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636 Papel de los riñones en la regulación del equilibrio acidobásico La concentración de H + en los líquidos del organismo es baja en comparación con la concentración de otros iones. Por ejemplo, el Na+ está presente a una concentración algo superior a 3 millones de veces la del H+ ([Na+] = 140 mEq/l; [H+] = 40 nEq/l). Debido a la baja [H+] en los líquidos corporales, con frecuencia se expre- sa como el logaritmo negativo o pH. Prácticamente todos los procesos celulares, tisulares u orgánicos son sensibles al pH. En realidad, la vida no puede existir fuera de un intervalo de pH del líquido corporal de 6,8 a 7,8 (de 160 a 16 nEq/l de H+). Habitual- mente, el pH del líquido extracelular (LEC) se mantiene entre 7,35 y 7,45. Como se describió en el capítulo 2, el pH del líquido intracelular es ligeramente más bajo (de 7,1 a 7,2), pero también está regulado estrechamente. Todos los días se ingieren ácidos y bases en la dieta. Además, el metabolismo celular produce numerosas sus- tancias que tienen un impacto sobre el pH de los líquidos del organismo. Sin unos mecanismos apropiados para tra- tar esta carga diaria de ácido y base, y, por tanto, para mantener el equilibrio acidobásico, muchos procesos ne- cesarios para la vida no podrían tener lugar. Este capítulo revisa el mantenimiento del equilibrio acidobásico corpo- ral total. Aunque se hace hincapié en el papel de los riño- nes en este proceso, también se considera el papel de los pulmones y del hígado. Además, se presenta el impacto de la dieta y del metabolismo celular en el equilibrio aci- dobásico. Finalmente, se consideran las alteraciones del equilibrio acidobásico, principalmente para ilustrar los procesos fisiológicos implicados. En todo este capítulo, un ácido se define como cualquier sustancia que dona H+ a los líquidos corporales, mientras que una base se define como una sustancia que extrae H+. EL SISTEMA TAMPÓN HCO3– El bicarbonato (HCO3–) es un importante tampón del LEC. Con una [HCO3–] plasmática normal de 23 a 25 mEq/l y un volumen de 14 l (para un individuo de 70 kg), el LEC puede tamponar potencialmente 350 mEq de H+. El siste- ma tampón HCO3– se diferencia de otros sistemas tam- pón del organismo (p. ej., fosfato) en que se halla regula- do tanto por los pulmones como por los riñones. Esto se aprecia mejor considerando la siguiente reacción: ● Ecuación 36-1 Lento Rápido CO2 + H2O ↔ H2CO3 ↔ H+ + HCO3– Como se indica, la primera reacción (hidratación/deshi- dratación de CO2) es el paso limitante. Esta reacción, nor- malmente lenta, se acelera enormemente en presencia de anhidrasa carbónica*. La segunda reacción, la ionización de H2CO3 a H+ y HCO3– es prácticamente instantánea. La ecuación de Henderson-Hasselbalch (36-2) se utili- za para cuantificar cómo afectan al pH los cambios en el CO2 y el HCO3–. ● Ecuación 36-2 pH pK HCO PCO = ′ + − log [ ]3 2 α o ● Ecuación 36-3 pH HCO PCO = + − 6 1 0 03 3 2 , log [ ] , En estas ecuaciones, la cantidad de CO2 está determi- nada a partir de la presión parcial de CO2 (Pco2) y su solubilidad (α) en solución. Para el plasma a 37 °C, α tiene un valor de 0,03. También, pK´ es el logaritmo ne- gativo de la constante de disociación total de la ecuación 36-1, y su valor es de 6,1 para el plasma a 37 °C. Por otro lado, la relación entre HCO3–, CO2, y [H+] puede expresar- se como sigue: ● Ecuación 36-4 [ ]H P HCO CO+ − = ×24 2 3 El análisis de las ecuaciones 36-3 y 36-4 demuestra que el pH y la [H+] varían cuando la [HCO3–] o la Pco2 se alte- ran. Las alteraciones de equilibrio acidobásico deriva- das de un cambio en la [HCO3–] se denominan alteracio- nes acidobásico metabólicas. Estas alteraciones se consideran con mayor detalle en una sección posterior. Los riñones son los principales responsables de la regu- lación de la [HCO3–] en el LEC, mientras que los pulmo- nes controlan la Pco2. REVISIÓN DEL EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO La dieta de las personas contiene muchos constituyen- tes que son ácidos o bases. Además, el metabolismo ce- * La anhidrasa carbónica (CA) cataliza concretamente la reacción: H2O→H+ + OH– + CO2 → HCO3– + H+ → H2CO3. 36-636-650kpen.indd 636 24/2/09 10:45:01 http://booksmedicos.org Capítulo 36 Papel de los riñones en la regulación del equilibrio acidobásico 637 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . 36 lular produce ácidos y bases. Por último, las bases son eliminadas cada día por las heces. Como se describirá más adelante, el efecto neto de estos procesos es la adi- ción de ácido a los líquidos del organismo. Para que el equilibrio acidobásico se mantenga, el ácido debe ser ex- cretado desde el cuerpo en una cantidad equivalente a su adición. Si la adición supera la excreción, el resultado es la acidosis. Por el contrario, si la excreción excede la adición, el resultado es la alcalosis. Los principales constituyentes de la dieta son los hi- dratos de carbono y las grasas. Cuando la perfusión ti- sular es adecuada, el oxígeno está disponible en los te- jidos y la insulina se halla presente en niveles normales, los hidratos de carbono y las grasas se metabolizan a CO2 y H2O. Normalmente, a diario, de 15 a 20 moles de CO2 se generan mediante este proceso. Habitualmente, esta gran cantidad de CO2 se elimina de manera eficaz del organismo por los pulmones. Por tanto, este CO2 de- rivado del metabolismo no influye en el equilibrio acido- básico. El CO2 habitualmente se denomina ácido volátil, ya que tiene la capacidad de generar H+ después de la hidratación con H2O (ecuación 36-1). El ácido que no deriva directamente de la hidratación del CO2 suele de- nominarse ácido no volátil (p. ej., ácido láctico). El metabolismo celular de otros constituyentes de la dieta también tiene impacto sobre el equilibrio acidobá- sico. Por ejemplo, la cisteína y la metionina, aminoácidos que contienen sulfuro, muestran ácido sulfúrico cuando se metabolizan, mientras que el ácido clorhídrico deriva del metabolismo de la lisina, arginina e histidina. Una par- te de esta carga de ácido no volátil se compensa con la producción de HCO3– mediante el metabolismo de los ami- noácidos aspártico y glutámico. Como promedio, el me- tabolismo de los aminoácidos de la dieta muestra una producción neta de ácido no volátil. El metabolismo de ciertos aniones orgánicos (p. ej., citrato) tiene como re- sultado la producción de HCO3–, el cual compensa en al- gún grado la producción de ácido no volátil. En conjunto, en los individuos que ingieren una dieta que contiene car- ne, la producción de ácido excede a la de HCO3–. Además de los ácidos y las bases derivados del metabolismo, los alimentos ingeridos contienen ácidos y bases. Por ejem- plo, la presencia de fosfato (H2PO4–) en los alimentos in- geridos incrementa la carga ácida de la dieta. Finalmente, durante la digestión, suele perderse por las heces algo de HCO3–. Esta pérdida es equivalente a la adición de ácido no volátil al organismo. Juntos, el aporte dietético, el me- tabolismo celular y la pérdida fecal de bicarbonato resul- ta en la adición aproximadamente de 0,7 a 1 mEq/kg de peso corporal de ácido no volátil al organismo cada día (de 50 a 100 mEq/día para la mayoría de los adultos). Los ácidos no volátiles no circulan a través del cuerpo sino que son inmediatamente neutralizados por el HCO3– en el LEC. ● Ecuación 36-5 H2SO4 + 2NaHCO3 ↔ Na2SO4 + 2CO2 + 2H2O ● Ecuación 36-6 HCl + NaHCO3 ↔ NaCl + CO2 + H2O Este proceso de neutralización cede las sales de Na+ de los ácidos fuertes y extrae el HCO3– del LEC. Como se men- cionó previamente, el LEC contiene aproximadamente 350 mEq de HCO3–. Si este HCO3– no se recuperara, la pro- ducción diaria de ácidos no volátiles (≈ 70 mEq/día) deple- cionaría de HCO3– el LEC en 5 días. Para mantener el equi- librio acidobásico, los riñones deben recuperar el HCO3– que se pierde por la neutralización de los ácidos no volátiles. EXCRECIÓN NETADE ÁCIDO POR LOS RIÑONES Bajo condiciones normales los riñones excretan una can- tidad de ácido igual a la producción de ácidos no volátiles y, así, recuperan el HCO3– que se pierde por neutraliza- ción. Además, los riñones deben prevenir la pérdida de bicarbonato por la orina. Esta última tarea es cuantitativa- mente más importante, ya que la carga de HCO3– filtrada es aproximadamente de 4.320 mEq/día (24 mEq/l × 180 ml/ día = 4.320 mEq/día), en comparación con solamente 50 a 100 mEq/día necesarios para equilibrar la producción de ácido no volátil. Tanto la reabsorción del HCO3– filtrado como la excre- ción de ácido se consiguen mediante la secreción de H+ por las nefronas. Por tanto, en un solo día las nefronas deben segregar aproximadamente 4.390 mEq de H+ en el líquido tubular. La mayoría del H+ segregado sirve para reabsorber la carga filtrada de HCO3–. Solamente de 50 a 100 mEq de H+, una cantidad equivalente a la producción de ácidos no volátiles, se excreta por la orina. Como resultado de esta excreción de ácido, la orina suele ser ácida. Los riñones no pueden excretar una orina más ácida que un pH de 4 a 4,5. Incluso con un pH 4 solamente pueden excretarse 0,1 mEq/l de H+. Por tanto, para ex- cretar suficiente ácido, los riñones excretan H+ con tam- pones urinarios como el fosfato (Pi)*. Otros constituyen- * La reacción de titulación es HPO4–2 + H+ ↔ H2PO4–. Esta reacción tiene un pK de 6,8 aproximadamente. AplicAción clínicA Cuando los niveles de insulina son normales, los hidratos de carbono y los lípidos son completamente metaboliza- dos a CO2 + H2O. Sin embargo, si los niveles de insulina son anormalmente bajos (p. ej., diabetes mellitus), el metabolismo de los hidratos de carbono conduce a la producción de varios cetoácidos orgánicos (p. ej., ácido β–hidroxibutírico). En ausencia de unos niveles de O2 adecuados (hipoxia), el metabolismo anaerobio por las células también condu- ce a la producción de ácidos orgánicos (p. ej., ácido lácti- co) más que a CO2 + H2O. Esto se produce con frecuencia en individuos sanos durante un ejercicio extenuante. Una perfusión tisular deficiente, como la que aparece con un gasto cardíaco reducido, puede conducir también a un metabolismo anaerobio por las células y, de este modo, a acidosis. En estas condiciones, los ácidos orgánicos se acumulan, y el pH de los líquidos orgánicos disminuye (acidosis). El tratamiento (p. ej., la administración de insuli- na en el caso de la diabetes) o la mejoría de la liberación de niveles adecuados de O2 a los tejidos (p. ej., en el caso de perfusión tisular deficiente) resulta en el metabolismo de estos ácidos orgánicos a CO2 + H2O, que consume H+ y, por tanto, ayuda a corregir la alteración acidobásica. 