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Lista-Encabezamientos-Materias-bibliotecas-publicas

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LISTA
DE
ENCABEZAMIENTOS
DE
MATERIA
PARA LAS
BIBLIOTECAS PÚBLICAS
Segunda edición revisada
MINISTERIO DE CULTURA
Dirección General del Libro y Bibliotecas
Ministerio de Cultura
Dirección General del Libro y Bibliotecas
Plaza del Rey, 1-28004 Madrid
ISBN: 84-505-2836-4
Depósito legal: M. 14006-1994
NIPO: 301-94-010-6
Imprime: Imprenta Ministerio de Cultura
Printed in Spain
PRESENTACIÓN
El Centro de Coordinación Bibliotecaria de la Dirección General del Libro 
y Bibliotecas tiene el propósito de ir publicando los instrumentos de trabajo 
imprescindibles para la buena gestión de una biblioteca. Dentro de este propó-
sito general ocupan un primer lugar los que tienen un valor técnico normativo 
y favorecen la homogeneización de los catálogos.
A las Reglas de Catalogación, publicadas el año pasado, sigue esta Lista 
de Encabezamientos de materia para Bibliotecas Públicas que, en cierto 
modo, es el complemento de aquéllas para la redacción del catálogo en la bi-
blioteca pública.
Desde que la benemérita Lista de Encabezamientos de Materia del Consejo 
Superior de Investigaciones Científicas se agotó, hace ya cerca de veinte años, 
los bibliotecarios en general y los de bibliotecas públicas, en particular, han 
sentido la necesidad de contar con un instrumento de trabajo de esta naturale-
za, necesidad que no han podido ver satisfecha hasta este momento.
Es de esperar que el esfuerzo de la Comisión que ha elaborado esta Lista se 
vea recompensado por el mejor reconocimiento que se les puede tributar: el uso 
constante y las observaciones oportunas.
La Dirección General del Libro y Bibliotecas se complace en ofrecer esta 
publicación a todos los profesionales y espera, gracias al esfuerzo de todos, 
ir completando la redacción de las distintas normas que permitan un proceso 
bibliográfico y bibliotecario homogéneo y coherente.
JUAN MANUEL VELASCO RAMI
Director General del Libro y Bibliotecas
7
INTRODUCCIÓN
Desde que la biblioteca pública ha tomado como propia la misión de pro-
porcionar a toda la comunidad a la que sirve la información que ésta necesita 
para el ejercicio de todas sus responsabilidades (personales, profesionales, so-
ciales y políticas) el catálogo alfabético de materias parece tener asegurado un 
largo futuro.
La mejor confirmación de este futuro se halla en la abundante bibliografía 
especializada que se ocupa de este asunto. En los Estados Unidos, un siglo 
después de que Charles A. Cutter publicase en 1876 sus Rules for a Dictionary 
Catalog (que suelen citarse por su 4 ed.: Washington: Government Printing 
Office, 1904) aparecía la obra de Loys Mai chan (Library of Congress Subject 
Headings. Littleton, (Colo.): Libraries Unlimited, 1978) como código fundamen-
tal de reglas para utilizar los Subject Headings de la Biblioteca del Congreso. 
Detrás quedaban obras tan importantes como las de David Judson Haykin 
(Subject Headings: A Practical Guide. Washington: Government Printing Office, 
1951; reimpr. New York: Gordon Press, 1978) y Julia Pettee (Subject Headings: 
The History and Theory of the AlphabÉtical Subject Approach. New York: H. 
W. Wilson, 1947). Y, como instrumentos de trabajo en todas las bibliotecas nor-
teamericanas y en muchas otras del mundo, dos grandes listas: la ya citada de 
la Biblioteca del Congreso de Washington (cuya 9.a ed. en 2v. es de 1980 con 
suplemento de 1982 y puestas al día y correcciones frecuentes) y la de Sears 
(Sears, Minnie Earl: Sears List of Subject Headings. 12 th. ed. New York: H. W. 
