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Observar para interpretar Actividades de vida cotidiana para la educación infantil (2-6) 2 Montserrat Alòs Neus Andrés Soledad Casal Carmen Castrillo Nereida Medina Micaela Yuste Observar para interpretar Actividades de vida cotidiana para la educación infantil (2-6) Biblioteca de Infantil 35 3 Colección Biblioteca de Infantil Directores de la colección: Vicenç Arnaiz y Cristina Elorza Serie Didáctica © Encarna Sugrañes Justafré, Montserrat Alòs Izquierdo, Neus Andrés Bacardit, Soledad Casal Sabarich, Carmen Castrillo de las Heras, Nereida Medina Morán, Micaela Yuste Redondo © de esta edición: Editorial GRAÓ, de IRIF, S.L. C/ Hurtado, 29. 08022 Barcelona www.grao.com 1.a edición: febrero 2012 ISBN: 978-84-9980-783-6 D.L.: B-1.759-2012 Diseño: Maria Tortajada Impresión: Imprimeix Impreso en España Quedan rigurosamente prohibidas, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción o almacenamiento total o parcial de la presente publicación, incluyendo el diseño de la portada, así como la transmisión de la misma por cualquier medio tanto si es eléctrico, como químico, mecánico, óptico, de grabación o bien de fotocopia, sin la autorización escrita de los titulares del copyright. Si necesita fotocopiar o escanear fragmentos de esta obra, diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org). 4 http://www.grao.com http://www.cedro.org 1. 2. 3. Índice Presentación ¿Cuál es nuestro punto de partida? La situación educativa: el niño como protagonista El niño Actividad y juego El marco educativo Pensamiento y actitud de los maestros Observar para interpretar Bloque 1: las actividades manipulativas Las actividades espontáneas. Los juegos con arena Cotidianeidad y hábitos. Lavarse las manos La utilización de un utensilio. La tijera. Cortar y recortar Juegos y experiencias gráficas. El grafismo Bloque 2: el rincón del descanso Bloque 3: el rincón de la experimentación Conclusiones finales Bibliografía Agradecimientos 5 Presentación La actividad espontánea y el juego son los motores del desarrollo y el aprendizaje de los niños, y pensamos que la escuela infantil, mediante una cuidadosa y sistemática planificación de su intervención educativa, es capaz de potenciar una mejora razonablemente significativa del desarrollo y aprendizaje global de los niños. Previamente a la planificación de una actividad o situación educativa, conviene hacerse una serie de preguntas clave que nos ayuden a aclarar cuestiones como qué pensamos nosotros de nuestra actividad, si da respuesta a las necesidades e intereses de los alumnos, qué finalidad nos proponemos o cómo se ha de organizar, etc. Cuando empezamos este proyecto, nuestra principal motivación era poder reflexionar sobre diversas situaciones educativas con tal de establecer elementos de continuidad y progresión entre los dos ciclos de la educación infantil que, a menudo y a nuestro parecer, todavía están bastante distanciados. Queríamos encontrar formas y criterios de coordinación dentro de esta etapa en cuanto a actividades, maneras de hacer, actitudes de las maestras y maestros, y dinámicas que se han de generar en los grupos de niños y niñas. Dentro de este libro encontraréis respuestas educativas en relación a las vivencias cotidianas, a la actividad manipulativa y a la actividad plástica, a factores emocionales y afectivos, y al descubrimiento libre y espontáneo. Los diferentes proyectos están pensados, trabajados y desarrollados como propuestas más o menos abiertas que, sin excluir a otras, puedan servir de pauta para diseñar situaciones educativas y guiar la intervención del maestro. En algunos casos, las propuestas hacen referencia a aspectos que ya se tienen en cuenta y pueden servir de recordatorio o para incitar a la reflexión; en otros casos, quizá pueden ayudar a mejorar o a cambiar algunas situaciones de la enseñanza– aprendizaje. Nosotras hemos tenido la oportunidad de llevar a cabo estas propuestas y hemos obtenido unos beneficios que son fruto del trabajo en colaboración y de la investigación para la mejora de la educación infantil; cambios y mejoras en nuestra labor como maestros que, ahora, queremos compartir con vosotros. 6 1 2 1 ¿Cuál es nuestro punto de partida? En la reflexión que hacemos a partir de nuestra experiencia como maestros en la etapa de la educación infantil sobre algunos de los elementos fundamentales que intervienen en el proceso educativo, de cómo estos elementos se interrelacionan entre sí y de cómo hay que considerarlos, hemos elaborado dos esquemas que nos sirven de guía. Esquema de la situación educativa: el niño como protagonista. Esquema del pensamiento y actitud de los maestros. La situación educativa: el niño como protagonista El primero de estos esquemas (véase el cuadro 1 en la página siguiente) representa básicamente la situación educativa, tomando al niño como protagonista de la misma; mientras que el segundo esquema pretende resumir el pensamiento y las actitudes que consideramos más indicadas para guiar la labor de los maestros. Cuadro 1. El niño como protagonista de las situaciones educativas 7 Como se puede observar, en el esquema de contenidos interaccionan tres ejes que representan la situación educativa: el niño, la actividad o juego y el marco educativo. El niño El primer eje indica características sustanciales de la naturaleza de los niños y de las niñas entre 0 y 6 años, que se han de tener en cuenta en el contexto 8 educativo. De entrada, este eje parte de la afectividad de las criaturas, ya que es un hecho que para desarrollar adecuadamente las propias capacidades los niños y las niñas necesitan establecer una buena relación consigo mismos y con el mundo que los rodea: los otros, adultos y niños, familiares, personas de su entorno cercano y las personas que forman parte del conjunto de la comunidad escolar. Por lo tanto, siguiendo el eje del niño podemos observar que es posible acompañar y guiar a los niños y niñas en sus aprendizajes desde la afectividad: el placer y la alegría, hacia la consolidación de aprendizajes y la autonomía personal. Partimos de la premisa de que las propuestas de actividad han de estar pensadas en función del niño. De esta manera se propicia un clima de motivación y de buenas relaciones en el aula. Así se puede garantizar que, progresivamente, las niñas y los niños desarrollen el interés, atención, y constancia que todo aprendizaje requiere. También hay que mencionar los factores motores y psicomotores de los aprendizajes. A menudo, alcanzar estos factores comporta la adquisición progresiva de hábitos de conducta adecuados y estables, que en determinados momentos significan un reto importante para los niños y las niñas, tanto en la vertiente de la motricidad amplia (postura y desplazamientos), como en la motricidad precisa (la manipulación). Quizá no sea necesario insistir demasiado en la importancia de la motricidad en todo tipo de aprendizaje, ni tampoco en el placer que le encuentran las niñas y los niños cuando los maestros somos capaces de adecuar las actividades a sus capacidades e intereses. Pero de todas formas creemos necesario dar un toque de atención, ya que en algunos casos caemos en la trampa de forzar las situaciones de aprendizaje, frustrando en el niño el sentimiento de alcanzar por sí mismo la solución a un problema. En la última anilla de este eje, la de la función cognitiva, situamos el desarrollo de la función sensorial que conducirá a los niños hacia el desarrollo de las funciones perceptivas y cognitivas, las cuales favorecerán, a su vez, la adquisición de nuevos saberes y habilidades. Actividad y juego El segundo eje del esquema nos habla del niño, pero concretando la naturaleza de la actividad espontánea de las criaturas. Como es bien sabido, hablar de la actividad de los pequeños es sinónimo de 9 juego. Se sabe que una de las características sustanciales del juego es el placer que comporta y que, para que el juego sea juego, ha de surgir de formanatural, espontáneamente, sin presión. Esta manera de hacer espontánea conduce de forma sencilla a la exploración, nacida de la curiosidad, del impulso de interactuar con el entorno y de descubrir las posibilidades. Así pues, este eje parte de la actividad espontánea del niño que es el juego por excelencia, convirtiéndonos en testigos de la exploración, el descubrimiento y la creatividad para acabar alcanzando la última anilla de este eje, que significa la capacidad de saber formular un proyecto previo a la acción. Si vamos siguiendo este eje, respetando los intereses y el ritmo propio de cada niño o niña, haremos posible que cada uno adquiera, un poco más tarde o un poco más pronto, la capacidad de prever la acción o la actividad que desea realizar. Es el momento en que un niño nos anuncia qué quiere hacer y, a veces, cómo piensa hacerlo. Es un momento mágico tanto para los mismos niños y niñas como para los adultos que se sienten responsables de ellos y los quieren. Es verdad que no siempre estos intentos son coronados del todo por el éxito, pero hay que tener bien claro que, para el niño, el intento en sí ya es un éxito. Por lo tanto, es trabajo de los maestros y las maestras hacer que las criaturas lo puedan vivir de esta manera. En este punto y precisamente por este camino, los niños y las niñas se animan y son capaces de entregarse con deleite a su proceso educativo y de aprendizaje, cuyos objetivos básicos son asegurar la autoestima y la socialización, que posibilitan la eficiencia en los ámbitos personal y social. El marco educativo El tercer eje del esquema hace referencia al marco educativo. Aquí se plantea la importancia de las actitudes de los maestros respecto de los niños, la relevancia del marco físico y las interacciones personales en el aula. Empezamos la pequeña descripción de este tercer eje haciendo hincapié en el hecho de que las flechas del inicio y del final del esquema quieren expresar la interrelación que, en cualquier momento del proceso, hay entre los ejes, sus variables y los resultados