Crista Crown - Orgullo y Embarazo

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RESUMEN 
 
 El organizador de bodas, Eliot, no puede evitar creer que cada boda 
que él cree terminará en un verdadero amor, aunque las estadísticas 
estén en su contra. Eso es lo que lo mantiene en movimiento: a través de 
las bridezillas, los servicios de restauración desaparecidos y las difíciles 
bodas. 
Darcy no cree en el amor verdadero. Apenas cree en la amistad. Ve 
las bodas como una pérdida de tiempo y energía, y no tiene ningún 
problema en decirlo ... justo frente a un Eliot en una boda que planeó. 
Ese debería haber sido su único y único encuentro ... pero la hermana de 
Eliot y el mejor amigo de Darcy se están cayendo el uno al otro, 
lanzándose uno contra el otro una y otra vez, hasta que las pasiones a 
fuego lento se conviertan en una noche caliente e inesperada, que 
termina en una inesperada el embarazo. 
Eliot no quiere decirle a Darcy ... pero tampoco puede ocultarlo. 
¿Cómo puede reconciliar su deseo de nunca volver a ver a Darcy con su 
responsabilidad moral hacia su hijo por nacer? 
 
 
 
Es una verdad universalmente 
reconocida. 
Eliot 
 
 —Cada boda necesita una araña de buena suerte, —dijo la madre 
de Eliot. Eliot respiró hondo, murmurando una plegaria al universo por 
paciencia. Su madre era una excelente florista, la mejor en Meryville, pero 
después de treinta años en el negocio, había desarrollado algunas 
opiniones extrañas en lo que refería a una buena ceremonia. Él a veces 
consideraba sugerir otra floristería a sus clientes, pero a menos que sus 
corazones estuvieran puestos en alguien específico, no podía justificar 
recomendar a alguien que no fuera su madre. 
–La pareja no quiere que una araña se esconda en sus arreglos 
florales, —Eliot trató de explicar con paciencia, de nuevo. 
Su madre lo ignoró por completo —La esconderé en la pieza central. 
Ni siquiera la verán. 
Eliot se mordió la lengua. Apenas ella prestara atención a otra cosa, 
la retiraría antes de que la novia la viera y perdiera su mierda por cuarta 
vez esa mañana. Sabía que Gretchen iba a dar problemas, había sido una 
noviazilla1 desde el principio, pero eso era parte del negocio de 
planificación de bodas, y Brightside Weddings era su bebé. Incluso con la 
prevalencia del divorcio en estos días, todas las parejas querían creer que 
esta iba a ser su única boda, y Eliot no podía dejar de creerlo también. 
 
1 Nota del Traductor: Novia+Godzilla. 
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Incluso cuando trabajaba con alguien en su segunda o tercera boda, no 
podía perder su esperanza perpetua de que finalmente este sería la única 
para sus clientes. 
El socio de negocios de Eliot y su mejor amigo, Charlie, eligió el 
momento perfecto para pedirle a la madre de Eliot los ramilletes para los 
padrinos. La Sra. Bennett le dio un pequeño golpecito a la araña de 
plástico, empujándola más en el centro antes de seguirla. 
–Sabes, las arañas en realidad se consideran buena suerte en las 
bodas en Inglaterra —La hermana de Eliot, Jane, que no era socia de la 
compañía, sino su esencial mano derecha, se acercó a él, con la lista de 
tareas enganchada en el portapapeles que usaban para cada boda. 
Eliot sacó la araña de plástico barata del arreglo y la dejó caer en el 
portapapeles de Jane. Ni siquiera parecía real. Era una de esas negras que 
se podían comprar a granel por unos pocos dólares en Halloween —
Arañas reales. Si se las encuentra en un vestido de novia. ¿Y eso es aún 
algo que la gente cree? Lo encontró en algún sitio web al azar. Al menos, 
dejó de agregar cubos de azúcar a los ramos de todos después del enojo 
de esa novia que era diabética. 
Eso había sido antes de que Eliot se hubiera metido en el negocio, 
afortunadamente. Pero no había logrado que ella sacudiera la cosa de la 
araña. Lo irónico era, ¿si su madre se encontrara con una araña de verdad 
en una boda? Ella perdería su siempre amorosa mente 
–Entonces, ¿cómo estamos? 
Jane se guardó la araña en el bolsillo de la chaqueta y consultó su 
portapapeles —El pastel está aquí. La fotógrafa está comenzando con las 
tomas antes de la ceremonia. La novia y las damas de honor están en 
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camino; acaban de terminar con el estilista. Hasta ahora, no hay grandes 
sorpresas. 
Lo que decía Jane era cierto, independientemente de los cuatro 
ataques de nervios de la novia esta mañana. Todo lo que a ella le había 
molestado había sido menor, más un problema en su mente que en la 
realidad. 
Eliot se mordió el labio inferior mientras observaba la habitación. 
Habían llegado temprano para decorar, a las cuatro de la mañana, pero 
todo estaba completo. El lugar tenía reglas estrictas sobre cuándo podían 
llegar al salón, cuándo podían comenzar a decorar y cuándo podían llegar 
los proveedores. No era el peor lugar en el que habían trabajado, pero 
tampoco era el más fácil. 
–Deja de preocuparte, —Jane amonestó —Nada va a salir mal. 
–Algo siempre sale mal, —dijo Eliot en desacuerdo —Simplemente 
prefiero que suceda lo suficientemente temprano como para poder 
arreglarlo. 
 —¿Qué hay de la boda Wilton-Hayes? Nada salió mal allí. 
Eliot la miró con incredulidad —El padre de la novia apareció una 
hora antes de la ceremonia, ebrio como una cuba, tuve que cuidarlo en 
una habitación libre y obligarlo a beber botella tras botella de agua, solo 
para que estuviera lo suficientemente sobrio como para estar de pie y 
acompañarla por el pasillo. 
Jane frunció el ceño —¿Estaba borracho? Pensé que tenía un 
problema médico. 
–Lo tenía. El alcoholismo. 
 —¿Qué hay de la boda Storey-Loftis? 
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–Las fotos se borraron porque el padrino y la dama de honor 
tuvieron relaciones sexuales en el baño. 
 —¿La boda de Avery-Carver? 
–El proveedor entró en trabajo de parto prematuro mientras 
descargaba el camión. 
La boca de Jane estaba abierta de asombro —¿Cómo nunca noté 
nada de esto? 
Eliot sacudió la cabeza, apoyando una mano en su cadera y 
levantando la barbilla con orgullo —Soy tan bueno. 
Jane le dio un puñetazo en el hombro, riendo —Tú eres el rey de la 
organización de casamientos. 
–Co-rey, —dijo Charlie cuando entró en la habitación —Esto es una 
sociedad, después de todo. ¿Ya está aquí la novia? 
Jane revisó su teléfono —Cinco minutos. 
–Perfecto. La fotógrafa ha terminado con los chicos, así que tendrá 
un poco de tiempo para respirar antes de la próxima serie de fotos. 
Todo fluía suavemente, lo que solo alimentaba la ansiedad de Eliot. 
Él no se sentiría mejor hasta que algo saliera mal. Charlie y Jane pensaban 
que estaba un poco loco, pero aún tenían que demostrar de que estaba 
equivocado. Intentó forzar que algo pequeño saliera mal en un par de 
bodas, cosas que tenían soluciones fáciles, pero no funcionaron. En ambas 
ocasiones, algo catastrófico había sucedido más tarde (el proveedor 
empezando el trabajo de parto había sido uno de ellos) Pero si algo 
pudiera salir mal, (como una de las damas de honor que perdió un 
pendiente), Eliot podría arreglarlo, y luego confiar en que el resto de la 
boda saliera bien. 
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La crisis llegó muy pronto. Diez minutos después de la llegada de la 
novia, Jane fue a buscarlo, prácticamente de puntillas, como hacía 
siempre que estaba especialmente estresada. 
¿Qué pasa? —Eliot preguntó antes de que ella pudiera abrir la boca. 
Comenzó a marchar hacia la puerta, Jane se dio la vuelta y corrió a su lado. 
–Hay un problema con el vestido. 
 —¿Manchado? ¿Rasgado? 
Jane abrió la puerta de la sala de preparación de novias, y la voz 
chillona de la madre de la novia le dijo a Eliot todo lo que necesitaba 
saber. 
–Te dije que no comieras esa crema anoche. O el arroz. Siempre has 
estado gorda. Podrías haber ignorado tu estómago por una vez, solo una 
vez, pero no. ¿Qué crees que hará Kent? Piensa cuando te vea con ese 
asqueroso colgajo de carne¿Crees que quiere casarse con una vaca 
gorda? 
La novia estaba haciendo su mejor esfuerzo para no llorar, y las 
damas de honor y la fotógrafa estaban a su alrededor con incertidumbre, 
sorprendidas, claramente incómodas con las palabras de la madre de la 
novia, pero sin enfrentarse a ella. 
–Busca a Charlie, —le dijo Eliot a Jane antes de meterse en la 
refriega. 
En todas sus interacciones previas con la novia y su familia, la novia 
había sido la persona más crítica, mientras que su madre estaba sentada 
tranquilamente, sin ofrecer una opinión a menos que fuera solicitada. La 
madre había sido la última persona que Eliot esperaba que causara un 
problema. Y no importaba cuánto había sufrido Gretchen durante la 
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preparación, no merecía que la hicieran sentir como la mierda el día de su 
boda, especialmente por su madre. 
 —¿Cuál es el problema? —Eliot preguntó, esperando que el simple 
recordatorio de que ella tenía una audiencia hiciera que la mujer se 
calmara. 
No tuvo suerte. 
–Mira esto —La mamá hizo girar a la novia, revelando la parte 
posterior del vestido con corsé. Una delgada franja de piel sobresalía de 
detrás de la pequeña tira de tela que se suponía que la protegía detrás del 
corsé —El vestido se ajustaba perfectamente hace dos semanas. Le 
advertí a Gretchen sobre su dieta. Sin dulces. Sin comidas grasosas. Este es 
el día más importante de su vida y ella lo arruinó. Sabía que lo haría, pero 
siempre esperas que sea lo mejor para tus hijos. 
La ira se construía en Eliot con cada palabra vomitada de la boca de 
la mujer —Fuera, —espetó. Las damas de honor y la fotógrafa lo hicieron 
rápidamente, escabulléndose. Lo había dicho también para la madre, pero 
no sucedió así —Esto es inaceptable. 
–No tienes que decírmelo. Yo sabía que iba a arruinar esto, pero en 
el fondo de mi corazón soy optimista. Mantuve la boca cerrada, pensando 
que todo iba a salir bien. El mundo me ha decepcionado de nuevo —Ella 
suspiró pesadamente. 
–No, —dijo firmemente Eliot —Estás siendo intolerante. Este no es 
tu día. Es de Gretchen, y lo estás destruyendo. 
La boca de la mujer se abrió —Disculpa, joven. No puedes hablarme 
así. ¿Dónde está tu manager? Te despediré. 
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La calma justa se elevó dentro de Eliot. Prefería que todas las bodas 
se desarrollaran sin contratiempos, no tener que tratar con personas así, 
pero era inevitable dado el negocio, y le complacía mucho ponerlas en su 
lugar —Soy mi jefe. Estaré encantado de registrar tus quejas y 
descartarlas. 
La piel de la mujer se estaba volviendo de un tono impropio de rojo 
—Puedes irte entonces. Ya no requerimos tus servicios. 
Eliot reprimió la sonrisa que amenazaba con levantarse —No 
trabajo para ti. Trabajo para Gretchen. Y hasta que ella me diga que mis 
servicios no son necesarios, no me iré. Tú, sin embargo, lo harás. Estás 
eximida de los preparativos y no serás necesaria hasta las fotos de familia 
—Charlie llamó discretamente a la puerta y entró —Charlie te 
acompañará a los refrigerios y te avisaremos cuando sea necesaria tu 
presencia. 
 —¡No puedes echarme! —la mujer protestó, pero sus pies se 
movieron cuando Charlie la guió con pericia hacia la puerta con un firme 
agarre en sus brazos —¡Gretchen! ¡Gretchen! Dile a este hombre que me 
suelte. 
La expresión de Gretchen era incierta, pero como no protestó, Eliot 
no le dijo a Charlie que se detuviera. 
Jane se deslizó cuando las protestas se desvanecieron por el pasillo. 
Dejó una gran caja con un golpe y cerró la puerta a los ojos curiosos de las 
damas de honor en el pasillo. 
–Estás bien, —aseguró Eliot a Gretchen —Esta es tú semana, tu día 
para celebrar, y no hay nada malo en disfrutar de la comida. 
–Pero el vestido... —Gretchen hipó. 
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Jane le alcanzó toallitas demaquillantes y Eliot frotó la humedad que 
escapaba de los ojos de Gretchen. 
–El vestido estará bien. No eres la primera novia en tener un 
contratiempo el día de su boda. Pero hay una razón por la que nos 
contrataste; venimos preparados. 
Jane colocó las muestras de emergencia de tela y encaje sobre la 
mesa. 
–Todo lo que tenemos que hacer es encontrar uno que coincida, y 
luego estarás lista. Lo meteremos y nadie más que nosotros lo sabrá. 
Gretchen sollozó —¿Estás seguro? 
Eliot se sintió mal por los pensamientos negativos que tuvo sobre 
Gretchen hasta este momento. ¿Cómo fue su vida cuando crecía bajo esa 
horrible mujer? No podía culparla por luchar con uñas y dientes por lo que 
quería el día de su boda —Absolutamente sí. Ahora, ¿cómo te sientes al 
dejar que los demás te ayuden? 
–No mi madre, ¿correcto? Su frágil voz casi rompe el corazón de 
Eliot. 
–No tu madre. 
 Gretchen respiró hondo y asintió. 
 —Jane te ayudará a colocar todo, ¿de acuerdo? 
Eliot dejó que las otras mujeres volvieran a entrar, y fingieron que 
no habían estado escuchando ansiosamente mientras entraban en la 
habitación. La crisis se evitó, Eliot suspiró de alivio. Ahora, él podía esperar 
que el resto de la ceremonia fluyera suavemente. 
 
