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la permeabilidad capilar pleural, debido a una inflamación u otras causas. Este último mecanismo es probablemente responsable en muchos casos de derrame pleural neoplási- co y se cree que el factor de crecimiento vascular endote- lial (VEGF) está involucrado en este aumento de permeabilidad vascular. Otras causas de aumento de la for- mación de líquido pleural son la presencia de ascitis, debi- do a comunicaciones diafragmáticas, y la entrada de quilo o de sangre en la cavidad pleural, dando lugar a un quilo- tórax o a un hemotórax, respectivamente. Entre las causas de disminución del drenaje de líquido pleural se encuentran la alteración del sistema linfático, ya sea por obstrucción en la pleura parietal, por afectación de ganglios mediastínicos o por elevación de la presión venosa. CONSECUENCIAS DE LA ACUMULACIÓN DE LÍQUIDO PLEURAL El volumen de un órgano distensible como el pulmón depende de la diferencia de presión a través de su pared. Cuando se acumula líquido pleural, se produce un aumen- to de la presión pleural, lo cual provoca un incremento del tamaño del hemitórax y una disminución del tamaño del pulmón y el corazón, o bien una combinación de lo ante- rior. Las pruebas de función pulmonar se ven afectadas en presencia de derrame pleural. En los pacientes afectados se produce un aumento medio de la capacidad vital de 200 mL y de la capacidad pulmonar total de 350 mL por cada 1000 mL de líquido pleural que se extrae, aunque se ha comprobado que existe una notable variabilidad interindi- vidual. Los gases arteriales también se alteran por el derra- me pleural. En cerdos, se ha demostrado que cuando se acumula líquido pleural en una cantidad superior a 30 mL/kg se produce una importante hipoxemia e hipercap- nia. En los pacientes, la PaO2 puede verse reducida, y tien- de a ser ligeramente superior en decúbito lateral con el hemitórax afectado en posición superior. El principal mecanismo que explica la hipoxemia arterial de los pacientes con derrame pleural es un cortocircuito (shunt) intrapulmonar que no se altera con la evacuación de líqui- do pleural. Existe una relación entre la repercusión clínica del derrame pleural y los cambios del diafragma, lo cual per- mite la distinción de tres grupos. En el primer grupo, el hemidiafragma mantiene su forma de cúpula y funciona normalmente. Los pacientes con derrames de este tipo no suelen presentar disnea, aun cuando el derrame sea de gran tamaño. En el segundo grupo, el diafragma está aplanado y no se desplaza de forma sincrónica con la respiración, con lo que el paciente suele tener disnea que mejora rápi- damente al extraer líquido mediante toracocentesis. Los pacientes clasificables en el tercer grupo tienen una altera- ción idéntica a los del segundo, aunque de forma más mar- cada, por lo que suelen tener disnea intensa que mejora al evacuar el líquido pleural. La presencia de líquido pleural también puede empe- orar la función cardíaca. Se ha comprobado de forma experimental que, si se introduce suero salino en las dos cavidades pleurales de perros en respiración espontánea, al aumentar la presión pleural media por encima de 6.5 cm H2O (1 cm H2O = 98.06 Pa), se produce un colapso dias- tólico del ventrículo derecho. Además, cuando la presión pleural media alcanza los 19.5 cm H2O, se produce una disminución del 50% en el volumen sistólico y de un 33% en el gasto cardíaco. En el hombre, la presencia de derra- me pleural de gran tamaño se ha asociado a colapso del ventrículo izquierdo e hipotensión. FISIOLOGÍA DEL NEUMOTÓRAX Si se produce una comunicación entre el espacio pleu- ral, cuya presión suele ser negativa, y las vías aéreas o el aire exterior, el aire entra en la cavidad pleural, con lo que se produce un neumotórax. En estos casos, el aire suele seguir entrando en la cavidad pleural hasta que la presión pleural se iguala con la atmosférica o bien se cierra la comunicación. A diferencia del derrame pleural, en el que el aumento de presión varía a lo largo de toda la cavidad pleural por efecto de la gravedad, en el caso del neumotó- rax la presión se mantiene uniforme. El pulmón, al ser más pesado que el aire, se desplaza al fondo del hemitórax, al contrario de lo que ocurre en el derrame pleural. En con- secuencia, la zona del pulmón que se ve afectada es la superior en el caso del neumotórax y la inferior en el derrame pleural. Los pacientes con neumotórax tienen hipoxemia. En un estudio de 12 pacientes, la PaO2 fue inferior a 80 mm Hg (10.64 kPa) en dos de ellos. Al extraer el aire de la cavidad pleural, la PaO2 aumenta progresivamente hasta alcanzar los niveles previos al neumotórax. La hipoxemia suele ser extrema en casos de neumotórax a tensión. La presencia de un neumotórax pequeño o moderado tiene muy poca influencia sobre la función cardíaca. Sin embargo, se ha demostrado experimentalmente que el neu- motórax a tensión, definido como aquél en que la presión pleural es positiva durante todo el ciclo respiratorio, puede producir una caída del gasto cardíaco y de la presión arte- rial sistémica. BIBLIOGRAFÍA Light RW: Physiological effects of pleural air or fluid. En: Textbook of pleural diseases. Light RW, Lee YC, Londres, Arnold Publishers 2003; 4:45-55. Light RW: Pleural diseases. 4.a ed. Baltimore, Lippincott, Williams and Wilkins, 2001. Light RW, Stansbury DW, Brown SE. The relationship bet- ween pleural pressures and changes in pulmonary function follo- wing therapeutic thoracentesis. Am Rev Resp Dis 1986;133:658-61. Mulvey RB. The effect of pleural fluid on the diaphragm. Radiology 1965; 84:1080-6. Nahid P, Broaddus VC: Liquid and Protein Exchange. En: Textbook of pleural diseases. 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