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Enfermedades multisistemicas

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561
25Enfermedades multisistémicas 
importantes
Algunas enfermedades importantes causan 
lesiones en muchos tejidos y órganos
Muchas afecciones son específi cas para un órgano o sis-
tema, pero es posible que algunos padecimientos impor-
tantes causen lesiones en muchos sistemas. Éstas son las 
enfermedades multisistémicas y pueden dividirse en cuatro 
categorías principales:
• Trastornos con una base inmune o autoinmune. En 
este capítulo se exponen con detalle el lupus 
eritematoso sistémico (LES), la esclerosis sistémica 
progresiva, la enfermedad reumatoide y la sarcoidosis, 
aunque algunos aspectos de cada una de ellas también 
se exponen en los capítulos referentes a otros sistemas 
(p. ej., véase en el cap. 24 las manifestaciones 
articulares de la enfermedad reumatoide y en el cap. 
17 las lesiones renales en el LES). Asimismo aquí se 
resume aquí brevemente la vasculitis sistémica, aunque 
se trata con mayor profundidad en el capítulo10.
• Trastornos por el almacenamiento o depósito de 
sustancias anormales. La amiloidosis es una 
enfermedad importante en este grupo, aunque su 
incidencia está disminuyendo. Las enfermedades 
metabólicas de almacenamiento, como las glucogenosis 
y las lipidosis, la hemocromatosis y la enfermedad de 
Wilson, son ejemplos de este tipo de trastorno 
multisistémico.
• Trastornos que implican defectos metabólicos 
sistémicos. La diabetes mellitus es el ejemplo más 
importante. Se le estudia aquí dado su impacto sobre 
muchos órganos y tejidos, más que en asociación con 
los islotes de Langerhans del páncreas, que se 
estudiaron en el capítulo 16.
LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO
Es un trastorno muy común (aunque frecuentemente no 
diagnosticado) en la población general, en particular en 
mujeres jóvenes y de edad madura. Es uno de los llamados 
‘trastornos del tejido conectivo’, en los cuales los pacientes 
producen autoanticuerpos contra un grupo muy amplio de 
su propios tejidos (‘autoantígenos’). Se desconoce la causa, 
pero se ha sugerido que el estímulo para la producción de 
los autoanticuerpos anormales pueden ser fármacos, sustan-
cias químicas sensibilizantes o una infección viral no iden-
tifi cada. Entre los posibles factores causales se incluyen 
fármacos y agentes químicos debido al desarrollo conocido 
del LES después del uso de muchos fármacos, en particular 
la hidralacina.
Muchos tejidos y órganos están involucrados 
en el LES, pero las articulaciones sinoviales, 
piel, riñón y el cerebro son sus principales 
órganos blanco
El diagnóstico del LES se basa en una combinación de 
características clínicas y resultados de pruebas de laborato-
Figura 25.1 Manifestaciones multisistémicas del lupus 
eritematoso sistémico. El LES afecta un amplio grupo de tejidos y 
aparatos y sistemas.
úlceras
bucales
nefritis
por lupus
mialgia
artritis
anemia
trombocitopenia 
linfopenia
lupus cerebral
exantema
cutáneo
discoide, malar, 
fotosensible
osteoporosis
y necrosis
avascular
exantema
cutáneo
vasculitis
25 PATOLOGÍAPatología clínica
562
rio, principalmente la identifi cación de autoanticuerpos y 
en particular los anticuerpos dirigidos contra el DNA nuclear 
(véase el recuadro azul en la pág. 563). Como pueden estar 
involucrados muchos órganos y tejidos, las formas en que 
la enfermedad puede presentarse son múltiples y variadas 
(fi gura 25-1). La gama de posibles manifestaciones en el 
LES está bien representada en la American Rheumatism 
Association List of Diagnostic Criteria for SLE (Lista de 
Criterios Diagnósticos para LES de la Asociación Estado-
unidense de Reumatismo) (en orden de especifi cidad):
• Exantema cutáneo discoide.
• Trastorno neurológico.
• Exantema cutáneo malar.
• Fotosensibilidad de la piel.
• Ulceración bucal.
• Alteración renal (nefritis por lupus).
• Evidencia de trastorno inmunológico.
• Trastorno hemático.
• Infl amación de serosas.
• Presencia de anticuerpos antinucleares.
• Artritis.
En alrededor del 80% de todos los pacientes 
con lupus sistémico se producen exantemas de 
diversos tipos
Uno de los tejidos más afectados en el LES es la piel. Los 
patrones más comunes de exantemas cutáneos son:
• LE discoide crónico: placas telangiectásicas rojas, 
redondas (‘discoides’) y escamosas, usualmente en cara 
y cuero cabelludo y menos común en las manos. El 
taponamiento folicular con queratina es común, en 
particular en las lesiones del cuero cabelludo y la cara. 
Las lesiones se curan desde el centro, con atrofi a de la 
piel y a menudo pérdida de pigmento. La afección del 
cuero cabelludo puede provocar la pérdida de pelo en 
parches (págs. 508 y 531 a 532), lo que causa una 
alopecia cicatricial.
• Exantema cutáneo malar: exantema rojo eritematoso, 
simétrico, ligeramente elevado, en las mejillas y a los 
lados del puente de la nariz. La distribución 
característica son placas anchas en la parte superior de 
la mejillas, unidas por una banda más estrecha a través 
de la nariz, lo que ha llevado a que esta lesión se 
conozca como exantema en ‘mariposa’. 
• Reacciones de fotosensibilidad: exantemas en áreas 
expuestas a la luz, que empeoran con el grado 
de exposición al sol, pueden ser de tipo malar o 
discoide, pero también pueden ser inespecífi cas. La 
inmunofl uorescencia directa de la piel expuesta al sol, 
pero no dañada, muestra la presencia de IgG, IgM y 
complemento en la membrana basal de pacientes con 
LES, sin importar el patrón clínico de la enfermedad 
cutánea. Lo cual representa depósitos de complejos 
inmunes en el lado dérmico de la membrana basal, 
dentro de la matriz celular y entre las fi bras colágenas.
• Lesiones cutáneas vasculíticas: estas lesiones se
presentan en forma aguda como una púrpura con 
vasculitis neutrofílica en la dermis superior o como un 
vasculitis linfocítica que produce placas eritematosas 
ligeramente elevadas y son hallazgos importantes del 
exantema cutáneo en el lupus. A menudo no se repara 
en su importancia porque los exantemas no se 
asemejan a los de tipo malar o discoide previamente 
descritos.
La variante del LES conocida como enfermedad mixta 
del tejido conectivo (EMTC) tiene lesiones cutáneas menos 
comunes que el LES clásico, pero muchos pacientes pre-
sentan una vasculitis linfocítica inespecífi ca en alguna etapa 
de la enfermedad y con el tiempo desarrollan el fenómeno de 
Raynaud.
Las lesiones de la mucosa oral en el LES 
producen erosiones y úlceras superfi ciales
Clínica e histológicamente, las lesiones orales en el LES 
semejan al liquen plano oral (págs. 227 a 228) con erosio-
nes rojas, pero se encuentran con más frecuencia en el 
paladar duro que el liquen plano. Una característica histo-
lógica del LES oral es una extensa destrucción de la capa 
basal, similar a la vista en el liquen plano y en las lesiones 
de la piel. En aproximadamente 20% de los pacientes con 
LES se producen lesiones en mucosa oral.
Figura 25.2 LES: exantema cutáneo malar. El exantema de la 
mejilla es rojo, elevado y escamoso; este caso es más grave de lo 
habitual, porque hay un componente de fotodermatitis 
superpuesto.
Figura 25.3 LES: lesión en mucosa oral. Hay una ulceración 
superfi cial extensa en la parte posterior de la mucosa (fl echa).
25Enfermedades multisistémicas importantes
563
Los trastornos neurológicos y psiquiátricos 
son comunes en el LES y pueden ser su 
síntoma de presentación
La característica más común del involucro neurológica en 
el LES es un trastorno psiquiátrico no orgánico de causa 
desconocida; casos ocasionales que llegan a autopsia mues-
tran una vasculitis neutrofílica o linfocítica aguda en el 
encéfalo. Es posible que los pacientes tengan además una 
amplia variedad de trastornos orgánicos, como desmielini-
zación focal, microinfartos y pérdida neuronal, que condu-
cen a una diversidad de síntomas. Las convulsiones 
epilépticas de tipo gran mal son una importante manifesta-
ción clínica del lupus cerebral. La oclusión vascular es resul-
tado de la acción de los anticuerpos antifosfolípido que 
causan agregación plaquetaria.Es importante recordar que algunas de las manifestacio-
nes neurológicas del LES pueden ser resultado del trata-
miento, en particular de la terapia con corticosteroides, más 
que de la enfermedad.
La afección renal en el LES es común y es una 
causa importante de morbilidad y mortalidad
El involucro renal en el lupus es común y la gravedad puede 
variar, desde anormalidades menores (como albuminuria 
asintomática) hasta graves enfermedades glomerulares que 
conducen a insufi ciencia renal. Las principales alteraciones 
renales en el LES ocurren en el glomérulo, donde puede 
presentarse una amplia variedad de anormalidades estruc-
turales. También puede haber alteraciones vasculares extra-
glomerulares y daño tubular, particularmente nefritis 
intersticial.
La nefritis por lupus puede simular otras enfermedades 
glomerulares, con los siguientes patrones: glomerulonefri-
tis mesangial focal y segmentaria, glomerulonefritis proli-
ferativa mesangial focal segmentaria con necrosis de 
penachos, nefropatía membranosa y un patrón membrano-
proliferativo de nefritis por lupus.
Estos patrones de alteración estructural del glomerulo se 
exponen e ilustran con mayor detalle en la página 377. La 
base del daño glomerular en todos los patrones es el depó-
sito de complejos inmunes en el glomérulo. Los complejos 
pueden depositarse en la membrana basal (causando su 
engrosamiento) o en el mesangio (causando su expansión); 
los métodos de inmunofl uorescencia muestran que los 
complejos inmunes tienen tres tipos de inmunoglobulinas, 
IgG, IgA e IgM y dos tipos de complemento, C3 y C1q.
