Logo Studenta

ENFERMEDADES OCUPACIONALES PROVOCADAS POR CONTAMINANTES FÍSICOS Y QUÍMICOS

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

ENFERMEDADES OCUPACIONALES
PROVOCADAS POR CONTAMINANTES
FÍSICOS Y QUÍMICOS
Generalidades
Se denomina riesgo físico o químico a la posibilidad
de afectarse la salud de una persona debido a la acción
de un agente de naturaleza física o química.
Los agentes físicos que mayormente pueden afec-
tar al estomatólogo en su quehacer diario son el ruido,
la iluminación, ventilación y temperatura, y las radiacio-
nes ionizantes y no ionizantes.
En estomatología existen varios materiales denta-
les que constituyen potencialmente un riesgo químico,
ya sea porque no se cumplan las medidas de protec-
ción durante su manipulación como el mercurio o de-
bido a algún elemento de su composición capaz de
desencadenar reacciones alérgicas como es el caso
del acrílico, los polvos abrasivos, el eugenol, los jabo-
nes y antisépticos (derivados mercuriales, formaldehído,
yodo, fenoles, peróxido de benzoílo, entre otros), del
látex y la procaína contenida en algunos anestésicos
tópicos. De esta manera pueden originarse
intoxicaciones profesionales u ocupacionales por la pe-
netración de este agente a las vías respiratorias por la
inhalación, la vía digestiva y con menor frecuencia la
vía dérmica.
Agentes físicos
Ruido, elementos que lo provocan
en la consulta estomatológica
El ruido se define como un sonido indeseable, capaz
de producir irritabilidad, alteraciones auditivas e incluso
psíquicas.
Varias son las fuentes de ruido en la consulta
estomatológica, entre ellas destacan los aspiradores de
alta velocidad, instrumentos rotatorios, vibrador de amal-
gama, ultrasonidos y sala de máquinas (aspiración y
compresores) y la que con mayor frecuencia afecta
a estomatólogos y personal auxiliar, el ruido prove-
niente de las turbinas dentales (Fig. 33.1).
También existen fuentes de ruido en el laborato-
rio de prótesis como son los vibradores de escayola,
la recortadora de modelos, entre otros.
Enfermedades auditivas
La pérdida de la audición es común con la edad y
por lo general ocurre como consecuencia de distintos
agentes causales. Una situación de riesgo reconoci-
da es la exposición prolongada a niveles de ruido su-
periores a los 90 decibeles, que causa la denominada
sordera por ruido.
La sordera por ruido es la pérdida de la audición
debido a la exposición indebida a sonidos excesivos.
Se caracteriza por ser insidiosa, pues se inicia y cur-
sa lentamente y se suele diagnosticar cuando el daño
es irreversible.
Provoca aislamiento social y limita la eficacia en
el trabajo. Algunos síntomas relacionados con esta
condición son los “silbidos de oído” que en ciertos
Fig. 33.1. Elementos que producen ruido en la consulta
estomatológica.
https://booksmedicos.org
casos se vuelven permanentes y pueden estar ligados
a insomnio, irritación y llevar a la depresión.
En los estomatólogos que usan habitualmente tur-
binas dentales, el ruido provocado por las estas puede
ocasionar trastornos auditivos bajo la forma de trau-
matismo acústico.
La exposición al ruido se asocia a un tipo de pérdi-
da auditiva denominado hipoacusia neurosensorial.
Esta se deriva de la incapacidad del oído de servir como
transductor, no puede convertir el estímulo físico que
llega al oído interno en potencial nervioso y, por lo tanto,
este no es transmitido al cerebro para ser interpretado.
La pérdida de la audición implica el cambio en el
umbral auditivo detectado mediante audiometría, el cual
puede ser permanente o temporal. Respecto al cuadro
clínico usualmente presenta cuatro etapas:
 Primera etapa: coincide con los primeros días de
exposición al ruido. La persona puede presentar al
terminar la jornada tinnitus, sensación de presión
en los oídos, dolor de cabeza, cansancio y mareo.
 Segunda etapa: usualmente el único síntoma es la
tinnitus. Este periodo puede durar entre meses y
años, según el tipo de exposición y la susceptibili-
dad de la persona. El cuadro ya se ha instaurado,
pero solo se puede documentar mediante
audiometría.
 Tercera etapa: la persona empieza a percibir difi-
cultades en su audición, en especial si la intensidad
del sonido es baja.
 Cuarta etapa: la sensación de insuficiencia auditiva
es manifiesta.
La hipoacusia se puede clasificar de acuerdo con
el grado en:
 Normoacusia: menor que 20 dB.
 Hipoacusia leve: de 20 a 40 dB.
 Hipoacusia moderada: de 40 a 70 dB.
 Hipoacusia profunda: mayor que 90 dB.
El uso rutinario y frecuente de la pieza de alta ve-
locidad en estomatología data de la década de los 50
del siglo XX, aproximadamente. Desde hace algunas
décadas, bajo evidencias de daños en la audición de
los estomatólogos, se han realizado muchos estudios
para determinar una relación de tipo causa-efecto en-
tre los niveles de sonido y daño en la audición de los
odontólogos.
La intensidad del sonido provocado por la turbina
depende de cierto número de variables como factores
técnicos de fabricación, antigüedad, estado técnico en
que se hallan, entre otros.
Existen otras fuentes de sonido y ruido como
micromotores, compresores, motor de aspiración y
ultrasonidos, cuyo nivel está por debajo de la intensi-
dad necesaria para que se provoque una lesión auditiva.
Para que el ruido pueda ocasionar un trastorno
auditivo permanente deben coincidir varios factores
como son la intensidad y frecuencia del ruido emitido,
tiempo de exposición, continuidad de la exposición, dis-
tancia de la fuente sonora y susceptibilidad de la per-
sona expuesta.