Wilson, 1982) cuya última edición aquí citada no ha dejado de servirse de la 
lista de la biblioteca más grande del mundo. Precisamente estas dos listas han 
servido de base a las dos más importantes en lengua española: Lista de enca-
bezamientos de materias para bibliotecas por Carmen Rovira y Jorge Aguayo 
(Washington: Unión Panamericana, 1967. 3v. y dos suplementos, en 1969 y 
1970, respectivamente) y Sears: Lista de encabezamientos de materia (trad. y 
ad. Carmen Rovira, de la 12.a ed. inglesa –ed. Barbara M. Westby. New York: 
H. W. Wilson, 1984). La primera, que recoge la experiencia de un grupo de 
grandes bibliotecas hispanoamericanas, se confiesa deudora de la lista de la 
Biblioteca del Congreso de la que directa o indirectamente depende; la segun-
da es una traducción inteligentemente adaptada por quien, figurando en estas 
dos grandes obras, es nuestra primera especialista en lengua española en este 
asunto.
8
No es de extrañar que, hallándose en los Estados Unidos la cuna de la mo-
derna biblioteca pública, se hayan sentado allí las bases del principal y más 
sencillo medio de recuperación de la información contenida en una biblioteca 
de carácter general que son los encabezamientos de materia. Pero no es el úni-
co país que se ha ocupado de publicar listas o de redactar reglas.
La biblioteconomía italiana, ya desde G. Fumagalli, introductor de las 
Reglas de Cutter en 1887, ha dedicado excelentes estudios históricos y teó-
ricos a nuestra materia, entre los que vale citar el de C. Revelli (II catálogo 
per soggetti. Roma: Bizzarri, 1970) y el de A. Serrai (Del catalogo alfabetico 
per soggetti. Semantica del rapporto indicale. Roma: Bulzoni, 1979) y, entre 
otras, la importante lista titulada Soggettario per i cataloghi delle biblioteche 
italiane (Firenze; Centro Nazionale per il Catalogo Unico, 1956. Supl. 1977), 
muy utilizado en importantes bibliotecas españolas. En este ámbito, hemos de 
citar también, por su influencia, las Norme per il Catalogo degli stampati della 
Biblioteca Vaticana publicadas en 1935 en su primera edición y traducidas al 
español en 1940.
Francia, que en 1966 publicó (París: Hachette) su Liste de vedettes matière 
de Biblio con los encabezamientos utilizados en la confección de la bibliogra-
fía en curso a la que se alude en el título de la Lista, no ha sido madruga-
dora en su preocupación por esta forma de catalogación. Pero recientemente 
el interés se ha suscitado y, si bien la Biblioteca Pública de Información del 
Centro Pompidou echó mano para la confección de su catálogo por materias 
del Répertoire de vedettes-matière de la Universidad Laval de Québec, consi-
derado como la única lista importante en lengua francesa, tanto esta biblioteca 
como la Nacional han comenzado (desde 1976 y 1982, respectivamente) la pu-
blicación de sus encabezamientos con los que se formará una Liste encyclo-
pédique française de vedettes-matières cuyas reglas de uso han dado lugar a 
un proyecto de norma (Z 47-200) difundido en 1984. Mientras tanto, aparecen 
listas (Martine Blanc-Montmayeur y Françoise Danset, Choix de vedettes ma-
tières à l’intention des bibliothèques. París: Cercle de la librairie, 1984) basadas 
todavía en la norma vigente (Z 44-070), y estudios como los de Alain Gleyze 
(Pour une méthode d’indéxation alphabétique de matières. Villeurbanne: ENSB, 
1983) y, sobre todo, Nöe Richter (Grammaire de l’indéxation alfabétique. Le 
Mans: Bibliothèque de la l’université du Maine, 1984).
En la República Federal de Alemania existe una base de normalización al 
aceptar la bibliografía comercial Verzeichnis Lieferbarer Bücher los encabeza-
mientos utilizados por la Deutsche Bibliothek de Frankfurt (v. Kelm, Barbara y 
Schulze, Christa: Regeln für die Ansetzung un Verwendung der Schlagwörter... 
