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[ A W Clinanesvet Revista clínica de anestesia veterinaria Sedación para procedimientos clínicos en animales sin patologías Evaluación y tratamiento del dolor agudo en la especie felina (Parte 1) Anestesia en pacientes traumatizados 24 Semfortan le ofrece más que la eficacia incomparable de la metadona en la que puede confiar. La experiencia en el manejo del dolor de Dechra, su aliado de confianza, también puede acceder a un soporte continuado para mejorar día a día los cuidados que proporciona a sus pacientes. GAMA DE ANESTESIA Y ANALGESIA: Todo lo que necesita, de la A a la Z For every unique animalEncuentre confort en Semfortan® 1. Comfortan Summary of Product Characteristics. 2. Hunt JR, et al. Comparison of premedication with buprenorphine or methadone with meloxicam for postoperative analgesia in dogs undergoing orthopaedic surgery. J Small Anim Pract. 2013;54(8):418–24. 3. Shah MD, et al. A comparison between methadone and buprenorphine for perioperative analgesia in dogs undergoing ovariohysterectomy. J Small Anim Pract. 2018;59(9):539–46. 4. Shah MD, et al. Comparison between methadone and buprenorphine within the QUAD protocol for perioperative analgesia in cats undergoing ovariohysterectomy. J Feline Med Surg. 2019;21(8):723–31. El dolor es compartido y su alivio también lo debe ser. Semfortan proporciona confort a perros y gatos y también a usted. Con la seguridad de su potente efecto analgésico, flexibilidad1-4 y soporte técnico disponible. Descubra más visitando nuestra web https://www.dechra.es/campaigns/semfortan Porque cada animal es único Semfortan 10 mg/ml solución inyectable para perros y gatos. Composición (principios activos): Cada ml contiene: Metadona 8,9 mg (equivalente a hidrocloruro de metadona 10 mg). Indicaciones de uso: Analgesia en perros y gatos. Premedicación para anestesia general o neuroleptoanalegesia en perros y gatos en combinación con un fármaco neuroléptico. Contraindicaciones. No usar en caso de hipersensibilidad a la sustancia activa o a algún excipiente. No usar en animales con insuficiencia respiratoria avanzada. No usar en animales con severos daños hepáticos y renales. Advertencias especiales para cada especie de destino: Debido a la variabilidad individual en la respuesta a la metadona, los animales deben ser monitorizados periódicamente para asegurar la eficacia en la duración del efecto deseado. Previo al uso de este medicamento se deberá realizar un examen clínico completo. En gatos, se aprecia dilatación de la pupila una vez el efecto analgésico ha desaparecido, por lo que no es un buen parámetro para evaluar la eficacia clínica de la dosis administrada. Los galgos necesitarán dosis más elevadas que otras razas para alcanzar niveles plasmáticos adecuados. Reacciones adversas (frecuencia y gravedad): Muy frecuentemente (más de 1 animal por cada 10 presenta reacciones adversas durante un tratamiento), se han observado las siguientes reacciones después de la administración del medicamento veterinario: Gatos: Se puede detectar depresión respiratoria. Se han observado reacciones leves de excitación: sequedad bucal, vocalización, micción, defecación, midriasis, hipertermia y diarrea. Se ha observado hiperanalgesia. Todas las reacciones fueron transitorias. Perros: Se puede detectar depresión respiratoria y bradicardia. Se han observado reacciones leves: jadeos, sequedad bucal, salivación, vocalización, respiración irregular, hipotermia, mirada fija y temblores. En casos aislados puede observarse micción y defecación durante la primera hora posterior a la administración. Todas las reacciones fueron transitorias. Tiempo de espera: No procede. Titular de la autorización de puesta al mercado: Eurovet Animal Health B.V. - Handelsweg 25 - 5531 AE - Bladel, Países Bajos. Número de registro: 2466 ESP Sedación para procedimientos clínicos 2 en animales sin patologías Abi de Anta i Vinyals, Neus Casanovas Combalia Evaluación y tratamiento del dolor agudo 11 en la especie felina (Parte 1) Gerardo García Alonso Anestesia en pacientes traumatizados 23 Oscar Robledo Comité científico: Miguel A. Cabezas, Ignacio Sández y Gaspar Soler. Índice 24 Clinanesvet n Revista clínica de anestesia veterinaria © Gráfica IN Multimédica, S.A.U. Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización expresa de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. ISSN 2462-5647. Junio 2021. 2 ] Sedación para procedimientos clínicos en animales sin patologías Abi de Anta i Vinyals1, Neus Casanovas Combalia2 IntRoduCCIón objetivo En la clínica diaria a menudo hay que rea- lizar sedaciones para poder llevar a cabo algunos procedimientos clínicos, explo- raciones o pruebas diagnósticas, ya sea porque el animal no coopera, porque es muy nervioso o porque el acto clínico es ligeramente doloroso. En animales jóvenes y sanos se puede utilizar cualquier tipo de protocolo, ya que estos animales compensarán fácilmente los efectos cardiovasculares y respiratorios producidos por los fármacos utilizados. En los animales de edad avanzada, aun- que no tengan ninguna patología se deben utilizar protocolos adecuados, y general- mente con dosis menores, suplementar con oxígeno y realizar monitorización más exhaustiva. En los animales que presentan alguna patología hay que adaptar los protocolos y utilizar fármacos que no produzcan efec- tos secundarios que puedan descompensar la enfermedad. Siempre que se vaya a realizar una sedación, sea para el procedimiento que sea, se debe realizar una exploración, una anamnesis completa y las pruebas que se consideren oportunas. Es importante que el animal esté en ayunas, ya que una regurgitación o un vó- mito podrían provocar una neumonía por aspiración. Este artículo describe cómo realizar sedaciones para procedimientos cortos de animales clasificados como ASA I y II; desde qué información será necesaria para hacer una buena anamnesis y qué pruebas complementarias pueden ser útiles hasta cómo desarrollar el protocolo anestésico. Anamnesis, exploración, pruebas complementarias La evaluación inicial es clave para identi- ficar qué riesgos pueden comprometer la anestesia de cada paciente en particular. La raza, el estado corporal, la edad y la patología son datos importantes para rea- lizar la clasificación de riesgo anestésico ASA. Como pequeño recordatorio, la cla- sificación ASA (American Society of Anesthesiologists) consiste en una escala (del 1 al 5) que ayuda a predecir la mor- bilidad y la mortalidad del paciente anes- tesiado (Tabla 1). La clasificación ASA 1 corresponde a pacientes sin ninguna patología y la clasifi- cación ASA 2 corresponde a pacientes con una patología sistémica leve que no limita la función normal. Los animales clasificados como ASA 1 y 2 tienen diez veces menos posibilidades de sufrir complicaciones perianestésicas. Pero para clasificar bien cada paciente en esta escala es imprescindible una buena exploración, una anamnesis completa y las pruebas que se consideren oportunas. Por lo tanto, siempre que se vaya a realizar una sedación, sea para el procedimiento que sea, hay que tomar el tiempo necesa- 1 ANESTVET Servei d’Anestesa Veterinaria 2 ONIRIS-École Nationale Vétérinaire, Nantes [ 3 rio para recopilar toda esta información y así, tener bien claro el riesgo del paciente. En animales jóvenes y sanos ASA 1 normalmente se puede utilizar cualquier tipo de protocolo, ya que estos animales compensarán fácilmente los efectos cardio- vasculares y respiratorios producidos por los fármacos utilizados. En los animales ASA 2 ya sea porque presentan alguna patología compensada, porque son considerados pediátricos o geriátricos o porque son de una raza con ciertas particularidades, se deben utilizar protocolos adecuados. Se usarán fármacos que no produzcan efectos secundariosque puedan descompensar el animal y general- mente con dosis reducidas. Además, estará indicado suplementar con oxígeno y rea- lizar una monitorización más exhaustiva. Anamnesis Es importante conocer la raza, la edad, el carácter y patologías previas. La fase de recepción del animal con- sistirá en hacer 4 preguntas al propietario: • Actitud general del paciente • Patologías diagnosticadas y tratamiento en curso • Anestesias previas (anafilaxis, recupe- ración) • Ayuno Exploración Una vez se obtenga una pequeña rese- ña del animal se procederá a realizar un examen físico general centrado en la con- dición corporal, la hidratación, el sistema cardiovascular y respiratorio, el sistema gastrointestinal, el tegumento y el sistema nervioso central. Será el momento de valorar el carácter del animal ya que si es nervioso, miedoso o agresivo también influirá en la elección del protocolo. Incluso, cuando sea necesario, se pue- de recetar la administración de fármacos ansiolíticos antes de la visita veterinaria, ya