La detección de este patrón en “casa llena” de inmuno-
globulinas y factores de complemento, junto con la locali-
zación particular de los complejos inmunes en relación con 
la membrana basal glomerular, son importantes para dife-
renciar los patrones de glomerulonefritis lúpica y no lúpica.
Las anormalidades hematológicas son 
comunes en el LES
Los pacientes con LES a menudo tienen anormalidades 
hematológicas, algunas de causa desconocida y otras por 
un mecanismo autoinmunitario.
• Anemia normocítica hipocrómica.
• Anemia hemolítica autoinmune (un 10% de los 
casos), con anticuerpos antiglóbulos rojos y prueba de 
Coombs positiva.
• Cuenta reducida de leucocitos periféricos, debido 
casi siempre a disminución desproporcionada de 
linfocitos (linfopenia).
• Trombocitopenia, asociada a veces con presencia de 
anticuerpos antiplaquetarios.
• Predisposición a trombosis, particularmente si hay 
anticuerpos anticardiolipina/anticoagulante de lupus.
Los síntomas musculoesqueléticos pueden ser 
la característica más temprana de presentación
Frecuentemente, el LES se presenta clínicamente con sín-
tomas musculoesqueléticos. El dolor articular y otros sín-
tomas de artritis, ocurren en alrededor del 90% de todos 
los pacientes y pueden preceder al reconocimiento del LES 
por algunos años. Los principales trastornos reumatológi-
cos del LES son artritis, enfermedad ósea y mialgia.
N
N
Existe un grupo de anticuerpos que están dirigidos 
contra los núcleos (anticuerpos antinucleares, ANA) 
que pueden utilizarse para el diagnóstico. No son 
específi cos para LES, ya que pueden presentarse en 
otros síndromes de superposición de lupus con otras 
enfermedades del tejido conectivo.
• El anti-dsDNA (anticuerpo contra DNA bicatenario) 
es el autoanticuerpo más frecuentemente 
detectado y el más específi co.
• El anti-ssDNA (anticuerpo contra DNA 
monocatenario) puede encontrarse en LES pero 
también en otras enfermedades.
• El anti-histona-DNA es encontrado particularmente 
en el LES inducido por medicamentos.
Los anticuerpos son útiles para la detección de 
otros tipos de enfermedad sistémica del tejido 
conectivo.
Investigación inmunológica en caso de 
sospecha de LES
Figura 25.4 LES: lesión glomerular. La nefritis por lupus se 
expone en detalle en el capítulo 17. Esta lesión muestra un patrón 
membranoproliferativo mixto (fl echa) y necrosis del penacho (N).
25 PATOLOGÍAPatología clínica
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La artritis, que a veces se diagnostica erróneamente 
como artritis reumatoide o artritis poliarticular asimétrica, 
suele comenzar en dedos, muñecas y rodillas. La necrosis 
avascular de los huesos puede contribuir a la artropatía. Las 
superfi cies sinoviales pueden presentar depósito de fi brina 
y el cartílago articular exhibe cambios similares a los obser-
vados en la artritis reumatoide leve.
La enfermedad en huesos suele presentarse como una 
osteoporosis desproporcionadamente grave para la edad del
paciente. Es difícil separar la osteoporosis causada por el 
LES de la ocasionada por los corticosteroides usados en el 
tratamiento. La necrosis avascular de los huesos es común 
en el LES, parece ser poliarticular y suele afectar las articula-
ciones con la artritis más severa.
La mialgia, como dolor de los músculos esqueléticos, es 
una manifestación muy común del LES y con frecuencia se 
descuida clínicamente, pues es difícil separarla del dolor 
causado por la artritis coexistente. La biopsia de músculo 
de los pacientes con mialgia signifi cativa muestra a menudo 
una vasculitis linfocítica.
ESCLEROSIS SISTÉMICA PROGRESIVA (ESP)
La esclerosis sistémica es una de las llamadas enfermedades 
del tejido conectivo y afecta muchos aparatos o sistemas y 
órganos. Es tres veces más común en mujeres que en hom-
bres y se presenta más comunmente en mujeres de edad 
madura o ancianas. La principal alteración consiste en for-
mación excesiva de tejido fi broso, el cual es particularmente 
colagenizado, lo que causa rigidez del tejido afectado, con 
destrucción de las células especializadas. El engrosamiento 
de las paredes vasculares y la fi brosis perivascular son mani-
festaciones características de la esclerosis sistémica y causan 
daño isquémico, lentamente progresivo, en una gran varie-
dad de tejidos. La piel es el órgano que se afecta con mayor 
frecuencia en la esclerosis sistémica, pero también pueden 
estar involucrados el tubo digestivo, pulmones, riñones y 
corazón (fi gura 25-5).
El involucro de la piel en la esclerosis sistémica 
se denomina ’esclerodermia’
En la esclerosis sistémica, el involucro de la piel consiste en 
un engrosamiento dérmico mediante el proceso de reem-
plazo fi broso de las estructuras dérmicas normales. Este 
engrosamiento se extiende al tejido subcutáneo con un 
incremento gradual de la rigidez y atrofi a de la epidermis. 
Las lesiones afectan en particular los dedos y la cara: los 
dedos se ponen duros, rígidos y brillantes (fi gura 25-6) y 
la cara muestra una rigidez característica de la piel, con 
atrofi a de la epidermis y comisuras labiales retraídas hacia 
el interior. 
En los dedos puede haber asociado el fenómeno de 
Raynaud y en los casos de larga duración, es posible que 
ocurra calcifi cación de los tejidos blandos, en particular 
alrededor de las articulaciones de los dedos (calcinosis 
cutánea). La fi brosis dérmica provoca destrucción de los 
anexos cutáneos, alopecia y lesión de las glándulas sudo-
ríparas ecrinas.
El involucro de la piel suele asociarse con daño en órga-
nos internos, pero existen casos en los cuales la escleroder-
mia permanece localizada. Morfea es el nombre que se da 
a las lesiones únicas (rara vez múltiples) que tienen las carac-
terísticas clínicas e histológicas de esclerodermia localizada. 
Las lesiones morfeicas son inicialmente placas engrosadas, 
de color cremoso, en el tronco o en las extremidades, a veces
con un borde violáceo en la fase de crecimiento activo. Las 
lesiones fi nalmente se deprimen con una epidermis atrófi ca. 
Múltiples áreas pueden llegar a coalescer.
fenómeno de
Raynaud
estenosis
esofágica
daño renal
vascular esclerosis
del tejido 
subcutáneo
fibrosis pulmonar
(pulmón en panal
de abeja)
acroesclerosis y
calcinosis
cutánea
Figura 25.5 Manifestaciones multisistémicas de la esclerosis 
sistémica. La esclerosis sistémica afecta un amplio grupo de 
tejidos y aparatos y sistemas, frecuentemente como resultado dela 
oclusión vascular.
Figura 25.6 Esclerosis sistémica. En algunos patrones de 
esclerosis sistémica los dedos están estrechados, con piel tensa 
brillante. También puede verse calcifi cación subcutánea (calcinosis 
cutánea) como manchas blancas en los extremos de los dedos.
25Enfermedades multisistémicas importantes
565
El involucro del tubo digestivo en la 
esclerosis sistémica afecta principalmente 
el esófago
La fi brosis proliferativa colagenizada en el músculo de la 
pared esofágica induce la destrucción del músculo liso y su 
reemplazo por tejido fi broso colagenizado; las fi bras ner-
viosas también son dañadas por la fi brosis y frecuentemente 
hay engrosamiento de los vasos sanguíneos. Estos cambios 
dan como resultado una pared esofágica engrosada, rígida, 
incapaz de realizar una contracción coordinada y, por tanto, 
efectuar un peristaltismo efi ciente. En consecuencia, es común 
la esofagitis por refl ujo con infl amación y ulceración, que 
puede conducir a estenosis fi brosa.
El daño pulmonar en la esclerosis sistémica 
causa extensa fi brosis intersticial y ‘pulmón 
en panal’
La fi brosis progresiva del intersticio pulmonar da un aspecto 
similar al observado en la neumonitis intersticial en etapa 
terminal. Los bronquiolos respiratorios, conductos alveo-
lares y paredes alveolares se destruyen progresivamente, 
hasta que el pulmón es una red fi brosa con grandes espacios 
quísticos, lo que se conoce como pulmón en panal de abeja 
(pág. 208).
El involucro renal en la esclerosis sistémica es 
el resultado de las alteraciones vasculares y 
sus efectos sobre los glomérulos
El involucro renal en la esclerosis sistémica suele presen-
tarse agudamente con evidencia de intenso daño en vasos 
sanguineos pequeños y glomérulos. El aspecto de las arte-
riolas aferentes es similar al observado en la hipertensiva 
maligna renal, con proliferación de la íntima de la arterias 
pequeñas y arteriolas, que conduce a la oclusión casi com-
pleta de la luz (fi gura 17-28); asociado con necrosis fi bri-
noide de algunas de las arteriolas aferentes y de porciones 
del penacho glomerular. Estos cambios renales en la escle-
rosis sistémica se llaman esclerodermia aguda del riñón.
VASCULITIS SISTÉMICA
La vasculitis sistémica puede afectar cualquier 
tipo de vaso sanguíneo
Este tema se trata con mayor detalle en el capítulo 10, págs. 
166 a 169. En el contexto de este capítulo, la vasculitis puede 
ser una enfermedad única (p. ej., poliarteritis nudosa) o un 
componente de otras enfermedades autoinmunes, como el 
lupus eritematoso sistémico, la esclerosis sistémica progre-
siva o la enfermedad reumatoide.
