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14 Parte 1. Otología interno. Este músculo está inervado por el nervio facial (v. fig. 1-9). El músculo del martillo tiene una función tensora del tímpano, acción que realiza gracias a la flexión en ángulo recto de su tendón en torno al proceso co- cleariforme (canal del músculo) situado, como ya se ha indicado, en la pared medial y anterior de la caja del oído medio (v. figs. 4-5 A, 4-6 A y B). Al contraer- se, este músculo tensa la membrana timpánica y pro- duce un movimiento hacia delante del hueso martillo y, por tanto, también del estribo. Este músculo actúa dando rigidez a la cadena, lo cual resulta en una dis- minución de la transmisión del sonido en defensa del oído interno ante estímulos sonoros intensos. Está inervado por el trigémino (v. fig. 1-9). Ambos músculos inician su función a través de un reflejo defensivo bilateral que incluso puede llegar a condicionar su disparo anticipado cuando se espera un sonido intenso. Este arco reflejo consiste en un circuito aferente que empieza en las células ciliadas de la cóclea y alcanza al núcleo motor del facial (re- flejo estapedial) y al núcleo trigeminal (reflejo del músculo del martillo). Las ramas eferentes se origi- nan en los núcleos motores y descienden para orde- nar la contracción de los músculos estapedial y del martillo, respectivamente. También pueden desenca- denarse estos reflejos mediante un estímulo mecáni- co no acústico, por ejemplo, con toques en la piel del conducto auditivo externo y del tímpano; en estos casos, el reflejo tiene un carácter unilateral y no dura más de dos segundos, independientemente de lo que dure el estímulo mecánico. El umbral reflejo se sitúa entre 30 y 90 dB por encima del umbral auditivo, siendo en todo caso menor para el músculo estape- dial que para el músculo del martillo. El tiempo de latencia del reflejo parece independiente de la inten- sidad del estímulo y, obviamente, será necesario un umbral mínimo para su desencadenamiento. Fisiología de la mastoides Las celdas mastoideas en su conjunto se presen- tan como un sistema pneumático desarrollado por los antropoides y los homínidos en los cuales consti- tuyen una novedad filogenética. No está perfectamente establecida cuál es la fun- ción de estas celdas mastoideas, pero se les atribuye una función facilitadora de la resonancia y, según otros autores, de aislamiento térmico. Fisiología del nervio cuerda del tímpano Tiene una función gustativa recogiendo este tipo de sensibilidad a partir de las papilas gustativas de las dos terceras partes anteriores de la lengua, vehicu- lándolas en un contingente de fibras gustativas hasta el tronco nervioso del VII par y al núcleo gustativo (v. esquema 21-1 y capítulo 32). En la caja del oído medio tiene interés su relación con la región poste- rior del marco timpanal. ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA TROMPA DE EUSTAQUIO Se extiende desde la caja del oído medio hasta la rinofaringe. Tiene una constitución ósea y cartilagi- nosa; la primera, forma parte de la base del cráneo y está constituida por el peñasco; la segunda, formada por cartílago, se inserta en la ósea y alcanza la rinofa- ringe a nivel de su pared lateral, donde produce una impronta que forma el rodete tubárico rinofaríngeo. La trompa tiene forma de tubo y como se indicará en los siguientes párrafos, en el interior de este tubo, que es virtual, puede observarse un epitelio ciliado productor de moco. El carácter virtual se convierte en real por contracción de los músculos periestafili- nos interno y externo, que actúan tensando la trom- pa y separando las paredes del componente cartilagi- noso, respectivamente. En los niños, la trompa de Eustaquio tiene un tra- yecto más horizontal que en el adulto y proporcio- nalmente al tamaño de la cabeza, es más corta y an- cha. Estos caracteres son relevantes en la etiopatoge- nia de las otitis en la infancia (v. cap. 8). Conviene distinguir dos tipos de acciones de la trompa de Eustaquio: la muscular, a cargo de los músculos periestafilinos, y la propia de la estructura tubárica. En efecto, la trompa de Eustaquio habi- tualmente se encuentra cerrada constituyendo una cavidad tubular virtual que, como ya se indicó, se convierte en real durante la deglución, el bostezo, el estornudo y, en general, ante cualquier fenómeno oratorio intempestivo en el que se contraiga drásti- camente el velo del paladar. En este sentido, convie- ne señalar que la salida de aire de la caja del oído medio hacia la rinofaringe es mucho más fácil que el fenómeno contrario (v. fig. 13-3). La entrada de aire de la rinofaringe a la caja del oído medio se produce generalmente de modo espontáneo cuando, con el paso de las horas, la presión aérea de la caja del oído medio se va negativizando por la reabsorción del oxígeno contenido en la caja del oído medio, a través de los capilares de la mucosa alcanzando un nivel hipopresivo en la caja del oído medio, el aire situado en la rinofaringe y que tiene la presión atmosférica, tenderá a penetrar en ella a través de la trompa, igualando la presión aérea en la caja y la rinofaringe (atmósfera). Cuando se contraen, el músculo peries- tafilino interno tensa la trompa y el periestafilino externo la dilata. Ambas forman parte de la dinámica del velo del paladar.