que la exploración física puede ser difícil en un animal en este estado y limita una evaluación adecuada del paciente. Pruebas complementarias En función de la anamnesis y de la explo- ración se decidirá si es necesario realizar pruebas complementarias. Para sedaciones de pequeños procedi- mientos clínicos en animales sanos, básica- mente será de interés evaluar hematocrito, proteínas totales, glucosa, urea y creatinina. Si se hallaran alteraciones de estos pará- metros sería recomendable hacer analíticas más extensas. Así pues, se intentará hacer un perfil mínimo de analíticas sobre todo en ani- males mayores de 7 años. En caso de pa- tologías diagnosticadas, se optaría por el mismo perfil mínimo y se pueden añadir los parámetros específicos para evaluar la estabilidad del paciente. Las pruebas de diagnóstico por imagen no son imprescindibles si no hay hallazgos previos, pero sí que pueden ser de gran ayuda para clasificar las patologías de leves a graves. En el caso de las cardiopatías una eco- cardiografía puede categorizar la gravedad de esta patología, evidenciar la necesidad de comenzar un tratamiento o bien vi- sualizar la estabilidad del paciente frente a la disfunción. Más adelante se destacará la importan- cia de realizar ciertas pruebas complemen- tarias en función de la raza. Tabla 1. Clasificación ASA de riesgo anestésico (American Society of Anesthesiologists). ASA I Paciente sano ASA II Paciente con enfermedad sistémica leve ASA III Paciente con enfermedad sistémica grave ASA IV Paciente con enfermedad sistémica grave y en peligro de muerte ASA V Paciente moribundo que no se espera que sobreviva a la anestesia 4 ] ConSIdERACIonES Es importante conocer los cambios que se producen durante las etapas de la vida, las características de las distintas razas, así como los efectos adversos de los fárma- cos para poder utilizarlos correctamente (Tabla 2). Edad Animales pediátricos Se considera que un animal está en la eta- pa pediátrica hasta los 6 meses de edad que es cuando se ha completado práctica- mente el desarrollo. Hasta las 6-8 semanas de vida, las res- puestas fisiológicas de los cachorros son inmaduras (sistemas cardiovascular, respi- ratorio, hepático, renal y termorregulador) y hay que tener precauciones especiales en la anestesia. Debido a su incapacidad de compensar la depresión cardiovascular y respiratoria se evitarán grandes cambios en la frecuen- cia cardíaca, sobre todo la bradicardia (por hipoxia, estimulación vagal, fármacos, etc.). Además, tienen un menor hematocrito y una tasa de metabolismo más alta por lo que son más susceptibles a la hipoxia y será de interés reforzar la importancia de la suplementación de oxígeno una vez el paciente esté sedado. El ayuno no puede superar las tres ho- ras ya que tienen pocas reservas de glicó- geno y podrían tener hipoglucemia. La relación volumen/superficie cor- poral es mayor en los animales pediátri- cos y genera grandes pérdidas de calor. Es muy importante mantener la tempe- ratura ya que la hipotermia es una causa de morbilidad muy frecuente en animales pediátricos. Es muy importante tener el peso exac- to del animal antes de la anestesia y calcu- lar las dosis exactas. Tabla 2. Efectos farmacológicos según razas y edad. Evitar Efectos Importante Pediátricos • Alfa2 agonistas • Acepromacina • Bradicardia • Hipotensión • Suplementar con oxígeno • Control glicemia • Evitar hipotermia • Reducir el tiempo de ayuno • Tener el peso exacto Geriátricos • Reducir dosis • Suplementar con oxígeno • Evitar hipotermia • Evitar hipotensión • Ayuno 8h • Evitar reflujo Braquicefálicos • Dosis bajas alfa2 agonistas • Morfina • Bradicardia • Bloqueos AV • Vómito • Suplementar con oxígeno • Monitorización constante • Evitar vómito y reflujo • Lubricación corneal Collie • Acepromacina • Butorfanol Galgos • Barbitúricos • Reducir dosis • Evitar hipotermia Razas gigantes • Reducir dosis Razas minis • Rango alto de dosis • Evitar hipotermia Gatos • Evitar hipotermia • Lubricación corneal [ 5 Geriátricos Los animales se consideran geriátricos cuando superan el 75 % de su rango de edad (entre 9-12 años perros de raza me- diana o pequeña, 12 años en gatos y 7-8 años en razas gigantes). La edad compromete los mecanismos de compensación y afecta tanto al sistema cardiovascular como al respiratorio. Pue- den presentar dificultad para mantener la presión arterial y si no se monitoriza puede reducir el flujo sanguíneo hepáti- co y renal que resulta en disminución del metabolismo de los fármacos. Además, pueden presentar una disminución de la elasticidad pulmonar que propicie apari- ción de hipoxia e hipercapnia, por lo que es muy importante la suplementación con oxígeno otra vez más. La degeneración de los órganos puede causar efectos farmacodinámicos más pro- fundos para los anestésicos y predisponer al paciente a un mayor riesgo de efectos adversos; dosis más bajas de los agentes se- dantes y anestésicos pueden ser justificadas. El cambio en su composición corporal también los hace más sensibles a la hipo- termia. Y se hará especial atención en hacer un ayuno de 8 horas ya que hay una mayor atonía del cardias y de los reflejos laríngeos y pueden presentar mayor riesgo de aspi- ración por reflujo. Razas Braquicefálicos La anatomía y fisiología de los animales braquicefálicos comporta una serie de pa- tologías que hacen que la anestesia tenga más riesgo. Por eso es muy importante llevar una monitorización estricta durante todo el procedimiento. Bulldogs, Carlino, Shih Tzu, Bóxer, American Bully, Boston Terrier, Bullmas- tiff, Cavalier King Charles Spaniel, Dogo Burdeos, Lhasa Apso, Pequinés, etc. son al- gunas de las razas caninas braquicefálicas que se hallan con más frecuencia. En el caso de los gatos están los persas, exóticos e himalaya. El síndrome braquicéfalo conlleva una obstrucción del tracto respiratorio supe- rior, una mayor dificultad de intubación, una mala ventilación pulmonar, un ma- yor riesgo de reflujo gastroesofágico, un aumento del tono parasimpático y una exoftalmía. El conjunto de estas patologías se tra- duce en varios riesgos anestésicos como hipoxia, hipercapnia, neumonía por aspi- ración, arritmias y bloqueos y predisposi- ción a desarrollar úlceras corneales. Collie El gen de resistencia a múltiples fárma- cos (MDR1) aparece en perros pastores, como el pastor australiano, los collies, pas- tor blanco suizo, pastor alemán, pastor de shetland, etc. • Collie: 70 % de perros afectados • Whippet de pelo largo: 65 % • Pastor australiano: 50 % • Ganadero Australiano: 50 % • Pastor alemán: 15 % • Pastor de Shethland: 15 % • Border Collie: Inferior al 5 % • Antiguo Pastor Inglés: 5 % Esta mutación genética causa una reacción exagerada frente la administra- ción de ciertos fármacos. Galgos Los galgos y los lebreles tienenreservas bajas de grasa corporal y también pueden tener anormalidades en las vías de enzimas hepáticas necesarias para el metabolismo de fármacos. Se han asociado con largos tiempos de recuperación en la utilización de barbi- túricos. Es importante vigilar bien la tempe- ratura debido a sus reservas bajas de grasa corporal. otros Schauzers miniatura, especialmente las hembras y West Highland White Terrier corren el riesgo de desarrollar el síndrome del seno enfermo. El síndrome se caracteriza principal- mente por la presencia de síncopes cau- sados por episodios de bradicardia extre- ma o paradas sinusales de larga duración acompañadas de paradas. Los Doberman son más propensos a tener la enfermedad de von Willebrand. Razas gigantes Los perros grandes generalmente requie- ren dosis más bajas de fármacos en com- paración con las razas pequeñas, debido a 6 ] su área de superficie corporal reducida y su metabolismo más lento. Razas minis y gatos Tienen un mayor riesgo de complicacio- nes ya que la hipotermia es muy frecuente y pueden presentar dificultad en la intuba- ción y monitorización. Su mayor tasa metabólica suele estar acompañada de un aumento de las dosis de los fármacos anestésicos. Clasif icación ASA Con toda la información obtenida hasta el momento se puede categorizar el paciente en la escala ASA. Se consideran ASA 1 los animales en- tre 6 meses y 7 años sin patologías sisté- micas y ASA 2 los animales pediátricos, animales geriátricos o animales con una patología leve y estabilizada. La clasificación ASA puede disminuir con la estabilización del animal, así que, si el motivo de la sedación no es urgen- te, siempre se tratará de estabilizar bien el paciente. La estabilización puede ser aguda (p. ej., administración de fluidos IV horas antes del procedimiento) o crónica (empezar el tratamiento de una patología cardiovascular y reprogramar el procedi- miento en 2-4 semanas). Tabla 3. Efectos farmacológicos. Fármaco Efectos Efectos negativos Alfa2 agonistas • Sedante • Ansiolítico • Relajante muscular • Analgésico • Vasoconstrcción periférica • Bradicardia • Vómitos • Hiperglucemia • Bloqueos auriculoventriculares Fenotiacinas • Sedante • Ansiolítico • Relajante muscular • Antieméticos • Hipotermia • Hipotensión • No analgesia Benzodiacepinas • Sedante • Ansiolítico • Relajante muscular • Anticonvulsivante • Poca depresión cardiovascular • No analgesia Morfina • Analgésico potente • Sedante • Potenciador de otros anestésicos • Emético • Depresión respiratoria a dosis altas • Bradicardia a dosis altas Metadona • Analgésico potente • Sedante • Potenciador de otros anestésicos • Depresión respiratoria a dosis altas • Bradicardia a dosis altas Buprenorfina • Analgésico leve • Sedante leve • Poca analgesia Butorfanol • Analgésico muy leve • Sedante • Poca depresión respiratoria • Antitusivo • Poca analgesia Alfaxalona • Sedante IM • Relajante muscular • Hipotensor Ketamina • Analgésico • No depresión respiratoria • Aumenta el tono muscular • Aumenta el trabajo cardíaco • Aumenta el consumo de oxígeno del miocardio [ 7 PRoCEdImIEntoS y PRotoColoS Con todos los datos obtenidos se puede planificar el protocolo de sedación ade- cuado para el procedimiento. El objetivo de una sedación es obte- ner un estado de ansiolisis y miorelajación, facilitar el manejo del animal y aportar la analgesia adecuada. Para plantear un protocolo se debe conocer: • Clasificación ASA • Motivo y necesidad de profundidad de la sedación • Dolor del procedimiento y dolor pre- vio del animal • Carácter del animal Por pequeña que sea la sedación pre- vista es importante disponer de una vía de acceso venoso y tener siempre a pun- to el material necesario para intubar. En función del carácter del animal se decidirá si la cateterización venosa puede hacerse antes o después de la sedación. De igual manera es importante la monitorización durante la sedación y se deben monitorizar las funciones vitales básicas (FC, FR, pulso, TRC, mucosas, temperatura e incluso PA). Fármacos sedantes Se dispone de varios fármacos que pueden utilizarse en las sedaciones. Todos tienen algún efecto sobre el sistema cardiovascu- lar, respiratorio, SNC y SNA (Tabla 3). Para preparar el protocolo podemos guiarnos de las siguientes etapas: 1. Escoger un opioide: • Morfina/Metadona • Buprenorfina • Butorfanol En primer lugar, es muy importante escoger siempre un opioide que aportará analgesia y sedación. Todos los opioides aquí nombrados pueden administrarse vía SC/IM/IV. En función del grado de dolor se escogerá uno u otro. La morfina y la metadona es mejor utilizarlas para procedimientos dolorosos (p. ej., cura de heridas, extracción de es- piga, sutura, radiografías de cadera) y si es posible mejor asociarlas con algún fármaco sedante para potenciar la sedación. La buprenorfina no aportará tanta analgesia y bloqueará los receptores µ. Así que hay que hacer una buena elección de cuando es conveniente utilizarla como sedación ya que no se podrá añadir más analgesia con un opioide puro en caso de ser insuficiente. Es recomendable guardar- la para el dolor post procedimiento. El butorfanol aportará una buena se- dación y permitirá reducir las dosis de los fármacos sedantes. Pero no proporciona una buena analgesia y será mejor utilizar- lo para procedimientos no invasivos (p. ej., pruebas de imagen, extracción de sangre). 2. Escoger un sedante: • Alfa2 agonista (Medetomidina/ dexmedetomidina) • Fenotiacinas (Acepromacina) En segundo lugar, únicamente cuando no esté contraindicado, se podrá escoger un fármaco sedante para asociar al opioi- de. Tanto los alfa2 como la acepromacina pueden administrarse vía SC/IM/IV. Si el paciente está clasificado como ASA 1 siempre será interesante asociar el opioide elegido en la etapa 1 con un fármaco sedante ya que se estarán com- binando distintos fármacos, propiciando así la neuroleptoanalgesia (sinergia entre fármacos que permite potenciar sus efec- tos sedativos y analgésicos esperados per- mitiendo una reducción de las dosis y por lo tanto una disminución de sus efectos adversos). En cuanto a los pacientes ASA 2, no siempre estará indicado utilizar estos se- dantes a causa de su depresión cardiovas- cular marcada. Aun así, serán animales con patologías sistémicas leves que pueden ser capaces de compensar estos efectos secun- darios. Por lo tanto, en este segundo gru- po, de utilizarse, será todavía más impor- tante hacer hincapié en la monitorización durante la sedación. En este caso, los alfa2 agonistas cuen- tan con un antagonista (Atipamezol) que puede resultar muy útil si aparecen com- plicaciones y es necesario revertir la seda- ción del animal. 3. Escoger un potencializador: • Ketamina • Midazolam • Alfaxan En animales en los que a causa de su patología no se puede utilizar un sedante y solo se puede administrar un opioide, va a ser necesario potenciar esta sedación con alguno de estos fármacos. O también en el 8 ] caso de animales muy agitados o agresivos, se puede potenciar la sedación adminis- trando uno de estos fármacos junto con el opioide y el sedante. Puede ser interesante añadir uno, dos o hasta los tres fármacos a la vez en las dos situaciones distintas. Es importante tener en cuenta que si se administran estos fármacos vía IV pueden producir apnea y reacciones para- doxales, por lo que se priorizará su uso en sedaciones por vía IM. Procedimientos A continuación, se exponen algunos ejemplos de protocolos de sedación, pero hay muchas otras combinaciones que pueden ser igualmente útiles ya que son protocolos para animales sanos y, por lo tanto, cualquier otro sería válido tenien- do en cuenta las consideraciones descritas anteriormente. En gatos nerviosos el propietario puede administrar 100 mg de gabapentina vía oral en casa 90 minutos antes de colocaral gato en el transportín y llevarlo al veterinario. Hay que recordar que, aunque sea una sedación para procedimientos cortos, se debe realizar monitorización de la fre- cuencia cardíaca, pulso periférico, frecuen- cia respiratoria, color de las mucosas, po- sición del globo ocular y reflejo palpebral. También tener en cuenta que los sedantes pueden disminuir la frecuencia respiratoria y el volumen tidal y reducir la SpO 2 , por lo que es conveniente mantenerlos con mascarilla de oxígeno (Figura 1). Aunque sea una sedación, siempre pueden surgir problemas, por lo que se recomienda tener acceso a una vía venosa y estar preparados para intubar al animal en caso necesario. Para realizar procedimientos cortos se recomienda utilizar fármacos reversibles o de corta duración. Para ello es muy útil el uso de alfa2 agonistas que producen muy buena sedación proporcional a la dosis uti- lizada y pueden revertirse. Procedimientos cortos sin dolor Por ejemplo, la extracción de sangre o la ex- ploración de animales nerviosos o agresivos son procedimientos habituales en la clíni- ca diaria y generalmente se realizan con el animal despierto, pero en casos de animales agresivos es necesario realizar una sedación tanto para evitar el estrés del animal como para proteger al personal veterinario y ATV. En perros, normalmente con una dosis de alfa2 agonistas es suficiente y se puede revertir con atipamezol. Se pueden utilizar dosis IM 10 µg/kg de dexmedetomidina en animales nervio- sos y 20-30 µg/kg en animales agresivos. Para reducir la dosis se puede combinar con butorfanol 0.2-0.3 mg/kg. En gatos se puede combinar dexmede- tomidina 5-10 µg/kg con 0.5-1 mg/kg de alfaxalona y 0.2 mg/kg de butorfanol IM. También puede ser útil una combina- ción IM de butorfanol 0.2 mg/kg y al- faxalona a 5 mg/kg. Con este protocolo en algunos gatos se redujo la SpO2, por lo que es importante la suplementación con oxígeno y la monitorización de SpO 2 . F.1 FIGuRA 1. Oxigenación con mascarilla. [ 9 En todos los casos es importante dar el tiempo necesario para que el fármaco haga el efecto deseado, en animales nerviosos es recomendable dejarlos en un lugar os- curo y libre de estímulos durante 10-15 minutos. Extracción espiga oído/nariz La extracción de espigas en el oído o en la nariz es un procedimiento doloroso o mo- lesto, que requiere sedación más profunda para que el animal no se mueva. El oído es una zona muy molesta; se puede utilizar alfa2 agonistas juntamente con opioides puros como la metadona, esto aumentará el grado de sedación y se obtendrá la analgesia adecuada. Para la extracción de una espiga en la nariz se puede realizar el bloqueo del ner- vio infraorbitario para evitar que el animal estornude al introducir el otoscopio y las pinzas en el conducto nasal (Figuras 2 y 3). Suturas Frecuentemente se presentan en la clínica animales con heridas en la piel que nece- sitan una sutura. Si la herida es pequeña y superficial se pueden suturar con sedación y anestesia local. Hay que tener en cuenta que en he- ridas infectadas los anestésicos locales no tendrán el efecto