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ZAPPOS.COM: EL DESARROLLO DE UNA CADENA DE SUMINISTRO PARA DESLUMBRAR AL CLIENTE Nuestra decisión siempre fue enfocarnos en el servicio porque obteníamos retroalimentación instantánea siempre que mejorábamos la entrega. Los clientes quedaban deslumbrados con la experiencia, y luego le contaban a un montón de personas. Y la comunicación de boca en boca funciona mucho más rápidamente por Internet que de persona a persona porque se puede enviar un correo electrónico a un montón de amigos y decirles: “Oye, acabo de tener esta experiencia increíble.” Esa fue una de las razones por las que quisimos seguir mejorando el envío. —Alfred Lin, presidente, COO y CFO de Zappos1 A finales de 2008, menos de 10 años después de su fundación, Zappos anticipaba alcanzar ventas brutas anuales por mil millones de dólares. Cuando su fundador propuso por primera vez la idea de vender zapatos en línea, el concepto fue recibido con intenso escepticismo. A pesar de los retos, la empresa había logrado un éxito espectacular. Era el minorista de zapatos en línea más grande del mundo, era rentable, crecía rápidamente y tenía una reputación sobresaliente en cuanto a servicio al cliente. Sus empleados estaban involucrados con su trabajo y lo hacían con entusiasmo. Si bien los zapatos seguían proporcionando la mayoría de los ingresos, Zappos había expandido su oferta de productos con base en la retroalimentación de los clientes y el entusiasmo de los empleados. Todavía existía una enorme base de clientes sin explotar –sólo 3% de la población de Estados Unidos eran clientes de Zappos– lo cual indicaba que la empresa estaba lejos de agotar sus oportunidades en Estados Unidos, mucho menos en otras regiones internacionales. Con todo, el desplome de los mercados financieros y la posibilidad de una recesión prolongada creaban nuevos retos. Zappos jamás había contado con un cuantioso financiamiento: siempre había sido muy consciente del dinero con que contaba. A diferencia de la mayoría de los minoristas, seguía creciendo, pero ya se habían presentado las primeras señales de que el índice de crecimiento se desaceleraba. Al ver hacía el futuro, los directivos de la compañía consideraban maneras en que Zappos podía mantener la experiencia de alta calidad por la que era conocida: deslumbrar a sus clientes, proveedores y otras filiales. El manejo de la cadena de suministro de la empresa había evolucionado con el crecimiento de Zappos, y era una de sus fuentes de excelencia. No obstante, tal vez existían oportunidades para seguir mejorando. ZAPPOS.COM En 1999, Nick Swinmurn se sintió frustrado por no encontrar el número, color y estilo idóneos de zapatos. Después de probar varias tiendas pensó que debía de haber una mejor forma de hacer las cosas. Los comercios tenían en existencia una variedad relativamente pequeña de estilos y, por lo general, no contaban con una dotación completa de colores y números, incluso para los estilos que sí tenían en existencia. Esto no era sorprendente tomando en cuenta las restricciones físicas de las tiendas de calzado, la cantidad limitada de zapatos que la tienda promedio podía tener en existencia y la población local reducida a la que le vendían las tiendas. Pero era 1999 y el auge de Internet estaba en todo su apogeo. Si Swinmurn, que era cliente de zapatos común y corriente (no un fanático de los mismos), se sentía frustrado, era probable que muchas otras personas compartieran ese sentimiento. Lo que necesitaban los consumidores era una manera de acceder a una enorme variedad de estilos, colores y tamaños. Como no existía ninguna, Swinmurn decidió crearla, usando Internet para atender los problemas de variedad que enfrentaban los minoristas tradicionales de calzado, no obstante que carecía de experiencia en ventas minoristas, mucho menos en la industria del zapato. Recaudar el capital Swinmurn recabó $150,000 dólares de familiares y amigos y reclutó a Fred Mossler, comprador de zapatos de Nordstrom, para que trabajara con él. Swinmurn trató de recaudar capital de riesgo, pero tuvo dificultades para encontrar inversionistas dispuestos a destinar grandes sumas de dinero. Una de las empresas inversionistas a las que se dirigió fue Venture Frogs, fundada por Tony Hsieh y Alfred Lin. Hsieh era un joven graduado de Harvard que había sido cofundador, junto con Sanjay Madan, compañero de habitación en la universidad, de una empresa de publicidad en Internet llamada Link Exchange. Cuando Hsieh tenía 24 años de edad, vendieron la compañía a Microsoft por $265 millones de dólares en 1998. Lin había sido amigo de Hsieh en Harvard (y cliente del