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EXAMEN FISICO SNC DEFINITIVO ACT

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Elaborado por: Colaboradores: 
Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana C. Milanés, Brs. Andrea V. Rivero, 
María L. Rivas, Andrea Rodríguez, Eliana Rodríguez, 
Miguel Castillo Bastidas, Andrea Lamas Suárez. 
 
 
 
UNIVERSIDAD DE CARABOBO 
Facultad de Ciencias de la Salud 
Escuela de Salud Pública y Desarrollo Social 
Departamento de Salud Mental 
Escuela de Medicina 
Práctica Médica 
 
 
 
Valencia, 2019 
 
 
 
Elaborado por: Colaboradores: 
Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana C. Milanés, Brs. Andrea V. Rivero, 
María L. Rivas, Andrea Rodríguez, Eliana Rodríguez, 
Miguel Castillo Bastidas, Andrea Lamas Suárez. 
 
1 
 EXPLORACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO 
 
 El examen físico neurológico constituye un pilar fundamental en la evaluación clínica de un 
paciente, cuya exploración sigue habitualmente un orden, el cual puede estar sujeto a cambio con 
base en la clínica que el paciente presenta y las circunstancias en que éste llega ante el explorador. 
Este orden suele ser: 1° Conciencia, 2° Funciones mentales superiores, 3° Nervios craneales, 4° 
Motilidad, 5° Sensibilidad, 6° Taxia y 7° Praxia. 
 
 Sin embargo, por motivos pedagógicos y para permitir la fácil comprensión por parte del 
estudiante de segundo año de Medicina en su primer contacto con la evaluación neurológica; la 
presente guía se encuentra ordenada de la siguiente manera: 
a) Examen Neurológico General: comprende evaluación de la conciencia, facies, actitud, 
marcha. 
b) Examen Neurológico Especial: abarca la evaluación de nervios craneales, sistema motor, 
sistema sensorial, lenguaje, praxia, taxia. 
Cabe destacar que, en el interrogatorio del examen neurológico se deben hacer especiales 
distinciones según la edad del paciente, especialmente en lo referente a los antecedentes 
personales. En el caso de niños y adolescentes es de interés verificar cómo fue el parto, p. ej. si 
hubo sufrimiento fetal; el desarrollo psicomotriz en el primer año de vida, enfermedades 
infectocontagiosas, conducta durante la escolaridad (rendimiento escolar), hábitos (sueño), uso y 
abuso de sustancias o medicamentos, traumatismos, entre otros. 
 Por último, es importante resaltar que como complemento al examen físico, y con el fin 
de corroborar diagnósticos, se recurre a pruebas de laboratorio y exámenes especiales (por 
ejemplo, del líquido cefalorraquídeo), exámenes radiológicos (tomografías, resonancias) y estudios 
eléctricos (encefalograma, electromiografía). 
 
 
 La conciencia se define como “el conocimiento del yo y del medio que lo rodea” (cfr. 
Cossio). Su evaluación comienza desde el momento en el que se observa al paciente por primera 
vez; verificando aspectos como: 
• ¿Qué tan despierto y atento se encuentra el paciente? 
• ¿Qué tan cooperador se muestra al interrogatorio y examen físico? 
• Conducta (si parece natural o fingida). 
• ¿Qué aspectos resaltan sobre su higiene personal? 
 Con el fin de realizar una evaluación más objetiva, se puede entender que la conciencia 
tiene un contenido (confusión) y un nivel (grado). Con respecto a lo primero, en la confusión el 
1. CONCIENCIA Y EXAMEN MENTAL 
 
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paciente se evidencia ansioso, aterrorizado o agresivo, realizando falsos reconocimientos, con 
delirio o alucinaciones, además de estar desorientado en tiempo y espacio; de allí que algunos 
niveles de conciencia pueden estar acompañados o no de cierta confusión. Por otra parte, el nivel 
de conciencia puede clasificarse de la siguiente manera: 
 
Por otra parte, se puede evaluar el nivel de conciencia cuantitativamente partiendo de la 
Escala de Glasgow, la cual se utiliza para la evaluación de pacientes en coma, con traumatismos 
NIVEL INSPECCIÓN 
DEL PACIENTE 
ESTADO 
MENTAL 
RESPUESTA A 
ESTÍMULO 
Vigil Despierto y lúcido. Inalterado. Rápida. 
Somnolencia Depresión 
incompleta de la 
vigilia. 
 Tendencia al sueño. 
Tendencia a la 
distracción. 
Puede haber 
desorientación en 
tiempo y espacio. 
Adecuada, puede ser verbal 
inclusive. 
Ante estímulos ligeros tiene 
un fácil despertar. 
Obnubilación Depresión completa 
de la vigilia. 
Disminuye relación 
con el medio. 
Embotamiento 
mental o torpeza. 
Inadecuada, lenta. 
Ante estímulos intensos, 
puede despertar. 
Estupor Depresión completa 
de la vigilia. 
Aparente estado de 
inconsciencia. 
 
 
Alterado 
Poco elaborada, pobre, 
incompleta (abrir los ojos, 
mover una extremidad) 
Ante la aplicación de 
estímulos vigorosos y 
repetitivos, puede despertar 
durante pocos segundos. Al 
cesar el estímulo no hay 
respuesta. 
Coma Pérdida total de la 
conciencia. 
No es posible su 
evaluación. 
No hay respuesta a 
estímulos externos. 
No despierta. 
 