El paciente afectado por un traumatismo acústico
puede no notar su problema al principio, ya que perci-
be bien los sonidos de la voz humana, no obstante tiene
dificultad para percibir sonidos débiles como el canto
de un grillo o una campanilla de teléfono algo distante.
Al progresar su afección le resulta difícil entender la
voz cuchicheada o conversar en ambientes ruidosos, y
si continúa expuesto al ruido, puede perder totalmente
la audición de los sonidos que corresponden a las fre-
cuencias afectadas.
Sin embargo, debe diferenciarse el traumatismo
acústico de la simple fatiga auditiva porque a pesar de
que en ambos casos el audiograma mostrará pérdida
auditiva, la segunda es recuperable después de un pe-
riodo de reposo, mientras que el primero es irreversi-
ble, ya que consiste en una lesión permanente del oído
interno (cóclea).
Los estudios realizados en distintas partes del mun-
do sobre el ruido emitido por las turbinas dentales y
sus efectos sobre el estomatólogo pueden clasificarse
en análisis del ruido, pruebas de fatiga y audiometrías
a grupos.
Así, Praml y colaboradores (1980) realizaron un
estudio para estimar el riesgo de sufrir daños auditivos
al utilizar turbinas dentales, encontrando en todos los
casos niveles de sonido por debajo de los 85 dB. Ade-
más, se encontraron niveles superiores a los 80 dB
solo en un tercio de los registros, correspondiendo es-
tos a turbinas dentales antiguas y en regular estado de
conservación.
Barrancos Mooney (1960) citó valores de 75 a 90 dB
para las turbinas, inferiores a 75 dB para contraángulos
multiplicadores y por debajo de los 70 dB en un mode-
lo de turbina de colchón de aire.
Las pruebas de fatiga que han sido realizadas de-
muestran que el ruido de las turbinas dentales provoca
una fatiga auditiva, con pérdida parcial de la audición
en los niveles de entre 2 000 y 8 000 ciclos. En las
personas sanas la audición se recupera después de un
lapso de descanso. No obstante, muchos autores coin-
ciden en afirmar que la exposición prolongada puede
https://booksmedicos.org
llevar al daño auditivo permanente como lo demues-
tran las audiometrías realizadas a grupos.
Taylor Pearson y Mair del Departamento de Salud 
Pública y Medicina Social de Escocia realizaron un 
estudio comparativo de audiometrías a grupos de 
estomatólogos que usaban turbinas dentales, otros que 
no las empleaban y maestros, que arrojó como resulta-
do una relación directa entre la pérdida auditiva y el 
uso de turbinas dentales.
Los efectos de los sonidos de tono elevado en la 
agudeza auditiva no solo incluyen la posibilidad de pro-
vocaefectos fisiológicos (pérdida de audición), sino 
también psicológicos (irritabilidad, estrés, pesadillas, 
menor capacidad de concentración, astenia, 
hiperreflexia, entre otros.
Además, el ruido de las turbinas puede influir en el 
desempeño del odontólogo, al obstaculizar la comuni-
cación con el paciente y el personal auxiliar, Mc Clellan 
realizó una investigación en la que analizó la relación 
entre el ruido en el consultorio odontológico y sus efec-
tos en la comunicación, midiendo el nivel de ruido en la 
oficina dental de un grupo de odontólogos estadouni-
denses y confeccionando un modelo de estimación de 
daño auditivo y analizando las interferencias del ruido 
en la comunicación.
Encontró que los niveles de ruido durante los pro-
cedimientos odontológicos resultan en un índice de 
articulación de 0,21 a 0,37, que corresponde a alrede-
dor del 18 a 48 % de las sílabas y a un 52 a 90 % de las 
oraciones.
El índice de articulación es un sistema desarrolla-
do por Bell Telephone Laboratories en la década de 
los 40 y mide la inteligibilidad de un sistema de trans-
misión del habla. Puede tomar valores de 0 (completa-
mente ininteligible) hasta 1 (inteligibilidad perfecta). Un 
índice de articulación de 0,3 o menor es considerado 
insatisfactorio, de 0,3 a 0,5 satisfactorio, de 0,5 a 0,7 
bueno, y mayor a 0,7 de muy bueno a excelente.
La intensidad del ruido disminuye con el cuadrado 
de la distancia, causa a la que se le ha atribuido el 
hecho de que algunos autores encuentren diferencias 
entre los niveles de pérdida de audición en el oído de-
recho e izquierdo del operador. Además, se ha com-
probado que la intensidad del ruido es mayor en el 
extremo de escape que en la cabeza de la turbina, este 
extremo se encuentra más cerca del oído derecho.
Si se revisan los últimos estudios sobre este tema 
se comprueba que son más los que defienden que no 
existen diferencias significativas entre los niveles 
auditivos de odontólogos y de diferentes grupos con-
troles, pero mientras no se reúnan pruebas suficientes
que demuestren que el oído del odontólogo no resulta
afectado por el ruido del consultorio odontológico, de-
ben observarse una serie de medidas higiénicas y de
prevención de esta patología, y que además disminu-
yen los efectos psicosomáticos que el ruido tiene so-
bre los distintos sistemas.
Prevención de las enfermedades auditivas
en el estomatólogo y personal auxiliar
Los aparatos de velocidad súper alta al funcionar,
provocan un ruido mucho más intenso y molesto que el
torno convencional. Este ruido alcanza su nivel más
alto en las turbinas y es un poco más atenuado en los
contraángulos multiplicadores.
Las turbinas de colchón de aire son un poco más
silenciosas que las de rulemanes, la manera más efec-
tiva de silenciar su funcionamiento consiste en reducir
su velocidad a los límites en que todavía mantengan su
eficacia de corte.
