Logo Studenta

Sobre_historia_de_las_mujeres

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Clio & Crimen
nº 5 (2008), pp. 14/23
ISSN: 1698-4374 
D.L.: BI-1741-04
Sobre historia de las mujeres
y violencia de género
(Sur histoire des femmes et violence de genre
About the women's history and gender violence
Emakumeen eta genero-indarkeriaren historiari buruz)
César GONZÁLEZ MÍNGUEZ
Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea
nº 5 (2008), pp. 14-23
Artículo recibido: 5-III-2008
Artículo aceptado: 10-IV-2008
Resumen: La Historia de las mujeres constituye un ámbito de especialización histórica de creación relativamente reciente, afec-
tada en su desarrollo por la resolución de algunos retos inmediatos, y que tiene un papel importante en la lucha por la igualdad entre
hombres y mujeres y en la consecución de la desaparición en la sociedad actual de la violencia de género.
Palabras clave: Edad Media, Historiografía, Historia de las mujeres, Violencia de género.
Résumé: L’Histoire des femmes constitue un domaine de spécialisation historique de création relativement récente, freinée dans
son développement par la résolution de quelques défis immédiats, et qui joue un rôle important dans la lutte pour l’égalité entre les hom-
mes et les femmes ainsi que dans l’élimination de la violence sexiste au sein de la société actuelle.
Mots clés: Moyen Âge, Historiographie, Histoire des femmes, Violence sexiste.
Abstract: The history of women is a specialised one and of relatively recent creation, its development having been influenced
by the outcome of a number of struggles which have had an important role in the fight for equality between men and women and in
achieving the disappearance of medieval forms of gender violence from present society.
Key words: Middle Ages, historiography, the history of women, gender violence.
Laburpena: Emakumeen Historia sortu berria den historia-espezializazioa da. Eremu horren garapena berehalako erronka bat-
zuen ebazpenaren araberakoa da, eta oso zeregin garrantzitsua dauka gizonen eta emakumeen arteko berdintasunaren aldeko borrokan, eta
gaur eguneko gizartean genero-indarkeria desagertzea lortzeko borrokan.
Giltza-hitzak: Erdi Aroa, Historiografia, Emakumeen Historia, Genero-indarkeria.
1. Consideraciones previas
La participación en el V Coloquio del Centro de Historia del Crimen deDurango, dedicado monográficamente al estudio de La violencia de género en
la Edad Media, que se celebró en la villa duranguesa los días 7 y 8 de noviembre del
pasado 2007, me ha ofrecido la ocasión para hacer algunas reflexiones sobre el men-
cionado tema, insertándolo en la reciente Historia de las mujeres, especialidad his-
tórica de vigoroso desarrollo aunque no exento de algunos problemas.
El 25 de noviembre se celebra el “Día Internacional para la eliminación de la vio-
lencia contra la mujer”, una fecha aprobada por la ONU en 1999. Se eligió ese día
para recordar el asesinato de las hermanas Mirabal, tres activistas asesinadas en 1960
por la policía secreta del dictador Trujillo, en la República Dominicana, al mismo
tiempo que se pretendía expresar la denuncia y condena de las diversas formas de
violencia contra las mujeres, que año tras año se cobra un elevado número de vícti-
mas en todo el mundo. En España, durante 2007, han muerto nada menos que 79
mujeres víctimas de la violencia de género, de las que 29 eran inmigrantes.
La existencia de violencia parece consustancial con la historia de la humanidad.
El Génesis prácticamente inaugura sus páginas con la descripción de un asesinato, el
de Abel a manos de su hermano Caín.Y sin salirnos de los textos bíblicos,Voltaire
se sorprendía en su famoso Diccionario Filosófico de que la Historia de los Reyes y de
Paralipómenos hubiera sido inspirada por el Espíritu Santo, pues las historias que
narra no son muy edificantes sino una serie inacabable de asesinatos1.
