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Tratado de Otorrinolaringologia y Patologia Cervicofacial-37

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Parte 1. Otología
interno. Este músculo está inervado por el nervio facial 
(v. fig. 1-9).
El músculo del martillo tiene una función tensora 
del tímpano, acción que realiza gracias a la flexión en 
ángulo recto de su tendón en torno al proceso co-
cleariforme (canal del músculo) situado, como ya se 
ha indicado, en la pared medial y anterior de la caja 
del oído medio (v. figs. 4-5 A, 4-6 A y B). Al contraer-
se, este músculo tensa la membrana timpánica y pro-
duce un movimiento hacia delante del hueso martillo 
y, por tanto, también del estribo. Este músculo actúa 
dando rigidez a la cadena, lo cual resulta en una dis-
minución de la transmisión del sonido en defensa del 
oído interno ante estímulos sonoros intensos. Está 
inervado por el trigémino (v. fig. 1-9).
Ambos músculos inician su función a través de un 
reflejo defensivo bilateral que incluso puede llegar a 
condicionar su disparo anticipado cuando se espera 
un sonido intenso. Este arco reflejo consiste en un 
circuito aferente que empieza en las células ciliadas 
de la cóclea y alcanza al núcleo motor del facial (re-
flejo estapedial) y al núcleo trigeminal (reflejo del 
músculo del martillo). Las ramas eferentes se origi-
nan en los núcleos motores y descienden para orde-
nar la contracción de los músculos estapedial y del 
martillo, respectivamente. También pueden desenca-
denarse estos reflejos mediante un estímulo mecáni-
co no acústico, por ejemplo, con toques en la piel del 
conducto auditivo externo y del tímpano; en estos 
casos, el reflejo tiene un carácter unilateral y no dura 
más de dos segundos, independientemente de lo que 
dure el estímulo mecánico. El umbral reflejo se sitúa 
entre 30 y 90 dB por encima del umbral auditivo, 
siendo en todo caso menor para el músculo estape-
dial que para el músculo del martillo. El tiempo de 
latencia del reflejo parece independiente de la inten-
sidad del estímulo y, obviamente, será necesario un 
umbral mínimo para su desencadenamiento.
Fisiología de la mastoides
Las celdas mastoideas en su conjunto se presen-
tan como un sistema pneumático desarrollado por 
los antropoides y los homínidos en los cuales consti-
tuyen una novedad filogenética. 
No está perfectamente establecida cuál es la fun-
ción de estas celdas mastoideas, pero se les atribuye 
una función facilitadora de la resonancia y, según 
otros autores, de aislamiento térmico.
Fisiología del nervio cuerda del tímpano
Tiene una función gustativa recogiendo este tipo 
de sensibilidad a partir de las papilas gustativas de las 
dos terceras partes anteriores de la lengua, vehicu-
lándolas en un contingente de fibras gustativas hasta 
el tronco nervioso del VII par y al núcleo gustativo 
(v. esquema 21-1 y capítulo 32). En la caja del oído 
medio tiene interés su relación con la región poste-
rior del marco timpanal.
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA TROMPA 
DE EUSTAQUIO
Se extiende desde la caja del oído medio hasta la 
rinofaringe. Tiene una constitución ósea y cartilagi-
nosa; la primera, forma parte de la base del cráneo y 
está constituida por el peñasco; la segunda, formada 
por cartílago, se inserta en la ósea y alcanza la rinofa-
ringe a nivel de su pared lateral, donde produce una 
impronta que forma el rodete tubárico rinofaríngeo. 
La trompa tiene forma de tubo y como se indicará 
en los siguientes párrafos, en el interior de este tubo, 
que es virtual, puede observarse un epitelio ciliado 
productor de moco. El carácter virtual se convierte 
en real por contracción de los músculos periestafili-
nos interno y externo, que actúan tensando la trom-
pa y separando las paredes del componente cartilagi-
noso, respectivamente.
En los niños, la trompa de Eustaquio tiene un tra-
yecto más horizontal que en el adulto y proporcio-
nalmente al tamaño de la cabeza, es más corta y an-
cha. Estos caracteres son relevantes en la etiopatoge-
nia de las otitis en la infancia (v. cap. 8).
Conviene distinguir dos tipos de acciones de la 
trompa de Eustaquio: la muscular, a cargo de los 
músculos periestafilinos, y la propia de la estructura 
tubárica. En efecto, la trompa de Eustaquio habi-
tualmente se encuentra cerrada constituyendo una 
cavidad tubular virtual que, como ya se indicó, se 
convierte en real durante la deglución, el bostezo, el 
estornudo y, en general, ante cualquier fenómeno 
oratorio intempestivo en el que se contraiga drásti-
camente el velo del paladar. En este sentido, convie-
ne señalar que la salida de aire de la caja del oído 
medio hacia la rinofaringe es mucho más fácil que el 
fenómeno contrario (v. fig. 13-3). La entrada de aire 
de la rinofaringe a la caja del oído medio se produce 
generalmente de modo espontáneo cuando, con el 
paso de las horas, la presión aérea de la caja del oído 
medio se va negativizando por la reabsorción del 
oxígeno contenido en la caja del oído medio, a través 
de los capilares de la mucosa alcanzando un nivel 
hipopresivo en la caja del oído medio, el aire situado 
en la rinofaringe y que tiene la presión atmosférica, 
tenderá a penetrar en ella a través de la trompa, 
igualando la presión aérea en la caja y la rinofaringe 
(atmósfera). Cuando se contraen, el músculo peries-
tafilino interno tensa la trompa y el periestafilino 
externo la dilata. Ambas forman parte de la dinámica 
del velo del paladar.