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FISIOTERAPIA DEL HOMBRO-DONATELLI

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Fis o -- e apia 
del 0111,b -o 
Ro l!::M!H't Do 1"113 
.A- . P.. ~ 
ÍNDICE DE MATERIAS 
CAPÍTULO 1 
ANATOMÍA Y BIOMECÁNICA DEL HOMBRO 
Anatomía ....... . 2 
Articulación glenohumeral 2 
Osteología . . . . . 2 
Estructuras periarticulares 4 
Miología ....... . 5 
Articulación esternoclavicular 5 
Articulación acromioclavicular 6 
Articulación escapulotorácica 6 
Biomecánica 7 
Abducción 7 
Artrocinemática 8 
Fuerzas 9 
Ritmo escapulohumeral 10 
Actividad muscular 11 
Flexión ...... . 12 
Artrocinemática 12 
Actividad muscular 13 
Rotación ..... . 13 
Artrocinemática 13 
Actividad muscular 13 
Estabilidad glenohumeral 14 
Osteología . . . . . 14 
Estructuras periarticulares 14 
Músculos 15 
Resumen 15 
Bibliografía 16 
XVI Índice de mateñas 
CAPÍTULO 2 
EVALUACIÓN DEL HOMBRO. ORIENTACIÓN SECUENCIAL 19 
Anamnesis ................ . 19 
Inicio insidioso . . . . . . . . . . . . . 20 
Hombro doloroso y posturas durante el sueño 26 
Caso clínico 1 . . . . . . . 26 
Hombro doloroso en los trabajadores 30 
Problemas del hombro en los atletas 30 
Inicio traumático del hombro doloroso 30 
Caso clínico 2 . . . . . . . . . 31 
Acromioplastia y reparación del manguito de los retadores 35 
Caso clínico 3 . . . . . . . . . . . 36 
Patología de la articulación acromioclavicular 38 
Grado 1 39 
Grado ll 39 
Grado Ill 39 
Fracturas 40 
Luxaciones glenohumerales 40 
Esquema del dolor del paciente y escala análoga visual 42 
Examen de la región superior 46 
Amplitud activa del movimiento 50 
Amplitud pasiva del movimiento 52 
Valoración de la movilización 54 
Pruebas especiales . . . . . 54 
Síndromes de pinzamiento 54 
Tendinitis bicipital 55 
Rotura del ligamento humeral transverso 55 
Síndrome del plexo torácico 56 
Palpación 56 
Resumen .58 
Bibliografía 59 
CAPÍTULO 3 
EVALUACIÓN ISOCINÉTICA Y TRATAMIENTO DEL HOMBRO 63 
Ventajas prácticas de la isocinética . 63 
Evaluación de las diagonales del hombro 65 
Procedimiento de la prueba 66 
Protocolos de tratamiento 70 
Resumen 73 
Bibliografía 73 
Índice de .materias XVII 
CAPÍTULO 4 
POSTURA Y EL CUARTO SUPERIOR 
 75 
Postura 
 75 
Postura. anormal . . . . . . 77 
Posición de postura relajada 77 
Mecánica anormal y disfunción . . . . 78 
Neuropatías por atrapamiento y postura anormal 82 
Nervio supraescapular 83 
Nervio escapular dorsal 83 
Conclusiones 
 84 
84Bibliografía 
CAPÍTULO 5 
MANEJO DEL HOMBRO CONGELADO 87 
Revisión de la literatura 
 88 
Patología y definición 88 
Etiología 92 
Hallazgos clínicos 93 
Examen ... : . 97 
Hallazgos subjetivos 97 
Hallazgos objetivos 98 
Tratamiento . . . . . . . . . . . . . 102 
Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea 104 
Calor 104 
Ultrasonido 104 
Crioterapia 105 
Ejercicio 106 
Manipulación 107 
Conclusión 111 
Agradecimientos 112 
Bibliografía 112 
CAPÍTULO 6 
EL HOMBRO EN LA HEMIPLEJÍA 117 
Mecánica normal de la cintura escapular 117 
Biomecánica anormal . . . . . . . . 117 
, ---· --:~~. 
Indice de m8férias XIXXVIII Índice de materias 
Examen físico . . . . . . . . . . . . . l 64 Pérdida del control muscular l l 8 
Examen de la postura . . . . . . . . . 166118Patrón 1 
Evaluación de las limitaciones de las partes blandas . . . . . 167120Patrón 11 
Examen muscular de rigidez y puntos gatillo miofasciales en pa-Patrón III . . . . . . . . . .. 120 
cientes .con SET y afectación del plexo superior . . . . . . . 169Desarrollo de movimiento anormal y espasticidad 123 
Escale.no anterior 169Bloqueos del tejido blando al movimiento 124 
Subclavio l 70 Consideraciones musculoesqueléticas 127 
Elevador de la escápula . . . . . . . . . . . . 17 lSubluxación del hombro 127 
Examen muscular de rigidez y puntos gatillo miofasciales en pa-Hombro doloroso 128 
cientes con SET y afectación del plexo inferior . . . . . . . 172Dolor articular 128 
Pectoral menor . . . . . . . . . . . 172Dolor muscular 129 
Prueba de movimiento del SET l 73 Sensibilidad alterada l 3 l 
Examen con maniobras de provocación l 74 Plan de tratamiento . . . 132 
Evaluación sensitiva y vegetativa . . . . . 175Recuperación del control postural 132 
Tratamiento fisioterápico de los pacientes con SET 177Déficits ncuromuscularcs 133 
Caso clínico l . . . · . . . l 80Establecimiento de carga de peso . . . . . ·' . 133 
Caso clínico 2 . . . . . . . l 81Iniciación y «mantenimiento» de los patrones proxima.les 137 
Fase inicial del tratamiento l 82 Reeducación de los movimientos distales 140 
Segunda fase del tratamiento l 84 Tratamiento de las complicaciones secundarias 142 
Fase final del tratamiento l 85 Subluxaeión 142 
Resumen de la evaluación del TF y del tratamiento l 87 Dolor ...... . 143 
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . 187Pérdida de la amplitud 143 
Espasticidad 144 
Conclusión 144 
Bibliografía 144 CAPÍTULO 8 
MANEJO DE LAS LESIONES DEL PLEXO BRAQUIAL Y SUS RE­
LACIONES CON EL HOMBRO 191 
CAPÍTULO 7 
Anatomía del plexo braquial . . . 192EVALUACIÓN Y MANEJO DEL SÍNDROME DE LA SALIDA TO-
Relaciones topográficas del plexo braquial 196RÁCICA 147 
Lesiones del plexo braquial . . . . . . 196 
Lesiones proximales del plexo braquial 197Presentación clínica l 48 
Lesiones tronculares del plexo braquial 197Etiología . . . . . . . . . . . . . . l 49 
Tipo superior (de Erb-Duchenne) 197Pruebas especiales para el síndrome de entrada torácica 150 
Tipo inferior (de Klumpe) ..... 198Pruebas de maniobras de provocación . . . . . . 150 
Tipo medio . . . . . . . . . . . . . 198Estudios de conducción de velocidad nerviosa motora l 57 
Lesiones de los cordones del plexo braquial . 199Resumen de las pruebas especiales . . . . . . 159 
Lesiones de la rama nerviosa del plexo braquial 199Tratamiento conservador del SET . . . . . . . . 160 
Nervio del serrato 199Perspectiva histórica: la función del fisioterapeuta 160 
Nervios torácico anterior o pectoral 200Filosofía del tratamiento FT . . . . . . l 61 
Nervio del angular y del romboides 201Evaluación fisioterápica del paciente con SET l 62 
Nervio supraescapular . . . . . 201Historia del paciente . . . . . . . . . . 162 
http:Escale.no
XX Índice de materias 
Nervio torácico dorsal 
Nervios subescapulares 
Nervio axilar o circunflejo 
Clasificación de las lesiones del plexo braquial 
Estudio de laboratorio de las lesiones del plexo braquial 
Electromiografía . . . . . . . . . . 
Estudios de conducción nerviosa 
Potenciales somatosensoriales evocados 
Prueba electrodiagnóstica . . . . . 
Tratamiento fisioterápico de las lesiones del plexo braquial 
Sintomatología y medidas fisioterápicas 
Dolor y causalgia . . . . . . . . . . . . 
Anestesia, parestesias, disestesias . . . . . 
Afectación motora y atrofia por denervación 
Cambios tróficos . . . . . . . . . . . 
Afectación del sistema nervioso vegetativo 
Rigidez del tejido conectivo 
Conclusión 
Bibliografía 
CAPÍTULO 9 
INVESTIGACIÓN ACTUAL DE PROBLEMAS SELECCIONADOS 
DEL HOMBRO 
Problemas del hombro 
Individuos normales 
Nadadores 
Luxaciones recidivantes 
Tratamiento de la luxación inicial 
Resultado funcional de las reparaciones del hombro 
Resumen 
Bibliografía 
CAPÍTULO 10 
LESIONES DE LANZAMIENTO DEL HOMBRO 
Mecanismos del lanzamiento 
Volteo 
Preparación 
Aceleración 
202 
202 
203 
205 
205 
207 
207 
2Ó9 
209 
211 
211 
212 
212 
213 
213 
214 
214 
215 
215 
219 
219 
219 
222 
225 
226 
228 
2i9 
230 
233 
234 
234 
235 
236 
Índice de materias XXI 
Despegue de la bola 237 
Deceleración 237 
Control-final 237 
Mecanismos de lesión 237 
Examen 239 
Lesiones comunes 247 
Deltoides 247 
Bursitis subdeltoides 247 
Tendinitis subescapular 247 
Roturas del músculo pectoral mayor 247 
Rotura del músculo dorsal ancho 248 
Tendinitis del bíceps . . . . . . . 248 
Subluxación recidivante de la porción larga del bíceps 248 
Roturas del tendón del bíceps 248 
Desgarros del borde glenoideo 249 
Subluxación del húmero 249 
Desgarrosdel manguito de los rotadores 249 
Cirugía ...... . 250 
Tratamiento conservador 250 
Prevención . . . . . . 253 
Apéndice 10-1 254 
Programa de ejercicios para el hombro . ,. 254 
Apéndice l 0-2 .. . . . . . . . . . . . 265 
Programa de lanzamiento en intervalo 265 
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . 266 
CAPÍTULO 11 
MOVILIZACIÓN DEL HOMBRO 267 
Definición . . . . . . . . . 267 
Función de la movilización 269 
Efectos del movimiento pasivo 269 
Efectos del movimiento pasivo sobre el tejido cicatricial. Indicaciones 
y contraindicaciones de la movilización 270 
Principios de las técnicas de movilización 273 
Técnicas de movilización 274 
Posición de la mano 274 
Dirección del movimiento 274 
Mecánica corporal 275 
Duración y amplitud 275 
Técnicas de la articulación glenohumeral 275 
XXII Índice de materias 
Figura l l-l: Deslizamiento inferior del húmero ..... 