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y/o con alteraciones del estado de conciencia. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Según el resultado de la sumatoria de los puntos obtenidos en la escala, se clasifican en: 
ü Normal: 15 puntos. 
ü Grave: < 9 puntos. 
ü Coma profundo: igual a 3 puntos. 
 
• El modo de referir este apartado en la historia clínica es “Glasgow: puntaje del 
paciente/15”. Ej. Glasgow: 9/15. 
 
 Por último, es importante mencionar que en la práctica diaria neurológica existen tests 
que tienen como objetivo evaluar las funciones mentales superiores, como lo son el Mini Mental 
State y el MOCA Test, cuyo dominio corresponde a un contenido más profundo. 
 
 
 Se denomina facies al aspecto general de la cara dado por los rasgos expresivos, por la 
configuración anatómica y la coloración de la misma. En ciertos casos puede ser lo suficientemente 
característica como para orientar por su simple observación, hacia la alteración de un 
determinado aparato o sistema, y en ciertos casos, hacia el diagnóstico de la enfermedad que 
PUNTAJE APERTURA 
OCULAR 
RESPUESTA 
VERBAL 
RESPUESTA MOTORA 
1 No responde No responde No responde 
2 Ante estímulo 
doloroso 
Sonidos 
incomprensibles 
Postura de descerebración 
(extensión) 
3 Por indicación 
verbal 
Palabras 
incoherentes 
Postura de decorticación 
(flexión) 
4 Espontánea Desorientado y 
conversa 
Retirada en flexión ante estímulo 
doloroso 
5 Orientado y 
conversa 
Localiza estímulo doloroso 
6 Cumple órdenes por indicación 
verbal 
2. FACIES 
 
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afecta al paciente. 
 Existen algunos rasgos fisonómicos que son característicos de ciertas afecciones 
neurológicas, entre las cuales destacan: 
a) Facies parkinsoniana o “cara de jugador de póker”: inexpresividad característica, 
mirada fija y escaso parpadeo. 
b) Facies de la parálisis facial periférica: hay asimetría facial, borramiento del surco 
nasogeniano del lado afectado, desviación de la comisura labial hacia el lado sano. 
c) Facies de la hemorragia cerebral: hay abultamiento de la mejilla del lado paralizado, dando 
aspecto de “fumador de pipa”, nombre que también se usa para denominar la facies. 
d) Facies del tétanos o “risa sardónica”: se le llama así porque la parte superior de la cara 
presenta un aspecto doloroso; en cambio, las comisuras labiales están retraídas con la boca 
entreabierta simulando una risa fija. 
 
 
 La actitud se refiere a la posición o postura que adopta un individuo tanto en condiciones 
normales como en condiciones de enfermedad. 
¿Cómo se evalúa la actitud? Se observa al paciente, ¿qué posición tiene? 
• ¿Está acostado? Decúbito 
ü Boca arriba Decúbito Dorsal. 
ü Boca abajo Decúbito Ventral o Prono. 
ü Sobre un lado Decúbito Lateral. 
• ¿Está de pie? Erecto o en bipedestación. 
• ¿Está sentado? Sedente. 
Existen actitudes adoptadas por los pacientes de acuerdo a la enfermedad que padecen. A 
continuación, algunos ejemplos: 
a) Gatillo de fusil: característico de los síndromes meníngeos. El paciente en decúbito lateral 
con hiperextensión del cuello y flexión de los muslos sobre la pelvis y piernas sobre los muslos. 
b) En el Parkinson: la cabeza y el tronco inclinado hacia adelante, los antebrazos en flexión y 
pronación, y las rodillas semiflexionadas. 
c) Opistótonos: característico del tétanos. Se evidencia hiperextensión de la cabeza con 
extensión del tronco, formando un arco con concavidad posterior. 
3. ACTITUD 
 
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d) Actitud antálgica: posición espontánea que adopta el enfermo para atenuar el dolor de una 
parte del cuerpo. P. ej: los pacientes con derrame pleural suelen colocarse en decúbito lateral 
del mismo lado de la afección, con el fin de respirar mejor. 
 También pueden aparecer respuestas estereotipadas en pacientes inconscientes, como las 
siguientes: 
e) Postura de descerebración: Donde los brazos y piernas se hallan en extensión. Se observa 
en lesiones del diencéfalo, mesencéfalo o protuberancia, pero también en trastornos metabólicos 
como hipoxia e hipoglicemia severa. 
f) Postura de decorticación: Donde los brazos se hallan en flexión y las piernas en extensión. 
Se observa en lesiones de tractos corticoespinales en sitios cercanos a los hemisferios cerebrales. 
 
 
 
 
 
 
 La marcha corresponde al acto y manera de caminar. Resulta de una serie de movimientos 
coordinados de comienzo voluntario, que posteriormente se realizan automáticamente. Su 
observación en el paciente es importante, ya que orienta hacia determinados padecimientos del 
SNC, SNP y sistema musculoesquelético. 
¿Cómo se evalúa la marcha? 
• ¿Cómo se incorpora el paciente? Si se encuentra en posición sedente o en decúbito, 
se le solicita incorporarse en bipedestación. ¿Qué observamos? La posición del paciente: 
posición de la cabeza y la base de sustentación (posición de los pies). ¿Se mantiene de pie 
sin perder el equilibrio? Se le solicita abrir y cerrar los ojos, mientras se mantiene de pie. 
• ¿Cómo camina el paciente? Se le pide que camine hacia adelante y hacia atrás, primero 
con los ojos abiertos y luego con los ojos cerrados. ¿Qué se debe observar? 
 