Si buceamos en el tiempo, nos encontramos una larga secuencia de autores y de
obras en las que se justifica de alguna forma la violencia y los malos tratos hacia
mujer, a la que se considera como un ser inferior, imperfecto, y sometido a la volun-
tad del hombre. Bastaría citar, siguiendo un orden cronológico, algunos ejemplos,
como el Código de Hammurabi (s. XVII a. C.), Zaratustra (s.VII a. C.), Leyes de
Manu (libro sagrado de la India, hacia s.VI a. C.),Aristóteles (s. IV a. C.), San Pablo
(s. I d. C.), Mahoma (s.VII d. C.), Le Ménagier de Paris (tratado de moral y economía
doméstica, escrito por un burgués parisino en 1383), Lutero (s. XVI) y un largo
etcétera. Resulta interesante destacar el poco aprecio que han tenido hacia la mujer
los grandes fundadores de religiones, lo que ha tenido una trascendencia capital en
la creación y perdurabilidad de una conciencia machista en la sociedad.
Si nos situamos en otro nivel, como puede ser el del refranero popular, nos sor-
prenderá igualmente el gran número de refranes de claro contenido machista, en los
que queda perfectamente reflejado cómo la mujer podía ser objeto de todo tipo de
malos tratos (“A la mujer y a la burra, todos los días zurra”) y cómo su protagonis-
mo quedaba reducido al simple ámbito de lo doméstico o privado (“La mujer y la
sartén, en la cocina están bien”, o “La mujer tiene derecho, si se mantiene en su
techo”). El refranero, aunque surgido fundamentalmente en los ambientes rurales de
otras épocas, refleja con exactitud la concepción machista sobre la mujer y una men-
talidad bastante generalizada que todavía tiene un fuerte arraigo y pervivencia.
Sobre historia de las mujeres y violencia de género César González Mínguez
Clio & Crimen
nº 5 (2008), pp. 15/23
ISSN: 1698-4374 
D.L.: BI-1741-04
1 MITRE FERNÁNDEZ, Emilio: Historia y pensamiento histórico. Cátedra, Madrid, 1997, pp. 185-186.
Por otra parte, no hay que olvidar, y así lo han puesto de relieve numerosos antro-
pólogos, que la búsqueda del poder o la conservación del mismo son la principal
causa de la violencia. No tiene ésta, por tanto, un origen biológico, no es innata al
hombre, sino de tipo cultural. La perpetuación en el poder, el querer tener más, el
control social, la reproducción sistemática de determinados esquemas ideológicos
generan violencia y conflictos. En tal contexto podemos encontrar algunas causas de
la violencia de género. Profundizando más en la cuestión podemos señalar también
que dicha violencia tiene también su origen en la desigualdad entre el hombre y la
mujer, provocada por la vigencia de una sociedad patriarcal, de predominio del
varón, que relega a la mujer y que es una interesada construcción masculina2.
¿Podríamos entender el incremento actual de la violencia de género como la res-
puesta masculina al progre s ivo avance de la mujer en nuestra sociedad?
Evidentemente, se trataría de una explicación demasiado sencilla dar una respuesta
afirmativa, pues, sin duda, estamos ante un problema tan grave como complejo.
Tampoco debemos olvidar que la contextualización de esa violencia de género,
al igual que la explicación de la misma, es muy diferente en cada momento históri-
co. Con nuestra mentalidad actual sería una aberración tratar de justificar la prácti-
ca de la «marital corrección» (derecho del marido a corregir a la mujer apelando a cual-
quier procedimiento), cuya legitimidad nadie discutía en la Edad Media.