negocio de pizzas que Hsieh y Madan habían operado en la universidad) y había abandonado un programa de doctorado en la Universidad de Stanford para asociarse con Hsieh en Link Exchange. Hsieh y Lin fundaron luego Venture Frogs, que financiaba empresas que iniciaban operaciones en Internet, incluyendo compañías tales como AskJeeves, Tellme Networks y Zappos. En 1999, en el apogeo del auge de Internet, Swinmurn dejó un mensaje de voz en Venture Frogs, en el que explicaba que había lanzado una empresa para vender zapatos por Internet. Cuando Hsieh y Lin estaban a punto de oprimir el botón de borrar, ya que pensaban que “sonaba como el mejor ejemplo de una mala idea de negocios en Internet,”2 oyeron a Swinmurn explicar que el mercado de zapatos en Estados Unidos alcanzaba ventas de $40,000 millones de dólares, y que 5% de este negocio se hacía por correo directo. Hsieh y Lin comprendieron que si la gente compraba $2,000 millones de dólares de zapatos por medio de catálogos, Internet –con su habilidad para comunicarse con grandes segmentos de la población y de proporcionar información detallada infinitamente mejor que un catálogo– se iba a convertir en un mercado sustancialmente más grande. Decidieron invertir y aportaron unos $2 millones de dólares a la compañía en el transcurso de los siguiente dos o tres años. Hsieh también invirtió personalmente en Zappos (cuyo nombre era una adaptación de la palabra española “zapatos”). Posteriormente, Sequoia Capital, una de las principales empresas inversionistas de Silicon Valley, también aportó dinero en la empresa. Si bien Hsieh, Venture Frogs y Sequoia colocaron dinero en la empresa, Zappos jamás tuvo el financiamiento generoso de compañías incipientes de Internet como WebVan: la inversión total en la compañía era menos de $10 millones de dólares durante los primeros cinco años de su existencia. Sequoia Capital posteriormente encabezaría una ronda de inversiones por $54 millones de dólares, suma que se usó, en parte, para comprar la participación de algunos de los primeros inversionistas. A la larga, la falta de un financiamiento sustancial fue algo benéfico: Zappos se vio obligado a enfocarse en aquellos factores esenciales para su éxito, a operar con eficiencia y a evitar los excesos que habían conducido al fracaso a muchas empresas incipientes de Internet. El difícil reto de crear un exitoso negocio minorista de zapatos en línea, que inhibía el acceso a la inversión en gran escala, tenía otra ventaja: falta de competencia. Como decía Lin: “En realidad era tentador invertir en una compañía en la que todo el mundo creía que no era posible lograrlo, porque sabía uno que en las primeras etapas no iba a tener competencia.” No obstante, a corto plazo, el financiamiento relativamente bajo que consiguió la empresa fue doloroso: hubo momentos en que los empleados trabajaron durante meses sin recibir sueldo para ayudar a la compañía a sobrevivir. El éxito financiero Después de invertir, Hsieh empezó a trabajar de cerca con Swinmurn, y en el 2000 se convirtieron en CEO asociados. Lin se unió en 2005 como CFO, y posteriormente asumió los puestos de COO y presidente. Swinmurn salió de Zappos en 2006, y Hsieh se convirtió en CEO único. Zappos experimento un fuerte crecimiento desde sus primeras ventas hasta finales de 2008,cuando esperaba ventas brutas de mercancías de mil millones de dólares. Este fuerte crecimiento dependía principalmente de una base de clientes contentos y leales. A medida que la empresa se desarrollaba, el porcentaje de clientes habituales crecía: de 40% en 20043 a 75% en 2008.4 Hsieh veía esto como algo esencial para el éxito sostenido y dijo: “Puedes lograr que cualquiera te compre una vez... Lo difícil es conseguir que la gente te compre una y otra vez.”5 Zappos se volvió rentable en 2006, pero no tenía como objetivo maximizar las utilidades, sino que prefirió invertir en el crecimiento de la compañía. Ese año, Zappos logró márgenes brutos de 31%, incluso después de envíos y devoluciones (se devolvía más de uno de cada cuatro pedidos).6 El transporte, tanto al cliente como de las devoluciones, representaba una parte sustancial de la estructura de costos de la compañía y sumaba unos $100 millones de dólares,7 o casi 17% de las ventas brutas de la compañía de $597 millones en 2006. Este porcentaje había permanecido relativamente constante al paso del tiempo, a pesar de los niveles crecientes de las devoluciones y la disminución en los tiempos de entrega. A finales de 2008, Zappos contaba con unos 9 millones de clientes, un número considerable, pero apenas 3% de la población de Estados Unidos, lo cual dejaba mucho margen