Figura l l-2: Tracción longitudinal. Deslizamiento inferior del hú­
mero ................. . 
Figura l l-3: Deslizamiento caudal del húmero 
Figura l l-4: Deslizamiento posterior del húmero 
Figura l l-5: Tracción lateral del húmero .... 
Figura l l-6: Deslizamiento anterior del húmero . . . . . . 
Figura l l-7: Deslizamiento anterior de la cabeza del húmero . . 
Figura l l-8: Deslizamiento anterior/posterior de la cabeza del hu­
meral ................... · · . · 
Figura l l-9: Deslizamiento anterior/posterior de la cabeza del hú­
mero . . . . . . . . . . . . . . . . . . · · · · · · 
Figura l l-10: Rotación externa del húmero ....... . 
Figura 11-l l: Rotación externa/abducción/deslizamiento inferior 
del húmero 
Técnicas escapulotorácicas ........ . 
Figurá 11-12: Rotación externa de la escápula 
Figura 11-13: Tracción de Ja escápula .. 
Figura 1 1-14: Deslizamiento inferior de la escápula 
Figura l l-15: Tracción de Ja escápula. Pronación 
Técnicas esternoclaviculares y acromioclaviculares ..... 
Figura 11-16: Deslizamiento superior de la articulación ES 
Figura l l-17: Deslizamiento anterior de la articulación AC 
Figura l l-18: Pinzamiento de la articulación AC 
Resumen 
Agradecimientos 
Bibliografía 
CAPÍTULO 12 
TRATAMIENTO DE LA DISFUNCIÓN MIOFASCIAL DEL HOM­
BRO ...... . 
Naturaleza y mecanismos 
Características clínicas 
Factores de perpetuación 
Tratamiento fisioterápico 
Rodamiento de la piel 
Presión 
Masaje 
Extensión 
Ultrasonido 
275 
276 
277 
278 
278 
279 
280 
280 
281 
281 
283 
283 
283 
285 
285 
285 
287 
287 
287 
288 
288 
289 
289 
-"~'~'--
291 
291 
294 
296 
296 
297 
297 
297 
298 
299 
Índice de materias XXIII 
Calor 300 
Resumen ....... . 300 
Músculos de la cintura escapular 301 
Subescapular 301 
Supraespinoso 303 
Infraespinoso 
~-
303 
Redondo menor 304 
Redondo mayor 304 
Deltoides 305 
Dorsal ancho 307 
Elevador de la escápula 307 
Romboides mayor y menor 309 
Pectoral mayor 310 
Pectoral menor 311 
Coracobraquial 312 
Bíceps braquial 313 
Tríceps braquial 313 
Agradecimientos 313 
Bibliografía 314 
CAPÍTULO 13 
TRATAMIENTO MÉDICO DE LA DISFUNCIÓN DOLOROSA 
MIOFASCIAL 317 
El paciente extrínseco 320 
El paciente intrínseco 321 
Infiltraciones de los puntos gatillo 324 
Conclusiones 326 
Bibliografía 326 
CAPÍTULO 14 
SUSTITUCIÓN TOTAL DEL HOMBRO 329 
Diagnósticos que requieren la sustitución total del hombro 332 
Osteoartritis 333 
Luxación crónica 333 
Artritis reumatoidea 333 
Traumatismo 335 
Revisión 336 
Miscelánea 336 
XXIV indice de materias 
Perfil del paciente 336 
Consideraciones quirúrgicas 338 
Manejo posoperatorio 339 
Resumen 343 
Bibliografía 343 
Capítulo 1 
ANATOMÍA Y BIOMECÁNICA DEL HOMBRO 
MARTHA KAPUT 
Una de las articulaciones periféricas que se deben tratar con más frecuen­
cia en la clínica de la terapéutica física es la articulación del hombro. El fisiote­
rapeuta debe conocer la anatomía y la. mecánica de esta articulación para 
valorar y diseñar el programa de tratamiento más eficaz para los pacientes con 
disfunción del hombro. Este capítulo describirá la anatomía funcional perti­
nente del complejo del hombro y relacionará su anatomía con las mecánicas 
de abducción, flexión y rotación del hombro. ...,_ 
La articulacióo del hombro se denomina mejor complejo del hombro por­
que son necesarias una serie de articulaciones para la posición del húmero en 
el espacio (fig. 1-1). Muchos autores, cuando describen la articulación del 
hombro, discuten la articulación acromioclavicular, la articulación externo­
clavicular, la articulación escapulotorácica y la articulación glenohumeral 
[!, 2, 3, 4]. Kapanji ha aumentado esta lista y además incluye la articulación 
funcional subdeltoidea [5]. Cailliet discute la importancia de considerar el 
movimiento en las articulaciones costoesternal y costovertebral cuando se 
evalúa la movilidad del cinturón escapular [ 6]. Dempster relaciona todas estas 
áreas utilizando el concepto de uniones. Las funciones integradas y armonio­
sas de todas estas uniones son necesarias para una movilidad completa nor­
mal [7]. 
El complejo del hombro es una de las articulaciones más móviles del cuer­
po. Su amplia movilidad ayuda a la posición del hombro y de la mano para las 
diversas actividades prensiles que debe realizar la persona. El hombro se pue­
de mover a través de un arco casi completo en los planos frontal y sagital. Esta 
gama completa se utiliza en diversos esfuerzos atléticos tales como las anillas 
de gimnasia o la natación de espaldas. La mayoría de actividades diarias no 
requieren esta amplia gama de movilidad. La contribución del hombro a la 
función de la extremidad superior puede ser pequeña si la persona puede 
compensar el movimiento de la columna cervical y las articulaciones distales 
de la extremidad superior. Este contraste puede explicar la presencia de dis­
2 Fisioterapia del hombro Anatomía y biomecánica del hombro 3 
¡:TC;. l-1 ("ornponcntcs Jd con1pkjo de la articulación del hombro: ( 1) arti.culaci_~n glcnohu1nc­
ra!: (2) articulación subdcltoidca; (3) articulación acromioclavicular; (4) art1culac1on c.scapulot~­
rácica: (5) articulación cstcrnoclaviculac (6) primera articulación costocsternal: (7) pnmera art1­
culaciün costoYcrtcbral. 
función del hombro en los extremos del espectro de la movilidad -hipermovi- · 
lidad asociada a luxaciones del hombro e hipomovilidad en la capsulitis adhe­
siva. El movimiento del hombro difiere entre Jos individuos. Parte de esta 
variabilidad se debe a consideraciones anatómicas [8, 9]. 
ANATOMÍA 
ARTICULACIÓN GLENOHUMERAL 
Osteología 
. La articulación glenohumera! contribuye de gran manera a la movilidad 
del complejo del hombro. E~ta articulación se ha descrito como una arti~ula­
ción de bola v fosa. Saha confirmó esta descripción en el 70 % de sus espec1me­
nes. En el 30.% restante el radio de curvatura de la cabeza humeral fue mayor 
A 
F1G. 1-2. (A) Húmero con marcador a través 
del eje cuello-cabeza y un.segundo marcador a 
través de los cpicóndilos. (B) Retrotorsión del 
húmero visto desde el frente. 
B 
que el radio de curvatura de la glenoides. Así, la articulación no era una verda­
dera enartrosis [9]. Saha describió posteriormente las superficies articulares, 
especialmente de la cabeza del húmero, como muy irregular y con una enorme 
variación individual [9]. 
La cabeza del húmero es una superficie articular convexa hemiesférica con 
dirección superior, medial y posterior. Esta superficie articular está inclinada 
de 130 a 150 grados respecto a la diáfisis del húmero y está en retroversión 20 
a 30 grados [3] (fig. 1-2). Sólo un tercio de la cabeza humeral puede contactar 
con la fosa glenoidea al mismo tiempo [ l]. La fosa glenoidea es una estructura 
poco profunda profundizada por el borde glenoideo. El borde tiene forma de 
cuña cuando la articulación glenohumeral está en posición de reposo y cambia 
de forma con los diversos movimientos [JO]. El significado funcional del bor­
de es cuestionable.La mayoría de autores están de acuerdo en que el borde es 
una estructura de soporte débil [ 1O, 11 ]. Moseley y Overgaard consideraron el 
borde como un pliegue de la cápsula compuesto de tejido conectivo fibroso 
4 5 Fisioterapia del hombro 
tenso pero desprovisto en general de cartílago excepto en una pequeña zona 
cerca de su inserción ósea [ l O]. 
La fosa glenoidea mira lateralmente. EXiste cierta discrepancia respecto a 
la inclinación superior o inferior de la glenoides. Freedman y Munro hallaron 
. la glenoides encarada hacia abajo en el 80,8 % de los hombros que estudiaron 
con rayos X [12].- Basmajian y Bazant describieron una inclinación superior e 
hipotizaron que ayudaba a la estabilidad de la articulación [13]. Otro factor 
que produce estabilidad de esta articulación es la glenoides que mira hacia 
atrás. Saha halló una retroinclinación de 7,4 grados de la glenoides en el 
73,5 %de los sujetos normales [14]. Tanto las superficies articulares humeral y 
glenoidea están alineadas con el cartílago articular. El cartílago es más grueso 
en la periferia de la fosa glenoidea y en el centro de Ja cabeza humeral [9]. 
