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Lesiones por electricidad

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Lesiones por electricidad. ElectrocuciónMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 200 | 1743
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
• Las lesiones por electricidad son bastante frecuentes y en la mayoría de las ocasiones son
prevenibles. Pueden ser provocadas por fenómenos de origen natural (rayos) o por expo-
sición accidental a la corriente eléctrica (doméstica o industrial).
• La electricidad puede provocar lesiones muy variables sobre el organismo, que pueden
oscilar desde una sensación desagradable ante una exposición breve de baja intensidad,
hasta la muerte súbita por electrocución.
• Definimos como riesgo eléctrico la posibilidad de circulación de la corriente eléctrica a tra-
vés del cuerpo humano, transformándose este en conductor, que pasa así a formar parte
del circuito eléctrico.
• La gravedad de la lesión eléctrica depende de varios factores:
– Tipo de corriente: alterna (doméstica) o continua (industrial). La corriente alterna suele
ser más peligrosa, ya que produce una contracción muscular tetánica que prolonga
el tiempo de exposición y aumenta la posibilidad de fibrilación ventricular (FV). La co-
rriente alterna produce lesiones a nivel cardiaco y nervioso; mientras que la corriente
continua provoca lesiones por calentamiento y onda expansiva.
– Intensidad o carga eléctrica (en amperios): depende del voltaje y de la resistencia de los 
tejidos al paso de la corriente, provocando lesiones mayores a mayor voltaje y menor
resistencia.
– Voltaje: es la potencia de la corriente. A mayor voltaje, más daño.
– Resistencia tisular: es el obstáculo que existe al flujo eléctrico y está relacionado con la
cantidad de agua de los tejidos. Distinguimos así una resistencia:
- Baja: nervios, sangre, mucosas y vísceras.
- Media: piel húmeda.
- Alta: tendones, grasa, huesos y piel gruesa y seca.
– Tiempo de exposición: a mayor duración, mayor gravedad.
– Trayectoria de la corriente: en general, son peores los trayectos horizontales (brazo-bra-
zo) que los verticales (hombro-pierna), ya que los primeros atraviesan el tórax y el
cráneo. Los puntos de entrada y de salida más frecuentes son mano, cabeza y los pies,
en ese orden.
• En el caso de asistencia a una electrocución se debe extremar la autoprotección del equipo 
de reanimadores y no hacer ninguna excepción si mantiene contacto con la fuente eléctri-
ca activa. Se evitará la aproximación a la víctima hasta asegurarnos que se ha interrumpido 
el suministro de corriente en ese punto, por el elevado riesgo de arco eléctrico a distancia.
LESIONES 
POR ELECTRICIDAD. 
ELECTROCUCIÓN
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1744 | Capítulo 200
FISIOPATOLOGÍA
Hay diferentes mecanismos mediante los cuales se producen las lesiones por electricidad:
• Térmico: conversión de energía eléctrica a energía térmica, responsable de quemaduras y 
necrosis tisular.
• Electroquímico: alteración del potencial de la membrana celular que provoca edema y 
daño celular irreversible.
• Mecánico: politraumatismos por onda expansiva y lesiones por desplazamiento de objetos 
cercanos tras el impacto de un rayo contra el suelo (sidesplash). 
CLÍNICA
• Piel: generalmente se producen quemaduras de poca extensión, pero de profundidad 
variable. Es importante identificar el punto de entrada y de salida de la corriente. Las 
quemaduras pueden ser:
 – Por arco eléctrico: la corriente se extiende por la piel y provoca el incendio de la ropa. 
Provoca quemaduras graves en la piel. 
 – Por llamarada: superficiales por duración corta. 
 – Por calentamiento: produce destrucción tisular masiva, coagulación y necrosis tisular, la 
cual lleva a provocar rabdomiólisis. 
 – De contacto (entrada-salida): es la más frecuente. Presenta un centro seco y deprimido 
y un halo blanquecino de necrosis a su alrededor. 
• Cardiovascular: generalmente produce arritmias (hasta 15 %) en general benignas, que 
se resuelven espontáneamente en la mayoría de los casos. Proporcionalmente a la intensi-
dad de la corriente, pueden aparecer arritmias malignas como FV y asistolia (más frecuen-
te en trayectos horizontales). 
 El daño miocárdico, aunque poco frecuente, se manifiesta como contusión cardiaca, infar-
to, espasmo coronario o rotura miocárdica. 
• Pulmonar: las lesiones directas en parénquima pulmonar y vía respiratoria son poco fre-
cuentes. Lo más frecuente es la parada respiratoria que se puede producir por daño a nivel 
del centro nervioso respiratorio o por contractura tetánica de la musculatura respiratoria. 
