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Inervación de los ovarios y tubas uterinas. Los nervios descienden junto a los vasos ováricos desde el plexo ovárico, y parcialmente desde el plexo uterino (pélvico) (fig. 6-42). Como los ovarios y las tubas uterinas son intraperitoneales y, por tanto, se sitúan superiores a la línea de dolor de la pelvis (v. tabla 6-3), las fibras aferentes viscerales de la sensibilidad dolorosa ascienden retrógradamente con las fibras simpáticas del plexo ovárico y los nervios esplácnicos lumbares hasta los cuerpos celulares de los ganglios sensitivos de los nervios espinales T11-L1. Las fibras aferentes viscerales reflejas acompañan a fibras parasimpáticas retrógradamente, a través de los plexos hipogástrico inferior y uterino (pélvico), y los nervios esplácnicos pélvicos, hacia cuerpos celulares en los ganglios sensitivos de los nervios espinales S2-S4. ÚTERO El útero (matriz) es un órgano muscular hueco, con paredes gruesas y forma de pera. El embrión y el feto se desarrollan en el útero. Sus paredes musculares se adaptan al crecimiento del feto y posteriormente proporcionan la fuerza necesaria para su expulsión durante el parto. El útero no gestante (no grávido) se sitúa generalmente en la pelvis menor, con el cuerpo apoyado sobre la vejiga urinaria y su cuello entre esta y el recto (fig. 6-43 A). El útero es una estructura muy dinámica, cuyo tamaño y proporciones cambian con los diversos cambios vitales (v. cuadro clínico «Cambios en la anatomía normal del útero durante la vida»). El útero adulto suele estar en anteversión (apuntado anterosuperiormente respecto al eje de la vagina) y anteflexión (el cuerpo del útero está flexionado o inclinado anteriormente, en relación con el cuello del útero, creando el ángulo de flexión), de manera que su masa se sitúa sobre la vejiga urinaria. Por lo tanto, cuando la vejiga urinaria está vacía, el útero se sitúa típicamente en un plano casi transversal (figs. 6- 43 A y B, y 6-44 A). La posición del útero varía con el grado de repleción de la vejiga urinaria (fig. 6-44 B) y el recto. Aunque su tamaño varía considerablemente, el útero no gestante suele medir 7,5 cm de largo, 5 cm de ancho y 2 cm de fondo, y pesa aproximadamente 90 g. El útero puede dividirse en dos porciones principales (fig. 6- 43 B): el cuerpo y el cuello. El cuerpo del útero, que forma los dos tercios superiores de la estructura, incluye el fondo del útero, la parte redondeada del cuerpo que se sitúa superior a los orificios uterinos de las tubas uterinas (v. fig. 6-39 B). El cuerpo del útero se sitúa entre las capas del ligamento ancho y puede moverse libremente (v. fig. 6-39 A). Tiene dos caras: vesical (relacionada con la vejiga) e intestinal. El cuerpo está separado del cuello por el istmo del útero, la región relativamente constreñida del cuerpo (alrededor de 1 cm de longitud) (figs. 6-39 A y B, y 6-43 B). El cuello del útero es el tercio inferior, estrecho y cilíndrico, del útero, con una longitud de aproximadamente 2,5 cm en la mujer adulta no gestante. A efectos descriptivos se divide en dos porciones: una porción supravaginal, entre el istmo y la vagina, y una porción vaginal, que protruye en la vagina (fig. 6-43 B) y rodea el orificio (externo) del útero, siendo a su vez rodeada por un estrecho receso, el fórnix de la vagina (fig. 6-43 C). La porción supravaginal del cuello está separada de la 1119 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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