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119 Cirugía en la enfermedad diverticular Orientación MIR Es un tema bastante preguntado y sencillo, en el que los apartados más importantes son el diagnóstico y el tratamiento. 20.1. Diverticulosis El término diverticulosis describe la presencia de pseudodivertículos (for- mados por mucosa y submucosa). Se producen como consecuencia de la herniación de la mucosa y submucosa en las tenias mesentérica y lateral debido a la hiperpresión que soportan las áreas más débiles de la pared (zonas de penetración vascular) (Figura 20.1). Este trastorno es muy fre- cuente, detectándose en hasta el 65-80% de las personas de más de 65 años. Es más común en países industrializados, probablemente en relación con las dietas pobres en fibra. De ellos, entre un 10-25% se complicarán en forma de diverticulitis. En el 95% de los casos se localizan en el sigma, en el 35% afectan a varios segmentos del colon y es muy rara la afectación rectal. Figura 20.1. Imagen endoscópica de diverticulosis. Se visualizan invaginaciones en la mucosa colónica correspondientes con los pseudodivertículos de mucosa y submucosa (Por cortesía de: Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario del Henares, Madrid) Suelen ser asintomáticos. En ocasiones pueden presentar dolor recurrente (malestar en el cuadrante inferior izquierdo), generalmente en un periodo de estreñimiento y meteorismo. Casi siempre, las características sugieren un síndrome del intestino irritable. El diagnóstico se hace generalmente de forma casual, en un enema opaco o colonoscopia que se realiza por otra sospecha diagnóstica; si se trata de investigar esta enfermedad, el enema opaco es la prueba de elección. Pue- den complicarse con hemorragia o inflamación. Si no hay complicaciones, no requieren ningún tratamiento. Si los divertículos se hacen sintomáticos o se complican, aparece lo que se conoce como enfermedad diverticular. 20.2. Diverticulitis aguda La diverticulitis aguda es una complicación de la diverticulosis que se debe a la inflamación de un divertículo. Con frecuencia, la inflamación progresa y se complica, afectando por contigüidad a la zona peridiverticular. Ocurre entre el 10-25% de los pacientes que tienen diverticulosis. Se produce por obstrucción de la luz del divertículo con un material coló- nico (fecalito). La obstrucción facilita la proliferación bacteriana y, a su vez, el fecalito dificulta la irrigación, por lo que el divertículo inflamado es susceptible de perforación. La diverticulitis comienza, por tanto, con una “microperforación” (que no debe confundirse con la perforación libre a cavidad peritoneal, que condiciona una peritonitis grave). El proceso infla- matorio varía desde un pequeño absceso intramural o pericólico hasta una peritonitis generalizada. Es más frecuente en varones y se produce, sobre todo, en sigma y en colon descendente. Clínica El cuadro clínico típico consiste en fiebre, dolor en hipogastrio o en fosa ilíaca izquierda y signos de irritación peritoneal (“apendicitis izquierda”). Algunos pacientes presentan clínica miccional, por la irritación producida por proximidad en la cúpula vesical. Es frecuente tanto el estreñimiento como la diarrea en la fase aguda, y en un 25% hay hemorragia, general- mente microscópica. En los estudios analíticos se encuentra leucocitosis con desviación izquierda. Diagnóstico La sospecha diagnóstica en la fase aguda es clínica. Se debe suponer ante un paciente, generalmente a partir de la sexta década de vida y varón, con dolor en la fosa ilíaca izquierda, irritación peritoneal y fiebre. La analítica suele confirmar leucocitosis con desviación izquierda. La prueba de imagen más precisa y de primera elección en esta fase es la TC. Si no se dispone de ella, la ecografía puede ser útil, aunque tiene menor sensibilidad. El enema opaco o la colonoscopia no se deben realizar en este momento, dado que presentan riesgo de perforación. 20 120 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición Recuerda ➔ La TC de abdomen y pelvis es el método más preciso y de primera elección para el diagnóstico de diverticulitis aguda. En función de la TC, las diverticulitis agudas se dividen según la clasificación de Hinchey (Tabla 20.1) que permite determinar los pacientes candidatos a tratamiento quirúrgico y predice el riesgo de complicaciones posteriores al tratamiento conservador en función de la extensión de la enfermedad. Grado I Ia. Flemón pericólico Ib. Absceso pericólico o mesentérico Grado II Absceso pélvico, retroperitoneal o a distancia Grado III Peritonitis difusa purulenta Grado IV Peritonitis difusa fecaloidea Tabla 20.1. Clasificación de Hinchey modificada