educativos perseguidos. La primera anilla del tercer eje nos habla de los maestros, de su actuación y eficacia, incidiendo en algunas de las actitudes que, a nuestro parecer, pueden ser más deseables. Aunque el tema podría ser más o menos extenso, según la complejidad que se quiera dar al documento, hemos optado por especificar tres categorías de actitudes que pensamos que ejemplifican nuestro planteamiento 10 ♦ ♦ ♦ pedagógico. Actitud de aceptación. La consideramos fundamental, y todavía más si se trata de los alumnos más jóvenes y, por lo tanto, los más influenciables a causa de los condicionamientos positivos o negativos adoptados. Se necesita la aceptación profunda de la diversidad y la diferencia. Todos los niños tienen la necesidad y el derecho de sentirse aceptados y, en consecuencia, respetados, valorados y queridos, tanto en la escuela como en el entorno familiar. Sin este requisito, o no podrá progresar positivamente o lo hará por debajo de sus potencialidades. Por este motivo, pensamos que si un niño no tiene este cojín de aceptación se está poniendo en peligro su futuro. Actitud de observación. La observación bien fundamentada y sistemática de los niños es una de las premisas que puede garantizar que los recursos educativos que ponemos al servicio de la educación de las criaturas sean, en cada caso, los adecuados. La labor de observación se ha de realizar con cuidado y responsabilidad y, a la vez, ha de depender de un equipo y no de un solo maestro, para asegurar la objetividad. Actitud de adecuación. Como maestros, hay que adecuarse al grupo y a sus necesidades, tanto individuales como grupales. También hay que saber adaptarse al entorno escolar, físico, material y temporal tratando de buscar el equilibrio óptimo en aras de un buen funcionamiento del grupo. Somos conscientes de que hasta aquí no hemos hecho nada más que enunciar aspectos que hemos de tener en cuenta pero no querríamos extendernos demasiado, sino más bien sugerir y abrir campos de reflexión. En consecuencia, el segundo anillo del marco educativo hace referencia al entorno físico de la vida en la escuela. Conviene organizar y distribuir los espacios en función de las actividades, dar flexibilidad en la gestión del tiempo y buscar el equilibrio entre las situaciones activas y las destinadas a descansar o a recuperar energías. Y, por último, el tercer anillo valora la importancia de la calidad de las interacciones del niño o la niña con sus iguales por un lado y, por el otro, con los diferentes adultos del centro escolar. Es evidente que nuestra propuesta se fundamenta en un trabajo en equipo asumido por todos, continuado y estable. Vemos sus dificultades y limitaciones, de la misma manera que lo consideramos una posibilidad dinamizadora en la cual deseamos poder seguir profundizando. Pensamiento y actitud de los maestros 11 1 2 3 4 El esquema del pensamiento y actitud de los maestros se centra en el educador y lo forman dos ejes que componen la esencia de la intervención educativa (ver cuadro 2). Cuadro 2. Esencia de la intervención educativa El primer eje pretende ser útil para analizar el pensamiento de las maestras y los maestros, pero el segundo eje pretende explicar las actitudes educativas que propician, precisamente por lo que piensan respecto de las capacidades de los niños. Así pues, en el eje del pensamiento de los maestros encontramos cuatro preguntas o bloques de preguntas que creemos que nos hemos de plantear ante cualquier situación educativa: ¿Qué pensamos que saben los niños? ¿Qué pensamos que son capaces de aprender? ¿Qué queremos que aprendan y por qué? ¿Cómo pensamos que hay que intervenir en el proceso de aprendizaje? ¿Cómo creemos que se ha de evaluar el proceso completo? En primer lugar nos cuestionamos nuestro pensamiento, nuestras convicciones, ya que sabemos que los pensamientos positivos engendran 12 ♦ ♦ ♦ ♦ actitudes positivas y a la inversa. Por lo tanto, no nos hacemos estas preguntas como evaluación previa del alumnado, sino como diagnóstico de nuestra actitud educativa que, lógicamente, puede condicionar los resultados. La confianza que tenemos en el hecho de que los niños y niñas saben cosas en relación al saber estar, saber hacer, conocer… En consecuencia, tendremos que explorar nuestra actitud educativa siguiendo el eje que indaga en los siguientes puntos: ¿Valoramos lo que saben los niños? ¿Mostramos interés en conocer las capacidades y saberes de los niños así como sus posibilidades? ¿Procuramos establecer en cada niño y niña la relación educativa más adecuada para acompañarlos eficazmente en su aprendizaje? ¿Nos esforzamos en encontrar la forma y los medios más adecuados para enfocar las diferentes situaciones de enseñanza–aprendizaje? Como se puede ver, el eje que representa el pensamiento de los maestros y el que expresa sus actitudes educativas están unidos por una flecha de doble dirección que quiere reflejar de qué manera el pensamiento del maestro condiciona sus actitudes educativas y a la inversa. 13 2 Observar para interpretar Cuando diseñamos las experiencias que concretaremos a continucación agrupadas en diferentes bloques, partíamos de la convicción de que el objetivo fundamental de la etapa de educación infantil –tanto si hablamos de guardería como de parvulario– es la formación personal global de los niños y niñas. Y, por esta razón, pensamos que cualquier nueva experiencia que se ponga en marcha se ha de plantear en coherencia con este primer objetivo. Si no lo hiciésemos así, podríamos correr el riesgo de perder la complicidad de los niños y, por lo tanto, su motivación para las actividades propuestas. La ilusión de aprender y ser autónomos depende, en primer lugar, de que las niñas y niños se encuentren cómodos en la escuela, que se sientan «como en casa», por decirlo de una manera sencilla. Es importante que los niños entiendan la propuesta que les hacemos para que se puedan animar. Creemos que la etapa de laeducación infantil en sus dos ciclos se ha de configurar como un espacio y un tiempo para aprender a vivir. Como maestros sabemos por estudio y por reflexión, pero también por experiencia propia, si hacemos memoria, que los niños aprenden jugando, ya que el placer, la ilusión y el interés que proporciona el juego motiva el descubrimiento y estimula el aprendizaje. Si buscamos entre los propios recuerdos de infancia, nos damos cuenta de que todo aquello que en un momento u otro hemos aprendido jugando ha adquirido una significación profunda para nosotros propiciando, a menudo, nuevos aprendizajes. Por este motivo, consideramos importante tener presente el aspecto vivencial y lúdico en las actividades de enseñanza–aprendizaje. Un ambiente de calma y bienestar, propiciado por la confianza que las maestras y los maestros muestran en las posibilidades de los niños, y por la aceptación de sus acciones y producciones, hace que éstos se sientan cómodos y seguros, más interesados y capaces. Por otra parte, apreciar y reconocer el esfuerzo y el entusiasmo de las criaturas, ya sea comer sopa, jugar con la tierra o lavarse las manos, por poner un ejemplo, favorece que todos juntos, niños y maestros, nos sintamos más felices en el aula. En consecuencia, pensamos que las situaciones educativas que se ofrecen a los niños y a las niñas en la escuela, además de cercanas y dinamizadoras, han de ser flexibles. Dejadnos remarcar una idea que no es nueva pero sí básica: no 14 ♦ ♦ es necesario que todos los niños hagan lo mismo, a la vez y con los mismos resultados. La flexibilidad en la organización de las tareas –planteamientos y expectativas– favorece a todos los niños, básicamente porque respeta a todos y cada uno de ellos, aportando así un clima relajado en el aula. Es fundamental que las situaciones educativas se vayan adaptando al talante y la evolución de cada criatura, que está influida tanto por sus características personales como por el mismo entorno social, ya sea el familiar como el escolar. Las experiencias de vida cotidiana que se ofrecen en este libro se engloban dentro de tres grandes bloques. Actividades manipulativas Después de la reflexión conjunta sobre el tratamiento de las habilidades manipulativas de los niños, quisimos experimentar situaciones de aprendizaje complejas, ricas, relajadas y dinamizadoras, que ilusionaran a los niños y les permitieran una participación y unos resultados personales y diversos. Diversos como son todas las personas, grandes o pequeñas, huyendo de un planteamiento meramente técnico (simplista y/o «programado»). Rincón del descanso Cuando hablamos de este rincón nos referimos a un espacio y un tiempo para que el niño, si lo necesita, pueda encontrar el contrapunto a las diferentes actividades que se realizan diariamente en el aula, ofreciendo un rincón adecuado en el que disfrutar de bienestar y reposo. Aunque, tras valorar las diferencias existentes entre los dos ciclos de la etapa de educación infantil en cuanto a los ritmos de atención y la necesidad de descanso, establecimos una metodología y criterios comunes para favorecer el reconocimiento por parte del niño de sus sensaciones y emociones con el objetivo de que vaya aprendiendo a resolverlas. Rincón de la experimentación Como en la experiencia del rincón del descanso, creímos oportuno dar un contexto a actividades y situaciones en las que los niños pudiesen disfrutar mientras experimentaban con materiales diferentes de los habituales en el aula, con el objetivo de ver qué se podía hacer con estos materiales o para experimentar un proyecto intuido o pensado previamente, aunque a menudo los resultados eran imprevistos y dinamizadores. Todas las experiencias siguen una estructura común que abarca y concreta los siguientes apartados: Introducción. Objetivos. 