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Fis o -- e apia del 0111,b -o Ro l!::M!H't Do 1"113 .A- . P.. ~ ÍNDICE DE MATERIAS CAPÍTULO 1 ANATOMÍA Y BIOMECÁNICA DEL HOMBRO Anatomía ....... . 2 Articulación glenohumeral 2 Osteología . . . . . 2 Estructuras periarticulares 4 Miología ....... . 5 Articulación esternoclavicular 5 Articulación acromioclavicular 6 Articulación escapulotorácica 6 Biomecánica 7 Abducción 7 Artrocinemática 8 Fuerzas 9 Ritmo escapulohumeral 10 Actividad muscular 11 Flexión ...... . 12 Artrocinemática 12 Actividad muscular 13 Rotación ..... . 13 Artrocinemática 13 Actividad muscular 13 Estabilidad glenohumeral 14 Osteología . . . . . 14 Estructuras periarticulares 14 Músculos 15 Resumen 15 Bibliografía 16 XVI Índice de mateñas CAPÍTULO 2 EVALUACIÓN DEL HOMBRO. ORIENTACIÓN SECUENCIAL 19 Anamnesis ................ . 19 Inicio insidioso . . . . . . . . . . . . . 20 Hombro doloroso y posturas durante el sueño 26 Caso clínico 1 . . . . . . . 26 Hombro doloroso en los trabajadores 30 Problemas del hombro en los atletas 30 Inicio traumático del hombro doloroso 30 Caso clínico 2 . . . . . . . . . 31 Acromioplastia y reparación del manguito de los retadores 35 Caso clínico 3 . . . . . . . . . . . 36 Patología de la articulación acromioclavicular 38 Grado 1 39 Grado ll 39 Grado Ill 39 Fracturas 40 Luxaciones glenohumerales 40 Esquema del dolor del paciente y escala análoga visual 42 Examen de la región superior 46 Amplitud activa del movimiento 50 Amplitud pasiva del movimiento 52 Valoración de la movilización 54 Pruebas especiales . . . . . 54 Síndromes de pinzamiento 54 Tendinitis bicipital 55 Rotura del ligamento humeral transverso 55 Síndrome del plexo torácico 56 Palpación 56 Resumen .58 Bibliografía 59 CAPÍTULO 3 EVALUACIÓN ISOCINÉTICA Y TRATAMIENTO DEL HOMBRO 63 Ventajas prácticas de la isocinética . 63 Evaluación de las diagonales del hombro 65 Procedimiento de la prueba 66 Protocolos de tratamiento 70 Resumen 73 Bibliografía 73 Índice de .materias XVII CAPÍTULO 4 POSTURA Y EL CUARTO SUPERIOR 75 Postura 75 Postura. anormal . . . . . . 77 Posición de postura relajada 77 Mecánica anormal y disfunción . . . . 78 Neuropatías por atrapamiento y postura anormal 82 Nervio supraescapular 83 Nervio escapular dorsal 83 Conclusiones 84 84Bibliografía CAPÍTULO 5 MANEJO DEL HOMBRO CONGELADO 87 Revisión de la literatura 88 Patología y definición 88 Etiología 92 Hallazgos clínicos 93 Examen ... : . 97 Hallazgos subjetivos 97 Hallazgos objetivos 98 Tratamiento . . . . . . . . . . . . . 102 Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea 104 Calor 104 Ultrasonido 104 Crioterapia 105 Ejercicio 106 Manipulación 107 Conclusión 111 Agradecimientos 112 Bibliografía 112 CAPÍTULO 6 EL HOMBRO EN LA HEMIPLEJÍA 117 Mecánica normal de la cintura escapular 117 Biomecánica anormal . . . . . . . . 117 , ---· --:~~. Indice de m8férias XIXXVIII Índice de materias Examen físico . . . . . . . . . . . . . l 64 Pérdida del control muscular l l 8 Examen de la postura . . . . . . . . . 166118Patrón 1 Evaluación de las limitaciones de las partes blandas . . . . . 167120Patrón 11 Examen muscular de rigidez y puntos gatillo miofasciales en pa-Patrón III . . . . . . . . . .. 120 cientes .con SET y afectación del plexo superior . . . . . . . 169Desarrollo de movimiento anormal y espasticidad 123 Escale.no anterior 169Bloqueos del tejido blando al movimiento 124 Subclavio l 70 Consideraciones musculoesqueléticas 127 Elevador de la escápula . . . . . . . . . . . . 17 lSubluxación del hombro 127 Examen muscular de rigidez y puntos gatillo miofasciales en pa-Hombro doloroso 128 cientes con SET y afectación del plexo inferior . . . . . . . 172Dolor articular 128 Pectoral menor . . . . . . . . . . . 172Dolor muscular 129 Prueba de movimiento del SET l 73 Sensibilidad alterada l 3 l Examen con maniobras de provocación l 74 Plan de tratamiento . . . 132 Evaluación sensitiva y vegetativa . . . . . 175Recuperación del control postural 132 Tratamiento fisioterápico de los pacientes con SET 177Déficits ncuromuscularcs 133 Caso clínico l . . . · . . . l 80Establecimiento de carga de peso . . . . . ·' . 133 Caso clínico 2 . . . . . . . l 81Iniciación y «mantenimiento» de los patrones proxima.les 137 Fase inicial del tratamiento l 82 Reeducación de los movimientos distales 140 Segunda fase del tratamiento l 84 Tratamiento de las complicaciones secundarias 142 Fase final del tratamiento l 85 Subluxaeión 142 Resumen de la evaluación del TF y del tratamiento l 87 Dolor ...... . 143 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . 187Pérdida de la amplitud 143 Espasticidad 144 Conclusión 144 Bibliografía 144 CAPÍTULO 8 MANEJO DE LAS LESIONES DEL PLEXO BRAQUIAL Y SUS RE LACIONES CON EL HOMBRO 191 CAPÍTULO 7 Anatomía del plexo braquial . . . 192EVALUACIÓN Y MANEJO DEL SÍNDROME DE LA SALIDA TO- Relaciones topográficas del plexo braquial 196RÁCICA 147 Lesiones del plexo braquial . . . . . . 196 Lesiones proximales del plexo braquial 197Presentación clínica l 48 Lesiones tronculares del plexo braquial 197Etiología . . . . . . . . . . . . . . l 49 Tipo superior (de Erb-Duchenne) 197Pruebas especiales para el síndrome de entrada torácica 150 Tipo inferior (de Klumpe) ..... 198Pruebas de maniobras de provocación . . . . . . 150 Tipo medio . . . . . . . . . . . . . 198Estudios de conducción de velocidad nerviosa motora l 57 Lesiones de los cordones del plexo braquial . 199Resumen de las pruebas especiales . . . . . . 159 Lesiones de la rama nerviosa del plexo braquial 199Tratamiento conservador del SET . . . . . . . . 160 Nervio del serrato 199Perspectiva histórica: la función del fisioterapeuta 160 Nervios torácico anterior o pectoral 200Filosofía del tratamiento FT . . . . . . l 61 Nervio del angular y del romboides 201Evaluación fisioterápica del paciente con SET l 62 Nervio supraescapular . . . . . 201Historia del paciente . . . . . . . . . . 162 http:Escale.no XX Índice de materias Nervio torácico dorsal Nervios subescapulares Nervio axilar o circunflejo Clasificación de las lesiones del plexo braquial Estudio de laboratorio de las lesiones del plexo braquial Electromiografía . . . . . . . . . . Estudios de conducción nerviosa Potenciales somatosensoriales evocados Prueba electrodiagnóstica . . . . . Tratamiento fisioterápico de las lesiones del plexo braquial Sintomatología y medidas fisioterápicas Dolor y causalgia . . . . . . . . . . . . Anestesia, parestesias, disestesias . . . . . Afectación motora y atrofia por denervación Cambios tróficos . . . . . . . . . . . Afectación del sistema nervioso vegetativo Rigidez del tejido conectivo Conclusión Bibliografía CAPÍTULO 9 INVESTIGACIÓN ACTUAL DE PROBLEMAS SELECCIONADOS DEL HOMBRO Problemas del hombro Individuos normales Nadadores Luxaciones recidivantes Tratamiento de la luxación inicial Resultado funcional de las reparaciones del hombro Resumen Bibliografía CAPÍTULO 10 LESIONES DE LANZAMIENTO DEL HOMBRO Mecanismos del lanzamiento Volteo Preparación Aceleración 202 202 203 205 205 207 207 2Ó9 209 211 211 212 212 213 213 214 214 215 215 219 219 219 222 225 226 228 2i9 230 233 234 234 235 236 Índice de materias XXI Despegue de la bola 237 Deceleración 237 Control-final 237 Mecanismos de lesión 237 Examen 239 Lesiones comunes 247 Deltoides 247 Bursitis subdeltoides 247 Tendinitis subescapular 247 Roturas del músculo pectoral mayor 247 Rotura del músculo dorsal ancho 248 Tendinitis del bíceps . . . . . . . 248 Subluxación recidivante de la porción larga del bíceps 248 Roturas del tendón del bíceps 248 Desgarros del borde glenoideo 249 Subluxación del húmero 249 Desgarrosdel manguito de los rotadores 249 Cirugía ...... . 250 Tratamiento conservador 250 Prevención . . . . . . 253 Apéndice 10-1 254 Programa de ejercicios para el hombro . ,. 254 Apéndice l 0-2 .. . . . . . . . . . . . 265 Programa de lanzamiento en intervalo 265 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . 266 CAPÍTULO 11 MOVILIZACIÓN DEL HOMBRO 267 Definición . . . . . . . . . 267 Función de la movilización 269 Efectos del movimiento pasivo 269 Efectos del movimiento pasivo sobre el tejido cicatricial. Indicaciones y contraindicaciones de la movilización 270 Principios de las técnicas de movilización 273 Técnicas de movilización 274 Posición de la mano 274 Dirección del movimiento 274 Mecánica corporal 275 Duración y amplitud 275 Técnicas de la articulación glenohumeral 275 XXII Índice de materias Figura l l-l: Deslizamiento inferior del húmero ..... Figura l l-2: Tracción longitudinal. Deslizamiento inferior del hú mero ................. . Figura l l-3: Deslizamiento caudal del húmero Figura l l-4: Deslizamiento posterior del húmero Figura l l-5: Tracción lateral del húmero .... Figura l l-6: Deslizamiento anterior del húmero . . . . . . Figura l l-7: Deslizamiento anterior de la cabeza del húmero . . Figura l l-8: Deslizamiento anterior/posterior de la cabeza del hu meral ................... · · . · Figura l l-9: Deslizamiento anterior/posterior de la cabeza del hú mero . . . . . . . . . . . . . . . . . . · · · · · · Figura l l-10: Rotación externa del húmero ....... . Figura 11-l l: Rotación externa/abducción/deslizamiento inferior del húmero Técnicas escapulotorácicas ........ . Figurá 11-12: Rotación externa de la escápula Figura 11-13: Tracción de Ja escápula .. Figura 1 1-14: Deslizamiento inferior de la escápula Figura l l-15: Tracción de Ja escápula. Pronación Técnicas esternoclaviculares y acromioclaviculares ..... Figura 11-16: Deslizamiento superior de la articulación ES Figura l l-17: Deslizamiento anterior de la articulación AC Figura l l-18: Pinzamiento de la articulación AC Resumen Agradecimientos Bibliografía CAPÍTULO 12 TRATAMIENTO DE LA DISFUNCIÓN MIOFASCIAL DEL HOM BRO ...... . Naturaleza y mecanismos Características clínicas Factores de perpetuación Tratamiento fisioterápico Rodamiento de la piel Presión Masaje Extensión Ultrasonido 275 276 277 278 278 279 280 280 281 281 283 283 283 285 285 285 287 287 287 288 288 289 289 -"~'~'-- 291 291 294 296 296 297 297 297 298 299 Índice de materias XXIII Calor 300 Resumen ....... . 300 Músculos de la cintura escapular 301 Subescapular 301 Supraespinoso 303 Infraespinoso ~- 303 Redondo menor 304 Redondo mayor 304 Deltoides 305 Dorsal ancho 307 Elevador de la escápula 307 Romboides mayor y menor 309 Pectoral mayor 310 Pectoral menor 311 Coracobraquial 312 Bíceps braquial 313 Tríceps braquial 313 Agradecimientos 313 Bibliografía 314 CAPÍTULO 13 TRATAMIENTO MÉDICO DE LA DISFUNCIÓN DOLOROSA MIOFASCIAL 317 El paciente extrínseco 320 El paciente intrínseco 321 Infiltraciones de los puntos gatillo 324 Conclusiones 326 Bibliografía 326 CAPÍTULO 14 SUSTITUCIÓN TOTAL DEL HOMBRO 329 Diagnósticos que requieren la sustitución total del hombro 332 Osteoartritis 333 Luxación crónica 333 Artritis reumatoidea 333 Traumatismo 335 Revisión 336 Miscelánea 336 XXIV indice de materias Perfil del paciente 336 Consideraciones quirúrgicas 338 Manejo posoperatorio 339 Resumen 343 Bibliografía 343 Capítulo 1 ANATOMÍA Y BIOMECÁNICA DEL HOMBRO MARTHA KAPUT Una de las articulaciones periféricas que se deben tratar con más frecuen cia en la clínica de la terapéutica física es la articulación del hombro. El fisiote rapeuta debe conocer la anatomía y la. mecánica de esta articulación para valorar y diseñar el programa de tratamiento más eficaz para los pacientes con disfunción del hombro. Este capítulo describirá la anatomía funcional perti nente del complejo del hombro y relacionará su anatomía con las mecánicas de abducción, flexión y rotación del hombro. ...,_ La articulacióo del hombro se denomina mejor complejo del hombro por que son necesarias una serie de articulaciones para la posición del húmero en el espacio (fig. 1-1). Muchos autores, cuando describen la articulación del hombro, discuten la articulación acromioclavicular, la articulación externo clavicular, la articulación escapulotorácica y la articulación glenohumeral [!, 2, 3, 4]. Kapanji ha aumentado esta lista y además incluye la articulación funcional subdeltoidea [5]. Cailliet discute la importancia de considerar el movimiento en las articulaciones costoesternal y costovertebral cuando se evalúa la movilidad del cinturón escapular [ 6]. Dempster relaciona todas estas áreas utilizando el concepto de uniones. Las funciones integradas y armonio sas de todas estas uniones son necesarias para una movilidad completa nor mal [7]. El complejo del hombro es una de las articulaciones más móviles del cuer po. Su amplia movilidad ayuda a la posición del hombro y de la mano para las diversas actividades prensiles que debe realizar la persona. El hombro se pue de mover a través de un arco casi completo en los planos frontal y sagital. Esta gama completa se utiliza en diversos esfuerzos atléticos tales como las anillas de gimnasia o la natación de espaldas. La mayoría de actividades diarias no requieren esta amplia gama de movilidad. La contribución del hombro a la función de la extremidad superior puede ser pequeña si la persona puede compensar el movimiento de la columna cervical y las articulaciones distales de la extremidad superior. Este contraste puede explicar la presencia de dis 2 Fisioterapia del hombro Anatomía y biomecánica del hombro 3 ¡:TC;. l-1 ("ornponcntcs Jd con1pkjo de la articulación del hombro: ( 1) arti.culaci_~n glcnohu1nc ra!: (2) articulación subdcltoidca; (3) articulación acromioclavicular; (4) art1culac1on c.scapulot~ rácica: (5) articulación cstcrnoclaviculac (6) primera articulación costocsternal: (7) pnmera art1 culaciün costoYcrtcbral. función del hombro en los extremos del espectro de la movilidad -hipermovi- · lidad asociada a luxaciones del hombro e hipomovilidad en la capsulitis adhe siva. El movimiento del hombro difiere entre Jos individuos. Parte de esta variabilidad se debe a consideraciones anatómicas [8, 9]. ANATOMÍA ARTICULACIÓN GLENOHUMERAL Osteología . La articulación glenohumera! contribuye de gran manera a la movilidad del complejo del hombro. E~ta articulación se ha descrito como una arti~ula ción de bola v fosa. Saha confirmó esta descripción en el 70 % de sus espec1me nes. En el 30.% restante el radio de curvatura de la cabeza humeral fue mayor A F1G. 1-2. (A) Húmero con marcador a través del eje cuello-cabeza y un.segundo marcador a través de los cpicóndilos. (B) Retrotorsión del húmero visto desde el frente. B que el radio de curvatura de la glenoides. Así, la articulación no era una verda dera enartrosis [9]. Saha describió posteriormente las superficies articulares, especialmente de la cabeza del húmero, como muy irregular y con una enorme variación individual [9]. La cabeza del húmero es una superficie articular convexa hemiesférica con dirección superior, medial y posterior. Esta superficie articular está inclinada de 130 a 150 grados respecto a la diáfisis del húmero y está en retroversión 20 a 30 grados [3] (fig. 1-2). Sólo un tercio de la cabeza humeral puede contactar con la fosa glenoidea al mismo tiempo [ l]. La fosa glenoidea es una estructura poco profunda profundizada por el borde glenoideo. El borde tiene forma de cuña cuando la articulación glenohumeral está en posición de reposo y cambia de forma con los diversos movimientos [JO]. El significado funcional del bor de es cuestionable.La mayoría de autores están de acuerdo en que el borde es una estructura de soporte débil [ 1O, 11 ]. Moseley y Overgaard consideraron el borde como un pliegue de la cápsula compuesto de tejido conectivo fibroso 4 5 Fisioterapia del hombro tenso pero desprovisto en general de cartílago excepto en una pequeña zona cerca de su inserción ósea [ l O]. La fosa glenoidea mira lateralmente. EXiste cierta discrepancia respecto a la inclinación superior o inferior de la glenoides. Freedman y Munro hallaron . la glenoides encarada hacia abajo en el 80,8 % de los hombros que estudiaron con rayos X [12].- Basmajian y Bazant describieron una inclinación superior e hipotizaron que ayudaba a la estabilidad de la articulación [13]. Otro factor que produce estabilidad de esta articulación es la glenoides que mira hacia atrás. Saha halló una retroinclinación de 7,4 grados de la glenoides en el 73,5 %de los sujetos normales [14]. Tanto las superficies articulares humeral y glenoidea están alineadas con el cartílago articular. El cartílago es más grueso en la periferia de la fosa glenoidea y en el centro de Ja cabeza humeral [9]. Estructuras periarticulares La cápsula y los ligamentos refuerzan la articulación glenohumeral. La cápsula se une alrededor del borde glenoideo y forma un manguito alrededor de la cabeza del húmero, uniéndose al cuello anatómico, excepto medialmente en donde la cápsula se refleja hacia abajo media pulgada. La cápsula es una estructura laxa; la cabeza del húmero puede moverse l cm cuando el hombro está en posición relajada [7]. La cápsula está_ reforzad!'! anterior y posterior mente por los ligamentos y los músculos. No existe soporte inferior adicional, lo cual produce debilidad de esta parte de Ja cápsula. La cápsula anterior está reforzada por los ligamentos glenohumerales. El soporte que estos ligamentos ofrecen a la cápsula es insignificante [ 15] y no están presentes uniformemente en todos los individuos. Turkel y cols. descri bieron el ligamento glenohumeral inferior como una estructura más gruesa y más consistente [ 16]. Moseley y Overgaard hallaron el ligamento inferior, así como el superior, consistente en su población de cadáveres [10]. Los ligamentos coracohumerales son los ligamentos de sostén más fuertes de la articulación glenohumeral. También engruesan la cápsula. Estos liga mentos aparecen desde el proceso coracoides y se extienden hacia el troquín y el troquíter. Además del refuerzo ligamentoso, la cápsula también está reforzada por los músculos. El múscu_lo subescapular refuerza anteriormente. el supraespinoso refuerza superiormente y el infraespinoso y el redondo menor llevan el sostén posterior. Estos músculos del manguito de los retadores también se han deno minado músculos te.ndinosos glenoideos [ 17]. Entre los ligamentos de sostén y los músculos se sitúa la bolsa sinovial o receso. Anteriormente, existen tres recesos diferentes. El receso superior es ia bolsa subescapular. Separada de la bolsa subescapular por el amplio tendón Anatomía y biomecánica del hombro subescapular se encuentra