Estructuras periarticulares 
La cápsula y los ligamentos refuerzan la articulación glenohumeral. La 
cápsula se une alrededor del borde glenoideo y forma un manguito alrededor 
de la cabeza del húmero, uniéndose al cuello anatómico, excepto medialmente 
en donde la cápsula se refleja hacia abajo media pulgada. La cápsula es una 
estructura laxa; la cabeza del húmero puede moverse l cm cuando el hombro 
está en posición relajada [7]. La cápsula está_ reforzad!'! anterior y posterior­
mente por los ligamentos y los músculos. No existe soporte inferior adicional, 
lo cual produce debilidad de esta parte de Ja cápsula. 
La cápsula anterior está reforzada por los ligamentos glenohumerales. El 
soporte que estos ligamentos ofrecen a la cápsula es insignificante [ 15] y no 
están presentes uniformemente en todos los individuos. Turkel y cols. descri­
bieron el ligamento glenohumeral inferior como una estructura más gruesa y 
más consistente [ 16]. Moseley y Overgaard hallaron el ligamento inferior, así 
como el superior, consistente en su población de cadáveres [10]. 
Los ligamentos coracohumerales son los ligamentos de sostén más fuertes 
de la articulación glenohumeral. También engruesan la cápsula. Estos liga­
mentos aparecen desde el proceso coracoides y se extienden hacia el troquín y 
el troquíter. 
Además del refuerzo ligamentoso, la cápsula también está reforzada por los 
músculos. El múscu_lo subescapular refuerza anteriormente. el supraespinoso 
refuerza superiormente y el infraespinoso y el redondo menor llevan el sostén 
posterior. Estos músculos del manguito de los retadores también se han deno­
minado músculos te.ndinosos glenoideos [ 17]. 
Entre los ligamentos de sostén y los músculos se sitúa la bolsa sinovial o 
receso. Anteriormente, existen tres recesos diferentes. El receso superior es ia 
bolsa subescapular. Separada de la bolsa subescapular por el amplio tendón 
Anatomía y biomecánica del hombro 
subescapular se encuentra la bolsa o receso axilar. El receso sinovial medio 
está situado posteriormente al tendón subescapular [ 18]. 
Miología 
Los músculos mayores que actúan en la articulación glenohumeral son los 
·músculos escapulohumeral y axiohumeral. Los músculos del grupo escapulo­
humeral se originan en la cápsula y se insertan en el húmero. Los músculos del 
manguito de los retadores se insertan en las tuberosidades y a lo largo de los 
dos tercios superiores de cuello anatómico [ 19]. El subescapular tiene la mayor 
cantidad de masa muscular de los cuatro músculos del manguito de los retado­
res [4]. 
El deltoides comprende el 41 % de la masa muscular escapulohumeral [4]. 
Este músculo, además de su inserción próxima en el proceso acromiál y en la 
espina de la escápula, también emerge desde la clavícula. La inserción distal la 
realiza en la diáfisis del húmero en el tubérculo deltoideo. La ventaja mecáni­
ca del deltoides está aumentada por la inserción distal y la evolución a un 
mayor proceso del acromion [4]. El deltoides es un músculo resistente a la 
fatiga. Ello explica la rara afectación del deltoides en la patología del hom­
bro [20]. 
El grupo muscular siguiente es el de los músculos axiOhumerales. Este gru­
po está formado p'or el pectoral mayor, pectoral menor y ancho dorsal. Ade­
más de ser los principales motores del brazo, pueden actuar sobre el brazo fijo 
moviendo el tronco hacia arriba y hacia delante, como al subir escaleras [ 19]. 
ARTICULACIÓN ESTERNOCLAVICULAR 
La articulación esternoclavicular es la única articulación que une el cintu­
rón escapular con el ej_e del esqueleto. Esta articulación es una articulación en 
silla; la superficie articular externa es mayor que la superficie clavicular, pro­
porcionando estabilidad a Ja articulación [5]. La articulación también está 
estabilizada por su disco articular, la cápsula articular, ligamentos y músculos 
de refuerzo [7, 21]. El disco articular une superiormente a la clavícula e infe­
riormente al primer cartílago costal y costilla [7. 21 ](fig. 1-3). Este disco une Ja 
articulación y la divide en dos cavidades. La cápsula rodea la articulación y es 
más gruesa en la caras anterior y posterior. La sección de la cápsula por el disco 
a la clavícula es más laxa. permitiendo más movilidad en este punto que entre 
el disco, el esternón y la primera costilla [ 19]. El ligamento interclavicular 
refuerza la cápsula anterior y superiormente. El ligamento costoclavicular de· 
forma romboidea conecta la clavícula a la primera costilla [ 19]. Los músculos, 
6 7 Fisioterapia del hombro 
F10. 1-3. Esquema que re­
presenta las inserciones su­
perior e inferior del menisco 
y los ligamentos superior e 
inferior de la articulación es­
ternoclavicular. 
especialmente el esternocleidomastoideo, esterno, oideo y esternotiroideo, 
proporcionan más sostén [21 ]. La clavícula, por sí·'misma, forma una doble 
curva. convexa medialmente y cóncava lateralmente. Esta configuración per­
mite una mayor movilidad de este hueso [4]. 
ARTICULACIÓN ACROMIOCLAVICULAR 
En el otro extremo de la clavícula se encuentra la articulación acromiocla­
vicular. Esta articulación está caracterizada por su tamaño variable, forma de 
las facetas claviculares y la presencia del menisco intraarticular [21]. Esta 
cápsula articular es más laxa que la articulación esternoclavicular; así, se pro­
duce más movimiento en la articulación acromioclavicular y está más predis­
puesta a las luxaciones [7]. Existen tres ligamentos principales de sostén. Lós 
ligamentos conoides y trapezoides se denominan colectivamente ligamento 
coracoclavicular. Es a través de este ligamento que el movimiento de la cápsu­
la se traslada hacia la clavícula [7]. El ligamento acromioclavicular refuerza la 
cara superior de la articulación junto con las inserciones tendinosas del trape­
cio v de los músculos deltoideos [21].. . 
ARTICULACIÓN ESCAPULOTORÁCICA 
La art· ~ación escapulotorácica no es una articulación anatómica, sino 
una art" ~·0;1 'isiológica importante que ayuda considerablemente al movi­
m1er b<lll;iiSura escapular. La escápula es cóncava, articulándose con el 
t<'· · "" . .. J [ l ]. La escápula no tiene conexiones óseas ni ligamentosas con 
tiJ rc;ax. '!'k.:~pto sus inserciones en la articulación acromioclavicular y liga­
IT''c''r: c. cOclavicular. La escápula está estabilizada principalmente por los 
nc~·.rnlos. Los músculos axioescapulares incluyen el trapecio. romboides ma-
AnatOiliía y biomecánica del hOmbró 
yor Y. menor, serrato anterior y angular del omóplato. El tono del trapecio 
supenor es el mecanismo capital de la suspensión de toda la cintura escapu­
lar (4]. 
BIOMECÁNICA 
Las estructuras anatómicas promueven y limitan el movimiento El com­
plejo de la articulación del hombro está diseñado para el movimiento". Los tres 
movimientos importantes de la función son la abducción del hombrola fle­
xión Y la rotación. Durante cada uno de estos movimientos se prod~ce un 
movimiento sincrónico de las cuatro articulaciones principales que componen 
el complejo del hombro. 
ABDUCCIÓN 
La abducción del hombro es el movimiento del hombro más estudiado¡4, 
8, 12, 22-25]. Trad1c10nalmente la abducción es el movimiento en el plano 
coronal [ 4, 6, 26]. Por lo tanto, éste es el movimiento del húmero en relación 
con. el tronco. La abducción también se descubre utilizando el plano de la 
escapula. En. este plano el eje mecánico del húmero se aproxima al eje mecáni­
co de la escapula (22, 24, 27] (fig. 1-4). No es un plano fijo. El plano de la 
escápula está aproximadamente entre 30 y 45 grados anterior al plano coronal 
[23, 25]. El movimiento en este plano impide la torsión de las fibras inferiores 
capsulares. Los músculos circundantes son paralelos manteniendo una óptima 
relación longitud-tensión (22]. 
Plano de la escápula 
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F10. 1-4. Abducción en el plano de la escápula. 
8 9 Fisioterapia del hombro 
' 
Rotación 
Deslizamiento 
ftG. J ·5. Movimiento artrocinemático que se produce en la articulación glcnohumeral: desliza· 
miento. rotación y balanceo. 
Artrocinemática 
La cantidad de abducción del hombro varía entre los individuos en un 
promedio de 148 a !82 grados del movimiento osteocinemático [12]. Aproxi­
madamente del 120 al I 35 grados de este movimiento se produce en la articu­
lación glenohumeral [4, 9]. El movimiento que se produc.e en las superficies 
articulares es el movimiento artrocinemático, del cual existen tres tipos: ba­
lanceo, deslizamiento y rotación (fig. 1-5). El balanceo se produce cuando 
diversos puntos de la superficie en movimiento contactan con diversos puntos 
de la superficie estática. El deslizamiento se produce cuando un punt? de l,a 
superficie en movimiento contacta con múltiples puntos de la superficie est~­
tica. Cuando se produce el deslizamiento o el balanceo. existe un cambio 
significativo en el área de contacto entre las dos superficies articulares. El 
tercer tipo de movimiento artrocinemático es la rotación, la cual se produce 
cuando diversos puntos de la superficie en movimiento contactan con un pu~­
to de la superficie estática. Existe poco desplazamiento entre las dos superfi­
cies articulares en rotación. 
Los tres movimientos artrocinemáticos se pueden producir en la articula­
ción glenohumeral. pero no se producen en proporciones iguales. Estos movi­
mientos son necesarios para que la cabeza del húmero avance en la pequeña 
Anatomía y biomecánica del hombro 
superficie articular glenoidea [9]. Saha investigó el área de contacto entre la 
cabeza del húmero y la glenoides con la abducción del plano de la escápula [9] 
y encontró que el área de contacto en la cabeza del húmero se desviaba hacia . 
arriba y hacia adelante, lo que indica un movimiento de deslizamiento o ba­
lanceo. Poppen y Walker midieron los centros de la rotación para el mismo 
movimiento [24]. Hallaron que en los primeros 30 grados, y con frecuencia 
entre los 30 y los 60 grados, la cabeza del húmero se movía superiormente en la 
glenoides 3 mm, lo que indica deslizamiento o balanceo. A más de 60 gra­
dos. existía un mínimo movimiento del húmero, lo que indica rotación casi 
pura [25]. 
