Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Comunicación celular 139 bia de forma. Este cambio permite que la proteína G se asocie con el receptor. Los receptores acoplados a proteínas G se encuentran en todas las eucariotas. Esos receptores se unen con cientos de diferentes moléculas de señalización. Algunos de los muchos procesos críticos que dependen de los receptores acoplados a proteínas G son la visión, sentido del olfato, regulación del humor y del comportamiento, así como la regulación del sistema inmunológico. Como podría imaginarse, el entendimiento de cómo trabajan los receptores acoplados a proteínas G es médicamente importante. Aproximadamente el 60% de las prescripciones médicas en uso actúan sobre esos receptores. En mamíferos se han identifi cado más de 900 receptores acoplados a proteínas G, y más de 400 de dichos re- ceptores son objetivos potenciales en la producción farmacéutica. Los receptores asociados a enzimas funcionan directamente como enzimas o están asociados a enzimas Los receptores asociados a enzimas son proteínas transmembrana con un sitio de unión para moléculas de señalización fuera de la célula y un componente enzimático interno a la célula. Del capítulo 3 recuerde que las enzimas catalizan reacciones químicas específi cas; la mayoría de las enzimas son proteínas. Algunos receptores asociados a enzimas no tienen un componente enzimático pero sí un sitio de enlace para una enzima. Se han identifi cado varios grupos de receptores asociados a enzimas. Las proteínas llamadas tirosina quinasa constituyen el mayor grupo de receptores asociados a enzimas. Una quinasa es una enzima que transfi ere el grupo fosfato terminal de ATP a un sustrato (la sustancia específi ca sobre la que actúa la enzima). A este proceso se le denomina fosforilación. Una tirosina quinasa es una enzima que cataliza la trans- ferencia de grupos fosfatos de ATP a una tirosina específi ca que es parte de una proteína. (La tirosina es un aminoácido). La parte del receptor asociada con la enzima tirosina quinasa es el dominio que se extiende dentro del citosol. Los receptores tirosina quinasa ligan a ciertas hormo- nas, incluyendo la insulina y los factores de crecimiento, como el factor de crecimiento del nervio. Esos receptores regulan muchos procesos celu- lares y son importantes en el desarrollo. Antes de que la tirosina quinasa pueda fosforilar a una proteína de señalización en la célula, primero se debe activar. Cuando las moléculas de señalización se unen a dos receptores tirosina quinasa, éstos se mue- ven más cerca entre sí en la membrana plasmática y se juntan, formando un dímero. Ocurre un cambio conformacional (cambio en forma), lo que permite a la parte tirosina quinasa de cada receptor agregar un fosfato de una molécula ATP a ciertas tirosinas sobre el otro miembro del dímero (FIGURA 6-5c). Una vez activadas, las enzimas tirosina quinasa pueden fosforilar las proteínas de señalización dentro de la célula (se analiza en la próxima sección). Muchos receptores de superfi cie celular en las plantas son receptores asociados a enzimas. Los brasinosteroides (BR), un grupo de hormo- nas esteroides vegetales, regulan muchos procesos en las plantas, como la división celular, la elongación celular, y el fl orecimiento (se analiza en el capítulo 38). A diferencia de las hormonas esteroideas animales, que comúnmente se ligan con receptores intracelulares, los BR se unen con un receptor quinasa proteínico en la membrana plasmática. Más que en la tirosina, los aminoácidos son fosforilados en los receptores quinasa proteínicos vegetales, serina y treonina. El gas etileno es una hormona vegetal que regula una variedad de procesos, incluyendo la germinación de semillas y la maduración de los frutos. El etileno también es importante en las respuestas de la planta a factores de esfuerzo. El receptor etileno tiene dos componentes. Cada componente tiene un dominio que es una enzima, una histidina quinasa, que tomen glucosa mediante difusión, así la regulación decreciente de receptores disminuye la capacidad de las células para tomar glucosa. Es frecuente que la regulación decreciente de receptores implique el trans- porte de receptores a los lisosomas, en donde son destruidos. La regulación creciente de receptores ocurre en respuesta a bajas concentraciones hormonales. Un mayor número de receptores son sin- tetizados, y también aumenta su número sobre la membrana plasmática haciendo más probable que la señal sea recibida por un receptor sobre la célula. Así la regulación creciente de receptores amplifi ca el efecto de las moléculas de señalización sobre la célula. Las regulaciones decreciente y creciente de receptores en parte son controladas mediante señales a los genes que las codifi can para los receptores. En la superfi cie celular hay tres tipos de receptores Los principales tipos de receptores de superfi cie celular son los recepto- res ligados a canales iónicos, receptores acoplados a proteínas G y recep- tores asociados a enzimas. Los receptores ligados a canales iónicos convierten señales químicas en señales eléctricas Los receptores ligados a canales iónicos se encuentran en la mem- brana plasmática. Esos receptores, que han sido extensamente estudia- dos en neuronas y en células musculares, convierten señales químicas en señales eléctricas (FIGURA 6-5a). El propio receptor sirve como un canal. Los receptores ligados a canales iónicos también son llamados ca- nales de compuerta-ligando, lo que signifi ca que el canal iónico se abre o se cierra en respuesta al acoplamiento de la molécula de señalización (ligando). Parte del receptor (proteína) que hace el canal establece la compuerta. El receptor responde a ciertas señales cambiando su forma, abriendo o cerrando la compuerta. Normalmente, la compuerta de un canal iónico permanece cerrada hasta que un ligando se une al receptor. Los neurotransmisores liberados por las neuronas en el sistema ner- vioso son moléculas de señalización. Por ejemplo, la acetilcolina es un neurotransmisor que se une a un receptor de acetilcolina. Este receptor es un canal iónico de sodio de compuerta-ligando que es importante en la contracción muscular. Cuando la acetilcolina se une al receptor, el canal se abre, permitiendo que los iones de sodio entren a la célula. El infl ujo de iones de sodio disminuye la diferencia de carga eléctrica a través de la membrana (depolarización), lo que puede conducir a una contracción muscular. Después de un breve tiempo, el ligando se des- acopla del receptor y la compuerta cierra el canal. Como se analizará en el capítulo 41, algunos canales iónicos, llamados canales activados por voltaje, se regulan mediante señales eléctricas. Los receptores acoplados a proteínas G, encadenan moléculas de señalización a las rutas de transducción de señal Los receptores acoplados a proteínas G son una gran familia de pro- teínas transmembranas que cruzan siete veces la membrana plasmática (FIGURA 6-5b). El receptor consiste en siete hélices alfa transmembrana conectadas mediante lazos o cintas que se extienden en el citosol o fuera de la célula. Los receptores acoplados a proteínas G relacionan a ciertas moléculas de señalización con varias rutas de transducción de señal den- tro de la célula. La parte exterior del receptor tiene un sitio de unión para moléculas de señalización, y la parte del receptor que se extiende en el citosol tiene un lugar de unión para una proteína G específi ca. Las proteínas G unen nucleótidos de guanina. Cuando una molécula de señalización se une a un receptor acoplado a proteínas G, éste cam- 06_Cap_06_SOLOMON.indd 13906_Cap_06_SOLOMON.indd 139 10/12/12 16:1710/12/12 16:17 Parte 1 La organización de la vida 6 Comunicación celular 6.3 Recepción de señales En la superficie celular hay tres tipos de receptores Los receptores ligados a canales iónicos convierten señales químicas en señales eléctricas Los receptores acoplados a proteínas G, encadenan moléculasde señalización a las rutas de transducción de señal Los receptores asociados a enzimas funcionan directamente como enzimas o están asociados a enzimas
Compartir