la bolsa o receso axilar. El receso sinovial medio está situado posteriormente al tendón subescapular [ 18]. Miología Los músculos mayores que actúan en la articulación glenohumeral son los ·músculos escapulohumeral y axiohumeral. Los músculos del grupo escapulo humeral se originan en la cápsula y se insertan en el húmero. Los músculos del manguito de los retadores se insertan en las tuberosidades y a lo largo de los dos tercios superiores de cuello anatómico [ 19]. El subescapular tiene la mayor cantidad de masa muscular de los cuatro músculos del manguito de los retado res [4]. El deltoides comprende el 41 % de la masa muscular escapulohumeral [4]. Este músculo, además de su inserción próxima en el proceso acromiál y en la espina de la escápula, también emerge desde la clavícula. La inserción distal la realiza en la diáfisis del húmero en el tubérculo deltoideo. La ventaja mecáni ca del deltoides está aumentada por la inserción distal y la evolución a un mayor proceso del acromion [4]. El deltoides es un músculo resistente a la fatiga. Ello explica la rara afectación del deltoides en la patología del hom bro [20]. El grupo muscular siguiente es el de los músculos axiOhumerales. Este gru po está formado p'or el pectoral mayor, pectoral menor y ancho dorsal. Ade más de ser los principales motores del brazo, pueden actuar sobre el brazo fijo moviendo el tronco hacia arriba y hacia delante, como al subir escaleras [ 19]. ARTICULACIÓN ESTERNOCLAVICULAR La articulación esternoclavicular es la única articulación que une el cintu rón escapular con el ej_e del esqueleto. Esta articulación es una articulación en silla; la superficie articular externa es mayor que la superficie clavicular, pro porcionando estabilidad a Ja articulación [5]. La articulación también está estabilizada por su disco articular, la cápsula articular, ligamentos y músculos de refuerzo [7, 21]. El disco articular une superiormente a la clavícula e infe riormente al primer cartílago costal y costilla [7. 21 ](fig. 1-3). Este disco une Ja articulación y la divide en dos cavidades. La cápsula rodea la articulación y es más gruesa en la caras anterior y posterior. La sección de la cápsula por el disco a la clavícula es más laxa. permitiendo más movilidad en este punto que entre el disco, el esternón y la primera costilla [ 19]. El ligamento interclavicular refuerza la cápsula anterior y superiormente. El ligamento costoclavicular de· forma romboidea conecta la clavícula a la primera costilla [ 19]. Los músculos, 6 7 Fisioterapia del hombro F10. 1-3. Esquema que re presenta las inserciones su perior e inferior del menisco y los ligamentos superior e inferior de la articulación es ternoclavicular. especialmente el esternocleidomastoideo, esterno, oideo y esternotiroideo, proporcionan más sostén [21 ]. La clavícula, por sí·'misma, forma una doble curva. convexa medialmente y cóncava lateralmente. Esta configuración per mite una mayor movilidad de este hueso [4]. ARTICULACIÓN ACROMIOCLAVICULAR En el otro extremo de la clavícula se encuentra la articulación acromiocla vicular. Esta articulación está caracterizada por su tamaño variable, forma de las facetas claviculares y la presencia del menisco intraarticular [21]. Esta cápsula articular es más laxa que la articulación esternoclavicular; así, se pro duce más movimiento en la articulación acromioclavicular y está más predis puesta a las luxaciones [7]. Existen tres ligamentos principales de sostén. Lós ligamentos conoides y trapezoides se denominan colectivamente ligamento coracoclavicular. Es a través de este ligamento que el movimiento de la cápsu la se traslada hacia la clavícula [7]. El ligamento acromioclavicular refuerza la cara superior de la articulación junto con las inserciones tendinosas del trape cio v de los músculos deltoideos [21].. . ARTICULACIÓN ESCAPULOTORÁCICA La art· ~ación escapulotorácica no es una articulación anatómica, sino una art" ~·0;1 'isiológica importante que ayuda considerablemente al movi m1er b<lll;iiSura escapular. La escápula es cóncava, articulándose con el t<'· · "" . .. J [ l ]. La escápula no tiene conexiones óseas ni ligamentosas con tiJ rc;ax. '!'k.:~pto sus inserciones en la articulación acromioclavicular y liga IT''c''r: c. cOclavicular. La escápula está estabilizada principalmente por los nc~·.rnlos. Los músculos axioescapulares incluyen el trapecio. romboides ma- AnatOiliía y biomecánica del hOmbró yor Y. menor, serrato anterior y angular del omóplato. El tono del trapecio supenor es el mecanismo capital de la suspensión de toda la cintura escapu lar (4]. BIOMECÁNICA Las estructuras anatómicas promueven y limitan el movimiento El com plejo de la articulación del hombro está diseñado para el movimiento". Los tres movimientos importantes de la función son la abducción del hombrola fle xión Y la rotación. Durante cada uno de estos movimientos se prod~ce un movimiento sincrónico de las cuatro articulaciones principales que componen el complejo del hombro. ABDUCCIÓN La abducción del hombro es el movimiento del hombro más estudiado¡4, 8, 12, 22-25]. Trad1c10nalmente la abducción es el movimiento en el plano coronal [ 4, 6, 26]. Por lo tanto, éste es el movimiento del húmero en relación con. el tronco. La abducción también se descubre utilizando el plano de la escapula. En. este plano el eje mecánico del húmero se aproxima al eje mecáni co de la escapula (22, 24, 27] (fig. 1-4). No es un plano fijo. El plano de la escápula está aproximadamente entre 30 y 45 grados anterior al plano coronal [23, 25]. El movimiento en este plano impide la torsión de las fibras inferiores capsulares. Los músculos circundantes son paralelos manteniendo una óptima relación longitud-tensión (22]. Plano de la escápula -~- ,· ' ' 1 1 1 ' 1 ' r ' 1 1 r ' r / Abducciónr 1 r 1 l. 1 /,\/ ?)'111t ~ "' . - -,"' ' . F10. 1-4. Abducción en el plano de la escápula. 8 9 Fisioterapia del hombro ' Rotación Deslizamiento ftG. J ·5. Movimiento artrocinemático que se produce en la articulación glcnohumeral: desliza· miento. rotación y balanceo. Artrocinemática La cantidad de abducción del hombro varía entre los individuos en un promedio de 148 a !82 grados del movimiento osteocinemático [12]. Aproxi madamente del 120 al I 35 grados de este movimiento se produce en la articu lación glenohumeral [4, 9]. El movimiento que se produc.e en las superficies articulares es el movimiento artrocinemático, del cual existen tres tipos: ba lanceo, deslizamiento y rotación (fig. 1-5). El balanceo se produce cuando diversos puntos de la superficie en movimiento contactan con diversos puntos de la superficie estática. El deslizamiento se produce cuando un punt? de l,a superficie en movimiento contacta con múltiples puntos de la superficie est~ tica. Cuando se produce el deslizamiento o el balanceo. existe un cambio significativo en el área de contacto entre las dos superficies articulares. El tercer tipo de movimiento artrocinemático es la rotación, la cual se produce cuando diversos puntos de la superficie en movimiento contactan con un pu~ to de la superficie estática. Existe poco desplazamiento entre las dos superfi cies articulares en rotación. Los tres movimientos artrocinemáticos se pueden producir en la articula ción glenohumeral. pero no se producen en proporciones iguales. Estos movi mientos son necesarios para que la cabeza del húmero avance en la pequeña Anatomía y biomecánica del hombro superficie articular glenoidea [9]. Saha investigó el área de contacto entre la cabeza del húmero y la glenoides con la abducción del plano de la escápula [9] y encontró que el área de contacto en la cabeza del húmero se desviaba hacia . arriba y hacia adelante, lo que indica un movimiento de deslizamiento o ba lanceo. Poppen y Walker midieron los centros de la rotación para el mismo movimiento [24]. Hallaron que en los primeros 30 grados, y con frecuencia entre los 30 y los 60 grados, la cabeza del húmero se movía superiormente en la glenoides 3 mm, lo que indica deslizamiento o balanceo. A más de 60 gra dos. existía un mínimo movimiento del húmero, lo que indica rotación casi pura [25]. La rotación externa concomitante del húmero es necesaria para la abduc ción en el plano coronal [4, 9, 26, 28]. Algunos autores han postulado que este movimiento es necesario para que el troquíter despeje el acromion y el liga mento coracoacromi"al [l. 2, 26]. A pesar que la disminución de la distancia entre la cabeza humeral y el ligamento coracoacromial se asocia a disfunción del manguito de los retadores [29], existe suficiente espacio para impedir la afectación ósea [9]. La rotación externa también es necesaria para la abduc ción coronal completa aun tras extirpar quirúrgicamente el ligamento cora coacromial y el acromion. Saha ha razonado que la rotación externa es necesa ria para impedir que la cabeza del húmero afecte el reborde glenoideo [9]. La rotación externa del húmero no es necesaria para la abducción completa en el plano de la escápula [2, 19]. Poppen y Walker hallaron que el húmero y la escápula se movían sincrónicamente en la rotación externa a 90 grados de abducción de forma que existía relativamente poca rotación del húmero en la glenoides con la abducción en el plano de la escápula [24]. Fuerzas Se genera una cantidad -significativa de fuerza en la articulación glenohu meral durante la abducción [4. 