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Coriat, B La nueva electrónica de taller

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traducción de 
ROSA ANA DOMÍNGUEZ CRUZ 
,~~ 
1 
~ 
EL TALLER Y EL ROBOT 
Ensayos sobre el fordismo 
y la producción en masa 
en la era de la electrónica 
por 
BENJAMIN CORIAT 
)l(J 
siglo 
veintimo 
editores 
l 
LA NUEVA ELECTRÓNICA DE TALLER 
¿Las máquinas? Prolongación del hombre, que se integran 
a él mismo, prolongación de las estructuras sociales que 
se integran a ellas, son en todos los tiempos idénticas a no-
sotros mismos. 
Formarlas, construirlas, es construirnos a nosotros 
mismos. 
J. LAFriTE* 
Aunque tributaria de una historia técnica que la rebasa ampliamen-
te, atrapada como está en investigaciones mucho más vastas que con-
ciernen a las tecnologías de tratamiento de la información en su con-
junto, la producción industrial. va a gozar ampliamente de la ola actual 
de innovaciones y a sufrir una mutación de considerable alcance, que 
se traduce prácticamente en la entrada en masa de una serie de me-
dios de trabajo enteramente nuevos. En efecto, más allá de las evi-
dentes continuidades en relación con las tendencias anteriores, la nueva 
generación de medios de trabajo se caracteriza sobre todo por las rup-
turas que introduce. 
Si nos concentramos en el análisis de los soportes y de los medios 
para la automatización de los procesos de producción, la entrada con-
junta de la microelectrónica y de la informática significa la entrada 
en una tercera ola de innovaciones, lo cual podemos designar tam-
bién como una tercera era de la automatización. Nos consagraremos 
primero a precisar la especificidad de sus contornos (sección 1). 
Habiendo trazado así la perspectiva de conjunto, se hace posible 
presentar con algún detalle y pertinencia la serie verdaderamente nueva 
de los medios de trabajo traídos por la electrónica: la de la era de la 
automatización programable. ,La sección 11 está dedicada a esta '~re­
vista de tropas". 
*Rijltxions sur la scitnct des machines, Vrin, 1932. 
[37} 
38 TECNOLOGÍAS. MERCADO. ORGANIZACIÓN 
Finalmente, más allá de los dispositiYos individuales, es el auge de 
una nueva trayectoria tecnológica lo que podemos discernir, y cuyos ras-
gos esenciales podemos comenzar a presentar (sección III). 
l. DE LA AUTOMATIZACIÓN DE LAS FABRICACIONES 
A LA INFORMATIZACIÓN DE LOS PROCESOS 
Tratándose de la historia de la automatización, la costumbre es re-
montarse lejos. Del Renacimiento, se cita a Leonardo da Vinci: los 
esbozos técnicos dejados de sus pájaros voladores o de su león autó-
mata. Los siglos XVJII y XIX ven precipitarse las realizaciones. Figu-
rillas aún hoy en movimiento -y que es posible visitar en el Conser-
vatorio Nacional de Artes y Oficios-, como esos encantadores 
"Flautista" y "Tamborilero" del mecánico francés Vaucanson. Sin 
embargo, desde ese momento el autómata dejó de ser una simple di-
versión. El mismo Vaucanson concibe un molino de seda, movido por 
dispositivos de control automático. Y, mejor aún, el autómata, ya, 
ha penetrado en el taller. El telar del señor Jacquart utiliza tarjetas 
perforadas para controlar el movimiento de las agujas, momento en-
tre otros de una inventiva que ya no se contradirá. 
El conjunto de esas máquinas o dispositivos, por escasos efectos que 
hayan tenido, y hubo muchos -pensemos por ejemplo en los Canuts 
lioneses ... -, sin embargo sigue restringido a dos límites no rebasa-
dos: el vapor como fuente de energía, los recursos de la mecánica (en-. 
granajes, poleas ... ) para la transmisión y el control. 1 
En materia de producción industrial, el choque verdadero sólo se 
producirá con motivo de la segunda guerra mundial. 
Rápidamente se modifican los cuatro componentes de base que 
guían los conceptos de un autómata: motorización, transmisión, ope-
ración y control. La historia que conduce a la serie casi infinita de 
los medios electrónicos o informáticos de trabajo de hoy es una histo-
ria compleja, no lineal, hecha de añadidos, de abandonos o de recu-
peraciones de líneas técnicas que pertenecen a disciplinas distintas. 
No obstante, a grandes rasgos podemos identificar tres eras de la auto-
matización. 
1 Sobre todos estos puntos de nuevo consultaremos la Hi.<toria des techniques, de B. Gi-
lle (1.978). 
~ 
t • ll 
LA NUEVA ELECTRÓNICA DEL TALLER 39 
• La primera es la que cubre la década de 1950. Ve nacer y conso-
lidarse dos innovaciones fundamentales: la línea de traslado por una 
parte, y la máquina herramienta de control numérico (MHCN) por la 
otra. 
• La segunda es la que va de la década de los sesenta a mediados 
de la de los setenta. Es la de la informatización de los controles de 
procesos, mientras las innovaciones de la era anterior siguen progre-
sando lentamente. 
• Y finalmente la nuestra que es la que, sacando partido de las dos 
eras precedentes, fusiona sus recursos potenciales, proyectando la auto-
matización a una nueva era: la de la microelectrónica. 
En esta sección nos proponemos precisar los contornos y el con-
tenido de las dos primeras eras de la automatización, que cubren 
respectivamente los años 1950-1960 por un lado, y 1960-1970 por el 
otro. En el punto en el que estamos, de ello nacerá una inteligencia 
nueva. 
1 . La década de los cincuenta: 
Línea de transferencia y máquina herramienta de control nur;;.frico 
La década de los cincuenta -es el lugar para recordarlo- es la de 
la floreciente producción en serie. Los mercados están en constante 
expansión, Europa entera, o casi, está por reconstruir y la máquina 
estadunidense, puesta en marcha a toda velocidad durante la Gran 
Guerra, está lista para proporcionar equipos y mercancías profusa-
mente. 
Además, en materia de organización del trabajo, la producción en 
serie encontró el apoyo adecuado: los protocolos tayloriano.s y el estu-
dio de tiempos y movimientos, el trabajo fragmentado, la banda trans-
portadora y la línea de montaje están en auge. Inmensas reservas de 
productividad están allí. 
En ese contexto, y bajo esta doble determinación, se efectúa el de-
sarrollo de la automatización. Lo hemos dicho, las investigaciones so-
bre los soportes técnicos que constituyen la electricidad, la mecánica, 
la hidráulica, cuentan ya con algunas sólidas realizaciones. Sobre es-
ta base, la coyuntura muy pa;ticular y especialmente favorable de la 
década de los cincuent{ no podía sino favorecer progresos importan-
tes. Prácticamente fueron realizados. Y rasgo notable,- a distancia, po-
demos decir que lo fueron por los dm; extremos. Expliquémonos. 