 
 
 
Ni que boda ni que nada 
Darcy 
 
 Darcy apuñaló su teléfono, tratando de revisar la última ronda de 
imágenes para una nueva campaña de marketing, pero en realidad estaba 
demasiado distraído discutiendo con su amigo Bing. 
–Las bodas son inútiles y una pérdida de tiempo —No era la primera 
vez que Darcy había defendido esta opinión, y no sería la última —¿Te das 
cuenta de que hasta el cincuenta por ciento de los matrimonios terminan 
en divorcio?, ¿verdad? 
–Ah, pero hay un cincuenta por ciento de los matrimonios que no, 
—respondió Bing —Deja de ver el vaso medio vacío, Darcy. 
–Y de esos cincuenta que permanecen juntos, —continuó Darcy, 
ignorando la advertencia de su amigo —¿Cuántos de ellos son miserables, 
pero permanecen juntos debido a las circunstancias? 
Bing tiró una banda de goma en la cabeza de Darcy, ganando una 
mirada feroz —Mira, sé que tienes algo en contra del matrimonio debido a 
tus padres. Realmente no te culpo por ser cauteloso. Pero solo porque su 
matrimonio terminó en una bola de fuego de estiércol no significa que a 
todos les suceda lo mismo. Y no hemos visto a Kent Pritchard desde la 
graduación. Sé que gran parte del resto del equipo de la universidad 
estará allí. Sería bueno volver a verlos. 
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–La mayoría de nuestros viejos amigos fueron aburridos durante 
nuestros años escolares, y estoy seguro de que solo se han vuelto más 
aburridos desde entonces. 
Bing se rió —Eres tan amargado. Será más divertido si le das una 
oportunidad. 
Darcy suspiró, bajando su teléfono —No te rendirás hasta que 
acepte ir, ¿verdad? 
–No, —Bing sonrió —Uno, es lo socialmente aceptable. Dos, debes 
salir de la casa más a menudo. Beber un poco. Bailar un poco. Tal vez 
besar a un omega. 
–Ese no es mi estilo. 
 Bing se encogió de hombros —Tal vez debería serlo. Eres tan serio 
todo el tiempo, Darcy. Tan responsable. Solo necesitas soltarte un poco de 
vez en cuando. 
Darcy cerró los ojos, pellizcando el puente de su nariz. La verdadera 
razón por la que evitaba esta boda no tenía nada que ver con que fuera 
aburrido o una pérdida de tiempo, (aunque esos eran argumentos que 
usaba con vehemencia en el momento en que uno de sus numerosos 
amigos o conocidos decidían casarse) La verdadera razón era que la madre 
de Darcy era muy amiga de la madre Kent y no había manera de que la 
señora de Bourgh (ella insistía en ser llamada por su nombre de soltera 
estos días) se perdiera cualquier evento social en el que ella pudiera 
presumir de su recién comprado y completamente impropio para su edad 
niño juguete. No es que el padre de Darcy estuviera mejor, pero al menos 
tenía tan poca paciencia para las bodas como Darcy. Darcy estaba 
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sorprendido de que hubiera logrado superarla suya. Los votos claramente 
no habían significado nada para él. 
Darcy odiaba sacar los trapos al sol de su familia, por lo que nunca 
confesaría la verdadera razón por la que estaba evitando la boda Kent. No 
era como si alguien de su círculo íntimo desconociera la situación de la 
familia de Darcy. 
Darcy hacía todo lo posible para evitar que se lo recordaran. 
Sin embargo, le costó negarse a Bing. Antes de Bing, Darcy se había 
burlado de la idea de la verdadera amistad. Todos querían algo de ti. Las 
amistades eran solo máscaras para intercambios beneficiosos. Bing había 
refutado persistentemente eso a lo largo de los años, siendo una de las 
dos personas que se habían ganado la completa devoción de Darcy. 
La otra sería su hermana, Gina. De alguna manera, a pesar de las 
maquinaciones y manipulaciones de sus padres, había permanecido como 
una de las almas más puras que había conocido, así como Bing. Esto los 
hacía extremadamente susceptibles de ser usados por otras personas, y 
más que un poco dependientes de la sospechosa alma de Darcy para 
protegerlos. 
 —¿Así que vendrás? —Bing podía ser ajeno a las malas intenciones 
de los demás, pero estaba muy atento a las debilidades de Darcy. 
–Bajo gran protesta, —respondió Darcy. 
 —¡Excelente! —Bing le dio una palmada —Carter estará feliz de 
que tú también vayas. 
Darcy hacía tiempo que se había entrenado para ocultar sus 
emociones por lo que ninguna mueca cruzó su rostro ante la mención del 
hermano de Bing. Carter era un humano menos terrible que algunos, pero 
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era molesto y pegajoso. Sin embargo, Darcy estaba dispuesto a soportar 
casi cualquier cosa por el bien de Bing. 
 —¿Necesito comprar un regalo? —preguntó Darcy, toda pretensión 
de protesta pasó. 
–Solo dame tu tarjeta y yo me encargaré de ello. 
Darcy le lanzó a Bing su billetera con total confianza —Sólo algo de 
buen gusto, por favor. No más gallo gigante de metal. 
La sonrisa de Bing era salvaje —¿De qué estás hablando? El gallo de 
metal fue un gran éxito. 
Darcy observó a su amigo parando la nariz. 
–Bien, bien. Compraré algo aburrido, —se quejó Bing mientras se 
iba, perdiéndose la rara sonrisa de Darcy detrás de su espalda. 
 
