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Química de los medicamentos antiparasitarios Los medicamentos antiparasitarios son fármacos diseñados para combatir infecciones causadas por parásitos, que son organismos que se alimentan o viven a expensas de otro organismo, conocido como huésped. Estos parásitos pueden ser protozoos, helmintos (gusanos) o ectoparásitos, y pueden causar una amplia variedad de enfermedades parasitarias en humanos y animales. La química de los medicamentos antiparasitarios varía según el tipo de parásito que se esté tratando y el mecanismo de acción específico del fármaco. Algunos ejemplos de medicamentos antiparasitarios y sus mecanismos de acción incluyen: Antiparasitarios para protozoos: Metronidazol: Actúa sobre el ADN del parásito y se utiliza para tratar infecciones por Trichomonas vaginalis, Giardia lamblia y Entamoeba histolytica. Cloroquina: Interfiere en el metabolismo del parásito y se utiliza para tratar la malaria causada por Plasmodium spp. Artemisinina y sus derivados: Tienen un mecanismo de acción aún no completamente comprendido, pero se utilizan en combinación con otros fármacos para tratar la malaria. Antiparasitarios para helmintos (gusanos): Mebendazol y albendazol: Actúan sobre el metabolismo del helminto, inhibiendo la absorción de nutrientes y la formación de microtúbulos, y se utilizan para tratar infecciones por lombrices intestinales como Ascaris lumbricoides, y otros helmintos. Praziquantel: Altera la permeabilidad de la membrana celular del parásito, utilizado para tratar infecciones por cestodos (tenias) y trematodos (duelas). Antiparasitarios para ectoparásitos: Permetrina: Es un insecticida y acaricida que se utiliza para tratar infestaciones de piojos y sarna. Ivermectina: Actúa sobre el sistema nervioso del parásito, utilizada para tratar infecciones por gusanos intestinales y para el control de ectoparásitos como los piojos y la sarna. Es importante destacar que los medicamentos antiparasitarios deben ser prescritos y administrados adecuadamente bajo la supervisión de un profesional de la salud, ya que algunos de ellos pueden tener efectos secundarios y pueden interactuar con otros medicamentos. Además, el desarrollo de resistencia a los medicamentos por parte de los parásitos es un problema importante, por lo que se necesita una vigilancia constante y una investigación continua para desarrollar nuevos antiparasitarios y estrategias para el control de las enfermedades parasitarias.
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