40 TECNOLOGÍAS, MERCADO, ORGANIZACIÓN 
En el principio, del que hay que partir para apreciar la significación 
de lo esencial que ocurre en la década de los cincuenta, está la máquina 
herramienta. Lo privativo de la máquina herramienta -torno, fresa-
dora, mandril. .. -de calibrar -mandriladora ... -, dispositivo re-
lativamente complejo, es albergar a varias herramientas distintas, y 
poder -mediante la aplicación de operaciones sucesivas- desarro-
llar un programa que permite efectuar tareas finalmente complejas 
de transformación de la materia. Sin embargo, desde el punto de vis-
ta del capital, es decir del ahorro del tiempo y de los costos, el uso 
de la máquina herramienta presenta un límite serio: su movimiento 
sigue siendo dependiente de la habilidad de obreros por fuerza alta-
mente calificados, capaces de transformar especificaciones técnicas y 
representaciones sobre papel de las piezas que hay que trabajar en 
modos operatorios y manejo de herramientas de máquinas. De allí 
una doble dificultad que surge en lo referente al control que ejercen 
sobre el desarrollo de la producción. Es un grupo apoyado en su peri· 
cía, así como sólidamente organizado para hacer valer sus derechos 
y negociar sus posiciones. 2 
De allí que sobre esta base, relativamente estrecha, la automatiza-
ción se desarrolle en dos direcciones conexas y complementarias, aun-
que en apariencia opuestas. 
• Por un lado, la máquina herramienta compleja, ''universal'' como se di-
ce, se simplifica y se convierte en una máquina especial. Una vezreducidas 
las tareas complejas a operaciones simples, una serie de dispositivos 
electromecánicos llevan a cabo su manejo automático. De allí tam-
bién que según las prescripciones dominantes, esta máquina herra-
mienta podrá ser "alineada" y "encadenada", sometida en el flujo 
y el ritmo de las bandas transportadoras. Esta primera evolución con-
ducirá a la línea de traslado, primera innovación capital de la década 
de los cincuenta. 
• Por otra parte, se preserva a la máquina herramienta su voca-
ción de realizar operaciones múltiples, sofisticadas y de alta precisión. 
Algunos sectores, que trabajan en muy pequeños volúmenes -en la 
práctica, en los años cincuenta, la aeronáutica, que en ese momento 
cobra auge irreversible-, necesitan esas funciones de la máquina he-
2 Se trata práctic.amente de uno de esos grupos obreros "de oficio", donde el tay· 
lorismo no penetró o muy poco, dado que la complejidad de las operaciones efectuadas 
y su carácter no repetitivo no permitieron la aplicación de las normas procedentes del 
análisis de tiempos y movimientos. 
LA NUEVA ELECTRÓNICA DEL TALLER 41 
rramienta. Sin embargo, para intentar eliminar el obstáculo que cons-
tituye la pericia de los obreros calificados, la investigación se centrará en 
técnicas de control y de programación de la máquina. El objetivo, rápidamente 
fijado, es lograr arrancar de las manos obreras la actividad estratégi-
ca de ajuste y manejo de la máquina, para hacerla efectuar automáti-
camente las operaciones, después de haber sido correctamente pro-
gramada. Esta investigación larga, difícil y cuya historia es altamente 
instructiva, desembocará en la puesta a punto de la máquina herramien-
ta de control numérico. 
Tras plantear estas cuestiones previas sobre las determinaciones so-
ciales que ocuparon un primerísimo lugar en la historia reciente de 
la automatización industrial, ahora es posible entrar en algunos deta-
lles sobre las grandes realizaciones de la década de los cincuenta. 
l. La automatización de "tipo Detroit" 
Una primera innovación surge en los años cuarenta y se impondrá 
en Jos cincuenta como norma obligada para constituir rápidamente 
un "clásico" de la automatización. Se trata de la línea de traslado 
utilizada en su forma canónica para la fabricación de los monoblocks. 
Al César lo que es del César, he aquí la descripción que J. Diebold 
hace de ella, heraldo de esta primera fase de la automatización, y di-
rector de la fábrica Deaborn, Cleveland, de la Ford Motor Company: 
En total, 42 máquinas automáticas, conectadas con ayuda de líneas de 
traslado que transportan automáticamente los bloques a través de toda la 
operación, efectúan 530 operaciones de corte y calibrado. Una pieza fundi-
da pasa por la cadena y surge como un monoblock terminado en sólo 14.6 
minutos, en vez de las 9 horas de una fábrica tradicional. De principio a 
fin, a Jo largo de una cadena de 470 metros ningún operador toca una sola 
pieza.3 
Ah6rro de tiempo, ahorro de control, como habíamos indicado, son 
los dos elementos clave. Se habrá notado cómo, en este corto extrac-
to se reúnen Jos dos objetivos y se realizan los progresos conjuntamente, 
pues también se pasa de un ciclo operatorio de 9 horas a uno de 14.6 
minutos, todo sin que "ningún operador toque una sola pieza". 
3 Extracto de J. Diebold (1957). 
42 TECNOLOGÍAS, MERCADO, ORGANIZACIÓN 
Poco después, A. Touraine, en su clásico estudio sobre la automa-
tización, vuelve también al fenómeno que en ese momento es la línea 
de traslado. Escuchémoslo. 
Tenemos primero el descriptivo técnico que completa el propuesto 
por Diebold: 
Para hacer comprender la complejidad de los elementos que un ciclo au-
tomático integrado debe dominar en buenas condiciones, limitémonos a ci-
tar algunas de las dimensiones de la cadena de fabricación de los carters-
cilindros: establecida en una superficie total de 2 400 m
2
, agrupa 16 má-
quinas de traslado que comprenden 65 elementos de una longitud desarrolla-
da de 210m, utilizando 165 cabezas electromecánicas y 605 herramientas; 
500 motores, para una potencia instalada de 1 330 caballos, la ponen en 
movimiento; 100 puestos de control automáticos vigilan su funcionamiento; 
la longitud desarrollada de los elementos de almacenamiento automático 
alcanza los 850 m, y los conductos de evacuación de las virutas 370 m. (A. 
Touraine [1957].) 
Hay que decir que ese monstruo instalado por Renault entre 1956 y 
1958 hace de la Compañía uno de los pioneros de la innovación en 
el campo. 
Y ahora tenemos la agudeza, la sagacidad del sociólogo que se en-
frenta a la novedad, que intenta identificar su singularidad: 
Aún vacilamos, embargados por el recuerdo de las fresadoras o de los 
tornos paralelos, en hablar de máquinas; hablaríamos más fácilmente ele ca-
denas automáticas. Hasta ese momento, incluso en las cadenas clásicas de 
fabricación, la pieza iba al encuentro de la máquina, abandonaba el trans-
portador, estaba fija en un montaje inseparable del plato de la máquina. 
Ahora la relación es inversa. La pieza y su transportador constituyen el ele-
mento central; la máquina está orientada con respecto a la pieza, ella misma 
solidaria de la banda transportadora; se desplaza para efectuar su trabajo. 
Esto no habría sido posible sin la fragmentación de la máquina universal en 
máquina especializada (A. Touraine, ídem). 
A la distancia, unos treinta años después, las cosas son más fáciles 
de elucidar, y en lo referente a la línea de traslado o hasta la automa-
tización tipo Detroit -así bautizada en honor de los constructores es-
tadunidenses que fueron los primeros en concebirla e instalarla-, po-
demos formular los conceptos básicos sobre los cuales está construida. 
En el plano técnico, la línea de traslado, centralmente, descansa so-
bre tres principios: 
LA NUEVA ELECTRÓNICA DEL TALLER 43 
• Una banda transportadora de ritmo fijo asegura el desplazamiento 
automático de la pieza por trabajar (en la práctica, un bloque de me-
tal a lo largo de una serie de puestos de trabajo). 