La rotación externa concomitante del húmero es necesaria para la abduc­
ción en el plano coronal [4, 9, 26, 28]. Algunos autores han postulado que este 
movimiento es necesario para que el troquíter despeje el acromion y el liga­
mento coracoacromi"al [l. 2, 26]. A pesar que la disminución de la distancia 
entre la cabeza humeral y el ligamento coracoacromial se asocia a disfunción 
del manguito de los retadores [29], existe suficiente espacio para impedir la 
afectación ósea [9]. La rotación externa también es necesaria para la abduc­
ción coronal completa aun tras extirpar quirúrgicamente el ligamento cora­
coacromial y el acromion. Saha ha razonado que la rotación externa es necesa­
ria para impedir que la cabeza del húmero afecte el reborde glenoideo [9]. 
La rotación externa del húmero no es necesaria para la abducción completa 
en el plano de la escápula [2, 19]. Poppen y Walker hallaron que el húmero y la 
escápula se movían sincrónicamente en la rotación externa a 90 grados de 
abducción de forma que existía relativamente poca rotación del húmero en la 
glenoides con la abducción en el plano de la escápula [24]. 
Fuerzas 
Se genera una cantidad -significativa de fuerza en la articulación glenohu­
meral durante la abducción [4. 23]. En las primeras fases de la abducción, el 
vector de carga sobrepasa el borde superior de la glenoides [17]. Durante esta 
fase de la abducción. la fuerza de atracción del deltoides produce un cizalla­
miento hacia arriba de la cabeza humeral [30]. Esta fuerza de cizallamiento 
alcanza el máximo a los 60 grados de abducción y está contrarrestada por las 
fuerzas compresivas transversas de los músculos del manguito de los retadores 
[23] (fig. 1-6). A 90 grados de abducción, el vector de carga se toloca excéntri­
can1ente en ta glenoides superior: sin embargo. en esta amplitud las fuerzas 
con1presivas son n1áxin1as. produciendo una estabilidad por compresión [ I 7]. 
Poppcn y Walker estimaron esta fuerza compresiva de 0.89 veces el peso del 
cuerpo [23]. In1nan y cols. también describen una fuerza compresiva máxima 
a 90 grados. la cual es considerablemente 1nenor que la de los cálculos de 
Poppen y Walker [4]. En los extremos de la abducción. el vector de carga se 
--- --------------
10 
11 
-
Fisioterapia del hombro 
I 
F1G. l -6. En las primeras fases de la 
abducción glenohumeral, la fuerza reac­
tiva del deltoides (D) se localiza por 
fuera de la fosa g\enoidea. Esta fuerza 
está contrarrestada por las fuerzas com­
presivas transversas de los músculos su­
praespinoso (S) e infraespinoso (1). La 
fuerza reactiva resultante (R) está por lo 
tanlll fa \"Orablc1ni:nt..:- situada Cn d inte­
rior de la fosa glcnoidea para la esta_bili­
dad articular. 
\ 
dirige hacia el eje central de la gienoides, y las fuerzas se igualan en todas las 
partes de la gicnoides [ 17]. 
Ritmo escapulohumerai 
Junto al movimiento de la articulación glenohumeral también se produce 
el movimiento sincrónico de las articulaciones adyacentes. lnman y cols. in­
vestigaron el ritmo escapulohumeral en individuos que movían sus hombros 
en el plano coronal [ 4 ]. Tras los primeros 30 grados de movimiento existía una 
relación casi constante de 2 grados de movimiento humeral para cada grado 
del movimiento de la escápula. Utilizando estudios radiográficos, Freedman y 
Munro hallaron una relación de tres a dos en Jos hombres [12]. Poppen y 
Walkcr. investigando la abducción en el plano de la escápula, hallaron "úna 
relación de 5 a 4 grados después de los 30 grados primeros de movimiento 
[24]. Doody y cols.. además de investigar la abducción en el plano de la escá­
pula. hallaron una relación promedio de 1,74a1 grado, con una relación de 7, 
240 a 1 grado en Ja primera fase de la amplitud de más de l a 1 al final de la 
amplitud [8]. La mayor cantidad de movimiento de la escápula se produce 
entre 90 y 140 grados. Cuando se añade peso al brazo, la escápula se mueve 
más pronto pero contribuye menos al movimiento total [8]. 
El movimiento de la escápula está favorecido por el movimiento de las 
articulaciones acromioclavicular y esternoclavicular. La abducción del hom­
bro está acompañada por Ja elevación clavicular. El movimiento esternoclavi­
cular es más evidente entre O y 90 grados. Para cada 1O grados de abducción 
del hombro, existen 40 grados de movimiento estern_oclavicular [4]. La articu­
lación acromioclavicular se mueve principalmente antes ·de los 30 grados y 
después de los 135 grados [4]. El movimiento puede producirse en la articula­
ción acromioclavicular con menos movimiento en la articulación esterno-
Anatomía y biomecánicadel hombro 
F1G. 1-7. Durante la rotación clavicular la 
forn1a de doble curvatura de la clavícula per­
rnitc que la clavícula actúe como un eje de ci­
glicñal: por lo tanto, se produce más movi­
1nien10 en la articulación acromioclavicular 
que en la articulación estcrnoclavicular. 
clavicular porque la rotación de la clavícula se realiza a lo largo de su eje. 
Esto permite que la curvatura de la clavícula actúe como un eje de cigüeñal 4 
(fig. 1-7). 
Actividad muscular 
Los músculos actúan moviendo el hombro en abducción. Saha describe los 
músculos del manguito de los rotadores, activos a través de la amplitud de la 
12 
13 
Fisioterapia del hombro 
abducción, como conductores porque son responsables de la posición de la 
cabeza humeral en la glenoides [14-27]. Durante la abducción los vectores de 
fuerza del infraespinoso, redondo menor Ysubescapular pasan muy cerca del 
momento central de rotación. Por lo tanto estos músculos no pueden contri~ 
buir demasiado a la abducción de la extremidad superior [31]. 
La función del supracspinoso y del deltoides en la abducción del hombro 
está muy controvertida. La primera literatura indicaba que el supraespinoso 
iniciaba la abducción y el deltoides realizaba el movimiento. Los estudios 
electromiográficos (EMG) demuestran que ambos músculos sÜn muy activos 
en toda la amplitud del movimiento (AM) [24]. Sin embargo existe un aumen­
to en la tensión del supraespinoso 1nás precoz. Este músculo ayuda de forma 
activa a fijar la cabeza del húmero de forma que el deltoides trabaje de una 
forma mecánica aumentada [2, 14, 15]. En la parálisis del supracspinoso o del 
deltoides el brazo puede elevarse pero con un pérdida de potencia. La afecta­
ción del supraespinoso produce una pérdida de potencia más significati­
va [32]. 
Los músculos axioescapulares fijan la escápula. permitiendo que Jos 
músculos escapulohumerales eleven el brazo [4]. El trapecio superior. el angu­
lar del omóplato. el serrato anterior y el romboides están igualados en potencia 
y son activos durante toda la abducción. El serrato anterior es funcionalmente 
el más significativo de estos_ músculos. La parálisis de este músculo limita la 
elevación del brazo 90 grados [33]. 
FLEXIÓN 
El movimiento de la flexión ha sido el menos investigado. La flexión es el 
movimiento en el plano sagital. Es posible la flexión completa de 162 a 180 
grados sólo con el movimiento sincrónico de las articulaciones glenohumeral, 
acromioclavicular, esternoclavicular y escapulotorácica [34]. El movimiento 
es similar al de la abducción. 
Artrocinemática 
Saha ha den1ostrado el movimiento anterior y superior en la cabeza del 
húmero en relación con la glenoides en flexió_n. indicando un movimiento de 
balanceo o deslizan1iento [9]. La escápula~..- la clavícula se mueYen durante la 
flexión. El n10Yinliento de la escápula se produce antes en la flexión que en la 
abducción para au1nentar la potencia muscular [4. 9]. 
Para la flexión con1pleta en el plano sagital es necesaria la rotación interna 
concomitante [34. 35]. Blakely y Palmer analizaron la rotación interna con Ja 
flexión y hallaron que el 94.9 ± 13.5 grados de rotación interna acompañaba a 
Anatomía y biomecánica del hombro 
la ~exión completa. Cuando la articulación glenohumeral se mantiene en rota­
c10n externa completa, la flexión está limitada a 30,2 ± 6,5 grados [34]. 
Actividad muscular 
La actividad muscular similar está presente en los músculos del manguito 
de los rotadores durante la flexión y la abducción [4]. Sin embargo, el subesca­
pular es activo antes en la amplitud de 30 a 120 grados. Las fibras anteriores 
del deltoides y de la porción clavicular del pectoral mayor son los principales 
flexores del hombro [ I 5]. Estos mismos músculos también son rotadores inter­
nos; por lo tanto los movimientos de flexión y rotación interna se realizan en 
conjunto [34]. 
ROTACIÓN 
Tal como se ha descrito, la rotación se-produce concomitantemente con la 
flexión en el plano sagital y la abducción en el plano coronal. También puede 
producirse aisladamente la rotación interna y externa. La cantidad de rotación 
depende de la posición del brazo [9, 36]. Clarke y cols. midieron 67 grados de 
rotación externa cuando los individuos mantenían loS«brazos a ambos lados 
con los codos flexionados a 90 grados. Cuando se abduce el brazo del indivi­
duo a 90 grados, la cantidad de rotación interna y externa total aumentaba a 
159 grados [36]. A pesar de que no midió la cantidad de rotación, Saha halló 
que era posible menos movimiento cuando el brazo del individuo se elevaba 
por encima de la cabeza [9]. 
Artrocinemática 
Saha describe un deslizamiento posterior de la cabeza humeral con la rota­
ción interna y un deslizamiento anterior asociado a la rotación externa [9]. 