ü La posición de la cabeza (si se mantiene firme y dirigida hacia adelante, 
o si oscila o se dirige hacia los lados o hacia abajo). 
ü El balanceo de los brazos (el brazo derecho se adelanta cuando lo hace 
el pie izquierdo y viceversa). 
ü El tronco (si permanece vertical o si presenta inclinación anterior, 
posterior o lateral; si forma un todo rígido con la pelvis). 
4. MARCHA 
 
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ü El equilibrio al caminar, el movimiento de las piernas (si los muslos 
se elevan a la misma altura, si las rodillas se separan o se acercan, o si 
permanecen rígidas en extensión). 
ü Los pies (se observa cuál parte es apoyada primero en el suelo. La punta 
del pie debe elevarse al caminar). 
 Se mencionan dos ejemplos de alteraciones de la marcha, relacionadas a problemas del 
Sistema Nervioso: 
a. Marcha Parkinsoniana (bradicinética): marcha rígida y corta con tropiezos, aceleración 
brusca y disminución del braceo. 
b. Marcha atáxica: se observa cuando hay lesiones del cerebelo, aparato vestibular y cordones 
posteriores de la médula espinal, por lo que existen tres variedades: tabética, cerebelosa (en 
zigzag) y vestibular. 
 
 La valoración de los nervios craneales debe realizarse de manera ordenada. No es 
competencia de la asignatura Práctica Médica describir las maniobras semiológicas para la misma. 
Sin embargo, es importante recordar que componen el Sistema Nervioso Periférico, son doce 
pares y sus principales funciones son las siguientes: 
Nº NERVIO 
CRANEANO 
FUNCIÓN 
I Olfatorio Olfato 
II Óptico Visión 
III Oculomotor Motor: inerva elevadores del párpado superior, oblicuos inferiores y rectos 
mediales, superiores e inferiores de ambos ojos. 
 Parasimpático: constricción pupilar, reflejo de acomodación. 
IV Troclear Motor: inerva oblicuos superiores de ambos ojos. 
VI Abducens Motor: inerva rectos laterales de ambos ojos. 
V Trigémino Motor: músculos de la masticación. 
Sensitivo: sensibilidad táctil de la cara (rama oftálmica, maxilar y mandibular). 
Sensibilidad táctil de los 2/3 anteriores de la lengua. 
5. NERVIOS CRANEALES 
 
 
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VII Facial Motor: músculos de la mímica y platisma del cuello. 
 
Sensitivo: sensibilidad táctil retroauricular, conducto auditivo externo y 
membrana timpánica externa. Sensibilidad gustativa de los 2/3 anteriores de la 
lengua. 
Secretor (Parasimpático): inervación de glándulas submandibulares, 
submaxilares, lagrimales y de la mucosa nasal. 
VIII Auditivo Audición (rama coclear) y equilibrio (rama vestibular). 
IX Glosofaríngeo Motor: músculos de la faringe, pilares del velo del paladar, músculo estilofaringeo 
(deglución, habla). 
 Sensitivo: Sensibilidad táctil del tercio posterior de la lengua, nasofaringe, 
orofaringe, velodel paladar y oído medio y sensibilidad gustativa del tercio 
posterior de la lengua. 
Secretor (Parasimpático): inervación de la glándula parótida. 
X Vago Motor: elevador del velo del paladar, constrictor de la faringe, fibras lisas 
viscerales, músculo cardíaco. 
Sensitivo: sensibilidad táctil de la faringe y laringe 
XI Accesorio 
espinal 
Motor: músculo esternocleidomastoideo y porción superior del músculo trapecio. 
XII Hipogloso Motor: músculos de la lengua, excepto el palatogloso (10º nervio craneal). 
 
 
 
 El examen de la motilidad comprende la valoración del trofismo, del tono muscular y de 
la motilidad activa voluntaria, fuerza muscular y motilidad activa involuntaria (reflejos y actividad 
automática asociada). 
A. TROFISMO MUSCULAR 
 A la inspección, se debe observar la forma (relieves) y tamaño (nutrición, desarrollo) de 
los grupos musculares. Asímismo, es importante comparar dichas características bilateralmente, 
evaluando de esta manera la simetría en ambos hemicuerpos. Una revisión más objetiva consiste 
en la medición de las circunferencias de los miembros, bilateralmente. 
 Las alteraciones del trofismo muscular son: hipotrofia, hipertrofia, atrofia y contractura 
muscular. Al existir fenómenos de denervación por lesiones de neuronas motoras periféricas, 
consecuentemente se evidencian atrofia muscular (pérdida de volumen) o fasciculaciones 
6. EL SISTEMA MOTOR 
 
 
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(contracciones breves, irregulares y visibles de un fascículo). Por el contrario, en lesiones de 
neuronas motoras superiores, la atrofia solo se evidencia en períodos prolongados de inmovilidad, 
mientras que las fasciculaciones no son un fenómeno característico. 
 
