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La expresión intencional del quiste epidérmico resulta en la salida de su contenido por el poro central, que es una sustancia blanca-‐amarillenta espesa y maloliente. La manipulación de un quiste epidérmico por el paciente o algún trauma casual pueden conducir a dos complicaciones inflamatorias: una inflamación aséptica de tipo cuerpo extraño por rotura de la pared del quiste hacia la dermis y una infección de la cavidad quística por bacterias que penetran por el poro central. La inflamación del quiste epidérmico se expresa como eritema, dolor y aumento brusco del tamaño del quiste y puede terminar en una abscedación y un vaciamiento espontáneo. El tratamiento de los quistes epidérmicos es su extirpación quirúrgica electiva temprana por el riesgo de las complicaciones inflamatorias señaladas (a veces recurrentes) o por razones cosméticas. Se reseca el quiste por completo con su pared intacta para evitar una recidiva. Si ya hay una inflamación aguda o un absceso, se trata en una primera etapa con calor local, antibióticos sistémicos por al menos 10 a 14 días, para posteriormente en un segundo tiempo realizar la extirpación del quiste sin infección. LIPOMAS Son neoplasias de adipocitos maduros y los tumores hipodérmicos más comunes, con una incidencia anual estimada de 1 por 1000 personas. La mayoría son asintomáticos, pero pueden causar dolor por compresión nerviosa. Son únicos o múltiples, blandos y desplazables, con piel suprayacente norma. Algunos se denotan por elevación, aunque la mayoría no se visualiza. Se ubican en cualquier área, de preferencia en el tronco. 124
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