36-636-650kpen.indd 637 24/2/09 10:45:03 http://booksmedicos.org 638 Berne y Levy. Fisiología A NIVEL CELULAR Las anhidrasas carbónicas son enzimas que contienen zinc y catalizan la hidratación del CO2 (v. ecuación 36-1). La isoforma AC-I se encuentra en los hematíes, y es crucial para la capacidad de estas células para transportar CO2. Dos isoformas, AC-II y AC-IV, desempeñan importantes papeles en la acidificación de la orina. La isoforma AC-II está localizada en el citoplasma de muchas células a lo largo de la nefrona, incluyendo el túbulo proximal, la rama gruesa ascendente del asa de Henle, y las células intercaladas de los túbulos distal y colector. La isoforma AC-IV está unida a la membrana y se halla expuesta a los contenidos del líquido tubular. Se encuentra en la mem- brana apical tanto del túbulo proximal como en la rama gruesa ascendente del asa de Henle, donde facilita la re- absorción de gran cantidad del HCO3– reabsorbido por estos segmentos. También se ha demostrado la presencia de AC-IV en la membrana basolateral del túbulo proximal y en la rama gruesa ascendente del asa de Henle. Se su- pone que su función en este lugar es facilitar de alguna manera la salida de HCO3– desde la célula. 80% TP TD ~0% 10% 4% TCC TCMI RAT 6% ● Figura 36-1. Reabsorción segmentaria de HCO3–. Se mues- tra la fracción de la carga filtrada de HCO3– reabsorbida en los di- ferentes segmentos de la nefrona. Habitualmente, toda la carga filtrada de HCO3– se reabsorbe, y poco o nada de HCO3– aparece en la orina. TCC: túbulo colector cortical; TD: túbulo distal; TCMI: túbulo colector de la médula interna; Tp: túbulo proximal; RAT: rama ascendente gruesa. tes de la orina también pueden servir como tampones (p. ej., creatinina), aunque su papel es menos importan- te que la del Pi. En conjunto, los diferentes tampones urinarios se denominan ácidos titulables. Este término deriva del método mediante el cual se cuantifican estos tampones en el laboratorio. Clásicamente, se añade una base (OH–) a la muestra de orina para titular su pH has- ta la del plasma (esto es, 7,4). La cantidad de base aña- dida es igual a la cantidad de H+ titulado por estos tam- pones urinarios, y se denomina ácido titulable. La excreción de H+ como ácido titulable es insuficiente para equilibrar la carga diaria de ácido no volátil. Un me- canismo adicional e importante por el cual los riñones contribuyen al mantenimiento del equilibrio acidobásico es a través de la síntesis y excreción de amonio (NH4+). Los mecanismos implicados en este proceso se exponen con mayor detalle más adelante en este capítulo. Con res- pecto a la regulación renal del equilibrio acidobásico, cada NH4+ excretado en la orina tiene como resultado el retorno de un HCO3– a la circulación sistémica, la cual repone el HCO3– perdido durante la neutralización de los ácidos no volátiles. Así, la producción y la excreción de NH4+, como la excreción de ácido titulable, es equivalente a la excreción de ácido por los riñones. En resumen, los riñones contribuyen a la homeostasia acidobásica mediante la reabsorción de la carga filtrada de HCO3– y la excreción de una cantidad de ácido equi- valente a la cantidad de ácido no volátil producida cada día. Este proceso en conjunto se denomina excreción de ácido neta (EAN), y puede ser cuantificada como sigue: ● Ecuación 36-7 EAN = [(UNH4+ × V̇) + (UAT × V̇)] - (UHCO3- × V̇) donde (UNH4+ × V̇ ) y (UAT × V̇ ) son las tasas de excreción (mEq/día) de NH4+ y acidez titulable (AT), y (UHCO3– × V̇ ) es la cantidad de HCO3– perdido en la orina (equivalente a añadir H+ al organismo)*. De nuevo, el mantenimiento del equilibrio acidobásico significa que la excreción de ácido neta debe igualar a la producción de ácido no volá- til. Bajo la mayoría de las circunstancias, muy poco HCO3– se excreta por la orina. Por tanto, la excreción de ácido neta refleja esencialmente el ácido titulable y la ex- creción de NH4+. Cuantitativamente, el ácido titulable re- presenta aproximadamente un tercio, y el NH4+, dos ter- cios de la excreción de ácido neta. Reabsorción neta de ácido a lo largo de la nefrona Como se ha indicado mediante la ecuación 36-7, la excreción de ácido neta se maximiza cuando poco o ningún HCO3– se excreta por la orina. En realidad, bajo la mayoría de las cir- cunstancias, muy poco HCO3– aparece en la orina. Dado que el HCO3– se filtra libremente en el glomérulo, aproximada- mente 4.320 mEq/día se liberan a las nefronas y luego son reabsorbidos. La figura 36-1 resume la contribución de cada segmento de la nefrona a la reabsorción del HCO3– filtrado. El túbulo proximal reabsorbe la mayor cantidad de la carga filtrada de HCO3–. La figura 36-2 resume los princi- pales procesos de transporte implicados. La secreción de H+ a través de la membrana apical de las células se pro- *Esta ecuación ignora la pequeña cantidad de H+ libre excretada en la orina. Como se indicó anteriormente, la orina con un pH de 4 solamente contiene 0,1 mEq/l de H+. duce tanto mediante un intercambiador Na+-H+ como por la H+-ATPasa. El intercambiador Na+-H+ (NHE3) es la vía predominante para la secreción de H+, y utiliza el gradien- te luz-célula de la [Na+]para llevar a cabo este proceso (p. ej., secreción activa secundaria de H+). En el interior de la célula, el H+ y el HCO3– se producen en una reacción que es catalizada por la anhidrasa carbónica. El H+ es se- gregado en el líquido tubular, mientras que el HCO3– sale de la célula a través de la membrana basolateral y vuelve a la sangre peritubular. La salida de HCO3– de la célula 36-636-650kpen.indd 638 24/2/09 10:45:05 http://booksmedicos.org Capítulo 36 Papel de los riñones en la regulación del equilibrio acidobásico 639 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . Líquido tubular Sangre Na+ Na+ Cl– CO2 + H2OH2O + CO2 H2CO3 HCO3 + H + Na+ K+ H+ ATP ATP AC AC – 3HCO3 – HCO3 – ● Figura 36-2. Mecanismo celular para la re- absorción por las células del túbulo proximal del HCO3– filtrado. Sólo se muestran los principales transportadores de H+ y HCO3–. AC: anhidrasa car- bónica. pasado a través de la membrana basolateral está unida a otros iones. La mayoría del HCO3– sale mediante un co- transportador que acopla la salida de 1Na+ con 3HCO3– (cotransportador sodio bicarbonato: NBC1). Además, algo de HCO3– puede salir intercambiándose por Cl– (vía intercambiadores Cl–-HCO3– independiente de Na+ y/o de- pendiente de Na+). Como se expresa en la figura 36-2, la anhidrasa carbónica también está presente en el borde en cepillo de las células del túbulo proximal. Esta enzima cataliza la deshidratación del H2CO3 en el líquido luminal y, por tanto, facilita la reabsorción de HCO3–. El mecanismo celular para la reabsorción de HCO3– por la rama gruesa ascendente del asa de Henle es muy parecido al del túbulo proximal. El H+ es segregado por un intercambiador Na+-H+ y la H+-ATPasa. Como en el tú- bulo proximal, el intercambiador Na+-H+ es la vía predo- minante para la secreción de H+. La salida de HCO3– des- de la célula tubular implica al cotransportador 1Na+-3HCO3– (aunque la isoforma es diferente de la del túbulo proximal) y al intercambiador Cl–-HCO3– (inter- cambiador de anión: AE-2). Un cotransportador K+-HCO3– en la membrana basolateral también puede contribuir a la salida de HCO3– de la célula. Los túbulos distal* y colector reabsorben la pequeña cantidad de HCO3– que escapa a la reabsorción del túbu- lo proximal y al asa de Henle. La figura 36-3 muestra el mecanismo celular del transporte H+/HCO3– por las célu- las intercaladas localizadas dentro de estos segmentos (v. capítulo 32). Un tipo de células intercaladas segrega H+ (reabsorbe HCO3–) y se denominan células A o intercaladas α. Dentro de estas células, el H+ y el HCO3– se producen mediante la *Aquí y en el resto del capítulo nos centramos en la función de las células inter- caladas. La primera parte del túbulo distal, que no contiene células intercala- das, también reabsorbe HCO3–. El mecanismo celular es similar al descrito para la rama gruesa ascendente del asa de Henle, aunque las isoformas de los transportadores pueden ser diferentes. hidratación del CO2; esta reacción está catalizada por la anhidrasa carbónica. El H+ es segregado en el líquido tubu- lar a través de dos mecanismos. El primero implica a una H+-ATPasa de la membrana apical. El segundo acopla la secreción de H+ con la reabsorción de K+ mediante una H+, K+-ATPasa similar a la encontrada en el estómago. El HCO3– sale de la célula a través de la membrana basolateral, inter- cambiándose por Cl– (mediante un intercambiador Cl–- HCO3–: AE-1) y penetra en la sangre del capilar peritubular. Otros transportadores de HCO3– se han localizado en esta célula. Sin embargo, su papel en la secreción de H+ (reab- sorción