Se ha comprobado que el ruido generado por los
aparatos de velocidad súper alta, de la manera utiliza-
da por los dentistas, puede causar lesiones auditivas
permanentes, por lo tanto, es necesario tomar medidas
para contrarrestar el efecto que provoca no solo sobre
el oído, sino también sobre el sistema nervioso y el
estado anímico del operador:
 Evaluación personal: todos los odontólogos deben
ser sometidos a estudios audiométricos y otológicos
anuales.
 Descontaminación acústica o atenuación de ruido:
la principal forma de disminuir el nivel de ruido es
mantener en buen estado el equipo dental, engra-
sándolo diariamente de modo adecuado. La
reducción de superficies duras en el consultorio
mediante el recubrimiento de pisos, paredes y te-
chos, desciende el nivel de ruido ambiental, pues
disminuye la percusión de los sonidos. La música
ambiental enmascara los tonos más agudos y mo-
lestos de la turbina dental. Colocar los compresores
de aire, máquinas de aire acondicionado y otros
equipos que emitan ruido en zonas alejadas.
 Protección personal: la primera medida consiste
en guardar la distancia de protección con el área
de trabajo con la posición 0, en la que los ojos se
encuentran a unos 27 a 30 cm del área de trabajo,
y trabajar de manera intermitente procurando que
los periodos de silencio superen a los de ruido.
Existen tapones y amortiguadores de protección
personal que disminuyen el ruido en 30 a 35 dB y
no impiden la conversación normal, aunque tienen
como inconveniente que no permiten la adecuada
ventilación del oído y pueden ocasionar frecuen-
https://booksmedicos.org
tes irritaciones o infecciones y, aunque se ha afir-
mado que no impiden la conversación normal, lo
cierto es que originan trastornos de comunicación
con el paciente y el personal auxiliar, además se
ha planteado que en niveles superiores a los 8 000
ciclos la vibración actúa directamente por vía ósea,
lo cual limita su efectividad. Una norma general
de protección que siempre ha de tenerse en cuen-
ta es evitar en lo posible la exposición a otros ruidos
durante sus periodos de ocio.
Se puede considerar además el uso de otros ti-
pos de instrumentos alternativos a la turbina dental,
como los sistemas de aire abrasivo o el láser, que
para ciertos procedimientos odontológicos ofrecen
resultados equivalentes sin el riesgo potencial de trau-
ma acústico.
Iluminación, ventilación y temperatura
Iluminación
El sillón dental en la antigüedad solía situarse fren-
te a la ventana para que la luz iluminara la cara del
paciente, lo cual ya no es necesario gracias a las posi-
bilidades que ofrece la luz eléctrica.
Sin embargo, no se debe prescindir de esta ilumi-
nación natural, ya que ayuda a alegrar el ambiente,
posee efecto bactericida y estimula el trabajo del pro-
fesional, pero deben colocarse cortinas para disminuirla
un poco.
Esta luz natural debe complementarse con luz arti-
ficial, correctamente diseñada, que se mantenga en-
cendida todo el día y que cumpla estos requisitos:
 Iluminar todo el local, lo que permite el acceso de
los pacientes.
 Iluminar las superficies donde esté ubicado el ins-
trumental y los alrededores del sillón, con una
intensidad luminosa mayor que la anterior.
 Iluminar la boca del paciente, con una intensidad
mayor que las dos anteriores.
La intensidad de iluminación de todo el local debe
ser de 300 a 500 lux y se puede conseguir por medio
de franjas de tubos de luz fluorescente ubicados en el
techo, con las respectivas pantallas para lograr una
iluminación uniforme en todo el local.
La intensidad adecuada de las zonas aledañas al
instrumental y al sillón es de 600 a 1 000 lux, y se
puede lograr aumentando la concentración de los
tubos de luz por encima de las zonas que rodean al
sillón dental.
Para la intensidad requerida para iluminar la boca
del paciente (Fig. 33.2), la cual es de 4 000 a 8 000 lux,
se puede emplear reflectores específicos para ilumi-
nación bucal, por lo general, sobre la base de lámparas
de cuarzo-yodo o por medio de fuentes de luz
intrabucal, fibra óptica, luz intrabucal, entre otras.
 Fig. 33.2. Lámpara acoplada a la unidad dentaria para la ilumina-
ción bucal.
Si se utilizan tubos de luz fluorescente debe evitar-
se su parpadeo u oscilación y es conveniente combi-
nar tubos de diferentes colores para obtener una luz
semejante a la natural.
No debe haber mucha diferencia entre el nivel lu-
minoso de las diferentes áreas de un mismo local, ni
tampoco muebles u objetos que reflejen la luz con de-
masiada intensidad, para evitar el cansancio visual.
La relación requerida entre la iluminación del área
aledaña al sillón estomatológico y la de la cavidad bu-
cal debe ser de 4:1 a 10:1.
Sin embargo, existen numerosos factores que in-
fluyen en las necesidades de intensidad de luz, como
son los colores de las paredes, los muebles y los te-
chos (que influyen en la iluminación del local) y la edad
del operador (por la pérdida de visión que ocurre con
su aumento, lo cual determinaría la necesidad de ma-
yor intensidad de luz para la cavidad bucal).
Ventilación y temperatura
La ventilación y la temperaturason factores ínti-
mamente relacionados en el consultorio estomatológico,
por lo que se analizan conjuntamente teniendo en cuenta
los elementos climáticos.
Se consideran elementos climáticos la calefacción,
la ventilación y el aire acondicionado, para controlar la
temperatura, la humedad relativa y el flujo aéreo.