 
DARCY NO CREÍA EN LLEGAR temprano, pero sabía que se esperaba 
que llegara quince minutos o más, antes del inicio de la ceremonia para 
que todos pudieran sentarse de manera oportuna. Por lo tanto, llegó 
exactamente quince minutos antes de la ceremonia, ni más, ni menos. 
Bing y Carter ya estaban sentados y saludaron a Darcy desde el 
centro del salón, pero el acomodador sentó a Darcy en la parte de atrás de 
la habitación casi llena, lo que se adaptaba perfectamente a Darcy. 
Su madre era fácil de detectar, estaba adelante, llevaba un 
sombrero demasiado grande, como un plato de comida, con tres flores 
enormes que lo inclinaban hacia atrás con su peso, haciéndolo parecer 
más una decoración de pared que una pieza de sombrerería. Tenía que 
estar bloqueando la vista de al menos diez personas detrás de ella, pero 
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cumplía el propósito deseado de llamar la atención. Gina estaba fuera en 
un viaje de investigación, por lo que ni siquiera tuvo que inventar una 
excusa para ir al evento, por lo cual él estaba un poco celoso. 
Bodas. Eran solo capas y capas de mentiras. Confiar y cuidarse 
mutuamente para siempre. Incluso habría algo como una eternidad. 
Aparentar que era algo más que un acuerdo comercial entre dos personas 
que planificaron de manera imprudente unir sus activos financieros y 
físicos sin otra razón que no fuera una emoción química. Incluso la 
realización de esta boda en la iglesia se sentía como una mentira. Darcy 
dudaba que Kent hubiera pisado una iglesia antes de esto. Bueno, tal vez 
para la Pascua y Navidad cuando era un niño. Aunque las decoraciones 
parecían estar a la par con la norma para esas festividades. Demasiados 
lirios, que olían a muerte, y franjas de tul y encaje. 
Prefería lo moderno y despejado. 
La boda comenzó exactamente a tiempo, lo cual aprobó, y la 
ceremonia fue bastante corta, lo que definitivamente elogió. Comenzaron 
a despedir a los invitados de la parte frontal a la parte posterior después 
del servicio, lo que le traería problemas. Su madre seguramente lo vería y 
lo señalaría, evitando que alguien saliera de la habitación hasta que 
estuviera segura de que todos la habían visto a ella y a su demostración de 
devoción maternal. 
Solo las puertas del centro estaban abiertas para canalizar a todos 
los invitados a través de la línea de recepción de los recién casados, pero 
un par de puertas cerradas estaban a ambos lados. Darcy hizo sus 
disculpas a la pareja sentada a su derecha y pasó junto a ellos hasta el 
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final de la fila. Tiró de la parte inferior de su chaqueta para enderezarla, 
luego se dirigió a la puerta más cercana. 
El picaporte giró fácilmente, pero chocó contra algo suave que hizo 
un ruido "oof". Un par de ojos cálidos y oscuros se asomaron por la grieta 
de la puerta. 
–La pareja está recibiendo a todos a través de las puertas 
principales, —murmuró una voz masculina y ligera. 
Darcy presionó más firmemente la puerta, pero el otro hombre se 
mantuvo firme, bloqueándolo. 
–Quiero ir al sanitario, —dijo Darcy secamente. Seguramente esto 
estaba contra el código. No deberían estar bloqueando las salidas. 
–Los sanit… ¡oh! —La puerta cedió —Al final del pasillo a tu 
izquierda. Solo avísame cuando quieras volver para que puedas cruzar la 
línea. 
–Por supuesto —Como si Darcy tuviera alguna intención de dirigirse 
al medio de la insípida y emocional multitud. Se quedaría el tiempo 
suficiente en la recepción para felicitar a la pareja, de preferencia cuando 
no estuvieran rodeados por otros simpatizantes, y luego se marcharía. 
Seguramente eso cumpliría con toda la responsabilidad social que Bing 
esperaba de él. 
Y si podía evitar a su madre por completo, mucho mejor. 
Cuando terminó de ir al baño, sin apurarse, pero sin perder el 
tiempo, el hombre de ojos oscuros que se había puesto de centinela sobre 
la puerta lateral había desaparecido, y la pareja estaba siendo dirigida a un 
salón junto con el resto de la gente invitada. 
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–Disculpe, —Darcy detuvo a una anciana que lo estaba pasando —
¿No van directamente a la fiesta? 
–Oh, no, cariño. Tienen que terminar sus fotos. 
Darcy le dio las gracias y ella continuó. Por supuesto. Fotografías. 
¿Cuánto tiempo se suponía que tomaría? ¿Cinco minutos? ¿Quince? ¿Una 
hora? 
Más largo de lo que Darcy había planeado 
Bing lo estaría buscando, y no tenía más excusas para evitar la 
fiesta. Darcy siguió el desbordamiento de ramas de árboles envueltas en 
encajes al área de recepción, refunfuñando. Si hubieran querido una boda 
al aire libre, hubieran hecho mejor dejar la naturaleza donde estaba. 
Por desgracia, no fue a Bing a quien encontró primero. Su madre 
debió esperarlo; ella se abalanzó sobre él en el momento en que él entró 
en la habitación. 
 —¡Darcy, cariño! 
Su espalda se puso rígida involuntariamente, pero le dio en la 
mejilla el esperado beso en el aire, asegurándose de esquivar el ala 
demasiado grande de su sombrero. 
–Hola, mamá. 
–Siento que han pasado años. No deberías trabajar tanto, querido 
—La señora de Bourgh deslizó su brazo a través de Darcy y hábilmente lo 
maniobró a través de la multitud, asintiendo con la cabeza a los conocidos 
mientras decía —¡Mira qué familia feliz somos! 
–Ya sabes cómo es, madre —Darcy no trabajaba más que su padre, 
pero evitó explícitamente referirse a sus largas horas de trabajo antes de 
que Darcy se hiciera cargo de la compañía. Muchas de las horas habían 
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estado llenas de trabajo real... pero muchas de ellas se habían pasado 
evitando a la madre de Darcy. Y mientras la Sra. De Bourghtenía sus 
faltas, no se había ganado la infidelidad de su padre —¿Dónde está...? 
Darcy honestamente no poda recordar el nombre de su aventura actual. 
 —¿Rupert? Oh, tenía que viajar a Ann Arbor. Su hermana vive allí, 
ya sabes. Pobrecita. Ella está enferma. Algo incurable, piensan. 
–Siento escuchar eso, —dijo Darcy. Se sintió un poco culpable por... 
él no estaba exactamente seguro de qué. ¿Cuál era la emoción apropiada 
cuando alguien que no importaba afortunadamente no estaba, pero sólo 
porque su familia se encontraba en medio de una terrible situación? 
–Gracias querido, he hecho todo lo posible para ser un apoyo para 
él —Sin previo aviso, volvió la conversación a su estribillo constante —Lo 
que necesitas es una pareja —Cómo podía insistir en la necesidad de 
matrimonio después de que el suyo se hubiera desmoronado tan 
brillantemente, Darcy no podía comprender —Estaba hablando con 
Beverly Hilston, una mujer encantadora, y ella dijo que su hija se acaba de 
graduar de Chilton con los máximos honores. Siempre insistes en que los 
omegas a los que trato de presentarte son aburridos y poco inteligentes, 
pero Chilton, mi querido. Es difícil conseguir más prestigio que eso. 
Darcy se sintió sorprendido de que su madre realmente hubiera 
escuchado sus protestas, y la Sra. De Bourgh usó su distracción para 
dirigirse hacia un par de mujeres, claramente madre e hija, que lo miraron 
como un filete particularmente bien cortado en la carnicería… 
La Sra. De Bourgh presentó a la Sra. Hilston y a su hija, Darlene. 
Darcy asintió con la cabeza, pero, como siempre, cuando se 
enfrentaba a personas nuevas que no estaban relacionadas con su 
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negocio, se encontró sin palabras. ¿Cómo se involucraba a extraños sin un 
entendimiento mutuo de interés? 
–Solo le estaba diciendo a Darcy que te graduaste de Chilton, 
Darlene, —la Sra. De Bourgh llenó el incómodo silencio. 
–Ah, sí —Darcy captó el tema fácil —¿Qué estudiaste? 
–Ciencias sustentables con enfoque en los medios de comunicación. 
Especialmente en la naturaleza evolutiva del periodismo social —Darlene 
Hilston era bonita, de una manera normal. Ella no estaba exagerada como 
ninguna de sus madres. Su cabello rubio parecía natural, y mientras usaba 
maquillaje, era mínimo, diseñado para dar la sensación de un rostro 
fresco. 
 —¿Y qué piensas hacer con tu título? 
La Sra. De Bourgh se rió nerviosamente —¿Qué quieres decir, 
querido? Ella no tiene que hacer nada con eso. Creo que la educación es 
suficiente para ampliar la mente, ¿no es así? 
Darcy no lo creía 
–En realidad, encuentro que el conocimiento sin aplicación es un 
desperdicio, —respondió Darlene, suavizando sus palabras con una 
sonrisa conciliadora. 
–Estoy de acuerdo de todo corazón —Fue inesperado encontrar a 
alguien con quien tan rápidamente encontrara un terreno común. 
La Sra. De Bourgh parpadeó rápidamente ante la inusitada 
exuberancia de Darcy. 
–Mi tesis y mi verdadero interés radica en combatir la 
representación falsa de los medios. 
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Por una vez, la madre de Darcy se había topado con un posible 
omega que era realmente interesante. A juzgar por la expresión 
rápidamente rancia de la Sra. de Bourgh, sin embargo, esto no era lo que 
había esperado. 
 —¿Y qué implica eso? —Darcy no le dio a su madre la oportunidad 
de redirigir la conversación. 
 La Sra. Hilston se acercó a su madre y las dos comenzaron a 
susurrar, la cara de la Sra. De Bourgh se dulcificó por lo que la Sra. Hilston 
compartía con ella. 
–En la actualidad, muchas empresas se aferran a la idea de ser 
respetuosas con el medio ambiente, pero solo tienen su nombre. Hablarán 
sobre su producto o enfoque “verde” mientras aún obtienen materiales 
de forma perjudicial, o incluso en la forma de la eliminación de sus 
residuos. Irresponsablemente. 
Darcy tomó dos copas de champán de la bandeja de un servidor 
errante y le dio una a Darlene —¿Puedes darme un ejemplo? 
–Bueno, mi tesis fue sobre la campaña verde de Hyper West el año 
pasado, ¿la del koala acrobático? ¿Lo recuerdas? 
Los dedos de Darcy se apretaron alrededor del frágil tallo de su 
copa, su escudo personal filtrándose a través de su piel mientras sus 
defensas se alzaban —Lo hago —Él lo sabía bien. Había diseñado toda la 
campaña, una de las pocas en la que había tomado el control total, como 
favor personal para el propietario. 
–Bueno, la compañía ha estado presionando esta línea acerca de 
cómo obtienen su papel de fuentes ecológicas, pero si realmente se 
profundiza, sus recursos son algunos de los mayores contribuyentes a la 
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deforestación en la selva tropical. Y su proyecto de energía renovable. 
Actualmente solo están obteniendo el cinco por ciento de su uso de 
fuentes renovables —Los ojos de Darlene brillaban de pasión. 
Darcy tomó un sorbo de champán —Veo ¿Y cómo encuentra tus 
fuentes para esta información? 
 —¡Están en los informes reales de la compañía! Todas las personas 
solo ven los anuncios. No van a buscar la historia real. Quiero llevarles la 
historia. 
Darcy apuró su copa y la puso en la bandeja de otro servidor de 
paso —Sin embargo, lleva tiempo cambiar a mejores recursos, ¿no es así? 
–Quizás. Pero la realidad simplemente no coincide con las historias 
que las compañías cuentan sobre sí mismas. Y para ser honesta, no creo 
que las corporaciones puedan realmente cambiar. Si ser ambientalmente 
amigable era realmente importante para ellas, se habrían centrado en 
desde el principio. 
Darcy cruzó las manos detrás de su espalda —¿No crees que la 
nueva información sobre el estado de nuestro planeta haya influido en su 
forma de pensar? Hasta hace poco no sabíamos acerca de los efectos y 
emisiones de muchos de nuestros productos químicos. 
Darlene descartó sus palabras con un ademán —No querían saber. 
La información ha estado allí por más tiempo de lo que la gente cree. 
Darcy asintió. No tenía ningún deseo de discutir con alguien cuya 
mente ya estaba claramente decidida. Podía responder por Hyper West en 
particular y por las compañías con visión de futuro en general, incluida su 
compañía, Pemberly Visions, pero las últimas palabras de Darlene lo 
libraron de cualquier deseo de pasar el tiempo haciéndolo. Los años de 
CRISTA CROWN 
25 
 