2. Algunos retos para la Historia de las mujeres
La humanidad siempre ha estado dividida, aproximadamente, en dos mitades,
hombres y mujeres. Incluso en algunos países y períodos la población femenina ha
sido superior al 50%. Como es bien conocido, la historia desde hace un siglo, más o
menos, tiene una vocación globalizadora, pero lo cierto es que las mujeres, salvo raras
excepciones, han sido las grandes ausentes de esa historia.Tan sólo a través del géne-
ro biográfico, el historiador sintió la preocupación por el estudio de las que podría-
mos llamar “grandes personajes femeninos”, como María de Molina, Juana de Arco,
Isabel la Católica, Santa Teresa de Jesús, Agustina de Aragón, etc., es decir, reinas,
heroínas, santas y poco más, aunque este tipo de historiasde mujeres podemos
encontrarlas ya en el siglo XVIII. Pero a decir verdad, han sido muy pocos los his-
toriadores, y aquí habría que incluir también a las historiadoras, al menos hasta fechas
muy recientes, los que se han preocupado por examinar y reflexionar sobre el papel
de la mujer en la historia, o dicho de otra forma, sobre su contribución al progreso
de la Humanidad.
Podríamos señalar, en descargo de esa actitud, la huella mucho menor que la deja-
da por el hombre en la documentación, sobre todo en la escrita, lo que se traduce
en una dificultad considerable a la hora de emprender cualquier trabajo de investi-
gación, amén de que muchas de tales fuentes escritas son de procedencia masculina,
lo que se traduce en una visión del papel de las mujeres muy condicionada por la
ideología dominante. En la Edad Media, la influencia de Aristóteles, para quien la
mujer era un hombre imperfecto, y del tomismo sirvió de apoyatura filosófica y doc-
Sobre historia de las mujeres y violencia de género César González Mínguez
Clio & Crimen
nº 5 (2008), pp. 16/23
ISSN: 1698-4374 
D.L.: BI-1741-04
2 LERNER, Gerda: La creación del patriarcado. Editorial Crítica, Barcelona, 1990.
Sobre historia de las mujeres y violencia de género César González Mínguez
Clio & Crimen
nº 5 (2008), pp. 17/23
ISSN: 1698-4374 
D.L.: BI-1741-04
trinal para cimentar la superioridad del hombre sobre la mujer, a la que se eliminó
de todo protagonismo en la esfera pública3.
La escasez de las fuentes, aunque mucho más abundantes de lo que en principio
podría parecer, fuerza al historiador a afinar más en el análisis de las mismas, tratan-
do de obtener así la información útil que a primera vista parecen negarle4. El naci-
miento de la historia de las mujeres tuvo un parto complicado. El poderoso movi-
miento feminista surgido en los años sesenta del siglo pasado alumbró una fecunda
corriente historiográfica que rápidamente alcanzó un extraordinario desarrollo, la
historia de las mujeres o también llamada historia de género, de acuerdo con la ter-
minología acuñada por la historiadora norteamericana Joan Kelly5. Dicha especiali-
zación historiográfica, de la mano de una de sus principales teorizadoras, la vienesa
Gerda Lerner, se convirtió en un poderoso instrumento de lucha en favor de la
emancipación de las mujeres. Otros factores contribuyeron también al nacimiento
de la historia de las mujeres, como la creciente preocupación por el estudio de la
familia como célula fundamental y evolutiva de las sociedades; la influencia decisiva
de la Escuela de los Annales, que supuso una notable ampliación del campo del aná-
lisis histórico, especialmente en el ámbito de la vida cotidiana y de las mentalidades,
y, por último, la preocupación por el estudio de la marginalidad o de las periferias
entendidas en un sentido amplio, donde podemos ver la prolongación de los ecos
del famoso Mayo de 19686.
Pero los primeros pasos de la historia de las mujeres no fueron ciertamente fáci-
les, llegando a cuestionarse su propia viabilidad.Tal era la cuestión que formulaba
Michelle Perrot como coordinadora de una obra colectiva publicada en 1984 al pre-
guntarse si era posible escribir una historia de las mujeres7.Y la misma pregunta se
hizo también Cristina Segura en un coloquio que tuvo lugar en Vitoria en 19908. Es
cierto que las respuestas en cada caso son de tono afirmativo, pero también lo es que
estamos frente a una tarea compleja, en la que todavía queda mucho camino por
andar.Y, desde luego, así se desprende de un reciente artículo de Montserrat Boix,
fundadora en 1997 del periódico digital Mujeres en red/El periódico feminista, cuando
precisa que la historia de las mujeres es todavía una asignatura pendiente9.
