monoglicéridos 
como la lipasa pancreática, la lipasa gástrica 
solamente hidroliza el acilo en el extremo 3 
del triacilglicerol y, por tanto, produce un 
monoglicérido y un diacilglicérido. 
3. La lipasa gástrica no necesita colipasa, ya que 
su actividad no es afectada por las sales 
biliares. 
 
Durante muchas décadas 
desde que fue descubierta – a 
principios del siglo XX – se 
consideró poco importante la 
participación de la lipasa 
gástrica en la hidrólisis de 
triacilglicéridos. No obstante, 
hoy se sabe que la lipasa 
gástrica es responsable por 10 a 
25 % del total de ácidos grasos 
que se liberan en el tracto 
digestivo en el adulto. En 
lactantes, la fracción llega a 50 
%. En adultos, la contribución 
de la lipasa se torna más 
importante en caso de 
insuficiencia pancreática. 
BARRERA MUCOSA GÁSTRICA 
 
Por su bajo pH y la presencia de pepsina, la luz 
gástrica es un medio hostil no solamente para los 
microorganismos sino también para las propias 
células del epitelio de superficie. 
Además de resistir el ataque combinado 
de la acidez y la pepsina, este epitelio es capaz de 
impedir la retrodifusión de H
+
 desde la luz hacia 
el intersticio. 
La protección del epitelio y la limitación 
de la retrodifusión de protones se logra por una 
combinación de propiedades estructurales y 
funcionales que, en conjunto, forman la barrera 
mucosa gástrica. La barrera suele subdividirse en 
una porción pre-epitelial (el gel de mucus), el 
epitelio propiamente dicho, y una porción 
subepitelial, relacionada con la microcirculación 
local (Fig. 10). 
 
Barrera estructural 
La membrana apical de las células del epitelio de 
superficie tiene muy baja permeabilidad a los 
hidrogeniones. Otro tanto ocurre con las uniones 
estrechas que mantienen unidas las células y 
producen una fuerte limitación difusional. 
Finalmente, la capa de gel de mucus adherido a 
las células epiteliales también forma parte 
integral de la barrera estructural. 
 
Gel adherente de mucus 
El mucus está compuesto por mucinas, 
glicoproteínas de alto peso molecular. Los 
carbohidratos forman ~ 80% de su masa y 
protegen al núcleo proteico de la degradación 
enzimática. Los residuos hidrocarbonados son los 
principales responsables de la viscosidad del 
mucus. 
10 
 
Algunas mucinas, como MUC1 en el 
estómago, permanecen unidas a la membrana y 
forman parte del glicocálix del epitelio. Otras 
mucinas forman un gel de mucus por 
polimerización debida a la presencia de enlaces 
disulfuro entre residuos de cisteína. . 
 En el estómago (al igual que en el colon, 
y a diferencia del intestino delgado) el gel 
protector de mucus forma una doble capa. Existe 
una capa profunda, más densa, de mucus 
adherido al epitelio y una capa superficial, laxa, 
de mucus escasamente adherido. El principal 
componente de ambas es la mucina codificada 
por el gen MUC5AC, secretada por el epitelio 
superficial. En las glándulas hay también MUC6. 
 El mucus no adherente tiene sobre todo 
un papel lubricante, mientras que el mucus 
adherente protege al epitelio de agresiones 
mecánicas y químicas. 
 El gel adherente de mucus cumple una 
doble función protectora. Por una parte, limita 
sustancialmente la difusión de pepsinógeno y 
pepsina. Por otra parte, si bien no limita la 
difusión de H
+
, permite mantener una elevada 
concentración de bicarbonato capaz de neutralizar 
los H
+
 que difunden hacia el gel. 
 