 
trabajar con clientes le habían enseñado a leer rápidamente una situación. 
Estaban aquellos a los que se les podía convencer con hechos, y estaban 
los que no. Darlene era una de las últimas. 
–Bien. Esto ha sido una conversación fascinante. Sin embargo, 
espero que me disculpes. Tengo algunos asuntos que atender. 
Darcy se inclinó un poco y se dirigió hacia el rincón más alejado de la 
habitación. Apreciaba el intento de su madre para encontrarle a alguien 
un poco más adaptable a sus preferencias, pero en realidad deseaba que 
acabara por completo. No tenía fe en la institución del matrimonio, e 
incluso si la tenía, no tenía tiempo para perseguirla. 
A mitad de camino, vio a Bing a su izquierda y cambió de dirección. 
 —¡Darcy! —Bing lo saludó alegremente —¿Es la boda tan mala 
como esperabas? 
Detrás de Bing, Darcy vio al hombre de ojos oscuros que había 
estado vigilando la puerta lateral del santuario, pero el hombre no mostró 
ningún reconocimiento de Darcy ni disgusto por el hecho de que Darcy no 
hubiera regresado de manera oportuna. ¿Y por qué debería hacerlo? 
Darcy tenía derecho a ir a donde quisiera muy tranquilo. 
–Es tan horrible como esperaba, —dijo Darcy socarronamente —Las 
decoraciones son llamativas. El champán es de segunda categoría. Y en 
realidad, ¿cuánto tiempo lleva tomar fotos? Al menos la ceremonia fue 
corta. 
Un golpe detrás de ellos hizo que ambos hombres se giraran. El 
hombre de ojos oscuros estaba enderezando uno de esos contenedores 
de ramas envueltos en encaje. Darcy estaba sorprendido de que Darlene 
nose hubiera quejado de lo verde que era. 
ORGULLO Y EMBARAZO 
26 
 
 
Bing se rió y le dio una palmada en el hombro a Darcy —Eres un 
viejo amargado. Uno de estos días, te vas a enamorar, y vas a tener una 
boda así, y me voy a reír en la cara. 
Darcy miró a la habitación —Lo dudo mucho. 
–Bueno, sé un gruñón todo lo que quieras. Voy a ir a pedirle a esa 
rubia bonita que baile conmigo. Deberías pensar en unirte a nosotros. 
Encuentra a alguien. Aflójate. 
Darcy saludó a Bing con la mano —Estoy más que feliz aquí. No 
dejes que mi estado de ánimo te afecte. 
Bing le guiñó un ojo y le disparó con los dedos —Nunca lo hago. 
 
 
 
 
Insulto y lesión 
Eliot 
 
¿Llamativo? ¿Segunda clase? ¿Quién se creía que era? Eliot había 
reconocido al hombre que no podía esperar dos minutos para salir del 
santuario con el resto de los invitados. Claramente un niño rico con 
derecho que no estaba acostumbrado a no salirse con la suya. 
Aunque había poco sobre el hombre que encajaba con la 
descripción de "niño", admitió Eliot para sí mismo. No estaba reventando 
sus costuras con músculos, pero había algo en su mandíbula firme, sus 
ojos penetrantes, su postura perfectamente recta que gritaba que era un 
hombre acostumbrado a salirse con la suya. 
Lo que solo hizo que Eliot quisiera negarle algo. Cualquier cosa para 
alterar esa confianza profundamente arraigada. 
–Todo parece ir bien —La mano de Charlie se posó en el hombro de 
Eliot, haciéndole saltar. 
–Excepto por bastardos titulados que insultan todo nuestro trabajo, 
—murmuró Eliot. 
Charlie miró a su alrededor —¿Quién? ¿Necesito luchar contra 
ellos? 
Eliot se echó a reír. Como si Charlie hiciera algo para alterar el tenue 
equilibrio de energía y caos que encarnaba cada evento —Sólo un snob 
auto-importante —Eliot asintió hacia la esquina donde el hombre oscuro 
estaba solo, su amigo se había ido después... Eliot miró alrededor del 
ORGULLO Y EMBARAZO 
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salón. Ah. La guapa rubia a la que se refería el hombre era Jane. Bueno, la 
mejor de las suertes para él. Jane era una profesional en desviar los 
avances de los alfas mientras trabajaba. 
–Oooh —La voz de Charlie adquirió un tono calculado, lo que 
siempre ponía a Eliot cauteloso. Por lo general, no solo significaba más 
dinero, sino también más trabajo con clientes difíciles —Él es Darcy 
Pemberly. No vale millones, es digno de mil millones. 
Por supuesto que lo valía. 
–Eso no le da derecho a insultar nuestro trabajo. 
 —¿Que dijo él? 
 Eliot jugueteaba con un poco de encaje en las ramas. Se veía bien, 
pero le daba algo que hacer antes que llegara con una copa de champán y 
lo arrojara a la cabeza del hombre rico —Dijo que las decoraciones eran 
llamativas. Y que el champán era de segunda categoría. ¡Es Dom Perignon, 
por Dios! ¿Qué más quiere? ¿Krug Clos du Mesnil? 
Charlie giró a Eliot sobre los hombros y comenzó a empujarlo fuera 
del área de recepción —La única razón por la que sabes la diferencia es 
porque te arrastré a esa degustación que pagó mi tío. 
 —¿A quién le importa cómo sé la diferencia? Si eso es lo que está 
esperando, entonces debería quedarse en la torre en la que vive y hacer 
que sus sirvientes se la traigan. 
–En realidad vive bastante modestamente para un hombre rico y 
loco —Charlie se detuvo una vez que estuvieron a salvo fuera de la 
recepción, encontrándose en un pasillo vacío. 
CRISTA CROWN 
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Eliot se cruzó de brazos —No me vas a dejar quejarme de él en paz, 
¿verdad? Tu trabajo como mi mejor amigo es asentir y estar de acuerdo 
conmigo. 
–Y mi trabajo como socio comercial es recordarte que juegues bien 
con las personas que podrían darnos más negocios. 
Eliot miró a Charlie durante un momento antes de que sus hombros 
se derrumbaran y su rabia retrocediera, aunque no desapareció —Te odio. 
–Lo sé. Supongo que no puedo convencerte de que intentes unirte a 
él y hacer que el evento valga la pena. 
–No me eches fuera, Charlie. Si quieres tanto su negocio, ve a hablar 
con él. 
La sonrisa de Charlie era como la de un tiburón, Eliot lo agarró del 
brazo y lo empujó más lejos de la puerta. 
 —¡No quise decir eso! No puedo imaginar trabajar con ese tipo. Si 
te importa nuestra amistad, no intentarás encargarnos de su boda o de 
ninguno de sus parientes. 
Charlie se encogió de hombros —Probablemente no sirva para 
nada. Es uno de los solteros más decididos de la élite. 
–Un verdadero playboy, ¿eh? 
–No que yo sepa. Más como si estuviera casado con su trabajo. 
Aunque después del escándalo de sus padres, ¿quién puede culparlo? 
El ceño de Eliot se profundizó —Puedo ver lo que estás haciendo. 
Estás tratando de interesarme en él y luego sentir pena por él. No va a 
funcionar. 
–Valió la pena intentarlo. Ahora, ¿es seguro volver? ¿O aún tienes 
ganas de asesinarlo con las decoraciones? 
ORGULLO Y EMBARAZO 
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Eliot respiró hondo —Estoy bien —Charlie se puso a caminar con él 
a su regreso a la recepción. Se separaron, y Eliot fue a buscar a Jane para 
asegurarse de que nada había salido mal en su breve ausencia. Estaba 
hablando con el DJ cuando la encontró. 
–La pareja se está preparando para su entrada, —dijo —¡Todo va 
bien! 
–Prueba una vez más que estoy en lo correcto. Algo debe salir mal al 
principio del día y todo lo demás caerá en su lugar. 
–Eres una abuela tan supersticiosa, —bromeó antes de que la 
música se acrecentara y les impidiera hablar. Eliot la saludó con la mano y 
fue a revisar el servicio de comidas mientras ella se movía al siguiente 
punto de su lista. No volvieron a conectarse hasta después de que todos 
los invitados se fueron. 
 —¿Demasiados alfas borrachos esta vez? —preguntó Eliot. 
Ella se encogió de hombros —No estuvo mal, en realidad. Yo... tal 
vez haya aceptado una cita con uno de ellos. 
Eliot estaba seguro de su respuesta antes de que abriera la boca —
¿El relajado rubio ceniciento en el traje azul marino? 
Jane se sonrojó —¿Me estabas espiando, Eliot Bennett? 
 —¿Estabas haciendo algo digno de ser espiado? —Él la golpeó con 
la cadera —Pero realmente, Jane. Sabes que es un mal negocio 
involucrarse con los clientes o sus familias. 
–Él no lo era, —protestó ella —Era un invitado. 
Eliot la clavó con una mirada fulminante —Sabes a lo que me 
refiero. 
CRISTA CROWN 
31 
 
 
Levantó una mano envuelta en manteles que amenazaban con 
escapar de su agarre de un solo brazo —Juro solemnemente que no 
pasará nada malo si salgo en una cita con Bing. 
 —¿Su nombre es Bing? —preguntó Eliot con incredulidad. 
–No te burles de él, —dijo Jane, golpeando su hombro. Él recogió la 
tela que cayó de sus brazos —Es solo una cita. Quién sabe, podría masticar 
la comida con la boca abierta. 
–Podría resoplar cuando se ríe. 
 —Podría ser alérgico al chocolate. 
 —Podía dormir con animales de peluche. 
 Se disolvieron en risas. 
 —¿Están trabajando o jugando? —Charlie se quejó —Quiero ir a 
casa y beber champán sobrante. 
Jane y Eliot se miraron antes de ayudar para terminar. El champán 
sobrante en casa sonaba divino. 
Eliot tendría que preguntarle a Charlie sobre esta persona Bing. Si él 
era como su grosero amigo, no era el tipo de persona que Jane necesitaba. 
 