La poliarteritis nodosa se caracteriza por necrosis par-
cial o total de las paredes de arterias de tamaño pequeño y 
mediano, asociada con una reacción infl amatoria de neu-
trófi los (y a veces eosinófi los). Estas lesiones infl amatorias 
son extensas y los efectos clínicos son el resultado de la 
reducción del fl ujo sanguíneo a través de la arteria lesio-
nada, debido frecuentemente a una oclusión trombótica 
asociada. Esto causa infarto del área local irrigada por la 
arteria y dado que se afectan muchas arterias, se presentan 
múltiples infartos en el cuerpo. Los sitios invoulcrados más 
frecuentemente se presentan en la tabla de la fi gura 10-27. 
El riñón y el intestino son los sitios más comunmente 
afectados (fi gura 25-8).
a
b
Figura 25.8 Poliarteritis nodosa en el íleon. (a) Múltiples infartos 
pequeños en la pared del íleon por (b) necrosis segmentaria de la 
pared de arterias de tamaño mediano.
Figura 25.7 Esclerosis sistémica: pulmón. El daño pulmonar 
progresivo en la esclerosis sistémica conduce fi nalmente al ‘pulmón 
en panal’.
25 PATOLOGÍAPatología clínica
566
ENFERMEDAD REUMATOIDE
La enfermedad reumatoide es una enfermedad multisisté-
mica del tejido conectivo en la cual los efectos dominantes 
se presentan en las articulaciones, causando artritis reuma-
toide; los cambios articulares se describen en el capítulo 24.
La enfermedad es más común en mujeres que en hombres 
y hay una predisposición genética, aunque la causa o las causas 
permanecen desconocidas. La enfermedad reumatoide tam-
bién afecta piel, pulmones, vasos sanguíneos, ojos y los sistemas 
hematopoyético y reticuloendotelial (fi gura 25-10, pág. 
567). El tratamiento de la artritis reumatoide puede causar 
otras enfermedades, como osteoporosis inducida por este-
roides, úlcera gástrica relacionada con analgésicos y enfer-
medades renales inducidas por medicamentos.
La artritis reumatoide es una poliartritis 
simétrica caracterizada por la destrucción de 
cartílagos articulares y su reemplazo por un 
paño sinovial infl amatorio crónico
Los cambios histológicos que ocurren en la artritis reuma-
toide se describen en la página 550. En la mayoría de los casos, 
la enfermedad afecta primero las articulaciones de los 
dedos, seguidas, en orden de frecuencia, por las articula-
ciones metatarsofalángicas y las articulaciones de tobillos, 
muñecas, rodillas, hombros, codos y cadera. Sin embargo, 
la enfermedad también puede afectar articulaciones como la 
temporomaxilar, las articulaciones de la columna vertebral 
(en particular la columna cervical superior) y, en ocasiones, 
las articulaciones de la laringe.
La piel está involucrada en la enfermedad 
reumatoide por la formación de nódulos 
reumatoides o presencia de vasculitis
La lesión más frecuente de la piel en la enfermedad reuma-
toide es el nódulo reumatoide (fi gura 25-9a), que es un 
nódulo subcutáneo fi rme situado sobre la cara extensora 
del antebrazo, pero que a veces se encuentra también en la 
piel que cubre otras prominencias óseas. Los nódulos están 
compuestos por áreas extensas de colágeno degenerado, 
rodeado por una reacción granulomatosa de células gigan-
tes (fi gura 25-9b). Se ven en alrededor del 25% de los casos 
de artritis reumatoide, en particular en pacientes con enfer-
medad artrítica grave y con involucro visceral, como fi brosis 
pulmonar. Ocasionalmente los nódulos preceden el desa-
rrollo de la artritis.
La otra manifestación cutánea importante es el desarrollo 
de vasculitis, la cual puede ser una vasculitis aguda neutro-
fílica, que se presenta con púrpura y zonas de ulceración, 
o una vasculitis linfocítica, que produce un exantema eri-
tematoso con lesiones menos evidentes. La vasculitis cutá-
nea puede ser parte de una vasculitis generalizada que 
afecta otros órganos, en particular vasculitis linfocítica.
La enfermedad reumatoide puede causar 
el ´síndrome del ojo seco´ y degeneración 
de la esclerótica
En la artritis reumatoide es posible que la infl amación lin-
focítica afecte las glándulas lagrimales y mucosas, induciendo 
su destrucción y sequedad ocular (queratoconjuntivitis
seca). La ausencia de lágrimas conduce a una infl amación 
secundaria de la córnea. Puede producirse degeneración del 
colágeno en el ojo, similar al que se presenta en los nódulos 
reumatoides causando escleritis; en los casos graves ésta 
avanza y causa la perforación del globo ocular, esclero-
malacia perforante.
El involucro pulmonar en la enfermedad 
reumatoide causa fi brosis intersticial
La forma más común de involucro pulmonar en la artritis 
reumatoide es la neumonitis intersticial con alveolitis 
fi brosante, que con el tiempo conduce a un tipo de fi brosis 
pulmonar intersticial muy similar al que se ve en la escle-
rosis sistémica progresiva, ‘pulmón en panal’ (pág. 208). 
Además, los pacientes pueden desarrollar lesiones muy 
parecidas al nódulo reumatoide subcutáneo, tanto dentro 
del pulmón como en las superfi cies pleurales.
Los granulomas reumatoides intrapulmonares son parti-
cularmente comunes en pacientes que ya tienen una enfer-
medad pulmonar industrial por inhalación de sílice; la 
a
b
Figura 25.9 Nódulo reumatoide. En el codo hay un nódulo 
subcutáneo elevado grande (a) en la superfi cie extensora distal de 
la articulación. Histológicamente (b) el nódulo está compuesto por 
colágeno degenerado(fl echa) rodeado por una reacción 
infl amatoria crónica con macrófagos y células gigantes y rodeado 
por una pared de fi brosis.
25Enfermedades multisistémicas importantes
567
asociación de antracosis (pulmón del minero del carbón) 
con los granulomas reumatoides en mineros seropositivos 
se llama síndrome de Caplan (pág. 210).
La anemia de las enfermedades crónicas es 
común en la artritis reumatoide y una minoría 
de pacientes desarrollan hiperesplenismo o 
linfadenopatía
La anemia es muy común en la enfermedad reumatoide y 
suele ser del tipo normocítico hipocrómico, característico de 
las enfermedades crónicas (pág. 320). A pesar de la hipocromia 
no hay defi ciencia regular de hierro, pero existe un defecto 
en su incorporación y utilización. La médula ósea puede 
mostrar agregados foliculares linfocíticos.
En la enfermedad reumatoide los ganglios linfáticos pueden 
estar aumentados de tamaño como resultado de hiperplasia 
folicular. Es común el crecimiento del bazo, pero rara vez es 
sufi cientemente grande para ser palpable, excepto en los casos 
del síndrome de Felty, en los cuales se presenta en un paciente 
con artritis reumatoide seropositivo, esplenomegalia, linfade-
nopatía, anemia y leucopenia; presentan un aumento en la 
susceptibilidad a las infecciones y la septicemia es una causa 
importante y común de muerte en estos pacientes.
SARCOIDOSIS
La sarcoidosis es una enfermedad granulomatosa crónica 
de causa desconocida, en la cual muchos tejidos están infi l-
trados por granulomas no caseifi cantes (pág. 54). Este tras-
torno es un poco más común en mujeres que en varones y 
la mayoría de los casos se presentan antes de los 40 años 
de edad. Los órganos y sistemas clínicamente involucrados 
con mayor frecuencia son el sistema reticuloendotelial, pul-
mones, piel, ojos y encéfalo, aunque el examen histológico 
muestra granulomas asintomáticos en muchos otros órga-
nos y tejidos, como corazón, músculo esquelético, glándu-
las lagrimales y tubo digestivo (fi gura 25-11).
Como muchos sistemas y órganos están involucrados, los 
datos clínicos de presentación son muy amplios y variados; 
existe además grandes diferencias en la clínica con una base 
geográfi ca y racial.
Se desconocen la etiología y la patogenia, aunque en los 
pacientes con sarcoidosis pueden detectarse múltiples altera-
ciones inmunologicas; sin embargo, éstas pueden ser un 
efecto de la enfermedad más que la causa. Sin embargo, se 
cree que un factor importante es el incremento de la respuesta 
inmune celular, en particular en la afección pulmonar.
linfadenopatía
(rara)
nódulos
reumatoides
artritis
osteoporosis
hiperesplenismo
(raro)
sequedad
ocular
exantema
cutáneo
vasculítico
anemia
fibrosis
pulmonar
úlceras gástricas
relacionadas con
medicamentos
escleritis
daño renal 
relacionado con 
medicamentos
El diagnóstico de laboratorio de la artritis reumatoide 
se basa en demostrar la presencia de anticuerpos 
conocidos como factores reumatoides. Estos 
factores reaccionan con sitios antigénicos en el 
dominio CH2 de la porción Fc de la IgG. El tipo más 
común de factor reumatoide es una molécula de 
inmunoglobulina IgM que puede formar complejos 
con la IgG circulante.
Los títulos altos del factor reumatoide se asocian 
con una enfermedad progresiva grave, en particular con 
complicaciones sistémicas y nódulos reumatoides en 
el tejido subcutáneo. Existen dos métodos para 
demostrar la presencia de factores reumatoides:
• Prueba de Rose-Waaler: basada en la capacidad 
del factor reumatoide IgM de aglutinar eritrocitos 
de oveja que se han cubierto con anticuerpo anti-
oveja de conejo.
• Prueba de aglutinación de látex: en la cual el 
anticuerpo contra factor reumatoide aglutina 
partículas de látex que han sido cubiertas con IgG 
humana. Esta prueba es menos específi ca que la 
prueba de Rose-Waaler.
El radioinmunoanálisis y el ensayo por 
inmunoabsorción ligado a enzima (ELISA) pueden 
usarse para medir todos los tipos de factores 
reumatoides de todos los tipos, incluyendo la forma 
IgM, más común.
Diagnóstico de laboratorio de la artritis 
reumatoide
Figura 25.10 Manifestaciones de la enfermedad reumatoide. 
Aunque la manifestación inicial suele ser una artritis, la enfermedad 
reumatoide es un trastorno sistémico.
