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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO (UTESA) ASIGNATURA: Práctica de Oftalmología TEMA: Lámpara de Hendidura NOMBRE: Sania Prophete MATRICULA: 1-16-1236 Docente: Dr. Samuel Núñez Santiago RD. 3-08-2021 http://2.bp.blogspot.com/-16_Kphps0TE/U-4IzS4sGEI/AAAAAAAAAJM/V56ne1srBk0/s1600/Logo+Utesa.png Introducción La lámpara de hendidura consiste en un microscopio binocular, montado sobre una mesa, que emite una luz brillante que permite al médico explorar la totalidad del ojo a gran aumento. Tiene un mejor sistema óptico que el oftalmoscopio directo, permite magnificar la imagen y proporciona una visión tridimensional, por lo que puede medirse la profundidad. Una lámpara de hendidura es el mejor instrumento para explorar los párpados, los tejidos y la piel alrededor de los ojos, el iris, la superficie del ojo (incluyendo la córnea y la conjuntiva) y el humor acuoso (el líquido de la parte frontal del ojo entre la córnea y el iris). A menudo se usan colirios para dilatar las pupilas y así el médico puede explorar con mayor facilidad los ojos, incluidos el cristalino, el humor vítreo, la retina y el nervio óptico. Lámpara de hendidura La lámpara de hendidura es un biomicroscopio binocular con una fuente de luz potente y regulable. Para poder enfocar mejor las estructuras oculares. La lámpara de hendidura se puede mover en el plano horizontal, en el vertical, e incluso pasar a una posición inclinada. Tiene un ocular de unos 12 aumentos con un mecanismo de giro para compensar la dioptría del explorador. Su luz puede iluminar todo el campo y disminuir progresivamente hasta hacer hendidura, es decir, un haz de luz muy fino cuya en inclinación se puede variar en el sentido vertical y también en el horizontal. Con la lámpara de hendidura se puede ver en tres dimensiones todas las estructuras oculares, desde los parpados, hasta fondo de ojo, con una amplificación de 6 a 40 aumento haciendo zoom de forma progresiva o por saltos. La lámpara de hendidura va provista de cámara de fotos de alta calidad y de video. Tiene una posición sin filtro y 4 filtros para variar la iluminación, de absorción de calor, densidad neutra, luz verde, libre de rojo y luz azul. La exploración habitual se realiza con luz blanca, pero tiene filtro verde para valorar mejor los vasos y hemorragias. Y luz azul para ver las lesiones con fluroceina. El poder dióptrico ocular se compensa con los lentes de contacto apoyadas directamente en el ojo y de no contacto que se aproxima, pero no tocan el ojo, dichas lentes se visualiza el vítreo y la retina y se pueden realizar tratamiento de láser dentro del ojo. La lente de contacto más empleado es los tres espejos de goman con su parte central se obtiene una excelente visualización, del polo posterior y con los espejos laterales se visualiza mejor la periferia de la retina. El espejo más pequeño sirve para valorar el ángulo de la cámara anterior, es decir, realizar una gonioscopia. Existen lente de contacto especiales para realizar tratamiento con láser. Para ver el fondo de ojos, emplea habitualmente lentes de no contacto, siendo las más usadas: la arte 60D, 78D, 90 dioptrías. Con un tono metro de aplanacion acoplado a la lámpara de hendidura se realizan mediciones muy precisas de la presión intraocular. Exploración de la conjuntiva La conjuntiva es una capa mucosa que recubre la porción externa del globo ocular y la cara interna de los parpados. Su función es protectora y lubricante, constituye una barrera contra las infecciones externas y genera moco en cantidad suficiente para permitir el deslizamiento palpebral. Para fines de exploración la conjuntiva comprende 2 sectores: la conjuntiva bulbar (que recubre el globo ocular) y la conjuntiva tarsal (que recubre el tarso, a esta también se le conoce como conjuntiva palpebral, por lo tanto, recubre la cara interna de los parpados). La conjuntiva bulbar se inserta en los 360 grados alrededor de la córnea en la zona denominada limboesclerocorneal, en este sitio la conjuntiva bulbar tiene una adherencia firme y de ahí se prolonga cubriendo toda la esclera en su porción anterior hasta su unión con el nacimiento interno del parpado en la zona conocida como fondo de saco conjuntival