23]. En las primeras fases de la abducción, el vector de carga sobrepasa el borde superior de la glenoides [17]. Durante esta fase de la abducción. la fuerza de atracción del deltoides produce un cizalla miento hacia arriba de la cabeza humeral [30]. Esta fuerza de cizallamiento alcanza el máximo a los 60 grados de abducción y está contrarrestada por las fuerzas compresivas transversas de los músculos del manguito de los retadores [23] (fig. 1-6). A 90 grados de abducción, el vector de carga se toloca excéntri can1ente en ta glenoides superior: sin embargo. en esta amplitud las fuerzas con1presivas son n1áxin1as. produciendo una estabilidad por compresión [ I 7]. Poppcn y Walker estimaron esta fuerza compresiva de 0.89 veces el peso del cuerpo [23]. In1nan y cols. también describen una fuerza compresiva máxima a 90 grados. la cual es considerablemente 1nenor que la de los cálculos de Poppen y Walker [4]. En los extremos de la abducción. el vector de carga se --- -------------- 10 11 - Fisioterapia del hombro I F1G. l -6. En las primeras fases de la abducción glenohumeral, la fuerza reac tiva del deltoides (D) se localiza por fuera de la fosa g\enoidea. Esta fuerza está contrarrestada por las fuerzas com presivas transversas de los músculos su praespinoso (S) e infraespinoso (1). La fuerza reactiva resultante (R) está por lo tanlll fa \"Orablc1ni:nt..:- situada Cn d inte rior de la fosa glcnoidea para la esta_bili dad articular. \ dirige hacia el eje central de la gienoides, y las fuerzas se igualan en todas las partes de la gicnoides [ 17]. Ritmo escapulohumerai Junto al movimiento de la articulación glenohumeral también se produce el movimiento sincrónico de las articulaciones adyacentes. lnman y cols. in vestigaron el ritmo escapulohumeral en individuos que movían sus hombros en el plano coronal [ 4 ]. Tras los primeros 30 grados de movimiento existía una relación casi constante de 2 grados de movimiento humeral para cada grado del movimiento de la escápula. Utilizando estudios radiográficos, Freedman y Munro hallaron una relación de tres a dos en Jos hombres [12]. Poppen y Walkcr. investigando la abducción en el plano de la escápula, hallaron "úna relación de 5 a 4 grados después de los 30 grados primeros de movimiento [24]. Doody y cols.. además de investigar la abducción en el plano de la escá pula. hallaron una relación promedio de 1,74a1 grado, con una relación de 7, 240 a 1 grado en Ja primera fase de la amplitud de más de l a 1 al final de la amplitud [8]. La mayor cantidad de movimiento de la escápula se produce entre 90 y 140 grados. Cuando se añade peso al brazo, la escápula se mueve más pronto pero contribuye menos al movimiento total [8]. El movimiento de la escápula está favorecido por el movimiento de las articulaciones acromioclavicular y esternoclavicular. La abducción del hom bro está acompañada por Ja elevación clavicular. El movimiento esternoclavi cular es más evidente entre O y 90 grados. Para cada 1O grados de abducción del hombro, existen 40 grados de movimiento estern_oclavicular [4]. La articu lación acromioclavicular se mueve principalmente antes ·de los 30 grados y después de los 135 grados [4]. El movimiento puede producirse en la articula ción acromioclavicular con menos movimiento en la articulación esterno- Anatomía y biomecánicadel hombro F1G. 1-7. Durante la rotación clavicular la forn1a de doble curvatura de la clavícula per rnitc que la clavícula actúe como un eje de ci glicñal: por lo tanto, se produce más movi 1nien10 en la articulación acromioclavicular que en la articulación estcrnoclavicular. clavicular porque la rotación de la clavícula se realiza a lo largo de su eje. Esto permite que la curvatura de la clavícula actúe como un eje de cigüeñal 4 (fig. 1-7). Actividad muscular Los músculos actúan moviendo el hombro en abducción. Saha describe los músculos del manguito de los rotadores, activos a través de la amplitud de la 12 13 Fisioterapia del hombro abducción, como conductores porque son responsables de la posición de la cabeza humeral en la glenoides [14-27]. Durante la abducción los vectores de fuerza del infraespinoso, redondo menor Ysubescapular pasan muy cerca del momento central de rotación. Por lo tanto estos músculos no pueden contri~ buir demasiado a la abducción de la extremidad superior [31]. La función del supracspinoso y del deltoides en la abducción del hombro está muy controvertida. La primera literatura indicaba que el supraespinoso iniciaba la abducción y el deltoides realizaba el movimiento. Los estudios electromiográficos (EMG) demuestran que ambos músculos sÜn muy activos en toda la amplitud del movimiento (AM) [24]. Sin embargo existe un aumen to en la tensión del supraespinoso 1nás precoz. Este músculo ayuda de forma activa a fijar la cabeza del húmero de forma que el deltoides trabaje de una forma mecánica aumentada [2, 14, 15]. En la parálisis del supracspinoso o del deltoides el brazo puede elevarse pero con un pérdida de potencia. La afecta ción del supraespinoso produce una pérdida de potencia más significati va [32]. Los músculos axioescapulares fijan la escápula. permitiendo que Jos músculos escapulohumerales eleven el brazo [4]. El trapecio superior. el angu lar del omóplato. el serrato anterior y el romboides están igualados en potencia y son activos durante toda la abducción. El serrato anterior es funcionalmente el más significativo de estos_ músculos. La parálisis de este músculo limita la elevación del brazo 90 grados [33]. FLEXIÓN El movimiento de la flexión ha sido el menos investigado. La flexión es el movimiento en el plano sagital. Es posible la flexión completa de 162 a 180 grados sólo con el movimiento sincrónico de las articulaciones glenohumeral, acromioclavicular, esternoclavicular y escapulotorácica [34]. El movimiento es similar al de la abducción. Artrocinemática Saha ha den1ostrado el movimiento anterior y superior en la cabeza del húmero en relación con la glenoides en flexió_n. indicando un movimiento de balanceo o deslizan1iento [9]. La escápula~..- la clavícula se mueYen durante la flexión. El n10Yinliento de la escápula se produce antes en la flexión que en la abducción para au1nentar la potencia muscular [4. 9]. Para la flexión con1pleta en el plano sagital es necesaria la rotación interna concomitante [34. 35]. Blakely y Palmer analizaron la rotación interna con Ja flexión y hallaron que el 94.9 ± 13.5 grados de rotación interna acompañaba a Anatomía y biomecánica del hombro la ~exión completa. Cuando la articulación glenohumeral se mantiene en rota c10n externa completa, la flexión está limitada a 30,2 ± 6,5 grados [34]. Actividad muscular La actividad muscular similar está presente en los músculos del manguito de los rotadores durante la flexión y la abducción [4]. Sin embargo, el subesca pular es activo antes en la amplitud de 30 a 120 grados. Las fibras anteriores del deltoides y de la porción clavicular del pectoral mayor son los principales flexores del hombro [ I 5]. Estos mismos músculos también son rotadores inter nos; por lo tanto los movimientos de flexión y rotación interna se realizan en conjunto [34]. ROTACIÓN Tal como se ha descrito, la rotación se-produce concomitantemente con la flexión en el plano sagital y la abducción en el plano coronal. También puede producirse aisladamente la rotación interna y externa. La cantidad de rotación depende de la posición del brazo [9, 36]. Clarke y cols. midieron 67 grados de rotación externa cuando los individuos mantenían loS«brazos a ambos lados con los codos flexionados a 90 grados. Cuando se abduce el brazo del indivi duo a 90 grados, la cantidad de rotación interna y externa total aumentaba a 159 grados [36]. A pesar de que no midió la cantidad de rotación, Saha halló que era posible menos movimiento cuando el brazo del individuo se elevaba por encima de la cabeza [9]. Artrocinemática Saha describe un deslizamiento posterior de la cabeza humeral con la rota ción interna y un deslizamiento anterior asociado a la rotación externa [9]. Kummel demostró que la cápsula anterior puede extenderse para que se pro duzca la rotación externa [ 18]. El movimiento de la escápula también es im portante para la movilidad completa en rotación. La abducción de la escápula se asocia a rotación externa y la abducción de la escápula se asocia a rotación interna [5]. Actividad muscular Generalmente se puede generar más fuerza muscular en rotación interna que en rotación externa [9]. Scheving y Pauly describen el dorsal ancho como 14 FisioteraPia del hombro el rotador interno más importante [37]. HarmS-Ringdahl y cols. investigaron la actividad EMG de los rotadores internos durante la actividad de resistencia y hallaron que la porción externoc!avicular del pectoral mayor era el músculo más activado [38]. Los músculos infraespinoso y redondo menor sOn los pri.n cipales rotadores externos [l 9]. ESTABILIDAD GLENOHUMERAL Ninguna estructura única es responsable de la estabilidad glenohumeral'ya que el hombro se mueve