Frankfurt, Deutsche Bibliothek, 1979) Schlagwortkatalog «Erlanger Regelwerk» 
4.a ed. rev. Munich, 1977). Por iniciativa de la Bayerische Staatsbibliothek de 
Munich y de la Deutsche Bibliothek de Frankfurt se creó en 1980 una Comisión 
dentro del Deutsche Bibliotheksinstitut (DBI) cuyo resultado final deberían ser 
unas reglas de encabezamientos de materia (Regeln für dem Schlagwort-Katalog, 
más exactamente) que habrían de ponerse en práctica por la Deutsche Bibliothek 
a partir de 1986. Un esbozo de estas Reglas apareció ya en febrero de 1982. 
Entre los estudios de introducción baste con citar el de Agnes Stählin (con la 
colaboración de Roswitha Poll y comisionadas por la Biblioteca Universitaria9
de Erlangen-Nürnberg) al que hemos aludido hace poco y el de Heinrich Roloff 
(Lehrbuch der Sachkatalogisierung. 5.a ed. München: Saur, 1978).
Gran Bretaña, destacada en los últimos tiempos por sus estudios en este 
campo (Coates, E. J.: Subject Catalogues. Headings and Structure. London: L. 
A., 1960) ha abierto las puertas al futuro con el PRECIS (Preserved Context 
Indexing System) utilizado por la British Library en la bibliografía nacional 
británica (V. Wellisch, Hans H.: The PRECIS index system. New York: Wilson, 
1974 y Austin, Derek: PRECIS, A manual of concept analysis... London: The 
Council ofthe BNB, 1974).
Sería ingenuo creer que en España y, sobre todo, en lengua española no 
se ha hecho nada. Baste con nombrar una vez más a Carmen Rovira y aludir 
a su fundamental estudio. Los epígrafes en el catálogo diccionario (2.a ed. rev. 
Washington: Unión Panamericana, 1966) al que nos remitimos para información 
acerca de todo lo realizado, sobre todo en lengua española, hasta la fecha de su 
edición. Posteriormente, Carmen Rovira ha publicado, además de la ya citada 
traducción y adaptación de la 12.a edición de la lista de Sears, Encabezamientos 
de materia en español. Pautas y principios. (Bogotá ICFES, 1976. En Méjico, 
donde Gloria Escamilla González ha dirigido la publicación de la Lista de en-
cabezamientos de materia, elaborada en el Departamento de Catalogación de 
la Biblioteca Nacional de México (2.a ed. México: UNAM, 1978), Blanca María 
Castañón Moreno había publicado su obra Los encabezamientos de materia 
(México: Colegio de Bibliotecología y Archivología, 1974).
Pero en España, en los últimos treinta años, no hemos contado más que 
con algunas alusiones en la obra de M. Luisa Poves Bárcena, El catálogo dic-
cionario: normas para su redacción. (Madrid; Dirección General de Archivos 
y Bibliotecas, 1970; edición abreviada, Madrid: ANABAD, 1979) y con una 
lista de una biblioteca (Encabezamientos de materias para bibliotecas. Madrid; 
CSIC, Biblioteca General, 1965). En todo caso, el bibliotecario español, cuando 
no ha tenido que sentirse fedatario de instrumentos de trabajo extranjeros, ha 
tenido que utilizar medios que o bien eran adaptación de listas norteamerica-
nas o bien, en el mejor de los casos, eran el reflejo de la estructura bibliográfica 
de una determinada biblioteca. De hecho, la Biblioteca Nacional ha construido 
su archivo de encabezamientos acudiendo sobre todo a la lista de la Biblioteca 
del Congreso y al Soggettario florentino. De este archivo se ha nutrido nuestra 
bibliografía nacional y Bibliografía Española ha sido el recurso del que con 
mayor frecuencia han echado mano nuestros bibliotecarios para resolver el 
problema de su catálogo alfabético de materias.