• En cada uno de éstos no hay ningún obrero, sino una máquina 
automática ajustada de- antemano y provista de una cabeza electro-
mecánica que le permite operar en diferentes ángulos, efectuando ca-
da máquina operaciones sucesivas (fresado, torneado, calibrado ... ) 
que permiten transformar progresivamente el bloque de metal en mo-
noblock. 
• Finalmente, hay una perfecta sincronización temporal y espacial 
entre la circulación de la pieza en la banda transportadora y la inter-
vención de las cabezas electromecánicas de las máquinas. 
De allí la perplejidad: "[ ... ] aún vacilamos en hablar de máqui-
nas [ ... )"y finalmente, la caracterización elegida: "hablaríamos de 
mejor grado de cadenas automáticas [ ... )". Es que, en efecto, la lí-
nea de traslado combina el principio de la cadena: la banda transpor-
tadora y la de la máquina automática convencional que efectúa ope-
raciones para las cuales ha sido previamente ajustada. Sin embargo, 
y ésa es la novedad: circulación de la pieza y operaciones están inte-
gradas. Todo se hace de manera· repetitiva, pues las máquinas están 
especializadas para una série determinada de operaciones. 
En el plano de la organización, la máquina de traslado aparece co-
mo un dispositivo eminentemente fordiano, que combina transporta-
ción automática y operaciones fragmentadas. La "caza de tiempo 
muerto", apreciada por Taylor y Ford, da aquí un nuevo salto. Sin 
embargo, este "ahorro" general descansa en un límite esencial: sólo 
vale para la producción de grandes y muy grandes volúmenes. La 
línea, una vez instalada y ajustada, no puede sino repetir las mismas 
operaciones, al mismo ritmo. Aunque sólo se vuelve rentable si se la 
utiliza para fabricar unaenorme cantidad de productos estandariza-
dos y rigurosamente idénticos. 
En otros términos, la novedad de la línea de traslado reside en es-
to: es el nacimiento de la automatización integrada (la producción se efectúa 
sin intervenciónmanual, mediante un ajuste y una correspondencia 
automática de los tiempos de circulación y operaciones). No obstan-
te, esta innovación, de alcance considerable, sólo se hace al precio de 
un límite esencial: la integración sólo se obtiene al precio de una rigi-
dez absoluta del proceso de producción. 
Solidaridad de las concepciones técnicas y organizacionales por un 
lado, del estado de los mercados por el otro; en la década de los cin-
1 
44 TECNOLOGÍAS. MERCADO, ORGANIZACIÓN 
cuenta (y hasta la de los setenta), de ninguna manera se percibe esta 
extrema rigidez de la línea de traslado como un límite. Por el contra-
rio, dado que los mercados son crecientes, se trata de un apoyo ade-
cuado a la producción de grandes volúmenes. La automatización rígida 
corresponde a las necesidades del momento, y la línea de traslado es un obje-
to rey de la producción en serie. (Cf. particularmente sobre este te-
ma: Du Tertre, Santilli, 1985.) 
2. La máquina herramienta de control numérico 
La máquina herramienta de control numérico (MHCN) es la segunda 
innovación clave de la década de los cincuenta. Su historia es dura, 
paradójica, como también lo será su destino. A diferencia de la línea 
de traslado -debido a una rigidez demasiado grande hoy limitada 
a aplicaciones muy precisas- la MHCN no cesa de perfeccionarse. Y, 
aunque ya su existencia esté más que consolidada, podemos admitir 
que aún tiene frente a sí un gran terreno de extensión y de aplicación. 
¿De qué se trata? 
En principio, la MHCN es un ensamblaje al final relativamente sim-
ple. En cuanto al fondo, se trata de una máquina herramienta clásica 
a la cual se asocia una cabina de control, que permite programar el 
movimiento de las herramientas para efectuar trayectorias cuyo obje-
tivo es imprimir a un bloque de metal (o de plástico, o de madera ... ) 
una forma y características deseadas. Así, hoy distinguimos a gran-
des rasgos las máquinas por elevación de las máquinas formadoras. 4 
Con relación a la línea de traslado, las diferencias son múltiples. Co-
mo recordamos, el interés central de la línea de traslado, es "inte-
grar" máquinas que, como hemos visto, por ello deben necesariamente 
perder en universalidad para convertirse en máquinas especiales. Al 
contrario, la máquina herramienta de control numérico es ante todo 
una herramienta individual cuyo valor estriba sobre todo en que per-
mite realizar operaciones complejas, relativamente largas, poniendo 
en juego diferentes tipos de herramientas pertenecientes a la misma 
máquina, y eso a partir de un mismo programa. Para decirlo de otra 
manera, tanto la línea de traslado es un instrumento de la producción 
de gran volumen repetitiva, como la MHCN es una herramienta adap-
tada a los pequeños volúmenes de piezas complejas, que deben obe-
4 Con respecto a la historia y las modalidades de la automatización, será útil con· 
sultar: Bouchut et al. (1980). 
1 
LA NUEVA ELECTRÓNICA DEL TALLER 45 
decer a especificaciones, normas y tolerancias finas y extremadamen-
te precisas. Tampoco debe sorprendernos ver que, así como el 
automóvil -esfera por excelencia de la producción de gran volumen-
fue el terreno de nacimiento de la línea de traslado, así la aeronáutica 
-y sus exigencias de pequeños volúmenes de piezas complejas- es 
la que preside el nacimiento de la MHCN. Aquí de nuevo es indispen-
sable hacer un poco de historia, pues la concepción de la MHCN fue 
motivo de una batalla de gran envergadura que puso en juego fuerzas 
económicas y sociales poderosas y fuertemente determinadas. 
Para apreciar la significación del enfrentamiento que se suscitó, hay 
que tener en mente que, en el plano conceptual, la clave de la auto-
matización de la máquina herramienta consiste en el hecho de aso-
ciar, a la máquina propiamente dicha y a sus herramientas, un direc-
tor de control mediante el cual se trasmitan las instrucciones de 
operación. En ese sentido, la técnica de las tarjetas perforadas, utili-
zada por Jacquart para sus telares, puede considerarse legítimamente 
como un eslabón real en la historia de la máquina herramienta pro-
gramable. Pasada la época de los sistemas de programación mecáni-
ca, en cuanto se pretendió dotar de una herramienta de programa-
ción lo bastante poderosa, flexible y rápida, todas las dificultades se 
concentraron en las técnicas de codificación de las informaciones. El 
factor en juego estaba a la medida de las dificultades pues, además 
de los progresos que podían esperarse de esos procedimientos de co-
dificación en materia de calidad y precisión en las fabricaciones, tam-
bién se trataba de arrancar el dominio del manejo de la máquina he-
rramienta de manos de los obreros con fama de ser los más calificados 
y los más organizados. Para satisfacer esos objetivos, apoyados en la 
electrónica y la informática que de esa manera hacen su aparición en 
el taller, pronto surgirán dos técnicas rivales de programación que su-
puestamente podrán aportar en un futuro las soluciones esperadas. 
La primera es técnicamente más simple, menos costosa, y sus 
resultados son inmediatos. Se trata de la técnica de programación 
llamada Record/Play-Rack (grabación y reproducción). Consiste en ha-
cer que una memoria grabe trayectorias de operaciones efectuadas 
primero por un obrero calificado, y que después la máquina herra-
mienta sea capaz de reproducir automáticamente esa trayectoria. 