En ocasiones, pueden producirse contusiones pulmonares.
• Neurológica: 
 – Sistema nervioso central: pérdida de consciencia, de memoria, depresión respiratoria, 
encefalopatía hipóxica, lesiones medulares, hemorragias cerebrales o subaracnoidea, etc. 
 – Sistema nervioso periférico: alteraciones tanto a nivel motor como sensitivo y que pue-
den aparecer de forma tardía.
• Renal: insuficiencia renal aguda secundaria a necrosis tubular aguda principalmente por 
rabdomiólisis. 
• Músculo-esqueléticas: a nivel óseo pueden aparecer fracturas, luxaciones, lesiones ver-
tebrales, síndrome compartimental, etc. El tejido muscular puede sufrir necrosis y síndro-
me compartimental.
• Metabólicas: trastornos hidroelectrolíticos. 
• Auditiva: perforación timpánica en el 50 % de los casos, sorderas neurosensorial o con-
ductiva.
 Lesiones por electricidad. ElectrocuciónMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
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• Oftálmica: midriasis fija o anisocorias por lesión autonómica; también es frecuente la 
catarata (aguda o tardía), el hipema, la hemorragia vítrea o la lesión del nervio óptico.
• Digestivas: vómitos, hemorragia digestiva, etc. Son poco frecuentes, pero su aparición 
complica el pronóstico del paciente.
ABORDAJE DEL PACIENTE
Las lesiones por electricidad requieren una atención particular, ya que pueden causar daños 
tardíos y lesiones profundas graves que no se corresponden con las lesiones superficiales que 
se aprecian en una primera valoración. Por ello, toda persona electrocutada debe conside-
rarse de entrada como un gran quemado y traumatizado potencialmente grave, por lo que 
la evaluación inicial se debe realizar según los criterios universales del ABCDE, del Advanced 
Trauma Life Support (ATLS) o del International Life Support (ITLS).
1. ATENCIÓN PREHOSPITALARIA (EVALUACIÓN PRIMARIA)
1.1. Garantizar la seguridad de la escena
Evitar acercarse al paciente si la corriente es de alto voltaje, ya que puede producirse un arco 
eléctrico. Interrumpir la fuente de energía si el paciente sigue en contacto con la corriente. 
Separar la victima por medio de elementos no conductivos (madera, plásticos, ropa seca, 
etc.). Quitar la ropa humeante para evitar quemaduras y que se produzca hipotermia. 
1.2. Evaluación inicial
• Nivel de consciencia: si el paciente está inconsciente debemos comenzar maniobras de 
reanimación de manera inmediata. La presencia de midriasis fija no se considera un cri-
terio diagnóstico ni pronóstico, y no representa un signo para detener la reanimación, 
dado que puede ser secundaria a la lesión autonómica producida por la corriente. Si el 
paciente está consciente, deberá evaluarse el estado hemodinámico, la diuresis y el nivel 
de consciencia de manera frecuente. Se monitorizará tan pronto como sea posible (ECG 
y saturación de O2) y se buscarán lesiones que puedan poner en peligro su vida. Si existe 
inestabilidad hemodinámica, se deben canalizar dos vías y vía central si precisa, y realizar 
reposición hidroelectrolítica. 
• Historia clínica: es importante preguntar sobre: tipo de corriente, tiempo de exposición, 
probable trayectoria, factores ambientales en la escena, área afectada, posibles síntomas 
que hagan sospechar afectación sistémica y antecedentes médicos del paciente.
• Exploración física: buscar quemaduras cutáneas intentando identificar las lesiones de en-
trada y de salida de la corriente (las “manchas eléctricas”). Estimación de las lesionesprofundas. Valoración minuciosa del estado neurológico. Valorar posibles fracturas, lu-
xaciones o lesiones dérmicas, así como pulsos arteriales y perfusión periférica. Descartar 
síndrome compartimental. Una vez realizada la evaluación primaria, se procede al traslado 
en bloque mediante el uso de collarín cervical y camilla de protección espinal.
2. TRATAMIENTO HOSPITALARIO 
• A la llegada del paciente al Servicio de Urgencias se actuará según el protocolo de aten-
ción al paciente politraumatizado. Se procederá con la evaluación secundaria a través de 
una exploración física detallada y organizada, desde la cabeza hasta los pies, en busca de 
lesiones ocultas y se mantendrá una monitorización constante de los signos vitales.