Secreción de bicarbonato 
El epitelio superficial secreta bicarbonato con una 
tasa de 2 a 4 mmol/h. La secreción diaria de 
bicarbonato por el epitelio gástrico es de sólo un 
cuarto de la secreción de HCl, pero es muy 
importante para mantener un pH cercano a 7 en la 
superficie del epitelio. 
 El bicarbonato ingresa al epitelio 
superficial por cotransporte con sodio, en 
proporción 1:2 ó 1:3. El egreso de bicarbonato de 
la membrana apical se produce por un 
intercambiador aniónico que incorpora Cl
-
 y 
extrae HCO3
-
. El bicarbonato difunde hacia el gel 
de mucus, donde alcanza una concentración de 
hasta 90 mmol/L (el valor medio es de 45 
mmol/L; Tabla 1). 
 La secreción de bicarbonato gástrica está 
naturalmente acoplada con la secreción de HCl. 
Como se explicó antes, la secreción de HCl hacia 
la luz gástrica es acompañada de la transferencia 
de una cantidad equimolar de bicarbonato hacia 
el intersticio. Como en el día se secretan ~ 400 
mmol de HCl, la misma cantidad de bicarbonato 
ingresa al intersticio. Gran parte de este 
bicarbonato ingresa a la circulación, pero el 
aumento de la concentración intersticial de 
bicarbonato aumenta la oferta de este ión a la 
membrana basolateral del epitelio superficial y 
por tanto, la secreción de bicarbonato hacia el gel 
de mucus. En otras palabras, cuanto mayor es la 
secreción de HCl, mayor es la secreción de 
bicarbonato que contribuye a mantener la 
integridad de la mucosa. Este mecanismo 
protector obviamente no es operativo cuando se 
introduce a la luz gástrica un ácido de 
procedencia extrínseca. 
 
Papel defensivo de la microcirculación 
El aumento del caudal sanguíneo que irriga el 
epitelio gástrico durante la actividad secretora 
incrementa el flujo en los vasos capilares 
subyacentes al epitelio. Este aumento de flujo 
facilita el arrastre de H
+
 que puedan haber 
retrodifundido desde la luz gástrica hacia el 
intersticio. 
 
Regulación de la función de la barrera 
El mucus experimenta desprendimiento y 
recambio, de modo que debe secretarse de 
manera continua. Los dos estímulos principales 
para la secreción son la acetilcolina liberada por 
influencia vagal y la irritación local de la 
mucosa por estímulos físicos o químicos. 
 La secreción de bicarbonato es asimismo 
estimulada por acetilcolina y por la acidez de la 
luz gástrica. La acidez luminal inicia reflejos 
nerviosos y estimula la síntesis local de 
prostaglandina E2, mediada por la ciclo-
oxigenasa 1 (COX 1). La citada prostaglandina 
promueve la secreción de bicarbonato y aumenta, 
por vasodilatación, el caudalsanguíneo de la 
microcirculación. El aumento del caudal 
sanguíneo contribuye a arrastrar los H
+
 que 
pudieran haber penetrado la barrera y por tanto, 
reduce su concentración en el intersticio. 
Los mediadores gaseosos óxido nítrico 
(NO) y sulfuro de hidrógeno (SH2) también 
contribuyen al efecto vasodilatador. El óxido 
nítrico es sintetizado constitutivamente por la 
mucosa. Además de producir vasodilatación, 
estimula la secreción de mucus y contribuye a 
mantener la integridad de la barrera epitelial. 
 Por el contrario, la secreción de 
bicarbonato es inhibida por la hipoxia, 
inhibidores de la ciclo-oxigenasa (aspirina, 
indometacina), inhibidores de la anhidrasa 
carbónica (acetazolamida) y noradrenalina. 
 
FASES DE LA SECRECIÓN GÁSTRICA 
 
Durante el ayuno la secreción de HCl es escasa, 
pero se incrementa con la ingesta de alimentos. 
Se distinguen clásicamente tres fases de 
estimulación, las cuales se superponen en el 
tiempo: 
 