Desde mi punto de vista, son muchos los retos o desafíos de diversa índole que
en el momento presente tiene planteados la historia de las mujeres en ese titánico
3 DUBY, George y PERROT, Michelle (dirs.): Historia de las mujeres en Occidente. La Edad Media.
Taurus Ediciones, Madrid, 1992, pp. 13-14.
4 SEGURA, Cristina: «¿Es posible una historia de las mujeres?», La otra historia. Sociedad, cultura y men -
talidades. Universidad del País Vasco, Bilbao, 1993, pp. 58-60.
5 KELLY, Joan: Women, History and Theory. University of Chicago Press, Chicago, 1984.
6 DUBY, George y PERROT, Michelle (dirs.): Historia de las mujeres en Occidente. La Antigüedad.
Taurus Ediciones, Madrid, 1993, p. 28.
7 PERROT, Michelle (coord.): Une histoire des femmes est-elle possible?. Rivages, París-Marsella, 1984.
8 Véase nota 4.
9 BOIX, Montserrat: «La historia de las mujeres, todavía una asignatura pendiente», Mujeres en red /El
periódico feminista, 23 julio 2005.
esfuerzo por visualizar cada vez de forma más nítida a las mujeres en la Historia. Sin
pretensión de exhaustividad, haré una breve selección de los mismos:
a) Una primera cuestión es la elección del nombre que se debe dar a una histo-
ria que tiene por objeto el estudio de las mujeres a lo largo del tiempo, a fin de hacer
visible su contribución al desarrollo de la Humanidad. Cristina Segura recoge las
siguientes denominaciones: Historia de género, Historia desde la perspectiva de
género, Historia del sistema de géneros,Historia de las relaciones de género, Historia
feminista, Historia de la mujer, Historia de las mujeres, Historia social de las muje-
res o Historia desde las mujeres. Dicha autora se inclina por utilización de la deno-
minación Historia social de las mujeres como la más correcta, aunque también con-
sidera adecuada la de Historia de las mujeres, que, personalmente, es la que más me
convence por su sencillez y claridad10.
b) Con carácter general, se hace necesario superar la escasa trascendencia y muy
reducido reconocimiento que los avances científicos que se han logrado en el ámbi-
to de la historia de las mujeres han tenido en la historia general y académica11. En el
caso de la universidad española, aunque los estudios sobre las mujeres y de género
han alcanzado un claro desarrollo en las tres últimas décadas, estamos lejos de haber
normalizado su docencia pues en los planes de estudios sólo se cursan tales materias
en la docencia optativa del Segundo Ciclo o bien en el Tercer Ciclo o en los
Másteres12.
c) Es preciso profundizar en la conceptualización y en las bases teóricas y meto-
dológicas de la historia de las mujeres. Conviene huir tanto del simple anecdotismo
como del morbo que pueden generar ciertos temas (violencia sexual, prostitución,
abusos de todo tipo…). Igualmente, no se debe caer en la simple “literaturización”
de la historia, por muy entretenida que pueda parecer.
d) Hay que adaptar el vocabulario historiográfico tradicional a las necesidades
conceptuales de la historia de las mujeres.
e) Se hace imprescindible, como ya planteó la historiadora norteamericana Joan
Kelly en 1977, elaborar una periodización específica de la historia de las mujeres,
que realmente se vieron poco afectadas por acontecimientos tan significativos como
la caída del Imperio Romano, la crisis bajomedieval, el Renacimiento u otros pos-
teriores utilizados para establecer divisiones cronológicas en el proceso histórico
vivido por las sociedades europeas13.
Sobre historia de las mujeres y violencia de género César González Mínguez
Clio & Crimen
nº 5 (2008), pp. 18/23
ISSN: 1698-4374 
D.L.: BI-1741-04
10 SEGURA,Cristina: «Problemas y retos de la historia de las mujeres»,Vasconia. Cuadernos de Historia-
Geografía, 36 (2006), pp. 506-510.