de HCO3–) no se ha definido completamente. Una segunda población de células intercaladas segrega HCO3–, más bien que H+, en el líquido tubular (denomina- das también células B o células intercaladas β)**. En estas células, la H+-ATPasa está localizada en la membrana ba- solateral, y el intercambiador Cl–-HCO3–, en la membrana apical (fig. 36-3). Sin embargo, el intercambiador Cl–-HCO3– de la membrana apical es diferente del que se encuentra en la membrana basolateral de las células intercaladas secretoras de H+ y ha sido identificado como pendrina. Otros transportadores de HCO3– se han localizado en las células intercaladas secretoras de HCO3–, pero su papel preciso en la función de la célula no ha sido definido. La actividad de las células intercaladas secretoras de HCO3– está incrementada durante la alcalosis metabólica, cuan- do los riñones deben excretar el exceso de HCO3–. Sin embargo, en la mayoría de condiciones (p. ej., ingestión de una dieta con contenido de carne), la secreción de H+ predomina en estos segmentos. La membrana apical de las células del túbulo colector no es muy permeable al H+, y, por tanto, el pH del líquido tubular puede llegar a ser bastante ácido. En realidad, la mayoría del líquido tubular ácido a lo largo de la nefrona **Un tercer grupo de células intercaladas muestra rasgos tanto de célula inter- caladas secretoras de H+ como de HCO3–. La función concreta de este tercer tipo de células no se conoce completamente. 36-636-650kpen.indd 639 24/2/09 10:45:07 http://booksmedicos.org 640 Berne y Levy. Fisiología Líquido tubular Sangre Célula secretora de H+ Cl– CO2 + H2OCO2 + H2O H2CO3 HCO3 + H + K+ H+ H+ ATP ATP AC – HCO3 – Líquido tubular Sangre Cl–Cl– CO2 + H2O HCO3 H + ATP AC – HCO3 – Célula secretora de HCO3 – ● Figura 36-3. Mecanismos celulares para la reabsorción y secreción de HCO3– por las células in- tercaladas del túbulo colector. Sólo se muestran los principales transportadores de H+ y HCO3–. AC: an- hidrasa carbónica. (pH de 4 a 4,5) se produce aquí. En comparación, la per- meabilidad del túbulo proximal al H+ y al HCO3– es mucho más elevada, y el pH del líquido tubular desciende sólo hasta 6,5 en este segmento. Como se explicará más ade- lante, la habilidad del túbulo colector para reducir el pH del líquido tubular es crucial para la excreción de los ácidos titulables urinarios y el NH4+. Regulación de la secreción de H+ Cierto número de factores regulan la secreción de H+ y, por tanto, la reabsorción de HCO3– por las células de la nefrona (tabla 36-1). Desde un punto de vista fisiológico, el factor principal que regula la secreción de H+ por la nefrona es un cambio en el equilibrio acidobásico sisté- mico. Así, la acidosis estimula la secreción de H+, mien- tras que la secreción de H+ se reduce durante la alcalosis. La respuesta de los riñones a los cambios en el equilibrio acidobásico incluye tanto cambios inmediatos en la acti- vidad o en el número de transportadores de la membra- na (o ambos) como cambios a largo plazo en la síntesis de transportadores. Por ejemplo, con la acidosis meta- bólica, ya sea producida por un descenso en la [HCO3–] o 36-636-650kpen.indd 640 24/2/09 10:45:09 http://booksmedicos.org Capítulo 36 Papel de los riñones en la regulación del equilibrio acidobásico 641 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . ● Tabla 36-1. Factores reguladores de la secreción de H+ (reabsorción de HCO3–) por la nefrona Factor Principal lugar de la acción Secreción incrementada de H+ Primario Descenso de la [HCO3–] del LEC (↓pH) Toda la nefrona Incremento de la Pco2 arterial Toda la nefrona Cortisol Túbulo proximal* Endotelina Túbulo proximal* Secundario Incremento de la carga filtrada de HCO3– Túbulo proximal Contracción de volumen del LEC Túbulo proximal Angiotensina-II Túbulos proximal y distal Aldosterona Túbulos distal y colector Hipopotasemia Túbulo proximal PTH (crónica) Rama gruesa ascendente; túbulo distal Secreción aumentada de H+ Primario Aumento de la [HCO3–] del LEC (↑pH) Toda la nefrona Disminución de la Pco2 arterial Toda la nefrona Secundario Descenso de la carga filtrada de HCO3– Túbulo proximal Expansión del volumen del LEC Túbulo proximal HipoaldosteronismoTúbulos distal y colector Hiperpotasemia Túbulo proximal PTH (aguda) Túbulo proximal *El efecto sobre el túbulo proximal está establecido. puede regular también la secreción de H+ en otros segmentos de la nefrona. por un incremento en la presión parcial de dióxido de carbono (Pco2), el pH de las células de la nefrona dismi- nuye. Esto estimula la secreción de H+ por mecanismos múltiples, dependiendo del segmento concreto de la ne- frona. Primero, el descenso del pH intracelular crea un gradiente de [H+] entre la célula y el líquido tubular más favorable y, por tanto, hará energéticamente más favora- ble la secreción de H+ a través de la membrana apical. Segundo, el descenso del pH puede conducir a cambios alostéricos en el transporte de proteínas, alterando con ello sus cinéticas Esto ha sido demostrado para el inter- cambiador Na+-H+ (NHE3) en el túbulo proximal. Final- mente, los transportadores pueden trasladarse hasta la membrana desde vesículas intracelulares. Este mecanis- mo se produce tanto en las células intercaladas del túbu- lo colector, donde la acidosis estimula la inserción exoci- tótica de la H+-ATPasa en la membrana apical, y en el túbulo proximal, donde tiene lugar la inserción del anti- porter Na+-H+ y la H+-ATPasa en la membrana apical. Con la acidosis crónica, la abundancia de transportadores aumenta, bien por un incremento de la transcripción de los genes del transportador apropiado o por una translo- cación aumentada del ARNm del transportador. Los ejemplos incluyen el intercambiador Na+-H+ y el cotrans- portador 1Na+-3HCO3– del túbulo proximal y H+-ATPasa de la célula intercalada. Aunque algunos de los efectos descritos pueden atri- buirse directamente al descenso del pH intracelular, la mayoría de estos cambios en el transporte celular de H+ están mediados por hormonas u otros factores. Dos me- diadores importantes de la respuesta renal a la acidosis son la endotelina y el cortisol. La endotelina-1 (ET-1) es producida por las células endoteliales y las células del túbulo proximal, y de esta manera ejercen sus efectos a través de mecanismos autocrinos y paracrinos. Con la acidosis, la secreción de ET-1 aumenta. En el túbulo proximal, la ET-1 aumenta la fosforilación y posterior inserción del cotransportador 1Na+-3HCO3– en la mem- brana basolateral. La ET-1 también puede mediar la res- puesta a la acidosis en otros segmentos de la nefrona. La acidosis también estimula la secreción de cortisol en la corteza suprarrenal. El cortisol, a su vez, actúa en los riñones incrementando la transcripción de los genes del intercambiador Na+-H+ y del cotransportador 1Na+-3HCO3– en el túbulo proximal, así como la translocación del ARNm de estos transportadores. La alcalosis, causada por un incremento de la [HCO3–] en el LEC o un descenso de la Pco2, inhibe la secreción de H+ debido a un incremento del pH intracelular de las células de la nefrona. Sin embargo, estos factores no es- tán relacionados directamente con el mantenimiento del equilibrio acidobásico. Dado que la secreción de H+ en el túbulo proximal y en la parte gruesa de la rama ascen- dente del asa de Henle está ligada a la reabsorción de Na+ (mediante el intercambiador Na+-H+), los factores que alteran la reabsorción de Na+ secundariamente afec- tan a la reabsorción de H+. Por ejemplo, el proceso de equilibrio glomerulotubular asegura que la tasa de reab- sorción del túbulo proximal esté unida a la tasa de filtra- ción glomerular (GFR) (v. capítulo 33). Así, cuando se incrementa la GFR, aumenta la carga filtrada en el túbu- lo proximal, y se reabsorbe más líquido (incluyendo HCO3–). Inversamente, un descenso de la carga filtrada provoca un descenso de la reabsorción del líquido y, por tanto, del HCO3–. Las alteraciones del equilibrio del Na+, a través de cambios en el volumen del LEC, también tienen un im- pacto en la secreción de H+. Con la contracción de volu- men (equilibrio negativo de Na+), la secreción de H+ au- menta. Esto tiene lugar a través de varios mecanismos. Uno de los mecanismos implica al sistema renina-angio- tensina-aldosterona, el cual se activa por la contracción de volumen y conduce a un aumento de la reabsorción de Na+ por la nefrona (v. capítulo 34). La angiotensina-II ac- túa en el túbulo proximal estimulando el intercambiador Na+-H+ en la membrana apical, así como el cotransporta- dor 1Na+-3HCO3– en la membrana basolateral. Este efecto estimulador incluye un aumento de la actividad de los transportadores y su inserción exocitótica en la mem- brana. En un grado menor, la angiotensina-II estimula la secreción de H+ en la primera porción del túbulo distal, un proceso mediado también por el intercambiador Na+-H+. La principal acción de la aldosterona sobre los túbulos distal y colector es estimular la reabsorción de Na+ por las células principales (v. capítulo 33). Sin embargo, también estimula la secreción de H+ en las cé- lulas intercaladas de estos segmentos. Este efecto es tanto directo como indirecto. Mediante el estímulo de la reabsorción de Na+ por parte de las células principales, la aldosterona hiperpolariza el voltaje transepitelial (p. ej., la luz tubular se hace más electronegativa). Este cambio en el voltaje transepitelial facilita entonces la secreción de H+ por las células intercaladas. Además de este efecto indirecto, la aldosterona actúa directamen- te sobre las células intercaladas estimulando la secreción de H+. El mecanismo o los mecanismos precisos de este efecto estimulador no se conocen completamente. 