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Síndrome epiléptico

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Síndrome epiléptico 
Introducción 
La epilepsia es una de las enfermedades más 
reconocidas desde la antigüedad y constituye una 
de las principales patologías neurológicas. Por su 
parte, el síndrome epiléptico define los trastornos 
epilépticos caracterizados por un grupo de signos 
y síntomas que tienden a ocurrir juntos, como tipo 
de crisis, etiología, localización anatómica, factores 
precipitantes, edad de comienzo, gravedad, croni­
cidad, incidencia diurna o nocturna y a veces el 
pronóstico. 
Despolarización 
neuronal 
paroxística 
Propagación de 
la excitación a 
otros grupos 
neuronales 
Crisis convulsivas 
o ausencias
acompañadas 
de diversos 
signos y 
síntomas 
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Fig. 1. Esquema general del síndrome epiléptico. 
El síndrome epiléptico conlleva en forma amplia 
o restringida uno o más problemas psicológicos y psi­
quiátricos, sociales y legales que deben recibir aten­
ción oportuna y adecuada. A continuación se des­
criben las causas de las epilepsias:
l. Congénitas y heredjtarias.
2. Adquiridas:
• Traumáticas.
• Posquirúrgicas y posinfecciosas.
• Por infarto y hemorragia cerebral.
• Por neoplasias.
• Tóxicas.
• Metabólicas.
• Degenerativas.
• Infecciosas.
Los movimientos convulsivos más comunes de 
las epilepsias se caracterizan por contracciones de los 
músculos esqueléticos, involuntarias, súbitas y des­
coordinadas; pueden ser generalizadas o localizadas 
en ciertos grupos musculares, o incluso sin ellas: las 
llamadas ausencias. 
Fisiología 
La neurona constituye la unidad anatómica y fun­
cional del sistema nervioso, y sus complejas funcio­
nes de regulación sensitiva, motora, cognitiva y de re­
lación se sustentan en diversos sistemas funcionales 
jerárquicos. 
La excitación o la inhibición neuronal y sus efectos 
en la intrincada red nerviosa contribuyen a conser­
var la homeostasis y dependen a su vez de múltiples 
mecanismos moleculares y bioquímicos interdepen­
dientes e interrelacionados. 
Fisiopatología 
La descarga anormal sincronizada, amplificada y 
con capacidad de propagarse de un grupo o pobla­
ción neuronal determinado a otro constituye la base 
fisiopatológica del síndrome epiléptico. 
Esta descarga anormal, en la que intervienen di­
versos factores como el llamado cambio paroxístico 
de despolarización o PDS (por sus siglas en inglés, 
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paroxismal depolarization shift), la mediación de re­
ceptores gabaérgicos (GABA inhibidor) y glutami­
nérgicos (glutamo excitador), y otros neurotrasmi­
sores y neuromoduladores como noradrenalina, 
adenosina, somatostatina, acetilcolina, óxido nítrico 
y otros, pueden hacer que la excitación se propague 
a otros territorios cerebrales siguiendo diversas vías 
intracorticales y de conexión intra e interhemisféri­
cas y subcorticales. 
Además de estas alteraciones locales o regionales, 
pueden participar activamente diversos cambios tan -
to humorales como hormonales, el nivel de glucemia, 
los desequilibrios hidroelectrolíticos, osmóticos y 
otros, ciertos cambios hemodinámicos e isquémicos, 
neoplásicos, tóxicos, etc.
El síndrome epiléptico, particularmente el que 
se manifiesta clínicamente con convulsiones, 
puede estar precedido de diversos síntomas 
inespecíficos, como irritabilidad y cambios del 
comportamiento, del apetito o del sueño durante 
minutos o días an­tes de las convulsiones. 
Las personas que padecen crisis epilépticas fo­
cales pueden percibir síntomas inespecíficos 
pre­vios, en lo que se conoce como aura epiléptica, 
que se refiere a manifestaciones que percibe el 
pacien­te como angustia, miedo, nerviosismo y 
otras que escapan a una clasificación sintomática 
sensitiva­motora específica. Este síntoma suele 
estar pre­sente con más frecuencia en pacientes 
con crisis temporolímbicas. 
