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membrana y, en definitiva, de la transmisión eléc- trica del impulso nervioso. b.2. Modificación de la actividad enzimática, por afectación de una enzima o sistema enzimático (coenzima, etc.) con alteración de los procesos res- piratorios, energéticos, nerviosos, catabólicos etc., en que aquélla interviniere. Aparte de las sustan- cias desproteinizantes, que también lesionan la estructura proteica de las enzimas, los principales tóxicos enzimaticos son: 1) Moléculas orgánicas que por su estereoiso- mería bloquean los lugares activos de la enzima; un ejemplo típico es el de la inhibición de la acetil- colinesterasa por los compuestos organofosforados (véase Fig. 10.3). 2) Elementos metálicos que blo- quean los grupos tioles (-SH) enzimáticos; se denominan elementos tiolprivos: As, Hg, Pb, Cu, Ag, Mn, que inactivan enzimas tan importantes en la respiración celular como las deshidrogenasas. 3) Sustancias que se copulan con los elementos metá- licos indispensables para la función enzimática, como Mg, Mn, Fe, Cu, Se; son el SH2, CHN, CO, etc., que se han denominado sustancias metalpri- vas que inactivan a los citocromos respiratorios y a la superóxido dismutasa y la glutatión reductasa, protectoras de la peroxidación lipídica. Un caso particular de inhibición enzimática lo presentan las toxinas de la seta Amanita phalloi- des, conocidas como faloidinas, amatoxinas o amanitinas; son octapéptidos bicíclicos que se unen a la enzima ARN-polimerasa II, lo que blo- quea la síntesis del ARN-mensajero; de esta forma, se impide la transcripción, y con ello la síntesis proteica, por lo que la célula muere. Dado que para este proceso es preciso que la toxina penetre en la célula, esto sólo ocurre en las células en que es posible esa entrada, especialmente en las del epite- lio intestinal, hígado y riñón, que disponen de un sistema multiespecífico de transporte a través de membrana. También los radicales libres y otros compuestos reactivos, como los alquilantes, pue- den reaccionar con las enzimas e inhibirlas de for- ma irreversible. Frente a estos fenómenos de inhibición hay que considerar los de activación y los de inducción enzimática, que suponen un incremento en la acti- vidad de algunas enzimas como consecuencia de la absorción de determinados xenobióticos; aunque este aumento de actividad suele ser beneficioso, al permitir más rápido metabolismo del inductor, muchas veces el producto de la biotransformación posee mayor toxicidad que la sustancia absorbida o bien la enzima activada desencadena un proceso patológico (véase Cap. 5). b.3. Modificaciones de la reproducción (sea de la célula o del individuo) como consecuencia de la acción del tóxico sobre: b. 3. 1. El material no genético, provocando alteraciones epigenéticas o citotóxicas que afectan la propia división celular (mitosis), como ocurre con la colchicina, que impide la formación del huso acromático, con lo que se interrumpe la dis- tribución de cromátidas. b.3.2. el material genético (ácidos nucleicos) y consecuentemente a la síntesis de proteína, y pue- de dar lugar a: b.3.2. 1. Alteraciones transmisibles a la descen- dencia si se afecta el ADN en las células germina- les (mutagénesis, teratogénesis). b.3.2.2. Alteraciones no transmisibles a la des- cendencia si se afecta el ADN de las células somá- ticas (teratogénesis, cancerogénesis), o el ARN o la transcripción en la síntesis de proteínas (cance- rogénesis, teratogénesis u otras). Tanto la teratogénesis como la cancerogénesis pueden tener otros mecanismos de origen. Las acciones de los tóxicos sobre el material genético celular son el objeto de la Genotoxicolo- gía (Capítulo 7). Sin embargo, debemos realizar aquí algunas consideraciones. La secuencia completa del geno- ma de los animales y del hombre proporciona el catálogo de las funciones mediadas por proteínas en los sistemas vivos. Las nuevas técnicas analíticas y los bancos de datos computarizados han impulsado la llamada proteómica, dedicada al estudio del proteoma (la parte proteica del genoma), de la misma forma que la genómica funcional se preocupa de asignar fun- ciones a los genes. Estas nuevas ramas de la Biología molecular están ayudando a comprender mecanismos mole- culares de toxicidad, por ejemplo en la identifica- ción de dianas proteicas para los agentes químicos, o las funciones de complejos multiproteínas y para el desarrollo de biomarcadores, etc. 168 TOXICOLOGÍA FUNDAMENTAL 06 toxicologia alim 24/11/08 13:45 Página 168
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