para un crecimiento continuo. Tenía alrededor de 1,500 empleados, la mitad en su sede y centro de atención telefónica en Nevada, y otra mitad en su centro de surtido de pedidos en Kentucky. La compañía aún era privada y no tenía planes inmediatos de lanzar una oferta pública inicial (IPO). La cultura y valores corporativos Zappos poseía una fuerte cultura de empresa, desarrollada y enriquecida por la dirección. Esta cultura, junto con los valores de la empresa, ejercía una fuerte influencia en todos los aspectos del negocio, incluyendo la cadena de suministro. Hsieh and Lin recordaron que la fuerte cultura que había existido en los primeros días de su primera empresa naciente, Link Exchange, había desaparecido a medida que había crecido la compañía. Como explicó Lin: “A final de cuentas, una de las razones de que vendiéramos la compañía era que ya no era un lugar divertido donde trabajar.” Estaban decididos de que estos no sucediera en Zappos. Como resultado, cuando la dirección de Zappos pensaba en lo que se necesitaba para cumplir con los objetivos de negocios del año siguiente, la pregunta: “¿Cómo vamos a desarrollar la cultura?” era tan importante como cuestiones tales como “¿Cuántas personas necesitamos contratar, cuántos servidores más, o cuánto espacio de oficina adicional requerimos?” Hsieh describió en 2008 lo que la cultura significaba para él: Para mí, la cultura de Zappos expresa muchos elementos distintos. Tiene que ver con buscar siempre nuevas maneras de deslumbrar a todas las personas con quienes tenemos contacto. Tiene que ver con construir relaciones en las que nos tratamos como familia. Tiene que ver con trabajo en equipo y con divertirnos y no tomarnos demasiado en serio. Tiene que ver con crecimiento, tanto personal como profesional. Tiene que ver con lograr lo imposible con menos gente. Tiene que ver con la sinceridad, con correr riesgos y no tener miedo de cometer errores. Pero más que nada, tiene que ver con confiar en que si hacemos lo correcto, entonces a la larga tendremos éxito y construiremos algo grande.8 La contratación y capacitación eran especialmente importantes para mantener y desarrollar la cultura y los valores de la empresa. Hsieh comentó: “Queremos personas a quienes les entusiasme lo que Zappos representa: el servicio. No me importa que no les entusiasmen los zapatos.”. LA EXPERIENCIA DE COMPRA EN ZAPPOS Desde el principio, Zappos se propuso proporcionarles a sus clientes una experiencia de compra excepcional. Quería que los clientes, después de cualquier interacción con la compañía, quedaran deslumbrados. Para ilustrar la prioridad que le daba al servicio al cliente, Hsieh se refería a Zappos como “una empresa de servicio que vende zapatos,” lo cual corrigió posteriormente para incluir la amplia gama de otros productos que vendía la empresa. Hsieh explicó con más detalle la importancia del servicio al cliente: “En realidad no es un secreto... La gente sabe desde hace mucho que a las empresas que proporcionan un buen servicio les va muy bien. Sin embargo, nadie lo hace.” Hsieh consideraba el servicio al cliente como una inversión, más que como un gasto. El impulso para proporcionar una “experiencia deslumbrante” imbuía todos los aspectos de la empresa. El sitio de Internet de Zappos se cargaba más rápidamente que el de cualquier otro sitio minorista. Aunque la mayoría de los pedidos se hacían en línea, el apoyo telefónico era esencial para maximizar la experiencia del cliente. A diferencia de otros sitios minoristas populares, el número telefónico gratuito de la compañía figuraba de manera prominente en todas sus páginas de Internet, la llamada promedio se contestaba en menos de 20 segundos y los operadoras del centro de servicio telefónico tenían autoridad para resolver casi cualquier problema. Zappos sabía que la principal competencia en el negocio de zapatos eran las tiendas físicas tradicionales, y que para tener éxito era necesario que los clientes se sintieran cómodos comprando zapatos en línea. La empresa atendía este reto de diversas maneras que incluían devoluciones gratis, proporcionar amplia información en línea sobre los productos, mantener un centro de servicio telefónico y el envío gratuito al día siguiente. Ajuste y política de devoluciones Un aspecto clave para animar a los clientes a comprar zapatos en línea era el tema del número o ajuste: los clientes tenían que sentirse cómodos de que recibirían productos que les quedaran y que podían devolverlos si no era así. Zappos pronto comprendió que esto podía resolverse de la mejor manera proporcionando devoluciones gratis, al principio durante 60 días, que se extendieron