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moléculas solubles que se unen a un ligando, migran al interior del núcleo y reaccionan con ele- mentos genómicos de respuesta. Constituyen diversas superfamilias, entre las que destacan, por su interés toxicológico, los receptores de hormo- nas esteroides y los receptores proteínas PAS. Los receptores de hormonas esteroides forman una gran familia (véase apartado de Disruptores endocrinos, Capítulo 7), constituyen dímeros, bien homodímeros o bien heterodímeros; en éstos la molécula acompañante es el receptor retinoico X (RXR), que une al ácido 9-cis-retinoico. Entre los receptores de esteroides cabe destacar al receptor de estróg enos (ER), receptor de andró- genos (AR), el receptor activado pr oliferador de peroxisomas (PPAR), etc. El receptor pregnano X (PXR) se expresa en hígado, intestino delgado y colon. Induce la síntesis de CYP3A, en particular CYP3A4.; tiene gran avidez para unirse a hormo- nas esteroides (progesterona, estrógeno y corti- costerona) o sus metabolitos; también forma hete- rodímeros con el ácido retinoico, y puede ser inducido por activación de otros receptores, como el receptor de glucocorticoide, GR, (lo que expli- ca que los glucocorticoides induzcan indirecta- mente la transcripción de CYP3A4), pero es dis- regulado por las citoquinas, por cuya causa, algunas citoquinas disminuyen diversos P450. Entre los PAS destaca el receptor de arilhidro- carburos (HR) que reacciona ante compuestos como las dioxinas, dibenzofuranos, bifenilos, etc. policlorados. En algunos casos los receptores de esteroides se mantienen inactivos al estar unidos a proteínas de shock (hsp90), chaperonas. Al unirse al ligan- do, el receptor experimenta un cambio conforma- cional y se disocia de la chaperona, se dimeriza, penetra en el núcleo y se une a elementos de res- puesta localizados en la región del ADN promoto- ra de agentes específicos. Los receptores proliferadores de peroxisomas (PPAR) son activados por ácidos grasos y algunos metabolitos de ecosanoides, así como los com- puestos hipolipemiantes tipo fibrato, plastificantes como di-(2-etilhexil)ftalato, algunos disolventes, etc. de los que requieren concentraciones relativa- mente altas; existen varios subtipos; el más estu- diado es el PPARα, abundante en hígado de roe- dores en los que produce hepatomegalia por hiperplasia e hipertofia; algunos ligandos son pro- motores de tumores, pero no parece que sean genocarcinógenos. Las proteínas receptores PAS se sirven de fac- tores de translocación para entrar en el núcleo; así el receptor de hidrocarburos aromáticos (AH o Ah) utiliza el factor ARNT; el dímero formado se une a un segmento del ADN conocido como ele- mento aumentador de respuesta XRE, o en su caso, elemento de respuesta a la dioxina, DRE, localizados en la proximidad de la región promo- tora de genes específicos que son activados por este tipo de señales. La actividad del AhR es pos- teriormente regulada por la presencia de un repre- sor (AhRR), otra proteína de la familia PAS. Los principales genes afectados son los CYP1A1, CYP1A2, y CYP1B1, que expresan enzimas de la fase I de biotransformación (Boelsterli, 2007). La unión fármaco-receptor se produce por dife- rentes clases de enlace químico; normalmente se inicia con uno o varios enlaces iónicos, y después se refuerza con otros enlaces accesorios. Sin éstos, la energía térmica a 37º rompería la unión, que no se mantendría el tiempo necesario para la acción; pero después de ésta, es preciso que las dos molé- culas se separen para interrumpir la acción y se regenere el receptor, para que pueda volver a actuar; cuando la unión se establece por enlaces covalentes, es irreversible. En general, la interac- ción de fármacos y receptores obedece a la ley de acción de masas. Todos los fármacos, y por tanto los tóxicos, capaces de producir un efecto al unirse a recepto- res, por lo que reciben el nombre de agonistas, deben poseer dos cualidades: a) Afinidad con el receptor, que les lleve a unir- se al mismo. Esta cualidad depende de una con- cordancia fisicoquímica y espacial, que les atrai- ga mutuamente y les permita encajar uno con el otro. b) Eficacia, también conocida como actividad intrínseca, que es la capacidad para, tras unirse al receptor, iniciar acciones o cambios en el mismo que se manifestarán como efectos. De ambas cualidades depende la potencia del tóxico o fármaco, pero la intensidad del efecto es función del número de receptores y de la velocidad a que estos son afectados. Las moléculas de los tóxicos se unen a receptores que ordinariamente 206 TOXICOLOGÍA FUNDAMENTAL 06 toxicologia alim 24/11/08 13:46 Página 206
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