Kummel demostró que la cápsula anterior puede extenderse para que se pro­
duzca la rotación externa [ 18]. El movimiento de la escápula también es im­
portante para la movilidad completa en rotación. La abducción de la escápula 
se asocia a rotación externa y la abducción de la escápula se asocia a rotación 
interna [5]. 
Actividad muscular 
Generalmente se puede generar más fuerza muscular en rotación interna 
que en rotación externa [9]. Scheving y Pauly describen el dorsal ancho como 
14 FisioteraPia del hombro 
el rotador interno más importante [37]. HarmS-Ringdahl y cols. investigaron 
la actividad EMG de los rotadores internos durante la actividad de resistencia 
y hallaron que la porción externoc!avicular del pectoral mayor era el músculo 
más activado [38]. Los músculos infraespinoso y redondo menor sOn los pri.n­
cipales rotadores externos [l 9]. 
ESTABILIDAD GLENOHUMERAL 
Ninguna estructura única es responsable de la estabilidad glenohumeral'ya 
que el hombro se mueve a través de todo su AM. Los huesos, las estructuras 
periarticulares y los músculos son las estructur.as estabilizantes (9, 13, 15, I 6]. 
Osteología 
La posición y tamaño de la fosa glenoidea y de la cabeza humeral ayudarán 
a determinar la estabilidad de la articulación glenohumeral. Saha halló que si 
la relación del diámetro de la glenoides con él diámetro de la cabeza humeral 
era inferior a 0,75 en dirección vertical e inferior a 0,57 en dirección transver­
sal, la articulación era inherentemente menos estable [ 14]. También halló que 
la inclinación posterior de la fosa y la cabeza humeral aumentaban la estabili­
dad de la articulación [14]. 
Estructuras periarticulares 
Diversas estructuras periarticulares soportan la articulación glenohumeral 
cuando se mueve el hombro a través de sus diferentes amplitudes de movi­
miento. Dempster ha demostrado que con los diversos movimientos la cápsu­
la y los ligamentos se tensan, uniendo la articulación y limitando el movimien­
to siguiente [7]. Las estructuras del lado opuesto al movimiento se ~stiran 
(figura 1-8). Por ejemplo, la cara superior de la cápsula impide el moviÍÍÜento 
inferior de la cabeza humeral cuando el brazo está en reposo al lado [ 13]. Las 
estructuras de la cara anterior de la articulación glenohumeral proporcionan 
estabilidad cuando el brazo se mueve en abducción y rotación externa [2]. Las 
estructuras de sostén se desvían desde arriba hacia abajo a medida que aumen­
ta el ángulo de abducción. A 45 grados de abducción, el ligamento glenohume­
ral medio y las fibras superoanteriores del ligamento glenohumeral inferior 
estabilizan contra las luxaciones anteriores de la cabeza humeral. A 90 grados 
de movimiento, el ligamento glenohumeral inJerior·o la bolsa axilar impiden 
la luxación y esta estructura es especialmente importante al estabilizar en los 
extremos de la abducción [ 16]. El reborde también proporciona un efecto de 
contrafuerte anterior limitado [39]. 
; _,Á'.f\~1.iS_riiíá y biomecán_ica. del hombro 15 
_ ..,_",---:· 
l 1t .. 1-8. Con d hra¿o en reposo en d laJo. la gra\·edad 
.:_i.:1·i.:.: una fuerza hacia ahajo .:n d húmerl1. Esta fuerza es1ó 
~-l1ntr::irrcstada por la 1ensión de la cara. superiorde la cópsul<.1 
anu.:ular gknohumeral. 
Músculos 
Los músculos supraespinoso, deltoides y subescapular estabilizan de forma 
activa la articulación glenohumeral. Cuando el brazo está en reposo a un lado, 
e! supraespinoso actúa con la cara superior de la cápsula articular sosteniendo 
la articulación [ 13]. Si se lleva una carga en la mano, existe un aumento de la 
actividad EMG en el supraespinoso y en las fibras posteriores del deltoides 
[13]. Durante la abducción, el tendón subescapular refuerza la estabilidad 
ligamentosa anterior [ 16]. Este músculo y tendón aumenta-:Sü fuerza hacia la 
tercera década de la vida y es el principal estabilizador en el joven [40]. El 
subescapu[ar es más activo por encima de 130 grados de abducción; por lo 
tanto, este músculo proporciona el mayor sostén durante las primeras fases 
medias de la abducción [3. 4]. 
Resumen 
En la clínica de la' terapia física se tratan de forma rutinaria los pacientes 
con disfunciones del hombro. La comprensión de la anatomía y la biomecáni­
ca de esta articulación pueden ayudar a proporcionar al fisioterapeuta una 
lógica para la evaluación y el tratamiento. El tratamiento puede dirigirse a la 
restauración de la movilidad, a proporcionar estabilidad o a una combinación 
de ambas. El hombro es un complejo móvil con diversas superficies articulares 
que ayudan a la libertad de movimiento. La glenoides poco profunda con su 
reborde flexible y la gran cabeza humeral proporcionan la movilidad. A veces 
esta movilidad se produce a expensas de la estabilidad. El hombro descansa en 
diversos mecanismos estabilizadores, incluyendo las formas de las superficies 
articulares, los ligamentos y los músculos que impiden el movimiento excesi­
vo. Alrededor de 20 músculos actúan sobre este complejo articular de alguna 
http:estructur.as
17 
16 	 Fisioterapia del hombro 
manera, y en diversos momentos pueden ser principalmente de movimient? o 
de estabilización. Las acciones armoniosas de estos músculos son necesarias 
para una función completa de esta articulación. 
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Capítulo 2 
EVALUACIÓN DEL HOMBRO. 
ORIENTACIÓN SECUENCIAL 
CHRISTINE A. MORAN y SANDRA RICHARDS SAUNDERS 
El hombro del paciente se puede considerar como un reto o como un traba­
jo penoso. La evaluación de dicho paciente suele estar nublada por los múlti­
ples músculos y articulaciones involucrados. Con frecuencia el fisioterapeuta 
se frustra. El grado de movimiento final que consigue el paciente suele ser 
menos que satisfactorio. 
La orientación secuencial de la evaluación de la cintura escapular descrita 
en este capítulo está diseñada para aclarar este cuadro. Cada uno de los pasos 
de la evaluación, tal como describe la figura 2-l, ayuda al fisioterapeuta en la 
obtención de una información específica. Basándose en el diagnósticodel pa­
ciente, el terapeuta puede elegir saltarse uno o más pasos. Pero con la termina­
ción de esta evaluación secuencial el terapeuta tendrá mucha más inforn'dl.'lón 
que la que se consigue con la evaluación tradicional y será capaz de est<1t1kcer 
un programa de tratamiento más específico. Se identifica cada uno de los 
factores limitantes que podrá ser tratado en consecuencia. 
ANAMNESIS 
El paso inicial de la evaluación-es la anamnesis (fig. 2-1). Se hacen pregun­
tas sobre las lesiones, cirugía, dolor, etc., pero con un detalle más específico. 
Concediendo tiempo para realiza~ una historia detallada, el terapeuta deter­
mina la dirección de la siguiente e'{aluación. Si el paciente describe dolor y 
limitación de la movilidad antes de una operación quirúrgica reciente, el tera­
peuta deberá estar alerta para examinar el dolor de forma más precisa, -la 
limitación de las partes blandas a través de la amplitud de movimiento (AM) y 
el examen de la movilización de la articulación y las posturas anormales. La 
secuencia consiguiente de la evaluación quedará determinada a partir de la 
información de la historia. 
20 21 Fisioterapia del hombro 
Siga Si""1P'<:I 
un o:den 
secuencial 
Pmsisw 
muy doloroso 
F1<•. 2- ! . Evaluación secuencial de la cintura escapular. 
Inicio insidioso 
Inicialmente, el examen del paciente con patología del hombro de etiología 
desconocida requiere el conocimiento de microtraumatismo contra macro­
traumatismo. El dolor insidioso puede desarrollarse durante el sueño, el traba­
jo, los posturas del deporte o por algún-episodio agudo. Tal como discutieron 
Jobe y Moynes, el macrotraumatismo puede identificarse fácilmente con al­
gún tipo de traumatismo franco, como por ejemplo la ruptura del manguito de 
los rotadores o la fractura del cuello humeral [ l]. Por otra parte, el microtrau­
matismo es la irritación persistente de los tejidos periarticulares que provoca 
la respuesta inflamatoria local. La irritación continua produce cicatrices, ten­
dinitis. puntos gati_llo musculares y limitación progresiva del hombro. Esta 
forma de traumatismo se desarrolla en períodos que van de semanas a meses, y 
el paciente suele describir el dolor y la limitación como «de-inicio gradual» [2. 
3, 4]. Travell y Simons definen el hombro congelado idiopático como la acti­
vación de los puntos gatillo en el músculo subescapular con la consiguiente 
sensibilización de los músculos circundantes de la cintura escapular y las res­
tricciones motoras progresivas [2]. La evaluación del dolor insidioso del hom­
bro también requiere el conocimiento del dolor referido y de los puntos gatillo. 
Evaluación del hombro. Orientación secuencial 
En sus estudios, Kellgren e Inman y Saunders identificaron patrones específi­
C?S de dolor reproducible que se activaban con una irritación del tejido conec­
tivo y las estructuras musculares selectivos (5, 6] (figs. 2-2 y 2-3). Además, 
TI 
C 5 
C8 
f-'1<;. 2-2. Mapas del dolor referido por la irritación local del romboides (cruces). palmar mayor 
hombreado oblicuo), abductor largo del pulgar (punteado). tercer intcrósco dorsal (sombreado 
\Crtical). primer espacio intercostal (sombreado horizontal). (Reimpreso con permiso de Kdl­
grcn. J. H .. Observations on refcrred pain arising from muscles. C!in. Sci .. 3: l 75. 1938. Thc 
Biochcmical Society. London.) 
22 23 Fisioterapia del hombro 
:.:·. 