posteriormente a 365 (aunque la mayoría de las devoluciones se hacían dentro de 60 días). Así, los clientes podían comprar varios pares de zapatos de diferentes estilos y ajustes, y quedarse con los que querían mientras devolvían los que no les quedaban. Zappos vigilaba de cerca el comportamiento de los clientes. Descubrió que los más rentables no eran los que devolvían la menor cantidad de productos. Los clientes que aprovechaban la política de devoluciones gratis tendían a experimentar con diferentes marcas y estilos; si bien tenían un índice de devoluciones más elevado, también hacían más compras netas. En general, las devoluciones representaban 35% de las ventas brutas. La información de productos en línea También era esencial proporcionar a los clientes la mayor cantidad de información posible para la toma de sus decisiones de compra. Esto se hacía de diferentes maneras. Los sitios minoristas de Internet tenían generalmente fotografías pequeñas de los productos con muestras de los colores disponibles. Las imágenes, por lo general, eran de sólo unos cuantos ángulos y a menudo no mostraban detalles importantes. Zappos proporcionaba a los clientes información sustancialmente mejor. Cuando llegaban nuevos modelos (o nuevos colores) a la bodega de Zappos, un equipo de fotógrafos tomaba imágenes desde varios ángulos (para 2008 se tomaron ocho fotos de cada estilo y cada color). Los clientes interesados en un producto en particular podían ver fácilmente grandes fotografías en el color deseado y desde múltiples perspectivas. El sitio también incluía descripciones detalladas de los zapatos, así como información que normalmente proporcionarían especialistas en una tienda de zapatos física tradicional. Por ejemplo, la forma de caminar o correr de una persona era importante para encontrar el zapato idóneo. El sitio de Zappos tenía comentarios detallados sobre la forma de caminar yle indicaba al cliente cómo podía determinar el tipo de zapato apropiado para él. El sitio también proporcionaba retroalimentación de los clientes. Podían escribir comentarios sobre los zapatos que compraban, que Zappos no corregía (salvo para eliminar palabras soeces). Se mostraban los comentarios de clientes más recientes para cada tipo de zapato. El centro de servicio telefónico Zappos (“lealtad de los clientes”) La mayoría de las interacciones con los clientes se realizaban a través del sitio de Internet, que manejaba alrededor de 95% de los pedidos. El resto, además de preguntas sobre los productos, devoluciones u otras cuestiones, lo atendía el centro de servicio telefónico. En 2008, contaba con unos 400 empleados y funcionaba las 24 horas del día, los 7 días de la semana, en la sede de Las Vegas. Como se describe en el Apéndice sobre la cultura y los valores de la empresa, todos los empleados de Las Vegas pasaban por el mismo curso de capacitación de cuatro semanas para nuevos empleados. Al final del curso, independientemente del trabajo para el cual los habían contratado, pasaban cuando menos dos semanas en el centro de atención telefónica atendiendo a clientes. Zappos evaluaba casi todos los aspectos del negocio, incluyendo el centro de servicio telefónico (o “lealtad de los clientes” en los términos de Zappos). Tomaba el tiempo que se tardaba desde el momento en que el cliente llamaba hasta el momento en que contestaba la llamada una operadora del centro: en 2008 la cifra era asombrosamente baja, con un promedio consistentemente de menos de 20 segundos. Sin embargo, no evaluaba a las operadoras en cuanto a mediciones de eficiencia, como el número de llamadas que atendían. El objetivo era proporcionar al cliente la mejor experiencia posible. Si eso significaba sostener una larga conversación con el cliente respecto a su afición por correr, se alentaba a la operadora a llevar a cabo la conversación. Si el cliente buscaba un zapato específico que no estaba disponible en Zappos, la operadora estaba capacitada para buscar en por lo menos otros tres sitios de Internet para encontrar lo que deseaba el cliente, y luego asistirlo a dar con el producto en el sitio de la competencia. Zappos perdería ese pedido, pero el cliente probablemente regresaría a Zappos en el futuro. Hsieh comentó: “Evaluamos [a las operadoras del centro de atención telefónica] basándonos en si se desvivieron para atender al cliente... No nos importa si hicieron o no la venta ni lo ‘eficientes’ que fueron... Para nosotros, cada interacción es una oportunidad para resaltar la marca.”11 Un ejemplo ampliamente citado de una operadora que se desvivió por cumplir con las expectativas de un cliente ocurrió en julio de 2007. La operadora daba