25 PATOLOGÍAPatología clínica
568
En la sarcoidosis, la afección reticuloendotelial 
se manifi esta con crecimiento de los ganglios 
linfáticos
Los ganglios linfáticos que más comunmente aumentan de 
tamaño en la sarcoidosis son los intratorácicos, en el hilio 
pulmonar. El crecimiento de los ganglios linfáticos es inva-
riablemente bilateral y casi simétrico y puede asociarse con 
infi ltración pulmonar difusa. El crecimiento sarcoideo de 
los ganglios linfáticos periféricos, como los ganglios axilares 
o cervicales, es menos común.
El bazo está afectado histológicamente en muchos pacien-
tes, pero clínicamente el crecimiento esplénico se manifi esta 
sólo en el 5% de los casos en caucásicos; es más común en 
afrocaribeños y suele expresarse en alrededor del 15% de los 
casos. La esplenomegalia masiva puede asociarse con mani-
festaciones hemáticas secundarias, como la pancitopenia.
La afección pulmonar en la sarcoidosis es 
común y es responsable en gran parte de su 
morbilidad
Además de la linfadenopatía hiliar bilateral, con frecuencia 
existe una infi ltración pulmonar difusa que conduce a un 
defecto ventilatorio restrictivo y a una reducción en la trans-
ferencia de gases. El pulmón muestra infi ltrado intersticial por 
granulomas sarcoideos típicos en las etapas iniciales, aunque 
éstos fi nalmente se reparan con fi brosis. Gran parte del daño 
pulmonar permanente, ya sea estructural o funcional, es 
resultado de la fi brosis pulmonar intersticial progresiva.
Las lesiones de la piel asociadas con 
sarcoidosis son muy comunes
Las manifestaciones cutáneas se producen en aproximada-
mente una cuarta parte a un tercera parte de todos los casos 
de sarcoidosis. Hay dos tipos principales de afectación.
El eritema nodoso se presenta como abultamientos sub-
cutáneos, rojos o violáceos, hipersensibles, característicos, 
por lo general en la región pretibial y muslos, acompañados 
a veces por fi ebre y malestar general y con frecuencia aso-
ciados a artralgia (fi gura 23-25). Se trata de una lesión 
infl amatoria de la grasa subcutánea, usualmente asociada 
con infl amación de una vena grande. Aunque en ocasiones 
se observan células gigantes en relación con la grasa necró-
tica, no se ven granulomas sarcoideos verdaderos. Este tipo 
se asocia en particular con linfadenopatía hiliar bilateral en 
el tórax y tiene un buen pronóstico.
Los granulomas sarcoideos en la piel pueden tener 
varias manifestaciones clínicas, incluyendo pápulas pardas 
(asociadas con folículos pilosos, que conducen a pérdida de 
pelo), placas y nódulos fi jos pardos rojizos y un patrón 
característico llamado lupus pernio. Este patrón, se asocia 
con afección sistémica grave (incluyendo vías nasales, pul-
món y ojo), hay placas violáceas brillantes y persistentes con 
aspecto de caucho en cara, punta de la nariz y extremos de 
dedos y orejas.
infiltración
pulmonar
neuropatía
linfadenopatía
infiltración
 de glándulas
lagrimales
y salivales
esplenomegalia
leve
lupus pernio
y otros 
exantemas
cutáneos
iritis y uveítis
meningitis
eritema
nodoso
miositis
(rara)
Figura 25.11 Manifestaciones de la sarcoidosis. El infi ltrado 
granulomatoso de la sarcoidosis puede verse en la mayoría de los 
tejidos.
G
G
Figura 25.12 Sarcoidosis. Micrografía de un ganglio linfático 
con múltiples granulomas sarcoideos separados (G) por histiocitos. 
Los granulomas pueden contener células gigantes pero no 
muestran necrosis caseosa (véanse granulomas tuberculosos en la 
fi gura 4-20).
25Enfermedades multisistémicas importantes
569
La afección de los ojos en la sarcoidosis es un 
síntoma común de presentación, 
particularmente en las mujeres
El tipo más común de afección oftálmica en la sarcoidosises la uveítis aguda, la cual a menudo es transitoria y leve 
y se asocia particularmente con el eritema nodoso y creci-
miento bilateral de ganglios linfáticos hiliares. Es probable 
que la uveítis ocurra en más de la cuarta parte de los casos 
de sarcoidosis, pero en una minoría es subclínica.
La afección ocular más grave ocurre en la uveítis crónica,
la cual es persistente y tiene mayor probabilidad de conducir 
a deterioro permanente de la visión. Suele asociarse con 
sarcoidosis grave, con infi ltración y fi brosis pulmonar extensa, 
o con lupus pernio cutáneo.
La afección del sistema nervioso central y 
periférico en la sarcoidosis es importante y 
frecuentemente no es diagnosticada
La afección neurológica ocurre en al menos 10% de los 
pacientes con sarcoidosis y es particularmente común en 
aquéllos con infi ltración pulmonar difusa y lesiones ocula-
res. Los granulomas sarcoideos que se forman y proliferan 
en el sistema nervioso pueden producir un grupo amplio 
de manifestaciones clínicas, que dependen de su localización; 
los más comunes son:
• Meningitis crónica con alteraciones del líquido 
cefalorraquídeo y granulomas no caseifi cantes en las 
meninges.
• Lesiones de nervios craneales, como resultado de la 
infl amación crónica en la base del encéfalo.
• Lesiones ocupativas en hemisferios cerebrales, 
hipófi sis e hipotálamo.
• ‘Mononeuritis múltiple’, por afección de muchos 
nervios periféricos.
DIABETES MELLITUS
La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad multisisté-
mica, con consecuencias tanto bioquímicas como estructurales. 
Es una enfermedad crónica del metabolismo de carbohi-
dratos, grasas y proteínas, como resultado de la acción inade-
cuada de la hormona insulina. 
Se identifi can dos tipos de diabetes mellitus primaria,
de acuerdo a las características clínicas (fi gura 25-13): tipo I
(diabetes mellitus insulinodependiente, DMID, o diabetes 
juvenil) y tipo II (diabetes mellitus no insulinodepen-
diente, DMNID, o diabetes de inicio en el adulto).
La diabetes tipo III se refi ere a tipos específi cos de dia-
betes, causados por raros defectos genéticos en la función 
de las células secretoras de insulina de los islotes y defectos 
genéticos en la acción de la insulina. La enfermedad tipo
IV se refi ere a la diabetes relacionada con el embarazo.
La diabetes también puede producirse de manera secun-
daria a enfermedades generalizadas del páncreas, como 
pancreatitis crónica y hemocromatosis o puede ser causada 
por la secreción de hormonas que antagonizan los efectos 
de la insulina, como en el síndrome de Cushing y en la 
acromegalia. Esta diabetes se conoce como diabetes melli-
tus secundaria.
La diabetes tipo I es una enfermedad 
autoinmune específi ca de un órgano
Como uno de sus sinónimos lo indica, la diabetes tipo I 
suele presentarse en la infancia y en la adolescencia, princi-
palmente como resultado de trastornos bioquímicos que 
conducen a hiperglucemia y cetoacidosis diabética. Este 
tipo de diabetes es un fenómeno autoinmune; la mayoría 
de los pacientes tienen anticuerpos circulantes contra la 
población de células endocrinas de los islotes del páncreas, 
incluyendo anticuerpos contra células secretoras de insu-
lina. Por lo tanto, es un ejemplo de enfermedad autoin-
mune específi ca de un órgano (pág. 104).
En la diabetes tipo I, el páncreas sufre infi ltración linfo-
cítica y destrucción de las células secretoras de insulina de 
los islotes de Langerhans. Esta destrucción conduce a una 
defi ciencia de insulina, que a su vez, conduce a hiperglu-
cemia y otras complicaciones metabólicas secundarias.
La diabetes tipo II es el resultado de la 
resistencia a la insulina en los tejidos 
periféricos
La diabetes tipo II es cuatro o cinco veces más común que 
la diabetes tipo I. A diferencia de esta, en la cual la ausencia 
de insulina es absoluta, en la diabetes tipo II los niveles de 
insulina en la sangre son inicialmente normales, o incluso 
pueden aumentar al inicio, antes de caer por debajo de lo 
normal. El defecto en el patrón tipo II es una combinación 
de la defi ciencia relativa de la insulina en comparación con 
la necesidad y el fenómeno de resistencia a la insulina, en 
el cual los tejidos son incapaces de reaccionar a ésta. Se 
piensa que la resistencia a la insulina se debe a un defecto 
Figura 25.13 Comparación de diabetes tipo I y tipo II
Tipo I Tipo II
Inicia en la infancia y 
adolescencia
Inicia en la edad madura 
y avanzada
Paciente delgado Paciente obeso
Cetoacidosis común Cetoacidosis rara
Deficiencia grave de insulina Deficiencia relativa y 
resistencia en el órgano 
blanco
Anticuerpos contra células 
de los islotes
Sin anticuerpos contra 
células de los islotes
Mecanismo autoinmune Sin mecanismo 
autoinmune
Predisposición genética asociada 
con genotipo HLA-DR
Herencia poligénica
25 PATOLOGÍAPatología clínica
570
en la función de los receptores de insulina en la superfi cie 
de las células blanco, lo cual signifi ca que la glucosa no entra 
en la célula.
En las células secretoras de la insulina de los islostes 
pancreáticos se produce una proteína llamada amilina y es 
secretada con la insulina. En la diabetes tipo II esta proteína 
se acumula en exceso alrededor de las células de los islotes 
pancreáticos, produciendo un depósito amorfo de material 
amiloide (pág. 572). Se desconoce su función, pero es 
posible que interfi era en la secreción subsecuente de insu-
lina por las células de los islotes.
Se desconoce la patogenia precisa en la diabetes tipo 
II, aunque algunos factores etiológicos como edad, 
obesidad y predisposición genética son bien 
reconocidos. Si bien la diabetes tipo II no tiene el 
genotipo HLA-DR4, hay un fuerte factor genético: 90 a 
100% de los gemelos idénticos muestran 
concordancia. Se considera que la herencia es 
poligénica (pág. 70).