de la diverticulitis aguda Por otra parte, aunque la clasificación de Hinchey modificada sigue teniendo interés a la hora de decidir el tratamiento agudo de los pacientes con diver- ticulitis, más recientemente se ha descrito la siguiente clasificación, que ayuda a decidir el tratamiento electivo y a agrupar a los pacientes según su pronóstico (MIR 17-18, 77): • Diverticulitis aguda no complicada. La que no tiene absceso, peri- tonitis ni ninguna otra complicación (Figura 20.2A). • Diverticulitis aguda complicada. La que presenta absceso o perito- nitis en fase aguda. También incluye las complicaciones tardías como la fístula con otro órgano y la estenosis postinflamatoria. Tratamiento (Figura 20.4) A. Tratamiento urgente Diverticulitis no complicada: 80% El tratamiento clásico consiste en reposo intestinal, líquidos intravenosos y antibióticos, cubriendo gramnegativos y anaerobios. En gran parte de estos pacientes se puede optar por régimen ambulatorio con antibioterapia oral (amoxicilina-ácido clavulánico y ciprofloxacino asociado a metronidazol en alérgicos a betalactámicos, son las pautas más utilizadas), dieta pobre en residuos y seguimiento estrecho en consulta. Recuerda ➔ Pacientes sin enfermeda- des de base, que presentan diverticulitis no complicada y toleran la vía oral, pueden ser tratados de forma ambu- latoria. Los antibióticos más empleados, si precisa ingreso, son la combi- nación de cefalosporinas o quino- lonas (contra los gramnegativos) asociadas a metronidazol (contra anaerobios) o monoterapia con amoxicilina-ácido clavulánico o carbapenémicos (en pacientes con facto- res de riesgo). La duración del tratamiento se ajusta a la respuesta clínica y analítica, generalmente durante un periodo de 5-7 días. En la prevención de la recurrencia de nuevos episodios debe recomendarse el aumento del consumo de fibra prolongado. Existen algunas recomendaciones que ayudan al control de los síntomas en pacientes con diverticulosis sintomática, o que pueden hacer evitar o retra- sar la aparición de complicaciones, aunque hay poca evidencia al respecto. Entre ellas, destacan las siguientes (MIR 18-19, 13): • Dietas ricas en fibra vegetal (20-35 g/día). • Dietas bajas en grasa y carne roja. • Control y prevención de la obesidad. Con el objetivo de reducir el riesgo de nuevos episodios y de controlar los síntomas entre ellos, se ha propuesto la utilización de: • Rifaximina (antibiótico de acción intraluminal, no absorbible). • Mesalazina (antiinflamatorio de acción intraluminal a nivel colónico). • Suplementos de fibra como Plantago ovata (7 g al día). Estos fármacos han demostrado mayor eficacia asociados entre sí. La pauta cíclica de 7 días al mes es la más utilizada. Los probióticos pueden contribuir a la mejora de los síntomas en estos pacientes (MIR 18-19, 13). Diverticulitis complicada: tratamiento urgente según la clasificación de Hinchey • Hinchey I-II: - Si presenta un absceso pequeño y poco sintomático, se puede mantener el mismo tratamiento médico conservador. Sin embargo, en estos casos no estará indicado el tratamiento ambulatorio sino el ingreso hospitalario con antibióticos por vía intravenosa. - En abscesos demás de 5 cm, o cuando el paciente tiene afec- tación del estado general, se recomienda la punción y drenaje guiada por TC del absceso, junto con tratamiento antibiótico intravenoso (Figura 20.2B) (MIR 13-14, 93). • Hinchey III-IV. Si se presenta una peritonitis purulenta o fecaloidea está indicada la cirugía urgente, y son posibles varias alternativas técnicas según la situación general del paciente y la situación local de los tejidos afectados. In�amación de la pared del sigma secundaria a diverculitis no complicada A B Figura 20.2. (A) TC de diverticulitis no complicada; (B) TC de diverticulitis complicada (Hinchey II) tratada mediante drenaje percutáneo 121 20. Cirugía en la enfermedad diverticular. DG - Resección del seg- mento afectado aso- ciada a colostomía de colon descendente y cierre del muñón rectal (intervención de Hart- mann) (Figura 20.3). En estos pacientes es posible, en el futuro, la reconstrucción del tránsito. Se recomienda en peritonitis fecal, alto riesgo quirúrgico (ASA IV), inmunodeprimidos, inestabilidad hemodi- námica, insuficiencia renal u otros factores de riesgo de fracaso anastomótico. - Resección del segmento afectado asociada a anastomosis primaria. De elección en peritonitis purulenta localizada en paciente estable, es decir, en aquéllos seleccionados con buena situación general y local de los tejidos. En ocasiones, se puede acompañar de un estoma lateral de protección. En estos casos también presenta ventajas frente a la operación de Hartmann, porque facilita la