seguimiento a unos zapatos que debieron de haberse devuelto y le envió un correo electrónico a la clienta. La clienta respondió que lo sentía mucho, que había comprado los zapatos para su madre enferma, quien poco tiempo después había muerto, y no había encontrado el tiempo para devolverlos. La operadora hizo arreglos para que UPS fuera a la casa de la clienta a recogerlos, luego le envió un arreglo floral y una tarjeta con sus condolencias. Cabe mencionar que la clienta quedó muy impresionada por esta preocupación por parte de una empresa y publicó sus comentarios respecto a la experiencia en un blog, los cuales circularon ampliamente.12 Las operadoras del centro de servicio telefónico estaban capacitadas para manejar solas prácticamente cualquier situación. Tenían autoridad para hacerlo usando su mejor criterio, sin necesidad de recurrir a un supervisor o gerente. Con fines de control de calidad, las llamadas las monitoreaban empleados de Zappos, no una agencia externa. Los observadores escuchaban para asegurarse de que la operadora había superado las expectativas del cliente y de que la experiencia del cliente había sido excelente. A finales de 2008, el centro de servicio telefónico recibía alrededor de 5,000 llamadas diariamente. Zappos consideraba cada una de éstas como una oportunidad para “deslumbrar” al cliente en forma personal. Como decía Hsieh: “En ese momento, tiene uno toda la atención del cliente... Ese es el momento en que se tiene una enorme oportunidad... para brillar.”13 Si un cliente tenía una experiencia excepcional, era muy probable que la comentara con sus amistades. Con la facilidad de la comunicación por correo electrónico, las experiencias positivas o negativas de los clientes podían difundirse rápidamente a un gran número de personas. Zappos quería cerciorarse de que sus recomendaciones “de boca en boca” fueran abrumadoramente positivas. Entrega gratuita y rápida El último aspecto para proporcionar un servicio excepcional era la entrega rápida sin cargo adicional. Zappos intentaba superar siempre las expectativas de los clientes; prometía menos y daba más. En última instancia, esto significaba operar la bodega las 24 horas del día, todos los días, con entregas al día siguiente por UPS. Un pedido recibido por la tarde generalmente se entregaba al día siguiente, no obstante que los términos normales de entrega eran por UPS Terrestre, lo que tenía una expectativa de entrega de cuatro a cinco días. Lin explicaba con detalle: Creo que en los primeros días no teníamos realmente opción; no nos alcanzaba para pagar más que el envío terrestre. Luego empezamos a comprender que cualquier dinero que nos sobraba lo queríamos reinvertir en el crecimiento de la empresa. O lo podíamos gastar en mercadotecnia, para tratar de atraer nuevos clientes, o en nuestros clientes existentes y dejar que lo difundieran “de boca en boca,” que fueran ellos los que impulsaran el “regreso.” Uno sabe que estos clientes van a comprar zapatos en alguna fecha posterior, así que nuestra decisión fue siempre enfocarnos en el servicio porque obteníamos retroalimentación instantánea cada vez que le mejorábamos algo a alguien. Quedaban deslumbrados por la experiencia y luego se lo contaban a un montón de gente. Y la comunicación “de boca en boca” funciona mucho más rápido por Internet que de persona a persona, porque basta con enviarles un correo electrónico a un montón de amigos y decirles: “Oye, acabo de tener esta experiencia increíble.” Entonces esa fue una de las razones por la que quisimos mejorar constantemente el envío. La otra razón es que siempre hemos considerado como nuestra verdadera competencia la satisfacción instantánea que obtiene uno al entrar en una tienda física tradicional, probarse algo y luego salir con los artículos que te gustan. Nuestra idea era que nos íbamos a acercar a eso lo más posible con el paso del tiempo, y eso llevaría realmente la tienda al hogar. Durante la temporada navideña de 2006, Zappos garantizó la entrega al día siguiente para todos los pedidos, y la política continuó durante 2007. Sin embargo, como los clientes esperaban la entrega al día siguiente, “ya no quedaban tan deslumbrados como antes, cuando era una mejora ‘sorpresiva’,” según Lin. Además, garantizar la entrega al día siguiente predisponía a los clientes a sentirse decepcionados en aquellas raras ocasiones cuando la entrega se tardaba debido a problemas inevitables, como el impacto que tenía el tiempo en los horarios de los aviones, o si las líneas de comunicaciones se interrumpían y Zappos no podía transmitir los pedidos a la bodega. La satisfacción general de los clientes cayó muy