 Un mundo diferente 
Eliot 
 
 El sol brillaba intensamente en el agua ondulada del puerto 
deportivo. A pesar de que había crecido cerca del océano toda su vida, 
Eliot no se cansaba del agua. Los cambios en el color, el movimiento de las 
olas, la historia de quienes viajaron sobre él. El olor a sal marina lo 
impregnaba todo, y los gritos de las innumerables bandadas de gaviotas 
casi ahogaban la voz de Jane. 
 —¿No es un hermoso día? 
Eliot no podía discutir con ella. Era hermoso, y la piel de Eliot 
prácticamente se estremecía con la anticipación de salir a navegar. Sin 
embargo, no le gustaba la idea de encontrarse con el rudo Darcy 
Pemberly. 
Los ojos de Eliotse deslizaron a los yates que eran más grandes que 
la casa de sus padres, y se preguntó cuál pertenecía al nuevo novio de 
Jane. 
Después de interrogar a fondo a Charlie sobre el Sr. Bing Lee y no 
encontrar nada objetable, no le preocupaba demasiado que Jane fuera a 
una cita con Bing. Pero una cita se había convertido en dos, que se 
convirtieron en tres, lo que resultó "¡Oh, Eliot, Bing nos invitó a pasar el 
sábado con él en su bote, y dije que sí!" 
 Lo que en realidad era muy agradable por parte del hombre. Jane 
decía que Bing era una persona graciosa, cortés y caballerosa como lo 
había confirmado la descripción de Charlie. En realidad, sonaba aburrido 
CRISTA CROWN 
33 
 