La temperatura es el elemento más importante,
pues su control tiene una influencia directa sobre el
https://booksmedicos.org
414 ESTOMATOLOGÍA GENERAL INTEGRAL
Fig. 33.3. Equipo de rayos X para la toma de radiografías panorá-
micas.
rendimiento y la calidad del trabajo estomatológico. Se
recomienda una temperatura en torno a los 21 ± 2 oC,
que es ideal para el 75 % de los profesionales, y de 18
± 2 oC en los países fríos. También existen límites ra-
zonables según las estaciones: para el invierno de 16 a
18 oC, y para el verano de 20 a 24 oC. La humedad
relativa se recomienda que sea de 30 a 70 % y el flujo
aéreo de 15 cm/s.
Influencia de los factores físicos
en el rendimiento del trabajo
en estomatología
El no cumplimiento de las normas básicas de ilu-
minación afecta el rendimiento del estomatólogo tan-
to a corto como a largo plazo.
A corto plazo afecta el trabajo de precisión y trae
consigo, además, fatiga física, ya que está íntimamen-
te relacionada con el cansancio ocular.
A largo plazo se afecta la visión del estomatólogo
y el personal auxiliar.
Las temperaturas elevadas provocan un aumento
de la presión sanguínea con vasodilatación e incremento
de la frecuencia cardiaca, por el contrario las tempe-
raturas bajas causan vasoconstricción, los músculos
tiemblan y disminuye la capacidad de concentración.
Radiaciones ionizantes
Efectos somáticos y genéticos
La radiación ionizante de los aparatos de control
radiográfico es la mayor fuente de riesgo de radiación
en odontología (Fig. 33.3).
Existen dos teorías que tratan de explicar los efec-
tos nocivos de las radiaciones ionizantes: la teoría del
blanco o directa que defiende que los cambios origi-
nados en la célula se deben al choque de un protón
de los rayos X sobre un átomo específico y estructu-
ras celulares, la otra teoría se denomina indirecta, ya
que propugna que los efectos de la radiación son im-
putables a la propiedad de las radiaciones de ionizar
el agua, que es la sustancia química más abundante
en el cuerpo humano; cuando ocurre la ionización del
agua, se forman radicales libres que tienen existen-
cia corta y finita, ya que se recombinan con otras
moléculas para formar agentes químicos tóxicos para
la célula.
Los efectos celulares, debidos a la combinación
de las dos teorías anteriores, que se han observado
con mayor frecuencia son los trastornos del crecimiento
celular, interrupción o inhibición de las mitosis,
alteraciones del material genético, vacuolización, mo-
dificaciones nucleares y muerte celular.
Las consecuencias más importantes de las radia-
ciones ionizantes son los efectos carcinógenos, ya que
provocan un crecimiento celular incontrolado y los efec-
tos embriológicos, ya que las células indiferenciadas
son más sensibles a los efectos de la radiación, los
tejidos embrionarios y fetales son más fácilmente da-
ñados y el periodo más peligroso corresponde a lo tres
primeros meses del embarazo, cuando la organogénesis
es más activa (cuando, además, el estado de gravidez
a menudo se desconoce). Los efectos embriológicos
pueden manifestarse por anomalías en el nacimiento,
detención del crecimiento, retraso mental y muerte
intrauterina.
Además, los efectos nocivos de las radiaciones
ionizantes son acumulativos entre sí y con otras radia-
ciones (cósmicas y del suelo).
Prevención de las enfermedades
provocadas por radiaciones ionizantes
en el personal estomatológico
En el campo de los rayos X, la prevención se basa
principalmente en estas medidas:
 Emplear la técnica de cono largo (Fig. 33.4) y pa-
ralelismo que ofrece imágenes radiológicas óptimas
con menor dispersión de la radiación.
 Evitar la sobreirradiación de las placas para acor-
tar el tiempo de revelado.
 Usar placas de radiografía ultrasensibles que re-
quieran menor irradiación.
 Adoptar posiciones de protección fuera del haz de
radiación en el momento de disparar la placa.
 Usar delantales plomados y cumplir la legislación
sobre radioprotección.
https://booksmedicos.org
 Someter el aparato de rayos X a inspecciones pe-
riódicas para detectar posibles fugas de radiación.
 Usar contadores automáticos precisos.
 Mantenerse al día sobre las recomendaciones vi-
gentes para protección contra la radiación.
lámparas de fotopolimerización: los térmicos y los
fotoquímicos.
La Conferencia Gubernamental Americana de
Higiene e Industria estipuló los valores para delimitar
el nivel umbral de exposición en tiempo y distancia para
cada luz. Para todos los tipos de luz halógena se cons-
tató que no había riesgo de lesión térmica a nivel retinal.
Respecto a las lesiones fotoquímicas el exponente más
severo es la fotorretinitis.
El efecto tóxico de la luz azul es aditivo en forma
lineal, por lo cual exposiciones por periodos iguales o
mayores a 3 h y en forma recurrente genera un efecto
acumulativo, lo que se traduce en aumento del riesgo
de sufrir lesiones retinales.
Para evitar el daño ocular que puede provocar la
luz emitida por las lámparas de polimerización de las
resinas se deben seguir estas medidas de protección:
 No mirar fijamente la emisión de luz.
 Usar lámparas con protector ocular (Fig. 33.5) o
lentes de protección cromáticos, de los cuales los
indicados para el uso de la luz azul son los amarillos.
 El uso de conos antirreflejo, que se adaptan a los
equipos cerca de la fuente emisora de la luz.
Fig. 33.4. Equipo de rayos X que utiliza técnica de cono largo,
para la toma de radiografías intraorales.
Radiaciones no ionizantes
Rayos láser
Todos los rayos láser son potencialmente peligro-
sos debido en especial al riesgo de provoca daño ocu-
lar y quemaduras.