1. Fase cefálica 
11 
 
2. Fase gástrica 
3. Fase intestinal 
 
. La fase cefálica es responsable por 30 % de la 
secreción total. Se inicia por la vista, olfato, 
degustación o deglución de alimentos (e incluso 
por pensar en comida). Los estímulos citados 
convergen en el núcleo motor dorsal del vago. 
 La descarga vagal libera ACh, con sus 
efectos directos e indirectos ya descriptos. 
Además, el vago activa fibras posganglionares 
que liberan en el antro el péptido liberador de 
gastrina (GRP). 
La fase gástrica es, cuantitativamente, la 
más importante. Es responsable de 50 a 60 % de 
la secreción total estimulada de HCl. Se inicia por 
la distensión del estómago, que produce reflejos 
vago-vagales y reflejos locales mediados por el 
sistema nervioso entérico. Como resultado, se 
libera ACh y GRP, con los efectos ya 
mencionados. 
Además, los péptidos resultantes de la 
digestión de proteínas por la pepsina (peptonas), 
y aminoácidos como L-triptofano, estimulan 
desde la luz a las células G del antro con 
liberación de gastrina. La somatostatina, 
sintetizada en las células D, actúa sobre 
receptores acoplados por proteína Gi (inhibitoria) 
a la adenilato ciclasa. Así antagoniza el efecto 
estimulante de la histamina sobre la célula 
oxíntica. Además, la somatostatina inhibe la 
secreción de gastrina y de histamina actuando 
respectivamente sobre las células G y 
enterocromafines. 
La secreción de somatostatina por células 
D del antro se estimula por la disminución del pH 
gástrico causada por la secreción de HCl y es por 
tanto un mecanismo de autorregulación de la 
secreción ácida (realimentación negativa). 
La fase intestinal explica sólo 10 % de 
la secreción ácida. En el duodeno hay células G 
que son estimuladas por peptonas; éstas también 
promueven la liberación de otra hormona 
estimulante, la entero-oxintina. Los aminoácidos 
absorbidos en el duodeno estimulan la secreción 
de HCl (mecanismo desconocido). 
Por otra parte, el duodeno y el yeyuno 
secretan hormonas que inhiben la secreción ácida 
gástrica; se postuló que la inhibición se debía a 
una hormona (enterogastrona) pero hoy se cree 
que varias hormonas cumplen tal función: 
secretina, colecistokinina, péptido intestinal 
vasoactivo (VIP), péptido inhibidor gástrico 
(GIP), neurotensina, somatostatina, neuropéptido 
YY y prostaglandina E2. La principal es la 
secretina (ver Secreción Exocrina Pancreática) 
que reduce la secreción de gastrina, aumenta la 
secreción de somatostatina y posee un efecto 
inhibidor directo sobre la célula oxíntica. 
 Aunque los alimentos estimulan la 
secreción ácida, paradójicamente el pH gástrico 
es menor durante el ayuno. Esto se debe a que 
los alimentos contienen bases que amortiguan los 
H
+
 secretados. Al evacuarse el contenido gástrico, 
aunque la secreción ácida total disminuye, la 
[H
+
] gástrica aumenta. Esto ocurre 
principalmente durante la noche. Como 
consecuencia práctica, la dosis nocturna es la más 
importante cuando se emplean fármacos 
inhibidores de la secreción de HCl como 
antagonistas de receptores H2 para histamina (por 
ej., ranitidina) o inhibidores de la bomba de 
protones (por ej., omeprazol). 
 
ENFERMEDAD ULCEROSA PÉPTICA 
 
La enfermedad ulcerosa péptica (EUP) es un 
trastorno ocasionado por la pérdida del delicado 
equilibrio entre los factores que agreden la 
mucosa gastroduodenal y aquellos que la 
protegen. El predominio de factores agresivos 
(HCl y pepsina) produce una lesión del epitelio 
que causa una solución de continuidad (la úlcera) 
que llega al menos hasta la muscularis mucosae. 
 La EUP es un trastorno frecuente, que en 
Occidente afecta a 5 a 10 % de los adultos. La 
incidencia es máxima entre los 55 y 65 años. Las 
úlceras de la porción inicial del duodeno son más 
12 
 