11 Ibidem, p. 506.
12 DE LA ROSA CUBO, Cristina; DUEÑAS CEPEDA, María Jesús; DEL VAL VALDIVIESO, María
Isabel y SANTO TOMÁS PÉREZ, Magdalena (coords.): Nuevos enfoques para la enseñanza de la
Historia: Mujer y género ante el espacio europeo de educación superior. Asociación Cultural Al-Mudayna,
Madrid, 2007, p. 6.
13 DUBY,George y PERROT,Michelle (dirs.): Historia de las mujeres en Occidente. La Edad Media,
pp. 15-16.
f) La historia de las mujeres constituye una especialización histórica, pero cobra
su pleno sentido integrada en la historiaglobal. Es decir, se trata de hacer visibles a
las mujeres en la Historia, pero al mismo tiempo es preciso integrar dicho saber en
el conjunto general del conocimiento histórico14.
g) La perfecta comprensión de la evolución de las mujeres a lo largo de los tiem-
pos requiere hacer historia comparada, atendiendo a la especificidad de cada marco
geográfico de análisis.
h) Por último, no podemos olvidar que la historia de las mujeres es una historia
contra el patriarcado, que no constituye un hecho “natural”, sino el resultado de un
largo proceso histórico que institucionalizó el dominio masculino sobre las mujeres.
En consecuencia, la historia de las mujeres no debe perder su carácter claramente
reivindicativo y transformador de la sociedad.
3. La violencia de género
En una entrevista hecha a Michelle Perrot en la revista Label France (núm. 37,
1999), cuando se le preguntó a la historiadora francesa por los aspectos que necesi-
taban un más urgente tratamiento en el ámbito de la historia de las mujeres no dudó
en señalar que existía un terreno todavía poco explorado, como era el de las «vio -
lencias contra el cuerpo de las mujeres -el cuerpo violado, violentado, utilizado, explotado- que
está escondido por el pudor tradicional y por consiguiente por el rechazo de las mujeres que se
sienten culpables». Es cierto que algo se ha avanzado en este camino en los pocos años
que llevados andados del siglo XXI, pero queda aún mucho por hacer.
Partiendo de esta situación se comprende la oportunidad temática del V
Coloquio organizado por el Centro de Historia del Crimen de Durango, dedicado
monográficamente al estudio de La violencia de género en la Edad Media.
La violencia de género ha constituido siempre una lacra social, totalmente veja-
toria para la mujer, y su persistencia en la actualidad es algo absolutamente intolera-
ble y degradante. Aunque no fuera más que por ello, estaría plenamente justificado
tratar sobre esta cuestión de la violencia de género en un Coloquio de carácter espe-
cializado. En consecuencia, en la medida que nos dedicados al cultivo de la historia,
tiene su sentido y utilidad tratar de estudiar esta espinosa y dramática cuestión a lo
largo de la historia, al objeto de contribuir en la medida de nuestras posibilidades a
concienciar a la sociedad sobre la imperiosa necesidad de acabar con semejante lacra
envilecedora de la condición humana.
En el transcurso de las sesiones del Coloquio de Durango se ha abordado un
elenco muy variado de cuestiones, a las que voy a aludir de forma muy sintética. El
Coloquio fue abierto por Cristina Segura, que disertó sobre el tema La violencia sobre
las mujeres en la Edad Media. Estado de la cuestión. Entre otras cosas, destacó que la vio-
lencia tiene un carácter universal y constituye un problema estructural de la socie-
Sobre historia de las mujeres y violencia de género César González Mínguez
Clio & Crimen
nº 5 (2008), pp. 19/23
ISSN: 1698-4374 
D.L.: BI-1741-04
14 DE LA ROSA CUBO, Cristina; DUEÑAS CEPEDA, María Jesús; DEL VAL VALDIVIESO, María
Isabel y SANTO TOMÁS PÉREZ, Magdalena (coords.): Nuevos enfoques…, p. 6.
dad. El sistema patriarcal es violento, y dentro del mismo la mujer es mucho más
sujeto pasivo de la violencia que agente de la misma. Conceptualmente, prefiere
hablar mejor de «maltrato a las mujeres» que de violencia de género.