Los pacientes con diabetes tipo I suelen ser HLA-DR3 o 
HLA-DR4 positivos, un hallazgo demostrado en otras 
enfermedades autoinmunes específi cas de un órgano. Se 
considera posible que una infección viral sea el factor 
desencadenante de la destrucción autoinmnue de las 
células secretoras de insulina; los virus implicados 
incluyen los que causan infecciones virales comunes de la 
infancia, como paperas, sarampión y Coxsackie B. Un 
mecanismo sugerido es que los virus inducen un daño 
estructural leve en las células de los islotes del 
páncreas, con lo que alteran su antigenicidad y ciertos 
individuos con susceptibilidad genética a enfermedades 
autoinmunes específi cas de órgano, como presencia de 
HLA-DR4, montan una respuesta autoinmune contra las 
células secretoras de insulina dañadas. Otra sugerencia es 
que un retrovirus endógeno es responsable de incitar una 
respuesta inmune contra las células de los islotes.
En la actualidad hay dos criterios diagnósticos para 
diabetes mellitus utilizados ampliamente, los cuales 
se basan en la evaluación de los niveles de glucosa en 
el plasma. Uno de ellos es promovido por la OMS 
(1985) y el otro criterio, más reciente, es promovido 
por la American Diabetes Association (2004) (fi gura 
25-14).
La intolerancia a la glucosa se defi ne como 
glucosa plasmática superior a 7.8 mmol/L en ayunas y 
7.8 a 11.0 mmol/L dos horas después de una carga de 
glucosa de 75 g (OMS).
La American Diabetes Association reconoce el 
estado de glucosa en ayunas alterada como glucosa 
plasmática superior a 6.1 a 6.9 mmol/L (en ayunas).
Estos dos estados conllevan a un riesgo mayor al 
normal de desarrollar diabetes mellitus y cardiopatía 
vascular.
Figura 25.14 Criterios bioquímicos en la diabetes 
mellitus
Criterios de la OMS
Glucosa plasmática 
en ayunas
≥ 7.8 mmol/L
Y
Glucosa plasmática ≥ 11.1 mmol/L 2 h después 
de una carga oral de 75 g 
de glucosa 
American Diabetes Association
Glucosa plasmática 
en ayunas
≥7.0 mmol/L
O BIEN
Glucosa plasmática 
al azar
≥ 11.1 mmol/L con síntomas 
clínicos
O BIEN
Glucosa plasmática ≥ 11.1 mmol/L 2 h después 
de una carga oral de 
75 g de glucosa 
Patogeniade la diabetes tipo II
Patogenia de la diabetes mellitus tipo I
Criterios diagnósticos de laboratorio para la diabetes mellitus
25Enfermedades multisistémicas importantes
571
Actualmente la morbilidad y mortalidad en la 
diabetes mellitus son el resultado de sus 
complicaciones estructurales
Mientras que en el pasado los trastornos bioquímicos en la 
diabetes mellitus solían llevar a una muerte temprana, el 
desarrollo del tratamiento con insulina para la diabetes tipo I 
y de diversos agentes hipoglucemiantes orales (combinados 
con dieta) para la diabetes tipo II, ha reducido considerable 
la mortalidad por hiperglucemia, hipoglucemia y las compli-
caciones del coma cetoacidótico. Sin embargo, la diabetes 
sigue siendo una causa importante de morbilidad y mortali-
dad debido a una serie de complicaciones comunes (fi gura 
25-15). Las principales complicaciones de la diabetes son:
• Predisposición a la infección.
• Mayor gravedad de la aterosclerosis y sus complicaciones. 
• Enfermedades extensas de vasos pequeños 
(arteriolosclerosis).
• Enfermedades glomerulares (págs. 366, 380)
• Enfermedad vascular retininana (pág. 500).
• Lesiones de nervios periféricos (pág. 486).
Como resultado de estas complicaciones, los diabéticos 
de ambos tipos tienen predisposición a desarrollar cardio-
patías isquémicas, enfermedades cerebrovasculares, gangrena 
periférica de extremidades inferiores, enfermedades renales 
crónicas, pérdida de la agudeza visual que conduce a ceguera 
y neuropatías periféricas.
Los diabéticos son particularmente propensos 
a infecciones
Los pacientes con diabetes presentan una mayor tendencia 
a desarrollar infecciones, usualmente bacterianas o micóti-
cas. Los principales órganos blanco son la piel, la mucosa 
oral y genital y las vías urinarias. 
En la piel, los diabéticos son especialmente vulnerables a 
infecciones foliculares por estafi lococos y las lesiones tien-
den ser más graves que en los individuos no diabéticos; los 
ancianos con diabetes tipo II presentan mayor susceptibi-
lidad a los furúnculos. Otros trastornos de la piel que son 
más comunes en los diabéticos son infecciones micóticas 
superfi ciales, celulitis y erisipela (cap. 23).
Los diabéticos pueden tener infecciones graves en la 
mucosa oral y genital por Candida.
En el riñón, además de las alteraciones causadas por 
enfermedad de los vasos pequeños y grandes, hay un 
aumento en la predisposición a pielonefritis aguda, fre-
cuentemente asociada a infecciones recurrentes de las vías 
urinarias inferiores y a veces complicada por necrosis papi-
lar (pág. 381).
Los diabéticos tienen aterosclerosis muy grave
Aunque la aterosclerosis es generalizada y común, los dia-
béticos en general sufren una aterosclerosis mucho más 
grave y extensa que los no diabéticos de la misma edad y 
el mismo sexo. Además, en los diabéticos los cambios ate-
roscleróticos se extienden a ramas arteriales menores que 
en los no diabéticos. Las principales secuelas clínicas de esta 
situación se ven en:
• El corazón, donde la aterosclerosis coronaria es más 
grave y extensa que en los no diabéticos, 
predisponiendo a cardiopatía isquémica.
• El encéfalo, donde la aterosclerosis de la arteria 
carótida interna y las arterias vertebrobasilares y sus 
ramas, predisponen a isquemia cerebral.
• Las piernas y pies, donde la aterosclerosis grave 
de la arteria iliofemoral y arterias menores en la pierna 
predispone al desarrollo de gangrena. La isquemia de 
un solo dedo del pie o las áreas isquémicas en el talón, 
son manifestaciones características de la gangrena 
diabética, ocasionada por afección de arterias más 
pequeñas y periféricas, que en el caso de la 
aterosclerosis generalizada no diabética.
• El riñón, donde la extensión de la aterosclerosis a las 
arterias renales principales y sus ramas intrarrenales 
contribuye en grado sustancial a la isquemia crónica de 
la nefrona, lo cual es un componente importante de las 
lesiones renales múltiples en la diabetes (véase más 
adelante).
La enfermedad microvascular es una 
característica importante de la diabetes y es 
responsable de muchas de las complicaciones 
patológicas
En la diabetes, las arteriolas pequeñas y los capilares mues-
tran un patrón característico con engrosamiento de la 
pared, el cual es debido a la expansión de la membrana 
retinopatía diabética
cataratas glaucoma
neuropatía
periférica
aterosclerosis
grave
neuropatía
periférica con
ulceración
trófica
enfermedad
cerebrovascular
cardiopatía
isquémica
isquemia de 
miembros
inferiores
(gangrena)
nefropatía
diabética
infecciones
de la piel
necrobiosis
lipoídica
Figura 25.15 Manifestaciones sistémicas de la diabetes 
mellitus. Las complicaciones más importantes son enfermedades 
vasculares, renales y oculares.
25 PATOLOGÍAPatología clínica
572
basal llamada arteriolosclerosis hialina (págs. 164, 461). 
Esta alteración de los vasos pequeños es generalizada y es 
responsable de los cambios isquémicos sintomáticos en 
riñón, retina, encéfalo y nervios periféricos.
En el riñón, los capilares del penacho glomerular presen-
tan un marcado engrosamiento de la membrana basal aso-
ciado con un aumento en la permeabilidad de la pared 
capilar. Esto permite el escape de proteínas del plasma al 
fi ltrado glomerular en cantidades mayores de las que pue-
den ser reabsorbidas en la parte tubular de la nefrona, 
causando proteinuria y con el tiempo hialinización glo-
merular y desarrollo de insufi ciencia renal crónica.
En la retina, los cambios en la pared vascular inducen 
hemorragia retiniana y proliferación vascular. En el encé-
falo, la lesión de los vasos pequeños conduce a infartos 
lacunares y degeneración isquémica de la sustancia blanca. 
En lo referente a los nervios periféricos, se cree que los 
cambios en la pared capilar son un factor importante en el 
desarrollo de neuropatía periférica.
La neuropatía periférica es una causa 
importante de ulceración intratable del pie en 
los diabéticos
Los diversos tipos de neuropatía diabética se exponen bre-
vemente en la página 486. La más común es la polineuro-
patía periférica simétrica, que afecta en particular manos y 
pies en una distribución de ‘guante y calcetín’. Este tras-
torno conduce a un deterioro o pérdida de la sensibilidad, 
incluyendo la pérdida de la sensación del dolor. Se pierde 
el refl ejo de retracción por dolor y las áreas de la piel son 
lesionadas repetidamente por traumatismos comúnes, 
como la fricción ocasionada por el uso de calzado apretado 
(fi gura 25-16). Esta forma de ulceración trófi ca se vuelve 
crónica, con defi ciencia en su curación por una combina-
ción de traumatismo repetido e isquemia, esta presente casi 
invariablemente en los pies de los diabéticos con enferme-
dad vascular coexistente grave.
La nefropatía diabética es una causa 
importante de mortalidad en diabéticos
El riñón es afectado de varias formas en la diabetes. Ya que 
la aterosclerosis intensa se asocia a predisposición de infec-
ciones de las vías urinarias inferiores y a isquemia crónica, 
existen, ciertas lesiones renales que se relacionan particu-
larmente con la diabetes; estas lesiones son el engrosa-
miento de la membrana basal glomerular, la glomerulosclerosis 
diabética (tanto difusa como nodular), las lesiones glomeru-
lares exudativas y la necrosis papilar, las cuales se consideran 
con mayor detalle en el capítulo 17. El resultado fi nal es el 
desarrollo de insufi ciencia renal crónica.