 
para Eliot, pero los hermanos nunca habían compartido el mismo sabor en 
alfas. Por lo que Eliot podría decir sobre los comentarios sin parar de Jane, 
Jane y Bing eran un partido casi perfecto. 
La única cosa que Eliot podía criticar de Bing era su elección de 
amigos. Eliot había instado a Jane a descubrir a quién podían esperar en 
esta excursión, pero ella odiaba la idea de presionar, incluso al hacer una 
pregunta simple. Ella era increíblemente pasiva. Pero después de hablar 
con Charlie, quien estaba bajo la impresión de que Bing y Darcy eran casi 
inseparables, Eliot se había resignado al hecho de que el día en su barco se 
vería afectado por la presencia del hombre. 
Sin embargo, Eliot no permitiría que Darcy le arruinara las cosas. No 
importaba lo que dijera el hombre cascarrabias, Eliot estaba decidido a 
disfrutar plenamente del sol y el agua. Y hacer todo lo posible para no 
maltratar al otro hombre por insultar sus habilidades de planificación y 
decoración de bodas. 
 —¿Te importa si nos detenemos en el bar aquí por un minuto? —
preguntó Eliot —Ya he terminado mi botella de agua. 
–Por supuesto. Necesito ir a al baño de todos modos. 
Eliot se acercó a la barra mientras Jane se fue. Un hombre de pelo 
rubio que parecía ser un poco mayor que Eliot estaba lavando copas 
detrás de la barra. Definitivamente se veía como si perteneciera al agua. 
Piel bronceada cubierta por un polo blanco y pantalones caqui, un chico 
pituco completamente estadounidense. Todo lo que necesitaba era un 
collar y Ray Bans. El hombre le lanzó una brillante sonrisa blanca a Eliot. 
 —¿Qué puedo ofrecerte? 
Eliot levantó su botella. ¿Te molestaría darme otra? 
ORGULLO Y EMBARAZO 
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–En absoluto. Solo dame un minuto para terminar estos vasos. ¿Vas 
a salir a navegar? 
Eliot se deslizó en un taburete mientras esperaba —Sí, el novio de 
mi hermana nos llevará. 
–No te ves tan excitado como la mayoría de la gente estaría, al salir 
en un día tan hermoso. 
Eliot se echó a reír —No esperaba una improvisada sesión de 
asesoramiento. 
El camarero se limpió las manos en un trapo y agarró la botella de 
Eliot —Hey, eso es parte del trabajo de un camarero Esta va por parte de 
la casa. Soy George Wickham. 
–Eliot Bennett —Se dieron la mano después de que George dejara la 
botella de agua sobre el mostrador. 
–Bueno, Eliot, sospecho que vas a terminar disfrutando de tu tarde 
más de lo que tu cara piensa que lo hará. Si las cosas no salen como 
quieres y tienes tiempo después del paseo, no dudes en pasar por aquí. Te 
invitaré a tomar algo. Pero si lo pasas bien, ¿qué tal si me compras uno 
para mí la próxima vez que nos veamos? 
Las ligeras bromas de George hicieron que Eliot se riera. Una oferta 
fácil de hacer, ya que probablemente querría una copa después de que 
regresaran —Trato 
 —¡No me demuestres que estoy equivocado! —George gritó 
mientras Eliot espiaba a Jane saliendo del baño. Lanzó un saludo hacia 
atrás y se dirigieron hacia el muelle. 
 —¡Jane!, —la voz brillante y ansiosa de Bing se sintió con facilidad a 
través del chillido de las gaviotas. Saludó a Jane con un beso en la mejilla 
CRISTA CROWN 
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antes de ofrecerle la mano a Eliot y dejar que Jane los presentara 
oficialmente —Me alegra que ambos estén aquí. Todos los demás se están 
acomodando en el bote. ¿Necesitan algo antes de salir? Tenemos bebidas, 
comida y protector solar, pero no inodoro. 
Eliot miró los grandes yates. Era difícil creer que esos barcos no 
tuvieran varios baños. 
–Creo que estamos listos para irnos —Jane miró a Eliot en busca de 
confirmación antes de decir —¡Lidera el camino! 
Jane pasó su mano por el codo de Bing y Eliot lo siguió, sintiéndose 
un poco como una tercera rueda, pero contento de observar a Bing con su 
hermana. A pesar de que Jane era la mayor de la familia, Eliot siempre se 
había sentido protector con ella. Era demasiado confiada y demasiado 
dulce. Siempre tomaba lo mejor de las personas, y luego pensaba incluso 
mejor de ellas. 
Era imposible que alguien odiara a Jane. Pero era muy fácil para 
Eliot odiar a quienes intentaran tomar ventaja de ella. 
El bote al que Bing los condujo era... un bote a motor normal. 
Bueno, era una lancha muy grande, muy bonita, claramente cara, pero no 
había cabina. Teniendo en cuenta lo que Charlie había dicho sobre la 
familia de Bing, Eliot había estado esperando algo más ostentoso. Tanto 
los padres de Bing como sus abuelos habían sido magnates de bienes 
raíces en California, según le había informado Charlie. El otro grupo de 
abuelos había sido grande en las carreras de caballos. Por lo que Charlie 
sabía, Bing y sus hermanos estaban listos para la vida. Tenían una 
estructura financiera que gestionaba su dinero lo que les deja holgazanear 
y ser ricos. 
ORGULLO Y EMBARAZO 
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Cómo Charlie recolectó todos esos datos, y mucho menos los 
recopiló, estaba más allá de Eliot. 
Bing ayudó a Jane a subir al bote y luego se volvió para hacer lo 
mismo con Eliot, sorprendiéndolo una vez más. Bing rápidamente 
presentó a los otros miembros de su grupo. Su hermano Carter saludó 
lánguidamente desde su asiento donde se estaba aplicando aceite de 
bronceado. Su hermana Louisa asintió cortésmente, y su prometido, 
Edward, yacía en los asientos en la parte trasera de la embarcación, 
roncando. 
Darcy, ahora Eliot ya sabía, no dijo nada. El hombre apenas levantó 
los ojos de su teléfono, pero Eliot tomó diez segundos para sacudir sus 
manos cortésmente. Eliot merecía una medalla por no limpiarse la mano 
en el pantalón después. Sintió los ojos ansiosos de Jane sobre él, un 
recordatorio constante de comportarse. 
–Vamos, Darcy, Bing lo amonestó, acomodándose en la silla del 
capitán —Es hora de dejar de trabajar y disfrutar del sol como un ser 
humano. 
–Me resulta difícil experimentar algo a diferencia de un ser humano 
—Por el tono, Darcy estaba molesto, pero deslizó su teléfono en el bolsillo 
del pantalón. Pantalones. No bañador o pantalones cortos. También 
llevaba una camisa blanca, pero en concesión al creciente calor, 
arremangada, y con el cuello desabrochado. Se veía bien contra su piel 
bronceada. ¿Darcy realmente se bronceaba? A Eliot le resultaba difícil 
imaginarlo tumbado haciendo nada más que absorber el sol. Tal vez era 
naturalmente bendecido —Parte de la maldición de ser realmente un 
humano. 
CRISTA CROWN 
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Era totalmente injusto lo atractivo que era sin esfuerzo, 
especialmente dada su abismal personalidad. 
–No entiendo por qué no vamos en el yate, —se quejó Carter —Es 
mucho más cómodo. Darcy, ¿tienes alguna razón por la que mi hermano 
insistió en que sea algo pequeño? 
Ajá. Tenían un yate. Aunque llamar a este bote pequeño, incluso en 
comparación, para Eliot no era del todo correcto. 
–Porque no puedo ser el capitán del yate, mi querido hermano. 
 —¿Quiere decir que no puedes mostrarte con el yate? —se quejó 
Carter. 
–Encuentro agradable la brisa en el bote abierto —Darcy no miraba 
a Carter, pero estaba claro que su comentario era en respuesta. 
Bing arrancó el motor —Es posible que desees tomar asiento, —
advirtió, palmeando el pequeño asiento de co-capitán a su lado, Jane sesentó con una sonrisa tímida. 
Darcy se puso de pie y se movió hacia los asientos en la parte 
delantera del bote. Eliot miró un lugar vacante, luego se unió a él en el 
frente, aunque en el lado opuesto. No importaba lo mucho que quería 
evitar el hombre, Eliot no podía resistir el fuerte viento, el balanceo de las 
olas y la estela en la parte delantera. 
Una vez que comenzaron a moverse, las preocupaciones de Eliot se 
desvanecieron. El viento era fuerte, impidiendo incluso la expectativa de 
conversación entre los dos. Lo único que Eliot podía oír era el ruido del 
aire, el rugido del motor y el chapoteo del agua. Le lanzó una mirada a 
Darcy, solo para encontrarlo mirándolo con una expresión extraña. 
¿Estaba juzgando a Eliot... o admirándolo? 
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Eliot cerró los ojos para escapar de preguntas tan incómodas. Dejó 
descansar su mente, simplemente sintiendo el balanceo y el golpe del 
bote debajo de ellos. Pequeñas gotas de rocío oceánico le picaron en la 
cara y el viento se llevó el calor del sol. 
 Abrió los ojos cuando el bote comenzó a disminuir la velocidad, 
sorprendido al descubrir que se acercaban a una sección boscosa de la 
costa en lugar del mar abierto. ¿Cuánto tiempo había estado cerrados sus 
ojos? 
–Estamos en la bahía, —dijo Darcy. 
Eliot miró hacia el agua, llena de botes entre ellos y la orilla lejana. 
La ciudad de Darby se alzaba detrás de ellos. Meryville, su hogar, se 
encontraba a unos cuarenta y cinco minutos al sur de la costa. 
–Este es el lugar favorito de Bing. 
Darcy no miró a Eliot cuando habló, por lo que Eliot tampoco lo hizo 
—Es hermoso. 
Solo un poco más abajo de la costa a ambos lados, las casas y las 
escaleras se arrastraban hacia el agua, pero de alguna manera, esta 
pequeña cala había permanecido intacta. Era una fracción de un 
recordatorio de lo que Virginia debía haber parecido una vez, cuando era 
un mundo más viejo y más salvaje. 
Bing redujo la velocidad hasta detenerse, apagó el motor y dejó caer 
el ancla —¿El almuerzo primero? 
Los ojos de Eliot casi se le salieron de la cabeza cuando Bing y Louisa 
comenzaron a desempacar el almuerzo "picnic". Sacaron una mesa 
plegable, una mesa plegable barata y perfectamente normal, y la 
colocaron en el medio del bote. Pero luego sacaron refrigeradores de los 
CRISTA CROWN 
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asientos de almacenamiento. De los refrigeradores, sacaron una fuente 
completa con tres gallinas de Cornualles asadas (Eliot tenía que preguntar, 
eran demasiado pequeñas para ser gallinas normales) Además había 
verduras al vapor, patatas asadas, y porciones individuales de flan. 
Las papas estaban todavía muy calientes. 
 —¿Cómo consiguieron eso? —preguntó Eliot, aceptando una copa 
de champaña fría. Tomó un sorbo, parpadeando sorprendido en 
reconocimiento. Era exactamente la misma cosecha que habían servido en 
la boda. Se atrevió a mirar a Darcy por el rabillo del ojo. El hombre tomó 
un sorbo de su vaso sin quejarse, y Eliot sintió como si hubiera logrado 
algún triunfo secreto. Sabía que era insignificante. No había hecho nada, 
pero algo sobre la situación lo ayudó a desestimar aún más los insultos de 
Darcy sobre la boda. 
–Estos refrigeradores se calientan, —dijo Bing, señalando el panel 
de control de alta tecnología —El cocinero prepara la comida, y luego solo 
tenemos que presionar el botón de inicio unos treinta minutos antes de 
que queramos comer. 
–Fascinante —Eliot casi pregunta cuánto costaban, pero se contuvo. 
Bing parecía un buen tipo, pero Darcy pertenecía definitivamente del club 
que pensaba "si tienes que preguntar, no puedes pagarlo " Eliot no le 
daría el placer —¿No deberían llamarse calentadores, entonces? 
Bing se rió, sus ojos brillaron con diversión —Sabes, tienes razón. No 
tengo idea de por qué seguimos llamándoles refrigeradores. 
Darcy estaba de vuelta en su teléfono mientras Eliot ayudaba a Jane 
y Bing a guardar todo después de que la comida había terminado. Louisa 
parecía agitarse y juguetear mucho sin lograr nada. Carter apenas había 
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comido dos bocados de verduras antes de regresar a su sol, y no se 
molestó en mover un dedo para ayudar. Eliot estaba empezando a 
preguntarse si el prometido de Louisa estaba vivo... pero luego bufó de 
repente, en respuesta a esa pregunta. 
 —¿Alguien quiere nadar? —Bing preguntó, sus ojos en Darcy —
Vamos, Darcy. Has estado trabajando todo el día. Ven a divertirte un poco. 
–No tengo tiempo para divertirme, —respondió Darcy 
rotundamente —Ya te las arreglaste para arrastrarme al sol. Deberías 
estar feliz con tus logros. 
 Eliot captó el brillo en los ojos de Bing un momento antes de que 
saltara hacia adelante, levantando a Darcy de su asiento en el borde del 
bote y lanzándolos torpemente hacia un lado, aterrizando con un 
chapoteo gigante. 
Eliot y Jane se apresuraron a ir a un lado, incluso Carter vino a ver 
las consecuencias de la conmoción. 
Darcy apareció farfullando. Bing se estaba riendo demasiado fuerte 
para defenderse cuando Darcy saltó hacia él y lo empujó hacia abajo. 
Satisfechos de que ambos hombres estuvieran bien, Eliot se relajó en el 
asiento mientras Jane se echaba a reír, quitándose el vestido (llevaba 
puesto el bikini por debajo) y saltó detrás de ellos. Carter miró por el 
borde durante varios minutos antes de volver a su bronceado. 
Eliot no tenía ningún deseo de permanecer en el barco sin nada que 
hacer, pero él no estaba interesado en unirse a los demás tampoco. Se 
quitó la camisa y se detuvo después de un momento de pensar en 
doblarla junto con el vestido de Jane y ponerlos en una pila, luego se lanzó 
al agua en el borde opuesto del bote. 
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El frío lo sorprendió, y se alegró de haber saltado sin probar, o 
probablemente no habría entrado. Respiró hondo varias veces para 
recuperarse del frío, luego comenzó a nadar hacia la orilla, sus fuertes 
brazos lo arrastraban rápidamente a través del agua. 
–Bien, —la voz de Carter flotó claramente sobre el agua —¿No es 
atlético? 
Eliot no estaba seguro si podía tomar eso como un insulto, aunque 
el tono de Carter claramente indicaba que no era un cumplido. 
El litoral era rocoso, y Eliot tuvo que tener cuidado en donde 
colocaba sus pies mientras salía del agua. Se había puesto un poco blando. 
De niño, se habría topado con estas piedras lisas sin pensarlo, sus pies 
eran resistentes por correr descalzo en el bosque detrás de la casa de sus 
tíos cada verano. Pasaba la mitad de sus días allí, su madre demasiado 
abrumada por la idea de tener cinco hijos de vacaciones sin escuela y sin 
el apoyo emocional de su hermana. 
Esos eran algunos de sus mejores recuerdos. Corrían salvajes cada 
verano, regresando cuando sus estómagos les dijeran que era hora de 
cenar. Los fines de semana, todos iban a la playa. Mamá se preocuparía, 
papá bebería cerveza, y el sol y la arena atravesarían los recuerdos de Eliot 
como puntos de sutura, manteniendo todo unido. 
Eliot encontró un punto suave de hierba para sentarse mientras 
esperaba que el sol lo calentara. Ya estaba temiendo el frío al nadar hacia 
el bote, pero no tenía prisa. 
No era de extrañar que este fuera el lugar favorito de Bing. A pesar 
de que el agua transportaba bien el sonido, el rugido de otros barcos era 
un zumbido lejano aquí, probablemente aplacados por las ramas de hoja 
ORGULLO Y EMBARAZO 
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perenne que colgaban pesadamente a su alrededor, absorbiendo los ecos. 
Todavía podía oír a Jane y Bing reír, pero no podía verlos, ya que estaban 
en el otro lado de la embarcación. Darcy probablemente los había 
abandonado para que coquetearan. 
Cuando el sol comenzó a quemar su piel, Eliot se puso de pie, 
quitando la tierra y las ramitas que se aferraban a sus pantalones cortos. 
Los árboles eran densos, formando una pared verde profunda, pero había 
un pequeño camino cortado através de las ramas. Eliot sintió como si 
estuviera entrando en un mundo diferente en el momento en que entró 
en el abrazo del bosque. El aire era casi frío en las sombras, y los sonidos 
del mundo se sentían como si alguien hubiera pulsado un botón de 
silencio. Entonces, un claro trino de un pájaro por encima de él rompió el 
silencio, quebrando el hechizo que lo había envuelto. 
El grupo de árboles era más pequeño de lo que esperaba. El camino 
vagaba hacia los bordes a ambos lados, y en ambas direcciones estaba 
limitado por una pintoresca gran casa suburbana de clase media-alta. No 
podía imaginar vivir una vida tan rígida como parecían implicar las casas 
clonadas, pero el cuidado y el mantenimiento de la pequeña y boscosa 
escapada parecía indicar que alguien cercano compartía el anhelo de Eliot 
por una existencia más salvaje y libre. 
El camino terminaba en un círculo abierto con los restos de una 
vieja fogata olvidada en el centro. Eliot se tumbó en el suelo desnudo por 
años de sombra y cubierto por una suave capa sobre capa de agujas de 
arce. No eran tan largas y espinosas como pinos, sino cortas y planas. La 
luz del sol salpicaba el dosel verde sobre él como estrellas lejanas. 
CRISTA CROWN 
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Eliot podía imaginar fácilmente crear una ceremonia pequeña e 
íntima aquí, pero ninguno de sus clientes optaría por algo como esto. Las 
personas que podían pagar la cantidad de dinero necesaria para contratar 
un planificador de bodas rara vez acudían a la intimidad. ”Íntimo " en su 
mundo significaba una lista de invitados de menos de cien, sin incluir la 
fiesta de bodas y los proveedores de servicios. El tamaño del claro 
limitaría toda la fiesta a quince, tal vez a veinte personas si realmente se 
quisieran. Pero sería mágico. Como transportarse través de un portal a 
otro de la tierra por completo. Los árboles eran lo suficientemente 
gruesos como para no poder ver las casas más allá de ellos, y lo 
suficientemente tranquilo como para solo oír pájaros, ardillas y viento. 
Alguien maldijo, sobresaltando a Eliot de su ensoñación. 
Eliot se incorporó para ver a Darcy tropezar con el claro. Darcy se 
frotaba la rodilla, mirando hacia atrás de donde había venido. Todavía 
llevaba su ropa empapada. Su camisa blanca se aferraba a su cuerpo de 
manera obscena, destacando cada curva de músculo que había estado 
oculta antes. Eliot no habría adivinado que estaba tan... definido. Los ojos 
de Eliot se movieron hacia abajo hasta la redondez de su culo y el bolsillo 
de su... 
No. Eliot levantó los ojos solo para darse cuenta de que Darcy lo 
había notado. Los ojos de Eliot se abrieron de nuevo. No había estado 
revisando el paquete de Darcy. De ninguna manera. No sucedió. 
–Lo siento, yo no te estaba siguiendo. Yo sólo… normalmente vengo 
aquí. 
 Eliot resistió la tentación de darle otra mirada a Darcy —¿Vestido 
así? 
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Darcy miró hacia abajo. 
–En general, estoy usando un atuendo más apropiado para nadar. 
No había planeado entrar en el agua hoy. ¿Estoy entrometiéndome? 
–Me resulta difícil tildar a alguien de intruso cuando no hay paredes 
para indicar la necesidad de privacidad —Eliot estaba haciendo todo lo 
posible para morderse la lengua y ser educado. 
–No todas las paredes son físicas, —dijo Darcy. ¿Por qué seguía 
mirando a Eliot de esa manera? Era como si estuviera mirando el alma de 
Eliot. 
 —¡Eliot! —La voz apagada de Jane rompió el silencio cada vez más 
incómodo —¡Eliot, nos dirigimos de nuevo al barco! 
Se sentía incorrecto levantar la voz en este pequeño idilio, pero Eliot 
respondió —¡Ya voy! 
Se puso de pie, cepillando las pequeñas agujas de sus pantalones 
cortos y su piel —¿Estás listo para regresar? 
Darcy entró en el claro —Te seguiré en un momento. 
Eliot se preguntó si realmente podía sentir los ojos de Darcy 
siguiéndolo, o si solo estaba siendo paranoico. 
Jane estaba esperándolo en el borde del bosque, y ambos corrieron 
hacia el bote. Ella le ganó fácilmente. Eliot era un buen nadador, pero Jane 
era como un pez en el agua. En realidad, sirena probablemente era una 
mejor descripción para ella, basado en la forma en que los ojos de Bing se 
demoraron en aprobarla mientras subían al bote. 
Louisa le entregó una toalla de playa grande y él se envolvió en ella 
—¿Cómo estuvo el agua? 
Eliot se estremeció —¡Está demasiado fría para mí! 
CRISTA CROWN 
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Louisa sonrió —Me gustaría usar esa excusa, pero la verdad es que 
estoy aterrada por cualquier agua que no pueda ver. Prefiero las piscinas. 
 Eliot se encogió de hombros —Nado en casi cualquier agua que no 
sea tóxica, pero un baño frío, no, creo que fueron dos, es suficiente para 
mí. 
La escalera de aluminio chocó contra el costado del bote cuando 
Darcy regresó. Bing le arrojó una toalla y una camisa seca a la cara, pero 
Darcy las atrapó fácilmente. 
–Mejor cámbiate, o te congelarás a muerte una vez que nos 
pongamos en marcha. 
–Louisa se sentó junto a Eliot —¿Vienes al mar a menudo? 
Eliot estaba a punto de responder, pero detrás de ella, Darcy se 
había quitado la camisa. Sus músculos eran aún más impresionantes 
cuando no estaban cubiertos por tela. 
 —¿Eliot? 
–Ah... —Louisa le había preguntado algo, ¿verdad? ¿Qué había 
sido? —Oh, venimos cuando podemos, pero éramos más una familia de 
playa–. No todos pudieron comprar yates y botes de repuesto, no lo dijo. 
Sus ojos se movieron alrededor del bote, en cualquier lugar excepto en 
Darcy. Carter lo estaba mirando. 
–A la familia de Darcy simplemente le encanta el agua, —dijo Carter 
—Tienen tantos botes y casas de playa, ¿verdad Darcy? 
Darcy no se molestó en contestar. 
 —¿Por qué no volvemos todos a los Cabos alguna vez? Es tan 
bueno alejarse... 
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Darcy ignoró a Carter, secándose el pelo. Le entregó la toalla a Bing 
—Me debes un teléfono nuevo. 
–Haz que tu asistente me envíe la cuenta, —dijo Bing impasible. 
Como si no fuera nada. Probablemente no era nada para los dos. 
Los pensamientos y la mirada de Eliot se volvieron hacia su 
hermana. ¿Podría ella realmente encajar en este mundo? ¿En el mundo de 
los refrigeradores de alta tecnología y los múltiples barcos y los teléfonos 
caros y desechables? 
Jane se acomodó junto a Bing con una suave sonrisa. Si alguien 
podía navegar por las diferencias en sus mundos, era Jane, con su 
disposición suave y modales fáciles. Mientras tuviera a alguien que la 
protegiera de los tiburones. Los ojos de Eliot se lanzaron a Carter, quien 
estaba tratando de entablar conversación con Darcy, sin éxito. 
Era demasiado pronto para casarse con Jane. Bing parecía una 
persona decente, especialmente para alguien que no hubiera tenido que 
trabajar un día en su vida. Y mientras Jane estuviera feliz, Eliot estaba feliz. 
Mientras nadie esperara que él se deslizara en su molde. 
Eso nunca iba a suceder. 
 