B. TONO MUSCULAR 
El tono es la resistencia que ofrece el músculo a su estiramiento pasivo. Se origina de la 
sumatoria de incesantes reflejos originados mayormente en la médula espinal, y está sometido a 
un control esencialmente inhibitorio de centros superiores. La evaluación del tono muscular se 
realiza de la siguiente manera: 
Inspección: ¿Qué se debe observar? Los relieves y formas musculares. 
Estarán aumentados y definidos en la hipertonía, poco marcados y aplanados en la hipotonía. 
Palpación: 
¿Qué se debe palpar? Se aprecia la consistencia de los músculos. 
Firme y dura en la hipertonía, blanda en la hipotonía y elástica en el normotónico. 
¿Qué maniobra se debe realizar? Movilización pasiva (flexo-extensión) de las 
articulaciones (codos, muñecas, rodillas y tobillos), percibiéndose como una semicontracción 
muscular ligera y sostenida. Esto último permite diferenciar: 
• Hipotonía: Poca o nula resistencia a la movilización pasiva. Se evidencia flaccidez en 
pacientes con lesiones de neuronas motoras periféricas, debido a que el tono muscular es 
ejecutado por estas neuronas, y al lesionarse, se pierde inmediatamente conllevando a la 
rápida atrofia. 
• Hipertonía: Aumento de la resistencia a la movilización pasiva. Puede tener dos orígenes 
principales: 
 
o PIRAMIDAL (Espasticidad): Resulta de la lesión de la vía piramidal y la consecuente 
pérdida de su inhibición sobre el tono, ocasionando la liberación de los centros reflejos 
del tono, exacerbando al mismo. Se observa el Signo de la navaja, donde el 
movimiento pasivo de una extremidad encuentra una resistencia inicial que una vez 
vencida permite el movimiento. Generalmente se acompaña de hiperreflexia profunda. 
o EXTRAPIRAMIDAL (Rigidez): Relacionada al daño en la vía extrapiramidal, sus 
centros y conexiones. Se observa el Signo de la rueda dentada en el que, al extender 
un miembro superior pasivamente, se encuentra una resistencia que puede ser vencida 
de forma intermitente, simulando las ruedas de un engranaje. Los ROT suelen ser 
normales. 
 Otro término asociado es la contractura muscular que se debe al acortamiento 
 
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prolongado, por semanas o meses, de uno o más músculos, con limitación del estiramiento de los 
mismos y acompañada de dolor. 
 
 
C. MOTILIDAD ACTIVA VOLUNTARIA 
 Se evalúa mediante la marcha del paciente, constatando la correcta movilización del 
mismo, así como su incorporación, partiendo desde la posición sedente hasta la bipedestación. Se 
debe descartar la presencia de limitaciones osteoarticulares, musculares, de la piel o del tejido 
celular subcutáneo, en cuya presencia hablamos de impotencia funcional y no de parálisis. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
D. FUERZA MUSCULAR 
 Consta de la capacidad que tiene la persona de realizar movimientos, venciendo la fuerza 
de gravedad y la resistencia impuesta por el examinador. 
¿Cómo se explora? 
• Se pide al paciente que efectúe determinados movimientos mientras se le opone 
resistencia, y que luego mantenga una posición contra la fuerza de gravedad. Se examinan 
los distintos grupos musculares siguiendo un orden, generalmente cefalo-caudal, y de distal 
a proximal en las extremidades, denominadas estas Pruebas de fuerza y contra-fuerza 
 
 Clásicamente la evaluación clínica de la fuerza se hace a través de las maniobras de 
Mingazzini y Barré, las cuales poseen variaciones tanto para miembro superior como 
inferior. 
 
• Mingazzini (miembro superior): Se ordena la extensión horizontal de los 
miembros a la altura de los hombros. El miembro parético tiende a flexionarse o 
a caer lentamente. 
• Mingazzini (miembro inferior): paciente en decúbito dorsal, flexiona en ángulo 
recto los muslos sobre la pelvis y las piernas sobre los muslos, sin que se contacten 
las rodillas. En caso de paresia, hay caida del miembro. 
NOTA: A las paresias y plejías agregaremos un sufijo según el número de miembros que afecten: 
1 miembro: monoparesia/monoplejía. 
Mitad simétrica del cuerpo: hemiparesia/hemiplejía. 
Ambos miembros superiores: diparesia o diplejía. 
Ambos miembros inferiores: paraparesia/paraplejía. 
4 miembros: cuadriparesia/cuadriplejía. 
 
 
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• Barré (miembro superior): se pide al paciente que coloque sus manos 
verticalmente confrontando sus palmas entre si, de manera que los dedos 
separados de ambas manos se encuentren en una misma línea. Los dedos de la 
mano parética se separan menos y/o tienden a flexionarse. 
• Barré (miembro inferior): en decúbito ventral, con la piernas flexionadas 
formando ángulo recto con los muslos. La extremidad parética cae lentamente. 
 La fuerza muscular se cuantifica de acuerdo con la escala propuesta por el Medical Research 
Council británico: 
Escala de fuerza muscular 
0 Sin contracción muscular visible 
1 Inicio de la contracción sin movimiento 
2 El movimiento no vence la fuerza de gravedad 
3 El movimiento vence la fuerza de gravedad4 Movimiento débil contra resistencia u oposición 
5 Fuerza normal 
 
 
Entre de las principales alteraciones de la fuerza muscular se encuentran: 
 
a. Miopatía: alteración muscular con debilidad simétrica. 
b. Polineuropatía: alteración de nervios periféricos, con debilidad simétrica y/o trastornos 
sensitivos. 
c. Fatigabilidad: los movimientos iniciales se efectúan con fuerza adecuada pero su 
repetición causa disminución de la fuerza, más rápido de lo considerado normal. 
 