ligeramente en 2007, y la compañía decidió ya no anunciar la entrega al día siguiente. Proporcionaba el mismo nivel de servicio, pero sólo garantizaba el envío terrestre en cinco días. Zappos descubrió que cuando los clientes ya no esperaban la entrega al día siguiente, se sorprendían nuevamente cuando el paquete llegaba de un día para otro, sobre todo cuando habían hecho el pedido muy tarde por la noche. A medida que Zappos continuó aumentando la velocidad de entrega, el costo de envío como porcentajede ventas netas (después de devoluciones) permaneció constante, a pesar de que aumentó el porcentaje de devoluciones. Para 2008, Zappos era uno de los tres consignadores de entrega al día siguiente más importantes de UPS, y trabajaba de cerca con ésta para incrementar la eficiencia y reducir los costos de envío. Si Zappos decidiera desistir de su deseo de enviar todos los pedidos para entrega al día siguiente, al emplear, por ejemplo, la entrega terrestre a todos los clientes que se encontraran a una distancia de dos días de su bodega, estimaba que los ahorros podrían ser significativos. UPS calculaba que su servicio terrestre podía llegar a 11% de los clientes de Zappos en un día, a 49% en dos días, a 18% en tres días, a 21% en cuatro días y a 1% restante en cinco días. EL DESARROLLO Y LA EVOLUCIÓN DE LAS OPERACIONES DE ZAPPOS Zappos empezó en San Francisco, en el segundo piso de una casa de estilo victoriano, en cuya planta baja vivía el fundador de Craig’s List. Para 2004, la empresa necesitaba expandirse, sobre todo en el centro de atención telefónica. Hsieh y los altos directivos creían que era importante tener el centro de atención telefónica como parte de la sede corporativa, en lugar de subcontratarlo o ubicarlo remotamente; al fin y al cabo, el enfoque principal de la compañía era proporcionar la mejor experiencia posible al cliente, y el centro de atención telefónica era esencial para lograr este objetivo. La zona de la bahía de San Francisco era cara, pero además no tenía el ambiente adecuado ni el acceso a empleados idóneos para dotar de personal al tipo de centro de atención telefónica que creían era indispensable para el éxito de la empresa. Decidieron mudar Zappos a Henderson, Nevada, en las afueras de Las Vegas. Ésta era una ciudad orientada hacia el servicio que operaba las 24 horas del día, los 7 días de la semana; ya era sede de muchos centros de servicio telefónico y tenía una conectividad de Internet extremadamente buena. De los 90 empleados de San Francisco, 70 se mudaron a Las Vegas. La atracción de marcas En los primeros años de la compañía fue difícil lograr que las marcas aceptaran la distribución en línea. Las empresas de calzado habían hecho enormes inversiones en el valor de su marca. En 1999, Zappos era una compañía desconocida que iniciaba operaciones y los minoristas establecidos veían Internet, en palabras de Mossler, como “una especie de mercado de pulgas... Consideraban Internet como un lugar donde todo se vendería a precios de descuento, lo cual arruinaría su marca.” Por otra parte, los minoristas existentes presionaban las marcas para que se resistieran a las ventas en línea, ya que no veían con agrado la nueva competencia. Una complicación adicional era que las marcas tenían más éxito cuando se agrupaban: a las marcas de calzado deportivo, por ejemplo, les iba mejor cuando se agrupaban con otros zapatos deportivos. Si un minorista ofrecía sólo una marca de calzado deportivo, no habría suficiente surtido para atraer a los clientes. Por lo tanto, era difícil convencer a las empresas a que aceptaran ser la primera marca de una categoría que vendiera Zappos. Sin embargo, una vez que firmara el contrato la primera marca, era más fácil atraer las siguientes. En su primer año de operación, la compañía logró firmar contratos con 60 o 70 marcas. Zappos se concentró en contratar marcas que los clientes buscaban o que pedían cuando hablaban con las operadoras del centro de atención telefónica. La empresa revisaba los registros de las búsquedas que hacían los clientes de marcas que no se encontraban en su sitio y los encargados de compras investigaban esas marcas y evaluaban si sería valioso agregarlas a la oferta de productos de Zappos. A medida que crecía la empresa y ganaba fama dentro de la industria, las marcas empezaran a contactar a Zappos respecto a la posibilidad de venderse en el sitio. Como dijo Steve Hill, vicepresidente de comercialización en 2008: “[El comprador] se pone en contacto con la marca, habla con ellos y ve el producto. Si hay una razón de peso para tener el producto entonces procederemos a abrir la marca. En muchos casos se trata de