15 ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ Metodología. Materiales. Papel del maestro o la maestra. Pauta de observación. Descripción, observación e interpretación–hipótesis de las actividades. Conclusiones. En todas las experiencias hemos conservado este esquema que engloba la preparación, la ejecución y el análisis de las actividades propuestas. Hemos valorado que el hecho de mantener la misma estructura durante todo el libro facilita la puesta en práctica de las propuestas por parte del lector. Los cinco primeros bloques intentan poner de manifiesto la importancia que tienen para nosotros estas actividades y todos los agentes que pensamos que hemos de tener en cuenta para poderlas ejecutar. Un razonamiento y una buena preparación son básicos para garantizar un cierto éxito en la práctica. La pauta de observación, la descripción de actividades y la posterior observación intentan ser una ilustración de toda la propuesta que hemos elaborado dirigida a niños y niñas entre dos y seis años, en los bloques iniciales. Como ya hemos explicado antes, en último lugar hay todo un trabajo de reflexión donde intentamos analizar las diferentes variables que han intervenido y cómo ha sucedido, en general, la actividad. Esta evaluación nos ayudará a aprender y a mejorar de cara a las posteriores propuestas que realicemos. Bloque 1: las actividades manipulativas Creemos que, de la aceptación de que es objeto un niño por parte de su entorno depende, en gran parte, que su evolución sea positiva, tanto por el hecho de que los resultados sean satisfactorios, como porque le sea permitido vivirlo a partir de sus características propias, sintiéndose reconocido y protagonista de sus descubrimientos y conquistas. Querríamos no perder de vista que muchas actividades manipulativas se inician muy temprano y pueden prolongarse mucho en el tiempo, y es muy importante que no se trate sólo de manipulación, sino que en cualquiera de estos aprendizajes intervengan diferentes funciones de la actividad humana. También éramos conscientes de que convenía hacer una tarea individualizada, continuada y progresiva. Conviene decir que la evolución de la mano no es sólo motricidad, sino mucho más que eso. Entonces habría que hablar de psicomotricidad. La evolución de la manipulación se inicia en los primeros meses. Parte del 16 descubrimiento que el niño hace ya en la cuna, de sus propias manos, de la cara y las manos de sus padres u otras personas de su entorno familiar, de un juguete o cualquier otro objeto que tenga a su alcance para explorar. Estos primeros contactos manipulativos le proporcionan sensaciones y percepciones de todo tipo (visuales, olfativas, táctiles, de movimiento…); emociones y sentimientos diversos (placer, frustración, alegría, ternura…) que lo llevan progresivamente al descubrimiento del entorno (reconocimiento de personas, de espacios y situaciones, de momentos del día…) y a la formación de nociones (de causa/efecto u otras como grande/pequeño, largo/corto…). Las actividades manipulativas contribuyen también a la formación de tendencias y actitudes como por ejemplo la curiosidad, la ilusión, la perseverancia, la autonomía, la creatividad, el cuidado del entorno… Es por todo esto que entendemos el tratamiento de las actividades manipulativas en la guardería y el parvulario como una labor muy importante, animadora tanto para los niños como para los adultos. Una tarea que hay que contextualizar significativamente y que merece atención y seguimiento, no sólo en la etapa de la educación infantil, sino también por parte de los maestros de la educación primaria. Estamos convencidos de que en ningún caso deberían entenderse las actividades manipulativas sólo como una función mecánica ni ser tratadas con prácticas estrictamente funcionales. Creímos que los tipos de actividades escogidas podían influir en positivo o negativo en el resultado de la experiencia, quizá a causa del grado de dificultad motriz y/o nivel de motivación que ejercieran sobre los niños. Pero en cualquier caso, dada la imposibilidad evidente de tratarlas todas, teníamos que hacer una selección de actividades en las cuales basar la experiencia. En consecuencia, decidimos establecer cuatro categorías diferentesque abarcaban de alguna manera el amplio abanico de acciones manipulativas que se dan en la vida diaria de los niños. Las consideramos suficientemente significativas como para empezar una experiencia conjunta de enseñanza, aprendizaje del que se pudiera extraer conclusiones útiles. El paso final fue encontrar una actividad concreta relacionada con cada categoría. CATEGORÍAS ACTIVIDADES EDADES Las actividades espontáneas. Los juegos con arena. 22-30 meses. 3-5 años. La cotidianidad y los hábitos. Lavarse las manos. 23 meses. 3 años. La utilización de un utensilio. La tijera. 23 meses. 30 meses. 17 ♦ 2-3 años. Juegos y experiencias gráficas. El grafismo. 2-3 años. 3-4 años. Las actividades espontáneas. Los juegos con arena Introducción La categoría de actividades espontáneas corresponde a todo aquello que hacen los niños por propia iniciativa, ya sea en el aula, en el patio o en cualquier ámbito educativo dentro del centro. Pensamos que una actividad se puede considerar espontánea cuando los niños y las niñas la pueden escoger, ya sea en cualquier momento o en los tiempos previstos para hacerla. Pero el hecho de que se trate de una actividad espontánea no implica que los maestros dejen de tener un rol significativo, pues una escucha atenta y respetuosa es igual de necesaria como en cualquier otro tipo de actividades. Sólo asegurándonos de que los niños y las niñas sean conscientes de este reconocimiento podremos tener la seguridad de que estamos dando a las actividades espontáneas el tratamiento adecuado. Dentro de la categoría de actividades espontáneas se encuentran los juegos con arena, que es una actividad que acerca los niños a la naturaleza y que se puede considerar universal. ¿Alguien se ha parado a observar detenidamente a un niño cuando juega con arena? En todos los ambientes los niños se han mostrado siempre muy atraídos por la arena y si puede ser con la ayuda del agua, todavía más. Los niños encuentran en la arena un material poderosamente lúdico y atractivo con el que se sienten muy libres y pueden explorar, experimentar y disfrutar de sensaciones táctiles con todo el cuerpo. Ellos se lo pasan muy bien jugando con la arena y, además, este tipo de juego motiva la creatividad y el descubrimiento. Objetivos A corto plazo: Disfrutar de las sensaciones que ofrece la manipulación de la arena. Mostrar interés y participar en la actividad. Experimentar y explorar la arena, ya sea como un material único o en combinación con otros materiales (piedras, etc.) y herramientas (cubos, palas, etc.). 18 ♦ A largo plazo: Expresarse, realizar imágenes, gestos gráficos, estampaciones, modelado… Observar y asimilar algunas de las características y posibilidades que la arena ofrece por sí misma y en combinación con diferentes herramientas y materiales. Compartir y comunicar las vivencias, sensaciones y descubrimientos de lo que se hace y lo que se sabe o de lo que se piensa sobre lo que se está haciendo. Hablar de las sensaciones, las creaciones, las conquistas y las combinaciones de diferentes materiales. Metodología Para llevar a la práctica la experiencia también había que valorar las posibilidades del espacio y los materiales que tenían en cada centro, y los ritmos diferentes de la actividad diaria que existían entre la guardería y el parvulario. Las dos guarderías disfrutaban de arenales cerrados. En uno de los parvularios los niños y las niñas podían jugar con arena en el patio. En el otro, que no tenía patio de arena, las ganas de hacer de las maestras y los maestros suplieron la falta llenando de arena unas cajas de plástico muy grandes que tenían en la terraza y también organizaron salidas a la playa, que está cerca del centro, donde llevaron a cabo diferentes experiencias. Tanto en las guarderías como en los parvularios trabajamos dentro del aula, sobre todo con las bandejas de experimentación. Al plantear esta experiencia, se decidió trabajar en situaciones diversas. Había que explorar las posibilidades que ofrece la arena a los niños, en algunos casos utilizando sólo las manos y, en otros, combinándola con diferentes materiales. Preparamos la actividad hablando previamente con los niños y utilizando en algunos casos como soporte imágenes relacionadas con la arena. En una de las guarderías se creó un «libro de la arena» con imágenes de acciones y materiales relacionados con este elemento. En el caso de los más pequeños, la actividad se realizó con todo el grupo de niños y se puede decir que se llevó a cabo casi diariamente y en un ambiente más libre. Con los mayores organizamos pequeños grupos, excepto cuando se iba a la playa. Tanto con los mayores como con los más pequeños, las actividades dentro de la clase se hacían en grupos (bandejas hondas con arena, arena combinada con papel, pintura, etc.). La maestra, a través de la observación, combinaba y cambiaba los materiales adecuándolos a la aceptación y la creatividad que éstos provocaban en los niños. Materiales 19 ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ Del entorno natural: arena, agua, piedras, hojas, ramas, conchas, flores… Propios de los juegos con arena: cubos, palas, rastrillos, cedazos, moldes, carretillas… De textura natural: tapones de corcho, tapas de hojalata, flaneras de metal, cucuruchos, cepillos de madera, coladores de metal, ralladores de metal, cajas y tubos de cartón o madera. Cucharas y cucharones de metal y de madera, bandejas de cartón y metal, hueveras de cartón… De otros tipos: embudos, coches, muñecas, bolsas de celofán, guantes de plástico y látex, botellas y envases de diferentes tamaños (reciclados), bandejas de aluminio y otros materiales (reciclados), escobas y palas, cola de pegar, pintura, tizas, cinta y papel (adhesivo de diferentes tamaños). Papel de la maestra El rol de la maestra, aunque sea en general poco directivo, también es fundamental. La actividad de los juegos con arena ha de estar enmarcada por la presencia atenta de la educadora, una presencia no directiva, pero de escucha y respeto, una presencia disponible y reconocedora. Es aconsejable que las maestras y los maestros decidan y expliciten algunas actividades pensadas para un determinado grupo de niños, basándose en el reconocimiento del grupo, en su observación y seguimiento atentos. La maestra tendrá que decidir qué momentos y qué espacios pueden ser adecuados para recoger una iniciativa que surja espontáneamente o hacer una propuesta cuando el interés o la necesidad se manifiestan. En ocasiones, también puede ofrecer modelos de cómo crear diferentes formas o gestos gráficos o de cómo se pueden utilizar las diferentes herramientas. En cualquier caso, la maestra facilitará el clima y los materiales con una actitud motivadora, animadora y sugestiva. La observación y evaluación nos ayudarán a avanzar en los objetivos y enriqueciendo las propuestas que ofrecemos a los niños. Pauta de observación En el trabajo de observación de las diferentes situaciones educativas de los juegos con arena utilizamos la siguiente pauta. Descripción de actividades Actividad de un grupo de niños pequeños en el arenal de la escuela Edad: de 22 a 30 meses. 