36-636-650kpen.indd 641 24/2/09 10:45:10 http://booksmedicos.org 642 Berne y Levy. Fisiología Líquido tubular Sangre Cl– CO 2 + H 2O Tampón + H+ H-tampón H+ ATP AC HCO 3 – HCO 3 – ● Figura 36-4. Esquema general de la secre- ción de H+ con tampones urinarios sin HCO3– (ácido titulable). El principal tampón es el fosfato (HpO4–2). Se muestra una célula intercalada secretora de H+. para simplificar, solamente se representa la H+-ATpa- sa. La secreción de H+ mediante la H+-K+-ATpasa también titula los tampones de la luz. AC: anhidrasa carbónica. Otro mecanismo por el que la contracción del volu- men del LEC aumenta la secreción de H+ (reabsorción de HCO3–) es mediante cambios en las fuerzas de Starling de los capilares peritubulares. Como se ha descrito en los capítulos 33 y 34, la contracción del volumen del LEC altera las fuerzas de Starling de los capilares peritubula- res de tal manera que aumenta la reabsorción total del túbulo proximal. Con este incremento de la reabsorción, se reabsorbe más carga filtrada de HCO3–. Con la expansión de volumen (equilibrio positivo de Na+), se reduce la secreción de H+ debido a los bajos niveles de angiotensina-II y aldosterona, así como a las alteraciones de las fuerzas de Starling peritubulares que reducen la reabsorción total en el túbulo proximal. La hormona paratiroidea (PTH) tiene un efecto tanto estimulador como inhibidor sobre la secreción renal de H+. De forma aguda, la PTH inhibe la secreción de H+ en el túbulo proximal mediante la inhibición de la actividad del intercambiador Na+-H+ y también causando la endo- citosis del intercambiador desde la membrana apical. A largo plazo, la PTH estimula la secreción renal de ácido actuando sobre la parte gruesa de la rama ascendente del asa de Henle y el túbulo distal. Dado que la secreción de PTH aumenta durante la acidosis, este efecto estimu- lador de larga duración sobre la excreción renal de ácido es un componente de la respuesta renal a la acidosis. El efecto estimulador de la PTH sobre la excreción de ácido se debe, en parte, a la liberación de grandes cantidades de Pi a lugares más distales de la nefrona, donde luego se titula y se excreta como ácido titulable*. Finalmente, el equilibrio del K+ afecta a la secreción de H+ por el túbulo proximal. La hipopotasemia estimula la secreción de H+, y la hiperpotasemia la inhibe. Se cree * Como se describió en el capítulo35, una de las acciones importantes de la PTH es la inhibición de la reabsorción de Pi por el túbulo proximal. Así, más Pi es liberado a los segmentos más distales de la nefrona, donde está disponible para la titulación y la excreción como ácido titulable. que los cambios inducidos por el K+ en el pH intracelular son responsables, por lo menos en parte, de este efecto, con la hipopotasemia que acidifica las células y la hiper- potasemia que las alcaliniza. La hipopotasemia también estimula la secreción de H+ por el túbulo colector. Esto se produce como resultado de un incremento de la ex- presión de la H+-K+-ATPasa en las células intercaladas. Formación de nuevo HCO3– Como se expuso previamente, la reabsorción de la carga filtrada de HCO3– es importante para maximizar la excre- ción neta de ácido. Sin embargo, la reabsorción de HCO3– por ella misma no recupera la pérdida de bicarbonato du- rante la neutralización de los ácidos no volátiles producidos durante el metabolismo. Para mantener el equilibrio acido- básico, los riñones deben reemplazar este HCO3– perdido con nuevo HCO3–. La generación de nuevo HCO3– se alcanza mediante la excreción de ácido titulable a través de la sínte- sis y excreción de NH4+. La producción de nuevo HCO3– como resultado de la excreción de ácido titulable se representa en la figura 36-4. Debido a la reabsorción de HCO3– por el túbulo proximal y el asa de Henle, el líquido que alcanza los túbulos distal y colector suele contener poco HCO3–. Así, cuando se segrega H+, se combina con tampones no-HCO3– (principalmente con Pi) y se excreta como ácido titulable. Dado que el H+ se produjo dentro de la célula a partir de la hidratación del CO2, también se produce HCO3–. Este HCO3– se devuelve al LEC como HCO3– nuevo. Como se apuntó, la excreción de Pi au- menta con la acidosis. Sin embargo, incluso con el au- mento del Pi disponible para la formación de ácido ti- tulable, esta respuesta es insuficiente para generar la cantidad requerida de HCO3– nuevo. El resto de la gene- ración de nuevo HCO3– se consigue como resultado de la producción y excreción de NH4+. El NH4+ lo producen los riñones, y su síntesis y poste- rior excreción añade HCO3– al LEC. Es importante desta- 36-636-650kpen.indd 642 24/2/09 10:45:12 http://booksmedicos.org Capítulo 36 Papel de los riñones en la regulación del equilibrio acidobásico 643 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . Líquido tubular Líquido tubular CO 2 + H 2O NH 4 + NH 4 + 2NH 4 + NH 4 + NH 3 NH 3 NH 4 + NH 4 + NH 3 + H + NH 3 NH 4 + NH 4 + NH 4 + NH 4 + NH 4 + H+ HCO 3 – Sangre Sangre Na + Na + H+ H+ NH 4 + H+ NH 4 + H+ H+ Glutamina A= 2HCO 3 – AC ● Figura 36-5. producción, transporte y excreción de NH4+ por la nefrona. La glutamina se metabo- liza a NH4+ y HCO3– en el túbulo proximal. El NH4+ es secretado en la luz, y el HCO3– penetra en la sangre. El NH4+ secretado se reabsorbe en la rama gruesa ascendente del asa de Henle y se acumula en el intersti- cio medular. El NH4+ es secretado por el túbulo colector mediante difusión no iónica y difusión por atrapa- miento, así como por intercambiadores de NH4+. Ambos procesos secretores requieren la secreción de H+ por el túbulo colector. por cada molécula de NH4+ excretada en la orina, una molécula de «nuevo» HCO3– es añadida al LEC. AC: anhidrasa carbónica. car que este proceso está regulado como respuesta a los requerimientos acidobásicos del cuerpo. El NH4+ lo producen los riñones a través del metabo- lismo de la glutamina. Básicamente, los riñones metabo- lizan glutamina, excretan NH4+ y añaden HCO3– al cuerpo. Sin embargo, la formación de nuevo HCO3– a través de este proceso depende de la capacidad de los riñones para excretar NH4+ por la orina. Si el NH4+ no es excreta- do por la orina sino que, por el contrario, penetra en la circulación sistémica, es convertido en urea por el híga- do. Este proceso de conversión genera H+, el cual es en- tonces tamponado por HCO3–. Por tanto, la producción de urea desde el NH4+ generado renalmente consume HCO3– e impide la formación de HCO3– a través de la sín- tesis y excreción de NH4+ por los riñones. El proceso por el cual los riñones excretan NH4+ es com- plejo. La figura 36-5 ilustra los hechos esenciales de este proceso. El NH4+ es producido desde la glutamina en las células del túbulo proximal, un proceso denominado amo- niogénesis. Cada molécula de glutamina produce dos mo- léculas de NH4+ y el anión divalente 2-oxoglutarato–2. El metabolismo de este anión finalmente produce dos molé- culas de HCO3–. El HCO3– sale de la célula a través de la membrana basolateral y penetra en la sangre peritubular como nuevo HCO3–. El NH4+ sale de la célula a través de la membrana apical y entra en el líquido tubular. El mecanis- mo principal para la secreción de NH4+ hacia la luz tubular implica al intercambiador Na+-H+, con el NH4+ sustituyendo al H+. Además, el NH3 puede difundir fuera de la célula a través de la membrana hacia el líquido tubular, donde gana un protón convirtiéndose en NH4+. Una proporción significativa del NH4+ segregado por el túbulo proximal es reabsorbido por el asa de Henle. La rama gruesa ascendente es el lugar principal de esta reabsorción de NH4+, con el NH4+ sustituyéndose por K+ en el cotransportador 1Na+-1K+-2Cl–. Además, el voltaje transepitelial luminal positivo en este segmento dirige la reabsorción paracelular de NH4+. 36-636-650kpen.indd 643 24/2/09 10:45:14 http://booksmedicos.org 644 Berne y Levy. Fisiología A NIVEL CELULAR Los transportadores de NH4+ (RhBG y RhCG) se denomi- nan glucoproteínas rhesus por su homología con las pro- teínas rhesus que se encuentran en la superficie de los hematíes y que son responsables de las enfermedades hemolíticas y de las reacciones por transfusiones sanguí- neas. Estos transportadores han sido localizados en la úl- tima parte de los túbulos distal y colector. El RhBG está localizado en la membrana basolateral, mientras que el RhCG se halla en la membrana apical (en algunas espe- cies, el RhCG se encuentra también en la membrana ba- solateral). Ambos transportadores parecen funcionar como intercambiadores NH4+-H+. El NH4+ reabsorbido por la rama gruesa ascendente del asa de Henle se acumula en el intersticio medular. Luego, desde allí, es secretado hacia el líquido tubular por el túbulo colector. Se han identificado dos mecanis- mos para la secreción tubular de NH4+ por el túbulo co- lector. El primero es la difusión no iónica y la difusión por atrapamiento. Mediante este mecanismo, el NH3 di- funde desde el intersticio medular hacia la luz del túbu- lo colector. Como se describió previamente, la secreción de H+ por las células intercaladas del túbulo colector aci- difica el líquido luminal (puede alcanzarse un pH del lí- quido luminal tan bajo como de 4 a 4,5). Por consiguien- te, el NH3 que se difunde desde el intersticio medular hacia la luz del túbulo colector (difusión no iónica) gana un protón convirtiéndose en NH4+ por el líquido tubular ácido. Dado que el túbulo colector es menos permeable al NH4+ que al NH3, el NH4+ es atrapado en la luz tubular (difusión por atrapamiento) y eliminado del organismo por la orina. El segundo mecanismo implica los inter- cambiadores NH4+-H+ localizados en la membranas ba- solateral y apical de las células del túbulo colector (v. fig. 