donde vuelve a tener adherencias con las capas profundas, esta última adherencia es menos firme lo que permite el movimiento ocular funcional. La conjuntiva de los fondos de saco se refleja para cubrir la cara interna palpebral, transformándose en conjuntiva tarsal, en ella las adherencias con capas profundas son múltiples e íntimas, que le brindan una consistencia lisa y uniforme. La conjuntiva tarsal se dirige de los fondos de saco al borde libre del parpado y termina en el nacimiento de las pestañas donde se transforma histológicamente de un epitelio estratificado no queratinizado a un epitelio queratinizado. Técnica de exploración de la conjuntiva. Antes de hacer la exploración de la conjuntiva lo primero que debemos hacer es lavar y desinfectar las manos, para evitarle infecciones a nuestro paciente. Para la técnica de exploración de la conjuntiva bulbar, se coloca el dedo pulgar en la zona media del parpado superior y el dedo índice en la zona media del parpado inferior, esto es con el fin de abrir al máximo la hendidura palpebral. Se le pide al paciente que mire hacia la izquierda, a la derecha, arriba y abajo, mientras se inspecciona la conjuntiva bulbar que cubre toda la esclerótica. Para realizar la técnica de exploración de la conjuntiva palpebral inferior: se coloca el pulgar con la mano opuesta del ojo examinado por debajo del borde libre del parpado inferior, traccionar hacia abajo para lograr su eversión, se le pide al paciente que mire hacia arriba para explorar por inspección la cara interna del parpado que corresponde a la conjuntiva palpebral. Para la exploración palpebral superior: se le pide al paciente que mire hacia abajo, secoloca el aplicador en el parpado para tomarlo como punto de fijación, se toman las pestañas y se giran hacia arriba, se debe mantener traccionado para poder inspeccionar. Se le pide al paciente que mire hacia arriba en lo que bajamos las pestañas para que vuelva a su normalidad el ojo. Patología: Conjuntivitis: puede ser irritativas, infecciosas, alérgicas o químicas según la causa que les dio origen. Exploración de los parpados. En la primera parte enfocarnos en una buena exploración de ojo, tomando en cuenta la inspección y palpación de manera adecuada referente a las estructuras anatómicas normales. Hay que tener en cuenta el orden de la exploración: se recomienda iniciar de afuera hacia adentro. Se inicia con la exploración de: La ceja (situadas en el reborde supra orbitario, cubiertas de pelo implantado de arriba hacia abajo y de adentro hacia afuera, comprende 3 partes: cabeza, cuerpo y cola, es importante destacar que la falta de pelo en la cola siguiere un signo de insuficiencia tiroidea). El siguiente paso es la exploración de: Los parpados, son dos repliegues musculo membranosos que cubren al ojo, uno superior muy móvil y uno inferior con movilidad más reducida. Cada parpado presenta dos bordes uno adherente y otro libre, una extremidad interna y otra externa, que a unirse con la correspondiente del parpado opuesto forman los ángulos interno y externo de la abertura palpebral. En la parte anterior de los bordes libres se implantan las pestañas. Los puntos a inspeccionar en parpado son: la coloración, forma y movimientos. La coloración es ligeramente violácea y recibe el nombre de ojeras, se acentúa con el insomnio, la fatiga, la menstruación y estados adinámicos. La forma, en los estados consuntivos se hacen muy convexos y se hunden, en los edematosos se hinchan y se hacensalientes, para buscar el edema en los parpados se puede tomar el parpado entre los dos dedos ́ ´como pellizcándolo suavemente con presión sostenida´´ también se puede deslizar el parpado hasta el borde orbitario y ejercer presión contra dicho borde, en caso de edema la presión de los dedos queda marcada en ambos casos. Los movimientos pueden ser espontáneos y provocados. Los espontáneos se observan durante el interrogatorio sin que el paciente se dé cuenta. Los movimientos palpebrales pueden ser espontáneos y normales, o pueden hallarse alterados por aumento, disminución o abolición. La disminución se observa cuando hay imposibilidad de cerrar o abrir completamente el ojo debido a la parálisis del musculo orbicular. Los movimientos provocados se exploran ordenando al paciente