·.·:·· 
F1G. 2-3. Mapas del dolor referido por irritación local del serrato anterior (sombreado vertical), 
dorsal ancho (punteado). (Reimpreso con permiso de Kellgren, J. H., Observations on referred 
pain arising from muscles. Clin. Sci., 3: 175, 1938. The Biochemical Society, London.) 
realizaron los mapas de los patrones específicos del dolor referido en la zona 
distal del músculo, tendón o ligamento irritado. Cúand-o se comparan con los 
mapas dermosómicos y miosómicos de Forester, a veces corresponden las· 
áreas del dolor referido, aunque no específicamente [7] (figs. 2-4 y 2-5). Mu­
'E~alUación del hombro. Orientación secuencial 
F1G. 2-4. Mapas de dermosoma, miosoma y esc\erosoma posterior realizados por Forester. (In­
man, V. T., y Saunders, J. B. de C. M., Referred pain from skeletal structures. J. Nerv. Ment. Dis., 
99: 660, 1944. The Williams & Wilkins Co. Baltimore.) 
ch os autores han observado que los factores clave de la identificación son: l) el 
lugar constante del dolor referido, y 2) la capacidad de reproducir el dolor 
constantemente [2, 5, 6, 8]. 
Algunos mapas son característicos del hombro doloroso [2]. El primero es 
el patrón referido por la cápsula glenohumeral anterior (GH), que se identifica 
en la inserción del deltoides. El siguiente es el área de dolor referido por el 
músculo subescapular (fig. 2-6), seguido del mapa del músculo infraespinoso 
(fig. 2-7) y el músculo redondo menor (fig. 2-8). Con mucha frecuencia, estos 
músculos no sólo se han sensibilizado y han desarrollado puntos gatillo, sino 
que además se han acortado adaptándose a la falta de movimiento. Utilizando 
sólo el movimiento limitado disponible, el paciente provoca más irritación en 
los músculos acortados. Nuevamente, los factores clave en la identificación 
son la reproducción constante del dolor del paciente y el patrón de presenta­
ción característico. La técnica de reproducción se describe con mayor detalle 
más adelante. 
F1G. 2-5. Mapas de dermosoma. miosoma y esclerosoma an1erior realizados por Forester. (lo­
man. V. T., y Saunders. J. B. de C. M.. Refcrred pain from skeleta! structures. J. Nen•. Ment. Dis., 
99: 660. 1944. The Wi!Jiam & Wilkins Co. Ba!timore.) 
)\ 
) I.f·· 
B 
:··.. 
F1G. 2-7. Localización de los puntos gatillo y áreas del dolor referido por el músculo infraespi­
noso. 
/:"-. 
f1c;. 2-6. Localización de Jos puntos gatillo y las áreas de dolor referido por e! músculo subesca­ FrG. 2-8. Localización de los puntos gatillo y área de dolor referido correspondiente al mUsculo 
pular. (Reimpreso a partir de TraveJJ. J .. y Simon. D.G .. M.i•ofascial xene.ús of referred paín: the redondo menor. (Reimpreso a partir de Travel!, J., y Simon, D.G.. /Wyofascia/ f(enesis o_freferred 
trigger poinr 1nan11al. 1984. Thc Williams & Wilkins. Co. Baltimorc.) pain: the trigxer point manual. 1984. The Williams & Wilkins. Co. Baltimore.) 
---- ----------
EvaiÜación del hombro. Ürientació'n secuencial 2726 Fisioterapia del hombro 
En resumen, la anamnesis del paciente con hombro doloroso de inicio 
insidioso u hombro congelado requiere una revisión precisa del inicio del 
dolor/limitación. Aunque inicialmente el paciente no recuerde la causa, la 
conversación detallada sobre las costumbres diurnas y las posturas nocturnas 
suele revelarla. La anotación precisa del dolor referido del paciente indicará el 
foco del dolor. Así pues, en el paciente diagnosticado de tendinitis del deltoi­
des se puede identificar dolor/restricción de la cápsula anterior. 
Hombro doloroso y posturas durante el sueño 
De forma característica, el paciente con hombro doloroso producido por 
postura anormal durante el sueño describe dolor matutino o que le despierta 
por la noche. Se obtiene una gran información si el paciente demuestra sus 
posiciones habituales durante el sueño [ l ]. Si el paciente duerme sobre un 
lado, con la articulación del hombro extendida, el dolor puede estar provoca­
do por la sobreextensión del músculo infraespinoso y el acortamiento de adap­
tación del músculo subescapular, el múscuIO-pectoral mayor y la cápsula ante­
rior del hombro. El paciente que duerme con el brazo debajo de la cabeza 
puede presentar un síndrome de compresión porque esta postura fuerza la 
cabeza humeral contra el acromion, comprimiendo el tendón Supraespinoso y 
la bolsa subdeltoidea. Deberá preguntarse al paciente con cuántas almohadas 
duerme. Aunque esta pregunta parece más adecuada en el caso del paciente 
con dolor cervical, la hiperextensión del músculo angular del omóplato debida 
a la inadecuada alineación de la cabeza y el cuello puedeprovocar problemas 
en el hombro. El músculo angular de la escápula dolorido se acorta para prote­
gerse, produciendo una inclinación hacia abajo de la fosa glenoidea. Dado que 
la fosa glenoidea suele estar colocada en inclinación superior y en 30 grados de 
retroversión, el movimiento de rotación de la escápula impide la elevación 
indolora. Cuando el paciente con hombro doloroso duerme en posición supi­
na, la articulación GH queda sin apoyo. Durante el sueño del paciente, el 
hombro cae lentamente hacia la cama, tensionando las estructuras antCriores 
dolorosas. Esto ocurre sobre todo en los pacientes posquirúrgicos que aquejan 
dolor durante la noche. El siguiente estudio de un caso describe una paciente 
con hombro doloroso insidioso, que describía un dolor de inicio gradual y que 
empezó por la imposibilidad de dormir adecuadamente durante la noche. 
Finalmente la paciente fue remitida con el diagnóstico de síndrome de la 
salida torácica; más tarde el diagnóstico cambió a hombro congelado. 
CASO CLÍNICO 1 
Mujer d_e 52 años, diestra, que presentó inicio gradual de dolor en el hom­
bro izquierdo durante el verano de 1984. No asociaba ningún suceso particu-
FIG. 2-9. La paciente (L. S.) muestra flexión activa inicial del hombro (supino). 
F!G. 2-10. La paciente (L. S.) muestra ro­
tación inicial externa. 
28 	 Fisioterapia del hombro Evaluación del hombro. Orientación secuencial 29 
,. 
F1G. 2~11. La paciente (L. S.) muestra rotación interna inicial activa; nótese la falta de movilidad 
escapular. 
lar o postura con su molestia en el hombro. En noviembre de 1984 el dolor era 
tan severo que acudió a su médico y fue remitida a tratamiento rehabilitador 
con el diagnóstico de síndrome-de la salida del tórax. Los datos iniciales de­
mostraban que era incapaz de dormir en posición supina o en decúbito lateral 
izquierdo, que preseritaba dolor _durante el día por el uso constante y que era 
incapaz de peinarse. La amplitud de movimiento activo (AMA) estaba limita­
da excepto en la flexión anterior (figs. 2-9, 2-10 y 2-11) y la amplitud de 
movimiento pasivo (AMP) estaba limitada y era dolorosa en todos los movi­
mientos del hombro. 
Esquema del dolor (fig. 2-12): 
Prueba del cuarto superior: rotación cervical limitada pero no dolorosa. 
AMA: Supino Sedente 
Flexión 135º 115º 
Extensión 90º 50º 
Abducción 90º 80º 
Rotación interna 45º 45º 
Rotación externa a o~ de abducción 25º 
45º de abducción 
90º de abducción 
AMP: No comprobado. 
FJG. 2-12. La paciente (L. S.) presenta dolor referido (puntos pequeños) a partir de la cápsula 
anterior (punto grande). 
Movilización: 	 Deslizamiento anterior limitado y extremadamente 
doloroso; deslizamiento posterior ligeramente. dolo­
roso; abducción dolorosa. ·'\>· 
Pruebas especiales: 	 Signo de Tinel supraclavicular negativo; maniobra 
costoclavicular negativa. 
Palpación: 	 Punto gatillo en infraespinoso. 
Conclusiones iniciales: 	 Tal como revela la evaluación inicial, la molestia 
principal de la paciente es un hombro dolorosO, sin 
síntomas de la salida torácica. La limitación cervical 
era de larga evolución y no afectaba a sus actividades. 
La zona más dolorosa reproducida en el examen fue 
la cápsula arite.rior, identificada en la prueba de mo­
vimiento pasivo/activo de rotación externa y en la 
prueba de deslizamiento anterior. Esta información 
se confirmó en la historia por su descripción del nivel 
funcional y las posturas durante el sueño. El trata­
miento se dirigió a aliviar el dolor de la cápsula ante­
rior y el punto gatillo secundario en el músculo in­
fraespinoso. Se realizó estiramiento y movilización 
de la cápsula. La paciente fue dada de alta sin dolor y 
con total movilidad del hombro. 
30 Fisioterapia del hombro 
HOMBRO DOLOROSO EN LOS TRABAJADORES 
Un artículo publicado en Suecia ha señalado la necesidad de examinar 
cuidadosamente el hombro doloroso producido por el movimiento relaciona­
do con el trabajo. Herberts y cols. evidenciaron una incidencia del 30 al 40 ºlo 
de hombro doloroso laboral y que este porcentaje va en aumento [9]. En Sue­
cia el problema aparece característicamente en las fábricas de montaje eléctri­
co, con un patrón similiar al que existe en la industria eléctrica de los Estados 
Unidos. En su estudio observaron que la elevación del brazo con un peso en la 
mano producía una gran afectación y agotamiento de los músculos involucra­
dos. Pe forma específica, observaron que el músculo infraespinoso presentaba 
la mayor dependencia de la carga de la mano, produciéndose tensión en él 
cuando el brazo se encontraba en posición de flexión anterior; el músculo 
supraespinoso se afectaba principalmente cuando el brazo estaba en abduc­
ción. Además, identificaron un desarrollo precoz de tendinitis del supraespi­
noso en trabajadores que realizaban trabajos estáticos y un desarrollo tardío 
en los trabajadores que realizaban trabajo$ .dinámicos. 