Carmen García Herrero trató el tema La marital corrección: un tipo de violencia acep -
tado en la Baja Edad Media. En esta ponencia se aludió a la responsabilidad del mari-
do en cuanto a la práctica de la corrección de la mujer, aludiendo a los fundamen-
tos jurídicos e ideológicos de tal conducta. Hizo una hábil utilización de numero-
sos ejemplos, advirtiendo, desde un punto de vista metodológico, sobre la necesidad
de evitar caer en el simple “anecdotismo”, con la exposición de casos verdadera-
mente dramáticos pero que pueden llegar a provocar la risa.
María Teresa López Beltrán hizo una interesante presentación de un tema poco
tratado, como es el estudio de las Mujeres solas en la sociedad de frontera del Reino de
Granada, en el que aludió a la compleja y en ocasiones muy delicada situación de
estas mujeres, tanto antes como inmediatamente después de la conquista del reino
por los Reyes Católicos en 1492.
La prostitución en la Castilla bajomedieval fue el tema tratado por Angel Luis
Molina. En su exposición analizó la amplia problemática que rodea el mundo de la
prostitución, desde los aspectos morales y legales a los relacionados con la práctica y
regulación de esta actividad, así como de la vida cotidiana de las prostitutas.
José Sánchez Herrero trató en su ponencia el tema de las Amantes, barraganas, com -
pañeras, concubinas clericales, centrándolo en la situación de la Corona de Castilla
durante los siglos XII a XV.Trazó un cuadro muy completo sobre un problema de
carácter universal generalmente admitido por la sociedad a pesar de las reiteradas
condenas sinodales que siempre resultaron bastante poco eficaces.
Por su parte, Juan Miguel Mendoza trató en su ponencia el tema Adúlteras en la
Baja Edad Media castellana: ¿delincuentes o víctimas?, pues como tales pueden aparecer
según el enfoque que se de a cada caso. En este estudio sobre el adulterio femeni-
no, efectuado a partir de una amplia base documental (fuentes judiciales, legales y
literarias) se ha llamado la atención sobre el riesgo de “literaturizar” la historia, que
debe ser evitado siempre.
Ricardo Córdoba de la Llave abordó el tema Consideraciones en torno al delito de agre -
sión sexual en la Edad Media. Se trata de un asunto que, a primera vista, puede atraer
en principio por su carácter un tanto morboso, pero que, evidentemente, tiene una
gran importancia y trascendencia en la medida que refleja la mentalidad de una época
y el funcionamiento de una estructura social.Tras hacer una valoración del estado de
la cuestión en Europa y de las fuentes disponibles para su estudio, hizo una valoración
del variado abanico de agresiones sexuales posibles y de sus consecuencias.
Respuestas de mujeres medievales ante la pobreza, la marginación y la violencia fue el
título de la ponencia impartida por Teresa Vinyoles. Es cierto que los hombres tam-
bién se vieron afectados por tales problemas, pero lo fueron mucho más las mujeres.
La ponente a través de algunos ejemplos catalanes muy ilustrativos puso de relieve
las respuestas dadas por las mujeres a situaciones francamente comprometidas y los
procedimientos utilizados por las mismas para hacer posible lo que definió como «el
arte de sobrevivir».
Sobre historia de las mujeres y violencia de género César González Mínguez
Clio & Crimen
nº 5 (2008), pp. 20/23
ISSN: 1698-4374 
D.L.: BI-1741-04
Iñaki Bazán Díaz hizo una exposición sobre La violencia legal del sistema penal
medieval ejercida contra las mujeres. El punto de arranque fue la formulación de una
clara pregunta: ¿el sistema penal medieval trata de la misma forma a los hombres que
a las mujeres? La respuesta en principio, es decir, en un plano teórico, es afirmativa.
Pero la realidad es que las mujeres, tanto en la Corona de Castilla como en el resto
de Europa, sufren con mayor crudeza la represión que impone el sistema penal por
cualquier delito.