cerrar los ojos, abrirlos, cerrar uno y dejar abierto el otro ojo, es común que cuando se ordena al paciente que cierre un ojo cierra los dos, lo que sugiere que hay trastornos funcionales, aunque puede tratarse de sinergia funcional. En lo ángulos internos de la abertura palpebral se encuentra el lago y las vías lagrimales que se deben estudiar cuidadosamente. La obstrucción de estas vías es relativamente frecuente y causa escurrimiento continuo de las lágrimas por las mejillas (esto se llama epifora). Patologías: El Coloboma: Es una anomalía congénita que afecta primordialmente al parpado superior y que se caracteriza por ausencia de tejido en el borde palpebral. El Epicanto: Es un trastorno que consiste en la presencia de un pliegue de piel de forma semilunar a cada lado de la nariz con la concavidad dirigida al ojo. Orzuelo: Es la infección aguda piógena de las glándulas de Zeiss, Moll o de las de MEIBOMIO. Córnea A través de la exploración de la córnea estudiamos: su forma y dimensiones (si es normal, pequeña o grande), las alteraciones de su transparencia, sus opacidades (máculas, nebéculas y leucomas), las vascularizaciones anormales, las ectasias o dilataciones, así como las úlceras, etc. La presencia de un reflejo luminoso corneano (al proyectar una luz sobre la córnea) mal definido o de bordes borrosos sugiere que la superficie corneana no está intacta, como sucede en casos de abrasión corneana o queratitis. La tinción con fluoresceína revela abrasiones o úlceras. Antes de instilar el colorante, puede añadirse una gota de anestésico tópico (p. ej., proparacaína al 0,5%, tetracaína al 0,5%) para facilitar la exploración si el paciente tiene dolor o si va a ser necesario tocar la córnea o la conjuntiva (p. ej., para retirar un cuerpo extraño o medir la presión intraocular). Se humedece una tira de fluoresceína estéril envasada individualmente con una gota de suero salino estéril o anestésico tópico y, tras pedir al paciente que mire hacia arriba, se toca por un instante con ella por dentro del párpado inferior. El paciente debe parpadear varias veces para extender el colorante por la película lagrimal, y entonces se examina el ojo con ampliación y una iluminación azul cobalto. Las áreas con ausencia de epitelio corneano o conjuntival (por abrasión o úlcera) mostrarán una fluoresceína verde. Esclerótica La conjuntiva que reviste la esclerótica deberá estar completamente transparente y a través de ella conoceremos de las alteraciones en su color, forma y vascularización. Cuando hay alteración en la vascularización encontramos vasos alrededor del limbo esclerocorneal. A veces, la vascularización está circunscrita a uno o más sectores esclerales y se presenta en forma de nódulo o botón de escleritis o episcleritis. El color de la esclerótica es blanco brillante, pero en ocasiones presenta pequeñas manchas pigmentarias o lunares. Esta membrana puede presentar estafilomas o eventraciones tanto anteriores como posteriores. Estos últimos no se observan de modo directo en el segmento anterior del ojo, sino por oftalmoscopia, y aparecen fundamentalmente en la miopía maligna. Iris Hay que examinar el color, la estructura y el pigmento del iris (manchas oscuras). Es muy importante observar si existen neovascularizaciones, las que por lo general no siguen el curso de los vasos normales, que son radiales. Los vasos de neoformación se disponen a modo de una red vascular que recubre el iris, conocida como rubeosis del iris. La superficie normal del iris presenta elevaciones y depresiones en forma de criptas. A su vez, presenta dos zonas circulares: un círculo o gorguera que la divide en una zona ancha que llega a la periferia y por tanto a la zona ciliar, y otro círculo que determina una zona más estrecha alrededor del área pupilar. Entre ambas zonas hay sutiles diferencias de coloración. El borde pupilar presenta un reborde, ribete u orla, más pigmentado. Las alteraciones en el relieve del iris son importantes por presentar zonas inflamadas o también zonas de atrofia. Pueden existir nódulos. La ausencia parcial o total del iris se llama aniridia. Es a su vez muy importante observar los cambios y las irregularidades de la pupila. Si está dilatada (midriasis), si contraída (miosis) y si hay irregularidades