La segunda trayectoria, asociada al nombre de Parson, quien fue 
el primero en concebirla, es mucho más abstracta e indirecta. Consis-
te en trasladar a datos informáticos y matemáticos -que una calcula-
dora pueda absorber- las características de las piezas por trabajar 
1 46 TFCNOI.<>GÍAS. MERCADO, ORGANIZACIÓN 
(mediante algoritmos) y en conectar la calculadora a la máquina he-
rramienta. Es esta vía la que designa la expresión de ''control numéri-
co", pues el lenguaje utilizado retoma las lógicas binarias de numeri-
zación (de tipo 0/1) que por otra parte se habían desarrollado desde 
la matemática de Bu!!. 
Contra toda evidencia, si al menos nos situamos en un plano técni-
co y económico, es esta segunda vía, la de numerización y programación 
por medio de lenguajes abstractos, la que será elegida. Toda la historia ul-
terior de la máquina herramienta no hará, por lo demás, sino confir-
mar lo costosa, compleja y difícil de dominar que resultó ser esta so-
lución. 
Sin embargo, la elección se explica si precisamos que, por motivos 
que le son propios, la US Air Force -socia comanditaria continua 
y directora perpetua de los trabajos de investigación sobre la máqui-
na herramienta- fue quien ejerció toda su influencia para imponer 
la vía numérica. Frente a las resistencias y a las reticencias de los in-
dustriales, los agentes de la US Air Force siempre supieron encon-
trar el lenguaje que hacía falta. Aquel mismo que ya Taylor dirigía 
en su época a las asociaciones de fabricantes estadunidenses. He aquí 
las ventajas comparadas de las técnicas del Record/Play-Back y del con-
trol numérico, presentadas por los representantes de la US Air Force: 
Con el método Record!Play-Back, el operador conserva el control de la má-
quina, el control de la alimentación de la velocidad, de la cantidad de cortes, 
del rendimiento [ ... ]. Con los controles numéricos, la dirección adquiere el 
control, la dirección deja de depender del operador, y puede así optimizar 
la utilización de máquinas. 
Con el control numérico, el control del proceso está puesto firmemente 
en las manos de la dirección -¿y por qué no habríamos de tenerlo? [ ... ].
5 
"Las manos de la dirección" son en realidad las de ingenieros alta-
mente calificados, a quienes corresponde la tarea de concebir los pro-
gramas. Asimismo, de esto resultará que, fuera de la aeronáutica que 
la U .S. Air Force alimenta con sus pedidos, durante la década de los 
cincuenta, la MHCN sólo conocerá difusión en dosis homeopáticas: ¡el 
5 Citado por D. Noble en A. Zimbalist (1979). Más generalmente, sobre la histo-
ria socialasí como sobre la historia técnica de la MHCN, hay que leer la magistral obra 
de D. Noble (1986), en la cual se ha apoyado ampliamente este párrafo. Sobre ese te-
ma, consúltese también la excelente síntesis de J. R. Tauile, (1984). 
LA NUE\'A ELECTRÓNICA DEL TALLER 47 
programador-experto en informática en esa época es un producto bas-
tante raro! 
No importa, se ha dado un paso considerable. En los años siguien-
tes, la MHCN se perfeccionará lenta y continuamente. Hasta la déca-
da de los ochenta, en que los inmensos progresos de la electrónica y 
la informática permitirán realizar ese prodigio: llegar a tareas de pro-
gramación directa muy simplificadas, en donde las memorias y las cal-
culadoras asuman la totalidad de lo que en un principio era el trabajo 
calificado de un ingeniero. ¡Ironía y justo vuelco de las cosas!, el Re-
cord/Play-Rack por su parte dará un giro notable en la serie de robots 
cuya programación se hace por aprendizaje. 6 En suma, apoyada en 
los dos extremos en esas dos innovaciones clave que son la línea de 
traslado y la MHCN, la década de los cincuenta marca totalmente la 
entrada en la era moderna de la automatización. 
Sin embargo, por importantes que sean las novedades que aportan, 
las innovaciones técnicas de la década de los cincuenta parecen como 
atrapadas en límites estrechos. No hacen más que insertarse en los conceptos 
de organización hegemónica del momento, el del trabajo fragmentado y repetitivo, 
para realizar, de manera fragmentaria y limitada, sólo tareas frag-
mentadas, resultado del análisis tayloriano de tiempos y movimien-
tos. Asimismo, la automatización sigue estando estrictamente limita-
da a las tareas del taller, y entre éstas a las operaciones "directas" 
y a las trayectorias propiamente dichas. De ninguna manera se pro-
yecta en este periodo (por lo demás los medios técnicos no lo permi-
ten) automatizar el pilotaje y la conducción de las circulaciones en el 
taller. Finalmente, ese tipo de automatización sigue confinada a las 
industrias secuenciales, aportando soluciones para algunos segmen-
tos de la producción de muy grandes volúmenes o, por el contrario, 
es el caso de la MHCN, para la automatización de algunas tareas com-
plejas. 
6 Me permito remitir sobre este punto a mi obra La robotique (1984), donde se des-
criben ;sas técnicas de programación del robot por aprendizaje. Recordemos aquí que, 
en el caso de algunos robots de pintura, la programación se hace de la siguiente mane-
ra: el operador, un simple obrero pintor, toma una "muñequita" y efectúa el trabajo 
de pintura exterior, pero también interior, de las cajas de los automóviles. El aprendi-
zaje consiste en que un calculador graba la posición en el espacio de la punta de la pis-
tola de pintura cada 20 milisegundos. Prácticamente, el intervalo entre dos posiciones 
es tan estrecho que se trata de una grabación en continuo. La muñequita es desechada, 
Y en adelante el robot será capaz de reproducir exactamente toda la secuencia de los 
modos operatorios que han sido registrados. 
1 48 TECNOLOGÍAS, MERCADO, ORGANIZACIÓN 
En suma esta automatización sigue siendo fragmentaria y, por en-
cima de todo, rígida. Si bien corresponde perfectamente a las necesi-
dades económicas del momento, cuando éstas se modifiquen, la in-
vestigación se intensificará hacia nuevos apoyos técnicos y nuevas 
soluciones. 
2. La década de los sesenta: 
la informatización de la conducción de procesos 
En la década de los sesenta, y hasta mediados de la de los setenta, 
la automatización de las tareas en las industrias de producción en se-
rie sigue progresando. Innovación "incremental", se dice a veces, para 
indicar que sólo progresa por añadido a partir de conceptos y técnicas 
básicos no sustancialmente modificados. 
En efecto, es en otra parte donde surge y se consolida la novedad. 
No en las industrias de producción en serie, sino en las industrias de 
propiedad. Allí donde la producción industrial reside no en la ejecu-
ción de tareas fragmentadas con él objetivo de imprimir formas, sino 
en el empleo de cadenas de reacciones físico-químicas, para obtener 
de la materia propiedades industrialmente consumibles. Lo mismo ocu-
rre con la industria petroquímica donde se trata, por craqueo de mo-
léculas de hidrocarburos, de obtener derivados que correspondan a 
moléculas más finas. Lo mismo ocurre con la industria electronuclear, 
donde por fisión o fusión del átomo, se desea obtener energía; y lo 
mismo, po• extensión, ocurre con la industria del cemento, del acero, 
del vidrio o del caucho ... 