No carecía de sentido, pues, intentar redactar una lista/código para los biblio-
tecarios españoles que sirviera de lenguaje fundamental de recuperación de la 
información y de instrumento básico para la redacción del catálogo alfabético de 
materias (generalmente mezclado con el de autores y el de títulos para formar el 
catálogo diccionario) en las bibliotecas españolas. El pensamiento iba dirigido a 
las bibliotecas públicas y además españolas. Si por fortuna esta obra alcanzase a 
servir para más, miel sobre hojuelas.
Con esta idea, se formó una primera comisión a fines de 1975, que se reunió 
con una cierta asiduidad durante los años 1976 y 1977, cuyos trabajos se vie-
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ron interrumpidos por causas que no son de este lugar. De ella formaban parte, 
entre otros, algunos bibliotecarios que posteriormente, por distintos motivos, 
no habían de hallarse presentes. Vale la pena recordar aquí los nombres de 
Carmen Amaniel, de Felicidad Buendía, de Milagros del Corral y de Carlos 
Rodríguez-Jouliá, quienes no podrían incorporarse de nuevo a los trabajos. 
Efectivamente, a partir de 1981 quedó establecida una nueva Comisión forma-
da por los siguientes bibliotecarios:
Presidente: Manuel Carrión Gútiez
Vocales: Pilar Benedito Castellote 
M.a Dolores del Castillo Cuervo-Arango 
Josefina Delgado Abad 
Isabel Fonseca Ruiz 
M.a Carmen Lázaro Corthay 
David Torra Ferrer
Éste ha sido el grupo a cuyos componentes, en la medida en que han partici-
pado en los trabajos, hay que agradecer la redacción de esta Lista.
Las ideas básicas que han orientado su trabajo han sido las siguientes:
1. Conseguir una lista de encabezamientos de materia al servicio de la 
normalización y eficacia de las bibliotecas públicas españolas.
2. Obtener una lista española y al mismo tiempo universal, al prescindir 
de traducir o adaptar una lista extranjera de encabezamientos o la de una bi-
blioteca determinada.
3. Partir de la idea de un esquema ideal de colección para biblioteca 
pública de nuestro tiempo que quiera ser reflejo fiel de la cultura actual. Con 
ello se conseguía también tratar las líneas rectoras para las adquisiciones 
de la misma. El esquema creímos verlo en el Unesco Thesaurus. A struc-
tured list of descriptora for indexing and retrieving literature in the fields of 
education, science, social science, culture and comunication. París: Unesco, 
1977 (compilado por Jean Aitchisin y traducido en 1984 al español por Jean 
Viet).
4. Considerar el Thesaurus no más que como entramado básico para la 
redacción de los encabezamientos. Posteriormente, los encabezamientos esco-
gidos han sido verificados en el fichero de encabezamientos de materia de la 
Biblioteca Nacional, para recibir lo que podemos llamar la confirmación bi-
bliográfica, es decir, el convencimiento de que se trata de encabezamientos que 
la producción bibliográfica española ha obligado ya a utilizar.
5. Por último se ha procedido a relacionar los encabezamientos entre sí 
y a comprobar la existencia de un cierto rigor en la aplicación de normas que 
conviertan esta Lista en un lenguaje documentado «controlado».
Haciendo oídos sordos a las necesidades de nuestras bibliotecas, esta obra 
podría haber esperado a ser perfecta, es decir, haber sido aplazada hasta nunca 
jamás. Pero hemos preferido atender la llamada de los bibliotecarios y abrir 
11
un camino largo de recorrer. Sólo la experiencia de todos los que utilicen esta 
herramienta permitirá ir corrigiendo sus errores y rellenando sus lagunas. La 
realización del proyecto SABINA debe hacer accesible a todos el fichero de 
autoridades que se utilice para los encabezamientos de materia tanto de libros 
nacionales como extranjeros. Pero, en última instancia, es cada bibliotecario el 
que tiene que ajustar la biblioteca a las necesidades informativas de la comu-
nidad a la que sirve.