 
 
¿Qué es real? 
Darcy 
 
 Darcy estaba agradecido de que Bing le hubiera dado una 
habitación en su casa específicamente para usar como oficina. En teoría, 
eso significaba que Darcy tenía la capacidad de cerrar las puertas y 
concentrarse en el trabajo, sin importar el día o la hora. La pared a su 
derecha tenía una gigantesca ventana panorámica con un asiento, el lugar 
favorito de Gina para percharse cuando la visitaba. A Darcy le gustaba la 
vista que daba sobre el jardín lateral. Era el proyecto particular de Bing. 
Había escogido cuidadosamente una variedad de flores para que algo 
nuevo brotara cada semana. 
El resto de la habitación era simple. Bing había despejado todo 
antes de invitar a Darcy a quedarse hacía unos dos años, estaba muy 
seguro de que su amigo estaría de acuerdo. 
Darcy no veía el punto de cambiar mucho. Él colocó un proyector en 
la pared detrás de él, e instaló una pantalla a control remoto que llegaba 
hasta el techo. Útil para video llamadas y realizarpresentaciones. 
Lo único que Bing había pedido eran los sofás frente al escritorio de 
Darcy. Los hermanos Lee a menudo abandonaban cualquier habitación 
disponible para tener sus conversaciones sentados o recostados en los 
sofás frente a Darcy. No por primera vez, se preguntó si debería hablar 
con el ama de llaves acerca de mover los muebles a otro lugar. 
Pero al igual que las otras cien veces en que el pensamiento había 
pasado por su mente, lo descartó. Era particularmente útil a las tres de la 
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mañana cuando ni Bing ni Darcy podían dormir. Se servían vasos de whisky 
y Darcy regresaba al trabajo mientras Bing le hablaba. 
A Darcy no le importaban las divagaciones de Bing. Su amigo en 
general solo necesitaba un oído comprensivo. Pero cuando los hermanos 
se ponían a hablar, era como si olvidaran todo el propósito de esta sala: 
trabajar. 
–Jane es una cosa tan dulce, —dijo Carter por tercera vez en esa 
hora, como si no pudiera encontrar nada más original que decir sobre el 
interés romántico de Bing. Él no estaba equivocado. Jane se presentaba 
como la omega por excelencia. Tranquila. Suave. De trato fácil. Pero 
faltaba algo en sus interacciones con Bing… un incendio, una pasión. Cosas 
que Darcy consideraba esenciales en una relación. 
No es que Darcy planeara entablar relaciones a corto plazo. 
Bing tocó su teléfono —Está bien, estamos listos para el mini golf. 
Cinco de la tarde. 
 —¿Mini golf? Carter se rió —Qué... pintoresco. Darcy, vendrás con 
nosotros, ¿verdad? 
Darcy no se molestó en levantar la vista de su computadora portátil 
—Tengo negocios que atender —Quizás con los demás yéndose, podría 
lograr algo esta tarde. 
–Eso nos deja con un extraño recuento, Darcy, —Bing lanzó una 
almohada al aire y la atrapó —Vamos. No has salido de casa desde que 
fuimos a navegar el sábado. 
Darcy le echó un vistazo —Un total de tres días. Estoy seguro de que 
el mundo se está desmoronando sin mi presencia. 
CRISTA CROWN 
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Bing le arrojó la almohada como un frisbee y Darcy la atrapó con 
una mano —Nunca se sabe. Podría ser. 
–No es agradable. 
 —¿Quién viene? —preguntó Carter. 
–Jane, por supuesto, y sus hermanos Eliot y Liam. Liam está 
terminando su último año en la universidad en este momento. Jane dice 
que Liam está estudiando comunicaciones con un enfoque en los nuevos 
medios, Darcy. Tal vez sería bueno para él hablar contigo. 
–Si quiere una pasantía, puede solicitarla en el sitio web de la 
compañía —Sin embargo, la mente de Darcy se demoraba con la 
información de que Eliot estaría asistiendo a las actividades de la tarde. 
Bing se incorporó —No seas tan snob, Darcy. 
Darcy lo miró a los ojos —Iré con una condición: que me dejen solo 
hasta que sea hora de irnos. Tengo trabajo que hacer, y no sucederá con 
ustedes dos hablando sobre mí toda la mañana. 
 Habiendo logrado su objetivo, Bing agarró a Carter y lo sacó de la 
habitación. 
Darcy se enorgullecía de su honestidad personal, nunca se mentía a 
sí mismo. Él, sin embargo, hizo caso omiso de algunos pensamientos. 
Como la forma en que Eliot se veía tan tranquilo cuando Darcy tropezó 
con su descanso en el bosque. 
Por supuesto, Darcy había reconocido al centinela de la puerta de la 
boda en el momento en que subió al bote... Era imposible olvidar esos 
ojos de color marrón oscuro. 
Él suspiró. Si bien podría ignorar los pensamientos ocasionales, 
encontraba que sus pensamientos se dirigían a Eliot más que de vez en 
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cuando. ¿Sinceramente? El hombre lo intrigaba, y muy pocas personas lo 
hacían. Si Darcy hubiera sido el tipo de persona para compartir estos 
sentimientos en voz alta, no habría podido precisar exactamente por qué, 
pero la imagen de la sonrisa en su rostro, su cabello fluyendo en el viento, 
la tranquilidad y la paz en su rostro en el momento antes de que Darcy lo 
molestara en el bosque...él no era fácil de leer. Muchas personas eran 
como libros abiertos, sus expresiones bailaban en su cara como una obra 
de teatro. Y Eliot no era opaco, pero en los momentos en los que era... 
Darcy sacudió los pensamientos. Se había ganado unas cuantas 
horas antes, y tenía la intención de usarlas. Antes de que su mente se 
distrajera por Eliot una vez más. 
 
