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ASPECTOS CLAVE PARA UNA CULTURA ORGANIZACIONAL PROGRESIVA Valores fundamentales: Son los principios básicos que guían el comportamiento de los empleados y la toma de decisiones. Estos valores pueden incluir la integridad, la innovación, el trabajo en equipo, el compromiso con la calidad, entre otros. Normas y creencias: Son las reglas no escritas que dictan cómo deben comportarse los empleados en la organización. Estas normas a menudo se transmiten a través de la observación y la experiencia, y pueden afectar todo, desde la puntualidad hasta la forma de vestir. Rituales y ceremonias: Son las actividades formales e informales que ayudan a reforzar la cultura organizacional. Esto podría incluir reuniones de equipo regulares, eventos de reconocimiento de empleados, celebraciones de hitos y tradiciones de la empresa. Estructura organizativa: La forma en que se estructura la organización también influye en su cultura. Por ejemplo, una estructura jerárquica rígida puede fomentar una cultura más autoritaria, mientras que una estructura plana y colaborativa puede promover una cultura más inclusiva y participativa. Comunicación: La forma en que se comunica dentro de la organización puede reflejar y reforzar su cultura. Una comunicación abierta y transparente puede indicar una cultura de confianza y colaboración, mientras que una comunicación restrictiva puede sugerir una cultura más controladora. Liderazgo: Los líderes desempeñan un papel crucial en la formación y el mantenimiento de la cultura organizacional. Sus acciones y comportamientos establecen un ejemplo para los demás empleados y pueden influir en gran medida en la forma en que se percibe y se practica la cultura. Diversidad e inclusión: La cultura organizacional también puede ser moldeada por la diversidad de los empleados y su grado de inclusión. Las organizaciones que valoran y fomentan la diversidad tienden a tener una cultura más inclusiva y tolerante.