frecuentes que las úlceras gástricas. El esófago 
distal también puede ulcerarse (Fig. 11). 
 Generalmente, la úlcera es una lesión 
única, aunque puede haber múltiples úlceras 
cuando son provocadas por tumores secretores de 
gastrina (síndrome de Zollinger-Elison). 
 La EUP causa dolor epigástrico de tipo 
quemante o sensación de hambre dolorosa. Los 
síntomas aparecen a menudo durante la noche y 
también 1 a 3 horas después de las comidas. Son 
aliviadas por la ingesta, en particular de 
alimentos alcalinos. Actualmente el diagnóstico 
se realiza mediante gastroduodenoscopia. La 
complicación más frecuente de la EUP es la 
hemorragia digestiva, aunque la más temible es 
la perforación. 
 Los precipitantes de la EUP son agentes 
que estimulan la secreción ácida, reducen la 
eficacia de la barrera mucosa gastroduodenal, o 
causan ambos efectos a la vez. 
 En la mayoría de los casos, el 
responsable por inclinar la balanza a favor de la 
agresión del epitelio es una bacteria denominada 
Helicobacter pylori.
2
 Se transmite de persona a 
persona. La infección es muy común, con mayor 
frecuencia en la infancia. Dado que solo 20 % de 
los infectados con H. pylori desarrolla EUP, es 
evidente que otros factores intervienen en la 
patogenia. H. pylori es una bacteria de 2.5 a 5 m 
de largo y 0.5 a 1.0 m de diámetro, con 4 a 6 
flagelos indispensables para su movilidad. 
Penetra el mucus y se multiplica en la vecindad 
del epitelio de superficie (Fig. 12). Puede resistir 
el ácido creando un microambiente mediante la 
producción de bicarbonato a partir de la urea, 
mediante su enzima ureasa. La reacción produce 
también amoníaco, el cual es citotóxico. 
Además, H. pylori posee varios factores 
de virulencia que determinan en parte el resultado 
de la infección. Por otra parte, existen factores 
del huésped, en particular polimorfismos en 
genes de citokinas como la interleukina 1, que 
influyen en la magnitud de la respuesta 
inflamatoria. En una proporción pequeña pero 
importante de infectados, el H. pylori puede 
predisponer al cáncer gástrico. También se ha 
asociado con la enfermedad por reflujo 
gastroduodenal y otros trastornos. 
Si bien la interacción de H. pylori con el 
huésped es compleja, cuando la bacteria se 
localiza en el antro gástrico, produce una 
 
2
 Barry J. Marshall y J. Robin Warren ganaron el 
premio Nobel de Fisiología y Medicina en 2005 “por 
su descubrimiento de la bacteria Helicobacter pylori y 
su papel en la gastritis y la enfermedad ulcerosa 
péptica”. 
reacción inflamatoria y aumenta la secreción de 
gastrina. Esta última causa hipercloridria y 
predispone a la úlcera duodenal. Por otra parte, 
cuando la bacteria infecta el cuerpo gástrico, la 
reacción inflamatoria se asocia con aumento de 
riesgo de úlcera gástrica, aunque la secreción de 
HCl es normal o subnormal. En algunos casos, la 
infección crónica causa una gastritis atrófica con 
aclorhidria, que no se asocia con EUP pero sí con 
anemia megaloblástica por déficit de factor 
intrínseco y aumento del riesgode cáncer. 
 Los antiinflamatorios no esteroides 
(AINE), como aspirina e indometacina, forman 
en conjunto el otro principal agente agresor 
implicado en la patogénesis de la úlcera péptica 
(una excepción es el paracetamol). Los AINE 
inhiben la COX 1, con reducción de la síntesis de 
prostaglandina E2 y debilitamiento de la barrera 
mucosa. En pacientes con EUP asociada con 
AINE, es necesario suspender la administración 
del agente agresor, además de reducir la 
secreción de HCl. En casos selectos se pueden 
emplear AINE inhibidores selectivos de la COX 
2, que son menos agresivos para la mucosa 
gástrica (pero aumentan el riesgo cardiovascular). 
 Otros agentes agresores que pueden 
contribuir son el estrés, el tabaco y el alcohol. 
El tratamiento de la EUP exige la 
supresión de sustancias agresoras (AINE, tabaco, 
alcohol) y la reducción de la secreción de HCl 
mediante fármacos antisecretores. Los más 
potentes antisecretores son los inhibidores 
irreversibles de la bomba de protones (como 
omeprazol), que en dosis terapéuticas inhiben 70 
a 80 % de la secreción de HCl. En personas con 
EUP asociada con infección por H. pylori, el 
tratamiento exige un curso de asociaciones de 
antibióticos, además de los inhibidores de la 
secreción ácida gástrica.

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