deseado. Ecografía abdominal En animales que no se dejan manipular, es necesario realizar una sedación para poder hacer una buena exploración ecográfica. En perros nerviosos o agresivos se puede utilizar la misma sedación que para la extracción de sangre o utilizar una combinación de medetomidina 20 µg/kg y butorfanol 0.3 mg/kg. Ecocardiografía Para las mediciones ecocardiográficas en gatos sanos, se puede utilizar alfaxalona 2 mg/kg y metadona 0.3 mg/kg con o sin ketamina 1 mg/kg, en función del carácter del animal. Otro protocolo podría ser dos inyec- ciones IM separadas de butorfanol a 0.2 mg/kg y alfaxalona a 2 mg/kg. Radiografías La radiografía diagnóstica, por ejemplo, de cadera o de rodilla, muchas veces requiere sedación ya que la manipulación puede ser dolorosa, en estos casos es importante obtener relajación y administrar analgesia adecuada al grado de dolor. Se puede realizar la sedación con dexmedetomidina en combinación con butorfanol y diazepam, o incluso utilizar opioides puros. En función del dolor y del carácter del animal se puede combinar dexmedetomi- dina 5-20 µg/kg junto con metadona 0.2- 0.3 mg/kg. Si con esto no es suficiente se puede administrar un bolo de fentanilo lento 2-5 µg/kg. Otra opción es utilizar 0.2 mg/kg de butorfanol en combinación con 2 µg/kg dexmedetomidina por vía intravenosa. FIGuRA 2. Bloqueo del nervio infraorbitario. FIGuRA 3. El bloqueo permite la manipulación sin necesidad de anestesia más profunda. F.3F.2 10 ] Peluquería gatos Para evitar el estrés del baño y el rasurado en la peluquería en los gatos, o en gatos agresivos, es importante realizar una se- dación. Normalmente los gatos de peluquería son gatos de pelo largo braquicefálicos, por lo que es importante tenerlos controlados y monitorizados durante todo el proce- dimiento y muy importante controlar la temperatura, para evitar la hipotermia se pueden utilizar mantas eléctricas evitando quemaduras por demasiada temperatura, y no se debe olvidar lubricar los ojos. Un protocolo podría ser la combina- ción de dexmedetomidina 10 µg/kg con 0.5-1 mg/kg de alfaxalona y 0.2 mg/kg de butorfanol IM. ConCluSIón Las sedaciones son procedimientos de corta duración, pero no por ello son de menor importancia. Se debe mantener un control de las constantes vitales, evitar dejar a los ani- males sobre superficies frías para que no pierdan temperatura y lubricar la córnea. Siempre que se pueda, suplementar con oxígeno y monitorizar la saturación de oxígeno, ECG, presión arterial y tem- peratura. Como en todos los procedimientos anestésicos pueden aparecer problemas, por lo que se debe tener acceso a una vía venosa y estar preparados para la intuba- ción en caso necesario. Bibliografía 1. Álvarez Gomez de Segura, I, Canfrán Arrabé S, Salazar Nussio V. Guia práctica de anestesia en el perro y el gato. 5m publishing 2016 2. Bitti FS, Campagnol D, Rangel JP, Nunes Ju- nior JS, Loureiro B, Monteiro ER. Effects of three methadone doses combined with ace- promazine on sedation and some cardiopulmo- nary variables in dogs. Vet Anaesth Analg. 2017 Mar;44(2):237-245. 3. Deutsch J, Jolliffe C, Archer E, Leece EA.Intramuscular injection of alfaxalone in combination with butorphanol for sedation in cats. Vet Anaesth Analg. 2017 Jul;44(4):794-802. 4. Duke Novakovski, T, Manual de anestesia y anal- gesia en pequeños animales. BSAVA 2017 5. 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RESumEn En el pasado, la estimación y tratamien- to del dolor asociado a procesos agudos como traumatismos, procesos infecciosos o inflamatorios, enfermedades sistémicas, así como a aquellas inherentes al perio- do posoperatorio, resultaba un handicap en la especie felina, fundamentalmente ante la falta de escalas de evaluación de la nocicepción, el desconocimiento de la farmacología analgésica y la ausencia de protocolos específicos para su manejo y tratamiento. Esta serie de artículos pretende realizar una revisión en la evaluación del dolor y de la terapéutica farmacológica del dolor agudo, ante los importantes avances que se han producido en el campo de la analgesia felina en los últimos años, habida cuenta de las consecuencias que este puede gene- rar sobre el animal, entre las que destacan el incremento del trabajo miocárdico y del consumo de oxígeno, la activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) y del sistema nervioso simpático, el incremento de infecciones secundarias, o el retraso en la cicatrización asociados a la presencia de dolor, así como al desarro- llo de efectos adversos relacionados con los principales principios activos tales como la excesiva sedación, hipotermia, depresión cardiorrespiratoria o íleo asociado1-3. IntRoduCCIón El estudio de la fisiopatología y tratamien- to del dolor en la especie felina ha adqui- rido una importancia exponencial desde mediados del siglo pasado4, si bien en la actualidad continúa considerándose como un desafío no solo ante la creciente popu- laridad del gato como animal de compa- ñía -con un censo de casi 60 millones de gatos en Europa y 69 millones en Estados unidos y una población mundial de unos 600 millones5,6-, sino ante la dificultad re- lativa a la hora de valorar el dolor ante los comportamientos inespecíficos asociados a este, que pueden pasar desapercibidos por el propietario o resultar tenues du- rante la consulta o el periodo de hospi- talización por lo que es clave la correcta instrucción del personal veterinario, que ha de familiarizarse con el uso de escalas que permitan llevar a cabo una evaluación objetiva del paciente7. Las carencias en estos sistemas de eva- luación han sido una de las principales razones por las cuales se ha subestimado la administración de analgesia en gatos. No obstante, esta situación ha mejorado notablemente con la investigación en lo que respecta a los patrones de comporta- miento, los obstáculos, condicionantes y limitaciones en su aplicación y los factores inherentes al reconocimiento del dolor8-11, dado el desarrollo de métodos validados para la determinación, cuantificación y ca- lificación acorde al estudio de los criterios anteriormente citados, al considerarse el 12 ] control de este una parte fundamental en la clínica felina ya que se encuentra ínti- mamente relacionado con la disminución de la morbilidad, la mejora de los plazos y calidad de la recuperación. El correcto manejo analgésico de los pacientes resulta importante desde el pun- to de vista ético para garantizar los prin- cipios de bienestar animal, eliminando la respuesta excesiva al estrés y la liberación de catecolaminas endógenas, ya que este produce efectos tales como la disminución del apetito y el acicalamiento, la alteración de los ritmos circadianos, los patrones conductuales y etológicos, la alteración de la interacción social con otros gatos y/o propietarios o la disminución de la moti- lidad gastrointestinal (Tabla 1). Además, el conocimiento y la versati- lidad en el uso de la farmacología analgé- sica y las técnicas adyuvantes que forman parte de protocolos de manejo del dolor resultan esenciales, ya que un manejo de- ficiente del mismo puede generar sensibi- lización central con el consecuente desa- rrollo de dolor crónico o maladaptativo12, conllevando a la disminución de la calidad de vida13 y pudiendo ocasionar efectos de- letéreos para el animal. No obstante, aún queda un largo ca- mino por recorrer ya que solo el 85 % de los gatos con dolor de curso agudo asociado a cirugía de tejidos blandos que reciben el alta hospitalaria lo hacen con una pauta analgésica adecuada14, mientras que en el caso de procesos ortopédicos más del 90 % de los pacientes reciben un tratamiento analgésico acorde a sus nece- sidades15, por lo que puede afirmarse que aún a día de hoy existen situaciones de oligoanalgesia o bien un vacío analgésico tras la hospitalización16, lo que puede de- berse al desafío que constituye el recono- cimiento y evaluación del dolor, a la falta de entrenamiento específico en la materia, a la ausencia durante décadas de escalas analgésicas adecuadas en esta especie y a que aún existen ciertas ideas equívocas por parte del clínico veterinario sobre ciertos analgésicos (p. ej., opioides), cuya adminis- tración genera preocupación especialmen- te en lo que respecta a los efectos adversos. REConoCImIEnto y EvAluA- CIón dEl doloR En lA ESPECIE FElInA La evaluación de la intensidad, duración y localización del dolor, así como de sus componentes sensorial, cognitivo, emocio- nal y social17, debe establecerse como una rutina a la hora de realizar la exploración clínica, ya que este se considera el quin- to signo vital, por lo que su valoración es fundamental a la hora de plantear la pauta de analgesia. La domesticación de la especie felina ha generado cierta tolerancia a la proxi- midad del ser humano, favoreciendo la aparición de comportamientos