20 ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ Número de niños: 14. Materiales: Libro de la arena. Bolsas de papel y de plástico de diferente tamaño. Botellas de suavizante de diferente tamaño. Tarros de crema. Objetivos: Disfrutar de la arena vivenciando conceptos de peso, volumen, espacio, cantidad… Descripción de la actividad: en la clase miramos el libro de la arena y comentamos las diferentes acciones que vemos en las imágenes. También hablamos de los materiales que han traído de casa y de lo que haremos con ellos cuando bajemos al arenal (del tamaño de las bolsas y de las botellas, de la forma, el color…). Lo ponemos todo en una caja grande y nos vamos al patio. Cuando llegamos al patio y, antes de comenzar, nos sentamos en el arenal y la maestra da unas consignas: El material ha de estar dentro del arenal. Hay que vigilar de no tirar arena ni a la cabeza ni a los ojos de los compañeros. Al salir del arenal se ha de guardar elmaterial. Repartimos el material y ¡empezamos a jugar! Observación de un niño Edad: 22 meses. Duración de la observación: 10 minutos. Coge una bolsa de plástico con la mano izquierda y un tarro con la derecha. Está de pie en el arenal, se agacha y coge arena con el tarro y la tira en la bolsa (repite la acción varias veces). Ve a su amigo sentado en el saliente del arenal, se va hacia él y se coloca a su lado. Su amigo también tiene una bolsa con arena y coloca la suya a su lado, hablan y empiezan a llenar las bolsas indistintamente. Cuando consideran que ya han acabado, las cogen y van por el arenal paseando y diciendo a todos: «¡Pesa mucho! ¡Pesa mucho!». 21 ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ Al cabo de un rato su amigo se va y él se sienta en el centro del arenal e intenta tirar toda la arena de la bolsa, pero no puede. Comienza a sacar la arena a puñados y cuando la ha vaciado un poco vuelve a intentar vaciar toda la bolsa, pero aún pesa mucho y no puede. Entonces coge un tarro de crema y continúa sacando arena. Lo vuelve a intentar y ¡lo consigue! Cuando ya la tiene vacía, coge la bolsa y el tarro y los lleva a la caja de guardar. Le pregunto si ya no quiere jugar más y contesta: «No, ya está». Y se va del arenal. Hipótesis–Interpretación: creemos que el objetivo de la actividad ha sido alcanzado. La actitud del niño ha sido investigadora y tenaz, y el juego que se ha creado entre compañeros ha sido muy rico y creemos que se puede afirmar que han disfrutado de la actividad. Destacamos de la vivencia aspectos como: La variedad de movimientos, desplazamientos, posturas… Los conceptos de peso, cantidad… El seguimiento de las consignas. Actividad de un grupo de niños mayores en la arena de la playa Edad: 4 años. Número de niños: 23. Materiales: Botellas grandes. Coladores. Tarros de yogur. Bolsas de plástico de diferentes tamaños. Vasos. Arena. Objetivos: Participar de forma activa en los juegos de arena: pisarla, cogerla… Captar, a partir del contacto directo, las cualidades sensoriales que la arena les produce, disfrutando de la experiencia. Compartir la creatividad, los descubrimientos, las dudas…, con los compañeros y la maestra. Descripción de la actividad: cuando llegamos a la playa nos sentamos y comentamos algunas consignas: no se puede tirar arena a la cara, no se 22 ♦ ♦ puede deshacer lo que hacen los otros, etc. Se quitan los zapatos y los calcetines. Dejan los zapatos juntos y los calcetines dentro y empiezan a jugar, sin materiales (queríamos que primero jugasen con el propio cuerpo). Lo primero que proponemos es que exploren y toquen la arena con su cuerpo (manos, pies…). Después, sacamos los materiales y los dejamos al lado de los niños y niñas. A medida que se van dando cuenta de que están allí, los empiezan a utilizar. Observación de un grupo–clase en la playa Edad: 4 años. Duración de la observación: 30 minutos. Al llegar a la playa, la mayoría de los niños se sientan o se tumban en la arena. Tocan la arena tirándola al aire y dejándola ir. Algunos empiezan a hacer montañas y ya empiezan a agruparse. Otros hacen carreteras muy largas aplanando la arena (lo comentan entre ellos). Cuando tienen la carretera hecha, algunas piedras hacen de coche. Hacen agujeros en la arena con las manos. Con la arena que han extraído construyen una montaña. Unos niños empiezan a asaltarla. Dos niños hacen un pastel y clavan unos palitos que han encontrado como si fueran velas y con piedrecitas van decorando el contorno del pastel. Tres niños se esfuerzan en hacer una gran montaña y aprietan la arena con las manos. Cuando la acaban, construyen una carretera que sube y baja y la montaña acaba deshecha. Una niña transporta la arena con la falda de un lado a otro. Cuando ofrecemos el material, el juego cambia. Todo es llenar y vaciar. Llenan las bolsas y las arrastran. Llenan las botellas y se dan cuenta de que pesan y lo comentan. Varias niñas ayudan a la maestra a recoger piedrecitas, conchas y otros 23 ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ tesoros. Otra cocina una sopa y viene a ofrecerla. Entre el material hay un pequeño barco y el niño que lo tiene no quiere dejarlo. Los otros insisten en pedírselo, lo entierra en la arena y dice que se ha perdido. Va apretando la arena y deja huellas de su mano. Hipótesis–Interpretación: jugar con arena en la playa ofrece la posibilidad de que cada niño/a haga su propio juego, produciéndose una gran riqueza de acciones interiorizadas. El hecho de dar consignas abiertas proporciona libertad de expresión y movimiento, tanto individual como colectivamente, a escala de pequeños grupos espontáneos que van surgiendo. Actividad de un grupo de niños mayores en el arenal de la escuela Edad: de 3 a 5 años. Número de niños: todos los que quieran participar. Materiales: Agua. Arena. Objetivos: Disfrutar de las sensaciones que ofrece la manipulación de la arena. Experimentar y explorar la arena en combinación con otro elemento: el agua. Observar y asimilar algunas de las características y posibilidades de la arena en combinación con el agua. Hablar con los niños de las sensaciones, creaciones y conquistas con los diferentes materiales. Descripción de la actividad: se trata de una actividad libre que surge durante el rato de recreo en el espacio del arenal. En esta actividad, el aprendizaje por imitación es fundamental ya que generalmente son los niños mayores los que enseñan de forma espontánea a los menores. Comienza la situación buscando un lugar del arenal donde hay arena muy fina. Este lugar acostumbra a estar en el margen del arenal. Los niños y las niñas van apartando la arena más gruesa de arriba hasta llegar a conseguir una especie de arena muy fina que acumulan dándole la forma de un 24 volcán. Rápidamente van a la fuente a buscar con la boca un sorbo de agua que, a continuación, tirarán dentro del volcán. Con los dedos moldean estos elementos hasta formar una pasta a la que darán forma de bola con las palmas de las dos manos. Cuando tienen una pequeña bola la colocan en la tierra y, con mucho cuidado, la entierran con arena muy fina. Esto lo hacen muchas veces, la arena queda pegada a la bola y con la ayuda de la palma de las manos van agrandándola poco a poco, con mucha paciencia, hasta conseguir el tamaño que desean. Con las bolas hacen muchas cosas, las entierran, hacen filas o incluso decoran otras estructuras que han construido, como por ejemplo castillos, puentes, etc. Juegos en el arenal con materiales naturales Grafismo en la arena con materiales naturales 25 ♦ Hacer bolas, una actividad espontánea Juegos en la arena con materiales reciclados Hipótesis–Interpretación: el aprendizaje por imitación es fundamental para conseguir el objetivo que los niños desean, que es hacer una bola compacta de arena. No necesitan hablar, sólo siguiendo los pasos en la secuencia correcta que han imitado de los otros niños y niñas lo consiguen, lo cual les satisface y los convierte en transmisores de esta habilidad a otros compañeros y compañeras de su misma edad o más pequeños. 