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activador de la protrombina). A su vez, el activador de la protrombina escinde la protrombina en trombina y pone en marcha el proceso final de la coagulación. Para la coagulación de la sangre se necesitan iones de calcio. Si se exceptúan los dos primeros pasos de la vía intrínseca, para todas las demás reacciones se precisan iones de calcio, en cuya ausencia no ocurre la coagulación de la sangre. Por suerte, la concentración de estos iones casi nunca desciende lo suficiente como para alterar de manera grave la cinética de la coagulación sanguínea. Cuando se extrae sangre, se puede evitar que se coagule disminuyendo la concentración de iones calcio por debajo del umbral de coagulación. Para ello, se desioniza el calcio a través de una reacción con sus- tancias como el ion citrato o se precipita el calcio con sustan- cias como el ion oxalato. Prevención de la coagulación sanguínea en el sistema vascular normal: anticoagulantes intravasculares (p. 457) Los principales factores que impiden la coagulación dentro de los vasos sanguíneos son: 1) la lisura del endotelio, que evita la activación por contacto del sistema intrínseco; 2) una capa de glucocáliz del endotelio que repele los factores de coagulación y las plaquetas, y 3) una proteína unida a la membrana endo- telial (llamada trombomodulina) que liga la trombina. El com- plejo trombomodulina-trombina también activa otra proteína del plasma llamada proteína C, que inactiva los factores V y VIII activados. Si se daña la pared endotelial, desaparece su lisura y la capa de glucocáliz-trombomodulina, con lo que se activan el factor XII y las plaquetas y comienza la vía intrínseca de la coagulación. Las sustancias que eliminan la trombina de la sangre, como las hebras de fibrina creadas durante la coagulación y una a-globulina llamada antitrombina III, constituyen los princi- pales anticoagulantes de la sangre. La trombina queda adsor- bida en las hebras de fibrina según se van formando; esto impide que la trombina se difunda por el resto de la sangre y evita una coagulación excesiva de la misma. La trombina que no se adsorbe en las hebras de fibrina se combina con la anti- trombina III, que la inactiva. Heparina. Cuando existe un exceso de heparina, la trom- bina de la circulación desaparece de forma casi instantánea. Los mastocitos del tejido conjuntivo pericapilar de todo el organismo y los basófilos de la sangre producen heparina. Estas células continúan secretando pequeñas cantidades de heparina que difunden por el aparato circulatorio. Lisis de los coágulos sanguíneos: plasmina. El plas- minógeno es una proteína del plasma que, cuando se activa, 285Hemostasia y coagulación sanguínea © EL SE V IE R .F ot oc op ia r si n au to ri za ci ón es un de lit o. 285.pdf
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