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Actualizaciones en Anestesiología (76)

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Tema 6. Manejo de la vía aérea
Para su colocación el reanimador debe 
realizar una hiperextensión cervical, abrien-
do la boca del paciente con los dedos índice 
y pulgar de la mano que no sujeta la cánula, y 
procediendo seguidamente a introducir ésta, 
rotada 180º con respecto a la que será su po-
sición defi nitiva, es decir, la parte cóncava 
dirigida hacia el paladar, girándola progre-
sivamente según se va introduciendo en la 
boca hasta dejarla en su posición defi nitiva, 
evitando en todo momento desplazar la len-
gua hacia atrás. 
Una vez ubicada, el reanimador deberá 
comprobar su permeabilidad, realizando in-
sufl aciones y comprobando si se desplaza el 
tórax del paciente.
El uso de una cánula de tamaño inade-
cuado o bien su incorrecta colocación ten-
drían como consecuencia complicaciones 
que podrían ocasionar la obstrucción de la 
vía aérea. Además, su inserción debe inten-
tarse sólo en pacientes anestesiados o coma-
tosos; si no, pueden producir refl ejo nauseo-
so o laringoespamo.
Cánula demasiado pequeña
Cánula demasiado grande
Tubos nasofaríngeos
Son tubos de goma o látex en forma de 
embudo y de distintos tamaños. El tamaño 
adecuado para el adulto es de 6-7 mm. Se 
debe lubricar e insertar suavemente por un 
orifi cio nasal, sin oponer resistencia, hasta 
que se siente pasar el aire a través de él. Son 
mejor tolerados en pacientes despiertos o li-
geramente obnubilados que los tubos orofa-
ríngeos. La complicación más frecuente es la 
hemorragia nasal.

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