El efecto de un rayo láser en el tejido diana depen-
de de la longitud de onda, de la potencia del rayo, del
grado de foco, de la duración de la exposición y de la
distancia al blanco, así como del grado de absorción
por el tejido.
Todos los rayos láser deben usarse con un cuidado
extremo y jamás deben apuntar a los ojos, a una direc-
ción involuntaria o a instrumentos con un enchapado
brillante que pueda reflejar el rayo. Otra medida de
protección a tener en cuenta es que tanto el enfermo
como el terapeuta, deben usar gafas protectoras.
Los rayos láser solo deben ser usados por indivi-
duos con experiencia y con la acreditación y prepara-
ción apropiadas.
Luz empleada para la polimerización
de resinas compuestas
Otra radiación perjudicial para el estomatólogo, de
no manipularse correctamente, es la proveniente de
las lámparas de luz halógena QTH (cuarzo-tungsteno)
y de las lámparas de emisión de diodos (led), emplea-
das en la polimerización de las resinas compuestas.
Se han propuesto dos tipos de lesiones oculares
como consecuencia de la exposición a la luz de las
Fig. 33.5. Lámpara emisora de luz halógena de diodos (led) con
dispositivo protector, empleada para la polimerización de resinas
compuestas.
Agentes químicos
Enfermedades provocadas
por intoxicación mercurial
En el trabajo diario el estomatólogo y personal auxi-
liar se encuentran sometidos a riesgos al manipular
materiales que contienen mercurio. Algunos autores
norteamericanos plantean que en al menos el 10 % de
los consultorios de odontología, los niveles de vapor de
mercurio en el aire exceden el valor límite de umbral
https://booksmedicos.org
de 0,05 mg/m3. El valor límite de umbral es el nivel de 
vapor al cual puede quedar expuesto sin peligro un tra-
bajador durante 8 h al día, 5 días por semana.
El mercurio es un metal que a temperatura am-
biental se encuentra en estado líquido, pero es capaz 
de volatilizarse. Además, cuando se derrama es muy 
difícil de limpiar ya que es altamente insoluble en agua
u otros disolventes comunes.
El mercurio puede ser absorbidopor vía cutánea,
digestiva y pulmonar, en la intoxicación mercurial en
estomatología, solo esta última es importante. En el
proceso de respiración son inhalados vapores de mer-
curio, el mercurio inorgánico pasa a la sangre y es trans-
portado principalmente por fracciones proteicas
plasmáticas; atraviesa con facilidad las membranas
celulares y se deposita en el hígado, intestino, riñón,
tejido nervioso, faneras y otros tejidos. El mercurio
inhalado puede ser eliminado por el aire espirado y por
la orina y, en menor cuantía, por heces, saliva y sudor;
el papel excretor de la piel y las faneras es muy limitado.
El complejo mecanismo bioquímico a través del
cual ocurren los efectos tóxicos inducidos por el mer-
curio y sus derivados no es muy conocido, pero se sabe
que su mecanismo de acción consiste principalmente
en una alteración de los sistemas enzimáticos y de la
composición de las membranas celulares.
Las exposiciones ocupacionales al vapor de mer-
curio pueden originar intoxicaciones a nivel de órga-
nos y sistemas, entre los signos y síntomas agudos por
inhalaciones de estos vapores están: salivación, esto-
matitis, sabor metálico, dolor abdominal y diarreas, dis-
nea, tos, fiebre, desasosiego y bronquitis.
En el caso de exposiciones crónicas, los signos y
síntomas son alteraciones del sistema nervioso cen-
tral: dolor de cabeza, vértigo, perturbaciones
vasomotoras desasosiego e irritabilidad, insomnio,
ataxia, neuritis periférica, aumento de los reflejos
tendinosos profundos, temblores, adormecimiento y
dolor en las extremidades, alteraciones del habla con
dificultades en la pronunciación, falta de concentra-
ción y excitabilidad, que conducen a cambios en la
personalidad. Uno de los primeros y más característi-
cos signos que aparecen es un temblor fino en las manos,
que puede progresar a la cara, brazos y piernas.
Sin embargo, existen estudios epidemiológicos y
clínicos donde se determina que la mayoría de los efec-
tos provocados por la intoxicación mercurial son
reversibles al cesar la exposición a los vapores de
mercurio, y que la recuperación en los pacientes afec-
tados se puede acelerar mediante tratamiento.
En cuanto a las alteraciones de la función
reproductiva y a la acción fototóxica de los vapores de
mercurio, si bien se ha constatado el paso
transplacentario y existen abundantes datos experimen-
tales, los estudios epidemiológicos en humanos no son
aún concluyentes.
En recién nacidos de madres con altas exposicio-
nes mercuriales, se encontró mercurio en cantidades
significativas, lo que es indicativo de que hubo paso a
través de la placenta al feto de algunas formas de
mercurio. En un estudio realizado en el curso del em-
barazo, puerperio y recién nacidos a 349 mujeres ex-
puestas a bajas concentraciones de vapores de
mercurio en el área de trabajo, contrastado con un grupo
de control de 215 mujeres no expuestas a este riesgo
ocupacional, se reportó que las complicaciones en los
embarazos fueron detectadas en las mujeres someti-
das a la exposición mercurial durante periodos prolon-
gados, sus placentas presentaron signos funcionales y
morfológicos inadecuados y de adaptación
compensatoria. En el sistema madre-feto hubo altera-
ciones inmunológicas a nivel celular. Otro estudio efec-
tuado en 153 trabajadoras de una fábrica de lámparas
de vapores de mercurio, comparado con un grupo de
control, se observó alta prevalencia e incidencia en el
desorden menstrual, subfecundidad primaria y abortos.