La gran innovación consistirá aquí no en la automatización de las 
tareas de fabricación -en el sentido de las tareas "de intervención 
directa" de las industrias de producción en serie que están reducidas 
a ese tipo de industria-, sino en la vigilancia y la conducción por computa-
dora de la evolución de las cadenas de reacción físico-químicas. Los programas 
de desarrollo teórico son conocidos. La dificultad que hay que domi-
nar proviene del hecho de que el programa teórico, en ambiente in-
dustrial real, no siempre se desarrolla conforme a lo esperado. En efecto, 
en todo momento reacciones secundarias, fugas, aumentos de tempe-
rat•tra ... pueden perturbar.la evolución normal, alterando o conde-
nando la calidad del producto que se intenta obtener. En la década 
de los cinc:uenta, en ese tipo de industria, el seguimiento se hace ''a 
ojo", "de oído", "por olfato", de esos miles de nadas que confor-
LA NUEVA ELECTRÓNICA DEL TALLER 49 
man la habilidad del conocimiento obrero. 7 Y es aquí donde la infor-
mática -y ya la electrónica-, hará su entrada8 por fases sucesivas. 
Por último, a fines de la década de los setenta, un sistema comple-
jo de computadoras, de calculadoras, y de autómatas programables 
es el que posibilita, en tiempo real, toda la administración de la con-
ducción de las operaciones. Entonces se relega el trabajo "vivo" a 
algunas tareas imposibles de eliminar: programación de las máqui-
nas y puesta en marcha de las instalaciones en cada ciclo de produc-
ción nuevo ... En esencia, esta actividad consiste en vigilar que todo 
suceda según el desarrollo teórico previsto, desde una sala central donde 
páneles ópticos proporcionan en tiempos reales informaciones sobre 
las diferentes partes de la estructura,9 o que las propias computado-
ras efectúen las correcciones necesarias. Sólo en situación de urgen-
cia, de alarma, cuando se descubre algún error en la computadora, se 
vuelve a pasar al manejo manual. 
Con respecto a esta segunda era de la automatización y para dteiar 
las cosas claras diremos que, así como fue posible caracterizar la dé-
cada de los cincuenta como la de la automatización de las tareas de fabrica-
ción en las industrias de producción en serie, es posible caracterizar la déca-
7 Sobre ese tema se ha desarrollado una importante literatura en Francia. Una sín-
tesis importante está contenida en G. Caire ( 1981 ). 
8 Los dos momentos importantes pueden ser presentados como sigue: 
a) Se tratará primero, mediante sensores, de extraer informaciones sobre las reac-
ciones físico-químicas del momento, y de convertirlas en señales (cifras, curvas, ába-
cos ... ) simples y legibles por operadores. Esas informaciones permiten limitar sus des-
plazamientos, y sirven de ayuda a sus diagnósticos y a sus decisiones de conducción, 
las cuales se hacen siempre, sin embargo, de manera manual: acción sobre las válvulas, 
los manómetros ... 
b] Luego, los dispositivos electromecánicos -conectados a circuitos electrónicos e 
informáticos que interpretan los datos proporcionados por los sensores- efectuarán y 
garantizarán directamente toda ~ parte de la conducción de las operaciones necesarias 
para el funcionamiento normal. La fase siguiente será la de la instauración de cadenas 
locales de regulación, y de la conexión automática entre esas cadenas locales o entre 
varias estructuras, donde se fabrican los diferentes elementos que deberán converger 
para laobtención de un producto final. 
9 En una fase aún más reciente (la década de los ochenta), a partir de microcompu-
tadoras conectadas a las grandes calculadoras que administran las redes de conjunto, 
se hace posible "llamar" informaciones "hojeando" las ba8es de datos relativos al de· 
sarrollo de las operaciones. Estas herramientas nuevas, de administración del seguí· 
miento de la producción, se añaden o sustituyen a las "pantallas ópticas" que materia-
lizan de manera simplificada el desarrollo de las operaciones y de los flujos. Sobre ese 
punto, cf. nuestro artículo con G. de Tersac (1984). 
50 TECNOLOGÍAS, MERCADO, ORGANIZACIÓN 
da de los sesenta como la de la informatización de la conducción y del pilotaje 
de los procesos en las industrias de propiedad. De esta manera, se han suce-
dido dos tipos de automatización, cada uno con sus objetos clave y 
sus terrenos de aplicación propios. Automatización de producciones 
en serie, informatización de procesos; en ambos casos la informática 
y la electrónica han hecho su entrada. Así se presenta la situación le-
gada a fines de la década de los setenta. 
En el umbral de la década de los ochenta todo está listo para una 
nueva mutación de conjunto. Su punto clave, y en el cual radica la 
excepcional importancia de la década que termina, reside en el hecho 
de que las dos series de técnicas básicas que se habían desarrollado 
prácticamente por separado llegan al punto en que, gozando de los 
progresos realizados en las tecnologías de tratamiento de la informa-
ción, se vuelven posibles su interpenetración y su fecundación recí-
proca. 
La fuerza y el poder de la ola actual de automatización provienen 
de eso: se logra conjugar automatización de las tareas e informatización de los 
pilotajes y las conducciones. Además, y por primera vez, la nueva auto-
matización que cobra auge nc sólo se limita al taller: también le con-
cierne a la oficina. 10 
Así, a su manera y por primera vez, la nueva revolución tecnológi-
ca es ''u ni versal'': afecta indistintamente las industrias de producción en serie 
y las de proceso continuo, el taller y la oficina: la tercera era de la automati-
zación puede cobrar su auge. 
10 Y por lo menos doblemente. Una cadena de informaciones une los trabajos de 
concepción, apoyados ya en el uso masivo de las computadoras (Concepción Asistida 
por Computadora, se dice clásicamente) con los talleres, en el caso de los aspectos cada 
vez más significativos de la programación de las máquinas automáticas, o del control 
de los traslados, de las circulaciones o de los abastecimientos. Por otra parte, en el caso 
de numerosas tareas tradicionalmente efectuadas en papel, la nueva automatización 
penetra en la oficina de manera más acusada, en la medida en que perdura en el taller 
una presión mayor: el tratamiento de la información propiamente dicho no es nunca 
más que una condición previa. Allí, las "computadoras" ,dedicadas a las tareas de cálculo, 
deben estar conectadas a las herramientas, a las máquinas, a la mecánica. En la ofici-
na, por el contrario, se trata en general de puro tratamiento de la información, dado 
que la presión de la mecánica no existe. 
LA NUE\'A ELECTRÓNICA DEL TALLER 51 
II. LA TERCERA ERA DE LA AUTOMATIZACIÓN: 
UNA REVISTA DE LAS TROPAS 
Dado que se han consagrado numerosas obras o artículos a la des-
cripción de las características propiamente técnicas de la nueva auto-
matización, a propósito llamaremos la atención sobre otro aspecto de 
las cosas. Hemos decidido, en un enfoque voluntariamente más con-
ceptual, mostrar cómo cada una de las grandes funciones básicas, mo-
vilizada en la producción industrial, se encuentra ya dotada de herra-
mientas y de medios de trabajo nuevos. Presentaremos así, a grandes 
rasgos, la serie de los nuevos medios de trabajo ya disponibles para 
la ejecución de las operaciones, los traslados y las circulaciones, el cálculo 
y el pilotaje de las herramientas en curso de proceso, y por último para 
la concepción de productos. 11 
l. Robots y manipuladores, los nuevos medios de operación 
Con este título, reunimos toda la gama de las máquinas y manipula-
dores que pueden presentar la característica de estar dotados de he-
rramientas en sentido estricto, y que tras haber sido previamente ajus-
tados y programados, son capaces de ejecutar un programa de 
operación: aplicación de puntos de soldadura, proyección de pintura, 
manipulación automática entre dos máquinas, torneado, fresado ... 