para en- mascarar el dolor18, habiendo de tomarse como una entidad clínica individual con una respuesta a la farmacoterapia especí- fica y variable en base a factores como la edad, raza o genética. Del mismo modo, en ocasiones se aprecian cambios muy sutiles de com- portamiento que pueden dificultar su evaluación, habiendo de tener en cuenta elementos como la ansiedad, el miedo y estrés a la hora de realizar el examen clí- nico, ya que son factores que dificultan la detección de los procesos nociceptivos, especialmente durante el periodo de hos- pitalización19,20. En la mayoría de los casos se produ- cen cambios en la frecuencia cardíaca y/o Tabla 1. Efectos fisiológicos del manejo inadecuado del dolor en la especie felina. Disminución Motilidad gastrointestinal Incremento Frecuencia cardíaca Frecuencia respiratoria Consumo de oxígeno Trabajo miocárdico Tono bronquial Resistencia vascular sistémica [ 13 respiratoria, la presión arterial21, así como otros inespecíficos como la midriasis22 que pueden verse alterados por situacio- nes estresantes como la hospitalización o el transporte23. Estos se pueden acompañar de otras alteraciones en el patrón respiratorio, jun- to anomalías posturales, disconfort, disminu- ción de la actividad, respuesta dolorosa a la palpación de la herida, lamido o muti- lación de esta, así como alteraciones en el apetito (hiporexia o anorexia), reticencia al contacto físico o vocalizaciones. En aquello que respecta a los niveles de glucosa, β-endorfinas, catecolaminas y cortisol en sangre, su uso es cuestiona- ble dado que sus concentraciones pueden verse alteradas por múltiplesfactores tales como el estrés quirúrgico o anestésico, la hospitalización o los procesos mórbidos concomitantes21-23. Algunos de los indicadores de dolor agudo son la disminución del apetito, pos- tura encogida, cabeza por debajo de la lí- nea media o una alteración en los patrones del acicalamento17, así como la presencia de ciertas expresiones faciales24-26, mien- tras que la reticencia al movimiento y las anomalías en la locomoción pueden ser evidencias de dolor a nivel musculoesque- lético, aunque no es específico de este. En aquellos casos en los que el dolor es severo los gatos pueden además resultar agresivos y difíciles de manejar (Tabla 2). Estos cambios no deben ser los únicos recursos en los que el clínico veterinario se apoye a la hora de determinar la pre- sencia o ausencia de dolor22, por lo que se debe realizar una evaluación sistemática mediante el uso de escalas que resultan fundamentales para valorar su presencia, discernir el componente sensorial, fisio- lógico y emocional de este y categorizar su intensidad, duración y frecuencia, así como para establecer el punto de corte para la administración de un rescate anal- gésico adecuado. Además, el uso de escalas validadas tiene como objetivo adquirir resultados similares, fiables y reproducibles regular- mente, aportando información en tiem- po real sobre aquellas modificaciones o cambios relevantes que se produzcan al respecto, con la finalidad de disminuir la variabilidad en la interpretación y evitar las valoraciones subjetivas, siendo herra- mientas de monitorización eficaz y fia- ble10, si bien siempre puede darse cierto grado de disparidad entre observadores, especialmente ante la diferencia de expe- riencia clínica entre el personal que hace uso de estas. En un cuestionario en Reino Unido menos del 10 % de las clínicas veterina- rias realizaban la valoración del dolor me- diante escalas, aunque más del 75 % de los veterinarios creían que evaluar el grado del dolor mediante estos medios podría resultar de utilidad27. Del mismo modo, la frecuencia con la que se debe estudiar el curso y evo- lución del dolor dependerá del estado y las necesidades del paciente, considerán- dose íntimamente relacionada con el tipo y grado de dolor, e inherente al tipo de patología o intervención quirúrgica, ha- Tabla 2. Principales limitaciones en la valoración y uso de las escalas del dolor. • La tolerancia al dolor es propia de cada individuo, siendo la respuesta a la analgesia individual. • Los signos de dolor pueden ser ténues o el animal puede enmascarar el dolor, por lo que en algunas ocasiones puede ser necesario tiempo hasta su reconocimiento. • La ausencia de ciertos patrones de comportamiento asociados a los procesos nocicep- tivos de curso agudo no significa que el animal no presente dolor. • Ningún signo clínico per se es patognomónico de dolor. • El componente subjetivo de las escalas de dolor puede ser problemático, generando variabilidad entre observadores. • El conocimiento del comportamiento habitual del paciente resulta primordial para valorar el grado de dolor del animal por parte del propietario. • El estrés inducido por la hospitalización puede generar dificultades notables a la hora de evaluar el grado de dolor del animal. • Algunos comportamientos asociados al dolor pueden verse alterados por fármacos como la ketamina o la dexmedetomidina, por lo que la valoración del dolor puede ser deficiente o imprecisa. 14 ] biendo de ser la exploración sistemática y exhaustiva en todos los casos. En los últimos años, el almacenamien- to de datos en video con la finalidad de realizar un análisis del comportamiento y la evolución del animal se ha convertido en una herramienta de utilidad28, ya que permite apreciar cambios temporales y su- tiles, si bien aún se requieren mejoras en su investigación y desarrollo que permitan mejorar su eficacia y aplicación clínica. PRInCIPAlES ESCAlAS dE EvA- luACIón dEl doloR Escalas unidimensionales Las escalas unidimensionales como la es- cala numérica, la escala simple descriptiva o la escala analógica visual consideran el dolor como una experiencia única, simple y lineal por lo que se enfocan exclusiva- mente en la intensidad de este. Aunque son relativamente fáciles de usar, presentan numerosas desventajas res- pecto a las escalas multidimensionales va- lidadas como la acusada variabilidad dada la interpretación subjetiva del observador, por lo que aportan información sesgada al no dar importancia alguna a la naturaleza multisensorial del dolor (Tabla 3). Dichas razones establecen la necesidad de combinar estas en conjunción a otros sistemas de evaluación, ya que los resul- tados generalmente se ven afectados por factores intrínsecos o extrínsecos, lo que junto a la carencia de un punto de corte preciso para la intervención analgésica ge- neran inexactitud y ambigüedad durante su aplicación clínica. Escala simple descriptiva La escala simple descriptiva es una de las primeras escalas adaptadas a animales, ex- trapolada de aquellas que se usaban en pe- diatría humana. Inicialmente constaba de tres puntos de calificación basados en la descripción del animal, que categorizaban el dolor como leve, moderado o severo y lo trasladaban a una puntuación numérica (Tabla 4). Tabla 3: Principales ventajas y desventajas del uso de escalas unidimensionales en la especie felina. Ventajas • Fáciles de completar y adaptables a las necesidades y al personal del centro. • Requieren de mínima formación y poco tiempo. • Alta versatilidad para su utilización durante el periodo de hospitalización. • Reproducibles por parte del propietario durante la estancia del animal en el hogar. Desventajas • Alto componente subjetivo. • Gran variabilidad entre observadores. • No son escalas validadas. • No consideran el dolor como una experiencia multisensorial, sino lineal. • Presentan una baja sensibilidad en casos de variaciones poco acusadas en la intensidad del dolor. • No incluyen un trigger para la administración de analgesia de rescate. Tabla 4: Ejemplo de escala simple descriptiva. Uso en la especie felina. Calificación Descripción 0 Sin dolor. Sin signos de disconfort evidentes. El animal está clínicamente normal en lo que respecta a apetito, acti- tud y actividad 1 Dolor leve. Signos de disconfort ausentes o leves, apetito normal o ligeramente disminuido. Sensibilidad en la zona quirúrgica. 2 Dolor moderado. Reducción notable del apetito y la actividad. Incremento de las vocalizaciones. Signos de dolor durante la exploración del lecho quirúrgico. 