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DESERTIFICACION

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INTRODUCCIÓN
La desertificación disminuye la resistencia de las tierras ante la variabilidad climática natural. El suelo, la vegetación, los suministros de agua dulce, y otros recursos de las tierras secas en general son resistentes, es decir que pueden recuperarse después de sufrir perturbaciones climáticas como la sequía y efectos provocados por el hombre, como el pastoreo excesivo. Sin embargo, cuando las tierras se degradan, esta capacidad de recuperación se reduce sustancialmente, lo que conlleva repercusiones físicas y socioeconómicas. 
El suelo se vuelve menos productivo. Los vientos y la lluvia pueden llevarse la capa superficial expuesta y erosionada de las tierras. La estructura física y composición bioquímica del suelo puede empeorar, formándose hondonadas y grietas, en tanto que el viento y el agua pueden eliminar nutrientes vitales. Si el nivel freático sube debido a un avenamiento (formación de canales y vías de infiltración) inadecuado y a prácticas de irrigación deficientes, el suelo puede anegarse y la salinidad aumentar. Cuando el ganado pisotea y compacta el suelo, éste puede perder su capacidad para el cultivo de plantas y la conservación de la humedad, lo que aumentará la evaporación y la escorrentía superficial. 
De allí la importancia de realizar el presente trabajo investigativo en cual fue realizado en base a consultas de tipo bibliográfico, hemerográfico, visitas a diversas páginas de internet, lo que permitió la correcta y completa elaboración del trabajo que a continuación se detalla. 
El mismo está constituido por definición, proceso, causas, consecuencias, posibles soluciones a la desertificación, pérdidas por la desertificación, entre otros. 
Desertificación
Es un problema muy antiguo, aparece hace unas 2100 años en el creciente fértil. Por desertificación/degradación de la tierra se entiende, en el contexto de la evaluación, la degradación de la tierra en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas derivadas de los efectos negativos de actividades humanas.
Con arreglo a ese concepto, la tierra incluye el suelo y los recursos hídricos locales, la superficie de tierra y la vegetación o cultivos. 
La degradación entraña una reducción del potencial de recursos debido a un proceso o combinación de procesos que actúan sobre la tierra. Esos procesos incluyen la erosión hídrica, la erosión eólica y la sedimentación por esos agentes, la reducción a largo plazo de la cantidad o diversidad de vegetación natural, y la salinización o sodificación". 
La desertificación actual es el resultado de la acción de dos factores, uno de tipo natural y otro originado por la sobre explotación de las tierras por los seres humanos. La degradación antropogénica de las tierras se inicia con la disminución o destrucción de la capa vegetal natural como consecuencia del cultivo excesivo, especialmente cultivos en pendiente y el monocultivo de cereales; el sobre pastoreo, la aplicación de prácticas de riego deficientes, y la tala de árboles destinados a la leña, en consecuencia, se observa un proceso progresivo de agotamiento de las tierras desde el estado normal hasta la degradación que impacta directamente sobre la productividad de los cultivos, fenómeno que afecta la disponibilidad de alimentos en las poblaciones humanas, también se reduce la diversidad de la micro y macro fauna, la flora y vegetación en general.
PROCESOS DE LA DESERTIFICACION
Existen siete procesos que son responsables de la desertificación, a saber: degradación de la cubierta vegetal, erosión hídrica, erosión eólica, salinización, reducción de la materia orgánica del suelo, encostramiento y compactación del suelo y la acumulación de sustancias tóxicas para las plantas o los animales. De éstos, los cuatro primeros son considerados procesos primarios de desertificación y los tres últimos secundarios. Los procesos primarios son llamados así porque sus efectos son amplios y tienen un impacto muy significativo sobre la producción de la tierra. 
Cabe señalar, que el proceso de desertificación se evalúa en base a tres criterios: estado actual, velocidad y riesgo, y para cada uno de estos criterios se consideran cuatro clases de desertificaciòn: ligera, moderada, severa y muy severa.
Degradación de la cubierta vegetal (Deforestación). Esto se refiere a la remoción o destrucción de la vegetación existente en un área determinada. 
Erosión hídrica. Es el proceso de remoción del suelo, principalmente la capa arable del mismo, por la acción del agua, el proceso de erosión hídrica se acelera cuando el ecosistema es perturbado por actividades humanas tales como la deforestación y/o el cambio de uso del suelo (explotación agrícola, pecuaria, forestal, vías de comunicación, asentamientos humanos, entre otros). 