26 Con esta experiencia, los niños y niñas aprenden que la textura de la arena es importante para conseguir un buen resultado, y también hay una situación de aprendizaje en equipo para obtener este tipo de arena, ya que hay niños que la preparan con los cedazos, rascando con los zapatos o con las manos con tal de compartirla con los otros. Pauta de observación de los juegos con arena 27 28 Conclusiones Hay que ofrecer a los niños un espacio con la arena adecuada para cada actividad, y también una combinación de materiales que potencie la creatividad y en número suficiente para todos los que realicen la actividad. La presencia de la maestra con actitud de escucha y respeto, una presencia disponible y reconocedora, puede convertirse en cómplice si el niño lo pide y, en algunos casos, puede servir de modelo. Los niños y las niñas se relajan visiblemente con este tipo de juego. Experimentan, los vemos concentrados y disfrutando de las sensaciones que obtienen. A partirdel contacto con la arena (¡y siempre que se pueda combinada 29 ♦ ♦ con agua!) se inician fácilmente en los juegos de modelado y de transformación. Sin duda, la arena es el material dúctil más natural, más económico y adecuado a todas las edades que ha de estar mucho más presente en las actividades diarias de las escuelas. Cotidianeidad y hábitos. Lavarse las manos Introducción El gran reto de la educación de los hábitos es la voluntad de profundizar en el tratamiento que de ellos se da en la escuela, trabajarlos y buscarles un tiempo y un espacio en el currículo, además de esforzarnos por alcanzar una correcta continuidad entre los diferentes niveles y ciclos. El hábito de lavarse las manos parece una rutina tan natural que no requiere un aprendizaje «sistematizado». Nosotros pensamos que, precisamente por ser un hábito que se practica muchas veces al día, y de forma espontánea, ha de estar bien pautado para que se establezca o asiente bien. Si los niños aprenden y disfrutan de esta actividad, habrán adquirido, sin darse cuenta casi, un hábito importante que podrán desarrollar después de forma totalmente autónoma sin la ayuda del adulto. Por otra parte, este hábito está íntimamente relacionado con las actividades manipulativas, de manera que, a través de esta actividad, estemos potenciando el conocimiento de las manos y de sus posibilidades así como favoreciendo la sensibilidad y la creatividad a jugar con las manos y, en definitiva, el placer de poder jugar con el agua y el jabón. Objetivos A corto plazo: Dar contenido de aprendizaje al hábito de lavarse las manos, siguiendo una serie de pasos. Dedicar el tiempo necesario con tal de que todos los niños y niñas disfruten de este hábito. Ir progresando en cuanto a la autonomía en la actividad. Dejar que los niños jueguen, un tiempo limitado, con el agua y el jabón. Vivenciar e ir tomando conciencia de las sensaciones implicadas en el momento de lavarse las manos. A largo plazo: Llegar a conocer las manos con detalle. Mostrarse autónomo en el hábito de lavarse las manos. 30 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 Dar valor al ahorro del agua. Tener conciencia de la necesidad de lavarse las manos. Metodología Con relación al conocimiento del esquema corporal, trabajamos el conocimiento de la propia mano: los dedos, las uñas, la parte de arriba, la parte de abajo, los movimientos que podemos hacer con las manos, la utilidad que tienen… A partir de aquí, pautamos una serie de acciones que progresivamente tenían que ir alcanzando: Remangarse. Común en el parvulario y en la guardería, aunque se ha de tener en cuenta la dificultad de alguna ropa que llevaban y que no favorecía el óptimo desarrollo de este paso. Abrir el grifo. Teniendo en cuenta que el tipo de grifo (de botón o tradicional) favorece más o menos la riqueza y las dificultades de la acción manipulativa. Mojarse las manos. Común en la guardería y en el parvulario. Cerrar el grifo. Especialmente en el parvulario y enlazando con el trabajo sobre la necesidad del ahorro de agua. Ponerse jabón. Este aspecto también ofrece opciones diferentes: utilizar jabón líquido o una pastilla de jabón del tamaño adecuado para las manos de los niños. Frotarse las manos por arriba y por abajo hasta conseguir hacer espuma. Común en la guardería y en el parvulario. Constatamos que con el jabón líquido era más fácil hacer espuma. Es un paso que, en el caso de la guardería, costó un poco porque los niños tendían a volver a mojarse las manos antes de conseguir la espuma. Volver a abrir el grifo. Sólo en el parvulario ya que, antes de frotarse las manos con jabón, lo habían cerrado. Enjuagarse las manos. Común en la guardería y el parvulario. Cerrar el grifo. Sacudir el agua de las manos sobre el lavabo. Sólo en el parvulario. Coger una toalla o un papel de celulosa. Común en la guardería y en el parvulario. Esta actividad manipulativa es diferente si se utiliza una toalla (que se ha de descolgar y colgar) o si se ha de estirar el papel del dispensador, así como las diferentes sensaciones que provoca la textura y resistencia del material. Secarse bien las manos. En cada edad se trabajó en función de su nivel de desarrollo motor. Obviamente, cuando los niños son más pequeños, el adulto ha de intervenir más. Colgar la toalla o tirar el papel mojado a la basura. Común en la guardería y 31 14 ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ en el parvulario. Bajarse las mangas. Común en la guardería y el parvulario. Utilizamos algunas estrategias lúdicas o interesantes con tal de mantener o aumentar la motivación, como por ejemplo: El modelo que daban las maestras, que les mostraban cómo ellas mismas se lavaban las manos y les ofrecían su ayuda si la necesitaban. El aprendizaje de una canción sobre este tema para introducir la actividad en determinados momentos o reproducir el proceso de lavarse las manos haciéndolo con mímica: Lávate las manos, lávatelas bien por arriba, por abajo los dedos y las uñas también. Lávate las manos, frótatelas bien y así podrás comer muy bien. Secuencia de acciones de lavarse las manos Las cantinelas para los más pequeños como: «Luna, lunita, bien redondita, rueda deprisa hacia la estrellita». Se trabaja el movimiento de las manos con bolitas de papel de celofán. El trabajo de los dedos de las manos a partir de la tradicional cantinela: «Éste es el papá, ésta es la mamá…». Los juegos de mímica con los dedos y las manos. Trabajar con imágenes mostrando diferentes acciones hechas con las manos. Realizar una serie de fotos con los niños del parvulario en las que se mostraba la secuencia de forma clara para que sean conscientes de los pasos que se han de seguir. Con estas fotos jugábamos mientras establecíamos cuál era la secuencia correcta y, después, las colocamos a la 32 ♦ ♦ altura de los niños y las niñas, sobre el lavabo, para que en todo momento tuviesen la referencia visual. Papel de la maestra La maestra ha de dar el tiempo suficiente para realizar esta rutina como cualquier otra actividad programada en la clase. Este aprendizaje se ha de hacer sin prisas, dejando que los niños y las niñas disfruten de este rato. En todo momento, la actitud del adulto ha de ser motivadora (inventándose una canción, haciendo mímica…). Después, el adulto interviene como modelo mostrando cómo él o ella se lava las manos, y haciendo hincapié en todos los pasos de la secuencia. También actúa como observador y, si es necesario, recuerda los pasos que se han de seguir. El papel del adulto es básico ofreciendo una presencia que acoge, que muestra interés y que reconoce sus capacidades. Observación de actividades Las observaciones que ahora expondremos son de dos niñas y un niño. Están cogidas al azar y una de ellas se trata de un niño que presenta ciertas dificultades. Se realizaron al cabo de cuatro semanas de haberse iniciado el curso de P3, pero en ese mes de curso los niños ya habían aprendido la canción de lavarse las manos y la maestra ya había ido explicando todos los pasos que se tenían que seguir para realizar este hábito. Aún así, se podrá ver que sobre la marcha se han de volver a recordar algunos de estos pasos, por ejemplo el hecho de cerrar el grifo mientras nos enjabonamos o saber secarse bien las manos con un papel, ya que son cosas que no se aprenden en un día. Observación de una niña Edad: 3 años. Duración de la observación: de 3 a 5 minutos. Al volver del patio, todos los niños y niñas se sientan en su silla y la maestra inicia la canción de lavarse las manos a la cual todos los niños y niñas se van añadiendo: «Lávate las manos…». Después va llamando por mesas para que se las laven en orden (son mesas de cinco niños). El lavabo tiene dos grifos de manera que, mientras unos niños van al lavabo, otros pueden lavarse las 33 ♦ ♦ ♦ manos o se han de esperar un poco, mientras el niño que va antes acaba. Esta niña, cuando llega a su grifo, lo abre y, mientras está el agua corriendo, se remanga. Se sirve jabón (jabón líquido dentro de una botella con un dosificador) y se lo aplicados veces, de manera que la mano le queda muy llena de jabón. La niña se va frotando las manos y sola va entonando la canción y hace gestos de frotarse las manos una con la otra y con un dedo de la mano derecha se va pasando el jabón por entre los dedos de la mano izquierda. Se entretiene durante un buen rato y se aparta ligeramente del grifo, lo cual provoca que otro niño que estaba detrás de ella acceda a abrir él también el grifo. Entonces, ella se cambia de lado y abre el grifo de la izquierda. Se enjuaga las manos, pero vuelve a repetir la operación de ponerse jabón, olvidándose de nuevo de cerrar el grifo. La maestra le dice que lo cierre y ella lo hace, pero le cuesta porque lo había abierto demasiado al principio. Sigue enjabonándose hasta que la maestra le dice que se enjuague porque otros niños se esperan. Ella lo hace y, en esta ocasión, cierra el grifo. Después, coge un trozo de papel, lo pasa por encima y por debajo de las manos mojadas y, finalmente, hace una bola y se la enseña a la maestra (la maestra les había enseñado a hacer una bola con el papel, dejándolo bien mojado y asegurándose de que las manos quedasen bien secas), la tira a la papelera que hay debajo de los papeles y se va. Hipótesis–Interpretación: al acabar la observación nos damos cuenta de que quizá esta actividad hubiese sido más relajada si se hubiese hecho con un número menor de niños, hasta que hubieran interiorizado la dinámica de la actividad. Creemos que cinco niños o niñas son demasiados para practicar con tranquilidad todo este proceso pautado de lavarse las manos. Después de asegurar estas primeras acciones, facilitaremos a los niños y niñas la pauta propuesta. Observación de una niña Edad: 3 años. Duración de la observación: de 3 a 5 minutos. Llega al grifo con la camiseta remangada previamente por la maestra. La maestra le dice que abra el grifo y lo hace, pero se queda jugando a abrir y a cerrar el grifo, mojándose las manos, jugando con el agua, pero olvidándose de lavarse las manos. La maestra le