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
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• Valorar estado hemodinámico: control de signos vitales, monitorización electrocardiográ-
fica (se mantendrá 48 horas si anomalías en el ECG, antecedentes de enfermedad cardia-
ca, pérdida de consciencia, dolor torácico o lesión grave con ingreso), saturación de O2, 
control de diuresis mediante sondaje vesical y control del nivel de consciencia de manera 
frecuente. 
• Realizar IOT si PCR, escala del coma de Glasgow < 9, quemaduras extensas o quemaduras 
que afecten a cara y/o cuello. 
• Administrar O2 con reservorio a alto flujo. 
• Sueroterapia con Ringer Lactato o SSF a dosis tituladas con el objetivo de mantener una 
diuresis adecuada (alrededor de 100 ml/h en adultos y de 1,5 ml/kg/h en niños) y evitar un 
cuadro de insuficiencia renal aguda (sobre todo si presencia mioglobinuria o hematuria) 
y rabdomiólisis. La monitorización de iones debe ser exhaustiva y no debemos realizar 
terapias de reposición agresivas. No se debe añadir K+, ya que hay riesgo de provocar 
hiperpotasemia. En pacientes cuya lesión haya sido provocada por un rayo, debemos 
disminuir la sueroterapia, ya que presentan mayor riesgo de edema cerebral. 
• Analgesia: se utilizarán diferentes fármacos de la escala, tanto opiáceos como no opiá-
ceos, según la gravedad del paciente. 
• Protección gástrica: para prevenir aparición de úlceras de estrés.
• Dieta absoluta: puede ser necesaria la colocación de una sonda naso-gástrica (SNG) para 
evitar broncoaspiraciones, sobre todo si existencia o sospecha de íleo paralítico.
• Corrección de las alteraciones hidroelectrolíticas y del equilibrio ácido-base: si pH < 7,2 se 
deberá administrar bicarbonato i.m.
• Si convulsiones, tratar con midazolam (0,1 mg/kg) o diazepam (10 mg a 2 mg/min).
• Profilaxis antitetánica: en función del estado vacunal del paciente y del riesgo de infección 
por tétanos, de la herida que presente. 
• Tratamiento de las heridas: Cirugía Plástica debe valorar a estos pacientes para decidir 
la pauta del tratamiento óptimo y si es necesario el tratamiento quirúrgico. Las escaras 
deben desbridarse de manera precoz para disminuir el riesgo de sepsis por anaerobios. 
• Si se sospecha síndrome compartimental, deben realizarse escarotomías en el quirófano.
• El tratamiento antibiótico empírico es controvertido, no estando recomendado en estos 
momentos. 
CRITERIOS DE INGRESO
Criterios de ingreso en Medicina Intensiva (UCI): 
• Arritmias graves.
• Quemaduras extensas y/o de alto grado. 
• Alteraciones neurológicas, renales y/o metabólicas graves. 
• Paciente tras PCR recuperada. 
Criterios de ingreso en planta de hospitalización: 
• Pacientes con lesiones por alta tensión (> 1.000 V) que no precisen ingreso en UCI. 
• Pacientes con lesiones por baja tensión (< 1.000 V) y: 
 – Sospecha de flujo de corriente conductiva, en especial a través del tronco y cabeza.
 – Afectación multisistémica.
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 – Afectación neurovascular. 
 – Quemaduras con afectación del tejido celular subcutáneo.
 – Arritmias. 
 – Alteraciones en exploración física o pruebas complementarias.
 – Enfermedades de base importantes.
 – Circunstancias violentas o intento de autolisis.
 – Alteración del nivel de consciencia, convulsiones, focalidad neurológica.
 – Rabdomiolisis o insuficiencia renal.
 – Lesiones óseas, músculo-esqueléticas o quemaduras si lo considera el especialista.
Criterio de alta (tras 12 horas de observación):
Pacientes con lesiones por bajo voltaje, sin alteraciones en el ECG ni en el resto de las prue-
bas. 
BIBLIOGRAFÍA
Ayuso Aragonés MT, Rico Briñas M. Lesiones por electricidad. En: Bibiano Guillén C. Manual de Urgencias. 
3ª ed. Barcelona: Saned; 2018. p. 1462-68.
De Burgos Marín J, Jiménez Murillo L, Tirado Valencia C. Lesiones por electricidad. En: Jiménez Murillo L, 
Montero Pérez FJ, Aguilar Humanes F. Medicina de Urgencias y Emergencias: Guía diagnóstica y protoco-
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Lagares Abreu SC, Casal Codesido JR, Palomo de los Reyes MJ. En: Julián Jiménez A, coordinador. Manual 
de protocolos y actuación en Urgencias. 4a ed. Madrid: SANED; 2014. p. 1533-37.

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