36-5). Puesto que la acidificación del líquido tu- bular conduce tanto a la difusión no iónica y la difusión por atropamiento como a la secreción de NH4+ a través de la membrana apical por el intercambiador NH4+-H+, el papel relativo de cada mecanismo para la secreción total de NH4+ se desconoce. La secreción de H+ por el túbulo colector es crucial para la excreción de NH4+. Si se inhibe la secreción de H+ por el túbulo colector, el NH4+ reabsorbido por la parte gruesa de la rama ascendente del asa de Henle no se excretará enla orina. En lugar de ello, retornará a la circulación sistémica, donde, como se describió previa- mente, se convertirá en urea en el hígado y se consumi- rá HCO3– en el proceso. Por tanto, se produce nuevo HCO3– durante el metabolismo de la glutamina por las células del túbulo proximal. Sin embargo, el proceso to- tal no se completa hasta que el NH4+ es excretado (esto es, hasta que se evita la producción de urea desde el NH4+). De esta manera, la excreción de NH4+ por la orina puede utilizarse como un «marcador» del metabolismo de la glutamina en el túbulo proximal. El resultado neto es que un nuevo HCO3– retorna a la circulación sistémica por cada NH4+ excretado por la orina. Un hecho importante del sistema NH4+ renal es que puede ser regulado por el equilibrio acidobásico sisté- mico. Una alteración del pH del LEC, por afectar al pH del LIC, cambia el metabolismo de la glutamina en las células del túbulo proximal. Además, como ya se apuntó, los niveles de cortisol se incrementan durante la acido- sis, y el cortisol estimula la amoniogénesis (esto es, la producción de NH4+ desde la glutamina). Durante la aci- dosis sistémica, se estimulan las enzimas de las células del túbulo proximal que son responsables del metabolis- mo de la glutamina. Esto supone la síntesis de nueva enzima, y requiere varios días para una completa adap- tación. Con el aumento de los niveles de estas enzimas, se incrementa la producción de NH4+, permitiendo de este modo un aumento de la producción de nuevo HCO3–. Inversamente, el metabolismo de la glutamina se reduce con la alcalosis. La acidosis también incrementa la cantidad de RhCG en el segmento medular del túbulo colector. Por tanto, aumenta la capacidad para segregar NH4+. Otros factores también incrementan la amoniogénesis. Tanto la angiotensina-II como la PTH estimulan la amonio- génesis, mientras que ésta se inhibe por las prostaglandi- nas. Dado que los niveles de PTH aumentan con la acido- sis, puede desempeñar un papel en mediar la respuesta renal, la cual, como se ha comentado, incluye una produc- ción y excreción incrementadas de NH4+. Finalmente, la [K+] del LEC también altera la producción de NH4+. Cuando existe hiperpotasemia, la producción de NH4+ se inhibe, mientras que la hipopotasemia estimula la producción de NH4+. El mecanismo por el cual la [K+] del plasma altera la producción de NH4+ no se conoce completamente. Las al- teraciones de la [K+] del plasma pueden cambiar el pH intracelular de las células del túbulo proximal, y el cambio del pH intracelular puede luego controlar el metabolismo de la glutamina. Mediante este mecanismo, la hiperpota- semia elevaría el pH intracelular y, por tanto, inhibiría el metabolismo de la glutamina. Lo contrario ocurriría du- rante la hipopotasemia. AplicAción clínicA La valoración de la excreción de NH4+ por los riñones se realiza de manera indirecta, ya que el análisis del NH4+ de la orina no está disponible de forma habitual. Considére- se, por ejemplo, la situación de acidosis metabólica. En la acidosis metabólica, la respuesta renal apropiada es incre- mentar la excreción neta de ácido. por tanto, poco o nada de HCO3– aparecerá en la orina, ésta será ácida, y la excre- ción de NH4+ se incrementará. para analizar esta situación, y especialmente la cantidad de NH4+ excretado, «la carga neta de la orina» o «anión gap urinario» puede calcularse cuantificando las concentraciones de Na+, K+ y Cl–. Anión gap urinario = [Na+] + [K+] – [Cl–] El concepto de anión gap urinario durante la acidosis metabólica asume que los principales cationes de la orina son el Na+, el K+ y el NH4+ y que el anión principal es el Cl– (con un pH de orina < 6,5, prácticamente nada de HCO3– está presente). Como resultado, el anión gap de la orina ofrece un valor negativo cuando están siendo excre- tadas cantidades adecuadas de NH4+. En realidad, la au- sencia de un anión gap urinario o la existencia de un valor positivo indican un defecto renal en la producción y excre- ción de NH4+. 36-636-650kpen.indd 644 24/2/09 10:45:15 http://booksmedicos.org Capítulo 36 Papel de los riñones en la regulación del equilibrio acidobásico 645 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . El fallo para producir y excretar suficientes cantidades de NH4+ también reduce la capacidad de excreción neta de ácido por los riñones. Esta situación tiene lugar como resul- tado de una disfunción generalizada de los túbulos distal y colector, con una secreción empeorada de H+, NH4+ y K+. La disfunción generalizada de la nefrona distal se observa en individuos con mutaciones en el canal epitelial del Na+ (ENaC), la cual se hereda con un patrón autosómico recesi- vo. Una forma autosómica dominante también se observa con mutaciones en el receptor de los mineralocorticoides. Con frecuencia, la producción y excreción de NH4+ se en- cuentran empeoradas en pacientes con hipoaldosteronis- mo hiporreninémico. Estos pacientes clásicamente tienen grados moderados de insuficiencia renal, con niveles redu- cidos de renina y, por tanto, de aldosterona. Como resulta- do, la función de los túbulos distal y colector está dañada. Finalmente, algunos fármacos pueden provocar disfunción de los túbulos distal y colector, incluyendo fármacos que bloquean el canal del Na+ (p. ej., la amilorida), bloquean la producción o la acción de la angiotensina-II (inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina) o bloquean la acción de la aldosterona (p. ej., la espironolactona). Inde- pendientemente de la causa, un empeoramiento de la fun- ción de los túbulos distal y colector provoca el desarrollo de hiperpotasemia, la cual a su vez empeora la amoniogénesis por el túbulo proximal. La secreción de H+ por los túbulos distal y colector y, por tanto, la secreción de NH4+, también se ven afectadas por estos fármacos. De este modo, la se- creción neta de ácido es menor que la producción neta de ácido, y se desarrolla acidosis metabólica. Si la acidosis resultante de cualquiera de estas formas de ATR es importante, los individuos deben ingerir bases (p. ej., una solución de bicarbonato o de citrato sódico*) para man- tener el equilibrio acidobásico. De esta manera, la pérdida de HCO3– todos los días para tamponar el ácido no volátil se recupera mediante el HCO3– extra ingerido en la dieta. *Uno de los derivados del metabolismo del citrato es HCO3–. La ingesta de bebidas que contienen citrato suele resultar más apetecible para los pacientes que el bicarbonato. RESPUESTA A LAS ALTERACIONES ACIDOBÁSICAS El pH del LEC se mantiene dentro de un intervalo muy estrecho (entre 7,35 y 7,45)*. El examen de la ecuación 36-3 muestra que el pH del LEC varía cuando la [HCO3–] o la Pco2 está alterada. Como ya se ha comentado, las alte- raciones del equilibrio acidobásico que resultan de un cambio en la [HCO3–] del LEC se denominan alteraciones acidobásicas metabólicas, mientras que las que derivan de un cambio en la Pco2 se conocen como alteraciones acidobásicas respiratorias. Los riñones son los principa- les responsables de la regulación de la [HCO3–], mientras que los pulmones regulan la Pco2. Cuando se desarrolla una alteración del equilibrio aci- dobásico, el organismo utiliza una serie de mecanismos * Para simplificar la presentación en este capítulo, el valor de 7,40 para el pH del líquido corporal se utiliza como normal, aunque el intervalo normal es de 7,35 a 7,4. Igualmente, el intervalo normal para la Pco2 es de 35 a 45 mmHg. Sin embargo, una Pco2 de 40 mmHg se utiliza aquí como valor normal. Por último, un valor de 24 mEq/l se considera normal para la [HCO3–] del LEC, aunque su intervalo normal es de 22 a 28 mEq/l. AplicAción clínicA La acidosis tubular renal (ATR) refiere situaciones en las que la excreción neta de ácido por los riñones está em- peorada. En estas circunstancias, los riñones son incapa- ces de excretar una suficiente cantidadneta de ácido para equilibrar la producción de ácido no volátil, y provoca acidosis. La ATR puede estar causada por un defecto de la secreción de H+ en el túbulo proximal (ATR proximal) o en el túbulo distal (ATR distal) o por una producción y excreción inadecuadas de NH4+. La ATR proximal puede estar causada por diversas en- fermedades hereditarias o adquiridas (p. ej., cistinosis, síndrome de Fanconi, administración de inhibidores de la anhidrasa carbónica). En la mayoría de los casos, la ATR proximal es adquirida y refleja una disfunción tubular ge- neralizada, más que un defecto selectivo de uno de los transportadores acidobásico del túbulo proximal. Sin em- bargo, se han identificado formas autosómicas recesivas y dominantes de ATR proximal. Una forma autosómica re- cesiva de ATR proximal resulta de un defecto en el co- transportador 1Na+-3HCO3– (NBC1). Dado que este trans- portador se expresa también en el ojo, estos pacientes también presentan alteraciones oculares. Otra forma au- tosómica recesiva de ATR se observa en individuos con ausencia de anhidrasa carbónica (AC-II). Dado que la AC-II se requiere para la acidificación distal, este defecto inclu- ye también un componente de ATR distal. Finalmente, se ha identificado una forma autosómica dominante de ATR proximal. Sin embargo, el