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46 o Receptores tipo toll (TLR) Los TLR son el grupo de PRR más estudiado y están muy conservados a lo largo de la evolución. Son receptores transmembrana de tipo I que presentan: Dominios repetidos ricos en leucinas (LRR —leucine-rich repeat— ): Les confieren su capacidad para interaccionar con distintos tipos de ligandos. 1. Dominios TIR (toll/IL-1 receptor) intracitoplasmáticos inician la vía de señalización. Se han identificado 10 miembros de la familia TLR en seres humanos y 13 en ratón y se conocen tanto sus ligandos como su señalización intracelular. El reconocimiento mediado por TLR puede ocurrir en la membrana plasmática o en la membrana de endosomas y endolisosomas. 2. TLR1, TLR2, TLR4, TLR5 y TLR6 se localizan principalmente, aunque no exclusivamente, en la membrana plasmática y reconocen componentes microbianos como lípidos, lipoproteínas, LPS y proteínas. 3. Por el contrario, TLR3, TLR7, TLR8 y TLR9 se localizan en compartimientos vesiculares intracelulares y están implicados principalmente en el reconocimiento de ácidos nucleicos. Los TLR reconocen moléculas expresadas por los microbios pero que no se expresan en células sanas y, si lo hacen, será en otro compartimento celular. Los TLR también reconocen moléculas propias cuya expresión o localización refleja daño celular. Ejemplos de estas moléculas son las 1. Proteínas de choque térmico (HSP). 2. Caja del grupo de movilidad alta 1 (HMGB1), una proteína abundante ligadora de ADN implicada en la transcripción y reparación del mismo. La unión del ligando a los TLR da lugar a la iniciación de la transducción de señales por varias vías y a la activación de factores de transcripción que, finalmente, inducen la expresión de genes cuyos productos son importantes para las respuestas inflamatoria y antivírica (interferones tipo I). Se han determinado las funciones de nueve de los 11 TLR presentes en el ser humano. Resulta sorprendente que cada TLR detecta un repertorio distinto de moléculas patógenas altamente conservadas. El conjunto completo de TLR presentes en un ratón o en un ser humano es capaz de detectar una amplia variedad de virus, bacterias, hongos e incluso algunos protozoarios simples. 1) Varios receptores tipo Toll, los TLR 1, 2, 4 y 6, funcionan como dímeros (en algunos casos, en el complejo formado se incorporan proteínas adicionales). a. TLR4, se parea consigo mismo (formando un homodímero), y los otros forman complejos mixtos (heterodímeros). 47 b. Aún no se determinan los compañeros de los TLR 3, 7, 8 y 9, que tal vez actúen como monómeros, y algunos datos sugieren que TLR podría existir como heterodímero. c. El pareamiento de los TLR afecta su especificidad. TLR2 acoplado a TLR6 se une a una amplia variedad de clases moleculares presentes en los microorganismos, incluidos peptidoglucanos, zimosanos y lipopéptidos bacterianos. Sin embargo, cuando se parea con TLR1, el TLR2 reconoce lipoproteínas bacterianas y algunas proteínas de superficie características de parásitos. d. TLR4 es el receptor clave para la mayoría de los lipopolisacáridos bacterianos. 2) TLR5 reconoce la flagelina, importante componente estructural de los flagelos bacterianos. 3) TLR3 reconoce el RNA bicatenario (dsRNA, del inglés doublé-stranded RNA) que aparece en las células después de la infección por virus de RNA, y el RNA monocatenario (ssRNA, del inglés single-stranded RNA) es el ligando de TLR8 y TLR7. 