La Comisión
13
NORMAS PARA EL USO DE ESTA LISTA DE 
ENCABEZAMIENTOS
1. Finalidad. La biblioteca para todos ha traído como consecuencia la ne-
cesidad de responder a las demandas de información del conjunto de los ciu-
dadanos, usuarios en potencia de la biblioteca pública. Estas demandas suelen 
concretarse más que en la búsqueda de información sobre un campo determi-
nado del saber –lo cual supondría un conocimiento del campo más amplio en 
el que sistemáticamente se inscribe el primero–, en la búsqueda de información 
sobre un campo determinado de la realidad susceptible de ser objeto del cono-
cimiento y por consiguiente «materia» de un documento en el que se transmite 
ese conocimiento. La biblioteca pública, como medio social de información, 
debe, pues, disponer de un medio capaz de mediar en esta búsqueda y de llevar 
al encuentro de la información anhelada al lector que busca información sobre 
una materia o que, sencillamente, sólo conoce de un libro que busca la materia 
de que trata. Este medio, si prescindimos del contacto directo con el libro en 
los estantes o con el bibliotecario, es el más sencillo y menos formalizado de la 
biblioteca y se llama catálogo alfabético de materias. De su fusión o no con los 
catálogos alfabéticos de autores y de títulos depende el que pase a formar parte 
de un catálogo general llamado catálogo diccionario.
El catálogo alfabéticode materias no es más que un conjunto de asientos 
bibliográficos para cuya ordenación se ha tenido en cuenta un punto de acceso 
que no abre las puertas a la descripción del libro, sino a su contenido, y que se 
llama encabezamiento de materia. Éste es un término tomado del lenguaje usual 
que trata de condensar sintéticamente la materia de un libro, entendiendo por 
materia, no el mensaje, la información o el discurso que forman el contenido 
de un libro, sino el asunto o tema sobre el que versa dicho discurso. Claro está 
que toda la ancha realidad, incluida la mental, puede ser objeto o asunto de 
discurso. De donde se sigue que, siendo «Botánica» un discurso o tratado sobre 
las plantas, puede a su vez ser objeto de un discurso o tratado sobre la historia 
de esta disciplina.
Por hallarse los encabezamientos constituidos por términos del lenguaje 
usual, se plantean una serie de problemas semánticos y sintácticos, ya que, por 
un lado, hay términos con distinto significado (homonimia) o términos distintos 
para el mismo significado (sinonimia) además de evolucionar semánticamente 
y aparecer de continuo otros nuevos necesarios para nombrar nuevas realidades, 
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y, por otro lado, no siempre los términos son tan simples que dejen de tener 
necesidad de relacionar entre sí sus distintos elementos. Los encabezamientos 
de materia necesitan, pues, una codificación, un «control» para poder servir de 
instrumentos adecuados en el «diálogo informativo» y convertirse en un lengua-
je documentario.
Los resultados de esta codificación suelen presentarse en forma de lista de 
encabezamientos acompañada de un conjunto de reglas como las presentes. 
Con este «código» en las manos, el bibliotecario puede hacer dos cosas funda-
mentales: preparar el catálogo alfabético de materias, utilizando tanto los en-
cabezamientos como las posibilidades aquí contenidas, y tener un verdadero 
léxico para mantener el diálogo informativo con el usuario. Es el resultado de 
un trabajo que con ser la forma más elemental del análisis de un documento, 
es también la forma más fundamental. Y que da pie a la tarea de más responsa-
bilidad comunicadora del bibliotecario en su misión de ajustar la información 
contenida en su biblioteca a las necesidades y urgencias de sus lectores.