Erosión eólica. Se define como el desprendimiento y arrastre de las partículas del suelo ocasionados por el viento. Este tipo de erosión en las zonas áridas y semiáridas se debe, principalmente, principalmente, al sobrepastoreo que destruye o altera a la vegetación natural, a la tala inmoderada y a las prácticas agrícolas inadecuadas. 
Salinización. Es el deterioro de los suelos por el incremento en el nivel de sales solubles que reduce su capacidad productiva, generalmente se da cuando existe un desbalance hídrico y salino que favorece la concentración de las sales. 
Reducción de la materia orgánica del suelo. Proceso causado indirectamente a causa de la pérdida de la vegetación, la cual provee de los nutrientes orgánicos del suelo. 
Encostramiento y compactación del suelo. Este fenómeno se presenta como consecuencia de los procesos ya mencionados; cuando hay escasez de materia orgánica, suelos ricos en limo y arcilla; y una constante utilización de maquinaria agrícola o sobrepastoreo. 
Acumulación de sustancias tóxicas para las plantas o los animales. Este es otro proceso secundario promovido por el uso excesivo de fertilizantes y métodos químicos de control de plagas, los cuales envenenan el suelo causando la pérdida de la cubierta vegetal y por consecuencia los otros procesos descritos. La desertificación afecta aproximadamente a la sexta parte de la población mundial; al 70 % de todas las tierras secas, equivalente a 3, 600 millones de
hectáreas y a la cuarta parte de la superficie total de tierras del mundo 
CAUSAS DE LA DESERTIFICACION
Entre las numerosas características del medio natural que puede evolucionar en el contexto del proceso de desertificación debido a la influencia humana, se han considerado aquellas que son susceptibles de traducir en su conjunto de componentes del proceso socio-económico y que influyen en la evolución del medio natural.
1- Inversiones de infraestructuras públicas
La creación de in centro administrativo de vías de comunicación, de servicios públicos determina la fijación o establecimiento más o menos temporal de la población. Este hecho se traducirá además en una diversificación de actividades tales como: agricultura, servicios, pequeñas industrias, Es necesario entonces conocer el tamaño y las características de las inversiones realizadas.
2- La evolución demográfica
El crecimiento demográfico, la pirámide de edad junto a la proporción de diferentes sectores de actividades realizadas por la población determinarán globalmente la presión sobre los recursos naturales. El nivel de los datos podrá ser un sector, una comuna o región; ello dependerá de la zona en estudio
3- Importancia de los sistemas de producción
Los sistemas de producción es la representación de las diferentes combinaciones que según los medios de producción el agricultor organiza. En el contexto de las zonas áridas se observa que, dado las características climáticas la cerealicultura es una de las principales actividades, combinada con una ganadería que con frecuencia es de cabras. Pero los estudios señalan que los sistemas de producción por si mismos no generan riesgos de desertificación sino la interacción con las prácticas técnicas. En un informe del FAO, 1993, se precisan las siguientes prácticas queforman parte de sistema de producción de zonas áridas y que desencadenan desertificación: 
· El cultivo de los suelos frágiles. 
· La reducción del tiempo de barbecho de las tierras cultivadas. 
· El sobrepastoreo de plantas herbáceas y leñosas. 
· La explotación excesiva de los recursos madereros, en especial, la leña. 
· El uso descontrolado del fuego para la regeneración de los pastos, la caza, los desbroces con fines agrícolas. 
· La utilización de maquinaria agrícola poco adecuada que destruye la estructura del suelo. 
· El riego de los suelos, cuya textura favorece la salinización o la alcalinización o incluso el anegamiento. 
En consideración a los elementos mencionados este es un indicador complejo que requiere un análisis detallado dentro de las explotaciones agrícolas.
4-La carga animal
Este indicador permite medir la presión sobre la biomasa espontánea pero es necesario descontar los alimentos importados (concentrados y forrajes). Puede ser un cálculo global para la zona en estudio, o bien se calcula, sobre una muestra de explotaciones agrícolas que representan los principales sistemas de producción.
5-Valor agregado Agrícola y su importancia en los ingresos
Este indicador esta destinado a devaluar los volúmenes netos producidos, por los agentes económicos, que son consumidos o exportados y el valor de modo de apreciar la contribución real del medio al ingreso de los agricultores. Igualmente es posible evaluar la producción neta del conjunto de la zona.