dice que se ponga jabón. Con el grifo 34 ♦ ♦ ♦ cerrado, se aplica jabón y se frota ligeramente las manos, una mano con la otra sin hacer prácticamente fuerza. Mientras, se aparta del lavabo y hace el gesto de irse. La maestra la acerca de nuevo al lavamanos y le pide que abra el grifo otra vez. La niña lo hace y coloca las manos bajo el agua, pero sin hacer el gesto de frotarse las manos. De hecho, espera que sea la maestra quien se las enjuague. La maestra la ayuda y le pide que cierre el grifo. Ella lo hace y se va, pero la maestra le ha de recordar que se ha de secar las manos. La niña coge el papel y se da golpecitos en las manos con el papel pero no sabe realizar la acción de secárselas. La maestra la ayuda y, al final, la niña tira el papel a la papelera. Hipótesis–Interpretación: el aprendizaje de un hábito se ha de adaptar a la madurez de cada niño. En algunos casos, hay que hacer un trabajo previo de algunas acciones necesarias para adquirirlo, por ejemplo abrir y cerrar el grifo, aprender a apretar el dispensador del jabón, etc. Observación de un niño Edad: 23 meses. Duración de la observación: de 3 a 5 minutos. Llegan los niños del patio y es la hora de comer. Unos niños se sientan en un banco delante del lavabo mientras que los otros empiezan a lavarse las manos. Sentado en el banco, intenta remangarse y lo hace bastante bien. Va aplaudiendo mientras oye cantar a la maestra la canción de lavarse las manos y observa cómo se lavan las manos sus compañeros. Cuando la maestra lo llama, se acerca, abre el grifo y se moja las manos. Coloca las manos juntas y estiradas y le pide jabón a la maestra. Intenta presionar el dosificador pero no le acaba de salir jabón y pide ayuda. La maestra le ayuda a presionar el dosificador. Se frota las manos, vuelve a abrir el grifo y se las enjuaga. También se apoya en el grifo con una mano y se acerca para beber agua. Se va a coger la toalla y la maestra le recuerda que ha de cerrar el grifo. Vuelve al lavabo y lo cierra. Descuelga su toalla y empieza a secarse. No se frota la parte de arriba de las manos y la maestra acaba ayudándolo. Cuelga la toalla en su sitio, se baja las mangas y regresa al aula. 35 ♦ Hipótesis–Interpretación: hay que trabajar más la acción de cerrar el grifo y ofrecer a los niños un tipo de dosificador más fácil de manipular. Conclusiones En este periodo de edad de los niños son muy importantes todas las situaciones que les permitan el descubrimiento de su propio cuerpo de una forma experimental y placentera. Las manos son una parte esencial de nuestro cuerpo ya que nos permiten tocar, coger, acariciar y manipular objetos. También son canales de aprendizaje de nuevas sensaciones y nuevas experiencias. Pensamos que una actividad cotidiana como es lavarse las manos puede ser un motivo perfecto para que los niños descubran cómo es su mano, qué sensaciones les provoca frotarse, secarse, el agua y el jabón, etc. Por otra parte, el aprendizaje de este hábito persigue una doble finalidad: en primer lugar, acoger la necesidad lúdica y experimental que tiene el niño de jugar con el agua y el jabón (elementos muy atractivos para él) y, en segundo lugar, pautar una serie de pasos para realizar la actividad. El trabajo de este hábito ha de ser muy sistemático, ya que el recuerdo de todos los pasos que se han de seguir forma parte de una rutina que los niños y niñas acabarán alcanzando, cada uno siguiendo su propio proceso de maduración. Evidentemente, el papel del adulto es básico para que los niños y niñas sean cada vez más autónomos al realizar este hábito. Asociados a esta rutina también hay otros valores añadidos como es el de la sostenibilidad (el ahorro de agua, de jabón y de papel) y el valor de la higiene, disfrutando de sentirnos limpios antes de comer o de iniciar una nueva actividad. La utilización de un utensilio. La tijera. Cortar y recortar Introducción La tijera es una herramienta compleja pero también es un instrumento muy común: se encuentra en todas las casas y se utiliza en los comercios, talleres, oficinas, escuelas… Es muy útil y, para un niño pequeño, es un objeto de prestigio, a menudo, fascinante. En la escuela también hay tijeras: el maestro tiene siempre una. Los niños suelen iniciarse en la tijera en P4. Un hecho bastante habitual es que se les 36 ofrece una hoja con una forma concreta para que la recorten «con mucho cuidado pues hay que seguir la línea» y ¡aquí suelen venir las penas! Una buena parte de los niños no ha cortado ni aún menos recortado nunca, algunos ni siquiera han tenido esa herramienta entre sus manos así que, habitualmente, bastantes niños se quedan decepcionados de esta primera experiencia. Teniendo en cuenta que cuanto más pequeños son los niños más adaptables son y más fácilmente aprenden, parece adecuado que entren en contacto con la tijera, la exploren, le cojan confianza y aprendan a utilizarla antes de P4. Estuvimos reflexionando sobre todo esto y optamos por adelantar la introducción a los grupos de 2 y 3 años e ir graduando los niveles de dificultad en función de las edades y de los progresos de los niños. Teníamos que ofrecerles herramientas y los soportes adecuados para descubrir la tijera y disfrutar de las posibilidades que ésta ofrece. El trabajo de observación nos ayudó a encontrar las soluciones más adecuadas a cada situación. Explorando las posibilidades de la tijera La concentración es parte de la actividad 37 ♦ ♦ Objetivos A corto plazo: Explorar y conocer la tijera. Disfrutar de la utilización de la tijera disponiendo de todas sus capacidades sin ninguna interferencia que las inhiba (no obligar a seguir un recorrido concreto, disponer de una herramienta y materiales adecuados…). A largo plazo: Mostrar cada vez más competencia, autonomía y seguridad en la utilización. Saber buscar la manera idónea y económica de utilizar la tijera. Ir mecanizando las posturas y las secuencias de movimientos que resulten más útiles. Aplicar la tijera como una herramientaespecifica en actividades progresivamente más complejas. Metodología Empezamos a introducir la tijera en los grupos de dos a tres años de la guardería y en los grupos de P3, siempre en pequeños grupos y en situaciones controladas. Las tijeras tenían que tener la punta redondeada y ser de buena calidad. Tenían que abrirse y cerrarse sin dificultad y que cortasen ¡papel y cartulinas, evidentemente! En las clases tenía que haber tijeras para zurdos por si el maestro tenía que ofrecérselas a los niños y niñas que utilizaban la mano izquierda y también tijeras con adaptador «de ayuda para abrir y cerrar» para los que presentaban alguna dificultad motriz y/o para los más pequeños en sus primeros intentos de cortar. Sobre todo, se trataba de que todos los niños y niñas pudieran conseguir cortar y disfrutar de esta labor. En principio, con los más pequeños se presentó la tijera con una pequeña historia y dentro de una caja que contenía todas las tijeras. El primer contacto fue el conocimiento, la manipulación y la exploración de la herramienta con elementos fáciles de cortar como la plastilina. A partir de los primeros contactos, introdujimos tiras de cartulina estrechas y no demasiado largas para que pudieran transformar la tira en pequeños pedazos con una facilidad razonable. Los niños que ya dominaran bien la tijera podrían probar a cortar formas sencillas y hacer collages y diversas producciones combinadas con otras actividades plásticas como el trabajo de recortar otros materiales de reciclaje (con o sin volumen) como fotografías, recortes plastificados, tarros de yogur, botellas de agua, tubos de cartón, cajas, etc. 38 ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ Papel de la maestra La maestra no interviene directamente en el proceso de exploración: sólo está al cuidado del contexto de la situación educativa, favoreciendo las mejores condiciones. Escucha a los niños y niñas y los anima. Mediante la observación, la maestra puede ir orientando y ofreciendo su ayuda cuando surgen las dificultades que se pueden presentar durante el desarrollo de la actividad. No introduce nuevas dificultades a la tarea si los niños y las niñas no muestran haber superado las más simples. Hay que proponer actividades más elaboradas ajustándolas al nivel de aprendizaje de cada niño y niña, por eso es importante la observación, tanto de la actividad en sí como de las posturas y de los movimientos que cada uno realiza durante la actividad. Descripción de actividades Actividad de un grupo de niños pequeños Edad: 2-3 años. Número de niños: 16. Materiales: Caja decorada (para guardar las tijeras). Tres tijeras de diferentes tamaños. Tres osos de cartón de diferentes tamaños. Tiras de cartulina. Churros de plastilina. Tarro o bandeja (para poner los recortes). Objetivo: Presentación y primer contacto con la tijera. Descripción de la actividad: nos sentamos en un corro en el suelo y la maestra presenta la caja de las tijeras, tratando de aportar magia y misterio, enlazando la historia de las tijeras con el cuento de los tres osos que ellos ya conocen. Enseña las tres tijeras: la grande, la mediana y la pequeña… «Las tijeras no tienen manos; nuestros dedos son sus manos. Se abren y cierran como una boca y, así, como nosotros cortamos la comida con los dientes, ellas cortan el papel cuando cierran su boca y siempre hemos de vigilar no colocar los dedos dentro porque nos podrían hacer daño…». Todo esto va acompañado de gestos con las tijeras, los osos, etc. Después de presentar la herramienta, organizamos grupos de tres o cuatro niños, nos sentamos en la mesa y empezamos a tener un primer contacto 39 ♦ ♦ ♦ con la tijera. Utilizamos churros de plastilina que ellos habían hecho previamente, y tiras de cartulina cortas y estrechas (de 10 a 15 cm de largo y de 1 a 3 cm de ancho). Algunos niños y niñas verbalizan que en casa ya usan una tijera y coincide con la facilidad con la que la manejan. La destreza al colocar los dedos, la coordinación entre la mano de la tijera y la que sostiene el papel o la plastilina, y la eficacia