en su contorno por existir puntos de contacto (bridas o sinequias) por desplazamiento del iris hacia el cristalino (sinequia posterior); si el desplazamiento es hacia la córnea (sinequia anterior). Si la sinequia abarca todo el reborde pupilar se llama seclusión pupilar. Cuando el iris no está plano en su superficie, sino abombado (echado hacia delante), se llama iris bombé, en este caso la tensión ocular se mantiene alta. Pueden existir dos o más orificios pupilares (colobomas), por reabsorción de tejido o por pérdida de este por la cirugía (iridectomía). También, sobre todo en los traumas, puede hallarse, enclavado en la herida, algún pliegue de iris (hernia del iris). Cuando existe desgarramiento de la base del iris y hay falta de continuidad en su inserción tenemos las iridodiálisis. En los casos de luxación o de subluxación del cristalino o de su extracción (afaquia), el iris presenta temblor (iridodonesis). -Aproximación al paciente: Antes de empezar a trabajar con la lupa, haremos una rápida revisión general de la persona. Por ejemplo, una persona que lleve gafas para corregir su miopía, puede tener una ligera dilatación pupilar. Una cosa importante ha saber, es que los pioneros en iridología, insistían en que la observación de los iris a la luz natural del sol, era imprescindible para un buen diagnóstico general. Esto muchas veces es imposible, pero tenemos la suerte de disponer de lámparas halógenas, las cuales poseen una iluminación muy parecida a la luz solar. Cuando ya hemos realizado el acercamiento previo, empezaremos a iluminar el ojo, observando los reflejos pupilares (normalmente se realiza sin lupa) y fijándonos en las posibles alteraciones de la conjuntiva. Si nos encontramos ante a una persona que presenta una alergia conjuntival, dejaremos la exploración para otro día, ya que nos pueden quedar ocultos muchos datos. Con la lupa, observaremos ya los signos generales en ambos iris, que nos darán una visión constitucional general de la persona. Nos fijaremos en signos como la toxemia, las manchas pigmentarias y los anillos nerviosos. Cristalino Por la inspección, podemos conocer si existe o no cristalino en el ojo, si está subluxado o luxado totalmente; también, si ha perdido la transparencia y si presenta opacidades (catarata). Una de las pruebas que se utilizan es el examen de las imágenes de Purkinje- Sanson (Fig. 3.15), para lo cual se toma un pequeño foco luminoso (linterna de bolsillo) y se le proyecta delante de la pupila. Se enfoca oblicuamente, de modo que exista un ángulo de reflexión de la luz. El observador percibe tres imágenes: la primera la observa en la cara anterior de la córnea; es brillante, directa y detamaño adecuado al del estímulo proyectado. La segunda imagen, en la cara anterior del cristalino, es opaca, directa y mayor que la primera. La tercera imagen se proyecta en la cara posterior del cristalino, es brillante, invertida y mucho más pequeña que las anteriores. La observación es más interesante si se realiza con una vela encendida en un uarto semioscuro. Hay que tener presente que la tercera imagen, al desplazarse la luz, se traslada en sentido contrario al movimiento del foco luminoso. Cuando el ojo carece de cristalino, faltan la segunda y tercera imágenes. Si el cristalino está opaco por catarata, solo se observan la primera y la segunda, de acuerdo con el grado de opacidad existente. En el ojo de un paciente que no vea a causa de una hemorragia vítrea, pero cuyo cristalino y córnea estén transparentes, se observan las tres imágenes. Esto nos sirve como diagnóstico diferencial entre la catarata y la hemorragia vítrea. Examen de los reflejos pupilares La pupila responde al estímulo luminoso: se contrae por la luz y se dilata en la oscuridad. El examen de los reflejos pupilares es uno de los más importantes que se debe realizar a todo paciente. Los reflejos pupilares que hay que explorar son: 1. Fotomotor o directo. 2. Consensual o indirecto. 