4) TLR9 reconoce la secuencia CpG (citocina desmetilada unida a guanina) del DNA e inicia una respuesta contra ella. Secuencias desmetiladas como éstas abundan en el DNA microbiano y son mucho menos comunes en el DNA de los vertebrados. o Receptores lectina tipo C (CLR) La familia de los CRL se denomina así porque estos receptores se unen a glúcidos (las lectinas son proteínas que reconocen azúcares) de una forma que depende del Ca2+ (tipo C). En general, los CRL reconocen estructuras glucídicas que se encuentran en las paredes celulares de los microorganismos, pero no en las células de los mamíferos. El receptor de manosa es uno de los CRL más estudiado. Este receptor se une a azúcares terminales de la superficie de microbios, como la D- manosa, la L-fucosa y la N-acetil-Dglucosamina. Los glúcidos de las células eucariotas suelen terminar con galactosa y ácido siálico. Parece ser que estos receptores no generan transducción de señales en la célula que los expresa y son un paso previo importante para iniciar la fagocitosis del microbio. Las dectinas (dectina 1 y 2) son receptores de las DC, macrófagos y neutrófilos que reconocen beta-glucanos unidos en posición 1 y 3 presentes en hongos, algunas bacterias y plantas. Se unen a una gama de hongos patógenos como Candida, Aspergillus, Coccidiodes y Pneumocystis y bacterias patógenas como Mycobacteria. Su activación promueve la fagocitosis y producción masiva de citoquinas proinflamatorias. o Receptores tipo NOD (NLR) La segunda familia más importante de PRR son los NLR. Estos receptores representan la contraparte citosólica de los TLR e incluyen hasta el momento 23 miembros en seres humanos. Los NLR presentan tres dominios distintos: Dominio LRR encargado de detectar y unir PAMP; Dominio NACHT (proteína inhibidora de la apoptosis neuronal [NAIP], CIITA, HET-E y TP1), que permite al NLR unirse a otro y formar oligómeros y un dominio efector o de interacción 48 proteína-proteína que forma complejos que transmiten la señal y que, de acuerdo con su naturaleza, permite clasificar los NLR. Concretamente, existen tres dominios efectores que permiten dividir los NLR en tres subfamilias: o Dominios CARD (dominio de reclutamiento de caspasa (jajaja otra vez la bendita caspasa)), pirina y BIR (dominios repetidos IAP de baculovirus). NOD1 y NOD2 contienen dominios CARD y reconocen el peptidoglicano, un componente de la pared celular bacteriana. o NOD1 reconoce el ácido diaminopimélico (DAP) presente en el peptidoglicanos de todas las bacterias Gram negativas y solo en algunas Gram positivas (Listeria y Bacillus). o NOD2 reconoce una molécula diferente llamada dipéptido muramilo un motivo del peptidoglicano presente en Gram negativos y Gram positivos. Tanto la estimulación de NOD1 como de NOD2 forma un complejo transductor de señales que se ha denominado señalosoma de NOD. Este señalosoma conduce a la activación del factor de transcripción NFNB el cual estimula la producción de quimioquinas y citoquinas que inician la respuesta proinflamatoria necesaria para eliminar el patógeno. NOD1 y NOD2 parecen importantes en las respuestas inmunitarias innatas frente a las bacterias patógenas del tubo digestivo, como Helicobacter pylori y Listeria monocytogenes. o Dominio pirina (NLRP) y forman complejos multiproteicos transductores de la señal de alto peso molecular denominados inflamasomas. Los miembros más conocidos son NLRP1, NLRP3 y NLRC4. Los NLRP responden a DAMP y PAMP citosólicos y generan formas activas de las citoquinas proinflamatorias IL-1 e IL-18. Los PAMP que activan el inflamasoma son moléculas bacterianas como la flagelina, el dipéptido muramilo, el LPS y las toxinas formadoras de poros, así como los ARN bacteriano y vírico. Los DAMP que activan el inflamasoma son las sustancias cristalinas que pueden proceder del ambiente, como el amianto y la sílice, o pueden tener un origen endógeno, como el urato monosódico, el pirofosfato de calcio deshidratado y el colesterol cristalizado. Otros estímulos
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