6-Inversiones agrícolas
Este indicador tiene por objeto conocer la parte de los ingresos de los agentes económicos residentes, que sean invertidos sea en trabajos de mejoramiento o bien prácticas técnicas, este factor puede permitir conocer la debilidad o la fortaleza de las explotaciones agrícolas, frente al proceso de desertificación.
7-Nivel y modo de vida
Este indicador esta destinado a conocer la evolución del nivel de vida y del comportamiento de los agentes económicos y de las diferentes categorías sociales, en relación a la gestión del medio natural. Se debe considerar los niveles de consumo alimentario, así como los consumos de energía. Igualmente bajo este indicador, lo importante es conocer el trabajo de la mujer, el nivel de escolaridad de la familia.
La ignorancia, los errores, los desastres naturales y los de origen humano también pueden contribuir a la degradación de tierras. La ignorancia del medio ambiente natural desempeñó un papel importante en la aparición en los Estados Unidos del terrible "Desierto de Polvo" de la década de 1930; una de las medidas erróneas fue que los agricultores del Medio Oeste utilizaron en una época de sequía arados que estaban diseñados para las latitudes más templadas de Europa occidental. En las décadas recientes, equivocaciones similares en la elección de políticas o tecnologías han conducido a la degradación de tierras en muchos países, desarrollados y en desarrollo. Catástrofes tales como guerras y otras emergencias nacionales degradad asimismo las tierras productivas, al desplazar al personal que gestiona las tierras o concentrar grandes números de emigrantes que sobrecargan una zona específica. Los desastres naturales como las inundaciones y sequías pueden tener efectos similares. 
¿Qué papel desempeña el crecimiento de la población y de la densidad de población? Es tentador concluir que la expansión demográfica es la causa fundamental de la desertificación. Un número mayor de personas en un área
dada ejerce inevitablemente una mayor demanda de los recursos naturales de esa zona; algunas veces dicha presión es indirecta, como cuando las crecientes poblaciones urbanas exigen una cierta producción de alimentos en áreas rurales de poca densidad, pero las causas de la desertificación son complejas y es difícil establecer una relación clara entre dos variables puede resultar en la desertificación, al faltar el número de personas suficientes para explotar las tierras en forma apropiada. Numerosas terrazas en los flancos de las colinas en el Yemen se han deteriorado como consecuencia del éxodo de la mano de obra hacia los ricos países petroleros vecinos. 
CONSECUENCIAS DE LA DESERTIFICACION 
El problema alcanza igualmente a la fauna. Ello se traduce en extinción de animales, retracción de sus áreas, pérdida de la diversidad genética, desequilibrios en las poblaciones. En la Argentina hay unas 300 especies de mamíferos, casi todas en graves situaciones de sobrevivencia. La presión sobre la fauna no solo deriva de la alteración de los ambientes, sino del comercio basado en el paupérrimo nivel económico de pobladores rurales que encuentran en la cacería una solución económica. Así la fauna silvestre constituye un capital en pleno deterioro.
La ganadería, que constituye una de las actividades productivas de las zonas áridas y semiáridas, ha sufrido igualmente las consecuencias de la desertificación. El paso de una ganadería vacuna dominante en un tiempo hacia una caprina es la norma general. El exceso de pastoreo, las talas, el mayor escurrimiento y la pérdida de suelo, etc. llevaron a menos oferta forrajera y el ganadero trata de resarcirse con el caprino, más rústico y con un mayor espectro trófico. Un ejemplo son los Llanos de La Rioja que, de 350.000 cabezas vacunas en 1908, pasó en 1965 a 158.000 con un aumento progresivo de la cabra.
La desertificación es un problema ambiental y socioeconómico de alcance mundial que exige especial atención. Es un proceso específico que se distingue de fenómenos similares, en otras zonas más húmedas del mundo, porque tiene lugar en condiciones climáticas muy duras y afecta negativamente a zonas con recursos naturales limitados de suelo, agua y vegetación.
Es un elemento que influye cada vez más en a degradación ambiental del planeta y desempeña un papel importante en la contaminación del agua, el aire y el suelo, la deforestación, las perdidas de suelo y el cambio climático.
El suelo se vuelve menos productivo. Los vientos y la lluvia pueden llevarse la capa superficial expuesta y erosionada de las tierras. La estructura física y composición bioquímica del suelo puede empeorar, formándose hondonadas y grietas, en tanto que el viento y el agua pueden eliminar nutrientes vitales. Si el nivel freático sube debido a un avenamiento (formación de canales y vías de infiltración) inadecuado y a prácticas de irrigación deficientes, el suelo puede anegarse y la salinidad aumentar. Cuando el ganado pisotea y compacta el suelo, éste puede perder su capacidad para el cultivo de plantas y la conservación de la humedad, lo que aumentará la evaporación y la escorrentía superficial. 
