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_Anatomia con Orientacion Clinica (1076)

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Inervación de los ovarios y tubas uterinas. Los nervios descienden junto a los
vasos ováricos desde el plexo ovárico, y parcialmente desde el plexo uterino (pélvico)
(fig. 6-42). Como los ovarios y las tubas uterinas son intraperitoneales y, por tanto, se
sitúan superiores a la línea de dolor de la pelvis (v. tabla 6-3), las fibras aferentes
viscerales de la sensibilidad dolorosa ascienden retrógradamente con las fibras
simpáticas del plexo ovárico y los nervios esplácnicos lumbares hasta los cuerpos
celulares de los ganglios sensitivos de los nervios espinales T11-L1. Las fibras
aferentes viscerales reflejas acompañan a fibras parasimpáticas retrógradamente, a
través de los plexos hipogástrico inferior y uterino (pélvico), y los nervios
esplácnicos pélvicos, hacia cuerpos celulares en los ganglios sensitivos de los nervios
espinales S2-S4.
ÚTERO
El útero (matriz) es un órgano muscular hueco, con paredes gruesas y forma de pera.
El embrión y el feto se desarrollan en el útero. Sus paredes musculares se adaptan al
crecimiento del feto y posteriormente proporcionan la fuerza necesaria para su
expulsión durante el parto. El útero no gestante (no grávido) se sitúa generalmente en
la pelvis menor, con el cuerpo apoyado sobre la vejiga urinaria y su cuello entre esta
y el recto (fig. 6-43 A).
El útero es una estructura muy dinámica, cuyo tamaño y proporciones cambian
con los diversos cambios vitales (v. cuadro clínico «Cambios en la anatomía normal
del útero durante la vida»).
El útero adulto suele estar en anteversión (apuntado anterosuperiormente respecto
al eje de la vagina) y anteflexión (el cuerpo del útero está flexionado o inclinado
anteriormente, en relación con el cuello del útero, creando el ángulo de flexión), de
manera que su masa se sitúa sobre la vejiga urinaria. Por lo tanto, cuando la vejiga
urinaria está vacía, el útero se sitúa típicamente en un plano casi transversal (figs. 6-
43 A y B, y 6-44 A). La posición del útero varía con el grado de repleción de la
vejiga urinaria (fig. 6-44 B) y el recto. Aunque su tamaño varía considerablemente, el
útero no gestante suele medir 7,5 cm de largo, 5 cm de ancho y 2 cm de fondo, y pesa
aproximadamente 90 g. El útero puede dividirse en dos porciones principales (fig. 6-
43 B): el cuerpo y el cuello.
El cuerpo del útero, que forma los dos tercios superiores de la estructura, incluye
el fondo del útero, la parte redondeada del cuerpo que se sitúa superior a los orificios
uterinos de las tubas uterinas (v. fig. 6-39 B). El cuerpo del útero se sitúa entre las
capas del ligamento ancho y puede moverse libremente (v. fig. 6-39 A). Tiene dos
caras: vesical (relacionada con la vejiga) e intestinal. El cuerpo está separado del
cuello por el istmo del útero, la región relativamente constreñida del cuerpo
(alrededor de 1 cm de longitud) (figs. 6-39 A y B, y 6-43 B).
El cuello del útero es el tercio inferior, estrecho y cilíndrico, del útero, con una
longitud de aproximadamente 2,5 cm en la mujer adulta no gestante. A efectos
descriptivos se divide en dos porciones: una porción supravaginal, entre el istmo y
la vagina, y una porción vaginal, que protruye en la vagina (fig. 6-43 B) y rodea el
orificio (externo) del útero, siendo a su vez rodeada por un estrecho receso, el fórnix
de la vagina (fig. 6-43 C). La porción supravaginal del cuello está separada de la
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