E. LOS REFLEJOS (Motilidad Activa Involuntaria) 
 
 Los reflejos son respuestas motoras involuntarias, bruscas e inmediatas a un estímulo 
sensitivo de diferente calidad. Se clasifican en osteotendinosos o profundos y cutaneomucosos o 
superficiales. 
1) Osteotendinosos (ROT) o profundos: son aquellos en los cuales se percute sobre un 
tendón o hueso. Para su evaluación, se deben tener en cuenta los siguientes elementos generales: 
ü El paciente debe estar relajado mientras se aplica el estímulo con un martillo de reflejos. 
ü La extremidad se coloca en una posición en la que el músculo a estimular quede 
ligeramente 
estirado. 
ü El golpe se aplica de forma precisa y enérgica sobre el tendón, o de manera indirecta al 
interponer un dedo. 
ü Se observa fácilmente la contracción, su velocidad e intensidad; la relación entre la fuerza 
del estímulo aplicado y la respuesta obtenida, y la velocidad de relajación del músculo. 
ü Por último, se compara con la extremidad contralateral. 
Se sitúa en la escala de reflejos 
según su intensidad. 
 
 
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Ø Clonus: serie de contracciones involuntarias de un grupo muscular. 
Desencadenadas por la extensión continua y brusca de un tendón, se prolongan de manera 
que habiendo terminado la primera contracción, se produce la siguiente. Usualmente 
explorado en el tendón rotuliano. 
 
a) Bicipital (Ubicado en C5-C6): con el brazo del paciente semiflexionado, se percute el tendón 
del bíceps. Respuesta esperada: contracción del bíceps y flexión del antebrazo. 
b) Tricipital (Ubicado en C6-C7): se flexiona el brazo del paciente en el codo y se tracciona 
hacia el pecho. Se golpea el tendón por encima del codo y se observa la contracción muscular y 
extensión del antebrazo. 
c) Reflejo rotuliano o patelar (Ubicado en L3-L4): con la rodilla en semiflexión mientras la 
extremidad cuelga, se percute el tendón del cuádriceps. Respuesta: breve extensión de la pierna. 
d) Aquiliano (Ubicado en L5-S1): estando el paciente en decúbito dorsal o de rodillas sobre una 
silla, se coloca el pie en dorsiflexión ligera y se percute el tendón de Aquiles. La respuesta es 
flexión parcial del pie. 
 
 
 
 
 
ü Hiperreflexia: amplitud e intensidad excesiva del reflejo, indica lesión de vía piramidal. 
ü Hiporreflexia: reducción del reflejo que puede deberse a lesiones del SN o atrofia muscular. 
ü Arreflexia: es la abolición de los reflejos, la cual puede depender tanto de lesiones centrales 
como de 
lesiones periféricas. La arreflexia del reflejo aquiliano es característica del 
hipotiroidismo y de pacientes mayores de 60 años. 
 
2) Reflejos cutáneo-mucosos o superficiales: son aquellos que se obtienen al realizar una 
estimulación cutánea o mucosa. Los principales son: 
ü a) Reflejos Cutáneo-abdominales: se obtienen estimulando la piel del abdomen con 
un objeto romo, desde el borde lateral hacia el centro. La respuesta es contracción ligera 
I Reflejo disminuído (hiporreflexia) 
II Reflejo normal 
III Reflejo vivo/aumentado 
IV Hiperreflexia. Se evidencia al existir 
clonus inagotable, Signo de Babinski, o 
aumento del área reflexógena. 
 
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y superficial de la musculatura abdominal, además de la desviación de la cicatriz umbilical 
hacia el mismo lado de aplicación del estímulo. 
 
b) Reflejo plantar: el estímulo se aplica con un objeto romo desde el talón, en dirección 
ascendente por el borde lateral de la planta del pie y luego el arco plantar hasta la base de 
hallux. La respuesta normal es flexión plantar de los dedos. En lesiones piramidales aparece 
el Signo de Babinski, donde al estimular el borde lateral de la planta del pie, se extiende 
el primer dedo y los demás se abren como abanico. Dicha manifestación es fisiológica 
durante los primeros 2 años de vida, por ser un reflejo primitivo o arcaico. 
 
 
 
 La taxia se refiere a la coordinación de los movimientos musculares, y requiere del 
funcionamiento integrado de cuatro áreas cerebrales: 
• El sistema motor, para la fuerza muscular. 
• El cerebelo, para los movimientos rítmicos y la postura. 
• El sistema vestibular, para el equilibrio y la coordinación. 
• El sistema sensorial, para captar las posiciones. 
La evaluación se puede realizar de manera estática o dinámica. 
• Taxia estática: la principal prueba utilizada es la de Romberg, en la cual se solicita al 
paciente mantenerse en bipedestación, con los pies juntos y los ojos cerrados. Lo normal 
es que el paciente no oscile ni caiga al cerrar los ojos. En caso 
de hacerlo, es sugestivo de una lesión laberíntica o de los 
cordones posteriores medulares. 
• Taxia dinámica: se evalúa mediante la realización de las 
siguientes pruebas: 
ü Prueba índice-nariz: se le solicita al paciente que con el dedo 
índice de una mano toque su nariz y luego el dedo del 
examinador, repetidas veces. 
ü Prueba talón-rodilla: se solicita al paciente tocarse una 
rodilla con el talón de la otra pierna y luego deslizar el talón 
desde la rodilla hasta el tobillo. Se repite varias veces. 
7. TAXIA 
 
 
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 La existencia de alguna alteración en las pruebas anteriores puede denotar lesiones del 
cerebelo, en las cuales hay presencia de dismetría, una alteración de la coordinación donde el 
movimiento no es preciso o tiene ajustes en la trayectoria. 
 
