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Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 1 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s UNIDAD 2 NOCIONES DE CONFLICTO Y NEGOCIACIÓN COLECTIVA por Prof. Beatriz Inés Fontana Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 2 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s La Crisis del Estado de Bienestar Impacto en la organización de los sindicatos y en las formas de acción (conflicto y negociación colectiva). 1.- La tecnología y las formas de producir. El taylorismo-fordismo. Analizados en su evolución histórica, es fácil detectar cómo los sindicatos fueron organizándose en un juego de espejos, según las formas de organización que adoptaron en cada etapa las empresas. Esa relación es lógica si se tiene en cuenta que es precisamente con las empresas con quienes debían llevar adelante las negociaciones. Fue así como en sus orígenes, los sindicatos se agruparon por oficios, para luego abarcar a la empresa, y finalmente alcanzar a todo el sector de actividad, como forma de contar con mayor poder frente a los empleadores. Del mismo modo, las centrales intersectoriales a nivel nacional, y las organizaciones internacionales, vinieron a reforzar y a legitimar la acción de los sindicatos. En este sentido, tuvieron influencia las tecnologías disponibles en cada época y la forma en que se organizaba la producción. La tecnología propia del Estado de Bienestar era la llamada «línea de montaje», que tuvo su antecedente en la «Organización Científica del Trabajo» desarrollada por Taylor. Para explicarlo en forma simple y breve, podemos decir que Taylor se dedicó a observar los movimientos que llevaba a cabo un trabajador que tenía los conocimientos necesarios para producir un bien determinado, y los desagregó convirtiéndolos en movimientos repetitivos que no necesitaban ningún conocimiento ni calificación especial. De esa forma, a través de su método, revolucionó la producción, en tanto los empleadores pudieron contratar trabajadores Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 3 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s no calificados, con el consiguiente abaratamiento del costo del producto, pero además pudieron producir bienes en forma masiva. Si bien por un lado este sistema significó una pérdida de calidad de vida laboral, por otro lado trajo aparejado la contratación de un mayor número de trabajadores, y el abaratamiento de precios, con lo que se comenzó a fomentar el consumo masivo de bienes. A este sistema Henry Ford le agregó luego la automatización en la línea de montaje, dando lugar a lo que conocemos como la «Empresa Fordista», que fue la inspiración de Charles Chaplin en su famosa película «Tiempos Modernos». Esa empresa fordista se organizaba en forma vertical, con una separación tajante entre quienes «concebían el trabajo» y quienes lo «ejecutaban». En la cabeza de la empresa estaba la dirección y luego los mandos intermedios que eran los encargados de transmitir las órdenes y controlar el proceso. La base de la pirámide la conformaban las grandes masas de operarios, que no requerían calificación alguna, que no tenían que pensar, sino solamente repetir en forma constante el movimiento que tenían asignado. Esa empresa fordista era además «integrada», para significar que contaba con todo lo necesario para el desarrollo de su producto. En ese sentido, se consideraba que el mercado no era confiable, porque podía ser caro y de dudosa calidad. Por esa razón, por ejemplo, cuando los rayos de las ruedas de los automóviles eran de madera, Ford era dueña de los bosques donde se talaban los árboles para construir esos rayos de la rueda. Y por supuesto reconocía como propios a los trabajadores que se ocupaban de talar esos árboles. Durante ese periodo, frente a esa empresa vertical e integrada, los sindicatos se organizaron de la misma forma, representando en forma monopólica a todos los trabajadores pertenecientes a una misma empresa y a un mismo sector de actividad. Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 4 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s Por lo tanto, los sindicatos que representaban a los operarios de la fábrica Ford, también representaban a los que talaban los árboles para producir los rayos de madera de las ruedas de los vehículos. Y la acción de esos sindicatos era igualmente abarcativa. En especial en lo que se refiere a la negociación colectiva, esta forma de organización de las empresas y de los sindicatos daba como resultado los grandes convenios colectivos de trabajo, que abarcaban a todo un sector de actividad, y preferentemente fijaban las remuneraciones para todo el territorio del país. Ese sistema no era cuestionado en tanto se correspondía con la tecnología utilizada, con la forma de organizar la producción, y con la organización de las propias empresas. 