Para ello, el bibliotecario tiene que ser capaz de lo siguiente: identificar 
el trozo de realidad del que «habla» un libro, representarlo mentalmente en 
un concepto, darle nombre y posibilidades de comunicación por medio de un 
término, dar la forma debida a ese término, adjudicárselo a un asiento biblio-
gráfico y ordenar adecuadamente el conjunto de todos los asuntos de los que 
«hablan» sus libros. No es tarea fácil y está por encima de la habilidad catalo-
gadora. Para identificar con seguridad «trozos» de realidad concreta, hay que 
tener en la cabeza toda la realidad susceptible de ser objeto de discurso dentro 
de un libro o de un folleto. Sería ingenuo pensar que esta Lista ofrece todas 
las soluciones, pero sería suicida creer que, desde ahora, puede prescindirse 
de ella. Sobre su pauta pueden construirse otras generales con mayor número 
de encabezamientos y un número indefinido para materias especiales que no 
llegarían a ser todavía un «thesaurus». Por muchas razones, ya que, a pesar 
de coincidir en algunos aspectos, los descriptores son menos complejos que 
los encabezamientos y por ello se multiplican más, son más abundantes a la 
hora de describir un mismo contenido, tienen mayor movilidad entre sí (sin 
que hayan de ocupar un puesto tan prefijado de antemano) y necesitan una 
sintaxis más rica para su enlace; los descriptores pertenecen a un lenguaje 
más especializado y técnico que los encabezamientos; aunque los encabeza-
mientos ofrecen algunas posibilidades de síntesis o de postcoordinación, los 
descriptores pertenecen a un lenguaje más postcoordinado y, por consiguiente, 
con mayores posibilidades para el análisis documental en profundidad; por 
fin, en el caso de los descriptores tienen mayor importancia la sistematización 
o conexión interrelacional del conjunto.
2. Principios básicos. Ya desde Cutter, la redacción de una Lista como la 
nuestra y, por consiguiente, la asignación de encabezamientos de materia, se 
apoya en una serie de reglas básicas o principios generales –algunos inmutables 
y otros variables– cuyo conocimiento es imprescindible al catalogador, ya que 
le dan a conocer el alcance de la lista que utiliza y le orientan para realizar con 
acierto las distintas posibilidades que se le ofrecen.
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2.1. Principio de especificidad. El encabezamiento debe servir para de-
signar una materia determinada y sólo ella y además debe ser precisamente 
aquella de la que trata el documento. Está claro que el ideal de lo específico 
se consigue cuando un término sólo puede designar a un solo ser, como es el 
caso de todos los nombres propios. De donde se sigue que los documentos 
cuyo asunto sea designable con un nombre propio son los de más fácil catalo-
gación por materias. Precisamente por eso la Lista no contiene ningún nombre 
propio (a excepción de los utilizados como modelos en los apéndices) ni de 
persona, ni de entidad, ni de animales, ni de lugar. Pero tampoco contiene 
nombres comunes de cosas concretas enumerables en series uniformes. Basta 
pensar en los infinitos términos originados por la taxonomía en las distintas 
ciencias de la naturaleza (nombres de seres pertenecientes a los tres reinos: 
mineral, vegetal y animal) muchos de los cuales tienen su correspondiente en 
el lenguaje vulgar. Precisamente una y otra clase de nombres constituyen el 
grueso del contenido de los diccionarios enciclopédicos. A ellos y a los espe-
cializados, así como a los manuales más acreditados hay que acudir en estos 
casos. Muchas veces, el bibliotecario recibirá el aviso con la fórmula Pueden 
usarse además los nombres... que se utiliza no sólo en los casos ya citados, 
sino también en el de las enfermedades, órganos y huesos, objetos artificia-
les como máquinas, herramientas, etc. Bastará sencillamente con acudir al 
índice alfabético de la CDU en su edición abreviada (la aparición de la 4.a es 
inminente) para que, dada la naturaleza eminentemente enumerativa de este 
sistema de clasificación, los 5.000 encabezamientos que contiene esta Lista se 
conviertan en unos 19.000.