La vegetación se deteriora. La pérdida del manto vegetal es a la vez una consecuencia y una causa de la degradación de la tierra. Un suelo suelto puede marchitar las plantas con ráfagas de polvo, puede enterrarlas o dejar sus raíces peligrosamente expuestas. Cuando los pastizales se explotan excesivamente con demasiados animales o con tipos inapropiados, pueden desaparecer especies de plantas comestibles, lo que permitirá la invasión de plantas no comestibles. 
Algunas de las consecuencias afectan a las personas que viven lejos del área afectada. La degradación de tierras puede ocasionar inundaciones aguas abajo, disminuir la calidad del agua y aumentar la sedimentación en ríos y lagos y la deposición de lodos en pantanos y vías de navegación. Puede asimismo provocar tempestades de polvo y contaminar el aire, lo que a su vez daña las máquinas, reduce la visibilidad, aumenta los depósitos de sedimentos indeseables y ocasiona presiones sobre el suelo. Las ráfagas de polvo también pueden empeorar los problemas de salud, como las infecciones oculares, enfermedades respiratorias y alergias. 
Peligra la producción de alimentos. Se considera a la desertificación como un importante problema ambiental a nivel mundial, sobre todo por el vínculo que existe entre la degradación de tierras secas y la producción alimenticia. Para asegurar una dieta nutritiva adecuada a la creciente poblaciónmundial, será necesario triplicar la producción de alimentos durante los próximos 50 años, empresa difícil de lograr, aun bajo circunstancias favorables. Si no se detiene o revierte la desertificación, la producción de alimentos en muchas áreas afectadas disminuirá, lo que puede causar malnutrición y en última instancia hambrunas. No obstante, la relación que existe entre la degradación de las tierras y el rendimiento de los cultivos raras veces es simple: afectan la productividad numerosos factores como el clima, las enfermedades y plagas, los métodos de cultivo y los mercados externos y demás factores económicos. 
La desertificación contribuye a crear situaciones de hambre. Las hambrunas ocurren generalmente en zonas donde reinan la pobreza, la agitación social o las guerras. La sequía y la degradación de tierras a menudo desencadenan crisis que se agravan con la falta de una distribución de alimentos adecuada y la imposibilidad de adquirir lo que hay. 
La desertificación conlleva enormes costos sociales. Hay una creciente percepción de los vínculos que existen entre la desertificación, los desplazamientos civiles y los conflictos. En África muchas personas han debido desplazarse internamente o emigrar a otros países a causa de la guerra, la sequía o la degradación de tierras. Los recursos naturales en las ciudades y sus alrededores, y en los campamentos de refugiados sufren una intensa presión. Las difíciles condiciones de vida y la pérdida de identidad cultural socavan aun más la estabilidad social. 
Contribuye sustancialmente a la pérdida de diversidad biológica en el mundo, especialmente en las zonas que son centros de origen de las principales especies de cultivo en el mundo, como el trigo, la cebada, el sorgo, y el maíz. Aumenta la pérdida de biomasa y productividad del planeta y contribuye al agotamiento de la reserva mundial de humus, perturbando las transformaciones biogeoquímicas mundiales y, en particular, reduciendo el sumidero mundial de dióxido de carbono.
Por último, la desertificación contribuye al cambio climático mundial aumentando el albedo de la superficie terrestre y disminuyendo la tasa actual de evapotranspiración, modificando el equilibrio energético en una superficie y la temperatura del aire contiguo y añadiendo polvo y dióxido de carbono a la atmósfera. 
POSIBLES SOLUCIONES A LA DESERTIFICACIÓN 
 
1. Fortalecimiento de las investigaciones básicas y aplicadas, donde se integren aspectos socioeconómicos en regiones con procesos de desertificación y elaboración de modelos válidos convenientemente a distintas escalas de aplicación. 
2. Establecimiento de una red nacional, con la participación y responsabilidad provincial, de información, observación sistemática y aplicación de medidas en todas las regiones propensas o con problemas de desertificación, con tecnologías y métodos compatibles a nivel internacional. 
3. Apoyo a los estudios integrados de manejos agropecuarios para el control de la desertificación sobre la base de estudios de la vegetación, suelos, fauna, etc., para que los resultados puedan ser explotados. 