la duplicación de algo que ya tenemos, así que probablemente no sigamos por ese camino.” Las marcas de alta calidad y precio, que al principio se mostraron renuentes a asociarse con minoristas en línea como Zappos, terminaron por sumarse por varias razones. Primero, a medida que los consumidores se sintieron cómodos comprando en línea, éste se convirtió en un importante canal de distribución. Segundo, empezaron a darse cuenta de que si los clientes no podían adquirir marcas auténticas de alta calidad y precio, se les facilitaba el trabajo a los falsificadores: los clientes que buscaran sus marcas en Internet terminarían en sitios que vendían falsificaciones. Un tercer incentivo para las marcas de alta calidad y precio surgió cuando Zappos comenzó a crear sitios “verticales” dentro de Zappos.com. El primero de estos sitios, “Couture,” se creó en 2003, e incluía productos de moda de alta calidad y precio (primero zapatos, y posteriormente ropa y accesorios). Para 2008, Zappos había agregado sitios verticales para correr, actividades al aire libre (como el excursionismo) y una “RideShop” en la que se destacaban productos para esquiar, skateboarding, surf y ciclismo en todo terreno. Las marcas se mostraron deseosas de participar en sitios verticales, ya que quienes visitaran esos sitios serían consumidores entusiastas: eran el tipo de clientes que deseaban marcas de alta calidad y precio y que esas marcas querían atraer más. Conforme los clientes quedaban deslumbrados por el alto nivel de servicio de la empresa, comenzaron a pedir a Zappos que vendiera otros productos además de zapatos. Zappos agregaba otros productos con base en el entusiasmo que mostraban los clientes o empleados. Lin explicaba: Muchas empresas ven categorías [de producto] desde el punto de vista del mercado y persiguen grandes mercados: piensan que un mercado es estratégico y quieren entrar en ese mercado. La tendencia de nosotros ha sido ver las cosas de esta manera: “Si queremos meternos en esta categoría de productos, ¿tenemos gente entusiasta, ya sea un cliente o un empleado o un socio, a quien le encantaría que participáramos en esa categoría de productos?” En realidad nos ha ido muy bien en esas situaciones. Entonces, si los clientes desean que vendamos bolsas de mano o accesorios porque vendemos zapatos, nos metemos en esa categoría. Zappos comenzó a vender productos de entretenimiento electrónicos porque algunos de sus empleados eran jugadores de videojuegos entusiastas y querían vender equipo de videojuegos. Lin observó: “Descubrimos que las personas que son entusiastas de una categoría de productos tienden a administrarla mucho mejor y con mucha más eficiencia que aquellas que se limitan a pensar: ‘Éste es un mercado grande. Quiero meterme en este negocio’.” Para finales de 2008, entre los productos que vendía Zappos, aparte de zapatos, se encontraban: bolsas de mano, equipaje, ropa, lentes, productos electrónicos (cámaras, computadoras, videojuegos, teléfonos y dispositivos GPS), relojes, enseres domésticos y joyería. Su sitio vertical para actividades al aire libre también incluía artículos como tiendas, estufas, filtros de agua, linternas y otras mercancías para los entusiastas de estas actividades. A estos clientes no les interesaban sólo botas para excursionismo; les entusiasmaba la vida al aire libre y querían tener una amplia gama de productos. Otros sitios verticales incluían una gama de artículos importantes para clientes interesados en las áreas de concentración de esos sitios. La evolución del modelo operativo El modelo de negocio original de Zappos era proporcionar un surtido excepcional de productos al asociarse con empresas de calzado, las cuales tendrían el inventario y surtirían pedidos. Los clientespedirían zapatos en el sitio de Internet de Zappos,14 y los pedidos se reenviarían a las empresas de calzado, que surtirían los pedidos. Así, Zappos no tendría que incurrir en gastos de inventario ni de surtido de pedidos. Zappos les cobraba a los clientes el precio minorista y les pagaba a sus proveedores el precio mayorista. Con el paso del tiempo, este modelo cambió hasta que en 2003 todos los envíos de Zappos provenían de su propio inventario. Esta evolución fue resultado, principalmente, del enfoque de la empresa en la satisfacción del cliente. El modelo Drop-Ship [de entrega directa] El enfoque original drop-ship [de entrega directa] tenía dos grandes problemas. Primero, la información en el sitio de Internet respecto al inventario era precisa sólo en un 95%. La empresa recibía esta información de sus vendedores de muchas maneras, incluyendo fax, teléfono y correo electrónico. El