2.- La crisis del Fordismo - El Toyotismo. Durante la vigencia del llamado «Estado de Bienestar» o «Estado Social de Derecho» se llegó a pensar que el desarrollo y el progreso iba a continuar siempre hacia adelante y hacia arriba. Es decir, siempre mejor. Sin embargo, la Edad de Oro duró muy poco. Ya en 1973 se produce un primer síntoma, como fue el aumento de los precios del petróleo, circunstancia que se repetiría en 1978 poniendo en jaque a la economía mundial. En realidad un poco antes, en 1971, ya Estados Unidos, ante el incremento de su deuda, había decidido romper el acuerdo de Bretton Woods, y a partir de ese momento el dólar dejó de tener el oro como respaldo, generando la necesidad de un reacomodamiento en la cotización de las monedas de los países más desarrollados. Hubo quienes pensaron que se trataba de una crisis solamente coyuntural, pero rápidamente quedó en claro que la crisis era estructural, es decir, era la crisis del sistema que hasta ese momento se había impuesto como modelo hegemónico. Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 5 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s A tal punto fue así, que de la mano de las nuevas tecnologías que irrumpieron en la producción, y ante la nueva forma de organización del trabajo que esas tecnologías hicieron necesaria, se dejó de hablar de «fordismo» para comenzar a hablar de «toyotismo», en clara alusión a la forma de organizar el trabajo y la producción propia de la empresa Toyota, en Japón. En efecto, mientras el «fordismo» se había caracterizado por la producción basada en stocks de productos de consumo masivo y standarizados, el «toyotismo» proponía producir lo que ya estaba vendido, es decir el sistema denominado «just in time», lo que significaba no tener ningún stock. La línea de montaje utilizada por el fordismo, se transformaba ahora en el trabajo en equipos o células, integradas por trabajadores que necesariamente debían ser calificados para trabajar con la tecnología y lograr los mejores resultados posibles. El control de calidad ya no se hacía al final de proceso, sino que pasó a ser un requisito a tener en cuenta durante todo el proceso de producción, y a ello se sumaba la necesidad de producir dentro de cierto tiempo, para llegar al mercado en tiempo oportuno, con productos de calidad, y adaptados a los diversos requerimientos de diferentes mercados. Todo esto era facilitado por las nuevas tecnologías, que permitían fragmentar el proceso productivo, e incluso separarlo físicamente. Esto generó el fenómeno que conocemos como «deslocalización de empresas», que no es otra cosa que llevar a cabo la producción en aquellos lugares donde se consiguen las mejores ventajas, sea por beneficios fiscales o porabaratamiento de mano de obra. En este nuevo modelo de organización de la producción, las empresas ya no desconfían del mercado. Por el contrario, la estrategia productiva se modifica esencialmente, y las empresas prefieren especializarse en lo esencial de su producto, tercerizando, subcontratando o externalizando el resto. Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 6 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s De esta forma, las piezas que componen un producto determinado pueden ser concebidas y diseñadas en un lugar, pero fabricadas en otro, y luego finalmente trasladadas a otro diferente donde serán ensambladas para lograr el producto terminado. En cada uno de esos pasos intermedios se van a requerir habilidades diferentes, que en ciertos casos implicarán la necesidad de trabajadores calificados, y en otros por el contrario, no serán necesarios. En algunos de esos pasos el valor agregado a la producción será mucho mayor que en otros, y por supuesto eso determinará también la situación de los trabajadores involucrados. Para continuar con el ejemplo de la industria automotriz, no puede ser igual la situación de quienes diseñan un nuevo modelo de un vehículo, que la de quienes intervienen en la fabricación de piezas sustanciales del motor, o la de quienes fabrican las partes del chasis, o la de aquellos que se ocupan de ensamblar todas esas piezas para obtener el vehículo