en el movimiento de cortar demuestran que no es la primera vez que utilizan la tijera. Los que no nunca habían utilizado la herramienta tienen más problemas: no saben muy bien qué hacer y hay que ayudarlos a colocar los dedos y a hacer el movimiento de coordinación de la mano de la tijera con la mano que sostiene, etc. En este caso, nuestra ayuda es importante para conseguir disfrutar de su conquista y vivir con satisfacción esta nueva experiencia. Observación de un niño Edad: 27 meses. Duración de la observación: 10 minutos. Verbaliza que usa la tijera en casa, con su madre. Y coge la tijera con decisión y soltura: no necesita ninguna pauta ni ayuda. Agarra la tijera con la mano izquierda y no es una tijera de zurdos. Meñique y pulgar en los agujeros, y el resto descansa sobre la tijera. Abre la tijera, pone la tira de cartulina más estrecha en el centro y la corta con precisión. Cuando usa la tijera más ancha, tiene más dificultad y no acaba de cortar la tira de cartulina. Entonces utiliza la estrategia de tirar de la cartulina antes de sacar la tijera. Y, cuando vuelve a usarla, selecciona las tiras más estrechas de cartulina. Se muestra muy concentrado y disfrutando de la actividad. Recorta durante 5 o 10 minutos y, cuando se cansa, pide ir a la terraza. Le recuerdo que ha de guardar los recortes en un tarro porque los usaremos para hacer un mural y que ha de colocar la tijera en la caja de los osos. Lo hace y se va. Hipótesis–Interpretación: realiza un uso correcto de la herramienta. Sería adecuado ofrecerle tiras de cartulina de una medida intermedia entre las dos que ha utilizado hoy e introducir también recortes plastificados y 40 ♦ ♦ ♦ fotografías para que trabaje con diferentes grosores. Observación de una niña Edad: 30 meses. Duración de la observación: 10 minutos. Parece que no ha utilizado nunca la tijera, ya que la manipula, la mira, coloca los dedos en los agujeros sin saber muy bien qué hacer. Después de un rato sin que haya hecho nada en concreto, le pregunto si quiere que la ayude y contesta que sí. La ayudo a colocar los dedos y a hacer el movimiento de abrir y cerrar la tijera. Corta plastilina y cartulinas. Está muy atenta y concentrada. Nos mira y sonríe. Ahora lo intenta ella sola y lo consigue con la plastilina. Está contenta. Pide cartulina y lo intenta pero cuando va a cortarla se le gira la mano, la tijera se queda plana y pide ayuda. Le sujeto la cartulina y consigue cortarla. Está muy contenta y se ríe. Se ayuda un poco aguantándose la mano de la tijera contra el pecho. Al cabo de un rato le ofrezco la cartulina para que lo haga ella sola y acepta la propuesta. ¡Lo consigue! Está muy concentrada durante mucho rato y, cuando ya tiene unos cuantos recortes, me llama y dice: «¡Mira cuántos yo sola!». ¡Está muy satisfecha de su conquista! Introduce los recortes en el tarro y continúa cortando. Parece que no se cansa y le propongo acabar la actividad cuando ya lleva un buen rato y ha llegado la hora de bajar al patio. Recoge todo y me pregunta: «¿Cuándo cortaremos más?». Hipótesis–Interpretación: la actitud de la niña respecto a la actividad ha sido muy positiva: se esfuerza y disfruta al mismo tiempo. Pienso que le he de ofrecer un tipo de cartón un poco más grueso que la cartulina para que le sea más fácil sujetarlo y le facilite de momento sus conquistas. 41 ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ Actividad de un grupo de niños de 4 a 5 años Edad: 4-5 años. Número de niños: 6. Materiales: Dos fotos de la cara de cada niño de la medida DIN-A4. Tijeras (para diestros y zurdos). Tarros de cola con pincel. Mural de papel grande para pegar las fotos recortadas. Objetivos: Cortar los ojos, la nariz y la boca de una cara. Pegar los elementos recortados encima de otra cara, manteniendo la altura y distribución aproximada de las partes de la cara originales, para que el resultado sea la mezcla de dos caras de niños o niñas de la clase. Recortar el contorno de toda la cabeza y pegarlo en un muralaparte. Descripción de la actividad: es un taller de 6 niños o niñas sentados con suficiente amplitud y cómodamente. La maestra inicia la sesión explicando a toda la clase que haremos un taller que se llama «El taller de cambiarnos la cara». Entonces enseña la foto de la cara de un niño de la clase y pregunta: «¿Cómo podríamos cambiarnos la cara si os doy a cada uno de vosotros una foto vuestra?». Entonces un niño propone que podrían pintar la cara de la foto y la mayoría de niños y niñas están de acuerdo en que, si pintan la cara, la pueden cambiar pero entonces la maestra, enseñando dos fotos juntas, les pregunta qué podrían hacer para que la cara de Pablo se transforme en la cara de Andrés. Los niños y niñas permanecen pensativos durante un rato. De entrada vuelven a decir que pintarían la cara pero, después, un niño propone algo diferente: «Si cortamos la boca y la cambiamos, tendrá la boca de Andrés». Entonces, inmediatamente, otros niños y niñas van diciendo: «Y también podremos cortar los ojos y la nariz…». En ese momento, la maestra dice que lo podrían probar y empieza a explicar las consignas de la actividad: Hemos de escoger una cara que no sea la nuestra y cortar los dos ojos, la nariz y la boca. Después cogemos nuestra foto y pegamos encima de nuestros ojos los ojos recortados, y haremos lo mismo con la nariz y la boca. Después recortamos la cabeza de la foto y la maestra señala con el dedo el contorno que se ha de incluir (cuello, orejas, pelo…). Para acabar, pegaremos nuestra foto y será muy divertido porque tendremos 42 ♦ ♦ ♦ nuestro pelo, pero la cara será diferente porque tendrá los ojos, la nariz y la boca de otro niño o niña. Observación de un niño Edad: 4 años. Duración de la observación: 15 minutos. Coge la tijera con la mano derecha colocando el índice en un agujero y el pulgar en el otro. La postura de la mano y los dedos parece cómoda. Después coge la foto que ha de recortar con la mano izquierda, y con la derecha va a recortar directamente un ojo haciendo como un cuadrado alrededor del ojo. Lo corta con rapidez, sin dudar ni un ápice, y deja el ojo recortado. Después gira el papel y va a recortar el segundo ojo. Lo corta pero haciendo con la tijera una forma también de cuadrado. Observo que ha seleccionado el ojo mucho más ampliamente y el recorte resultante es mayor que el anterior. Le propongo que lo haga un poco más pequeño, cogiendo sólo el ojo. Lo hace y deja el ojo recortado sobre el primero. Después ya va a recortar la nariz pero al primer tijeretazo se da cuenta de que está a punto de cortar la nariz por la mitad. Entonces rectifica por sí solo y realiza un segundo corte cogiendo toda la nariz por el contorno, dándole una forma más redondeada. Después corta la boca intentando reseguir el contorno ampliamente, dejando junto a la boca parte de la barbilla. A continuación, pega cada elemento sobre sus ojos, nariz y boca. Lo hace con seguridad y rapidez. Después se dispone a recortar todo el contorno aguantando el papel entero en alto con la mano izquierda y la tijera en la derecha, pero cuando llega a la oreja le resulta difícil, y no sabe si levantar todo el papel o apoyarlo sobre la mesa. Hace dos o tres intentos y, al final, opta por apoyar todo el papel sobre la mesa e ir recortando todo el contorno. Cuando llega a la altura de la parte alta del pelo, le resulta muy fácil seguir recortando el contorno y acaba con rapidez. Después, aplica la cola con el pincel por detrás de la fotografía, esparciéndola bien y es el primero en pegarla en el mural. Cuando ve el resultado, sonríe y la maestra llama la atención de todos los niños y niñas: «Mirad, es la cara de Pablo con los ojos, la nariz y la boca de Andrés». Hipótesis–Interpretación: la actividad parece adecuada para la edad 43 del niño y resulta gratificante porque el hecho de jugar con la cara se convierte en una actividad que les motiva a imaginar cómo sería su rostro si tuviera otros ojos y otras partes diferentes. El momento que parece más complicado es cuando ha de recortar todo el contorno. El hecho de tener un papel demasiado grande para manipularlo hace que le cueste un poco encontrar la postura. Por este motivo, pensamos que podría resultarle más cómodo realizar el mismo trabajo con fotos de la medida de medio DIN-A4 (media cuartilla). El hecho de cortar sin tener la presión de seguir una línea concreta facilita al niño la experiencia lúdica y gratificante de cortar con tijeras. 44 ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ Observaciones Listado de los diferentes aspectos que creemos que son importantes observar en la actividad: Actitud frente a la herramienta y la tarea. Forma de tomar contacto y de explorar la herramienta. Actitud ante las dificultades. Posturas. Prensión. Movimientos. Coordinación vista-mano. Tensiones musculares. Signos de fatiga y estado de ánimo. Dedos que introduce en cada agujero de la tijera. Inclinación de la tijera. Manera de sujetar el papel. Coordinación de las dos manos. Conclusiones Durante el segundo año de vida, los niños y niñas usan más diversidad de materiales y de juguetes. Se inician en la utilización de herramientas para comer, para la limpieza personal y colaboran en las tareas de vestirse y desnudarse. También exploran los objetos de forma sistemática y competente, a la vez que se dan más cuenta de las relaciones de espacio entre sus manos y los objetos, y entre unos objetos y otros. A partir del tercer año, están en condiciones de afinar y precisar bastante en el uso de los objetos, tanto en el trabajo de los hábitos personales y en el juego motriz y simbólico, como en las actividades sociales y culturales que los adultos van introduciendo en el ámbito familiar y escolar. De esta manera, pueden adaptar y perfeccionar en cada nuevo aprendizaje las capacidades perceptivas y manipulativas adquiridas anteriormente. Por otra parte, también los niños y niñas que hayan comenzado a definirse en su lateralización la tendrán que ir ajustando con cada nuevo material o actividad con los que se encaren. La actividad con tijeras hemos de plantearla en pequeños grupos y situaciones controladas, para evitar accidentes y comprobar las dificultades reales. Se ha de trabajar la adaptación libre y progresiva a la herramienta, teniendo en cuenta las dificultades de la misma y del soporte (tiras estrechas), así como la finalidad de la actividad (collage, decoraciones…). También hay que ir introduciendo variaciones, especialmente en el material de soporte (forma, volumen, grosor, texturas…), e ir aumentando las dificultades hasta llegar a actividades más complejas. 