Prácticamente, podemos distinguir aquí entre dos series de materia-
les: los manipuladores y las máquinas herramientas. 
Los manipuladores -cuya forma más elaborada y espectacular 
es el robot- en esencia están destinados a tareas simples y repetiti-
vas. La industria manufacturera utiliza esos dispositivos desde hace 
lustros, y desde luego el principio del manipulador automático no es 
nuevo. Sin embargo, hasta la llegada de la electrónica, y por tanto 
del robot, los manipuladores concebidos y utilizados eran rigurosa-
mente rígidos: programados para una operación -en general mediante 
11 
Así pues, el tipo de enfoque elegido aquí es "complementario" del tradicional-
mente propuesto en la materia. (Cf. por ejemplo Bouchut et al. [ 1980] o nuestra obra 
La robotique (1984).) Para ciertos aspectos, constituye también un desarrollo. A poner 
acento en los soportes nuevos de la automatización o la informatización de las grandes 
"funciones" básicas de la producción -y las vías de la integración entre esas diferen-
tes funciones básicas-, este enfoque presenta el interés, nos parece, de poner en evi-
dencia lo nuevo y específico que hay en la era de la electrónica de producción. 
52 TECNOLOGÍAS, MERCADO, ORGANIZACIÓN 
controles cableados- estaban totalmente esclavizados y no podían si-
no repetir la misma operación de manera infinita y "ciega". De allí 
que su utilización estaba limitada a situaciones de total repetitividad, situacio-
nes que suponían un perfecto dominio de los flujos y circulaciones, 
sin que el manipulador pudiera percibir ningún imprevisto o proble-
ma en el funcionamiento durante la producción. 
Con la llegada de la electrónica, los manipuladores programables 
franquean esta doble frontera que presentaban sus predecesores. En 
una misma línea pueden efectuar diferentes operaciones y, en ciertos 
casos, incluso están dotados de sensores, perciben los imprevistos y 
automáticamente pueden efectuar, en las trayectorias, ciertas corre-
ciones aplicándolas a los movimientos de las herramientas. Esta flexi-
bilidad de uso y aplicación 12 los hace utilizables en una cantidad de 
situaciones considerablemente ampliada. 
Al contrario de los manipuladores, las máquinas herramientas están 
destinadas a tareas complejas, para ciclos de operación considerados 
largos, de algunos minutos, en la mayoría de los usos de la produc-
ción de gran volumen, a algunas horas, cuando se trata de fabrica-
ción de piezas complejas de alta especificación. El caso tipo lo pro-
porciona aquí la máquina herramienta de control numérico (MHCN) 
que, como hemos visto, data de la década de los cincuenta. No obs-
tante, también aquí, las calculadoras a la vez miniaturizadas y de po-
tencia ampliada, y luego la llegada de los microprocesadores van a 
modificar las capacidades y las propiedades de la herramienta. De he-
cho, la MHCN sufrirá una evolución. Primero se concibe el CN-C: má-
quina herramienta de Control Numérico por Calculador, luego, tras la in-
troducción de microprocesadores, se pasa al Control Numérico-Directo, 
sujeto a progreso con las técnicas del Control Numén.co Adaptable (CN-A). 
Prácticamente, estas evoluciones se traducen en el hecho de que el 
trabaJo vivo de programación gana incesantemente en simplicidad, aunque crezca 
la complejidad del producto y por tanto de las tareas y de las concate-
12 Esta propiedad general de flexibilidad constituye sin duda el rasgo más nuevo y 
el más distintivo de los medios de operación de la era de la electrónica. No obstante,hay que distinguir cuidadosamente los diferentes conceptos de flexiblidad y sus condi-
ciones y límites de aplicación, según -sobre todo- se trate de máquinas y de herra-
mientas individuales, o "de combinaciones" entre conjuntos de máquinas individuales 
conectadas entre sí por flujos de información. Esta cuestión de la flexibilidad técnica, tan 
esencial como compleja, será explorada en sus diferentes dimensiones a lo largo de esta 
obra. Aquí no hacemos más que definir la propiedad de flexibilidad tal como se presen-
ta en el caso de manipuladores programables. 
LA NUEVA ELECTRÓNICA DEL TALLER 53 
naciones de tareas que la máquina puede efectuar de manera auto-
mática. De esta manera, la máquina herramienta, a su vez, se vuelve 
flexible, puede memorizar varias series alternativas de trayectorias y, 
en todos los casos, es fácilmente reprogramable. 
Otra tendencia capital en la materia es la integración de diferentes 
máquinas herramientas en conjuntos, más vastos, denominados Cen-
tros de Fabricación y que, de manera continua, enlazan programas 
de operaciones sucesivos. De esta manera, la integración que no se 
había obtenido en la línea de traslado inicial, sino al precio de una 
simplificación drástica de las operaciones, se vuelve asumible, mien-
tras se hacen más complejas las tareas por efectuar, y son integradas 
en una cadena cada vez más larga, con un calculador que controla 
el conjunto del ciclo productivo. 
De esta suerte, los medios de operación son revolucionados por los 
dos extremos: los manipuladores de tareas simples y repetitivas, los 
MHCN de operaciones largas y complejas. La automatización de la fa-
bricación gana considerablemente en extensión. 
2. Línea asíncrona y carretillas guiadas por cable: 
Los medios de traslado 
A diferencia de los materiales anteriormente enumerados, no se trata 
aquí de herramientas en sentido propio. Ningún brazo articulado o ma-
nipulador viene a actuar sobre la materia para transformarla o modifi-
car su cualidad. Los medios de traslado y de circulación tienen por fun-
ción propia la de garantizar el desplazamiento de las matenas y de las piezas 
conforme a las necesidades del ciclo de producción y del desarrollo de 
las operaciones. Apenas hay que precisarlo: cómo asumen el derrame 
de los flujos durante la producción (entre estaciones de trabajo y entre 
talleres), su papel es crucial, a la vez en el plano técnico y en el económico. 
En el técnico, recordemos que, todas las veces que hay que vérse-
las con tareas automatizadas, los programas de operación -una vez 
introducidos en las máquinas- se desarrollan en general de manera 
implacable: a intervalos estrictos (a menudo ajustados al milisegun-
do), las herramientas enganchan sus trayectorias. En esta situación, 
es esencial que la pieza por trabajar 1legue rigurosamente en punto 
a la "cita" con la herramienta, y que además esté en la posición exacta 
para recibir el movimiento de la herramienta en el lugar preciso y en 
las condiciones precisas en que debe ejercerse la transformación. De 
54 TECNOLOGÍAS, MERCADO, ORGANIZACIÓN 
le contrario, si la pieza está en una posición mala o no exacta, se trans-
forma en desperdicio. En el plano económico, esas "transportacio-
nes" de un taller o de un puesto a otro a menudo son, y por propia 
constitución, "tiempos muertos": la pieza circula sin ser trabajada y las 
máquinas no intervienen. Conviene por tanto reducir al máximo esos 
tiempos muertos e improductivos. Y ese objetivo, por encima de to-
do, incumbe a las bandas transportadoras, a los tractores y a las in-
genierías que los acompañan, en materia de administración de circu-
lación y de los traslados. 