3. Acomodación- convergencia. Para estudiarlos se utiliza una linterna de mano. Fotomotor o directo. Ante el estímulo luminoso la pupila se contrae, y al retirarlo, se dilata. La intensidad de iluminación puede producir variaciones en los tamaños pupilares. Desde el instante en que la luz llega directamente a la retina, hasta que se inicia la contracción pupilar, transcurre menos de 1s. Consensual o indirecto. Cuando se ilumina la pupila de un ojo, la pupila del otro se contrae simultáneamente, pero con mayor intensidad que la del primero. Esto ocurre porque parte de las fibras de la vía refleja se decusan con la vía óptica a nivel del quiasma. Acomodación-convergencia. Se produce cuando al mirar un objeto cercano, los ojos convergen y al propio tiempo se contraen las pupilas. El estímulo nervioso que anima el acto de la acomodación se propaga a los músculos rectos internos (convergencia), al músculo ciliar (acomodación) y al esfínter de la pupila (miosis). Aparato lagrimal Se compone del sistema secretor o glandular y el sistema excretor o vías lagrimales. Para el examen de la glándula, que está dividida en dos porciones, hay que tener en cuenta que ella, en condiciones fisiológicas, no es ni visible, ni palpable, y que solo lo es cuando está inflamada y se hace apreciable debajo del párpado superior, por simple palpación. Anamnesis Antes de realizar ninguna prueba diagnóstica, una adecuada inspección e interrogatorio del paciente son fundamentales. Así, en primer lugar, fijarnos si el paciente lagrimea durante la consulta, presenta entumecimiento en el canto medial, signos de dacriocistitis aguda o mucocele, etc. Interrogar acerca de cirugías previas, la presencia de síntomas asociados (picor, escozor, etc.) o factores desencadenantes (ambientes cargados, humo, calefacción, viento, etc.) nos deben orientar hacia enfermedades de la superficie ocular como conjuntivitis, queratitis, u ojo seco. La exploración del segmento anterior es fundamental para el diagnóstico de las alteraciones que pueden ser causa de epifora de corta duración (erosiones cornéales, conjuntivitis agudas, etc.) o de larga duración (conjuntivitis alérgicas, ojo seco, etc.). Las malposiciones palpebrales pueden ser causa de epífora por diferentes mecanismos como en los casos de ectropión o las lesiones cornéales que ocurren en casos de entropión, triquiasis o retracción palpebral Técnica para la palpación de la glándula lagrimal. Se le indica al paciente que mire hacia abajo y hacia adentro. Con el dedo índice del observador, colocado encima del tegumento palpebral y por debajo del reborde orbitario externo, se presiona hacia adentro. Si el proceso inflamatorio de la glándula es grande, se podrá palpar con la yema del dedo, y se comprobará si es doloroso o si presenta fluctuaciones. Puede observarse si la secreción lagrimal está aumentada o disminuida. El lagrimeo o epífora es un signo importante. Podrá ser activo por hipersecreción, por ejemplo, llanto; y pasivo, por dificultad en la evacuación, por ejemplo, parálisis facial. Las vías lagrimales, compuestas por el saco lagrimal, los canalículos y puntos lagrimales, también deben someterse a examen. Técnica para la palpación del saco lagrimal. Se realiza con el dedo índice del observador, sobre la piel que recubre la fosita lagrimal. En caso normal no sale nada por los dos puntos lagrimales. En los casos de dacriocistitis, al presionar el saco refluye secreción por los puntos lagrimales. A causa de la obstrucción de los conductos y puntos lagrimales, el saco vaciará, por la presión digital, en la fosa nasal. Para conocer si existe o no obstrucción, se instila en el saco conjuntival inferior un colorante como el azul de metileno o el argirol al 1 %. Tras unos minutos, si el paciente al sonarse la nariz no impregna el pañuelo con el colorante, se comprueba que hay dificultad en la evacuación de las lágrimas hacia la nariz. Existe otro método, utilizado por el oftalmólogo: previa anestesia local y dilatación del punto lagrimal, se introduce por este una cánula roma fina, insertada a una jeringuilla que contiene suero fisiológico, el cual se inyecta. Si el líquido pasa a la garganta, no está obstruida la vía. Bibliografía Oftalmologia de Vaughan Oftalmología de Graue https://www.ecured.cu/Exploraci%C3%B3n_del_paciente_en_oftalmolog%C3%ADa#Aparato_ lagrimal https://www.ecured.cu/Exploraci%C3%B3n_del_paciente_en_oftalmolog%C3%ADa#Aparato_lagrimal https://www.ecured.cu/Exploraci%C3%B3n_del_paciente_en_oftalmolog%C3%ADa#Aparato_lagrimal
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