 
 
 Son movimientos que aparecen como resultado de lesión en cualquiera de los 
componentes del sistema extrapiramidal, el cual es una vía motora paralela a la vía piramidal 
conformada por múltiples circuitos que contribuyen a la coordinación de los movimientos, el control 
automático del tono muscular, la postura, el equilibrio y la inhibición de movimientos anormales. 
 La extensión del sistema extrapiramidal abarca la corteza cerebral, los núcleos basales del 
cerebro, tálamo, subtálamo, mesencéfalo, puente y médula oblonga, así como también se encuentra 
asociado a otras estructuras como: cerebelo (coordinación de movimientos), sistema vestibular 
(equilibrio, reflejos posturales) y el sistema reticular (integración). 
 Una lesión en el sistema extrapiramidal se evidenciapor la aparición de movimientos que 
no pueden ser controlados por la voluntad. Dichos movimientos involuntarios pueden ser 
paroxísticos (que aparecen en forma de acceso momentáneo) o permanentes. Asimismo, los 
movimientos pueden ser clasificados como hipocinesias o hipercinesias, dependiendo de sus 
características. 
 Los movimientos anormales involuntarios se denominan discinesias, las cuales se 
encuentran presentes en numerosas enfermedades neurológicas. Algunos son: 
1. Temblor: movimiento involuntario, oscilatorio y rítmico en partes específicas del cuerpo. A la 
inspección, se evidencian distintos tipos de temblor: en reposo (característico del Parkinson), de 
actitud (producido ante la adopción de una postura fija, puede tener origen cerebeloso), 
intencional (producido durante el curso de movimientos voluntarios, puede tener origen 
cerebeloso) y esencial (variante que evidencia temblor de actitud que desaparece en reposo y afecta 
a individuos durante toda la vida). 
2. Corea (“baile”): movimientos involuntarios de gran amplitud, irregulares (sin ritmo), 
desordenados y rápidos, que afectan principalmente extremidades y cara. No son impedidos por la 
voluntad, y desaparecen durante el sueño. Característicos de la enfermedad de Huntington. 
3. Balismo: movimientos involuntarios que persisten durante el sueño, caracterizándose por 
sacudidas violentas y abruptas, de predominio proximal. 
4. Atetosis (“sin posición fija”): movimientos involuntarios sucesivos, reptantes y lentos, que 
simulan una contorsión y no pueden ser controlados a voluntad. Generalmente afectan los dedos de 
8. MOVIMIENTOS INVOLUNTARIOS 
 
 
Elaborado por: Colaboradores: 
Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana C. Milanés, Brs. Andrea V. Rivero, 
María L. Rivas, Andrea Rodríguez, Eliana Rodríguez, 
Miguel Castillo Bastidas, Andrea Lamas Suárez. 
 
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las extremidades, la cara y el cuello. 
5. Mioclonías: movimientos involuntarios caracterizados por contracciones bruscas, súbitas y 
rápidas de un músculo o grupo muscular, ocasionando la movilización de un segmento corporal o 
miembro. 
6. Tics: movimientos involuntarios breves, rápidos, repetitivos y estereotipados en intervalos 
irregulares que abarcan determinados grupos musculares. Desaparecen durante el sueño y son 
transitoriamente evitables por la voluntad, siendo irresistible la necesidad de realizarlos de nuevo. 
Son ejemplos: parpadear, muecas, encogida de hombros. 
7. Distonías: contracciones musculares sostenidas, en ausencia de esfuerzo voluntario, que originan 
movimientos repetitivos de torsión o posturas anormales mantenidas, debidas a un aumento anormal 
del tono muscular de uno o varios músculos. Desaparecen con el sueño. El tronco encorvado y los 
miembros flexionados característicos del Parkinson se conocen como “distonía flexora del 
Parkinson”. 
 
 
 
 La sensibildad puede dividirse en superficial, profunda o combinada. Cada una, evalúa la 
indemnidad de vías específicas, que realizan un recorrido anatómico hasta llegar al área sensorial de 
la corteza cerebral, para volverse sensaciones conscientes. Por consiguiente, la evaluación del sistema 
sensorial consiste en el examen de los distintos tipos de sensaciones. 
ü Sensibilidad superficial: dolor, temperatura y tacto ligero o protopático. 
ü Sensibilidad profunda: presión, vibración, posición y tacto discriminativo o 
epicrítico. 
ü Sensibilidad combinada: grafestesia, estereognosia, barognosia, somatognosia. 
 
 ¿Cómo se explora? 
• En la evaluación de todo tipo de sensibilidad, el paciente debe tener los ojos cerrados mientras 
se aplican los estímulos en diferentes áreas del cuerpo y se comparan ambos lados. 
• Los estímulos dolorosos se investigan con un objeto punzante y estéril (punta de martillo 
neurológico), mientras que los diferentes tipos de tacto se evalúan con objetos suaves (algodón). 
Los estímulos térmicos se realizan con tubos de ensayo que contengan agua fría y tibia. 
*Los estímulos dolorosos son aplicados en aquellos pacientes en los que sea necesario. 
• Mientras se aplican los estímulos, se interroga al paciente: ¿sintió algo?, ¿qué sintió? Al comparar 
ambos lados se debe indagar si el estímulo fue percibido con la misma intensidad. Al momento de 
la evaluación, pueden evidenciarse alteraciones de la sensibilidad: 
1. Analgesia o anodinia: ausencia de la sensibiidad al dolor. 
9. SISTEMA SENSORIAL 
 
Elaborado por: Colaboradores: 
Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana C. Milanés, Brs. Andrea V. Rivero, 
María L. Rivas, Andrea Rodríguez, Eliana Rodríguez, 
Miguel Castillo Bastidas, Andrea Lamas Suárez. 
 