reconstrucción del tránsito posteriormente. - Lavado laparoscópico y colocación de drenajes sin resección. Se ha propuesto como tratamiento en la diver- ticulitis Hinchey III para evitar la intervención de Hartmann. Se beneficia de las ventajas de la laparoscopia y permite demorar la decisión de necesidad de resección a una cirugía progra- mada. Sus resultados aún son controvertidos, aunque puede ser una alternativa menos agresiva para pacientes seleccio- nados. El drenaje laparoscópico ha demostrado menor riesgo de realización de estomas, pero no obstante no disminuye la mortalidad e incrementa la morbilidad a corto-medio plazo, por una posible mayor tasa de complicaciones y de reinter- vención. Por este motivo, esta última técnica está sólo reco- mendada para realización por cirujanos expertos con amplia experiencia. Recuerda ➔ El tratamiento habitual de la peritonitis en la diverticulitis perforada es la resección con colostomía (Hartmann). En casos seleccionados de peritonitis localizada y paciente estable, se puede realizar anastomosis primaria. Sospecha clínica de diverticulitis aguda Anamnesis, exploración física y pruebas complementarias (analítica urgente + TC abdominal) DA no complicada (grado Ia) Antibioterapia (gram- y anaerobios) DA complicada (grado Ib) Antibioterapia (gram- y anaerobios) DA complicada (grado II) Antibioterapia (gram- y anaerobios) intravenosa ± drenaje percutáneo DA complicada (grado III) Antibioterapia (gram- y anaerobios) intravenosa + cirugía urgente: resección + anastomosis ± ileostomía de protección DA complicada (grado IV) Antibioterapia (gram- y anaerobios) intravenosa + cirugía urgente: intervención de Hartmann Régimen ambulatorio Régimen ambulatorio u hospitalario si FRs Régimen hospitalario Régimen hospitalario ± UCI UCI Factores de riesgo (determinantes de ingreso hospitalario): · Edad avanzada · Comorbilidades importantes · Estado general del paciente (exploración con peritonismo, hipotensión, taquicardia...) · Hallazgos TC Figura 20.4. Algoritmo de tratamiento de la diverticulitis aguda Figura 20.3. Intervención de Hartmann 122 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición B. Seguimiento y tratamiento programado Los pacientes que han tenido un episodio de diverticulitis aguda deben ser seguidos en consulta para prevenir recurrencias, valorar complicaciones, descartar carcinoma y determinar la necesidad de cirugía electiva. Tras la remisión del proceso agudo, debe indicarse una colonoscopia. La tendencia actual es la de individualizar el tratamiento quirúrgico elec- tivo de la diverticulitis aguda no complicada de repetición, dependiendo del número de episodios, la edad y comorbilidad, el tiempo transcurrido entre los episodios y la gravedad y secuelas de estos. Sin embargo, se considera indicada la cirugía electiva tras un episodio de diverticulitis complicada en forma de: • Absceso que se trató conservadoramente con drenajes y antibióticos. • Estenosis fibrosa, secundaria a episodios de inflamación repetidos en el mismo segmento colónico. • Fístula con otro órgano. La diverticulitis es la causa más común de fís- tula colónica seguida del cáncer de colon complicado. La fístula más frecuente es la colovesical (MIR 11-12, 41), sobre todo en varones. Se manifiesta con fecaluria, neumaturia, e infecciones recurrentes de orina. Las pruebas de imagen con contraste hidrosoluble y la colonos- copia son necesarias para su estudio previo a la reparación quirúrgica. La técnica consiste en la resección del intestino afectado y no necesaria- mente de todo el intestino con divertículos, con anastomosis primaria. El tiempo de indicación quirúrgica suele realizarse a las 10-12 semanas del episodio agudo, momento en el que la inflamación y condiciones locales de los tejidos han mejorado sustancialmente. El abordaje laparoscópico se recomienda en centros familiarizados con esta técnica. Recuerda ➔ El tratamiento quirúrgico programado debe individualizarse; la sig- moidectomía es la técnica de elección. 