proceso de actualización era esencialmente manual y no era confiable, tanto por la incertidumbre en los registros de inventario de los vendedores como por la falta de puntualidad en las actualizaciones de la información. Esto conducía a la frustración para los clientes, ya que podían hacer pedidos de productos que no había en existencia, lo que llevaba a la cancelación o a tiempos de entrega prolongados. El segundo problema con el enfoque de entrega directa era que Zappos no sabía cuándo se enviaba el pedido de un cliente. El vendedor tal vez prometía enviar el pedido en cuestión de unos cuantos días, pero si recibía un pedido grande de una tienda departamental importante, el pedido del cliente de Zappos podría demorarse. El cliente quedaba molesto y Zappos no se enteraba de que había un problema hasta que el cliente llamaba para preguntar por el pedido. Llevar el inventario internamente Como respuesta a estos problemas, Zappos comenzó a abastecerse de su propio inventario en noviembre del 2000. Uno de los requisitos de algunos de los vendedores había sido tener una tienda física antes de comprometerse a ser proveedores en línea (esto ocurrió en los primeros días de las ventas minoristas por Internet y los fabricantes se sentían inseguros respecto a la eficacia de las ventas en línea). Para satisfacer este requisito Zappos había adquirido una tienda de zapatos en Willows, California, que cerraba operaciones pero vendía las marcas apropiadas. Uno de los atractivos de Willows era que resultaba mucho más barato que la zona de la bahía de San Francisco, así que cuando la compañía decidió llevar su propio inventario, compró una tienda departamental abandonada al otro lado de la calle de la tienda de zapatos y la convirtió en bodega y centro de distribución. No obstante, Willows, que se encuentra a unos 160 kilómetros al norte Sacramento, no tenía una ubicación ideal para ser centro de distribución de Internet. No había un aeropuerto importante cerca y los envíos se hacían por el servicio terrestre de UPS. La bodega era una operación manual. Mientras llevaba parte del inventario internamente, Zappos siguió usando el enfoque de entrega directa con muchos de sus vendedores. Experimentar con el surtido de pedidos por terceros El negocio de Zappos pronto rebasó la capacidad del centro de distribución Willows, que contaba con sólo 2,787 metros cuadrados. UPS le planteó a la empresa la posibilidad de administrar su inventario y surtir sus pedidos. De acuerdo con este programa, Zappos seguiría siendo dueño del inventario, pero éste se almacenaría en instalaciones de UPS cerca de su centro de operaciones en Louisville, Kentucky. Un tercero se encargaría de surtir los pedidos. La propuesta ofrecía varias ventajas, siendo la más importante que unas dos terceras partes de los clientes podrían recibir las entregas en un lapso de dos días usando el servicio terrestre de UPS, y a un costo menor que el envío desde Willows. El inventario y surtido de pedidos se manejarían con herramientas automatizadas, lo cual resultaría más eficiente que los métodos manuales empleados en Willows, pero sin que Zappos tuviera que hacer una inversión importante de capital. En 2001, después de realizar un análisis detallado, Zappos mudó su inventario a las instalaciones de UPS. En un lapso de seis a ocho semanas, sin embargo, quedó claro que este enfoque no funcionaría. El negocio de Zappos implicaba más unidades de mantenimiento de existencias (stock-keeping units, o SKU por sus siglas en inglés) de las que podía manejar el sistema, ya que cada combinación de estilo/número/color de zapato era un SKU por separado. Así, un estilo individual de zapato podría requerir muchos SKU. En aquella época Zappos tenía alrededor de 70,000 a 80,000 SKU. El desarrollo del centro de distribución de Zappos en Kentucky Zappos decidió que para proporcionar un servicio excepcional a sus clientes, tendría que desarrollar su propio centro de distribución, diseñado para satisfacer la elevada necesidad de SKU de su negocio. Encontraron un edificio económico en Shepherdsville, Kentucky, a menos de 30 minutos del centro de operaciones de UPS en Louisville. Debido a la falta de capital, la compañía tenía que construir su bodega al menor costo posible. Por lo tanto, usaron anaqueles de inventario fijo y lectores ópticos de códigos de barras manuales, los cuales guardaban información que se cargaba posteriormente en los servidores de administración de inventario: el costo de la comunicación inalámbrica entre lectores ópticos y servidores superaba las restricciones presupuestales de la empresa.
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