En otras áreas anatómicas, como las del lóbulo 
frontal, las manifestaciones clínicas suelen acompa­
ñarse de desviación conjugada de los ojos, 
vocaliza­ción simple y movimientos complejos del 
tronco y de las extremidades; en el área motora 
los movi­mientos convulsivos son 
contralaterales y puede haber disfasia. La 
afectación del área sensitiva pri­maria se puede 
manifestar con parestesias, dolor u otra sensación 
contralateral; la del lóbulo temporal 
puede acompañarse de alucinaciones olfatorias, 
gustativas, confusión, amnesia y otras; por último, 
en las localizaciones del lóbulo occipital suelen ex­
presarse con alucinaciones visuales. 
Los movimientos convulsivos también pueden 
presentarse de forma variada. Así, las crisis convulsi­
vas pueden ser tónicas, clónicas o mixtas; presentar­
se como crisis amiotónicas con pérdida del tono 
postural, como crisis generalizadas no convulsivas 
conocidas como ausencias, y, por último, como crisis 
convulsivas focales acompañadas de síntomas y sig­
nos vegetativos, sensitivos, motores o psíquicos. 
En la esfera de laboratorio y gabinete destaca el 
electroencefalograma (EEG) como procedimiento 
indispensable, acompañado del estudio clínico acu­
cioso para el apoyo diagnóstico y de clasificación 
del síndrome epiléptico, que comprende tanto a los 
llamados síndromes genéricos como a los específi­
cos.1 La tomografía axial computarizada y la reso­
nancia magnética nuclear pueden ser de utilidad 
como recursos auxiliares del diagnóstico. La tomo­
grafía de emisión de positrones (PET) y la tomogra -
fía de emisión de fotones (SPECT) también pueden 
ser útiles, aunque costosas. 
Tratamiento 
Se utilizan ampliamente diversos fármacos an­
tiepilépticos, como fenitoína, carbamazepina, ácido 
valproico, fenobarbital, primidona y etosuximida, 
como monoterapia o en asociaciones de dos o tres 
de ellos, según el caso particular. 
En los casos del llamado mal convulsivo, en don­
de los pacientes cursan con hipoxia y colapso circu­
latorio, suele recomendarse el empleo de diazepam 
o midazolam, barbitúricos y lidocaína en infusión.
Debe asegurarse la permeabilidad de la vía aérea
y acaso requerirse apoyo ventilatorio mecánico, todo 
ello en el ambiente hospitalario. 
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Manifestaciones 
prodrómicas: 
irritabilidad, 
cambios en Aura epiléptica: 
angustia, miedo, 
nerviosismo 
SÍNDROME EPILÉPTICO 
Crisis convulsivas tónicas, clónicas o mixtas 
No convulsivas: ausencias 
Desviación conjugada 
de ojos, vocalización 
simple, movimientos 
complejos de tronco 
Movimientos 
convulsivos 
contra laterales, 
disfasia 
Parestesias, dolor 
u otra sensación 
contra lateral 
Alucinaciones 
olfatorias, 
gustativas, 
confusión, Alucinaciones 
amnesia visuales 
comportamiento, 
apetito o sueño 
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y extremidades 
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Temporolímbica Lóbulo frontal Área motora Área sensitiva 
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-Posibles á<eas de affü�Oo aoa<óm::r•
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Descarga 
neuronal 
anormal con 
cambios 
paroxísticos de 
despolarización 
Tratamiento 
Mediado por 
1 
neurotrasmisores: 
Gabaér�icos 
Glutam1nerg1cos Propagación de la 
------.. Noradrenalina ______.. excitación a otros 
Adenosina territorios 
Somatostatina 
Acetilcolina 
Óxido nítrico 
Alteraciones en 
electroencefalograma 
TAC 
RMN 
1. Debe tratar de eliminarse la causa del síndrome convulsivo.
PET 
SPECT 
Lób,,lo rporal lóbol
r
deral 
2. Suelen emplearse ampliamente en monoterapia fármacos antiepilépticos como
fenitoína, carbamazepina, ácido valproico, fenobarbital, primidona y etosuximi­
da; sin embargo, en casos particulares pueden asociarse dos o tres de ellos.
3. En el caso del llamado mal convulsivo concurrente con colapso circulatorio e
hipoxia, el tratamiento debe llevarse a cabo en una unidad de terapia intensiva.
Suele utilizarse el diazepam o el midazolam, y posiblemente se requiera dar ayu­
da respiratoria mecánica.
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