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población de receptores viscerales de bajo umbral, separa- da de otra formada por nociceptores, para explicar el paso de las sensaciones viscerales inocuas a las dolorosas. Este paso ocurriría por la activación sucesiva de cada una de estas poblaciones (Fig. 5.18). En una serie de vísceras (corazón, vesícula y vías biliares, útero) se ha probado la existencia de receptores de alto umbral (nociceptores vis- cerales), que responden a estímulos de intensidad por enci- ma del rango normal y que constituirían auténticos nociceptores viscerales. Otros receptores viscerales, por ejemplo los mecano- rreceptores en la pared del colon, responden de manera graduada a la distensión, comenzando a disparar desde rangos inocuos. Puede pensarse, como sugiere la teoría de la intensidad, que a medida que aumenta la magnitud del estímulo se incrementa la frecuencia de descarga de estos receptores, y que cuando la respuesta aferente alcanza una determinada intensidad, el mensaje es interpretado como doloroso (Fig. 5.18). Esto exigiría sin embargo una gran homogeneidad en el umbral de disparo de todos los recep- tores intestinales, cosa que no se ha observado experimen- talmente. Más plausible es la interpretación de que las intensidades crecientes de estimulación periférica van reclutando fibras nerviosas de umbral cada vez más alto y que la sensación final depende de un proceso de sumación central. Así se explicaría el paso de la sensación inocua de distensión a la de dolor que se experimenta al expandir progresivamente el recto o el colon (Fig. 5.18). VÍAS DE TRANSMISIÓN DE LA INFORMACIÓN SOMATOVISCERAL La información somática del tronco y de las extremi- dades llega a la médula espinal por los nervios espinales, mientras que la visceral lo hace a través de los nervios del sistema nervioso autónomo. Por su parte, las fibras que inervan la cabeza se dirigen al tronco del encéfalo siguien- do algunos pares craneales, especialmente el trigémino. Las fibras aferentes viscerales utilizan tanto el sistema parasimpático como el simpático, aunque en una propor- ción muy diferente (Fig. 5.19). Así, alrededor del 80% de las fibras del nervio vago son aferentes, mientras que éstas sólo forman el 20% de los nervios simpáticos. En el gato S I S T E M A S E N S O R I A L ( S E N S I B I L I D A D S O M Á T I C A Y V I S C E R A L ) 93 FR EC U EN C IA D E D ES C A RG A 100 10 1 0.1 100 80 60 40 20 0 % D EL M Á XI M O V A LO R Irritante químico A B 1 min1 min Irritante químico Figura 5.17. Relación entre la descarga de un nociceptor cutáneo y la percepción subjetiva de dolor. Los datos se obtuvieron regis- trando una fibra nerviosa nociceptora amielínica que inervaba el dorso de la mano y aplicando sobre su campo receptor un irritante químico (aceite de mostaza). A. Descarga de la fibra. B. Cuantificación de la sensación del dolor urente, expresada como porcentaje del total de una escala analógica. INOCUO SENSACIÓN DOLOR DOLOR DOLOR ESPECIFICIDAD INTENSIDAD SUMACIÓN INTENSIDAD DEL ESTÍMULO RE SP U ES TA D E FI BR A S A FE RE N TE S LESIVO Figura 5.18. Diagrama de los tres posibles mecanismos de codificación de los estímulos lesivos por los nociceptores vis- cerales (teorías de la especificidad, intensidad y sumación). Se ha representado la relación que existiría en cada caso entre la intensidad del estímulo y la descarga de las fibras sensoriales viscerales, correlacionándolas con la percepción de sensacio- nes dolorosas.
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