Tratándose del conjunto de esos medios de operación y de circula-
ción, las innovaciones, ligadas al auge de la electrónica en el taller, 
son considerables y a menudo radicales. Sin embargo, por importan-
tes que sean los soportes técnicos, debemos recordar que ese terreno, 
el de la logística, 13 es por excelencia aquel en el que innovación técni-
ca e innovación organizacional están unidas por lazos de solidaridad 
íntima. Lo percibiremos claramente si precisamos que los verdaderos 
logros a pesar de los obstáculos sólo pudieron obtenerse, en lo esen-
cial, sobre la base de la línea de desenfilada continua y de su rebasa-
miento por las dos extremidades que constituyen la línea asíncrona, por 
un lado, y la carretilla guiada por cable, por el otro. 
En efeno, al principio está la línea de traslado rígida, o, si se pre-
fiere, la "línea de desenfilada continua". Heredera directa de los precep-
tos fordianos, esta línea materializa sus ventajas -que resume la idea 
de trabajo de tiempo impuesto de la que es apoyo clave- y todos sus 
inconvenientes: siendo el principal que el rendimiento de conjunto de 
la línea sufraga de manera acumulativa las pérdidas efectuadas en ca-
da puesto individual. De manera que a partir de una línea rígida que 
sólo comprendiera cuatro puestos, ellos mismos saturados al cien por 
ciento (0.98; 0.95; 0.97; 0.96), el rendimiento de conjunto de la línea 
ya sólo se elevará a 0.87%. Si a causa de un accidente uno de los cua-
tro puestos cae bajo 0.9, la línea de conjunto cae bajo 0.8. Además, 
como hemos dicho, ese tipo de línea sólo vale verdaderamente para 
productos estandarizados y no diferenciados. De allí la importancia 
de los rebasamientos que permite el uso de la microelectrónica, sobre 
todo con el perfeccionamiento de la línea asíncrona. 
13 Sobre el tema de la logística de empresa cuya importancia es rápidamente cre-
ciente, será útil consultar las obras de R. D. Shapiro y J. C. Heskett (1985), J. C. Ta-
rondeau (1982), D. Tixier, H. Mathe, J. Colín (1983). Hay una presentación clara 
del estado del arte en H. Mathe, D. Tixier (1987). 
LA NUEVA ELECTRÓNICA DEL TALLER 55 
l. La línea asíncrona de producción 
Producto por excelencia de la cultura de la flexibilidad, la línea asín-
crona consiste técnicamente en la materialización de tres principios: 
• Las piezas o productos por trabajar están dispuestos sobre so-
portes que pueden ser simples bandas transportadoras, designadas co-
mo "circuladores" y animadas por un movimiento en curva cerrada 
(por lo general una elipse). 
• A lo largo de ese circulador (en sus orillas exteriores o en su su-
perficie interior), están dispuestas estaciones de trabajo, manuales o 
automatizadas, enlazadas con "puertos de entrada", que permiten 
al producto (que circula a lo largo de la curva) penetrar en el área 
de trabajo de esas estaciones. 
• Los productos, animados por el movimiento circular a lo largo 
de la elipse, son ''llamados'' por los operadores de las estaciones de 
trabajo, o electrónicamente guiados hacia esas estaciones, a medida 
que éstas se liberan o que las presiones técnicas del ciclo exigen que 
sean conducidas hacia tal o cual estación para sufrir allí un tratamiento 
adecuado. Las ventajas de ese tipo de línea son múltiples. 14 Permi-
ten hacer frente a la diversidad y a la variedad de los productos, satu-
rando los puestos y estaciones de trabajo individuales, suprimiendo 
las acumulaciones de retrasos inherentes a la línea rígida. Pero, como 
se habrá notado, si bien a menudo la microelectrónica desempeña un 
papel importante (al administrar los llamados de puesto a puesto), su 
eficacia sólo puede desarrollarse sobre la base de un concepto de or-
ganización, nuevo y opuesto al de la línea fordiana de desenfilada con-
tinua.15 
14 En una excelente obra relativa a las novedades técnicas aportadas por la electró-
nica del taller, M. Aumiaux y G. Rode (1988) recapitulan así las ventajas de la línea 
asíncrona: 
"Los puestos son independientes unos de otros. Llaman a los productos cuando es-
tán listos para recibirlos, y los restituyen al circulador al final de su trabajo. 
"La marcha de un producto a través de los diferentes puestos no está sometida a 
ninguna presión procedente del sistema de traslado: el producto PI podrá pasar sucesi-
vamente a los puestos B, F, G,A y E; el producto P2 a los puestos A, D, H y D, etc. 
"La línea acepta varios productos diferentes, eventualmente de manera simultánea. 
"La coexistencia de puestos manuales, mecanizados y robotizados es más fácil, da-
do que cada pu,esto trabaja a su ritmo, que por cierto varía según el producto. 
"La concepción modular de las líneas de ese tipo permite insertar o retirar fácil-
mente los puestos, según las necesidades." 
15 De esta manera la escuela japonesa de administración de producción había des-
56 TECNOLOGÍAS, MERCADO, ORGANIZACIÓN 
2. La carretilla guiada por cable 
Sistema más ligero e individualizado que el que implica la línea asín-
crona, la segunda innovación clave en el terreno de los traslados y 
de las circulaciones está constituida por la familia de las carretillas auto-
motrices, que simboliza a la más utilizada de ellas, la carretilla guiada 
por cables, es decir guiada por un alambre enterrado en el suelo y que 
trasmite impulsos de corriente a los cuales obedece el movimiento 
de la carretilla. Prácticamente, se trata de un sistema de "destina-
miento", dado que la carretilla (provista de las piezas y las materias 
por trabajar) obedece a impulsos, que para ella son llamados a orien-
tarse -entre varias direcciones posibles~ hacia espacios de trabajo 
precisos y determinados, en función de los balances realizados por las 
computadoras que administran y racionalizan la aglomeración en los 
diferentes espacios de trabajo. 
Entre la línea asíncrona y la carretilla guiada por cables, toda una 
gama de dispositivos es posible, cada uno adaptado a presiones de 
producción y naturaleza de productos especificados. El punto impor-
tante es que esta función general de circulación, de traslado y de ma-
nutención en el suelo también es revolucionada por la entrada de la 
microelectrónica. De esta manera, la logística de empresa da un con-
siderable salto. 
3. Los autómatas programables industriales: 
los medios de cálculo, de control y de pilotaje 
Los autómatas programables tienen esto en contra: son poco especta-
culares y por ello en general se les consagra mucho menos espacio que 
a los robots. Injustamente, pues dado que en el fondo se trata de los 
medios de captura-procesamiento de la información, desempeñan un 
papel fundamental y constituyen una verdadera revolución silenciosa traí-
da por la electrónica a la producción industrial. Desprovistos de he-
rramientas en el sentido estricto (lo que los distingue de los medios 
de operación), pero enlazados y conectados a manipuladores o a má-
quinas, se encargan de controlar y pilotear sus movimientos. 
Como hemos indicado, hicieron su primera aparición en las in-
dustrias de proceso continuo. Utilizados para la captura y el pro-
cubierto ese principio de organización mucho antes de la llegada de la electrónica a la 
producción (cf. capítulo Ill de esta obra, así como Ohno (1989). 
LA NUEVA ELECTRÓNICA DEL TALLER 57 
cesamiento de la información en cadenas de reacciones físico-quí-
micas, rápidamente se desarrollaron -enlazados a computadoras-
para efectuar síntesis entre información y diagnóstico, y transfor-
marse así en verdaderos instrumentos de control y de pilotaje de la 
producción. 