La diabetes es una causa importante de 
ceguera adquirida en el mundo occidental
La diabetes puede afectar los ojos en cinco formas principales:
1. La retinopatía de fondo se debe a anormalidades en 
los vasos pequeños de la retina que inducen la 
formación de exudados duros, hemorragias y 
microaneurismas; esta situación no suele afectar la 
agudeza visual.
2. La retinopatía proliferativa es causada por la extensa 
proliferación de nuevos vasos sanguíneos pequeños en 
la retina. Puede producirse un deterioro súbito de la 
visión como resultadode hemorragia vítrea por los 
nuevos vasos proliferantes o el desarrollo de un 
desprendimiento de la retina.
3. La maculopatía es causada por edema, exudados duros 
o isquemia retiniana y causa notable reducción de la 
agudeza visual.
4. La formación de cataratas está considerablemente 
aumentada en los diabéticos.
5. El glaucoma tiene mayor incidencia en los diabéticos a 
causa de la neovascularización del iris o rubeosis del 
iris (pág. 502).
AMILOIDOSIS
La amiloidosis es un trastorno en el cual en muchos tejidos 
se deposita una proteína extracelular fi brilar anormal lla-
mada amiloide. El amiloide deriva de muchos precursores 
peptídicos y los mismos precursores a menudo son frag-
mentos derivados de proteínas más grandes; este material 
se deposita como una red de fi brillas rectas rígidas de 10 a 
15 nm de diámetro, constituidas por los péptidos precur-
sores alineados en una estructura de lámina plegada β anti-
paralela. Por tanto, es la disposición física de los péptidos 
constitutivos lo que hace que una proteína sea amiloide, 
más que cualquier secuencia específi ca de péptidos. 
El amiloide se detecta histológicamente como un mate-
rial hialino rosado brillante. Se resalta con ciertas tinciones 
especiales, de la cuales la más conocida es el rojo Congo; 
la microscopia electrónica muestra una ultraestructura fi bri-
lar (fi gura 25-17).
El amiloide puede clasifi carse conforme a la 
naturaleza de la proteína precursora
A pesar de lo incierto sobre cómo se forma el amiloide, 
hay asociaciones bien caracterizadas entre enfermedades 
Figura 25-16 Úlceras trófi cas diabéticas. La combinación de 
neuropatía sensitiva periférica e isquemia causadas por la 
enfermedad diabética de los vasos pequeños hace a los diabéticos 
particularmente susceptibles a desarrollar úlceras en sitios de 
presión y fricción, que son muy difíciles de reparar.
25Enfermedades multisistémicas importantes
573
específi cas y el depósito de amiloide. En cada caso, ocurre 
una acumulación del péptido precursor que es transfor-
mado en amiloide. En algunas de estas enfermedades hay 
una causa identifi cable de la acumulación del péptido 
precursor y el amiloide se denomina amiloide secunda-
rio. En otros casos no se conoce la causa de la acumula-
ción y el amiloide se denomina amiloide primario.
Además existen varios trastornos hereditarios, las ami-
loidosis heredofamiliares.
El amiloide se deposita fuera de las células y 
puede clasifi carse en localizado o sistémico
El amiloide se deposita en el compartimiento extracelular 
de los tejidos y en preparaciones con H y E se ve como un 
material uniformemente eosinófi lo (teñido de rosa). Puede 
resaltarse en cortes histológicos con el uso de tinciones espe-
ciales, como las de rojo Sirio y rojo Congo. La tinción con 
rojo Congo se usa comúnmente con propósitos diagnósti-
cos; en este caso el amiloide se tiñe de anaranjado y exhibe 
una coloración verde con luz polarizada (fi gura 25-19).
La amiloidosis puede afectar varios tejidos del cuerpo y 
el amiloide se deposita en las paredes de los vasos sanguí-
neos y las membranas basales. La acumulación progresiva 
de amiloide conduce a disfunción celular, ya sea al impedir 
el proceso normal de difusión a través de tejidos extracelu-
lares o por compresión física de las células parenquimatosas 
funcionales. En algunas enfermedades, la amiloidosis es un 
proceso sistémico que afecta simultáneamente muchos 
órganos (amiloide sistémico); también existen un grupo 
de enfermedades en las cuales el amiloide sólo afecta un órgano 
o tejido (amiloide localizado).
depósito en el espacio extracelular como amiloide
fragmentos amiloidógenos de péptido producidos
transformación por macrófagos
péptido precursor
producción de cantidades
anormales de péptido
producción de 
cantidades anormales de 
péptido con una secuencia 
anormal de aminoácidos 
(amiloidógena)• respuesta de fase aguda:
proteína amiloide A del suero
• mieloma: inmunoglobulina
de cadena ligera
• diabetes tipo II: amilina
• carcinoma medular de
tiroides: calcitonina
• polimorfismo
de transtiretina
• polimorfismo de gelsolina
El amiloide se genera en dos formas principales 
(fi gura 25-18):
• Se produce un precursor en cantidades 
anormalmente grandes (se dan ejemplos).
• Polimorfi smos de proteínas normales originan 
péptidos con predisposición para formar amiloide, 
llamados amiloidógenos (se dan los dos ejemplos 
más comunes). La naturaleza de las secuencias 
petídicas requeridas para este proceso todavia es 
incierta.
Se piensa que las células del sistema mononuclear-
fagocítico son responsables de la transformación del 
péptido precursor para formar fi brillas de amiloide al 
producir fragmentos del péptido precursor principal.
Además del péptido precursor, el amiloide contiene 
otra proteína del suero llamada amiloide P, que puede 
contribuir en la nucleación.
Figura 25-18 Amiloidogénesis.
Figura 25-17 Ultraestructura del amiloide. El amiloide está 
compuesto por fi lamentos de proteína depositados 
extracelularmente.
Amiloidogénesis
25 PATOLOGÍAPatología clínica
574
Las secuencias de aminoácidos de las proteínas amiloides 
en diferentes estados patológicos ha permitido una clasifi -
cación del amiloide de acuerdo a las bases bioquímicas 
(fi gura 25-20).
El ejemplo más común de depósito de amiloide ocurre 
en el sistema nervioso, tanto en la enfermedad de Alzhei-
mer como en el envejecimiento normal. El amiloide deriva 
de una proteína de membrana neuronal normal llamada 
proteína precursora de Alzheimer (PPA), que está for-
mada por un fragmento peptídico llamado proteína Aβ o 
proteína A4.
El amiloide que se asocia con una proliferación anormal 
de células plasmáticas está formado por cadenas ligeras de 
inmunoglobulina y tal depósito de amiloide ocurre en enfer-
medades como el mieloma y el plasmocitoma (pág. 314).
El amiloide reactivo puede estar asociado con procesos 
infl amatorios crónicos de larga duración. Como en cual-
quier trastorno infl amatorio, la respuesta sistémica de fase 
aguda causa producción excesiva de proteína amiloide A en 
el suero (una proteína de fase aguda normal) por el hígado. 
Con el tiempo y por razones desconocidas, parte de esta 
proteína se deposita como amiloide. Las enfermedades que 
conducen a este tipo de amiloide secundario incluyen 
tuberculosis, artritis reumatoide, bronquiectasia y osteo-
mielitis crónica.
Los tumores de células endocrinas secretoras de péptidos 
pueden formar amiloide a partir de la hormona peptídica, 
a b
Figura 25.19 Histología del amiloide. (a) El amiloide se observa como material homogéneo teñido de rosa brillante. En este ejemplo, del 
bazo, el amiloide se deposita como masas redondeadas. (b) Si se tiñe el amiloide con rojo Congo y se ve bajo luz polarizada, muestra 
birrefringencia verde manzana.
Figura 25.20 Clasificación del amiloide
Localización Asociación clínica Proteína precursora
Amiloide sistémico
Tumores de células plasmáticas Cadena ligera de inmunoglobulina (AL)
Inflamación crónica Proteína amiloide A del suero (AA)
Fiebre mediterránea familiar Proteína amiloide A del suero (AA)
Neuropatía familiar Transtiretina (prealbúmina) (ATTR)
Asociado a diálisis Microglobulina β2 (Aβ2M)
Amiloide localizado
Amiloide cardiaco senil Transtiretina (prealbúmina) (ATTR)
Carcinoma medular Calcitonina (ACal)
Amiloide de células de los islotes Amilina (AIAPP)
Enfermedad de Alzheimer Proteína Αβ (proteína A4) (Aβ) 
Proteína Αβ (proteína A4) (Aβ)
25Enfermedades multisistémicas importantes
575
por ejemplo el amiloide derivado de calcitonina en el car-
cinoma medular del tiroides. En la diabetes tipo II, la 
secreción excesiva de amilina por las células β del páncreas 
se asocia con su depósito como amiloide de islote. Se cree 
que los tipos familiares de amiloidosis, poco comúnes, son 
causados por polimorfi smos de genes en proteínas norma-
les y las sustituciones de aminoácidos hacen a las proteínas 
–o a sus fragmentos peptídicos– susceptiblespara la forma-
ción de amiloide.
El amiloide se deposita principalmente en 
riñón, corazón, hígado, bazo y nervios
Los riñones son los órganos que más resultan afectados por 
la amiloidosis sistémica, presentandose proteinuria o sín-
drome nefrótico (pág. 378).
El depósito de amiloide en el bazo puede ocurrir en 
forma difusa o nodular.
En el hígado, el amiloide se deposita en el espacio entre 
las células del recubrimiento sinusoidal y los hepatocitos. 
Clínicamente la amiloidosis hepática puede ser una causa 
de hepatomegalia. Sin embargo, rara vez hay evidencia clínica-
mente signifi cativa de deterioro funcional del hígado.