45 La pintura, una posibilidad del grafismo Juegos y experiencias gráficas. El grafismo Introducción Pensamos que las experiencias gráficas que los niños tienen en la escuela no han de perseguir un objetivo centrado en el entrenamiento de la lengua escrita o la lectoescritura, sino que lo planteamos como una serie de juegos y experiencias que pretenden favorecer, sin forzarlo, el gusto de los niños y las niñas por la exploración del gesto grafico, entendiendo éste como el hecho de dejar todo tipo de huellas sobre cualquier superficie y que, más tarde, cristalizarán en diferentes formas de expresión y comunicación gráfica (dibujo, pintura, escritura…). Partimos de la perspectiva de que el grafismo es una de las manifestaciones de la capacidad psicomotriz humana y que, por lo tanto, la escuela ha de poner al alcance de los alumnos los elementos adecuados para favorecer el descubrimiento inicial, así como el aprendizaje estructurado de las diferentes formas de expresión y comunicación que provienen del grafismo. Si desde el entorno familiar y escolar de los niños y niñas se responde de forma receptiva, si se les permite experimentar juegos gráficos en situaciones variadas y ricas y con diversidad de materiales, si compartimos con sensibilidad la satisfacción de los pequeños por los descubrimientos y los avances alcanzados, si es así, estamos poniendo las bases para un armónico desarrollo de esta parte fundamentalde la capacidad psicomotriz humana. 46 Sobre la actividad gráfica existe mucha bibliografía que mencionaremos al final de este trabajo. Es de esta bibliografía de donde hemos extraído esta fundamentación teórica. Varios autores, entre ellos Lurçat y Calmy, nos han hablado del grafismo como una actividad psicomotriz en la cual se pueden distinguir cuatro grandes ámbitos o niveles funcionales: el motor, el perceptivo, el representativo y el afectivo. El nivel motor es el primero en aparecer. Los primeros gestos gráficos son muy impulsivos. El niño mueve el brazo y la mano por el puro placer del movimiento y, de entrada, no hay interés por el resultado de su acción: el trazo. En este primer nivel podemos diferenciar varios componentes: la postura global del cuerpo, el equilibrio, las posturas segmentarias o parciales (postura del brazo y de la mano que son las responsables de la prensión de los instrumentos gráficos), la tonicidad, la definición lateral, la coordinación y disociación de movimientos de brazo, mano y ojos. El nivel perceptivo posibilita que el niño se dé cuenta de lo que está haciendo, lo cual le permite controlar mejor, de forma más voluntaria y consciente, el propio gesto gráfico y su resultado. En este nivel podemos diferenciar los componentes de la percepción táctil y cenestésica, que es la que ayuda a los niños a ser conscientes de cómo cogen el instrumento, del grado de tensión muscular y de la postura del cuerpo; la percepción auditiva, que será fundamental en la lectoescritura y la percepción visual, que permitirá analizar todas las relaciones espaciales (discriminación de la figura del fondo, posición en el espacio, orientación, apertura o cierre, continuidad y discontinuidad, distribución de las producciones gráficas sobre el soporte de trabajo, orden, sentido de la rotación, direccionalidad del trazo y proporción). Este nivel se apoya sobre el primero, en el sentido de que todos los aprendizajes que se hacen en el nivel perceptivo también parten de una vivencia a través del cuerpo. Por este motivo, es muy recomendable que el aprendizaje de los diferentes gestos gráficos (formas, cenefas, letras, números…) parta de la vivencia corporal. Así, les ayudaremos a interiorizarlos mejor. El nivel representativo es el que permite dotar de contenido los trazos y formas que se realizan para que el grafismo adquiera una función expresiva y comunicativa. Según Lurçat, la primera manifestación del nivel representativo es lo que él llama los ideogramas, que se trata de los primeros intentos de dibujo figurativo. En una segunda fase, los niños intentarán imitar con su trazo la forma de los seres y objetos de su entorno. Aquí se inicia de lleno la exploración del dibujo figurativo. Otra manifestación del nivel representativo será la comunicación a partir de 47 ♦ ♦ los códigos gráficos hechos de letras y palabras, números y otros signos que irán adquiriendo un significado. El nivel afectivo es el que realmente actúa como motor de la acción. Es el que asegura la motivación y las ganas de explorar y descubrir, asegura el deseo de esforzarse y entusiasmarse por aprender. Por esta razón, damos tanta importancia al papel que el adulto tiene en evitar frustrar los primeros pasos de este aprendizaje. Objetivos A corto plazo: Adecuar, de forma progresiva, la prensión y la presión del instrumento según la tarea. Utilizar diferentes tipos de herramientas graficas (pintura, brochas, pinceles, rodillos, ceras, rotuladores, tizas…). Explorar, de forma libre, las diferentes posibilidades del trazo en el espacio gráfico, en el plano vertical y horizontal y sobre soportes de diferentes formas y medidas. A largo plazo: Experimentar la continuidad del gesto, teniendo en cuenta un punto de inicio y de final. Experimentar el sentido de la rotación, dirección y orientación del trazo. Realizar formas de expresión libre y, también, figurativas. 48 El suelo, otro espacio para crear grafismo Metodología Partiendo de esta idea de globalidad en la actividad gráfica, optamos por potenciar diferentes tipos de posibilidades pero, siempre, dejando amplios márgenes de libertad. En relación a los planos gráficos, propusimos el trabajo sobre el plano vertical (pared), el horizontal (mesa o suelo) y, siempre que fuera posible, el inclinado. En cuanto a los soportes, propusimos el trabajo sobre pizarra, papel, acetatos, cajas, etc. Cuando hablamos de papel, por ejemplo, no nos queremos referir al trabajo sobre el papel de medida folio o DIN-A4, tan usual en la escuela convencional, sino que queremos dar importancia al hecho de que los diferentes soportes o papeles puedan tener diferente textura, color, forma o medida. Dibujar o pintar sobre un mural o sobre hojas de diferentes colores o sobre papel de forma redonda, cuadrada o triangular o sobre papeles grandes o papeles pequeños… favorece la capacidad adaptativa y organizativa del niño que busca diferentes posibilidades gráficas según el soporte que se le presenta. Asimismo, el trabajo del volumen ligado al grafismo es otra de las propuestas que destacaríamos. Nos referimos a las actividades manipulativas y gráficas que no se realizan sobre un soporte plano sino que implican un soporte con volumen: decorar cajas, formas cilíndricas y cónicas, etc. Hay que decir que este tipo de actividades se realizan pocas veces en la educación infantil. En relación a las posiciones del cuerpo, experimentamos la postura erguida o recta, tumbada o sentada. En cuanto a los instrumentos, ofrecimos a los niños tizas, ceras, lápices, rotuladores, etc. De diferentes larguras, grosores, durezas y texturas. Es importante que estos instrumentos funcionen bien y que su utilización favorezca 49 ♦ ♦ ♦ la motivación del niño para disfrutar de la actividad gráfica. En el caso de los colores de madera, para los más pequeños, son aconsejables los que tienen forma triangular para facilitar la prensión. Respecto a los temas, además de favorecer la iniciativa propia de los niños, potenciamos diferentes tipos de entretenimientos gráficos, inventados y sugeridos, algunos de los cuales recogemos en el punto de las experiencias concretas, pero pensamos que cualquier actividad gráfica puede ser válida siempre que movilice el interés de los niños y niñas. Podemos ir introduciendo actividades más pautadas. Especialmente, dentro de éstas nos gustaría mencionar los entretenimientos gráficos que se encuentran muy bien ilustrados en el libro de Gisèle Calmy. Ésta es una propuesta de actividad gráfica ornamental, no figurativa, que básicamente juega con la forma y el ritmo, a partir de un enfoque eminentemente creativo y lúdico. Tiene en cuenta los fundamentos teóricos, motores y perceptivos del acto gráfico, dejando atrás ejercicios propios de preescritura que, aunque sean necesarios, pueden resultar demasiado mecanicistas si no se complementan con estos otros. Materiales En cuanto a los soportes: cartulina, papel de embalar, papeles de diferentes texturas, diarios y revistas, cajas, yogures, tubos de cartón, pizarras… En cuanto a los instrumentos: borradores, pinceles, rodillos, lápices y rotuladores, sacapuntas, gomas, adaptadores para los lápices y las tizas… Materiales complementarios: adhesivos y pegatinas diversas, diferentes tipos de pinturas, serpentinas, confeti, materiales naturales (hojas, piedras, patatas, frutas…), maquillaje, cuerdas, palos de helado… Papel de la maestra Por parte de la maestra se necesita la voluntad de seguir a cada niño en su proceso –con total aceptación de las diferencias que se den entre ellos– intentando facilitar que todos los niños y niñas se puedan sentir acompañados y reconocidos en sus procesos de aprendizaje. Hay que mostrar confianza en las posibilidades de aprender de cada niño, no impacientarnos y hacerle sentir con nuestra actitud que sus dificultades son normales: que sienta que las puede superar. El papel del adulto también ha de ser el de observador de cada niño en el proceso de la actividad, teniendo en cuenta la propuesta que
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