a través de todo su AM. Los huesos, las estructuras periarticulares y los músculos son las estructur.as estabilizantes (9, 13, 15, I 6]. Osteología La posición y tamaño de la fosa glenoidea y de la cabeza humeral ayudarán a determinar la estabilidad de la articulación glenohumeral. Saha halló que si la relación del diámetro de la glenoides con él diámetro de la cabeza humeral era inferior a 0,75 en dirección vertical e inferior a 0,57 en dirección transver sal, la articulación era inherentemente menos estable [ 14]. También halló que la inclinación posterior de la fosa y la cabeza humeral aumentaban la estabili dad de la articulación [14]. Estructuras periarticulares Diversas estructuras periarticulares soportan la articulación glenohumeral cuando se mueve el hombro a través de sus diferentes amplitudes de movi miento. Dempster ha demostrado que con los diversos movimientos la cápsu la y los ligamentos se tensan, uniendo la articulación y limitando el movimien to siguiente [7]. Las estructuras del lado opuesto al movimiento se ~stiran (figura 1-8). Por ejemplo, la cara superior de la cápsula impide el moviÍÍÜento inferior de la cabeza humeral cuando el brazo está en reposo al lado [ 13]. Las estructuras de la cara anterior de la articulación glenohumeral proporcionan estabilidad cuando el brazo se mueve en abducción y rotación externa [2]. Las estructuras de sostén se desvían desde arriba hacia abajo a medida que aumen ta el ángulo de abducción. A 45 grados de abducción, el ligamento glenohume ral medio y las fibras superoanteriores del ligamento glenohumeral inferior estabilizan contra las luxaciones anteriores de la cabeza humeral. A 90 grados de movimiento, el ligamento glenohumeral inJerior·o la bolsa axilar impiden la luxación y esta estructura es especialmente importante al estabilizar en los extremos de la abducción [ 16]. El reborde también proporciona un efecto de contrafuerte anterior limitado [39]. ; _,Á'.f\~1.iS_riiíá y biomecán_ica. del hombro 15 _ ..,_",---:· l 1t .. 1-8. Con d hra¿o en reposo en d laJo. la gra\·edad .:_i.:1·i.:.: una fuerza hacia ahajo .:n d húmerl1. Esta fuerza es1ó ~-l1ntr::irrcstada por la 1ensión de la cara. superiorde la cópsul<.1 anu.:ular gknohumeral. Músculos Los músculos supraespinoso, deltoides y subescapular estabilizan de forma activa la articulación glenohumeral. Cuando el brazo está en reposo a un lado, e! supraespinoso actúa con la cara superior de la cápsula articular sosteniendo la articulación [ 13]. Si se lleva una carga en la mano, existe un aumento de la actividad EMG en el supraespinoso y en las fibras posteriores del deltoides [13]. Durante la abducción, el tendón subescapular refuerza la estabilidad ligamentosa anterior [ 16]. Este músculo y tendón aumenta-:Sü fuerza hacia la tercera década de la vida y es el principal estabilizador en el joven [40]. El subescapu[ar es más activo por encima de 130 grados de abducción; por lo tanto, este músculo proporciona el mayor sostén durante las primeras fases medias de la abducción [3. 4]. Resumen En la clínica de la' terapia física se tratan de forma rutinaria los pacientes con disfunciones del hombro. La comprensión de la anatomía y la biomecáni ca de esta articulación pueden ayudar a proporcionar al fisioterapeuta una lógica para la evaluación y el tratamiento. El tratamiento puede dirigirse a la restauración de la movilidad, a proporcionar estabilidad o a una combinación de ambas. El hombro es un complejo móvil con diversas superficies articulares que ayudan a la libertad de movimiento. La glenoides poco profunda con su reborde flexible y la gran cabeza humeral proporcionan la movilidad. A veces esta movilidad se produce a expensas de la estabilidad. El hombro descansa en diversos mecanismos estabilizadores, incluyendo las formas de las superficies articulares, los ligamentos y los músculos que impiden el movimiento excesi vo. Alrededor de 20 músculos actúan sobre este complejo articular de alguna http:estructur.as 17 16 Fisioterapia del hombro manera, y en diversos momentos pueden ser principalmente de movimient? o de estabilización. Las acciones armoniosas de estos músculos son necesarias para una función completa de esta articulación. BIBLIOGRAFÍA l. Kent BE: Functional anatomy of the shoulde_r complex. A review. Phys Ther 51:867, 1971 2. Lucas D: Biomechanics of the shoulder joint. Arch Surg 107:425, 1973 3. Sarrafian SK: Gross and functional anatomy of the shoUlder. Clin Orthop Re! Res 173:11, 1983 . 4. Inman VT, Saunders M, Abbott LC: Observations on ihe funclion of the shoulder joint. J Bone Joint Surg 26A:I, 1944 . . .. 5. Kapanji IA: The Physiology of the Joints-Upper Limb. VoJ: l. Church1ll L1v1ng~ stone, New York, 1970 6. Cailliet R: Shoulder Pain. FA Davis, Philadelphia, 1966 . 7. Dempster WT: Mechanism of Shoulder movement. Arch Phys Med Rehabil 46A:49, 1965 d . . 8. 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La orientación secuencial de la evaluación de la cintura escapular descrita en este capítulo está diseñada para aclarar este cuadro. Cada uno de los pasos de la evaluación, tal como describe la figura 2-l, ayuda al fisioterapeuta en la obtención de una información específica. Basándose en el diagnósticodel pa ciente, el terapeuta puede elegir saltarse uno o más pasos. Pero con la termina ción de esta evaluación secuencial el terapeuta tendrá mucha más inforn'dl.'lón que la que se consigue con la evaluación tradicional y será capaz de est<1t1kcer un programa de tratamiento más específico. Se identifica cada uno de los factores limitantes que podrá ser tratado en consecuencia. ANAMNESIS El paso inicial de la evaluación-es la anamnesis (fig. 2-1). Se hacen pregun tas sobre las lesiones, cirugía, dolor, etc., pero con un detalle más específico. Concediendo tiempo para realiza~ una historia detallada, el terapeuta deter mina la dirección de la siguiente e'{aluación. Si el paciente describe dolor y limitación de la movilidad antes de una operación quirúrgica reciente, el tera peuta deberá estar alerta para examinar el dolor de forma más precisa, -la limitación de las partes blandas a través de la amplitud de movimiento (AM) y el examen de la movilización de la articulación y las posturas anormales. La secuencia consiguiente de la evaluación quedará determinada a partir de la información de la historia. 20 21 Fisioterapia del hombro Siga Si""1P'<:I un o:den secuencial Pmsisw muy doloroso F1<•. 2- ! . Evaluación secuencial de la cintura escapular. Inicio insidioso Inicialmente, el examen del paciente con patología del hombro de etiología desconocida requiere el conocimiento de microtraumatismo contra macro traumatismo. El dolor insidioso puede desarrollarse durante el sueño, el traba jo, los posturas del deporte o por algún-episodio agudo. Tal como discutieron Jobe y Moynes, el macrotraumatismo puede identificarse fácilmente con al gún tipo de traumatismo franco, como por ejemplo la ruptura del manguito de los rotadores o la fractura del cuello humeral [ l]. Por otra parte, el microtrau matismo es la irritación persistente de los tejidos periarticulares que provoca la respuesta inflamatoria local. La irritación continua produce cicatrices, ten dinitis. puntos gati_llo musculares y limitación progresiva del hombro. Esta forma de traumatismo se desarrolla en períodos que van de semanas a meses, y el paciente suele describir el dolor y la limitación como «de-inicio gradual» [2. 3, 4]. Travell y Simons definen el hombro congelado idiopático como la acti vación de los puntos gatillo en el músculo subescapular con la consiguiente sensibilización de los músculos circundantes de la cintura escapular y las res tricciones motoras progresivas [2]. La evaluación del dolor insidioso del hom bro también requiere el conocimiento del dolor referido y de los puntos gatillo. Evaluación del hombro. Orientación secuencial En sus estudios, Kellgren e Inman y Saunders identificaron patrones específi C?S de dolor reproducible que se activaban con una irritación del tejido conec tivo y las estructuras musculares selectivos (5, 6] (figs. 2-2 y 2-3). Además, TI C 5 C8 f-'1<;. 2-2. Mapas del dolor referido por la irritación local del romboides (cruces). palmar mayor hombreado oblicuo), abductor largo del pulgar (punteado). tercer intcrósco dorsal (sombreado \Crtical). primer espacio intercostal (sombreado horizontal). (Reimpreso con permiso de Kdl grcn. J. H .. Observations on refcrred pain arising from muscles. C!in. Sci .. 3: l 75. 1938. Thc Biochcmical Society. London.) 22 23 Fisioterapia del hombro :.:·. ·.