Una investigación realizada en clínicas
estomatológicas de La Habana a personal femenino,
se encontró un aumento proporcional entre el tiempo
de exposición y el número de abortos espontáneos y
de hijos nacidos muertos o malformados. Los resulta-
dos, a pesar de no ser concluyentes, muestran la exis-
tencia de una relación entre la exposición a vapores de
mercurio y la salud reproductiva femenina.
Prevención
Los principales riesgos de la inhalación de mercu-
rio se producen al destapar botes de mercurio o si es-
tos quedan mal cerrados, en su transferencia y
manipulación, en la colocación de amalgamas dentales
principalmente en su condensado, tallado y pulido y en
la inadecuada eliminación de los restos de sobrantes,
así como en la retirada de amalgamas antiguas.
Por tanto, se deben seguir una serie de recomen-
daciones sobre la higiene del mercurio dadas por la
ADA:
 Guardar el mercurio en recipientes herméticamen-
te cerrados e irrompibles.
 Realizar todas las operaciones con mercurio sobre
zonas que tengan superficie lisa e impermeable y
con un borde adecuado de manera que facilite la
recogida y recuperación del mercurio o la amalga-
ma derramados.
https://booksmedicos.org
 Limpiar todo el mercurio derramado inmediata-
mente.
 Usar cápsulas firmemente cerradas durante la
amalgamación (Fig. 33.6).
 Emplear una técnica de manipulación de amalga-
ma que no requiera tocarla con las manos.
 Ubicar trampas para el tratamiento de residuos de
amalgama. Ubicar trampas para el tratamiento de
residuos de amalgama. Ubicar trampas para el tra-
tamiento de residuos de amalgamTodos los residuos
de amalgama deben recogerse y guardarse bajo
agua.
 Trabajar en espacios bien ventilados.
 Evitar poner alfombras en el gabinete dental, ya
que su descontaminación es casi imposible.
 Eliminar el uso de soluciones que contengan mer-
curio.
 Evitar el calentamiento del mercurio o de la amal-
gama.
 Emplear un rocío de agua y succión cuando se
talla una amalgama dental.
 Emplear técnicas de condensado de amalgama
convencionales, no usar condensadores de amal-
gama ultrasónicos.
 Realizar determinaciones de mercurio anuales en
todo el personal que de modo habitual trabaje en el
consultorio odontológico.
 Hacer determinaciones periódicas del nivel de
vapor de mercurio en el consultorio.
 Alertar a todo el personal involucrado en la mani-
pulación del mercurio, especialmente durante los
periodos de formación, sobre el peligro potencial
del vapor de mercurio y la necesidad de observar
buenas prácticas de higiene al respecto.
Por medios bioquímicos, al realizar las determina-
ciones anuales al personal, el mercurio puede ser de-
tectado en sangre, saliva y orina. Al aparecer los
primeros síntomas de intoxicación por mercurio o ele-
varse los niveles por encima de los valores normales,
es necesario someter al trabajador a tratamiento mé-
dico y retirarlo de la exposición al metal durante al
menos 2 a 3 meses, que es el tiempo que tarda el mer-
curio en eliminarse de forma natural.
Enfermedades provocadas
por otras sustancias manipuladas
por el profesional o su auxiliar
Muchos de los materiales que de modo continuo
se usan en odontología tienen poder alergénico, tanto
para el paciente como para el profesional. La reacción
alérgica que con mayor frecuencia desarrolla el profe-
sional es la dermatitis de contacto.
La alergia es una reacción anormal del organismo
que responde de forma exagerada cuando entra en
contacto con una sustancia proveniente del exterior, el
alérgeno, a la que las demás personas normalmente no
reaccionan.
 La alergia por contacto es adquirida y específica
para una o algunas sustancias. Se desarrolla en un
periodo de días y la clínica puede presentarse muchos
años después del contacto inicial.
El proceso comienza cuando una sustancia extra-
ña entra en contacto con la piel o las mucosas. En la
mayoría de las ocasiones las sustancias que inducen
sensibilidad por contacto son los haptenos. Un hapteno
es un antígeno incompleto, de bajo peso molecular,
habitualmente menor de 500 D, que se une con proteí-
nas orgánicas formando un antígeno completo. Es im-
prescindible que el hapteno combinado penetre en el
espesor de la piel o mucosa y sea capturado por las
células de Langerhans, donde se une al complejo ma-
yor HLA tipo II para presentar el antígeno a los
linfocitos. Las células de Langerhans representan de
2 a 4 % de todas las células epidérmicas, provienen de
la médula ósea y se consideran la principal célula de
antígenos. Otras células como queratinocitos,fibroblastos, células endoteliales y macrófagos que
pueden ocasionalmente y bajo circunstancias especia-
les funcionar como células presentadoras de antígenos.
 Las células de Langerhans emigran para atrave-
sar la membrana basal y penetrar en la dermis para
alcanzar, a través de los vasos linfáticos, la zona
paracortical de los ganglios regionales, donde presen-
tan los antígenos a los linfocitos. Este proceso puede
durar de horas a días. Se pone en contacto la célula de
Fig. 33.6. Amalgamador que utiliza cápsulas firmemente cerradas
que evitan la manipulación del mercurio.
https://booksmedicos.org
Langerhans con el péptido antigénico sobre la molécu-
la HLADR con los linfocitos vírgenes y de esta 
interacción ocurren cambios metabólicos y morfológicos 
en los linfocitos con producción de diversas citoquinas 
susceptibles de modular y amplificar la respuesta.
De todas estas interacciones surge la formación y 
proliferación clonal de linfocitos T efectores de vida 
media corta (semanas) y de linfocitos T de memoria 
de vida media larga (años), ambos responsables de las 
respuestas en contactos posteriores con el agente 
alergénico.