3 Dolor severo. Reducción drástica del apetito y la actividad con vocalizaciones constantes y gruñidos. Reacción severa a la palpación de la zona incisional. Incremento de la agresividad. [ 15 Este método de clasificación asigna descriptores numéricos para valorar la in- tensidad del dolor (desde versiones básicas a detalladas), si bien genera discrepancias entre observadores, ya que sus términos están sujetos a la libre interpretación al presentar un alto componente subjetivo, hecho por el cual se considera en desuso en la actualidad, habiendo sido desplazada por escalas más avanzadas y validadas. Escala numérica En estas escalas de tipo unidimensional se asignan valores numéricos arbitrarios a una escala lineal para simplificar y organizar la evaluación del dolor, cuyo valor indica la severidad del dolor. Generalmente tienen 10 puntos que van en función de la severi- dad del dolor, considerándose 0 la ausencia de dolor y 10 el dolor de mayor intensidad (Figura 1) Escala analógico visual (Av) Dicha escala, ideada por Scott Huskin- son en 1976 y posteriormente adaptada para su uso en pequeños animales, tiene como base una línea horizontal de 100 mm que representa el dolor existente, en cuyos extremos aparecen los calificativos de “ausencia de dolor” y “el peor dolor imaginable” (Figura 2). La escala analógico visualse creó para mejorar el reconocimiento y clasificación ante cambios sutiles o matices en el dolor ya que permiten el uso de términos des- criptivos para incrementar su sensibilidad29. Estas escalas son simples de utilizar, permitiendo incluir parámetros y des- cripciones con la finalidad de ofrecer una clasificación más concreta que en el caso de las escalas numéricas subjetivas, aun- que persiste una variabilidad significativa, generalmente debida a la diferente expe- riencia entre observadores. Escalas mult idimensionales Las escalas compuestas o multidimensio- nales resultan más sensibles, objetivas y reproducibles ya que consideran el dolor como una entidad con un espectro com- plejo y multifactorial, por lo que incor- poran parámetros cualitativos basados en los comportamientos asociados a este, es- tableciendo una interacción normativa del animal con el observador (p. ej., respuesta a la palpación de zonas dolorosas y no do- lorosas), que permite mejorar la valoración dinámica del dolor espontáneo o evocado, aunque en estos casos también existe cier- ta variabilidad entre observadores, si bien esta es menor. En la especie felina, hay numerosas es- calas validadas que caracterizan, agrupan y aúnan las interpretaciones del equipo ve- terinario en lo que respecta al dolor, con- tribuyendo las variables fisiológicas y rela- cionadas con el comportamiento animal a su correcta determinación. No obstante, a pesar de la validación de algunas de estas escalas, aún hay ciertas limitaciones pre- sentes tales como los estadios de disforia, la administración de ketamina, o estadios de agresividad o miedo. Además, se han desarrollado numerosas escalas no validadas como la escala para la FIGuRA 1. Escala numérica. FIGuRA 2. Escala analógico visual. F.1 F.2 16 ] valoración del dolor agudo de la univer- sidad de Colorado o la de la Universidad de Melbourne, no habiéndose establecido valores de corte para la administración de analgesia, y que no se consideran alternati- vas en la actualidad, dada su baja capacidad de reproducir resultados entre observadores. Escala de Glasgow Compuesta para la valoración del dolor felino La escala de Glasgow compuesta para la evaluación del dolor felino es una herra- mienta homologada y sensible que incor- pora tanto comportamientos espontáneos como aquellos inducidos. Presenta cate- gorías como la vocalización, la actividad, la postura, la atención a la herida y la res- puesta a la interacción con la observación/ palpación del área dolorosa30, precisándose un menor tiempo para completarla en lo que respecta a otras escalas multidimen- sionales y puede aplicarse ante cualquier tipo de dolor agudo (quirúrgico, trauma, médico o de otra índole). En los últimos años, se ha publicado una versión ampliada que incluye las ex- presiones faciales31 (p. ej., posición de las orejas y hocico), lo que ha mejorado la capacidad discriminatoria y por tanto su sensibilidad, siendo el valor de corte para la administración de analgesia de rescate mayor o igual a 5/2031, lo cual la convier- te en un instrumento óptimo para valorar los procesos nociceptivos con curso agudo. Esta puede utilizarse por observadores con distinta experiencia en este campo, si bien la eficacia en su uso puede verse alterada ante efectos sobre el comportamiento del animal (Tabla 5). Escala unESP-Botucacu mCPS Se trata de una herramienta útil, certifi- cada y traducida a varios idiomas32-34 que incluye tanto un componente comporta- mental como físico. Aunque inicialmente se utilizó para valorar el dolor tras la ci- rugía de ovariohisterectomía34, posterior- mente fue adaptada para su uso en casos de dolor agudo de cualquier etiología. La escala UNESP-Botucacu MCPS requiere de un entrenamiento exhaustivo por parte del observador y precisa de más tiempo para llevarla a efecto, lo que puede ser un limitante en aquellas instituciones en las que el personal sea limitado. Esta presenta una capacidad para discernir la presencia o ausencia de dolor agudo, ha- ciendo hincapié en las dimensiones del dolor -las variables fisiológicas (presión arterial y apetito), expresión del dolor (comportamientos misceláneos como mo- vimientos de la cola, contracción y exten- sión de los miembros pélvicos, atención a la herida y la apertura o cierre de los párpados, la respuesta a la palpación del abdomen, el flanco y del área quirúrgica) y los cambios psicomotores (actitud, acti- vidad, postura y confort)- (Tabla 6). En la escala UNESP-Botucacu MCPS, la analgesia de rescate se administra cuan- do la puntuación es mayor o igual de 6/27 en aquellos casos en los que la presión ar- terial no se considera durante la explo- ración32 o mayor o igual de 7/30 cuando se estiman todas las variables incluida la presión arterial32. No obstante, cabe reseñar que esta herramienta se ve influenciada ante la aparición de disforia, comportamientos Tabla 5. Principales características de la escala Glasgow CMPS-Feline Scale. Componentes Validación Instrucciones de uso Puntuación para la in- tervención terapéutica Limitaciones y co- mentarios • Vocalización • Actividad • Postura • Posición de las orejas • Atención a la herida • Hocico • Respuesta a la interacción con el observador • Palpación del área dolorosa • Comportamientos cuantita- tivos Si • Cada parámetro se puntúa de manera individual. • El sumatorio de todas las puntuaciones de los 8 campos constituye la calificación final. • Se ha de prestar especial énfasis en la expresión facial para la evaluación precisa del animal. Mayor o igual a 5/20 • La versión inicial te- nía una sensibilidad un 25% menor. • Práctica, fácil de usar, incluso con poco entrenamiento. [ 17 Tabla 6. Principales características de la escala UNESP-Botucacu MCPS. Componentes Validación Instrucciones de uso Puntuación para la in- tervención terapéutica Limitaciones y co- mentarios • Expresión del dolor • Comportamientos misce- láneos. • Vocalización • Reacción a la palpación de la herida quirúrgica. • Reacción a la palpación del flanco. • Cambios psicomotores. • Postura • Actitud • Actividad • Confort • Variables fisiológicas • Apetito • Presión arterial Si • Cada parámetro se puntúa de manera individual de 0 a 3. • El sumatorio de todas las puntuaciones de los 10 campos constituye la calificación final. Mayor o igual a 7/30 o mayor o igual a 6/27 si la presión arterial no se incluye. • Requiere más tiem- po para completarse que otras escalas de valoración del dolor. • Incluye la valoración de la presión arterial y el apetito. • Puede verse influen- ciada por regímenes analgésicos basa- dos en la ketamina. • Presenta numerosos vídeos online para mejorar la precisión de los observadores (http://animalpain. com.br) • Se encuentra dis- ponible en varios idiomas agresivos o miedo , así como por la ad- ministración de anestésicos disociativos como la ketamina35, que pueden generar confusión en la evaluación psicomotora, generando un error relativo en las puntua- ciones del dolor y una evaluación anómala del animal que conlleve la administración equívoca de analgesia de rescate a animales libres de dolor35, por lo que los efectos de este fármaco han de considerarse cuando se evalúa el dolor posoperatorio agudo en gatos y en especial tras el uso de esta escala. Feline Grimace Scale La interpretación de la expresión facial es de gran utilidad, ya que tiene el potencial de aplicarse al reconocimiento e inter- pretación de las experiencias sensoriales y emocionales en pequeños animales36 y por tanto aportan información relevante en lo que respecta al estado general del animal10. Un estudio de 2014 sentó las bases para la investigación y desarrollo de la Fe- line Grimace Scale, al determinar que la ca- pacidad visual y cognitiva para diferenciar aquellos gatos que presentaban dolor, fren- te a aquellos que no lo hacían basándose enla expresión facial presentaba una sen- sibilidad de aproximadamente el 98 %25. En los últimos años, se ha extrapola- do el uso de las escalas de expresión facial (fuertemente instauradas y contrastadas en el ser humano, ratas, ratón, conejo y caballos) a la especie felina, con el obje- tivo de incrementar la eficacia en la de- tección, cuantificación y