20.3. Hemorragia diverticular La hemorragia por enfermedad diverticular es la causa más frecuente de hemorragia digestiva baja masiva (distal al ángulo de Treitz) en pacientes ancianos. Ocurre sobre todo en mayores de 60 años. Se produce en un 30% de los pacientes con diverticulosis, aunque sólo en un 5% es grave. En el 70% de los casos, el sangrado proviene de un divertículo del colon derecho que no está inflamado pudiendo ser el sangrado masivo la pri- mera manifestación clínica. La exploración inicial a realizar, tras excluir el sangrado alto, para establecer el diagnóstico y la localización, es una colo- noscopia urgente si el paciente está estable. Aporta además la posibilidad terapéutica (esclerosis, hemoclips, bandas, electrocoagulación y lasertera- pia en angiodisplasia). En la mayoría de los casos (80%), la hemorragia cesa espontáneamente y no suele recurrir. En éstos no se necesita tratamiento adicional. Por todo ello, el manejo del paciente con hemorragia digestiva baja por divertículos debe ser: • Durante el sangrado: - Paciente estable. Se realizará colonoscopia diagnóstica y tera- péutica. En sangrados poco cuantiosos, recidivantes o intermi- tentes no localizados, se utilizarán técnicas isotópicas para la localización. - Paciente inestable. Arteriografía y embolización (de elección). En caso de fracaso o imposibilidad de realizarla, estará indicada la cirugía urgente. • Tras el sangrado. Si se producen más de dos episodios de hemorra- gia masiva por divertículos, se realizará colectomía programada del segmento donde se haya localizado la hemorragia diverticular. Recuerda ➔ Los divertículos que sangran suelen ser los de colon derecho y es habitual que la hemorragia cese espontáneamente. 20.4. Otros divertículos intestinales Divertículos del intestino delgado Pueden ser congénitos (divertículo de Meckel) o adquiridos (divertículos duodenales y diverticulosis yeyunoileal adquirida). El divertículo de Meckel es la malformación gastrointestinal congénita más prevalente, localizado en el íleon distal. Es frecuente que contenga tejido ectópico gástrico, que puede originar sangrado crónico o agudo, generalmente en paciente joven (se diagnostican con gammagrafía con Tc-99 tras haber agotado otras opciones diagnósticas). Otras complicacio-nes son la obstrucción intestinal, a veces por una hernia (de Littré), diver- ticulitis (clínicamente igual que apendicitis) y neoplasias (carcinoide). El diagnóstico preoperatorio es difícil; la TC es la técnica de elección ante la sospecha de complicaciones. El tratamiento del divertículo de Meckel complicado es la cirugía, mediante diverticulectomía o resección en cuña. No hay evidencia para resecar pro- filácticamente un divertículo de Meckel asintomático salvo sospecha de malignidad. Los divertículos adquiridos se localizan con más frecuencia en duodeno y yeyuno-íleon. Suelen ser asintomáticos y raramente provocan diverticulitis, hemorragia o perforación. El divertículo duodenal suele ser único y tiende a localizarse en la segunda porción del duodeno, con lo que puede ser causa de colestasis. Su perforación es grave, pues es retroperitoneal y puede pasar inadvertida. Los divertículos yeyunoileales suelen ser múltiples y pueden facilitar el sobrecrecimiento bacteriano. Un hallazgo característico de ellos es el “neumoperitoneo espontáneo” sin perforación ni peritonitis (por fuga transmural). Preguntas MIR ➔ MIR 18-19, 13 ➔ MIR 17-18, 77 ➔ MIR 13-14, 93 ➔ MIR 11-12, 41 123 20. Cirugía en la enfermedad diverticular. DG ✔ La diverticulosis es una patología frecuente en pacientes de edad avan- zada y generalmente es asintomática. ✔ Si el paciente presenta síntomas atribuibles a diverticulosis, puede ser subsidiario de tratamiento médico con rifaximina, mesalazina y probió- ticos. ✔ La diverticulitis aguda se presenta habitualmente en sigma y se trata mediante antibióticos. Cuando presenta absceso, requiere drenaje per- cutáneo, y cuando hay peritonitis difusa, requiere intervención quirúrgi- ca urgente. Para el diagnóstico, la técnica de imagen idónea es la TC. La colonoscopia está contraindicada en fase aguda, pero es indispensable su realización una vez se resuelva. Cuando existen brotes repetidos de diverticulitis, o existe alguna complicación, está aconsejada la cirugía programada. ✔ En pacientes ancianos, el sangrado por divertículos es la causa más frecuente de hemorragia digestiva baja masiva. La colonoscopia es diagnóstica y terapéutica. En pacientes inestables está indicada la arte- riografía o la cirugía urgente. Conceptos Clave Una paciente de 83 años, con antecedentes de hipertensión arterial, es diagnosticada en el servicio de Urgencias de un primer episodio de diverticulitis aguda, sin síntomas ni signos de peritonitis generali- zada, y con un estudio de imagen que demuestra la presencia de un absceso en la pelvis, en contacto con la pared abdominal, de 5 cm de diámetro. La mejor actitud ante esta paciente será: 1) Alta a domicilio con tratamiento antibiótico por vía oral (ciprofloxacino y metronidazol). 2) Ingreso para drenaje percutáneo y tratamiento antibiótico intravenoso. 3) Ingreso, dieta absoluta, líquidos intravenosos, cefalosporina de tercera generación intravenosa. 4) Ingreso, colostomía de descarga y drenaje quirúrgico del absceso. RC: 2 Casos Clínicos Recursos de la asignatura
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