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1 Metabolismo energético durante el ejercicio El metabolismo energético es un proceso fundamental para proporcionar la energía necesaria para realizar actividad física. Durante el ejercicio, el cuerpo requiere un aumento en la producción de energía para satisfacer la demanda de los músculos activos. El metabolismo energético durante el ejercicio implica una serie de procesos complejos que permiten la producción y utilización de ATP, la molécula de energía celular. El ATP (trifosfato de adenosina) es la molécula utilizada por las células para almacenar y transferir energía. Durante el ejercicio, los músculos necesitan ATP en cantidades mayores para realizar el trabajo. El proceso de producción de ATP se lleva a cabo a través de tres sistemas de energía principales: el sistema de fosfágeno, el sistema láctico y el sistema aeróbico. El sistema de fosfágeno es una fuente inmediata de energía que implica la liberación de fosfato de creatina para regenerar ATP. Este sistema es especialmente útil en 2 actividades explosivas de alta intensidad y corta duración, como levantar pesas o sprints cortos. El sistema láctico es utilizado en actividades de alta intensidad y duración moderada. Implica la producción de ATP a través de la fermentación láctica, que produce ácido láctico como subproducto. El sistema láctico proporciona una fuente rápida de energía, pero puede provocar fatiga y dolor muscular debido a la acumulación de ácido láctico. El sistema aeróbico es la principal fuente de energía durante el ejercicio de resistencia y larga duración. Implica la utilización de oxígeno para la oxidación de nutrientes, como los ácidos grasos y los carbohidratos, para producir ATP. El sistema aeróbico es altamente eficiente y permite la producción constante de energía durante períodos prolongados. La elección del sistema de energía durante el ejercicio depende de la intensidad y la duración de la actividad. Las actividades de alta intensidad, como el levantamiento de pesas, pueden depender en gran medida del sistema de 3 fosfágeno y el sistema láctico. Por otro lado, el ejercicio aeróbico, como correr largas distancias, se basa en gran medida en el sistema aeróbico. El metabolismo energético durante el ejercicio implica también el consumo de oxígeno, que es una medida de la eficiencia del sistema cardiovascular y respiratorio para proporcionar oxígeno a los músculos activos. El consumo máximo de oxígeno (VO2 máximo) es un indicador de la capacidad aeróbica y es una medida importante en el rendimiento deportivo.
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