·:·· F1G. 2-3. Mapas del dolor referido por irritación local del serrato anterior (sombreado vertical), dorsal ancho (punteado). (Reimpreso con permiso de Kellgren, J. H., Observations on referred pain arising from muscles. Clin. Sci., 3: 175, 1938. The Biochemical Society, London.) realizaron los mapas de los patrones específicos del dolor referido en la zona distal del músculo, tendón o ligamento irritado. Cúand-o se comparan con los mapas dermosómicos y miosómicos de Forester, a veces corresponden las· áreas del dolor referido, aunque no específicamente [7] (figs. 2-4 y 2-5). Mu 'E~alUación del hombro. Orientación secuencial F1G. 2-4. Mapas de dermosoma, miosoma y esc\erosoma posterior realizados por Forester. (In man, V. T., y Saunders, J. B. de C. M., Referred pain from skeletal structures. J. Nerv. Ment. Dis., 99: 660, 1944. The Williams & Wilkins Co. Baltimore.) ch os autores han observado que los factores clave de la identificación son: l) el lugar constante del dolor referido, y 2) la capacidad de reproducir el dolor constantemente [2, 5, 6, 8]. Algunos mapas son característicos del hombro doloroso [2]. El primero es el patrón referido por la cápsula glenohumeral anterior (GH), que se identifica en la inserción del deltoides. El siguiente es el área de dolor referido por el músculo subescapular (fig. 2-6), seguido del mapa del músculo infraespinoso (fig. 2-7) y el músculo redondo menor (fig. 2-8). Con mucha frecuencia, estos músculos no sólo se han sensibilizado y han desarrollado puntos gatillo, sino que además se han acortado adaptándose a la falta de movimiento. Utilizando sólo el movimiento limitado disponible, el paciente provoca más irritación en los músculos acortados. Nuevamente, los factores clave en la identificación son la reproducción constante del dolor del paciente y el patrón de presenta ción característico. La técnica de reproducción se describe con mayor detalle más adelante. F1G. 2-5. Mapas de dermosoma. miosoma y esclerosoma an1erior realizados por Forester. (lo man. V. T., y Saunders. J. B. de C. M.. Refcrred pain from skeleta! structures. J. Nen•. Ment. Dis., 99: 660. 1944. The Wi!Jiam & Wilkins Co. Ba!timore.) )\ ) I.f·· B :··.. F1G. 2-7. Localización de los puntos gatillo y áreas del dolor referido por el músculo infraespi noso. /:"-. f1c;. 2-6. Localización de Jos puntos gatillo y las áreas de dolor referido por e! músculo subesca FrG. 2-8. Localización de los puntos gatillo y área de dolor referido correspondiente al mUsculo pular. (Reimpreso a partir de TraveJJ. J .. y Simon. D.G .. M.i•ofascial xene.ús of referred paín: the redondo menor. (Reimpreso a partir de Travel!, J., y Simon, D.G.. /Wyofascia/ f(enesis o_freferred trigger poinr 1nan11al. 1984. Thc Williams & Wilkins. Co. Baltimorc.) pain: the trigxer point manual. 1984. The Williams & Wilkins. Co. Baltimore.) ---- ---------- EvaiÜación del hombro. Ürientació'n secuencial 2726 Fisioterapia del hombro En resumen, la anamnesis del paciente con hombro doloroso de inicio insidioso u hombro congelado requiere una revisión precisa del inicio del dolor/limitación. Aunque inicialmente el paciente no recuerde la causa, la conversación detallada sobre las costumbres diurnas y las posturas nocturnas suele revelarla. La anotación precisa del dolor referido del paciente indicará el foco del dolor. Así pues, en el paciente diagnosticado de tendinitis del deltoi des se puede identificar dolor/restricción de la cápsula anterior. Hombro doloroso y posturas durante el sueño De forma característica, el paciente con hombro doloroso producido por postura anormal durante el sueño describe dolor matutino o que le despierta por la noche. Se obtiene una gran información si el paciente demuestra sus posiciones habituales durante el sueño [ l ]. Si el paciente duerme sobre un lado, con la articulación del hombro extendida, el dolor puede estar provoca do por la sobreextensión del músculo infraespinoso y el acortamiento de adap tación del músculo subescapular, el múscuIO-pectoral mayor y la cápsula ante rior del hombro. El paciente que duerme con el brazo debajo de la cabeza puede presentar un síndrome de compresión porque esta postura fuerza la cabeza humeral contra el acromion, comprimiendo el tendón Supraespinoso y la bolsa subdeltoidea. Deberá preguntarse al paciente con cuántas almohadas duerme. Aunque esta pregunta parece más adecuada en el caso del paciente con dolor cervical, la hiperextensión del músculo angular del omóplato debida a la inadecuada alineación de la cabeza y el cuello puedeprovocar problemas en el hombro. El músculo angular de la escápula dolorido se acorta para prote gerse, produciendo una inclinación hacia abajo de la fosa glenoidea. Dado que la fosa glenoidea suele estar colocada en inclinación superior y en 30 grados de retroversión, el movimiento de rotación de la escápula impide la elevación indolora. Cuando el paciente con hombro doloroso duerme en posición supi na, la articulación GH queda sin apoyo. Durante el sueño del paciente, el hombro cae lentamente hacia la cama, tensionando las estructuras antCriores dolorosas. Esto ocurre sobre todo en los pacientes posquirúrgicos que aquejan dolor durante la noche. El siguiente estudio de un caso describe una paciente con hombro doloroso insidioso, que describía un dolor de inicio gradual y que empezó por la imposibilidad de dormir adecuadamente durante la noche. Finalmente la paciente fue remitida con el diagnóstico de síndrome de la salida torácica; más tarde el diagnóstico cambió a hombro congelado. CASO CLÍNICO 1 Mujer d_e 52 años, diestra, que presentó inicio gradual de dolor en el hom bro izquierdo durante el verano de 1984. No asociaba ningún suceso particu- FIG. 2-9. La paciente (L. S.) muestra flexión activa inicial del hombro (supino). F!G. 2-10. La paciente (L. S.) muestra ro tación inicial externa. 28 Fisioterapia del hombro Evaluación del hombro. Orientación secuencial 29 ,. F1G. 2~11. La paciente (L. S.) muestra rotación interna inicial activa; nótese la falta de movilidad escapular. lar o postura con su molestia en el hombro. En noviembre de 1984 el dolor era tan severo que acudió a su médico y fue remitida a tratamiento rehabilitador con el diagnóstico de síndrome-de la salida del tórax. Los datos iniciales de mostraban que era incapaz de dormir en posición supina o en decúbito lateral izquierdo, que preseritaba dolor _durante el día por el uso constante y que era incapaz de peinarse. La amplitud de movimiento activo (AMA) estaba limita da excepto en la flexión anterior (figs. 2-9, 2-10 y 2-11) y la amplitud de movimiento pasivo (AMP) estaba limitada y era dolorosa en todos los movi mientos del hombro. Esquema del dolor (fig. 2-12): Prueba del cuarto superior: rotación cervical limitada pero no dolorosa. AMA: Supino Sedente Flexión 135º 115º Extensión 90º 50º Abducción 90º 80º Rotación interna 45º 45º Rotación externa a o~ de abducción 25º 45º de abducción 90º de abducción AMP: No comprobado. FJG. 2-12. La paciente (L. S.) presenta dolor referido (puntos pequeños) a partir de la cápsula anterior (punto grande). Movilización: Deslizamiento anterior limitado y extremadamente doloroso; deslizamiento posterior ligeramente. dolo roso; abducción dolorosa. ·'\>· Pruebas especiales: Signo de Tinel supraclavicular negativo; maniobra costoclavicular negativa. Palpación: Punto gatillo en infraespinoso. Conclusiones iniciales: Tal como revela la evaluación inicial, la molestia principal de la paciente es un hombro dolorosO, sin síntomas de la salida torácica. La limitación cervical era de larga evolución y no afectaba a sus actividades. La zona más dolorosa reproducida en el examen fue la cápsula arite.rior, identificada en la prueba de mo vimiento pasivo/activo de rotación externa y en la prueba de deslizamiento anterior. Esta información se confirmó en la historia por su descripción del nivel funcional y las posturas durante el sueño. El trata miento se dirigió a aliviar el dolor de la cápsula ante rior y el punto gatillo secundario en el músculo in fraespinoso. Se realizó estiramiento y movilización de la cápsula. La paciente fue dada de alta sin dolor y con total movilidad del hombro. 30 Fisioterapia del hombro HOMBRO DOLOROSO EN LOS TRABAJADORES Un artículo publicado en Suecia ha señalado la necesidad de examinar cuidadosamente el hombro doloroso producido por el movimiento relaciona do con el trabajo. Herberts y cols. evidenciaron una incidencia del 30 al 40 ºlo de hombro doloroso laboral y que este porcentaje va en aumento [9]. En Sue cia el problema aparece característicamente en las fábricas de montaje eléctri co, con un patrón similiar al que existe en la industria eléctrica de los Estados Unidos. En su estudio observaron que la elevación del brazo con un peso en la mano producía una gran afectación y agotamiento de los músculos involucra dos. Pe forma específica, observaron que el músculo infraespinoso presentaba la mayor dependencia de la carga de la mano, produciéndose tensión en él cuando el brazo se encontraba en posición de flexión anterior; el músculo supraespinoso se afectaba principalmente cuando el brazo estaba en abduc ción. Además, identificaron un desarrollo precoz de tendinitis del supraespi noso en trabajadores que realizaban trabajos estáticos y un desarrollo tardío en los trabajadores que realizaban trabajo$ .dinámicos. El estudio de Delacerda explicó el desarrollo del síndrome miofascial de la cintura escapular en obreros de línea de montaje [ 1 O], que desarrollaban pun tos gatillo en los músculos estabilizadores de la escápula. La postura de la cintura escapular del paciente trabajador requiere una completa evali.iación porque los mecanismos del complejo se pueden alterar poi la constante irrita ción muscular y terÍ~inosa por las posturas mantenidas durante el