Una vez sensibilizada la persona ante una sustan-
cia específica, el contacto de esa sustancia con la piel
o mucosa induce una reacción rápida, habitualmente
en unas 24 a 48 h, hipersensibilidad retardada, también
conocida como hipersensibilidad tipo IV. El hapteno se
une a las proteínas epidérmicas y, a través de las célu-
las de Langerhans, se estimulan las células T efectoras
que se activan liberando diversas linfocinas, como factor
mitogénico, inhibidor de la migración, citotóxico,
quimiotáctico, antigénico, leucotrienos, interferón e
interleucinas, que son las sustancias mediadoras de la
reacción inflamatoria y de las manifestaciones clínicas
del proceso que consiste en edema de la epidermis
con formación de microvesículas, en casos más gra-
ves puede provocar lesiones granulomatosas, que a
menudo se sobreinfectan. Este tipo de reacciones pre-
domina en las manos y los dedos.
La reacción de hipersensibilidad inmediata no está
mediada por células sino por IgE e IgG4 que causan la
degranulación de los mastocitos con la liberación agu-
da de mediadores inflamatorios.
Materiales de uso estomatológico capaces
de provocar reacciones alérgicas
Los alérgenos más frecuentes son el eugenol, los
jabones y los antisépticos, como son los derivados
mercuriales, formaldehído, yodo, fenoles, peróxido de
benzoílo, entre otros, también se puede mencionar como
alérgenos, el látex y la procaína contenida en algunos
anestésicos tópicos (Fig. 33.7).
Materiales como el eugenol, formol y anestésicos
locales, así como sus derivados, pueden causar
eccemas muy rebeldes, acompañados de prurito in-
tenso, sin localización especial, que interesa igualmen-
te a los miembros que a la cara o tronco.
El eugenol puede llegar a mostrar tanto in vivo
como in vitro diferentes tipos de toxicidad, tales como
daño directo al tejido, dermatitis, reacciones alérgicas,
disfunciones hepáticas, coagulación intravascular di-
seminada, hipoglucemia severa, e incluso la muerte por
falla orgánica múltiple. Se ha demostrado que el eugenol
puro en concentraciones mayores de 10 a 4 mol/L
provoca la inhibición de la migración celular y modifi-
ca la síntesis de las prostaglandinas, lo que afecta la
respiración celular, la actividad mitocondrial y produce
severos cambios en la actividad enzimática de la mem-
brana celular. Un grupo de investigadores liderados por
Garza Padilla y Toranzo Fernández, realizaron un es-
tudio de toxicidad de varias formulaciones de eugenol
en conejos, analizando muestras de piel, hígado, riñón
y cerebro, y obtuvieron como resultado una toxicidad
local severa en el sitio de aplicación, en todos los ca-
sos, prácticamente con cambios similares, con predo-
minio de necrosis isquémica, probablemente como
consecuencia del daño directo y espasmos vasculares.
A altas concentraciones, el eugenol estimula la libera-
ción de superóxido de los neutrófilos, lo que aumenta
el daño tisular en el sitio de inflamación.
Fig. 33.7. Algunos materiales de uso estomatológico que provo-
can reacciones alérgicas.
El formol es empleado fundamentalmente en for-
ma de formalina o formaldehido y de trioximetilo para
la esterilización de instrumentos. Estos productos pro-
vocan dermatitis localizadas, casi siempre exclusiva-
mente en las extremidades digitales y espacios
interdigitales, caracterizadas por una sequedad muy
intensa de los tegumentos, seguida rápidamente de
fisuras que acompañan a un prurito rebelde. Estas erup-
ciones ampollosas aparecen alrededor de las uñas que
se vuelven frágiles y quebradizas.
Una acción similar a la del formol provocan los
antisépticos a base de fenol, crisol y timol, así como
los alcoholes, en particular el alcohol metílico, la
dicloramina T y la arsenamina.
Los primers dentales pueden ocasionar dermatitis
de contacto, su mayor factor de riesgo está dado por
el hecho de que los guantes de látex son permeables a
estas soluciones. Primers dentales puede ocasionar
dermatitis de contacto, su mayor factor de riesgo se
da porque los guantes látex son permeables a estas
https://booksmedicos.org
soluciones. Los signos y síntomas más frecuentes se
presentan cuando la piel entra en contacto con estas
sustanciasPrimers dentales puede ocasionar dermati-
tis de contacto, su mayor factor de riesgo se da porque
los guantes látex son permeables a estas soluciones.
Los signos y síntomas más frecuentes se presentan
cuando la piel entra en contacto con estas
sustanciasPrimers dentales puede ocasionar dermati-
tis de contacto, su mayor factor de riesgo se da porque
los guantes látex son permeables a estas soluciones.
Los signos y síntomas más frecuentes se presentan
cuando la piel entra en contacto con estas sustancias
En cuanto a los anestésicos locales, los derivados
de la cocaína, principalmente la novocaína (procaína)
y la buticaína, ocasionan reacciones cutáneas, los
síntomas inmediatos consisten en prurito intenso,
particularmente entre los dedos, acompañado de sen-
saciones de quemadura, luego de las primeras 24 a
48 h se provoca un eritema en el que aparecen peque-
ños elementos papilovesiculosos semejantes a granos
de arena que apuntan bajo los tegumentos. Las vesí-
culas se abren en el espacio de algunas horas y su
orificio se obstruye con escamas pruriginosas y
rezumantes, acompañadas de engrosamientos de la piel.
La inflamación es más bien queratósica y vesiculosa.
En ocasiones se encuentran fisuras y zonas de
hipoestesia. A menudo se observa por debajo de la uña
del pulgar, del índice o del medio una hiperqueratosis
con paroniquias muy dolorosa y de color amarillento.
Frecuentemente se observa también una caída de los bor-
des libres de la uña.
