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QUE SON LOS SENTIDOS Y SUS TIPOS

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¿QUÉ SON LOS SENTIDOS?
Un sentido es un método por el que el cuerpo percibe un estímulo externo, es decir, son las formas en que nuestro cuerpo nos permite experimentar el mundo que nos rodea. Son interpretados por el cerebro y pueden activar fuertes recuerdos relacionados con ese objeto o estímulo. Aquí nos centramos en los cinco sentidos que nos indican el aspecto, el olor, el sonido, el tacto y el sabor de las cosas. Sin embargo, en realidad hay más de cinco sentidos: para saber más sobre los demás sentidos y cómo incorporarlos y comprenderlos cuando se trabaja con niños y jóvenes, echa un vistazo a nuestra página wiki de aprendizaje sensorial.
¿Cuáles son los cinco sentidos?
Los cinco sentidos son:
· la vista
· el olfato
· el oído
· el tacto
· el gusto
La vista: es la capacidad de ver con los ojos. La vista sirve para captar los estímulos visuales. La luz entra en nuestros ojos y se refleja en la retina, que contiene células receptivas que nos permiten ver. Para que nuestra vista funcione, la luz que captan nuestros ojos debe ser convertida en información utilizable por el cerebro. Esto nos permite diferenciar la luminosidad, el color y la distancia.
El ojo tiene dos capas por las que pasa la luz: la córnea y el cristalino. La córnea está situada en la parte delantera del ojo y el cristalino está directamente detrás de la pupila. Ambas capas trabajan juntas para concentrar el rayo de luz en un punto concreto de la retina, que se encuentra en la parte posterior del ojo. Una vez conseguido esto, se activan los fotorreceptores, que producen señales visuales.
Hay dos tipos de fotorreceptores: Los conos y los bastones.
Conos: Estos fotorreceptores son los encargados de detectar el color. Hay 3 tipos de conos: rojo, verde y azul. Cada tipo de cono es más sensible a un color de luz específico. A pesar de ser más sensibles al rojo, al verde o al azul, los conos también pueden percibir otros colores. La forma en que los conos se superponen y el cerebro integra las señales enviadas por ellos es lo que nos permite percibir millones de colores.
Bastones: Los bastones son mucho más sensibles a la luz que los conos y no pueden percibir el color. Debido a su sensibilidad, los bastones tienden a funcionar con niveles de luz muy bajos, por lo que se utilizan para la visión nocturna. Por eso, por la noche, lo vemos todo en escala de grises, porque los bastones no pueden percibir el color.
El olfato es la percepción de los humos y los olores a través de la nariz. Cuando tomamos aire por la nariz, éste pasa por las células olfativas. El cerebro reconoce, entonces, diferentes sustancias químicas en el aire y reconoce diferentes olores. El olfato puede decirnos si algo es seguro para comer o no: ¡la leche vieja siempre se lo hará saber a su nariz! Además del olfato, la nariz desempeña un papel fundamental en varias funciones corporales. Por ejemplo, interviene en la percepción del sabor y forma parte del sistema respiratorio.
La nariz y la lengua trabajan juntas para diferenciar los sabores y crear un gusto. El gusto es la percepción de los sabores mediante la boca. La razón por la que somos capaces de percibir el sabor a través de la lengua se debe a nuestras papilas gustativas. Las papilas gustativas se encuentran dentro de las papilas, que son las pequeñas protuberancias de la parte superior de la lengua que ayudan a agarrar los alimentos mientras se mastican los dientes.
Las papilas gustativas contienen receptores, llamados quimiorreceptores, que son similares a los presentes en la cavidad nasal. Hay 4 tipos diferentes de papilas gustativas en la lengua, que nos permiten detectar diferentes sabores, como el dulce, el ácido, el amargo y el salado.
La audición es la percepción de los sonidos y del volumen mediante los oídos. En realidad, son las células ciliadas del oído las que nos permiten oír. Las vibraciones del sonido mueven los pelos de diferentes maneras, por lo que podemos distinguir los sonidos. Los oídos también son vitales para nuestro sentido del equilibrio.
Hay 3 partes del oído que son clave para permitir nuestro sentido de la audición:
· El oído externo: El oído externo está formado por la parte visible de la oreja, conocida como pabellón auricular. También consta de un corto conducto auditivo externo, que está encerrado por la membrana timpánica. El oído externo se encarga de recoger las ondas sonoras y hacerlas llegar a la membrana timpánica.
· El oído medio: El oído medio es una estrecha cavidad llena de aire en el hueso temporal. Está rodeado por tres pequeños huesos: el martillo (malleus), el yunque (incus) y el estribo (stapes). El conjunto de estos huesos se denomina huesecillos auditivos.
· El oído interno: El oído interno tiene 2 unidades funcionales. La primera de ellas es el aparato vestibular, que tiene vestíbulo y canales semicirculares. La segunda de las unidades funcionales es la cóclea, que cuenta con los órganos de la audición.
El tacto es la percepción de objetos físicos y texturas. Nuestra piel capta diferentes presiones, texturas y vibraciones y nos ayuda a averiguar qué es lo que estamos tocando. La piel es el mayor órgano sensorial de nuestro cuerpo y sus tres funciones principales son la protección, la sensación y la regulación. La piel contiene un montón de receptores sensoriales que nos permiten percibir la temperatura de la superficie, el dolor, el tacto físico y los estímulos químicos.
La piel tiene 3 capas:
La epidermis: La epidermis es la capa más externa de la piel y está formada principalmente por células llamadas queratinocitos. Los queratinocitos contienen la proteína queratina. Otras células presentes en la epidermis son los melanocitos, las células de Merkel y las de Langerhans.
La dermis: La dermis se encuentra debajo de la epidermis y está formada por papilas. La dermis es la capa que permite que la piel sea flexible y también resistente debido a la presencia de grasa, colágeno y fibras. La dermis también desempeña un papel fundamental en el suministro de sangre para la formación de nuevas células a través de los vasos sanguíneos.
Hipodermis: La hipodermis se encuentra justo debajo de la piel y está formada por grasa que suministra energía y regula la temperatura. Esta capa de piel es muy importante para amortiguar los órganos internos, los huesos y los músculos, y protegerlos de las lesiones.

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