El punto importante es que en la década de los setenta, el último 
toque a los autómatas programables y su perfeccionamiento constan-
te, permitirá su entrada en masa en los talleres de fabricación en serie 
donde van a remplazar a los controles cableados o electromecánicos. 
Primero para el control o el pilotaje de herramientas o de máquinas 
individuales, luego -tendencia más reciente pero ya poderosa- pa-
ra controlar un grupo de máquinas distribuidas en varias estaciones 
de trabajo. 
Así utilizado en "arquitectura descentralizada", controlando simul-
táneamente el movimiento de los transportadores y el de las herra-
mientas, el autómata programable es el centro nervioso y el cerebro 
organizador de verdaderas redes industriales. U ni dad y transversa-
lidad de las tecnologías de la información: todo o casi todo converge 
en la organización de esas redes locales que movilizan los recursos con-
jugados de las telecomunicaciones, de la informática, de la electró-
nica y de la robótica. Encontramos allí, presente en el taller, el "cua-
drado" maestro de las tecnologías de la información, del que había-
mos sugerido que estaba en el corazón de un sistema técnico nuevo 
( cf. Prólogo). 
Sin embargo, si nos limitamos a un grado menos importante de 
integración de esas tecnologías, y a sus usos más individualizados, ya 
se trate en efecto de los autómatas programables que controlan los mo-
vimientos de las herramientas o de calculadoras que administran los 
flujos que conciernen a la circulación de secuencias enteras de pro-
ducción, son esos materiales los que forman la base de la informatiza-
ción de la producción, y constituyen así un soporte esencial a la admi-
nistración de producción con ayuda de computadora. 
4. X-AO: los medios de ayuda para la concepción 
La importancia de los materiales de los que trataremos aquí -direc-
tamente vinculados a la producción manufacturera- reside en que 
conciernen también a la oficina, y a un conjunto de actividades que 
allí se desarrollan, en torno a ingenierías de productos o de procedí-
58 TEC;\;OLOGÍAS. J\IERCADO, ORGANIZ\CIÓN 
mientos. 16 Acostumbramos hablar ahora de X-AC. AC para con Ayu-
da de Computadora. indicando la X la gran variedad de actividades 
vinculadas a la ingeniería de productos. 
El primer grado, y a n-ces el aplicado primero en las oficinas, es 
el de la 0-AC: Diseño con Ayuda de Computadora. Luego vienen las 
diferentes dimensiones de la C-AC, Concepción con Ayuda de Com-
putadora, culminando todo en formas que mezclan tareas de concep-
ción y de fabricación, o más exactamente que integran funciones de 
oficina y el taller. 
Aunque las primeras generaciones de computadoras utilizadas en 
la ayuda para la concepción sean relativamente antiguas pues, por 
ejemplo, la Compañía Renault las utiliza desde la década de los cin-
cuenta, se dio un verdadero salto en la década de los setenta cuando 
se les dio el último toque a las calculadoras con microcomputadoras, 
por una parte, y los progresos de las técnicas propiamente gráficas,. 
por la otra. Utilizado en sus aplicaciones más simples (o- .. v:) para pro-
yectar formas en un espacio de tres dimensiones a partir ele daws nu-
méricos concernientes a las especificaciones esperadas ele las piezas, 
la C-AC experimenta hoy un poderosísimo desarrollo. Sustituye un tra-
bajo en otro tiempo considerable de cálculo y de dibujo en wdo lo 
concerniente a la elaboración ele perfiles o de superficies de las piezas 
o al perfeccionamiento de las compatibilidades en las "interfases .. entre 
subconjuntos de piezas. Con relación a la época del diseño o de la con-
cepción manuales o con ayuda ele la computadora de la década de los 
cincuenta o sesenta, los progresos de las tecnologías ele la información 
aplicada a la C-AC de hoy pueden localizarse en doble nivel. 
Por una parte la potencia y la rapidez de las nuevas herramien-
tas permite -incluso antes de pasar a su producción en prototipo-
la concepción de varias soluciones alternativas, para una misma serie de exigen-
cias y especificaciones. Esas diferentes soluciones pueden probarse, siempre 
de manera numérica y abstracta, con relativa profundidad. Lo cual 
no sólo es susceptible de favorecer una mejor calidad de los produc· 
tos, sino que también permite a la empresa evitar comprometerse de 
manera demasiado apresurada en una solución que, en la práctica, 
presentaría dificultades no percibidas o no suficientemente anticipadas. 
Por otra parte, desde el estadio de la concepción, pueden tomar-
se en cuenta algunas de las características reales y físicas de la fabri-
16 Con respecto a la evolución de la CAO, consultaremos la excelente síntesis histó-
rica de Poitou (1989) o la obra ya citada de M. Aumiaux y G. Rode (1988). 
~ 
LA :\IUE\'A ELECTRÓNICA DEL TALLER59 
cación: número y tipos de máquinas herramientas disponibles, sus ca-
racterísticas, lenguaje y modo de programación. En ese sentido hay 
inte_graár5n de la concepción y la fabricación. En algunas versiones sofistica-
das de la C-AC y de su uso, se introduce en la calculadora no sólo la 
especificación de las piezas por concebir, sino también las caracterís-
ticas ele las máquinas herramientas disponibles, y que se desea utili-
zar para la fabricación de esas piezas. Las calculadoras son entonces 
capaces de indicar no sólo las soluciones posibles en términos de inge-
niería de productos para satisfacer las exigencias que se le han some-
tido, sino también de indicar los programas de los que deberán en-
cargarse las máquinas herramientas, para ejecutar las operaciones que 
corresponden a las piezas por fabricar. 
Desde luego, en la práctica, ese nivel de Concepción-Fabricación con-
A;•uda de Computadora (CF-AC) aún es raramente alcanzado. Sin em-
bargo, en numerosas industrias se hace ya con esta perspectiva las se-
lecciones ele materiales, de hombres y de organizaciones. 
Como podemos ver, cada una de esas cuatro series de medios de tra-
bajo que acabamos de presentar brevemente constituye en sí un salto 
considerable, si se las compara con lo que permitía obtener, en mate-
ria de automatización, la generación anterior de materiales disponi-
bles. La entrada de la informática, la electrónica y luego de la mi-
croelectrónica, ha desmultiplicado considerablemente todas las 
posibilidades clásicas de la automatización. 
Sin embargo, repitámoslo, lo más importante es lo que puede ob-
tenerse del uso combinado, en conceptos variables según las aplicacio-
nes, de esos diferentes tipos de materiales. Es aquí donde la cuestión 
de los ''arreglos'' constitutivos de la nueva ingeniería productiva ad-
quiere su sentido. En sí misma, la nueva generación de medios de tra-
bajo que acabamos de catalogar no hace sino abrir nuevas alternati-
vas que se han vuelto efectivamente practicables de lo posible. Siguen 
sieñdo decisivas las direcciones impresas al cambio tecnológico, la ló-
gica y la jerarquía de los objetivos que ocupan un primer lugar en 
los arreglos, es decir en las líneas productivas mismas. Esta actividad 
de materializ~ción de los objetivos en las líneas productivas, y su je-
rarquía compete por excelencia a la nueva ingeniería productiva que 
la nueva automatización ha hecho posible. 
Ahora debemos detenemos para dar una definición y una caracteri-
zación más precisas de las tendencias nuevas que aquélla ha hecho surgir.

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