La última ponencia corrió a cargo de Eukene Lakarra, y versó sobre El peor ene -
migo es el enemigo en casa.Violencia de género en la literatura medieval. A partir de unas
consideraciones generales sobre la violencia, que se ejerce como expresión de poder,
y en cuya valoración hay que huir de cualquier anacronismo, hizo un detenido repa-
so sobre algunos autores y autoras que a lo largo de la etapa medieval escribieron
sobre la situación de las mujeres.
Cada una de las sesiones del Coloquio fue rematada brillantemente con intere-
santes debates, en los que participaron no solo los ponentes sino también el público
asistente, que con su nutrida presencia a todas las sesiones dio buena prueba del inte-
rés suscitado por la temática tratada. Me interesa destacar que reunionesacadémicas
de este tipo constituyen un magnífico expediente para concienciar a la sociedad
sobre la necesidad de alcanzar cuanto antes la igualdad entre los hombres y las muje-
res, que constituye uno de los caballos de batalla del mundo contemporáneo15.
4. A modo de reflexión final
No voy a concluir esta breve exposición sin hacer unas últimas consideraciones
sobre los dos conceptos que aparecen en el título de la misma, es decir, historia de
las mujeres y violencia de género.
Por un lado, la historia de las mujeres, y así lo he señalado más arriba, podemos
verla como una especialización histórica y como tal encuadrarla en el extenso elen-
co de variaciones historiográficas en constante ampliación y mejora conforme
aumentan las inquietudes y perspectivas de los historiadores y se afinan los instru-
mentos teóricos y metodológicos que permiten la construcción y renovación del
discurso histórico en cada momento. Por otro, no podemos soslayar que la historia
de las mujeres nació con un claro componente reivindicativo y con una fuerte ide-
ologización, en la medida que pretende no sólo ahondar en la búsqueda de la igual-
dad de sexos sino que da un paso más, puesto que pretende acabar con el patriarca-
do que a lo largo de la historia ha colocado a la mujer en una situación de depen-
dencia y subordinación con respecto al hombre. En una interpretación radical del
sentido de la historia de las mujeres, ¿podemos pensar que pretendería como obje-
tivo final la sustitución del patriarcado por una especie de matriarcado de nuevo
cuño, en una actitud de cierto carácter revanchista? La pregunta, evidentemente,
Sobre historia de las mujeres y violencia de género César González Mínguez
Clio & Crimen
nº 5 (2008), pp. 21/23
ISSN: 1698-4374 
D.L.: BI-1741-04
15 Algunas de estas cuestiones fueron objeto de estudio en el VIII Curso de Derechos Humanos de
Donostia-San Sebastián, cuyas ponencias han sido publicadas recientemente: SOROETA LICERAS,
Juan (ed.): Los Derechos Humanos de la Mujer. Universidad del País Vasco, Bilbao, 2007.
tiene un claro toque polémico, pero no creo que las justas pretensiones de las muje-
res lleguen a producir una inversión total de la estructura social, de tal forma que los
hombres queden marginados y ayunos de cualquier protagonismo. No está de más
ahora recordar unas lúcidas palabras de una destacada investigadora:
«En una sociedad que queremos justa, libre, igualitaria y solidaria, creo imprescindible
que la Historia, tanto en el campo de la investigación como en el de la docencia, haga
presentes a las mujeres que, lo mismo que los varones, contribuyeron a construir ese pasa-
do que ahora estudiamos y queremos conocer; y, también, considero preciso que la
Historia de respuestas a las preguntas de las mujeres. Para llegar a esta meta hay que
cambiar el enfoque tradicional ¿será la sociedad del siglo XXI capaz de hacerlo?»16.
En la actualidad podemos afirmar que las mujeres, desde una perspectiva general,
están protagonizando una verdadera revolución, por supuesto incruenta, que pre-
tende conseguir una sociedad más igualitaria, es decir, en la que no se de el abuso
del constante predominio masculino. Es por ello también que las mujeres están en
una auténtica encrucijada, pues sin abandonar sus papeles tradicionales, están asu-
miendo otros nuevos habitualmente desempeñados por el varón en exclusiva.