trabajo. PROBLEMAS DEL HOMBRO EN LOS ATLETAS La aparición de hombro doloroso en los atletas está muy bien documenta da [11,17]. El abuso repetido del hombro en los nadadores y en los jugadores de béisbol evidencia el efecto acumulativo del microtraumatismo, pero suele pasarse por alto eh el atleta que sólo juega ocasionalmente. El juego excesivo durante el fin de semana o las posturas inadecuadas del hombro pueden con tribuir a las molestias musculares, tendinosas y capsulares. Característicamen te, dichos pacientes presentan los mismos patrones de dolor referido que pre senta en paciente con hombro doloroso insidioso. El examen del atleta deberá incluir una evaluación precisa del movimiento del deporte. ¿Cómo se utiliza el hombro? ¿Cuál es la relación entre el brazo y la mano durante el movimiento? Este tema se discute en los capítulos 9 y 1O. Inicio traumático del hombro doloroso El inicio traumático del dolor y la inestabilidad del hombro va desde la simple contusión a la fractura o luxación. -A pesar de que lo último es un Evaluación del hombro. Orientación secüéiicial 31 problema quirúrgico, el fisioterapeuta deberá tratar el dolor persistente de los tejidos blandos que se produce por una contusión. Deben considerarse cuatro conceptos: 1) lesión secundaria de las partes blandas, 2) estilo de vida antes de la lesión, 3) serie de sucesos micro O macrotraumáticos, y 4) biomecánica alterada que conduce a la aparición de puntos gatillo primarios y secundarios. Aunque parezcan muy evidentes el mecanismo y la patología, deberán seguir se estos conceptos y realizar las preguntas específicas que indiquen la patolo gía específica. Para aclararlo, revisaremos un caso clínico. •t ' CASO CLÍNICO 2 S. P., hombre de 34 años, presentó una fractura clavicular con separación acromioclavicular (AC) el 9 de enero de 1984. El tratamiento consistió en un vendaje con velero durante 6 a 7 semanas. El paciente presentaba un gran descolorimiento y edema en el área de los músculos redondo mayor, subesca pular e infraespinoso. Se le permitió realizar ejercicio independientemente durante una semana y luego fue remitido al fisioterapeuta. En ese momento, la flexión activa era de 60 grados. El tratamiento consistió en calor, movilización articular y ejercicio. No se realizó_ movilización del tejido blando. El paciente obtuvo una AM funcional en el plazo de un mes, pero continuaba experimen tando dolor. Recibió dos o tres inyecciones de cortisona sin que mejorara el dolor de forma permanente. En febrero de 1985 se le estableció una incapaci dad del 1 O %y fue dado de alta médica. Elpaciente rechazó la indemnización y acudió a otro médico, el cual realizó cirugía artroscópica tras evidenciar una mancha necrótica en la cabeza humeral y en ~l tejido cicatricial que limitaban F1G. 2-13. Dolor producido por Ja elevación activa (pa ciente S. P.). .'·-.-_ 32 33 Fisioterapia del hombro el movimiento del paciente. La liberación quirúrgica de las bridas del tejido cicatricial proporcionó un aum·ento de la AM del paciente, especialmente en la abducción horizontal. El paciente fue remitido a nuestra clínica con el propó sito de aumentar la AM, disminuir el dolor y aumentar la fuerza. Su molestia funcional, aparte del dolor, era la incapacidad de lanzar una pelota. La valora ción inicial reveló: Escala visual análoga: 7 Esquema del dolor (figs. 2-13, 2-14 y 2-15). Prueba del cuarto superior: normal AMA: Supino Sedente Flexión 150º 140º Rotación interna a 90º de abducción 60" Rotación externa a Oº de abducción 85º 45º de abducción 85° 90º de abducción 85º Abducción 160º 132º Movilización: Deslizamiento inferior doloroso y limitado; abduc ción eséapular limitada; deslizamiento posterior do loroso. Pruebas especiales: Negativas. Palpación: Dolorimiento local del músculo pectoral mayor, músculo redondo menor, porción larga del tendón de inserción del tríceps, músculo subescapular. Conclusiones iniciales: Se trataba de un paciente cuya historia revelaba le sión de partes blandas ( descoloración y edema en el área de los músculos redondo mayor, subescapular e infraespinoso), así como fractura clavicular con sepa ración AC. Inicialmente se trató la fractura. Se trató el hombro congelado pero nunca se trató la lesión ori ginal de las· partes blahdas; así, el paciente seguía con dolor producido por el redondo menor, tendón largo del tríceps y músculos subescapulares. Creemos que si se hubiera tratado ihicialmente la lesión secundaria de las partes blandas se hubiera acortado el período de rehabilitación. La incapacidad de lanzar una pelo ta fue el resultado de un ritmo escapulohumeral anor mal. demostrado en la flexión activa y pasiva (protru sión de la escápula); es decir, la escápula estaba demasiado extendida y rotada superiormente duran te la flexión, movimiento que coloca a los músculos del manguito de los rotadores en desventaja mecáni- Evaluación del hombro. Orientación secuencial J .~ ..: . ' FJG. 2-14. Dolor pr_oducido cuando el paciente (S. P.) abduce (A) y extiende {B) el codo. ca. Los continuos intentos de lanzamiento conduci rían únicamente a la compensación por otros múscu los, el desarrollo de puntos gatillo secundarios y a más dolor. Antes de la lesión el paciente llevaba una vida activa. El cuestionario posterior no reveló dolor recu rrente del hombro durante o después de las activida des, lo que permitió al examinador asumir que el pa ciente no presentó microtraumatismo preexistente y el tratamiento podía ser vigoroso. Plan de tratamiento: El tratamiento del paciente consistió en la moviliza ción de las partes blandas del punto gatillo con esti mulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET), fo noforesis, isométricos escapulares y ejercicios de resistencia/extensión con estabilización escapular. La historia podría aclararse por los cuatro conceptos mencionados ante riormente: t) lesión secundaria de las partes blandas, 2) estilo de vida preexis tente, 3) microtraumatismo previo, y 4) biomecánica alterada que conduce a la aparición de puntos gatillo secundarios y primarios. Cuando se sigue este . _., ' . ·t 35 F10. 2-15. Puntos gatillo latentes del paciente (S. P.) en el músculo subescapular (A), músculo. EvaluaCióri del hombro. Orientación secuencial patrón, las lesiones traumáticas más frecuentes pueden evaluarse con un nue vo punto de_vista .. ACROMJOPLASTIA Y REPARACIÓN DEL MANGUITO DE LOS ROTADORES Las acromioplastias y la reparación del manguito de los rotadores son dos procedimientos quirúrgicos frecuentes. Los diversos métodos quirúrgicos no entran en el campo de la revisión de este capítulo. Se han escrito gran cantidad de artículos sobre las técnicas quirúrgicas y estas técnicas están en continuo cambio debido a la frecuencia de resultados insatisfactorios, especialmente en el atleta de lanzamiento [18, 19]. La bibliografía ofrece al lector una informa ción más completa. El procedimiento utilizado deberá ser revisado antes del tratamiento para permitir una movilización precoz y sin peligros y evitar el estrés indebido de los tejidos operados. El capítulo 1 O discute un programa de rehabilitación innovador tras la reparación del manguito de los rotadores en el atleta. Algunos autores han intentado clasificar las lesiones del manguito de los rotadores [18, 20]. Neer describió la compresión del tendón supraespinoso y, con menor grado, del infraespinoso y porción larga del tendón del bíceps en el borde anterior del ligamento coracoacromial y el tercio anterior del acromion [20]. Describió tres fases: 1) edema y hemorragia, 2) engrosamiento y fibrosis, y 3) desgarro del manguito de los rotadores y del tendón del bíceps. Las prime ras fases aparecen en los atletas, pero también en no atletas y trabajadores. Inicialmente, el paciente presenta dolor anterior del hombro tras el uso y luego durante el uso; en la fase 3, el paciente presenta dolor casi constante [ 11]. En las fases 1 y 2 son eficaces las medidas dirigidas a proteger las estructu ·---~s !nvolucradas y a disminuir la inflamación. En la fase 3 se recomienda la ci .. ~;;.,--·rug1a. ",~:.. En la anamnesis deberá obtenerse información para que el terapeuta pueda ~- ~ determinar si el dolor aparece principalmente tras el uso (fase 1), durante el uso (fase 2) o casi constante (fase 3). Aunque la causa de que el paciente solicite atención médica haya sido únicamente un accidente único, la historia de dolor recurrente deberá alertar al terapeuta sobre el microtraumatismo y la debilitación resultante del tejido. Debe desarrollarse un programa para prote ger el tejido lesionado. Las pruebas especiales y la palpación dirigirán al tera peuta hacia el tejido lesionado. La literatura sobre medicina deportiva ayuda:.. rá al terapeuta en la selección de la actividad adecuada para forzar determinadas estructuras. También es importante que el terapeuta conozca el l ' tipo de vida que lleva el paciente. El paciente sedentario no tendrá 13. misma fuerza extensiva en la estructura leSionada y en el tejido circundante que una persona activa o atlética. infraesPinoso (B) y músculo pectoral mayor (C). r 36 37 Fisioterapia del hombro La historia debería aclarar la condición-del paciente y determinar