 
DARCY ESTABA EMPEZANDO a arrepentirse de haber aceptado salir. 
De todas las cosas, ¿por qué mini golf? ¿Por qué no podían jugar al golf 
como los adultos normales? 
–Bing definitivamente debería tomar el amarillo por su soleada 
disposición, —bromeó Eliot. 
–Bueno, para esa norma, Darcy debería tener negro —Bing le dio un 
codazo a su amigo, ganándose una mirada fija —Pero como lo brillante 
parece ser el tema aquí, ¿qué hay de naranja? 
 —¿Naranja? —Eliot arrugó la nariz, atrayendo la atención de Darcy 
hacia la salpicadura de débiles pecas sobre ella. No las había notado antes. 
¿Quizás habían sido iluminadas por el tiempo en el sol en las últimas 
semanas? —El naranja para Darcy parece...equivocado. 
–Bueno, ¿qué elegirías? —preguntó Bing. 
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–Azul, —interrumpió Carter, tomando el pequeño palo de golf azul 
neón y la pelota, deslizándose junto a Darcy —Por sus ojos. 
Darcy miró a Eliot para ver cuál sería su respuesta, pero el hombre 
estaba de espaldas a él. Eliot sostenía el palo naranja y las pelotas cuando 
se dio la vuelta con una sonrisa y dijo —Creo que el naranja funciona para 
mí. 
Cuando los demás escogieron sus colores, Darcy se preguntó qué 
color habría considerado Eliot como "correcto" para él. 
Al parecer, los hermanos Bennett no eran extraños al mini golf. Eliot 
y Jane empujaron a Liam para dar el primer golpe por ser el más joven. Se 
burlaron mutuamente de un lado a otro, pero alentaron a Liam cuando 
logró salir a través del agujero debajo del molino de viento de un tiro. 
 —¿Quién es el siguiente, Carter o yo? —preguntó Eliot. 
–Siempre vamos por la edad, —explicó Jane. 
–Esto es solo un truco para que admita mi edad —La voz de Carter 
era ligera y burlona, pero las comisuras de sus ojos estaban apretadas. 
¿Estaba realmente reacio a compartir su edad? No era ningún secreto 
para Darcy y Bing. 
–Sin meterme en demasiados problemas con mi hermano, creo que 
puedo decir con seguridad que Carter irá detrás de Eliot y antes que Jane. 
¿Exactamente cuántos años tenía Eliot? No podía ser terriblemente 
joven, tenía su propio negocio. No es que Darcy tuviera mucho espacio 
para hablar. Había heredado la compañía de su padre a los veintiséis años, 
cinco años atrás, y su juventud había sido una preocupación para muchos 
de sus clientes. Pero solo al principio. 
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Darcy hizo algunos cálculos mentales rápidos mientras Eliot alineaba 
su tiro. Carter tenía veintisiete años, y Liam estaba en su último año de 
universidad, según Bing. Eso ponía a Eliot en algún lugar entre veintiuno y 
veintiséis. Seguramente en el lado más alto de eso. 
No es que importara. 
Eliot también hizo el disparo bajo el molino de viento de una sola 
vez, bombeando su puño en el aire con más exuberancia que cualquiera 
de los compañeros de golf de Darcy por hacer un raro hoyo en uno en un 
campo de golf real. 
Darcy captó los ojos de Eliot mientras Eliot daba vueltas para 
terminar sus disparos en el otro extremo del hoyo. Destellos de oro en sus 
ojos sobresaltaron a Darcy, quitándole el aliento. 
Carter fue el primero en necesitar más de un disparo para meterse 
debajo del molino de viento, pero lo consiguió en dos. Jane y Bing fueron 
los siguientes, con dos y tres tiros respectivamente. Bing estaba 
demasiado distraído coqueteando con Jane para realmente poner su 
mente en eso. De todos modos, no era un gran golfista. 
Darcy se acercó a la zona de salida. El pequeño palo se sentía 
incómodo en sus manos. Los otros habían hecho sus hoyos, y se habían 
vuelto a mirar mientras se preparabapara hacer su primer swing. 
–Darcy es un excelente golfista, —dijo Carter —Ha hecho tres hoyos 
en uno en los últimos cinco años en el club. 
–Hago hoyos en uno todo el tiempo en Gopher Golf, —dijo Liam —
Lamentablemente, el mini golf es una habilidad completamente diferente. 
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–Quise decir en el golf real —El tono de Carter estaba mezclado con 
desaprobación —El año pasado todos fuimos al Masters y fue 
absolutamente fascinante, ¿no es así, Darcy? 
Darcy balanceó sus brazos en unos pocos golpes de práctica —
Fascinante no es exactamente la palabra que usaría para el golf. Es un 
deporte lento. Interesante. Emocionante. Pero rara vez fascinante —
Ajustó sus pies, luego se giró hacia atrás y golpeó la pelota. 
Se elevó en el aire, golpeó una de las cuchillas del molino de viento, 
lo agrietó, y se desvió hacia la izquierda, cayendo en el estanque del hoyo 
cuatro con un “plonk”. 
–Existe cierto peligro al acercarse al mini golf como lo haría uno en 
el golf real, —dijo Eliot con una ceja levantada. 
–Ve al siguiente hoyo, —dijo Darcy, empujando su vergüenza 
profundamente dentro de él —Voy a ponerme al día. 
Él no lo hizo. 
Primero, el empleado se negó a darle otra bola, insistiendo en que 
recuperara la que había perdido. Darcy empapó todo su brazo buscándola 
en el estanque. Luego tuvo que esperar a que otro grupo terminara en el 
primer hoyo y los siguió. Su mejor hoyo fue doce tiros, y su peor... 
 Ni siquiera iba a pensar en lo peor. 
 —¡Darcy, solo salta unos pocos! —Bing lo urgió. Pero esa no era la 
naturaleza de Darcy. Él conquistaría el mini golf 
 Los otros lo esperaron en el octavo hoyo, dejando pasar a otro 
grupo. 
 —¿Quieres que marquemos tus puntuaciones, Darcy? —Jane 
preguntó. 
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–Preferiría que no, —dijo Darcy rígidamente. 
–No puede ser tan terrible, —dijo Eliot, sus ojos desafiando a Darcy. 
Darcy apretó los dientes antes de responder —Ciento dos. 
Eliot apretó los labios, apartando la mirada, reprimiendo su risa. 
Bing no fue tan amable —Eso es... eso es... —Ni siquiera podía hablar con 
claridad, se estaba riendo tan fuerte. 
Jane le dio un codazo con suavidad —¡Sé amable, Bing! 
Para ser justos, no estoy mucho mejor, —dijo Bing —Y la única 
razón por la que no soy peor es tu ayuda —Él le sonrió a Jane, y ella miró 
hacia otro lado, su cabello cayendo para ocultar su rostro. 
Una vez más, a Darcy le sorprendió lo difícil que era leerla. ¿Estaba 
contenta, o simplemente tímida? 
–Darcy, ¿por qué no vas primero?, —sugirió Carter —Entonces 
podemos ayudarte. 
Darcy se cruzó de brazos. Como si exponerse a sus ojos críticos 
sonaba atractivo de todos modos. No podía pasar por alto los hoyos, pero 
sabía cómo reducir sus pérdidas una vez que lo había alcanzado —
Preferiría no detenerlos. Continuaré a mi propio ritmo. 
Carter buscó ayuda, pero Bing y Jane estaban demasiado 
concentrados el uno en el otro para involucrarse en la conversación, y 
Liam esperaba con impaciencia al final del hoyo, ya que lo había 
completado con otro hoyo en uno. 
–Eliot, dile a Darcy que debe ir primero. Lo ayudaremos, ¿no? —
Carter se apoyó contra una saliente de roca falsa. 
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En lugar de estar de acuerdo, Eliot colocó su bola en el área de 
salida —Me temo que, si hacemos eso, arruinaremos su verdadera 
intención de seguirnos. 
 —¿Y qué es eso? —preguntó Darcy. 
–Para admirar nuestros traseros, —dijo Eliot con una sonrisa 
maliciosa antes de agacharse para golpear su pelota de golf sobre la 
lomada hacia el agujero. Carter se quedó sin aliento en un shock 
exagerado, y Darcy no pudo evitar dejar que sus ojos se movieran hacia la 
parte posterior de Eliot. Aunque prácticamente había sido una invitación, 
levantó la vista tan pronto como se dio cuenta de lo que estaba haciendo. 
Liam cantó su triunfo cuando la pelota de Eliot se desvió hacia la 
izquierda, y Eliot se alejó para hundir la pelota con un disparo más. 
Carter se acercó a Darcy —Amo a Jane, pero sus hermanos son un 
poco... rudos, ¿no? Nunca he estado cerca de alguien tan... bruto. 
Darcy sintió que los pelos de sus brazos se alzaban molestos —Yo 
difícilmente llamaría bruto a Eliot. 
Carter levantó una ceja —¿No? ¿Cómo llamarías esa pequeña 
sacudida de su culo? 
Desplegando los brazos, Darcy se alejó de Carter —
Independientemente de cualquiera sacudida, Eliot es uno de los hombres 
más interesantes que conozco. 
La culpa picó a Darcy mientras caminaba hacia los Bennetts. Lo 
había dicho principalmente para molestar a Carter, pero había algo de 
verdad en sus palabras. Demasiada verdad ¿Por qué le intrigaba tanto 
Eliot? 
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Su subconsciente respondió por él: no está intimidado por ti ni por 
tu cuerpo, y tampoco te está persiguiendo. 
Había pasado mucho tiempo desde que nadie más que Bing lo había 
tratado como a otro ser humano. Casi había olvidado lo que se sentía. 
Darcy pasó los últimos hoyos simplemente observando, aunque 
Carter intentó nuevamente que volviera al juego. Sin embargo, Bing 
estaba acostumbrado a sus silencios y llamó a su hermano varias veces. Al 
final, solo a Liam y Eliot parecía importarles el puntaje, y habían 
empatado, ninguno de los dos pudo reclamar una victoria. 
–Me muero de hambre, —dijo Bing mientras iban a entregar sus 
pelotas y sus palos —¿Dónde vamos a comer? 
–Oh, no puedo, —protestó Eliot —Me tengo que levantar temprano 
mañana. 
–No seas tan malcriado, Eliot, —Liam puso los ojos en blanco. Se 
volvió hacia Bing, exudando energía —¿Cómo te sientes acerca del sushi? 
Bing dramáticamente puso una mano en su corazón —Estás 
hablando mi idioma. 
–Conozco un lugar. Y no está lejos. ¡Vamos, familia! Te va a encantar 
esto. 
Carter deslizó una mano por el brazo de Eliot, dándole palmaditas 
de consuelo —No te preocupes si tienes que ir a casa. Tenemos suficiente 
espacio para Jane y Liam. 
 Darcy se estremeció ante el torpe intento de Carter de sacar a Eliot. 
Hubo un destello de algo parecido a la mirada competitiva que Eliot 
había lucido cuando llegaron, cuando estaba incitando a su hermano y su 
hermana para saber quién ganaría. Entonces el brazo de Eliot se tensó 
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sobre el agarre de Carter —Oh, supongo que puedo manejar una pequeña 
cena. 
Darcy tosió en su mano para cubrir su sonrisa. Parecía que Carter 
había encontrado alguien que lo enfrentara. 
 
 
 
Drama Candente 
Eliot 
 
 Por supuesto, Liam sabía que el único restaurante de sushi en la 
ciudad compartía una pared con una discoteca. Eliot se sentó en el bar 
tomando un gin-tonic mientras observaba a su hermano circular de un alfa 
a otro en la pista de baile. Jane y Bing estaban en una esquina del salón, 
sus ojos solo se miraban entre sí, mientras que Carter prácticamente 
estaba encima de Darcy a unos pocos pasos de distancia. Louisa y su 
prometido se habían retirado tomando un Uber a casa, y Eliot se preguntó 
si debería haber hecho lo mismo. 
–Bueno, no te veas como una gruñona florcita en la pared, —dijo 
Charlie, apareciendo al lado del codo de Eliot 
Eliot saltó, luego se echó a reír, limpiándose unas gotas de su bebida 
que se habían derramado en su manga —Estaba empezando a 
preguntarme si me largaba, o si realmente decidías venir. 
 —¿Estás bromeando? ¿Una oportunidad de verte un poco mareado 
y suelto? Como si me lo perdería —Charlie llamó la atención del camarero 
y pidió un vodka con soda. Suavemente murmuró —No me dijiste que 
habías decidido perseguir al Sr. Pemberly después de todo. 
Eliot gimió —No es así. Jane nos invitó a ir al mini golf con ella y con 
Bing y luego... 
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–Y tú estás haciendo caso omiso a la posibilidad de mirarlo 
directamente a la cara, como de costumbre —Charlie negó con la cabeza, 
aceptando la bebida del camarero —¿Qué voy a hacer contigo, Eliot? 
Eliot miró hacia