El estudio de Delacerda explicó el desarrollo del síndrome miofascial de la 
cintura escapular en obreros de línea de montaje [ 1 O], que desarrollaban pun­
tos gatillo en los músculos estabilizadores de la escápula. La postura de la 
cintura escapular del paciente trabajador requiere una completa evali.iación 
porque los mecanismos del complejo se pueden alterar poi la constante irrita­
ción muscular y terÍ~inosa por las posturas mantenidas durante el trabajo. 
PROBLEMAS DEL HOMBRO EN LOS ATLETAS 
La aparición de hombro doloroso en los atletas está muy bien documenta­
da [11,17]. El abuso repetido del hombro en los nadadores y en los jugadores 
de béisbol evidencia el efecto acumulativo del microtraumatismo, pero suele 
pasarse por alto eh el atleta que sólo juega ocasionalmente. El juego excesivo 
durante el fin de semana o las posturas inadecuadas del hombro pueden con­
tribuir a las molestias musculares, tendinosas y capsulares. Característicamen­
te, dichos pacientes presentan los mismos patrones de dolor referido que pre­
senta en paciente con hombro doloroso insidioso. El examen del atleta deberá 
incluir una evaluación precisa del movimiento del deporte. ¿Cómo se utiliza el 
hombro? ¿Cuál es la relación entre el brazo y la mano durante el movimiento? 
Este tema se discute en los capítulos 9 y 1O. 
Inicio traumático del hombro doloroso 
El inicio traumático del dolor y la inestabilidad del hombro va desde la 
simple contusión a la fractura o luxación. -A pesar de que lo último es un 
Evaluación del hombro. Orientación secüéiicial 31 
problema quirúrgico, el fisioterapeuta deberá tratar el dolor persistente de los 
tejidos blandos que se produce por una contusión. Deben considerarse cuatro 
conceptos: 1) lesión secundaria de las partes blandas, 2) estilo de vida antes de 
la lesión, 3) serie de sucesos micro O macrotraumáticos, y 4) biomecánica 
alterada que conduce a la aparición de puntos gatillo primarios y secundarios. 
Aunque parezcan muy evidentes el mecanismo y la patología, deberán seguir­
se estos conceptos y realizar las preguntas específicas que indiquen la patolo­
gía específica. Para aclararlo, revisaremos un caso clínico. 
•t 
' 
CASO CLÍNICO 2 
S. P., hombre de 34 años, presentó una fractura clavicular con separación 
acromioclavicular (AC) el 9 de enero de 1984. El tratamiento consistió en un 
vendaje con velero durante 6 a 7 semanas. El paciente presentaba un gran 
descolorimiento y edema en el área de los músculos redondo mayor, subesca­
pular e infraespinoso. Se le permitió realizar ejercicio independientemente 
durante una semana y luego fue remitido al fisioterapeuta. En ese momento, la 
flexión activa era de 60 grados. El tratamiento consistió en calor, movilización 
articular y ejercicio. No se realizó_ movilización del tejido blando. El paciente 
obtuvo una AM funcional en el plazo de un mes, pero continuaba experimen­
tando dolor. Recibió dos o tres inyecciones de cortisona sin que mejorara el 
dolor de forma permanente. En febrero de 1985 se le estableció una incapaci­
dad del 1 O %y fue dado de alta médica. Elpaciente rechazó la indemnización 
y acudió a otro médico, el cual realizó cirugía artroscópica tras evidenciar una 
mancha necrótica en la cabeza humeral y en ~l tejido cicatricial que limitaban 
F1G. 2-13. Dolor producido 
por Ja elevación activa (pa­
ciente S. P.). 
.'·-.-_ 
32 
33 Fisioterapia del hombro 
el movimiento del paciente. La liberación quirúrgica de las bridas del tejido 
cicatricial proporcionó un aum·ento de la AM del paciente, especialmente en la 
abducción horizontal. El paciente fue remitido a nuestra clínica con el propó­
sito de aumentar la AM, disminuir el dolor y aumentar la fuerza. Su molestia 
funcional, aparte del dolor, era la incapacidad de lanzar una pelota. La valora­
ción inicial reveló: 
Escala visual análoga: 7 
Esquema del dolor (figs. 2-13, 2-14 y 2-15). 
Prueba del cuarto superior: normal 
AMA: 	 Supino Sedente 
Flexión 	 150º 140º 
Rotación interna a 90º de abducción 60" 
Rotación externa a Oº de abducción 85º 
45º de abducción 85° 
90º de abducción 85º 
Abducción 160º 132º 
Movilización: 	 Deslizamiento inferior doloroso y limitado; abduc­
ción eséapular limitada; deslizamiento posterior do­
loroso. 
Pruebas especiales: 	 Negativas. 
Palpación: 	 Dolorimiento local del músculo pectoral mayor, 
músculo redondo menor, porción larga del tendón de 
inserción del tríceps, músculo subescapular. 
Conclusiones iniciales: 	 Se trataba de un paciente cuya historia revelaba le­
sión de partes blandas ( descoloración y edema en el 
área de los músculos redondo mayor, subescapular e 
infraespinoso), así como fractura clavicular con sepa­
ración AC. Inicialmente se trató la fractura. Se trató 
el hombro congelado pero nunca se trató la lesión ori­
ginal de las· partes blahdas; así, el paciente seguía con 
dolor producido por el redondo menor, tendón largo 
del tríceps y músculos subescapulares. Creemos que 
si se hubiera tratado ihicialmente la lesión secundaria 
de las partes blandas se hubiera acortado el período 
de rehabilitación. La incapacidad de lanzar una pelo­
ta fue el resultado de un ritmo escapulohumeral anor­
mal. demostrado en la flexión activa y pasiva (protru­
sión de la escápula); es decir, la escápula estaba 
demasiado extendida y rotada superiormente duran­
te la flexión, movimiento que coloca a los músculos 
del manguito de los rotadores en desventaja mecáni-
Evaluación del hombro. Orientación secuencial 
J
.~ 
..: . 
' FJG. 2-14. Dolor pr_oducido cuando el paciente (S. P.) abduce (A) y extiende {B) el codo. 
ca. Los continuos intentos de lanzamiento conduci­
rían únicamente a la compensación por otros múscu­
los, el desarrollo de puntos gatillo secundarios y a más 
dolor. Antes de la lesión el paciente llevaba una vida 
activa. El cuestionario posterior no reveló dolor recu­
rrente del hombro durante o después de las activida­
des, lo que permitió al examinador asumir que el pa­
ciente no presentó microtraumatismo preexistente y 
el tratamiento podía ser vigoroso. 
Plan de tratamiento: 	 El tratamiento del paciente consistió en la moviliza­
ción de las partes blandas del punto gatillo con esti­
mulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET), fo­
noforesis, isométricos escapulares y ejercicios de 
resistencia/extensión con estabilización escapular. 
La historia podría aclararse por los cuatro conceptos mencionados ante­
riormente: t) lesión secundaria de las partes blandas, 2) estilo de vida preexis­
tente, 3) microtraumatismo previo, y 4) biomecánica alterada que conduce a 
la aparición de puntos gatillo secundarios y primarios. Cuando se sigue este 
. _., ' . ·t 
35 
F10. 2-15. Puntos gatillo latentes del paciente (S. P.) en el músculo subescapular (A), músculo. 
EvaluaCióri del hombro. Orientación secuencial 
patrón, las lesiones traumáticas más frecuentes pueden evaluarse con un nue­
vo punto de_vista .. 
ACROMJOPLASTIA Y REPARACIÓN DEL MANGUITO 
DE LOS ROTADORES 
Las acromioplastias y la reparación del manguito de los rotadores son dos 
procedimientos quirúrgicos frecuentes. Los diversos métodos quirúrgicos no 
entran en el campo de la revisión de este capítulo. Se han escrito gran cantidad 
de artículos sobre las técnicas quirúrgicas y estas técnicas están en continuo 
cambio debido a la frecuencia de resultados insatisfactorios, especialmente en 
el atleta de lanzamiento [18, 19]. La bibliografía ofrece al lector una informa­
ción más completa. El procedimiento utilizado deberá ser revisado antes del 
tratamiento para permitir una movilización precoz y sin peligros y evitar el 
estrés indebido de los tejidos operados. El capítulo 1 O discute un programa de 
rehabilitación innovador tras la reparación del manguito de los rotadores en el 
atleta. 
Algunos autores han intentado clasificar las lesiones del manguito de los 
rotadores [18, 20]. Neer describió la compresión del tendón supraespinoso y, 
con menor grado, del infraespinoso y porción larga del tendón del bíceps en el 
borde anterior del ligamento coracoacromial y el tercio anterior del acromion 
[20]. Describió tres fases: 1) edema y hemorragia, 2) engrosamiento y fibrosis, 
y 3) desgarro del manguito de los rotadores y del tendón del bíceps. Las prime­
ras fases aparecen en los atletas, pero también en no atletas y trabajadores. 
Inicialmente, el paciente presenta dolor anterior del hombro tras el uso y luego 
durante el uso; en la fase 3, el paciente presenta dolor casi constante [ 11]. En 
las fases 1 y 2 son eficaces las medidas dirigidas a proteger las estructu­
·---~s !nvolucradas y a disminuir la inflamación. En la fase 3 se recomienda la ci­
.. ~;;.,--·rug1a. 