transportador implicado no ha sido identificado. Independientemente de la cau- sa, si la secreción de H+ por las células del túbulo proxi- mal está empeorada, la reabsorción de la carga filtrada de HCO3– disminuye. por consiguiente, el HCO3– se pierde por la orina, la [HCO3–] plasmática desciende, y se establece la acidosis. La ATR distal se observa también en diversas enfermeda- des hereditarias y adquiridas (p. ej., riñón en esponja, ciertos fármacos, como la anfotericina B, y circunstancias secundarias a la obstrucción urinaria). Al igual que las for- mas heredadas de ATR proximal, las formas heredadas de ATR son infrecuentes. Se han identificado tanto formas autosómicas dominantes como recesivas de ATR distal. Una forma autosómica dominante resulta de mutaciones en el gen codificante del intercambiador Cl–-HCO3– (AE-1) en la membrana basolateral de las células intercaladas secretoras de ácido. Las formas autosómicas recesivas están causadas por mutaciones en varias subunidades de la H+-ATpasa. En algunos pacientes con síndrome de Sjögren, una enferme- dad autoinmunitaria, se desarrolla ATR distal como resulta- do de anticuerpos dirigidos contra la H+-ATpasa. por último, la secreción de H+ por los túbulos distal y colector puede ser normal, pero la permeabilidad de las células al H+ está au- mentada. Esto ocurre con el fármaco antifúngico anfoteri- cina B, cuya administración también conduce al desarrollo de ATR distal. Independientemente de la causa de ATR dis- tal, la capacidad para acidificar el líquido tubular en los tú- bulos distal y colector está empeorada. En consecuencia, la excreción de ácido titulable y NH4+ está reducida. Esto, a su vez, disminuye la excreción neta de ácido, con el consi- guiente desarrollo de acidosis. 36-636-650kpen.indd 645 24/2/09 10:45:16 http://booksmedicos.org 646 Berne y Levy. Fisiología para defenderse del cambio del pH del LEC. Estos meca- nismos de defensa no corrigen la alteración acidobásica sino que, simplemente, minimizan el cambio en el pH oca- sionado por la alteración. La restauración del pH sanguí- neo a su valor normal requiere la corrección del proceso o procesos subyacentes que produjeron la alteración aci- dobásica. El organismo cuenta con tres mecanismos ge- nerales para compensar o defenderse contra los cambios del pH del líquido corporal producidos por las alteracio- nes acidobásicas: a) tamponamiento intracelular y extra- celular; b) ajustes en la Pco2 de la sangre mediante modi- ficaciones del índice respiratorio de los pulmones, y c) ajustes en la excreción neta de ácido renal. Tampones intracelulares y extracelulares La primera línea de defensa contra las alteraciones del equilibrio acidobásico es el tamponamiento intracelular y extracelular. La respuesta de los tampones extracelula- res es prácticamente instantánea, mientras que la res- puesta a los tampones intracelulares es más lenta y pue- de tardar varios minutos. Las alteraciones metabólicas que resultan de añadir un ácido o una base no volátiles se tamponan tanto en el compartimento del LEC como en el del LIC. El sistema tampón HCO3– es el principal tampón del LEC. Cuando se añade un ácido no volátil a los líquidos corporales (o se pierde una base desde el organismo), se consume HCO3– durante el proceso de neutralización de la carga de áci- do. A la inversa, cuando una base no volátil se añade a los líquidos corporales (o un ácido se pierde desde el organismo), se consume H+, lo cual provoca que se pro- duzca más HCO3– a partir de la disociación del H2CO3. En consecuencia, la [HCO3–] se incrementa. Aunque el sistema tampón de HCO3– es el tampón principal, el Pi y las proteínas plasmáticas suministran un tampón extracelular adicional. La acción combinada de los tampones HCO3–, Pi y proteínas del plasma supo- nen aproximadamente el 50% del efecto tampón para una carga de ácido no volátil, y el 70 % para una carga de base no volátil. El resto del efecto tampón bajo estas dos condiciones se produce intracelularmente. El efecto tampón intracelular implica el movimiento de H+ hacia las células (durante el tamponamiento de un ácido no volátil) o el movimiento de H+ fuera de las células (du- rante el tamponamiento de una base no volátil). El H+ se titula dentro de la célula mediante HCO3–, Pi y los grupos de la histidina de las proteínas. El hueso representa una fuente adicional de tampón extracelular. Con acidosis, el efecto tampón del hueso provoca su desmineralización, ya que el Ca++ se libera desde el hueso como sales que contienen Ca++, que se unen al H+, cambiándolo por Ca++. Cuando se producen alteraciones respiratorias del equilibrio acidobásico, el pH del líquido corporal cambia como resultado de alteraciones en la Pco2. Prácticamente todo el efecto tampón en las alteraciones del equilibrio acidobásicas respiratorias se produce intracelularmente. Cuando la Pco2 se eleva (acidosis respiratoria) el CO2 se mueve hacia la célula, donde se combina con el H2O para formar H2CO3, el cual luego se disocia en H+ y HCO3–. Par- te del H+ es tamponado por la proteína celular, y el HCO3– sale de la célula y eleva la [HCO3–] del LEC (la [H+] también se incrementa). El proceso es el opuesto cuando la Pco2 está reducida (alcalosis respiratoria). Bajo esta circuns- tancia, la reacción de hidratación (H2O + CO2 ↔ H2CO3) se desvía a la izquierda por el descenso en la Pco2. Como resultado, la reacción de disociación (H2CO3 ↔ H+ + HCO3–) también se desvía hacia la izquierda, reduciendo de esta manera la [HCO3–] del LEC (la [H+] también disminuye). Por tanto, los cambios asociados con el CO2 en la [HCO3–] del LEC minimizan el cambio del pH. Compensación respiratoria Los pulmones son la segunda línea de defensa contra las alteraciones del equilibrio acidobásico. Como indica la ecuación de Henderson-Hasselbalch (ecuación 36-3), los cambios en la Pco2 alteran el pH de la sangre: una eleva- ción disminuye el pH, y una reducción incrementa el pH. La frecuencia respiratoria determina la Pco2. El au- mento de la ventilación disminuye la Pco2, mientras que el descenso de la ventilación la incrementa. La Pco2 y el pH de la sangre son importantes reguladores de la fre- cuencia respiratoria. Los quimiorreceptores localizados en el tronco encefálico (cara anterior de la médula) y periféricos (cuerpos carotídeos y aórticos) son sensi- bles a los cambios de la Pco2 y la [H+], y alteran la fre- cuencia respiratoria de forma apropiada. De esta mane- ra, cuando tiene lugar la acidosis metabólica, una elevación de la [H+] (disminución del pH) incrementa la frecuencia respiratoria. Con la hiperventilación máxima, laPco2 puede reducirse aproximadamente a 10 mmHg. Dado que la hipoxia, un potente estimulador de la ven- tilación, también se desarrolla con la hipoventilación, el grado al cual la Pco2 se puede incrementar es limitado. En un individuo por otro lado sano, la hipoventilación no puede elevar la Pco2 por encima de 60 mmHg. La res- puesta respiratoria a las alteraciones metabólicas del equilibrio acidobásico puede iniciarse en minutos, pero podría requerir varias horas para completarse. Compensación renal Una tercera línea de defensa contra las alteraciones del equilibrio acidobásico la constituyen los riñones. En res- puesta a una alteración en el pH y la Pco2 del plasma, los riñones realizan los ajustes apropiados en la excreción de HCO3– y de ácido neto. La respuesta renal puede re- querir varios días hasta conseguirla completamente, ya que precisa de horas a días para incrementar la síntesis y actividad de las enzimas del túbulo proximal implica- das en la producción de NH4+. En caso de acidosis ([H+] o Pco2 incrementados), la secreción de H+ por la nefrona se estimula, y la carga filtrada de HCO3– entera es reabsorbi- da. La excreción del ácido titulable aumenta, la produc- ción y excreción de NH4+ también son estimuladas, y la excreción neta de ácido por los riñones, por tanto, au- AplicAción clínicA La acidosis metabólica puede desarrollarse en los pacien- tes diabéticos insulino dependientes debido a la produc- ción de cetoácidos, si la dosis de insulina no es adecuada. Como respuesta compensadora a la acidosis, se desarrolla una respiración rápida y profunda. Con una respiración de Kussmaul prolongada, los músculos implicados pueden llegar a fatigarse. Cuando se produce la fatiga, la com- pensación respiratoria empeora y la acidosis puede llegar a ser más importante. 