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CAPITULO 8 INFECCIONES VIRALES DEL APARATO DIGESTIVO Al analizar la relación entre virus y aparato digestivo se observa que varios tipos de virus pueden comprometer diferentes niveles del tubo digestivo y sus glándulas anexas (Tabla 8-1). La estructura de estos virus difiere, dependiendo del grupo en referencia: RNA o DNA, desnudos o envueltos, icosaédricos o helicoidales, pequeños o grandes, etc. Son capaces de inducir infecciones clínicas y subclínicas. El reservorio de virus lo constituyen seres humanos con infecciones aparentes o inaparentes, localizadas o diseminadas. El mecanismo de contagio más común es indirecto a través de diversos vehículos, como el agua y los alimentos, y su ejemplo clásico son los enterovirus (hepatitis A) que se adquieren por la vía fecal-oral; por lo tanto, la frecuencia de algunas de estas infecciones depende del estado sanitario de la comunidad. Sin embargo, muchos de estos virus pueden transmitirse por mecanismo directo, ya sea por contacto físico o vía aérea (herpes, parotiditis, enterovirus, etc). Finalmente, algunos virus pueden contagiarse vía parenteral, como los de las hepatitis B y C. La puerta de entrada más común es la boca y la faringe. ÁREAS AFECTADAS Se destacarán los hechos más relevantes de las infecciones virales del aparato digestivo, considerando que muchos virus pueden afectar varios sistemas y algunos de ellos se analizarán con mayor detalle en otros capítulos. BOCA Y FARINGE Muchos virus pueden comprometer la mucosa bucal, en forma exclusiva o como parte de una infección general: Virus herpes simplex . El virus herpes simplex (HSV) entra preferentemente por la mucosa bucal y se estima que cerca del 90% de los primoinfectados son asintomáticos. Con cierta frecuencia produce una gingivoestomatitis en el niño menor de dos años, manifestada por lesiones ulcerosas (tipo aftas) en la mucosa, dolorosas y acompañadas de fiebre. Este virus, como toda la familia Herpesviridae, tiene la capacidad de permanecer latente y puede reactivarse produciendo manifestaciones de recurrencia de diversa magnitud, generalmente más tenues que la infección primaria. La forma de recurrencia más común es el herpes labial, denominado vulgarmente "fuego", de evolución corta y benigna; sin embargo, las recurrencias a nivel ocular, como queratitis, representan problemas de difícil solución pues son causa importante de opacidad corneal. La infección aguda por este virus es susceptible de ser tratada con aciclovir, pero su uso debe restringirse a los casos más severos. Hay controversias sobre el uso de aciclovir en lactantes con gingivoestomatitis herpética primaria, aunque se dispone de aciclovir en suspensión para uso pediátrico. Enterovirus. Otro cuadro clínico relativamente frecuente es la herpangina, que se caracteriza por la aparición de pequeñas vesículas en el paladar duro y la base de la úvula, acompañada a veces de fiebre y/o exantema maculoeritematoso. Se asocia a enterovirus, especialmente a virus Coxsackie A, y las manifestaciones clínicas desaparecen espontáneamente en pocos días. Su nombre se debe al hecho de que su hábitat normal es el aparato digestivo. Pertenecen a la familia Picornaviridae, la cual está constituida por diferentes géneros: Enterovirus, Rhinovirus, Hepatovirus, Aftovirus y Cardiovirus (los dos últimos infectan animales). Los enterovirus constituyen un grupo de virus pequeños (20-30 �m) de RNA monoténico no segmentado de polaridad positiva, icosaédricos, desnudos, bastante estables en el medio ambiente y a pH ácido, lo que les permite, luego de su replicación inicial en la orofaringe, infectar el tracto digestivo inferior. Este grupo 09_virus_del_aparato_digestivo
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