terminado. En ese contexto, la organización de las empresas se modificó sustancialmente. Comenzaron a desaparecer las grandes empresas, y a surgir por el contrario aquellas con menos cantidad de dependientes, y con otro perfil de trabajadores. Un elemento importante que diferencia la empresa «fordista» de la que se impone a partir de las nuevas tecnologías, fue precisamente la desaparición de los mandos intermedios, justamente porque los que tienen que tener ahora el conocimiento y la calificación son los propios trabajadores. Por otra parte, comenzó a delinearse otro tipo de vinculación entre empresas, que era necesario para llevar a cabo la externalización, tercerización o subcontratación que es parte esencial de esta nueva forma de encarar la producción. Estos cambios tuvieron impacto en las relaciones laborales individuales y colectivas. Por un lado, en general los países se encontraron en un escenario en el que sus relaciones laborales estaban regidas por leyes Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 7 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s adoptadas según el modelo fordista, pero ahora esas mismas leyes debían regular las relaciones laborales en un contexto muy diferente. Por otro lado, los actores sociales, en especial los sindicatos, se enfrentaron a problemas de representación, ante el desmembramiento de la antigua gran empresa, y el surgimiento de este nuevo entramado de relaciones entre diversas empresas. En el aspecto individual se comenzaron a advertir dificultades para establecer en ciertos casos quién era el empleador. En el aspecto colectivo, esto tuvo y tiene incidencia en el reconocimiento de la asociación sindical que está llamada a representar a determinado colectivo de trabajadores, o a negociar con determinado empleador. Por otra parte, también produjo impactos en el desarrollo del conflicto y en la negociación colectiva. En el sistema fordista, la huelga en tanto abstención de la obligación de trabajar era el instrumento esencial para construir poder a favor del sindicato. Sin embargo, en el toyotismo ese conflicto clásico se tornó inoperante en determinados casos, y fue así que surgió la llamada «huelga a la japonesa» que consistía en trabajar más. La explicación de este fenómeno se encuentra en el núcleo de este modelo que se basaba en la producción sin stocks, es decir, se produce lo que ya está vendido. Por eso en este caso, el exceso de producción es lo que perjudica al empleador, en tanto contrariamente a lo que ocurría en el fordismo, no se sabe si ese exceso va a poder ser vendido. En este aspecto, los modelos cambiantes, las variantes posibles de cada producto, hacen desaconsejable contar con grandes cantidades de stocks. Por eso el conflicto tuvo que adaptarse para poder seguir siendo eficaz. Por otra parte, las nuevas tecnologías y la nueva forma de organizar la producción necesariamente tenían que impactar en el sistema de negociación colectiva. Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 8 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s En la etapa fordista el trabajador ganaba fuerza en la mesa de negociaciones porque además de trabajador y por ende parte del costo, era visto como potencial consumidor en el mercado interno. Por lo tanto, al negociar salarios, estos no podían ser muy elevados, para no elevar los costos de producción; pero tampoco podían ser muy bajos, porque de lo contrario esos trabajadores no iban a consumir, perjudicando el desarrollo económico en general, pero también de esa empresa o del sector en particular. Otro dato importante a tener en cuenta es que en esa etapa las negociaciones colectivas se ocupaban fundamentalmente de fijar categorías laborales y salarios, a punto tal que los convenios colectivos de trabajo se denominaban «contratos de tarifa». De esa forma, la negociación colectiva servía para fijar pautas para la competencia dentro de un mercado determinado, en el que las empresas estaban asentadas y producían. Por el contrario, en el nuevo escenario, y teniendo en cuenta la fragmentación del proceso productivo fomentado por las nuevas teconologías, el trabajador perdió el status de potencial consumidor, dado que el producto puede fabricarse en forma parcializada en distintos lugares, puede armarse en otros, y consumirse en otros. En consecuencia, si el trabajo es ahora solamente parte del costo, cuanto más bajo sea el salario mejor. Pero además, la nueva forma de organizarse las empresas tiene influencias sobre la determinación de los niveles de negociación y sobre los sindicatos que cuentan con representación para negociar en cada caso. En efecto, las prácticas de organizar la empresa en torno a la parte central de la producción, tercerizando o externalizando o subcontratando el resto; como asimismo las diferencias entre empresas de un mismo sector desde el punto de vista de la tecnología que utilizan para producir, son algunos de los factores que cuestionan el predominio de la negociación por sector de actividad propia de la etapa fordista. Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 9 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s En efecto, ahora las empresas prefieren negociar en el nivel de la empresa, para obtener reglas laborales adecuadas a sus propias especificidades. Esta preferencia del sector empleador no solamente colisiona con el tipo de sindicatos, en general verticales y de actividad con ámbito de actuación en todo el país, sino que además, genera discusiones y conflictos en torno a la representación de los trabajadores en la negociación, en aquellos casos en que intervienen terceras empresas en el proceso. Sin embargo, la nueva etapa también aporta elementos positivos a considerar. En ese sentido, la necesidad de las empresas de contar con trabajadores calificados, comprometidos con el proceso productivo, en condiciones de llevar a cabo el control de calidad en forma continua, y que permitan llegar a tiempo al mercado, lleva necesariamente a pensar que no puede satisfacerse a través de contratos de trabajo precarios, con excesiva rotación y bajos salarios. Por eso, las nuevas necesidades productivas de las empresas vienen a constituir la nueva fuerza del trabajador enla negociación: para contar con trabajadores calificados y comprometidos con el proceso productivo y con el control de calidad, se requiere que cuenten con estabilidad (no con contratos temporarios), y con salarios adecuados. Por el contrario, en aquéllos sectores de la producción en los que las empresas siguen compitiendo solamente o preferentemente por costos (productos primarios o con muy poco valor agregado), las nuevas formas de producir juegan en contra del trabajo dependiente, que en este caso será solamente costo, y por lo tanto sujeto a todos los intentos flexibilizadores que pretenden reducción de salarios y la introducción de formas diversas de contratación temporal, que eximan de indemnizar la antigüedad en el empleo. Otro aspecto que resulta afectado en la nueva etapa es el relativo a los contenidos del convenio colectivo de trabajo. Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 10 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s En la etapa fordista, como vimos, lo importante era establecer las categorías laborales y las remuneraciones de convenio. Por el contrario, en la nueva etapa, se va produciendo un enriquecimiento de contenidos, para hacerse cargo de las complejidades que presenta el nuevo modelo productivo y el nuevo entramado de relaciones entre las empresas. Por esa razón, cobra importancia ahora el derecho a la información, que recae fundamentalmente sobre las empresas. Es muy importante para el sujeto sindical llegar a una mesa de negociación con cabal conocimiento de las variables económicas y financieras existentes en el país en general, pero sobre todo en el sector al que pertenece, y por supuesto, el correspondiente a la o las empresas con las que debe negociar, o incluso en el caso de convenio de actividad, el de las empresas líderes del mismo. La regulación del deber de información como parte necesaria del proceso de negociación y como elemento esencial de lo que se denomina «negociación de buena fe», demuestra hasta qué punto se van complejizando los contenidos a tener en cuenta por el actor sindical, y cómo van cayendo en desuso por inoperantes viejas técnicas más cercanas al regateo que a una negociación profesional. Por otra parte, las negociaciones ya no son solamente sobre condiciones de trabajo y empleo, sino que gradualmente se comienza a dar el fenómeno que se conoce como «procedimentalización de la negociación colectiva», porque la tendencia es a negociar procedimientos que se van a aplicar para resolver determinados conflictos en caso de que surjan. En ese sentido, en los países más industrializados es bastante habitual encontrar dentro del convenio, la negociación de los sistemas para autocomposición de conflictos colectivos, detallando procedimientos, y posibles mediadores y árbitros a los que las partes están