36-636-650kpen.indd 646 24/2/09 10:45:17 http://booksmedicos.org Capítulo 36 Papel de los riñones en la regulación del equilibrio acidobásico 647 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . ● Tabla 36-2. Características de las alteraciones simples del equilibrio acidobásico Enfermedad pH del plasma Alteración primaria Mecanismos de defensa Acidosis metabólica ↓ ↓[HCO3 –] del LEC Tampones de los LIC y LEC Hiperventilación (↓Pco2) ↑ de la ENA renal Alcalosis metabólica ↑ ↑[HCO3 –] del LEC Tampones de los LIC y LEC Hipoventilación (↑Pco2) ↓ de la ENA renal Acidosis respiratoria ↓ ↑Pco2 Tampones del LIC ↑ de la ENA renal Alcalosis respiratoria ↑ ↓Pco2 Tampones del LIC ↓ de la ENA renal LEC: líquido extracelular; LIC: líquido intracelular; ENA: excreción neta de ácido. menta (ecuación 36-7). El nuevo HCO3– generado durante el proceso de excreción neta de ácido se añade al orga- nismo, y la [HCO3–] se incrementa. Cuando existe alcalosis ([H+] o Pco2 disminuidas), la car- ga filtrada de HCO3– se incrementa (la [HCO3–] del plasma está elevada), y la secreción de H+ por la nefrona se inhibe. Como resultado, la excreción neta de HCO3– se incrementa, y la excreción de ácido titulable y NH4+ disminuye. Así, la excreción neta de ácido desciende, y el HCO3– aparece en la orina. Además, parte del HCO3– se excreta por la orina por las células intercaladas secretoras de HCO3– de los túbulos distal y colector. Con el aumento de la excreción de HCO3–, la [HCO3–] del plasma disminuye. ALTERACIONES SIMPLES DEL EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO En la tabla 36-2 se resumen las principales alteraciones y los posteriores mecanismos de defensa compensadores de las diferentes alteraciones simples del equilibrio acido- básico. En todas las alteraciones del equilibrio acidobási- co la respuesta compensadora no corrige la enfermedad subyacente, sino que simplemente reduce la magnitud del cambio del pH. La corrección de la alteración del equili- brio acidobásico requiere el tratamiento de su causa. Tipos de alteraciones del equilibrio acidobásico Acidosis metabólica La acidosis metabólica se caracteriza por un descenso de la [HCO3–] en el LEC y del pH. Puede desarrollarse median- te la adición de un ácido no volátil al organismo (p. ej., cetoacidosis diabética), una pérdida de una base no volá- til (p. ej., pérdida de HCO3– causada por diarrea) o el fallo de los riñones para excretar el suficiente ácido neto para recuperar el HCO3– utilizado para neutralizar los ácidos no volátiles (p. ej., acidosis tubular renal, insuficiencia renal). Como previamente se describió, el tamponamiento de H+ se produce tanto en los compartimentos del LEC como del LIC. Cuando el pH desciende, los centros respiratorios son estimulados, y la frecuencia respiratoria se incremen- ta (compensación respiratoria). Ésta reduce la Pco2, la cual minimiza la caída del pH del plasma. En general, hay un descenso de 1,2 mmHg de la Pco2 por cada 1 mEq/l de caída de la [HCO3–] en el LEC. Así, si la [HCO3–] se redujera a 14 mEq/l desde un valor normal de 24 mEq/l, el descen- so esperado de la Pco2 sería de 12 mmHg, y la Pco2, medida se reduciría hasta 28 mmHg (Pco2 normal = 40 mmHg). Finalmente, en la acidosis metabólica la excreción re- nal neta de ácido se incrementa. Esto tiene lugar median- te la eliminación de todo el HCO3– de la orina (aumento de la reabsorción del HCO3– filtrado) y mediante la excre- ción de ácido titulable y NH4 (aumento de la producción de nuevo HCO3–). Si se corrige el proceso que inició la alteración del equilibrio acidobásico, el aumento de la excreción neta de ácido por los riñones finalmente retor- nará el pH y la [HCO3–] a sus valores normales. Después de la corrección del pH, la frecuencia respiratoria tam- bién vuelve a la normalidad. Alcalosis metabólica La alcalosis metabólica se caracteriza por una [HCO3–] y un pH del LEC elevados. Puede ocurrir mediante la adi- ción de una base no volátil al organismo (p. ej., ingestión de antiácidos), como resultado de una contracción de volumen (p. ej., hemorragia), o, con mayor frecuencia, por la pérdida de ácido no volátil (p. ej., pérdida de HCl gástrico debido a vómitos prolongados). El efecto tam- pón se produce predominantemente en el compartimen- to del LEC y, en menor grado, en el compartimento del LIC. El incremento del pH inhibe los centros respirato- AplicAción clínicA La pérdida de contenido gástrico del organismo (p. ej., vó- mitos, aspiración nasogástrica) produce alcalosis metabóli- ca secundaria a la pérdida de HCl. Si la pérdida de líquido gástrico es significativa, tiene lugar la contracción de volu- men del LEC. Bajo esta circunstancia, los riñones no pue- den excretar suficientes cantidades de HCO3– para com- pensar la alcalosis metabólica. La excreción de HCO3– se encuentra empeorada debido a que la contracción de volu- men del LEC reduce la carga filtrada de HCO3– (la GFR está disminuida) y estimula la reabsorción de HCO3– por la ne- frona. La contracción de volumen del LEC estimula la reab- sorción de HCO3– debido a la necesidad de los riñones de reducir la excreción de Na+ (v. capítulo 34). De esta manera, como respuesta a la contracción de volumen del LEC, la reabsorción de Na+ por el túbulo proximal aumenta y los niveles de aldosterona están incrementados. Estas respues- tas, a su vez, limitan la excreción de HCO3– ya que una significativa cantidad de la reabsorción de Na+ en el túbulo proximal está unida a la secreción de H+ mediante el inter- cambiador Na+-H+. Como resultado, el HCO3– se reabsorbe debido a la necesidad de reducir la excreción de Na+. Ade- más, los niveles de aldosterona elevados estimulan no sola- mente la reabsorción de Na+ sino también la secreción de H+ por los túbulos distal y colector. por ello, en los indivi- duos con pérdidas de contenido gástrico, la alcalosis meta- bólica se observa en el contexto de una orina paradójica- mente ácida. La corrección de la alcalosis únicamente se produce cuando se establece de nuevo la normovolemia. Con la restauración de la normovolemia, la carga filtrada de HCO3– se incrementa (laGFR aumenta), y la reabsorción de HCO3– por el túbulo proximal disminuye, como ocurre con la secreción de H+ por los túbulos distal y colector. Como resultado, la excreción de HCO3– se incrementa, y la [HCO3–] del LEC vuelve a la normalidad. + 36-636-650kpen.indd 647 24/2/09 10:45:18 http://booksmedicos.org 648 Berne y Levy. Fisiología rios, se reduce la frecuencia respiratoria y, de esta mane- ra, se eleva la Pco2 (compensación respiratoria). Con una compensación respiratoria apropiada, puede esperarse un incremento en la Pco2 de 0,7 mmHg por cada 1 mEq/l de elevación de la [HCO3–] del LEC. La principal respuesta compensadora a la alcalosis me- tabólica es el incremento de la excreción de HCO3– median- te la reducción de su reabsorción a lo largo de la nefrona. La excreción de ácido titulable y NH4+ también se reduce. Habitualmente, esto se produce con bastante rapidez (de minutos a horas) y efectividad. Sin embargo, como ya se ha apuntado, cuando la alcalosis se acompaña de una con- tracción de volumen del LEC (p. ej., vómitos en los cuales la pérdida de líquido ocurre con pérdida de H+), la excre- ción de HCO3– empeora. En individuos con contracción de volumen del LEC, la excreción renal de HCO3– está aumen- tada, y la alcalosis sólo se corrige con la restauración de la volemia. El aumento de excreción de HCO3– retorna de ma- nera eventual el pH y la [HCO3–] a los valores normales, siempre que la causa subyacente de la alteración del equi- librio acidobásico sea corregida. Cuando se corrige el pH, la frecuencia respiratoria también vuelve a la normalidad. Acidosis respiratoria La acidosis respiratoria se caracteriza por una Pco2 ele- vada y una disminución de pH del LEC. Resulta de la dis- minución del intercambio de gas a través del alveolo como resultado de o bien una ventilación inadecuada (p. ej., depresión de los centros respiratorios induci- da por fármacos), o bien una difusión de gases disminuida (p. ej., edema pulmonar, como aparece en la enfermedad cardiovascular o pulmonar). Al contrario de las altera- ciones metabólicas, el efecto tampón durante la acidosis respiratoria tiene lugar casi completamente en el com- partimento del LIC. El incremento de la Pco2 y el descen- so del pH estimulan tanto la reabsorción de HCO3– por la nefrona como la excreción de ácido titulable y NH4+ (com- pensación renal). Juntas, estas respuestas incrementan la excreción neta de ácido y generan nuevo HCO3–. Hasta que la respuesta compensadora renal tiene lugar, trans- curren varios días. Por tanto, las alteraciones respirato- rias del equilibrio acidobásico usualmente se dividen en fases aguda y crónica. En la fase aguda, el tiempo necesa- rio para que la respuesta compensadora renal tenga efecto es insuficiente, y el organismo cuenta con el efec- to tampón del LIC para minimizar el cambio del pH. Du- rante esta fase, y debido a este efecto tampón, hay un incremento de 1 mEq/l de la [HCO3–] del LEC por cada 10 mmHg de aumento de la Pco2. En la fase crónica, la compensación renal tiene lugar, y se produce un incremen- to de 3,5 mEq/l de la [HCO3–] del LEC por cada 10 mmHg de aumento de la Pco2. La corrección de la alteración subya- cente devuelve la Pco2 a su valor normal, y la excreción neta de ácido renal disminuye a su nivel inicial. Alcalosis respiratoria La alcalosis respiratoria se caracteriza por una Pco2 disminuida y un pH del LEC elevado. Resulta del inter- cambio elevado de gas en los pulmones, causado gene- ralmente por un aumento de la ventilación derivado de la estimulación de los centros respiratorios (p. ej., media- do por fármacos, o enfermedades del SNC). La hiper- ventilación también se produce con la altitud y como resultado de la ansiedad, el dolor o el miedo. Como se ha apuntado, el efecto tampón generalmente tiene lu- gar en el compartimiento del LIC. Como con la acidosis respiratoria, la alcalosis respiratoria tiene una fase aguda y otra crónica que reflejan el tiempo requerido para que se produzca la compensación renal. En la fase aguda de la alcalosis respiratoria, que refleja el efecto tampón intracelular, la [HCO3–] del LEC disminuye 2 mEq/l por cada 10 mmHg de descenso de la Pco2. Con la com- pensación renal, la elevación del pH y la reducción de la Pco2 inhiben la reabsorción de HCO3– por la nefrona y reducen la excreción de ácido titulable y NH4+. Como resultado de estos dos efectos, se reduce la excreción neta de ácido. Con la compensación renal completa hay un descenso esperado de 5 mEq/l de la [HCO3–] del LEC por cada 10 mmHg de la Pco2. La corrección de la alteración subyacente devuelve la Pco2 a su valor nor- mal, y la excreción renal de ácido se incrementa hasta su nivel inicial. Análisis de las alteraciones del equilibrio acidobásico El análisis de las alteraciones del equilibrio acidobásico está dirigido a identificar la causa subyacente de forma que se pueda iniciar un tratamiento apropiado. La