calificación del dolor, teniendo como consecuencia final el desarrollo de la Feline Grimace Scale, que se considera un método simple, con una eminente capacidad discriminativa y una elevada correlación con otras escalas vali- dadas. Además, resulta rápida, reproducible y práctica, siendo su aplicación clínica pri- mordial para valorar las expresiones facia- les que están específicamente relacionadas con el dolor. En la actualidad, esta herramienta está homologada32, basándose en cinco unidades de acción (la posición de las orejas, tensión del hocico, posicionamiento de los bigotes, estrechamiento de la órbita y posición de la cabeza24,37), habiéndose de combinar las puntuaciones de todos estos valores, esta- bleciéndose la necesidad de analgesia de rescate cuando la puntuación total es mayor de 0.39/1.0 (Tabla 7; Figuras 3-5). ConCluSIón La primera parte de esta serie de artículos trata de describir y poner a disposición del 18 ] F.4 F.5 F.3 FIGuRAS 3 A 5. El uso de las escalas de expresión facial se ha tornado fundamental para la evaluación y tratamiento del dolor en la especie felina. Cedidas por: Iría Díaz y María Cabaleiro clínico veterinario aquellas herramientas disponibles para la estimación del dolor con curso agudo, ya que su detección y evaluación se ha considerado un desafío en la especie felina hasta la aparición de las denominadas escalas de evaluación analgésica. Estas no solo han permitido la estandarización y valoración objetiva de los procesos nociceptivos, si no que constituyen un punto de partida hacia el progreso en un campo tan relevante como la analgesia felina, cuyo auge comenzó a mediados del pasado siglo y que está expe- rimentando un desarrollo extraordinario en las últimas dos décadas. Tabla 7: Principales características de la Feline Grimace Scale para la valoración del dolor en la especie felina. Componentes Validación Instrucciones de uso Puntuación para la in- tervención terapéutica Limitaciones y co- mentarios • Unidades de acción: • Posición de las orejas • Estrechamiento o entre- cierre de la orbita. • Tensión del hocico • Posición de los bigotes • Posición de la cabezal Si • Cada unidad de acción puntúa de 0 a 2. • El resultado final es el sumatorio de las cinco unidades de acción. Mayor de 0.39/1.0. • Fácil de usar. • Rápida. • Alta capacidad para discriminar el dolor. • Poca variabil idad entre observadores. [ 19 Bibliografía 1. Mathews K, Kronen PW, Lascelles D, Nolan A, Robertson S, Steagall PV, Wright B, Yamas- hita K. Guidelines for recognition, assessment and treatment of pain: WSAVA Global Pain Council. Journal of Small Animal Practice. 2014;55(6):E10-68. 2. Taylor PM, Robertson SA. Pain management in cats--past, present and future. Part 1. The cat is unique. Journal of Feline Medicine and Surgery. 2004;6(5):313-320 3. Robertson SA, Taylor PM. Pain management in cats—past, present and future. Part 2. Treatment of pain—clinical pharmacology. Journal of Fe- line Medicine and Surgery. 2004;6(5):321-333. 4. Davis LE, Donnelly EJ. Analgesic drugs in the cat. Journal of the American Veterinary Medical Association. 1968;153(9):1161-1167. 5. Wise JK, Heathcott BL, Gonzalez ML. Results of the AVMA survey on companion animal ow- nership in US pet-owning households. Ameri- can Veterinary Medical Association. Journal of the American Veterinary Medical Association 2002; 221: 1572–1573. 6. 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Validation de la version francophone d’une échelle compo- site multidimensionnelle pour l’évaluation de la douleur postopératoire chez les chats. Canadian Veterinary Journal. 2017;58(1):56-64. 35. Buisman M, Wagner MC, Hasiuk MM, Prebble M, Law L, Pang DS. Effects of ketamine and alfaxalone on application of a feline pain as- sessment scale. Journal of Feline Medicine and Surgery. 2016;18(8):643-51. 36. Bennett V, Gourkow N, Mills DS. Facial cor- relates of emotional behaviour in the do- mestic cat (Felis catus). Behaviour Processes. 2017;141(3):342-350. 37. Evangelista MC, Benito J, Monteiro BP, et al. Clinical applicability of the Feline Grima- ce Scale: real-time versus image scoring and the influence of sedation and surgery. PeerJ. 2020;8:e8967. Colección Manuales Prácticos Manual clínico de farmacología y complicaciones en anestesia de pequeños animales. 2ª Edición Autor: M. A. Cabezas Salamanca, I. Sández Cordero Formato: 17 x 24 cm Páginas: 280 Figuras: 39 figuras Encuadernación: tapa dura ISBN: 978-84-96344-06-8 Resumen Este Manual clínico de farmacología y complicaciones en anestesia de pequeños animales busca ser una obra de consulta rápida para el veterinario en lo referente al manejo de los fármacos más utilizados en anestesia, así como de las principales complicaciones con las que nos podemos encontrar durante el periodo perioperatorio. Esta guía está basada en la bibliografía más reciente y en la experiencia clínica de los autores y está dividida en dos grandes bloques: el primero es un listado de fármacos, con sus características más importantes y dosificación y en el que se incluyen co- mentarios clínicos de los autores; en un segundo bloque se presentan las principales complicaciones que nos podemos encontrar, sus causas, consecuencias y tratamiento de una forma sencilla y práctica. Índice CAPÍTULO 1. FÁRMACOS. Acepromacina. Alfaxalona. Alfentanilo. Amantadina. Amiodarona. Amitriptilina. Atipamezol. Atracurio. Atropina. Bupivacaína. Buprenorfina. Buscapina (Hioscina). Butorfanol. Carprofeno. Cimetidina. Cimicoxib. Codeína. Desfluorano. Dexmedetomidina. Diazepam. Dobutamina. Dopamina. Doxapram. Efedrina. Esmolol. Etomidato. Fenilefrina. Fentanilo. Firocoxib. Furosemida. Gabapentina. Glicopirrolato. Heparina Sódica. Isofluorano. Ketamina. Labetalol. Levobupivacaína. Lidocaína. Manitol. Maropitant. Mavacoxib. Medetomidina. Meloxicam. Mepivacaína. Metadona. Metamizol. Metilprednisolona. Metoclopramida. Midazolam. Morfina. Naloxona. Neostigmina. Nitroprusiato. Norepinefrina. Omeprazol. Pancuronio. Paracetamol. Petidina. Pimobendan. Pregabalina. Procainamida. Propanolol. Propofol. Ranitidina. Remifentanilo. Robenacoxib. Ropivacaína. Sevofluorano. Succinilcolina. Sucralfato. Sugammadex. Teofilina. Tiletamina - Zolazepam. Tiopental. Tramadol. Vecuronio. Xilacina. CAPÍTULO 2. COMPLICACIONES. “Dolor” intraoperatorio. Hipotensión. Hipertensión. Hipercapnia. Hipocapnia. Plano anestésico profundo – sobredosis anestésica. Plano anestésico superficial – despertar intraoperatorio. Hipotermia. Hipertermia. Hipoxemia/hipoxia. Arritmias. Bloqueo aurículo-ventricular de primer grado. Bloqueo aurículo-ventricular de segundo grado. Bloqueo aurículo-ventricular de tercer grado. Bradicardia sinusal. Taquicardia sinusal. Complejo ventricular prematuro. Latidos de escape ventriculares. Ritmo idioventricular acelerado. Taquicardia supraventricular. Fibrilación auricular. Taquicardia ventricular. Fibrilación ventricular. Parada cardio-respiratoria (PCR) y reanimación cardiopulmonar (RCP). CAPÍTULO 3. ANEXO. Tablas de dosis. Frase del autor “Es una obra de alta calidad y orientación eminentemente práctica escrita por dos anestesistas clínicos de enorme experiencia; una guía que todas las clínicas de animales de compañía deben incorporar a su biblioteca.” https://www.multimedica.es/libros-veterinaria/manuales-practicos/27-manual-clinico-de-farmacologia-y-complicaciones-en-anestesia-de-pequenos-animales-9788496344723.html Colección Manuales Prácticos Manual de ventilación mecánica en pequeños animales Autor: Jerónimo Martínez Pino Formato: 17 x 24 cm Páginas: 176 páginas Figuras: 103 figuras Encuadernación: tapa dura ISBN: 978-84-96344-78-5 Resumen Este manual práctico en ventilación mecánica en pequeños animales está basado en una recopilación de cursos, artículos y textos de medicina humana y veterinaria apli- cados gracias a la propia experiencia por parte de los autores en la materia. Pretende que el veterinario clínico pueda entender e interpretar correctamente la ventilación mecánica en los diferentes procedimientos quirúrgicos que lo requieran y en diferentes situaciones clínicas. El libro comienza con un capítulo de fisiología respiratoria aplicada básica para el entendimiento de la ventilación espontánea y mecánica. Se tratan todos los temas fundamentales para poder empezar a ventilar correctamente, poder entender el fun- cionamiento de una estación de anestesia desde los aspectos más básicos a los más actuales, programar cualquier modo ventilatorio e interpretar la monitorización respira- toria en cualquier situación clínica. Además, el veterinario podrá encontrar cómo utilizar correctamente la VM en diferentes situaciones clínicas donde se transforma en una he- rramienta fundamental para el éxito. Por último, el lector encontrará una breve revisión de las complicaciones asociadas a la ventilación mecánica y un capítulo final