de acuerdo en acudir de ser necesario. También es bastante habitual que se incluyan en la negociación reglamentaciones del poder disciplinario del empleador, Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 11 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s en las que se define qué cosas se consideran faltas, cuál es el grado de las faltas en cada caso (leve, grave o gravísima); el derecho del trabajador a ser oído, y las sanciones posibles en cada caso. Otro punto de negociación procedimental lo constituye también el control de ausentismo, a través del cuál se establece cómo se van a zanjar las diferencias cuando el médico del trabajador y el del empleador tienen criterios encontrados. De esta forma, la negociación colectiva va abandonando los aspectos «extra empresa», o en todo caso, va sumando a esos aspectos, otros que tienen que ver con la gestión de los contratos de trabajo al interior de la empresa. Esta tendencia le asegura al sindicato la posibilidad de intervenir controlando la gestión de esos contratos, e implica un principio de democratización de las relaciones de trabajo al interior de la empresa. Estos cambios han sido receptados por la propia Organización Internacional del Trabajo en la medida en que se expide sobre el concepto de negociación colectiva. En efecto, en el Convenio Número 98 de OIT, adoptado en el año 1949, se afirma que se deben promover formas de negociación que permitan a las partes (sindicatos y empleadores) acordar «condiciones de trabajo y empleo». Sin embargo, en el Convenio Número 154 de OIT, que es del año 1981 (es decir, fue adoptado en plena crisis del Estado de Bienestar), se afirma que la negociación colectiva debe abarcar gradualmente las condiciones de trabajo y empleo, las relaciones entre trabajadores y empleadores, y las relaciones entre sindicatos y las organizaciones de empleadores. Con este concepto de ampliado de negociación colectiva, la OIT está expresando los cambios que se fueron produciendo en las formas de producir y en la organización del trabajo. Y lo cierto es que si la negociación colectiva no se adapta a esos cambios enriqueciendo sus contenidos, perdería importancia como elemento Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 12 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s para promover el mayor bienestar de los trabajadores y elevar la calidad de vida laboral. La nueva crisis y los desafíos actuales. Cuando recién estábamos intentando entender las consecuencias de la crisis del fordismo y su impacto en el derecho colectivo del trabajo, en especial en el conflicto y la negociación, se desató a fines del año 2008 una nueva crisis, muy profunda, a tal punto que lo que ha colapsado es el sistema financiero que se inició en 1971 con el retiro de Estados Unidos de los acuerdos de Bretton Woods. La profundidad y las consecuencias que puede tener esta crisis es algo que está por verse y que excede largamente lo que pretende el presente curso. Pero no es posible ignorarla y por lo menos debe ser mencionada para tener en cuenta que todo lo que se está analizando puede resultar influenciado por el nuevo escenario. En todo caso, las versiones vernáculas de la crisis financiera que nosotros ya hemos padecido, el resultado de las herramientas utilizadas para superarlas, deberían servir a los actores sociales y en especial a los sindicatos argentinos para analizar las líneas de acción que pueden asumirse, y cuáles son por el contrario las recetas que no deberían ser reiteradas ni consentidas de ninguna manera. Sea como fuere, los desafíos planteados por las nuevas tecnologías y por las nuevas formas de vinculación de las empresas, como asimismo la configuración del entramado productivo, siguen vigentes y entre nosotros ya vienen desatando tensiones que en muchos casos estallan como conflictos intersindicales que están requiriendo respuestas superadoras e imaginativas del propio sector. A esos desafíos, se le debe sumar ahora la responsabilidad de intervenir como sujetos políticos y como interlocutores en un diálogo que excede la negociación colectiva, y que tiene que ver con el Nociones de Conflicto y Negociación Colectiva - Unidad 2 13 I E S E V E - I n s t i t u t o S u p e r i o r d e V i a j a n t e s desempeño de los sindicatos como protagonistas de las grandes líneas de la política económica, social y laboral, rol que fue ganado con mucho esfuerzo y que en modo alguno debería resignarse en el momento actual.
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