histo- ria médica del paciente y los hallazgos físicos asociados con frecuencia suministran conclusiones valorables so- bre la naturaleza y el origen de una alteración del equili- AplicAción clínicA Cuando un ácido no volátil se añade a los líquidos corpora- les, como en la cetoacidosis diabética, la [H+] se incre- menta (el pH desciende), y la [HCO3–] disminuye. Además, la concentración del anión asociado con el ácido no volátil se incrementa. Este cambio en la concentración del anión proporciona una manera práctica de analizar la causa de la acidosis metabólica mediante el cálculo de lo que se deno- mina anión gap. El anión gap representa la diferencia en- tre la concentración del catión más abundante del LEC (Na+) y los aniones más abundantes del LEC (Cl– y HCO3–): Anión gap = [Na+] - ([Cl–] + [HCO3–]) En condiciones normales, el anión gap oscila entre 8 y 16 mEq/l. Es importante reconocer que un anión gap real- mente está presente. Todos los cationes son equilibrados por aniones. El gap simplemente refleja los parámetros que son medidos. En realidad: [Na+] + [cationes no medidos] = [Cl–] + [HCO3–] + [aniones no medidos] Si el anión del ácido no volátil es el Cl–, el anión gap será normal. (Esto es, el descenso de la [HCO3–] se compensa con un incremento de la [Cl–].) La acidosis metabólica aso- ciada con diarrea o acidosis tubular renal tiene un anión gap renal normal. por el contrario, si el anión del ácido no volátil no es el Cl– (p. ej., lactato, β-hidroxibutirato) el anión gap se incrementará (p. ej., el descenso de la [HCO3–] no se compensa por un incremento de la [Cl–] sino por un aumento de la concentración de un anión no medido). El anión gap aumenta en la acidosis metabólica asociada con insuficiencia renal, diabetes mellitus (cetoacidosis), acidosis láctica y con la ingestión de dosis altas de aspirina. por tanto, el cálculo del anión gap es una manera útil de identificar la causa de la acidosis metabólica en el marco de la clínica. 36-636-650kpen.indd 648 24/2/09 10:45:19 http://booksmedicos.org Capítulo 36 Papel de los riñones en la regulación del equilibrio acidobásico 649 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . Muestra de sangre arterial Alcalosis respiratoria Alcalosis metabólica Acidosis respiratoria Acidosis metabólica Compensación renal Compensación respiratoria * 0,7 mmHg ↑ PCO2 por 1 mEq/l ↑ en [HCO –] [HCO3 –] < 24 mEq/lPCO2 > 40 mmHg[HCO3 –] > 24 mEq/l [HCO–3] < 24 mEq/l PCO2 < 40 mmHg Acidosis Alcalosis pH > 7,40pH < 7,40 3 * 5 mEq/l ↓ [HCO3–] por 10 mmHg ↓ en PCO2 Compensación renal Compensación respiratoria * 1,2 mmHg ↓ PCO2 por 1 mEq/l ↓ en [HCO –]3 * 3,5 mEq/l ↑ [HCO3–] por 10 mmHg ↑ en PCO2 PCO2 > 40 mmHg PCO2 < 40 mmHg[HCO3 –] > 24 mEq/l * Si la respuesta compensadora no es apropiada, se debe sospechar una alteración mixta del equilibrio acidobásico. ● Figura 36-6. planteamiento para el análisis de las alteraciones simples del equili- brio acidobásico.brio acidobásico. Además, con frecuencia se requiere el análisis de una muestra de sangre. Este análisis es senci- llo si se enfoca de forma metódica. Por ejemplo, conside- rar los datos siguientes: pH = 7,35 [HCO3–] = 16 mEq/l Pco2 = 30 mmHg La alteración del equilibrio acidobásico representado por estos valores, o cualquier otro conjunto de valores, puede determinarse utilizando el siguiente planteamien- to de tres pasos (fig. 36-6): 1. Evaluación del pH. Cuando el pH se considera primero, la alteración subyacente puede clasificarse como una acidosis o bien como una alcalosis. El mecanismo de de- fensa del organismo no puede corregir la alteración del equilibrio acidobásico por sí mismo. Por tanto, incluso si los mecanismos de defensa son completamente ope- rativos, el cambio del pH indica la alteración acidobásica. En el ejemplo facilitado, un pH de 7,35 indica acidosis. 2. Determinación de una alteración metabólica frente a una respiratoria. Las alteraciones simples del equili- brio acidobásico son metabólicas o respiratorias. Para determinar qué alteración está presente, el mé- dico debe examinar después la [HCO3–] del LEC y la Pco2. Como se ha indicado previamente, la acidosis puede ser el resultado de un descenso de la [HCO3–] (metabólica) o de un incremento de la Pco2 (respira- toria). Por otro lado, la alcalosis podría ser el resulta- do de un incremento de la [HCO3–] del LEC (metabó- lica) o de un descenso de la Pco2 (respiratoria). Para el ejemplo facilitado, la [HCO3–] del LEC está reducida (normal = 24 mEq/l), así como la Pco2 (normal = 40 mmHg). La alteración debe ser, por tanto, una acidosis meta- bólica; no puede ser una acidosis respiratoria, ya que la Pco2 se halla disminuida. 3. Análisis de la respuesta compensadora. Las alteraciones metabólicas dan lugar a cambios compensadores de la ventilación y, por tanto, de la Pco2, mientras que las alteraciones respiratorias ocasionan cambios compen- sadores de la excreción renal neta de ácido y, de esta manera, de la [HCO3–] del LEC. En una acidosis meta- bólica compensada de forma apropiada, la Pco2 se en- cuentra disminuida, mientras que está elevada en una alcalosis metabólica compensada. Con la acidosis res- piratoria, la compensación completa resulta en una elevación de la [HCO3–]. Inversamente, la [HCO3–] del LEC se reduce como respuesta a la alcalosis respirato- ria. En este ejemplo, la Pco2 está disminuida y la magni- tud de esta reducción (descenso de 10 mmHg en la Pco2 para un incremento de 8 mEq/l de la [HCO3–] del LEC) es la esperada (fig. 36-6). Por tanto, la alteración del equilibrio acidobásico es una acidosis metabólica sim- ple con una compensación respiratoria adecuada. Si la respuesta compensadora apropiada no está pre- sente, se debe sospechar una alteración mixta del equi- librio acidobásico. Esta alteración refleja la presencia de dos o más causas subyacentes. Una alteración mixta se debe sospechar cuando el análisis de gases de la sangre arterial indica que la compensación apropiada no ha te- nido lugar. Por ejemplo, considerar los datos siguientes: pH = 6,96 [HCO3–] = 12 mEq/l Pco2 = 55 mmHg Cuando se sigue el planteamiento de tres pasos, es evi- dente que la alteración es una acidosis que tiene un com- ponente metabólico ([HCO3–] del LEC < 24 mEq/l) y un componente respiratorio (Pco2 > 40 mmHg). Por tanto, 36-636-650kpen.indd 649 24/2/09 10:45:22 http://booksmedicos.org 650 Berne y Levy. Fisiología esta alteración es mixta. Las alteraciones mixtas del equi- librio acidobásico pueden producirse, por ejemplo, en un individuo con una historia de enfermedad pulmonar cró- nica, como un enfisema (p. ej., acidosis respiratoria crónica) en el cual se desarrolla una enfermedad gastro- intestinal aguda con diarrea. Dado que el líquido de la diarrea contiene HCO3–, su pérdida desde el organismo ocasiona el desarrollo de una acidosis metabólica. Una alteración mixta del equilibrio acidobásico tam- bién es posible cuando un paciente tiene unos valores de Pco2 y [HCO3–] del LEC anormales, pero un pH normal. Esta circunstancia puede desarrollarse en un paciente que ha ingerido una gran cantidad de aspirina. El ácido acetilsalicílico (componente activo de la aspirina) pro- duce acidosis metabólica y, al mismo tiempo, estimula los centros respiratorios y causa hiperventilación y al- calosis respiratoria. Por ello, el paciente tiene unas [HCO3–] del LEC y Pco2 disminuidas. (Nota: la Pco2 es más baja de lo que ocurriría con la compensación respirato- ria normal de una acidosis metabólica). ■ CONCEPTOS fUNDAMENTALES 1. Los riñones mantienen el equilibrio acidobásico a tra- vés de la excreción de una cantidad de ácido igual a la cantidad de ácido no volátil producido por el meta- bolismo y la cantidad ingerida con la dieta. Los riño- nes también previenen la pérdida de HCO3– mediante la reabsorción de prácticamente todo el HCO3– filtrado en el glomérulo. Ambos, la reabsorción del HCO3– fil- trado y la excreción del ácido, se logran a través de la secreción de H+ por la nefrona. El ácido es excreta- do por los riñones en forma de ácido titulable (prin- cipalmente, como Pi) y NH4+. La excreción tanto de ácido titulable como de NH4+ resulta en la generación de nuevo HCO3–, el cual repleciona el HCO3– del LEC durante la neutralización de los ácidos no volátiles. 2. El organismo utiliza tres líneas de defensa para dis- minuir el impacto de las alteraciones acidobásicas en el pH del líquido orgánico: a) tamponamiento del LEC y el LIC; b) compensación respiratoria, y c) com- pensación renal. 3. Las alteraciones metabólicas del equilibrio acidobási- co están causadas por alteraciones primarias de la [HCO3–] del LEC, la cual a su vez resulta de la adición de ácido o de la pérdida de base desde el organismo. Como respuesta a la acidosis metabólica, la ventila- ción pulmonar se incrementa, y ello disminuye la Pco2, y aumenta la excreción renal neta de ácido. Un incre- mento de la [HCO3–] del LEC causa alcalosis. Esto dis- minuye la ventilación pulmonar, que eleva la Pco2. La respuesta pulmonar a las alteraciones metabólicas acidobásicas se produce en cuestión de minutos. La excreción renal neta de ácido también disminuye. Esta respuesta puede precisar varios días. 4. Las alteraciones acidobásicas respiratorias resultan de alteraciones primarias de la Pco2. La elevación de la Pco2 produce acidosis, y el riñón responde con un incremento de la excreción neta de ácido. Inversa- mente, una reducción de la Pco2 produce alcalosis, y la excreción renal neta de ácido se reduce. Los riño- nes responden a las alteraciones del equilibrio acido- básico en un período de varias horas a días. 36-636-650kpen.indd 650 24/2/09 10:45:23 http://booksmedicos.org Botón1:
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