La afección cardiaca por amiloide puede ser una mani-
festación del amiloide cardiaco senil, que deriva de la trans-
tiretina (prealbúmina). La forma más grave de amiloide 
cardiaco se ve en la amiloidosis sistémica, en la que causa 
miocardiopatía (pág. 178).
TRASTORNOS METABÓLICOS 
HEREDITARIOS
Varias enfermedades multisistémicas son el resultado de 
defectos metabólicos hereditarios, la gran mayoría de los 
cuales se heredan con caracter recesivo. En algunas enfer-
medades, el defecto metabólico causa la acumulación de un 
producto metabólico en las células, de donde proviene el 
término de enfermedades metabólicas por almacena-
miento. En la mayoría de los casos, el defecto hereditario 
es la ausencia de una enzima, lo que conduce a la falta de 
desdoblamiento del sustrato, lo cual interfi ere fi nalmente 
en la actividad celular. En muchos casos el sustrato se acu-
mula en vesículas derivadas de lisosomas (enfermedades 
por almacenamiento lisosómico), pero en otras se acu-
mula en el citoplasma celular.
Los trastornos de almacenamiento pueden 
clasifi carse de acuerdo al tipo de sustancia 
que acumulan
Los principales grupos son:
• Glucogenosis: enfermedades caracterizadas por la 
acumulación de glucógeno en las células.
• Mucopolisacaridosis: enfermedades causadas por la 
acumulación de mucopolisacáridos (MPS) en las 
células.
• Lipidosis: enfermedades debidas a la acumulación de 
esfi ngolípidos.
• Enfermedades por almacenamiento de metales:
particularmente hierro (hemocromatosis) y cobre 
(enfermedad de Wilson). Dado que ambas 
enfermedades afectan principalmente el hígado, 
también se exponen en el capítulo 14 y la enfermedad 
de Wilson también en el capítulo 21.
Otros grupos de enfermedades más raros son las muco-
lipidosis (defectos en los sistemas de transporte de enzimas 
lisosómicas) y las glucoproteinosis (defectos en las enzi-
mas que degradan glucoproteínas).
Las enfermedades afectan de modo variable:
• El sistema reticuloendotelial (bazo, hígado, médula 
ósea, ganglios linfáticos) causando esplenomegalia y 
hepatomegalia.
• El sistema nervioso, lo que resulta en retraso mental, o 
defi ciencia progresiva del desarrollo intelectual.
• Endotelio, músculo liso, músculo esquelético.
• Hepatocitos, causando hepatomegalia.
El diagnóstico se basa en el reconocimiento clínico de la 
enfermedad, complementado con la detección del producto 
anormal en las células o en algunos casos, en la orina. El 
defecto enzimático puede demostrarse en células linfáticas 
o en fi broblastos cultivados.
Las glucogenosis dan por resultado la 
acumulación anormal de glucógeno en los 
tejidos
Las glucogenosis son un grupo de enfermedades en las cuales 
ocurre la acumulación anormal de glucógeno en los tejidos, 
lo que es causado por diversas alteraciones de las enzimas 
involucradas en el metabolismo del glucógeno. Hay más 
de 12 subtipos, la mayoría de los cuales tiene defi ciencias 
enzimáticas defi nidas (fi gura 25-21).Con frecuencia el diag-
nóstico se establece inicialmente demostrando la presencia 
de glucógeno en la biopsia de tejidos (fi gura 25-22), 
seguido por la confi rmación de la falta de la actividad enzi-
mática. Cada vez más se usan técnicas genéticas para mejo-
rar el diagnóstico.
El diagnóstico de amiloidosis sistémica suele 
confi rmarse con una biopsia del tejido. El sitio más 
común para tomar la biopsia es la mucosa rectal, donde 
puede detectarse amiloide en los vasos submucosos en 
el 60 a 70% de los casos de amiloidosis generalizada. El 
amiloide también puede detectarse en biopsias renales 
o hepáticas.
Más recientemente, el amiloide P sérico radiomarcado 
puede inyectarse a pacientes y visualizarse con técnicas 
de imagen; localizando cualquier depósito de amiloide.
Diagnóstico de amiloidosis
25 PATOLOGÍAPatología clínica
576
La mayoría de las mucopolisacaridosis 
producen disminución en la actividad física y 
mental
Existen numerosos subtipos, cada uno diferente desde el 
punto de vista clínico y asociado con una defi ciencia de 
diferente enzima y por tanto diferentes mucopolisacáridos 
(glucosaminoglucanos) almacenados. Se agrupan como MPS 
tipos I a VII, de los cuales los tipos I, II y III son los más 
comunes e importantes.
La MPS I incluye el síndrome de Hurler, en el cual el 
retraso del desarrollo ocurre durante el primer año de vida 
y es seguido por una disminución progresiva de la actividad 
física y mental y generalmente fallenciendo antes de los 10 
años de edad. El mucopolisacárido se almacena en las células 
de todo el cuerpo; en el cerebro causa retraso mental y en 
los huesos ocasiona deformidad ósea, particularmente en los 
huesos faciales y produce además hepatosplenomegalia y 
cardiomegalia.
La MPS II incluye el síndrome de Hunter, clínicamente 
similar al síndrome de Hurler, pero que se manifi esta más 
tarde en la infancia y con sobrevida hasta principios del tercer 
decenio de la vida.
La MPS III incluye el síndrome de Sanfi lippo, del cual 
hay cuatro subtipos, todos ellos asociados con deterioro 
mental.
La mayoría de las lipidosis tienen un efecto 
importante sobre el cerebro
En las enfermedades de almacenamiento de lípidos, se acu-
mulan en las células diversos tipos de lípidos, que fi nalmente 
interfi eren en el funcionamiento celular y en la mayor parte 
de los tipos existe involucro del sistema nervioso central. Por 
tanto, muchos de estos trastornos (el grupo de Niemann-
Pick, la enfermedad de Krabbe, la leucodistrofi a metacro-
mática, las gangliosidosis, la enfermedad de Batten) se 
exponen en el capítulo 21.
La lipidosis más común es la enfermedad de Gaucher,
causada por una defi ciencia de la enzima glucocerebrosi-
dasa. Existen tres tipos principales, de los cuales el más 
común no afecta signifi cativamente el sistema nervioso cen-
tral, pues su sintomatología se debe a la acumulación de 
lípido en el hígado, bazo y médula ósea (fi gura 25-23), lo 
que causa hepatosplenomegalia, dolor de huesos y trastor-
nos hematológicos (anemia y trombocitopenia). El daño 
cerebral es una característica de otros tipos, más raros, de 
enfermedad de Gaucher.
Defectos familiares en el metabolismo de los 
lípidos provocan hiperlipidemias y son una 
causa importante de ateroma
Las hiperlipidemias son trastornos en los cuales hay un nivel 
anormalmente alto de una o más lipoproteínas en el plasma. 
Cuando esto resulta de un trastorno metabólico sistémico 
se denomina hiperlipidemia secundaria, cuyas principales 
causas son obesidad, consumo excesivo de alcohol, diabetes 
mellitus, síndrome nefrótico e hipotiroidismo. Si la hiper-
lipidemia es causada por una predisposición genética a un 
Figura 25.22 Hígado: glucogenosis. En esta biopsia de una 
lactante con glucogenosis tipo II (de Pompe), las células hepáticas 
están hinchadas con glucógeno almacenado. También hay necrosis 
de hepatocitos con detritus nucleares.
Figura 25.21 Subtipos principales de glucogenosis
Tipo Deficiencia enzimática Características
IA (de von Gierke) Glucosa-6-fosfatasa Hipoglucemia temprana en la vida con hepatomegalia
IC Glucosa-6-fosfato translocasa Neutropenia e infecciones
II (de Pompe) Maltasa ácida lisosómica Insuficiencia cardiaca temprana en la infancia, 
con cardiomegalia y hepatomegalia
II (de inicio en el adulto) Maltasa ácida lisosómica Miopatía proximal o miocardiopatía
III Enzima desramificante Hipoglucemia,hepatomegalia, cirrosis
IV Enzima ramificante Hepatomegalia y cirrosis
V (de McArdle) Miofosforilasa Calambres musculares, rabdomiólisis, miopatía
VI (de Her) Fosforilasa hepática Hepatomegalia
VII Fosfofructocinasa Calambres musculares, miopatía
25Enfermedades multisistémicas importantes
577
metabolismo anormal de lípidos, se usa el término de hiper-
lipidemia primaria.
Se ha demostrado que las hiperlipidemias primarias se 
deben a una amplia gama de alteraciones en los genes que 
codifi can enzimas, apolipoproteínas o receptores involucra-
dos en el metabolismo de los lípidos.
Existen diversos tipos de hiperlipidemia, que pueden 
caracterizarse mediante la determinación del perfi l de lipo-
proteínas en el plasma. La clasifi cación de la OMS se basa 
en la propuesta por Fredrickson y divide los casos en tipos 
I a V. Desafortunadamente, esto no indica la causa de la 
hiperlipidemia (es decir, si es primaria o secundaria). Avan-
ces recientes en la bioquímica de esos trastornos están 
permitiendo realizar diagnósticos precisos con bases meta-
bólicas o genéticas.
Una de las consecuencias más importantes de ciertos 
tipos de hiperlipidemia (principalmente el tipo IIa de la 
OMS) es la concentración elevada de colesterol en el suero, 
que refl eja LDL en el suero, lo que predispone a ateroma.
Figura 25.24 Hiperlipidemias
Tipo Herencia Características Mecanismo
Hipercolesterolemia 
familiar
Autosómica dominante
1:500 personas
Colesterol plasmático aumentado
LDL plasmático aumentado
Arco senil y xantomas en tendón
Aumento en el riesgo de ateroma
Causada por anormalidades en la 
síntesis, transporte, fijación a receptor 
o interiorización de LDL. Existen 
diferentes mutaciones y genes 
involucrados
Hiperlipidemia familiar 
combinada
Autosómica dominante
1:300 personas
Colesterol plasmático aumentado
Incremento plasmático de VLDL
Incremento plasmático de LDL
Aumento en el riesgo de ateroma
Los niveles anormalmente aumentados 
de apolipoproteína B producida por 
el hígado son causados por un defecto 
en el gen regulador 
Hipertrigliceridemia 
familiar
Autosómica dominante
1:600 personas
Incremento plasmático de VLDL
Aumento en el riesgo de ateroma 
en algunos casos
Posibles polimorfismos en algunos de 
los genes que codifican apo A y C. 