4. Establecimiento de las demandas específicas priorizadas para posteriormente poder aplicar políticas de fomento a través del crédito, que permitan el uso sustentable y la recuperación de sistemas degradados. 
5. Promover, con proyectos interinstitucionales, el uso ordenado de los recursos naturales en las regiones frágiles, en especial en lo que hace a pastizales y a bosque naturales, sobre la base de tecnologías innovadoras y/o autóctonas adaptadas. 
6. Incrementar y promover los estudios para el aprovechamiento sustentable de fuentes de energía, que disminuyen las presiones sobre el uso de recursos leñosos, a través del uso de fuentes de energía no convencionales sustitutivas, y/o el manejo de áreas específicas controladas para la producción de especies leñosas y/o carbón. 
7. Estudios y promoción de proyectos que tienden al aprovechamiento sustentable de bosque naturales o cultivados, asociados a estudios y puesta en marcha de programas silvopastorales, en especial en cuencas hídricas degradadas o en peligro. 
8. Promover y apoyar programas nacionales o regionales en coordinación con proyectos extranacionales, para estudios, aplicación y utilización de energías sustitutivas en las problemáticas agropecuarias, silvopastorales, energéticas, etc; teniendo en cuenta los requerimientos socioculturales de cada región del país. 
9. Poner en práctica, a través de los proyectos regionales de investigación y desarrollo, la transferencia de conocimientos, teniendo en cuenta cada uno de los niveles socioculturales existentes, para la creación de una definitiva conciencia del manejo sustentable de los recursos. 
PERDIDAS POR LA DESERTIFICACION
· Las pérdidas totales debidas a la desertificación en la región, podrían alcanzan cifras de hasta 975 millones de dólares por año. 
· De acuerdo a cifras del PNUMA es necesario hacer inversiones de hasta 13,000 millones de dólares para restaurar las tierras degradadas de la región. 
· Millones de personas al año, migran del campo hacia las ciudades. 
· Mujeres y niños son más vulnerables debido a la migración de los jefes de
familia a las ciudades en búsqueda de nuevas oportunidades. 
· Pobreza, ruptura de estructuras sociales e inestabilidad económica como
resultado de la sequía y la  desertificación. La Degradación de las tierras en América Latina y el Caribe 
· 250 millones de hectáreas de tierras son afectadas por la desertificación en
América del Sur. 
· 63 millones de hectáreas son afectadas por la desertificación en Mesoamérica. 
· La erosión del suelo es la principal amenaza (68% en América del Sur y 88%  en Mesoamérica del total de las tierras afectadas en cada subregión). 
· En América del Sur, 100 millones y 70 millones de hectáreas han sido degradadas debido a la deforestación y sobrepastoreo respectivamente.
· En el Caribe, la urbanización acelerada y mal planificada ha resultado en la pérdida de tierras para uso agrícola, protección de cuencas y conservación de la biodiversidad. 
· El crecimiento de la frontera agrícola es la causa principal de la deforestación en la Amazonía brasileña. 
CONVENCIÓN CONTRA LA DESERTIFICACIÓN
La ONU se ha ocupado de este problema y ha elaborado la "Convención Internacional de lucha contra la desertificación en los países afectados por sequía o grave o desertificación, en particular en África", que cuenta con 172 Estados partes.
Esta Convención tiene como objetivo principal el promover una acción efectiva a través programas locales innovadores y cooperación internacional de apoyo, estableciendo las pautas para luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de la sequía en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en África, a través del mejoramiento de la productividad del suelo, su rehabilitación y la conservación y ordenación de los recursos de las tierras y los recursos hídricos, en el marco de un enfoque integrado acorde con el Programa 21, para contribuir al logro del desarrollo sostenible en las zonas afectadas.
También enfatiza la participación popular y la creación de condiciones que ayuden a la población local a evitar la degradación de los suelos de forma autosuficiente. Por otro lado, asigna a las organizaciones no gubernamentales una función sin precedente en la preparación y ejecución de programas para evitar la desertificación.
La Convención reconoce que la batalla para proteger las tierras áridas será muy larga, ya que las causas de la desertificación son muchas y complejas, por lo que se tendrán que hacer cambios reales y difíciles, tanto a nivel internacional como local.
DESERTIFICACIÓN PERJUDICA CUARTA PARTE DEL PLANETA
La desertificación, pérdida de la capacidad productiva de la tierra, perjudica al 70% de las tierras secas del mundo, las cuales representan unos 3 600 millones de hectáreas, la cuarta parte de la superficie del planeta, según informó la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación(CLD), creada para revertir esta tendencia.