el trata miento. Finalmente, el evaluador deberá considerar la posibilidad de que el paciente esté compensando el traumatismo iocal. Dicha compensación puede conducir a la alteración de la biornecánica, que a su vez puede activar los puntos gatillo, los cuales producen dolor referido que enmascara la patología primaria-. La actividad de la extremidad superior puede producir microtrau matismos en el infraespinoso que deSarrollará un punto gatillo.: El músculo infraespinoso puede referir el dolor a la parte anterior del hombro; esto se puede confundir con una patología local. La palpación realizada durante ·Ja evaluación del paciente ayudará a distinguir entre un problema local o uno re ferido. Los puntos gatillo también pueden aparecer secundariamente por la altera ción de la biomecánica del período de recuperación posquirúrgico. En este caso es útil la comparación de los esquemas del dolor prelesión y posquirú'rgi co. El dolor puede ser el mismo o ser diferente. Con frecuencia no es exacta mente el mismo e implica una fuente de dolor diferente del lugar de la cirugía. El estudio del siguiente caso es un ejemplo de un paciente posquirúrgico con puntos gatillo. ¿Los puntos gatillo eran preexistentes o son secundarios a la in movilización? CASO CLÍNICO3 A. B. era una golfista empedernida que presentaba dolor persistente en el hombro izquierdo desde hacía dos años, que aparecía entre los 60 y 120 grados de elevación del .hombro y durante la noche. Se sometió a artrografía que no reveló desgarro significativo del manguito de los rotadores. El 20 de noviem bre de 1984 fue sometida a acromioplastia que incluyó la liberación del liga mento coracoacromial. Acudió a nuestra clínica el 11 de diciembre de 1984 presentando disminución del movimiento del hombro (fig. 2-16) y hombro doloroso severo. Escala visual análoga: 3 Esquema del dolor: dolor en la incisión, inserción del deltoides y parte ante rior del hombro. Prueba del cuarto superior: normal AMA: Supino Sedente Flexión 20° 45º Extensión 68º 60º Rotación interna 30º 50º Rotación externa 45° 45º Abducción No comprobada 45° Elevación No comprobada 45º Evaluación del hombro. Orientación secuencial F1G. 2-16. Flexión supina inicial de Ja paciente (A. B.). AMP: Flexión 50º Extensión 60º Rotación interna 30º abducción 55º Rotación externa Oº abducción 45º 45° abducción 35º 90º abducción No comprobado Movilización: Deslizamiento inferior limitado, rotación externa, abducción, deslizamiento anterior, abducción esca pular. Pruebas especiales: No aplicables. Palpación: Puntos gatillo en los músculos infraespinoso, subes capular y redondo menor (fig. 2-17 A y B). Conclusiones iniciales: Inicialmente pensamos que la paciente presentaba un doble problema: la acromioplastia y los puntos gatillo que limitaban el movimiento y producían el dolor. Se supuso que la imposibilidad de dormir por la noche antes de la operación estaba causada por los puntos gatillo, probablemente preexistentes y causados por el movimiento repetitivo del golf. Por lo tanto, elegi n1os tratar el dolor de las partes blandas en primer lugar, mediante técnicas de estiramiento. técnicas de 38 39 Fisioterapia del _hombro F1G. 2-17. Puntos gatill9 latentes en el músculo redondo menor (A, puntos claros), músculo infraespinoso (A, puntos oscuros) y músculo subescapular (8). (Paciente A. B.) alivio del dolor en los puntos gatillo y técnicas de movilización de grado 1 y II. Se controló el dolor en la primera semana, momento en el que se utilizaron téc nicas de movilización más agresivas. La paciente lle vaba una vida muy activa antes de la lesión,-;por lo que creímos que podría tolerar dicho tratámiento agresivo. Se reevaluaron los puntos gatillo durante todo el tratamiento. Resultados: AM total, sin dolor durante el juego de golf (18 hoyos) como mínimo tres veces por semana. PATOLOGÍA DE LA ARTICULACIÓN ACROMIOCLAVICULAR La patología de la articulación acromioclavicular suele ser local. El pacieri te apunta hacia la zona local al describir el dolor y puede existir edema y dolorimiento local. Dado que la clavícula rota durante la elevación, el arco doloroso de la articulación AC se produce durante los últimos 30 grados de la E~~iJilción del hombro. Orientclción secuencial elevación, a diferencia de la patología subacromial en la que el arco dolor:oso aparece entre 60 y 120 grados [21 ]. El mecanismo de la lesión es por traumatis mo directo de la parte posterosuperior del hombro o por caída con el brazo hiperextendido. Las lesiones se clasifican en tres categorías [22]: Grado 1 En el grado 1 el dolor se produce con la elevación; existe un edema y dolori miento-local importante, pero no existe inestabilidad. La coronoides y el liga mento trapezoidal están intactos, con pérdida de la integridad del ligamento acromioclavicular. El edema se resuelve rápidamente pero el dolor persiste de 7 a 1 O días. El atleta de lanzamiento puede tardar de 3 a 5 semanas para recuperar el nivel de prelesión. 1 Grado 11 En el grado 11 existe desgarro de los ligamentos acromioclaviculares con desgarro incompleto de los ligamentos coronoide y trapezoide. El dolor y el edema son similares al grado 1, pero las radiografías forzadas pueden eviden ciar una separación. Grado 111 En el grado 111 los ligamentos coronoide, trapezoide y actomioclavicular se rompen. El borde externo de la clavícula suele ascender, aunque inicialmente el edema y el espasmo·fuuscular pueden enmascararlo. El examen revela una gran inestabilidad. LaS radiografías forzadas (tracción) muestran desplaza miento, pero puede estar impedido por el espasmo agudo muscular: \ El tratamiento del grado III puede ser quirúrgico con alambre en K, clavos y desbridamiento articular; es necesaria la inmovilización de O a 6 semanas [22]. También se han propi.iesto técnicas conservadoras de inmovilización (cabestrillo del hombro) [23]. Existen más de 70 métodos diferentes de trata miento, tanto quirúrgicos como conservadores [24]. La finalidad de cualquier tratamiento es la normalización de la biomecánica de la articulación para evitar los cambios degenerativos consiguientes. El grado de la lesión determi na el ritmo de la rehabilitación; por lo tanto, el médico deberá proporcionar esta información. Tal como ilustra el caso 2 (S. P.), deberá tratarse el traumatismo de las partes blandas. Deberá realizarse la evaluación de los puntos gatillo (preexis tentes, secundarios al traumatismo o secundarios a la alteración de la biome cánica durante el período de recuperación), para agilizar el tratamiento Y recu perar el estilo de vida sin dolor. El traumatismo de las partes blandas puede conducir a dolor persistente y a un hombro congelado. • 40 41 Fisioterapia del hombro FRACTURAS Las fracturas del húmero y de la clavícula deben inmovilizarse o estabili zarse quirúrgicamente para permitir-la cicatrización del hueso. La posición de la inmovilización es un factor importante en la.predicción de la tirantez de las partes _blandas que presentará el paciente. El hombro se suele inmovilizar con un cabestrillo, aunque a veces se utiliza una cuña para colocar el brazo en 45 grados de abducción. Con poca frecuencia se utiliza un cabestrillo volante para inmovilizar el brazo a 90 grados de elevación. Aparecerá un patrón cap sular cuando el brazo se inmoviliza con un cabestrillo que limita la elevación y en que la limitación de la rotación externa es mayor .que la de la rotación interna. Si el brazo se coloca en más abducción/elevación, las cápsulas anterior e inferior están en una posición más alargada, produciendo un patrón capsular menos· severo. Para el tratamiento de los pacientes que presentan restricción de las partes blandas secundaria a la inmovilización de una fractura son importantes los conceptos de lesión se_cundaria de las partes blandas, alteración de la biomecá nica que provoca puntos gatillo y el estilo de vida preexistente. Cuanto más precozmente se traten los dos _primeros conceptos, mejor. La identificación precoz de los puntos gatillo, de la lesión secundaria de las partes blandas y la revisión de las posturas durante el sueño puede impedir problemas posterio res. La mayoría de estos problemas pueden tratarse antes de que se complete la cicatrización del hueso y sea posible el movimiento. Una vez consolidada la fractura la evaluación puede extenderse a la AM Y a la movilidad de la articulación. Debe prestarse atención a la palpación del músculo en este punto. Aun cuando el hueso no puede oponerse a la fuerza, pueden administrarse técnicas de movilización de las partes blandas a los músculos que están limitados o que contienen puntos gatillo. _ El estilo de vida pasado del paciente junto a la comunicación de los hallaz gos radiográficos por parte del médico dictan el ritmo de la rehabilitación. Si el paciente era una persona activa y no presenta historia previa de microtrau matismo, puede acelerarse el ritmo de la rehabilitación. Si el paciente presenta historia de microtraumatismos se enlentecerá el ritmo de· la rehabilitación. debiendo estudiarse el área traumatizada inicialmente y durante todo el trata miento. LUXACIONES GLENOHUMERALES Existen
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