La segunda cuestión aludida es la violencia de género. Como apuntaba más arri-
ba, el actual recrudecimiento de la violencia de género puede tener una de sus cau-
sas en el creciente protagonismo que las mujeres van alcanzando en la sociedad
actual y que provocaría la reacción airada de algunos hombres. Sería un despropósi-
to muy grave, a mi juicio, tratar de resolver el problema propugnando la vuelta a la
llamada sociedad tradicional de predominio masculino, y algunas voces se han deja-
do oír ya en este sentido, relegando de nuevo a la mujer al ámbito exclusivo de lo
privado o doméstico.
Sin duda, el problema de la violencia de género es de una enorme complejidad
y de difícil solución. Al menos así se nos manifiesta en España, y desgraciadamente
no es un caso único, donde cada año aumenta sin parar el número de víctimas de la
violencia machista, y ello a pesar de la aprobación de la Ley Orgánica 1/2004, de 28
de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género
(B.O.E. núm. 313, de 29 diciembre 2004), que urgentemente debería ser ya modi-
ficada y complementada con otras medidas (judiciales, policiales, penales, económi-
cas, etc.) que mejoraran su eficacia.
Desde mi punto de vista, en el camino de la definitiva solución del problema de
la violencia de género está como hito muy importante la educación de los más jóve-
nes, en cuyos planes de estudios deberá insistirse hasta la saciedad en la necesidad y
conveniencia de la consecución de la igualdad de los sexos, sin olvidar que es en el
seno de la propia familia donde deben adquirirse los hábitos fundamentales de un
comportamiento que no discrimine para nada a las mujeres, aunque todavía con
mucha frecuencia es el ámbito familiar la principal escuela del machismo y, en este
sentido, la mujer tiene una responsabilidad indudable pues como madre y educado-
Sobre historia de las mujeres y violencia de género César González Mínguez
Clio & Crimen
nº 5 (2008), pp. 22/23
ISSN: 1698-4374 
D.L.: BI-1741-04
16 DEL VAL VALDIVIESO, María Isabel: «Una reflexión sobre el contenido de la Historia de las
Instituciones Medievales», Nuevos enfoques para la enseñanza de la Historia: Mujer y género ante el espacio
europeo de educación superior.Asociación Cultural Al-Mudayna, Madrid, 2007, p. 94.
ra suele ser la primera en inocular en los hijos la semilla machista.Aunque esta situa-
ción, afortunadamente, está cambiando a marchas forzadas en las sociedades más
evolucionadas.
La vía de una nueva educación para solucionar la violencia de género es la más
adecuada para lograr un cambio de las actitudes y comportamientos sociales de los
hombres, aunque evidentemente la solución por este camino puede tardar un tiem-
po en llegar. Es por ello que la sociedad no puede prescindir de los castigos ejem-
plarizantes para los maltratadores, endureciéndolos hasta el límite razonable, como
recurso más adecuado para frenar el progreso de la violencia de género y convencer
a los hombres para que dejen de considerar a las mujeres como un mero objeto de
su propiedad del que se puede disponer a capricho.
Por último, una cuestión de interés no menor es el papel que pueden y deben
jugar los todo-poderosos medios de comunicación para acabar con la violencia de
género, expresión de una masculinidad dominante aunque mal entendida. En oca-
siones da la impresión que la forma que tienen de publicitar los acontecimientos
violentos estimula más que frena la comisión de dicho tipo de actos. Los medios,
especialmente la televisión, a través de reportajes, entrevistas, “programas basura”,
etc., parecen estar más preocupados por los índices de ventas o de audiencias que
por contribuir realmente a solucionar el problema.
Sobre historia de las mujeres y violencia de género César González Mínguez
Clio & Crimen
nº 5 (2008), pp. 23/23
ISSN: 1698-4374 
D.L.: BI-1741-04

Continuar navegando

Otros materiales