",~:.. En la anamnesis deberá obtenerse información para que el terapeuta pueda 
~- ~ 
determinar si el dolor aparece principalmente tras el uso (fase 1), durante el 
uso (fase 2) o casi constante (fase 3). Aunque la causa de que el paciente 
solicite atención médica haya sido únicamente un accidente único, la historia 
de dolor recurrente deberá alertar al terapeuta sobre el microtraumatismo y la 
debilitación resultante del tejido. Debe desarrollarse un programa para prote­
ger el tejido lesionado. Las pruebas especiales y la palpación dirigirán al tera­
peuta hacia el tejido lesionado. La literatura sobre medicina deportiva ayuda:.. 
rá al terapeuta en la selección de la actividad adecuada para forzar 
determinadas estructuras. También es importante que el terapeuta conozca el 
l 
' tipo de vida que lleva el paciente. El paciente sedentario no tendrá 13. misma 
fuerza extensiva en la estructura leSionada y en el tejido circundante que una 
persona activa o atlética. 
infraesPinoso (B) y músculo pectoral mayor (C). r 
36 37 Fisioterapia del hombro 
La historia debería aclarar la condición-del paciente y determinar el trata­
miento. Finalmente, el evaluador deberá considerar la posibilidad de que el 
paciente esté compensando el traumatismo iocal. Dicha compensación puede 
conducir a la alteración de la biornecánica, que a su vez puede activar los 
puntos gatillo, los cuales producen dolor referido que enmascara la patología 
primaria-. La actividad de la extremidad superior puede producir microtrau­
matismos en el infraespinoso que deSarrollará un punto gatillo.: El músculo 
infraespinoso puede referir el dolor a la parte anterior del hombro; esto se 
puede confundir con una patología local. La palpación realizada durante ·Ja 
evaluación del paciente ayudará a distinguir entre un problema local o uno re­
ferido. 
Los puntos gatillo también pueden aparecer secundariamente por la altera­
ción de la biomecánica del período de recuperación posquirúrgico. En este 
caso es útil la comparación de los esquemas del dolor prelesión y posquirú'rgi­
co. El dolor puede ser el mismo o ser diferente. Con frecuencia no es exacta­
mente el mismo e implica una fuente de dolor diferente del lugar de la cirugía. 
El estudio del siguiente caso es un ejemplo de un paciente posquirúrgico con 
puntos gatillo. ¿Los puntos gatillo eran preexistentes o son secundarios a la in­
movilización? 
CASO CLÍNICO3 
A. B. era una golfista empedernida que presentaba dolor persistente en el 
hombro izquierdo desde hacía dos años, que aparecía entre los 60 y 120 grados 
de elevación del .hombro y durante la noche. Se sometió a artrografía que no 
reveló desgarro significativo del manguito de los rotadores. El 20 de noviem­
bre de 1984 fue sometida a acromioplastia que incluyó la liberación del liga­
mento coracoacromial. Acudió a nuestra clínica el 11 de diciembre de 1984 
presentando disminución del movimiento del hombro (fig. 2-16) y hombro 
doloroso severo. 
Escala visual análoga: 3 
Esquema del dolor: dolor en la incisión, inserción del deltoides y parte ante­
rior del hombro. 
Prueba del cuarto superior: normal 
AMA: Supino Sedente 
Flexión 20° 45º 
Extensión 68º 60º 
Rotación interna 30º 50º 
Rotación externa 45° 45º 
Abducción No comprobada 45° 
Elevación No comprobada 45º 
Evaluación del hombro. Orientación secuencial 
F1G. 2-16. Flexión supina inicial de Ja paciente (A. B.). 
AMP: 
Flexión 50º 
Extensión 60º 
Rotación interna 30º abducción 55º 
Rotación externa Oº abducción 45º 
45° abducción 35º 
90º abducción No comprobado 
Movilización: 	 Deslizamiento inferior limitado, rotación externa, 
abducción, deslizamiento anterior, abducción esca­
pular. 
Pruebas especiales: No aplicables. 
Palpación: Puntos gatillo en los músculos infraespinoso, subes­
capular y redondo menor (fig. 2-17 A y B). 
Conclusiones iniciales: 	 Inicialmente pensamos que la paciente presentaba un 
doble problema: la acromioplastia y los puntos gatillo 
que limitaban el movimiento y producían el dolor. Se 
supuso que la imposibilidad de dormir por la noche 
antes de la operación estaba causada por los puntos 
gatillo, probablemente preexistentes y causados por 
el movimiento repetitivo del golf. Por lo tanto, elegi­
n1os tratar el dolor de las partes blandas en primer 
lugar, mediante técnicas de estiramiento. técnicas de 
38 39 Fisioterapia del _hombro 
F1G. 2-17. Puntos gatill9 latentes en el músculo redondo menor (A, puntos claros), músculo 
infraespinoso (A, puntos oscuros) y músculo subescapular (8). (Paciente A. B.) 
alivio del dolor en los puntos gatillo y técnicas de 
movilización de grado 1 y II. Se controló el dolor en la 
primera semana, momento en el que se utilizaron téc­
nicas de movilización más agresivas. La paciente lle­
vaba una vida muy activa antes de la lesión,-;por lo 
que creímos que podría tolerar dicho tratámiento 
agresivo. Se reevaluaron los puntos gatillo durante 
todo el tratamiento. Resultados: AM total, sin dolor 
durante el juego de golf (18 hoyos) como mínimo tres 
veces por semana. 
PATOLOGÍA DE LA ARTICULACIÓN ACROMIOCLAVICULAR 
La patología de la articulación acromioclavicular suele ser local. El pacieri­
te apunta hacia la zona local al describir el dolor y puede existir edema y 
dolorimiento local. Dado que la clavícula rota durante la elevación, el arco 
doloroso de la articulación AC se produce durante los últimos 30 grados de la 
E~~iJilción del hombro. Orientclción secuencial 
elevación, a diferencia de la patología subacromial en la que el arco dolor:oso 
aparece entre 60 y 120 grados [21 ]. El mecanismo de la lesión es por traumatis­
mo directo de la parte posterosuperior del hombro o por caída con el brazo 
hiperextendido. Las lesiones se clasifican en tres categorías [22]: 
Grado 1 
En el grado 1 el dolor se produce con la elevación; existe un edema y dolori­
miento-local importante, pero no existe inestabilidad. La coronoides y el liga­
mento trapezoidal están intactos, con pérdida de la integridad del ligamento 
acromioclavicular. El edema se resuelve rápidamente pero el dolor persiste de 
7 a 1 O días. El atleta de lanzamiento puede tardar de 3 a 5 semanas para 
recuperar el nivel de prelesión. 
1 Grado 11 
En el grado 11 existe desgarro de los ligamentos acromioclaviculares con 
desgarro incompleto de los ligamentos coronoide y trapezoide. El dolor y el 
edema son similares al grado 1, pero las radiografías forzadas pueden eviden­
ciar una separación. 
Grado 111 
En el grado 111 los ligamentos coronoide, trapezoide y actomioclavicular se 
rompen. El borde externo de la clavícula suele ascender, aunque inicialmente 
el edema y el espasmo·fuuscular pueden enmascararlo. El examen revela una 
gran inestabilidad. LaS radiografías forzadas (tracción) muestran desplaza­
miento, pero puede estar impedido por el espasmo agudo muscular: 
\ El tratamiento del grado III puede ser quirúrgico con alambre en K, clavos 
y desbridamiento articular; es necesaria la inmovilización de O a 6 semanas 
[22]. También se han propi.iesto técnicas conservadoras de inmovilización 
(cabestrillo del hombro) [23]. Existen más de 70 métodos diferentes de trata­
miento, tanto quirúrgicos como conservadores [24]. La finalidad de cualquier 
tratamiento es la normalización de la biomecánica de la articulación para 
evitar los cambios degenerativos consiguientes. El grado de la lesión determi­
na el ritmo de la rehabilitación; por lo tanto, el médico deberá proporcionar 
esta información. 
Tal como ilustra el caso 2 (S. P.), deberá tratarse el traumatismo de las 
partes blandas. Deberá realizarse la evaluación de los puntos gatillo (preexis­
tentes, secundarios al traumatismo o secundarios a la alteración de la biome­
cánica durante el período de recuperación), para agilizar el tratamiento Y recu­
perar el estilo de vida sin dolor. El traumatismo de las partes blandas puede 
conducir a dolor persistente y a un hombro congelado. 
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40 41 Fisioterapia del hombro 
FRACTURAS 
Las fracturas del húmero y de la clavícula deben inmovilizarse o estabili­
zarse quirúrgicamente para permitir-la cicatrización del hueso. La posición de 
la inmovilización es un factor importante en la.predicción de la tirantez de las 
partes _blandas que presentará el paciente. El hombro se suele inmovilizar con 
un cabestrillo, aunque a veces se utiliza una cuña para colocar el brazo en 45 
grados de abducción. Con poca frecuencia se utiliza un cabestrillo volante 
para inmovilizar el brazo a 90 grados de elevación. Aparecerá un patrón cap­
sular cuando el brazo se inmoviliza con un cabestrillo que limita la elevación y 
en que la limitación de la rotación externa es mayor .que la de la rotación 
interna. Si el brazo se coloca en más abducción/elevación, las cápsulas anterior 
e inferior están en una posición más alargada, produciendo un patrón capsular 
menos· severo. 
Para el tratamiento de los pacientes que presentan restricción de las partes 
blandas secundaria a la inmovilización de una fractura son importantes los 
conceptos de lesión se_cundaria de las partes blandas, alteración de la biomecá­
nica que provoca puntos gatillo y el estilo de vida preexistente. Cuanto más 
precozmente se traten los dos _primeros conceptos, mejor. La identificación 
precoz de los puntos gatillo, de la lesión secundaria de las partes blandas y la 
revisión de las posturas durante el sueño puede impedir problemas posterio­
res. La mayoría de estos problemas pueden tratarse antes de que se complete la 
cicatrización del hueso y sea posible el movimiento. 
Una vez consolidada la fractura la evaluación puede extenderse a la AM Y a 
la movilidad de la articulación. Debe prestarse atención a la palpación del 
músculo en este punto. Aun cuando el hueso no puede oponerse a la fuerza, 
pueden administrarse técnicas de movilización de las partes blandas a los 
músculos que están limitados o que contienen puntos gatillo. _ 
El estilo de vida pasado del paciente junto a la comunicación de los hallaz­
gos radiográficos por parte del médico dictan el ritmo de la rehabilitación. Si 
el paciente era una persona activa y no presenta historia previa de microtrau­
matismo, puede acelerarse el ritmo de la rehabilitación. Si el paciente presenta 
historia de microtraumatismos se enlentecerá el ritmo de· la rehabilitación. 
debiendo estudiarse el área traumatizada inicialmente y durante todo el trata­
miento. 
LUXACIONES GLENOHUMERALES 
Existen

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