Los pacientes con baja HDL 
desarrollan ateroma prematuro
Disbetalipoproteinemia 
familiar
Polimorfismo autosómico
Raro
Quilomicrones aumentados
LDL aumentada
Xantomas palmares
Xantomas eruptivos
Aumento en el riesgo de ateroma
Fenotipo E2/2 de apolipoproteína E
Alfalipoproteinemia 
familiar
Rara Colesterol del suero aumentado
HDL aumentada
Reducción en el riesgo de ateroma
HDL aumentada
Quilomicronemia 
familiar
Autosómica recesiva
Rara
Quilomicrones aumentados
Xantomas en algunos casos
Pancreatitis en algunos casos
1) Reducción de la Lipasa de 
 lipoproteína endotelial reducida
2) Niveles de apo C-II reducidos
 
Este cuadro muestra los tipos principales de hiperlipidemia y las características más importantes de cada uno. Cerca de 6:100 personas de la 
población tienen predisposición autosómica dominante a desarrollar una alteración del metabolismo de los lípidos que aumenta el riesgo de 
desarrollo de ateroma. Algunos de estos casos llegarán al médico por la tendencia a realizarse estudios de rutina de los niveles de colesterol en 
la sangre. Otros casos saldrán a la luz como una complicación de ateroma a una edad joven, o sea, cardiopatía isquémica o enfermedad 
cerebrovascular.
Figura 25.23 Enfermedad de Gaucher. Los macrófagos en esta 
muestra de médula ósea tienen citoplasma granular como 
resultado del almacenamiento de glucocerebrósido.
25 PATOLOGÍAPatología clínica
578
Los principales tipos de hiperlipidemia y sus característi-
cas más importantes, se enumeran en la fi gura 25-24.
Además de los efectos de la hiperlipidemia, los niveles 
elevados de una lipoproteína particular, llamada lipopro-
teína (a), confi ere un riesgo alto de desarrollar tanto una 
cardiopatía isquémica como una enfermedad cerebrovascu-
lar, independientemente de los niveles de LDL/colesterol 
en el suero.
Caso 1 Mujer joven con exantema
Una mujer de 27 años de edad es referida a un 
especialista en nefrología desde una clínica de 
dermatología. El dermatólogo escribe:
Agradecería que vea a esta joven que he atendido en 
mi clínica en dos ocasiones. En la primera visita tenía un 
exantema fotosensible severo en cara, hombros y brazos 
después de asolearse; en la segunda ocasión presentaba 
un exantema eritematoso simétrico en la parte superior 
de las mejillas, algo de descamación. Este segundo 
exantema es típico de ***** y la refi ero a usted porque en 
ambas ocasiones las pruebas de orina mostraron 
proteinuria signifi cativa. Tambien refi ere dolor y rigidez 
articular.
1. ¿Cuáles son las palabras faltantes en la carta del 
dermatólogo?
2. ¿Por qué el hallazgo de proteinuria persistente 
hace necesario referir al nefrólogo este caso?
3. ¿Qué estudios debería considerar el nefrólogo?
Caso 2 Mujer con fenómeno de Raynaud
Mujer de 32 años de edad que refi ere engrosamiento y 
brillantez de la piel de los dedos, frecuentemente 
dolorosos. No desconoce este dolor, pues sufrió 
intermitentemente fenómeno de Raynaud por unos tres 
años. También refi ere que le adelgazó la cara 
recientemente y al abrir la boca por completo 
experimenta molestia.
1. ¿Cuál es el diagnóstico más probable?
El médico la interrogó sobre su capacidad respiratoria y 
antecedentes de difi cultad para la deglución y ordenó, 
entre otros estudios, radiografías de manos y tórax y 
esofagograma.
2. Explique el propósito de las preguntas formuladas 
específi camente y los estudios solicitados.
3. Para ampliar su conocimiento en esta área de la 
medicina, busque el síndrome CREST y 
enfermedades del tejido conectivo mixtas.
Caso 3 Anciano con úlceras en pies
Un hombre de 73 años de edad se presenta con úlceras 
en ambos talones y una úlcera menor en la parte lateral 
del quinto dedo del pie. No está seguro de cuánto 
tiempo ha tenido las úlceras de los talones, sólo notó que 
sus calcetines se adherían a ellas. Manifi esta que no son 
dolorosas, pero que han aumentado de tamaño 
lentamente, a pesar de tratamiento tópico con cremas y 
ungüentos de venta libre y apósitos.
Al interrogársele directamente, describe cierta pérdida 
de sensibilidad en ambos pies y, en menor grado, en 
dedos y manos. El examen clínico revela ulceras 
exudativas poco profundas en ambos talones, con un 
borde violáceo; existe una lesión menor similar en el 
quinto dedo del pie izquierdo. Los pulsos son débiles en 
el pie derecho y apenas perceptibles en el izquierdo. El 
examen neurológico demuestra pérdida de sensibilidad 
con distribución en guante y calcetín.
1. Resuma la asociación más probable entre las 
úlceras y los hallazgos neurológicos.
2. ¿Cuál es diagnóstico subyacente más probable?
3. ¿Qué factores predisponen a la falla en la 
reparación de las úlceras?
Preguntas basadas en casos
En la página 596 se proporcionan respuestas breves a estas preguntas.
	PATOLOGÍA CLÍNICA
	25. ENFERMEDADES MULTISISTÉMICAS IMPORTANTES
	Algunas enfermedades importantes causan lesiones en muchos tejidos y órganos
	Lupus eritematoso sistémico
	Muchos tejidos y órganos están involucrados en el LES, pero las articulaciones sinoviales (...)
	En alrededor del 80% de todos los pacientes con lupus sistémico se producen exantemas de (...)
	Las lesiones de la mucosa oral en el LES producen erosiones y úlceras superficiales
	Los trastornos neurológicos y psiquiátricos son comunes en el LES y pueden ser su (...)
	La afección renal en el LES es común y es una causa importante de morbilidad y mortalidad
	Las anormalidades hematológicas son comunes en el LES
	Los síntomas musculoesqueléticos pueden ser la característica más temprana de presentación
	Esclerosis sistémica progresiva (ESP)
	El involucro de la piel en la esclerosis sistémica se denomina ’esclerodermia’
	El involucro del tubo digestivoen la esclerosis sistémica afecta principalmente el esófago
	El daño pulmonar en la esclerosis sistémica causa extensa fibrosis intersticial y ‘pulmónen panal’
	El involucro renal en la esclerosis sistémica e sel resultado de las alteraciones vasculares y (...)
	Vasculitis sistémica
	La vasculitis sistémica puede afectar cualquier tipo de vaso sanguíneo
	Enfermedad reumatoide
	La artritis reumatoide es una poliartritis simétrica caracterizada por la destrucción de (...)
	La piel está involucrada en la enfermedad reumatoide por la formación de nódulos (...)
	La enfermedad reumatoide puede causa rel ´síndrome del ojo seco´ y degeneración (...)
	El involucro pulmonar en la enfermedad reumatoide causa fibrosis intersticial
	La anemia de las enfermedades crónicas es común en la artritis reumatoide y una minoría (...)
	Sarcoidosis
	En la sarcoidosis, la afección reticuloendotelial se manifiesta con crecimiento de los ganglios linfáticos
	La afección pulmonar en la sarcoidosis es común y es responsable en gran parte de su morbilidad
	Las lesiones de la piel asociadas con sarcoidosis son muy comunes
	La afección de los ojos en la sarcoidosis es un síntoma común de presentación, (...)
	La afección del sistema nervioso central y periférico en la sarcoidosis es importante y (...)
	Diabetes mellitus
	La diabetes tipo I es una enfermedad autoinmune específica de un órgano
	La diabetes tipo II es el resultado de la resistencia a la insulina en los tejidos periféricos
	Actualmente la morbilidad y mortalidad en la diabetes mellitus son el resultado de sus (...)
	Los diabéticos son particularmente propensos a infecciones
	Los diabéticos tienen aterosclerosis muy grave
	La enfermedad microvascular es una característica importante de la diabetes y es (...)
	La neuropatía periférica es una causa importante de ulceración intratable del pie en los diabéticos
	La nefropatía diabética es una causa importante de mortalidad en diabéticos
	La diabetes es una causa importante de ceguera adquirida en el mundo occidental
	Amiloidosis
	El amiloide puede clasificarse conforme a la naturaleza de la proteína precursora
	El amiloide se deposita fuera de las células y puede clasificarse en localizado o sistémico
	El amiloide se deposita principalmente en riñón, corazón, hígado, bazo y nervios
	Trastornos metabólicos hereditarios
	Los trastornos de almacenamiento pueden clasificarse de acuerdo al tipo de sustancia que acumulan
	Las glucogenosis dan por resultado la acumulación anormal de glucógeno en los tejidos
	La mayoría de las mucopolisacaridosis producen disminución en la actividad física y mental
	La mayoría de las lipidosis tienen un efecto importante sobre el cerebro
	Defectos familiares en el metabolismo de los lípidos provocan hiperlipidemias y son una (...)
	FIGURAS
	Figura 25.1
	Figura 25.2
	Figura 25.3
	Figura 25.4
	Figura 25.5
	Figura 25.6
	Figura 25.7
	Figura 25.8
	Figura 25.9
	Figura 25.10
	Figura 25.11
	Figura 25.12
	Figura 25.13
	Figura 25.14
	Figura 25.15
	Figura 25-16
	Figura 25-17
	Figura 25-18
	Figura 25.19
	Figura 25.20
	Figura 25.21
	Figura 25.22
	Figura 25.23
	Figura 25.24

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