sobre el uso de la ecografía como herramienta para el diagnóstico de diferentes situaciones pulmonares de nuestros pacientes. En definitiva, este manual es un breve resumen de los aspectos más importan- tes de esta disciplina muy desarrollada en medicina humana, aplicada a la clínica de pequeños animales. Índice CAPÍTULO 1. Fisiología respiratoria relacionada con la ventilación mecánica. Capítulo 2. Equipos y circuitos de anestesia en pequeños animales. Capítulo 3. Modos ventilatorios. Capítulo 4. Monitorización ventilatoria. Capítulo 5. Programación del respirador. Capítulo 6. Manejo de la PEEP y reclutamiento alveolar. Capítulo 7. Interpretación de gasometría en ventilación mecánica. Capítulo 8. Ventilación mecánica en laparoscopia y toracoscopia. Capítulo 9. Ventilación mecánica en cirugía torácica. Capítulo 10. Ventilación mecánica en la unidad de cuidados intensivos. Capítulo 11. Complicaciones en ventilaciónmecánica. Capítulo 12. Ecografía pulmonar en ventilación mecánica. Abreviaturas. Índice analítico. Frase del autor “La ventilación mecánica empieza a convertirse en una herramienta fundamental en anestesia y cuidados críticos en determinadas situaciones en la clínica veterinaria. Es ahí donde el clínico requiere de conocimientos para el correcto manejo ventilatorio del paciente y su adecuada monitorización.” https://www.multimedica.es/libros-veterinaria/manuales-practicos/27-manual-clinico-de-farmacologia-y-complicaciones-en-anestesia-de-pequenos-animales-9788496344723.html [ 23 IntRoduCCIón La atención de pacientes con distintos ti- pos de trauma es una de las consultas más frecuentes en la clínica diaria, pero sobre todo en las clínicas o sitios de atención donde se reciben pacientes en situaciones de emergencia. Una cantidad importante de estos pacientes deben ser sometido a sedación o anestesia para la realización de algunas maniobras (vendajes, limpieza de heridas, suturas, colocación de drenajes entre otras) o en casos de mayor gravedad deben ser sometidos a procedimientos quirúrgicos de distinta magnitud. Las alteraciones pro- ducidas por el trauma, cambios hemodiná- micos, inflamación, dolor, estrés, respuesta inmunológica y cambios metabólicos obli- gan a los veterinarios encargados de sedar o anestesiar a estos pacientes a considerar este escenario para optimizar el manejo peri anestésico (estabilización previa) y el protocolo anestésico propiamente di- cho. La selección del protocolo anestési- co se debe adaptar al estado de salud del paciente. Trabajar de manera ordenada, a conciencia y optimizando los recursos permite obtener mejores resultados. El manejo anestésico del paciente traumatizado se apoya básicamente sobre 4 pilares: • Triaje y valoración inicial • Estabilización • Procedimiento anestésico • Cuidados post anestésicos-quirúrgicos tRIAjE y vAloRACIón InICIAl El triaje se utiliza para clasificar al paciente en la emergencia, basados en la situación médica. Los más enfermos tienen prio- ridad de atención. Es útil para optimizar recursos disponibles. Hay numerosas esca- las propuestas para triaje. La primera escala diseñada para paciente veterinarios trauma- tizados fue en el año 1994 por profesionales de la Universidad de Pennsylvania. El ATTs (Animal Trauma Triage score) es un siste- ma de puntuación para la clasificación de traumatismos que además permite estable- cer posibilidades de sobrevida. Consta de 6 categorías basadas en la exploración inicial de órganos y sistemas que determinan cada categoría. Perfusión, función cardiovascu- lar, sistema respiratorio, sistema esqueléti- co, neurológico y una última categoría que incluye ojo, músculo y tegumento. Cada categoría se puntúa de 0 a 3 donde cero indica sin lesión y tres indica lesiones gra- ves. Basados en este sistema los animales de puntuación más alta deberán recibir aten- ción prioritaria. En estudios posteriores además se arribó a la conclusión de que los pacientes de mayor score al ingreso tenían menos posibilidades de sobrevida. Otros sistemas utilizados actualmen- te extrapolados de medicina humana agrupan a los pacientes en 5 categorías identificadas con colores rojo (atención urgente), naranja (atención dentro de los primeros 15 minutos), amarillo (antes de los 60 minutos), verde (antes de los 120 minutos) y azul (antes de los 240 minu- tos). Algunos ejemplos: Anestesia en pacientes traumatizados Oscar J. Robledo Servicio de Cirugía y Anestesiología. Hospital Escuela FCV-UNLP., Buenos Aires, Argentina. 24 ] • Rojo: dificultad respiratoria severa, descompensación circulatoria severa (shock), hemorragia con pérdida de sangre evidente, paciente con estatus epiléptico, distensión abdominal agu- da, presentación obstétrica de partes fetales. • Sospecha de hipoglucemia severa, temperatura rectal igual o mayor a 41 °C o igual o menor de 37 °C. • Naranja: disnea moderada, estridor y dificultad inspiratoria de aparición aguda. Mucosas pálidas sin signos de shock, alteración de nivel de concien- cia, comportamiento anormal de apa- rición repentina, convulsiones, pérdida aguda de la visión. Trauma con evisce- ración, posibilidad de tóxicos con alto índice de letalidad, trabajo de parto activo, dificultad para orinar. Dolor severo, deshidratación, petequias. • Amarillo: disnea leve, hemorragia menor incontrolable, déficit neuroló- gico agudo, fractura expuesta, herida cutánea mediana a grande, posible ingestión de cuerpo extraño, vómitos persistentes, materia fecal con sangre, edema facial moderado, deshidratación moderada, prurito severo, convulsión aislada reciente. • Verde: estranguria, tenesmo, vómitos, dolor, prurito leve, temperatura rectal 39.0-39.9 ºC, hinchazón aparición rá- pida. • Azul: situaciones no urgentes. La valoración inicial del paciente debe hacerse rápidamente. Establecer si el pa- ciente necesita atención inmediata o no, no debería superar el minuto. Si hay si- tuaciones que comprometan la vida se ini- cia el protocolo de reanimación. Se debe prestar atención a los signos de paro car- díaco presente (ausencia de actividad car- díaca y/o respiratoria) o inminente como son pulso débil irregular, patrón respira- torio errático, hipotensión sostenida, mu- cosas cianóticas o grisáceas, hipotermia persistente, deterioro progresivo del nivel de alerta. En caso de no ser necesaria la RCP, el examen físico permite de manera rá- pida localizar lesiones obvias y priorizar la atención inicial. En la medida que se inicia el examen físico se inician también las maniobras para compensar al paciente traumatizado. Suplementación de oxígeno, colocación de acceso vascular periférico o intraóseo en animales cachorros, mantas para evitar la pérdida de temperatura ex- cesiva entre otras medidas pueden ser ne- cesarias para acompañar la compensación inicial del paciente con trauma. El examen físico inicial puede hacerse por sistema o regiones. La detección de lesiones vitales se asocia al tratamiento de estas. Se sigue la máxima de “lesión diag- nosticada, lesión tratada”. Sistema respiratorio Se debe prestar atención a la cianosis y disneas marcadas para atención prioritaria. El patrón respiratorio puede orientarnos a determinar alteraciones como colectas pleurales (patrón restrictivo caracterizado por respiración superficial y frecuencias respiratorias elevadas), fracturas de cos- tillas (respiración paradojal caracterizada por zonas de la pared costal que se hunden en lugar de expandirse durante la inspira- ción), ruptura de diafragma (respiraciones cortas, taquipnea, movimientos más no- torios de la pared abdominal y posibles borborigmos determinados por auscul- tación), obstrucciones superiores (ester- tores inspiratorios por lesiones en laringe o nasofaringe) pueden ser algunos de los escenarios posibles determinados a través del examen inicial del sistema respiratorio. Lesiones compatibles con contusión pul- monar pueden aparecer hasta 48 o 72 h postrauma. En caso de sospecha de colecta pleural se debe punzar el tórax para des- cartar o aliviar en caso de que sea positiva la punción. También deben observarse la presencia de lesiones penetrantes en pared torácica. Una vez estable el paciente, se pueden realizar estudios complementarios con imágenes como radiografías de tórax o tomografía computada en el caso de que esté disponible. La oximetría de pulso y la hemogasometría pueden utilizarse para evaluar objetivamente la saturación arte- rial y el intercambio de oxígeno. Sistema cardiovascular Una evaluación inicial debe incluir exa- men de mucosas y determinación de fre- cuencia cardíaca. Comprobar la presencia, calidad de pulso femoral y metatarsiano y [ 25 su sincronía con los latidos cardíacos. Es importante la determinación de la pre- sión arterial por métodos no invasivos de implementación rápida como pueden ser oscilometría o Doppler,
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