Se consideran tierras áridas o secas aquellas en las que se registra un equilibrio negativo entre el nivel de precipitaciones anuales y las pérdidas de humedad por evapotranspiración.
Son tierras secas el 40% de toda la superficie (alrededor de 5 100 millones de hectáreas), que sirven de hábitat y medio de subsistencia a más de mil millones de personas, residentes en 101 naciones, según consta en el Atlas Mundial de la desertificación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El suelo forma parte de la mayoría de los ecosistemas terrestres y desempeña una función decisiva en el sustento de las comunidades humanas. Por lo tanto, la degradación del suelo constituye un problema ambiental que daña a todas las sociedades.
En África, dos tercios de su superficie son tierras desérticas o secas. La tasa de pérdida de superficie forestal en ese continente oscila de 3,7 a 5 millones de hectáreas al año, con las consiguientes consecuencias en los recursos hídricos tanto de superficie como subterráneos. El 50% de todas las tierras de labranza africanas registra degradación y erosión del suelo. África se enfrenta a la mayor amenaza de desertificación.
En tanto Asia posee la mayor superficie de suelos afectados por desertificación. El 71% de ellos está evaluado entre moderada y gravemente degradados. En América Latina este proceso de degradación de los suelos abarca el 75%. Tras la Cumbre de la Tierra en 1992, se creó, en 1994, la Convención Internacional de Lucha contra la Desertificación; luego de negociaciones con gobiernos de cien países, tres años después entró en vigor, ratificada por 50 naciones. 
CONCLUSIÓN
En las tierras secas de nuestro continente, la desertificación ha sido uno de los principales factores que ha influido en la migración de campesinos pobres hacia las ciudades. Se constata que la demanda de productos ha aumentado la presión sobre la tierra productiva existente y ha desplazado los límites de las actividades productivas a tierras marginales (PNUMA, 1991). Así mismo, es probable observar una extensión del regadío a tierras de secano y, en consecuencia, dada la vulnerabilidad de las tierras, la salinización y erosión son crecientes. Aproximadamente 43 millones de las tierras de regadío, un 30% de la sup. Total en las tierras secas del mundo (145 millones de hectáreas) están afectadas por distintos procesos de degradación.
En este contexto, la desertificación es un fenómeno complejo, evolutivo resultado de la acción de varios factores (FAO, 1993). Sus repercusiones son múltiples e incluyen el comportamiento humano y sus efectos sobre todos los elementos de un ecosistema, los cuales requieren para su estudio que establezcan los indicadores que permitan seguir la evolución del medio apoyándose en ciertas características de permanencia en el tiempo que sean observables en la zona desertificada en estudio.
Al respecto Dregne, 1987, definió e ínter relacionó la desertificación como un empobrecimiento de los ecosistemas áridos, semi – áridos, húmedos por el impacto combinado de las actividades humanas y las sequías. Así el proceso de interacción entre los eventos del sistema natural (sequías) y las actividades humanas (utilización de los recursos) los cuales crean recursos, pueden crear un riesgo que puede ser visualizado bajo el siguiente modelo de interacción entre los eventos naturales y las actividades humanas.
Los estudios de desertificación del medio natural depende a la vez de la naturaleza física y biológica (suelos, flora, fauna) pero también de las prácticas técnicas utilizadas por las sociedades humanas para valorizar los recursos naturales. Por esta razón, los estudios de desertificación deben tomar en su conjunto los procesos socio-economicos que influyen en la evolución del medio natural.
La desertificación es agravada por el comportamiento social de las poblaciones que viven en las zonas áridas, los cuales en períodos húmedos favorables para la agricultura intensifican el uso de las tierras para luego, en las épocas de sequías continuar la presión antrópica sin considerar la pérdida de resistencia a la presión humana.
Diferentes autores, así como las instituciones que estudían los procesos de desertificación a nivel global (PNUMA, FAO, UNESCO) coinciden en señalar que el conocimiento del proceso, su evaluación y control, dependen de la utilización de indicadores físicos, biológicos y sociales, ninguno por sí mismo señalará el estado de la desertificación. Los diferentes factores naturales y antropogénicos actúan en conjunto interrelacionados los unos con los otros, permitiendo distinguir la intensidad del proceso según se trate de una zona árida, semiárida o sub-húmeda.
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