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Enfermedades del pericardio 145 Se realizó una tinción Ziehl-Neelsendel esputo que contenía bacilos, por lo que se realizó una PCR de la muestra. Con todo esto se diagnosticó de tuberculosis con resistencia a isoniazida, rifampicina y pirazinamida, por lo que se instauró el tratamiento con etambutol 1.200 mg/24h; moxifloxacino 400 mg/24h, protionamida 250 mg/8 horas; cicloserina 250 mg/12 horas y amikacina 1 g/24 horas. Además, se realizó una administración intrapericárdica de uroquinasa, y prednisona vía oral 60 mg al día durante un mes, 30 mg/día el siguiente mes, 15 mg/día los siguientes 15 días y 5 mg/día una semana. El paciente requirió de otra pericardiocentesis durante el ingreso por acúmulo de líquido. Tras tres semanas de tratamiento el paciente presentó molestias gastrointestinales, por lo que se inició tratamiento con almagato a demanda. Al acudir a recoger medicación se notificó esto, y se comprobó que existía interaccion de almagato con moxifloxacino y etambutol. Se aviso al médico y se inició omeprazol 20 mg antes del desayuno. El tratamiento con amikacina se suspendió a los tres meses por aparición de ototoxicidad. El resto del tratamiento fue continuado durante 18 meses. 2.4. Discusión: La pericarditis es una enfermedad de difícil diagnóstico. En este caso, es una pericarditis aguda secundaria a la infección por los Mycobacterium tuberculosis. El tratamiento de este tipo de pericarditis se basa en la erradicación del patógeno, además de la resolución del cuadro de inflamación pericárdica. Debido a que la pericarditis se asoció a un agente bacteriano, las guías europeas recomiendan una pericardiocentesis para retirar el posible absceso y poder analizar el agente causal. En este caso, la administración de tuberculina como prueba para guiar el diagnóstico no tiene utilidad, ya que el paciente proviene de un país endémico de tuberculosis. Debido a las resistencias que presenta la bacteria, se ha de recurrir a fármacos considerados de segunda línea, algunos de ellos no comercializados en España (cicloserina y protionamida), por lo que el Servicio de Farmacia Hospitalaria (SFH) debió realizar las pertinentes solicitudes al Ministerio de Sanidad para su importación. En cuanto al tratamiento de la pericarditis aguda, en pacientes no complicados, se basa en el uso de AINES como AAS o indometacina (para disminuir la inflamación y paliar el dolor) suplementado con colchicina. En el caso de este paciente, el riesgo de desarrollar una pericarditis constrictiva es alto, debido a la presencia de linfocitos y monocitos en el líquido pericárdico, por lo que las guías recomiendan el uso de corticoides a altas dosis3, así como el uso de uroquinasa intrapericárdica para prevenir la fibrosis del tejido2. El uso de omeprazol está recomendado
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