Esta dermatitis está localizada tanto sobre la su-
perficie como sobre la cara dorsal de las manos, ade-
más, el eccema puede interesar también los brazos,
tronco y cara.
Los anestésicos del tipo de la lignocaína (xilocaína)
parecen muchísimo menos alergizantes. Se pueden
realizar pruebas cutáneas para determinar una posible
alergia a estos anestésicos, pincelando un poco de so-
lución anestésica sobre la cara anterior del antebrazo,
lo cual provoca al día siguiente, en caso de alergia, una
intensa reacción eritematovesiculosa.
Las resinas acrílicas provocan con frecuencia pro-
cesos alérgicos, por la inhalación del polvo que se des-
prende tras recortar y pulir estos materiales, pero estos
procesos son más comunes en el laboratorio que en el
gabinete odontológico.
En el laboratorio de prótesis también se trabaja con
sustancias potencialmente tóxicas como la sílice, pol-
vo generado por el pulido y rebajado de diferentes ti-
pos de acrílicos, los cuales pueden ocasionar
inflamaciones rinofaríngeas y pulmonares. Otros ma-
teriales como el yeso y arena para conformar el polvo
de porcelana son causa de dermatosis.
Prevención
Evidencia de algunos trastornos en la esfera
reproductiva, como amenorrea, abortos espontáneos ehijos nacidos muertos y malformados, que aunque no son
concluyentes de mantener relación con la exposición, no
se deben excluir de la posibilidad de que la tengan. Evi-
dencia de algunos trastornos en la esfera reproductiva,
como amenorrea, abortos espontáneos e hijos nacidos
muertos y malformados, que aunque no son concluyen-
tes de mantener relación con la exposición, no se deben
excluir de la posibilidad de que la tengan. Evidencia de
algunos trastornos en la esfera reproductiva, como ame-
norrea, abortos espontáneos e hijos nacidos muertos y
malformados, que aunque no son concluyentes de man-
tener relación con la exposición, no se deben excluir de la
posibilidad de que la tengan.
En cuanto a normas de protección en caso de aler-
gias al látex o a jabones, se recomienda el uso de guan-
tes de polivinilo y de antisépticos y jabones con otros
componentes hipoalérgicos.
En el caso de alergias a materiales estomatológicos
la prevención se basa principalmente en el uso de guan-
tes para la manipulación de ellos, ya que pueden tener
un alto poder reactivo, lo que explica su alergenicidad.
Bibliografía
Barrancos Mooney, J., P. Barrancos (1999): El consultorio
odontológico. En Operatoria dental. 3ra. ed. Editorial Médica
Panamericana, S.A., Buenos Aires, pp. 11-32.
Barrancos Mooney, J., J. Jiménez, G. Rodríguez (1999):
Instrumental. En Operatoria dental. 3ra. ed. Editorial Médica
Panamericana, S.A., Buenos Aires, pp. 81- 155.
Buño, S. (1998): Introducción a la Odontología Radiológica.
Prismas; 62: 16.
Catalayud, J., J. Carrillo, M. Díaz (1995): Diseño de la consulta
dental. En: J. Echevarría, E. Cuenca: El manual de
Odontología. Editorial Masson, Barcelona.
Diseño de la Consulta Dental. En: Manual de odontología.
Editorial Masson, Barcelona.
Dechaume, M. et al. (1985): Estomatología. Editorial Científico-
Técnica, La Habana, pp. 431-433.
__________ (2000): Exposición mercurial y estado de salud del
personal que labora en el servicio de odontología del Ipasme
Barquisimeto. Acta Odontol Venez, 38(3): 24-31.
Delfín, M., O. Delfín, J. Rodríguez (1999): Necesidad de la
implementación de la bioseguridad en los servicios
estomatológicos en Cuba. Rev Cubana Estomatol; 36(3):
235-239.
Díaz, H., T. M. Linares, M. F. Perdomo, N. Cabrera et al. (2000):
Evaluación epidemiológica de los riesgos químicos
https://booksmedicos.org
ocupacionales en la mujer trabajadora de la Ciudad de La 
Habana. Rev Cubana de Salud y Trabajo; 3(1): 27-31. 
__________ (2004): Exposición ocupacional femenina a vapores
de mercurio en clínicas estomatológicas de Ciudad de La
Habana 2003. Rev Cubana Salud Trabajo; 5(2).
Espeso, N. et al. (2002): Factores de riesgo profesional en
estomatología. Instituto Superior de Ciencias Médicas.
Archivo Médico de Camagüey; 6(1).
Hernández, A. et al. (2008a): La terapia láser de baja potencia en
la medicina cubana. Rev Cubana Med Gen Integr; 24 (2).
Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0864-21252008000200010.
__________ (2008b): El láser de baja potencia en la medicina
actual. p. 24-26. Disponible en: http: //www.ilustrados.com/
documentos/El-laser-de-bajapotencia-en-la-medicina-
actual.doc
González, R. (2002): Eugenol: Propiedades farmacológicas y
toxicológicas. Ventajas y desventajas de su uso farmacológicas
y toxicológicas. Ventajas y desventajas de su uso. Rev Cubana
Estomatol; 39(2).
Mallo, L., C. Díaz (2003): Alergia de contacto intraoral a los
materiales de uso odontoestomatológico. Una revisión crítica.
Revista de Medicina Oral; 8.
Otero, J. (2002): Pérdida de la audición en odontólogos. Busca
Salud; 2(13).
Samarayake, L., S. Anil, C. Scully, (2001): Riesgos profesionales
en odontología. Prismas; 84: 1-4.
Valiente, C., M. I. Garrigó (2006): Laserterapia y laserpuntura
para estomatología. Editorial de Ciencias Médicas,
La Habana, pp. 35 - 37.
https://booksmedicos.org
	Botón1:

Continuar navegando