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2. Hipoalgesia o hipoestesia dolorosa: disminución de la sensibilidad al dolor. 
3. Hiperalgesia o hiperestesia dolorosa: aumento de la sensibilidad al dolor. 
4. Disestesia: es la producción de una sensación poco placentera o desagradable, por un estímulo que 
no debería serlo. 
5. Alodinia: se perciben como dolorosos estímulos que no lo son. 
6. Hiperpatía: reacción anormal al estímulo doloroso, en particular a los repetitivos, con un umbral 
doloroso aumentado. La identificación del estímulo suele ser imperfecta, imprecisa, irradiada o persistir 
al cesar el estímulo. 
 
 Las alteraciones de la sensibilidad combinada son: agrafestesia, astereognosia, abarognosia y 
asomatognosia. Cuando existe adecuada recepción primaria y la sensibilidad combinada se encuentra 
indemne, existiendo un conocimiento previo de aquello que se percibe, es posible evaluar la gnosia, la 
cual es la capacidad para reconocer e identificar estímulos complejos a través de funciones sensoriales 
básicas. Al haber imposibilidad de reconocimiento de estímulos se habla de agnosia. 
 
 La praxia se define como la facultad de realizar de manera más o menos automática ciertos 
movimientos habituales y previamente aprendidos, que están adaptados a un fin determinado. Con el fin 
de evaluarla, se le propone al paciente la realización de actos psicomotores intencionales, también 
conocidos como gestos proposicionales, los cuales están compuestos por actos simples y ordenados, 
tales como peinarse, vestirse, beber agua, o cepillarse los dientes (gestos transitivos, que involucran 
objetos), o saludar, hacer la señal de la cruz, rascarse la cabeza (gestos intransitivos). 
 La correcta realización de lo anteriormente descrito se denomina eupraxia. Por el contrario, la 
apraxia es la imposibilidad de realizar movimientos o actos adaptados a un fin determinado. 
 
 Por último, se incluye un apartado sobre algunas generalidades relacionadas con síndrome y 
signos meníngeos, las cuales servirán de ayuda para conocimientos posteriores concernidos a dichos 
eventos. El síndrome meníngeo involucra la existencia de un trastorno irritativo de las meninges y de las 
partes del tejido nervioso contiguas a las mismas. Entre las causas más comunes se encuentran las 
siguientes: 
ü Inflamatorias: por infecciones bacterianas, virales, micóticas o parasitarias. 
ü No inflamatorias: debido a hemorragias (sangrados por HTA, ruptura de 
aneurismas,traumatismos) y a neoplasias. 
 Los signos y síntomas varían según la causa y están a sociados a la presencia de diversos 
10. PRAXIA 
SÍNDROME MENÍNGEO 
OO 
 
Elaborado por: Colaboradores: 
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María L. Rivas, Andrea Rodríguez, Eliana Rodríguez, 
Miguel Castillo Bastidas, Andrea Lamas Suárez. 
 
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grados de hipertensión endocraneal. 
Las manifestaciones clínicas más importantes son: 
• Cefalea: reviste caracteristicas especiales según su intensidad, su exacerbación matinal o 
nocturna, así como con la posición y con el esfuerzo (pujar, toser). Su velocidad de instauración 
dependerá de la causa, siendo súbita (en caso de ruptura de aneurismas y hemorragias 
subaracnoideas) o progresiva (en el caso de tumores). 
• Contracturas musculares: (rigidez de nuca). Esta última frecuente en las meningitis 
bacterianas, poniéndose en evidencia al pedir al paciente que se toque el pecho con el mentón, 
maniobra que no puede realizar sin recurrir a la apertura de la boca (signo de Lewinson). Al 
intentar flexionar o extender la cabeza se producirá dolor. 
Además, están presentes dos signos significativos de irritación o inflamación de las meninges 
como lo son el signo de Brudzinski y el signo de Kernig. 
ü Signo de Brudzinski: al flexionar la cabeza con un 
poco de energía, se observa una flexión de las caderas y 
rodillas. En condiciones normales no debería ocurrir. 
 
Signo de Kernig: al levantar ambas piernas 
estiradas, éstas tienden a flexionarse a nivel de las 
caderas y rodillas, o al flexionar una pierna a nivel 
de la cadera y de la rodilla y luego estirarla, existe 
resistencia o dolor. 
 
Otros signos que pudiesen estar presentes son: 
ü Vómitos de tipo cerebral: caracterizados por no precederse de náuseas, ocurrir 
sin mayor esfuerzo y no asociarse a la ingesta en la mayoría de los casos. 
ü Edema de pápila bilateral: observable a través de la realización del fondo de ojo, 
lo cual es de capital importancia en el establecimiento del diagnóstico clínico. 
Otros signos de importancia son la fiebre, que casi siempre sugiere un origen infeccioso; 
también podrían presentarse convulsiones y fotofobia. 
Algunos datos que se deben evaluar en pacientes con compromiso profundo de 
conciencia son. 
ü Verificar que tenga la vía aérea despejada, que esté respirando y que no 
esté en shock o en paro cardíaco (no respira, no se mueve, no tiene pulso, 
no responde al llamado). 
 
ü El aliento podría señalar intoxicación etílica, encefalopatía portal (fétor 
hepático), insuficiencia renal (fétor urémico), cetoacidosis (aliento 
cetónico, similar a una manzana podrida). 
 
 
Elaborado por: Colaboradores: 
Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana C. Milanés, Brs. Andrea V. Rivero, 
María L. Rivas, Andrea Rodríguez, Eliana Rodríguez, 
Miguel Castillo Bastidas, Andrea Lamas Suárez. 
 
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ü La presencia de heridas recientes en los bordes de la lengua podría señalar 
convulsiones epilépticas. 
 
ü La observación de las pupilas es muy importante. Por ejemplo, una 
anisocoria (pupilas asimétricas en diámetro) puede ser una manifestación 
de un enclavamiento de la masa encefálica por hipertensión endocraneana. 
 En traumatismos o fractura de base de cráneo, se pueden observar: 
��Signo de “ojos de mapache”: equimosis periorbitaria usualmente bilateral, que es 
causada por fractura del piso anterior de la base del cráneo. 
��Signo de Battle: equimosis retroauricular, localizada usualmente en el mismo lado donde 
se encuentra una fractura del piso medio de la base del cráneo, específicamente de la porción 
petrosa del esfenoides. 
 
 
 
 
 
 Cuando la función del tronco del encéfalo está intacta, se tienden a mantener los reflejos 
oculocefálicos, que consisten en que cuando el examinador hace girar la cabeza del paciente 
hacia uno y otro lado, manteniéndole sus ojos abiertos, los mismos se mantienen en la posición 
que tenían, es decir, compensan el movimiento cefálico. En contraposición, cuando hay lesión del 
tronco del encéfalo, se evidencian los “ojos de muñeca”, cuando éstos se mantienen fijos 
durante la maniobra, habiendo ausencia de movimientos oculares compensatorios. 
 
 
Tronco Indemne Lesión en tronco 
 
 
 La redacción de la enfermedad actual generalmente comienza con el mismo encabezado, 
CONSEJOS PARA LA REALIZACIÓN DE LA HISTORIA CLÍNICA 
NEUROLÓGICA 
RANEALES 
Signo “Ojos de Mapache” Signo de Battle 
ENFERMEDAD ACTUAL 
 
Elaborado por: Colaboradores: 
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María L. Rivas, Andrea Rodríguez, Eliana Rodríguez, 
Miguel Castillo Bastidas, Andrea Lamas Suárez. 
 
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sin embargo, es importante tomar en consideración lo siguiente: 
ü Si el paciente padece de una enfermedad crónica neurológica, es necesario colocar la 
misma seguida del encabezado, así como el año de diagnóstico y el tratamiento actual de 
la enfermedad. En el caso de suspensión del tratamiento por criterio del paciente, se debe 
indicar el número de días sin recibirlo. 
Ej: Se trata de paciente femenina de 80 años de edad, natural y procedente de la localidad, con 
Parkinson desde hace 5 años, en tratamiento actual con X” 
ü Si la enfermedad actual involucra un desmayo, pérdida de conciencia o convulsión, es de 
vital importancia orientar el interrogatorio en un sentido más específico: 
§ ¿Qué estaba haciendo usted antes del evento? ¿Hubo algún síntoma que le avisara lo que 
iba a pasar? ¿Es la primera vez que le ocurre un episodio como ese? Profundizar 
en los antecedentes sobre afecciones neurológicas de la infancia o en épocas pasadas. 
§ ¿Usted cayó al piso? En la enfermedad actual se coloca “caída de sus propios pies”. 
§ Si fue llevado al servicio por familiar, se coloca “traído por familiar a facultativo”. Sin 
embargo es fundamental interrogar al paciente sobre los hechos, a fin de confirmar qué 
tan alterado estuvo su nivel de conciencia y estado mental. P. ej. ¿Recuerda que pasó? 
¿estuvo despierto durante el camino al centro? 
§ ¿Alguien se encontraba con usted? Constituye un dato de gran importancia la 
presencia de testigos al momento del evento, los cuales pueden aportar información sobre 
la duración del mismo y durante el tiempo que el paciente se encontraba inconsciente. 
§ En caso de convulsiones, se debe describir la crisis convulsiva, especificando si fue focal o 
generalizada, el tipo de movimientos involucrados (tónicos, clónicos, tónico-clónicos), la 
duración, si hubo o no pérdida de conciencia. También se especifican los concomitantes, 
tales como sialorrea, relajación de esfínteres, entre otros. 
 
 
 
 
• Argente H, Álvarez M. Semiología médica: fisiopatología, semiotecnia y propedeútica. 2da 
edición. Editorial Panamericana. Buenos Aires, 2013. 
• Caraballo, A. Chalbaud, Z. Gabaldón, F. Manual de exploración clínica 3era edición. Consejo 
de Publicaciones de la Universidad de los Andes. Venezuela, 2004. 
• Cossio P, Fustinoni O & Rospide P. Semiología Medica Fisiopatológica. Edimed-Ediciones 
médicas SRL Argentina, 2012 
• García-Porrero, J. Hurlé, J. Anatomía Humana. McGraw-Hill Interamericana. Madrid, 2005. 
BIBLIOGRAFIA 
 
Elaborado por: Colaboradores: 
Dr. Jesús Ignacio Carrillo H. Dra. Ana C. Milanés, Brs. Andrea V. Rivero,María L. Rivas, Andrea Rodríguez, Eliana Rodríguez, 
Miguel Castillo Bastidas, Andrea Lamas Suárez. 
 
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• Snell, R. Neuroanotomía clínica. 7ma edición revisada. Wolters Kluwer Health. Barcelona, 
2014. 
• Fustinoni, O. Semiología del sistema nervioso. Decimo tercera edición. Ateneo. Buenos Aires. 
• Arenas, J. Mogollón, M. Semiología médica básica. Universidad de Carabobo. Valencia.

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