La especificidad influye además en la elección del elemento inicial del en-
cabezamiento en los casos en que se plantee el problema por tratarse de un 
encabezamiento compuesto, ya que, en el caso de encabezamiento + subencabe-
zamiento no deberá ser aquél menos específico que éste. Pero a lo que se opone 
radicalmente la especificidad es a la sistematización y no tanto, como veremos, 
al uso de términos más universales, justificados, en ciertos casos. Puede estar 
justificado alguna vez, por tener pocos libros sobre este tema, catalogar un libro 
que trata de Manzanos bajo Arboles frutales; lo que nunca estará justificado 
es catalogarlo bajo Arboles frutales-Manzanos.
2.2. Principio de síntesis. La asignación del encabezamiento de materia es 
el resultado de un proceso mental de síntesis en cuya virtud no sólo se procura 
reducir el contenido de un documento a muy pocos (preferiblemente a uno) asun-
tos o materias, sino que se intenta obtener la expresión del mismo con un término 
de la máxima simplicidad. La mayor o menor dificultad para conseguir todo esto 
depende fundamentalmente de dos condiciones: que el documento –por razón de 
su contenido y no desde el punto de vista formal– tenga carácter monográfico y 
que la materia de esta monografía no supere un cierto grado de complejidad. Así 
que los encabezamientos de materia no tienen útil aplicación en la catalogación 
de poligrafías y publicaciones periódicas. Y la dificultad, a veces la imposibi-
lidad, de conseguir una síntesis perfecta justifica el procedimiento de acudir a 
más de un encabezamiento de materia para la descripción del contenido de un 
documento. A veces no quedarámás remedio que renunciar a la síntesis perfecta 
y dejar perder parte del contenido.
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Es probable que esta imposibilidad de síntesis en las obras literarias, cuyo 
contenido se halla tan estrechamente ligado al discurso (el asunto de un poema 
es el poema mismo) a la que se añade la importancia del autor en estos casos, 
haga desaconsejable la utilización de encabezamientos de materia para las obras 
literarias o de creación mejor identificadas por su autor o por su título que de 
cualquier otra manera.
2.3. Principio de uso. Los encabezamientos de materia deben acomo-
darse al fin para el que se utilizan: aplicarse a unos determinados fondos, 
ayudar a unos usuarios concretos, formar un catálogo llamado catálogo alfa-
bético de materias. En nuestro caso, implica tener en cuenta la naturaleza de 
los fondos de la biblioteca pública, las necesidades del usuario de los mismos 
y la finalidad del catálogo alfabético de materias. Un principio tan descara-
damente relativista y pragmático rompe toda idea de perfección y de aplicar 
a rajatabla principios casi filosóficos en la asignación de encabezamientos de 
materia. Los encabezamientos de materia de esta Lista han sido redactados 
para una biblioteca pública española de carácter general y de tipo medio. En 
ella, prescindiendo de ejemplares duplicados, de la literatura infantil y de la 
literatura de creación, los fondos no superan por lo general los 30.000 títulos; 
a ella acuden usuarios que no son especialistas, que buscan lectura o bien 
información sobre puntos concretos y no materiales de arranque para una 
investigación.
Por eso estos encabezamientos están pensados para macrodocumentos con 
predominio de los de tema genérico. En nuestra Lista los encabezamientos 
se detienen en un grado de especificidad poco profundo, abundan poco los 
subencabezamientos (más necesarios cuando la materia es más compuesta), 
hay pocos casos de inversión de los elementos de un término así como de 
términos compuestos y se han aceptado con generosidad nombres de dis-
ciplinas (Geología, Mineralogía, etc.) como encabezamientos de materia, a 
sabiendas de que no se trata en tales casos de verdaderos encabezamientos de 
materia, pero conscientes de que este tipo de encabezamientos es necesario 
para bibliotecas públicas en las que los estudiantes constituyen el 90% de los 
usuarios.
Por este motivo, se cae en la sistematización en todos los casos en que se uti-
lice el subencabezamiento –Historia (en el que se sigue un criterio cronológico) 
y en los casos a los que sirve de modelo Lengua española–.
Por lo que se refiere al vocabulario se ha utilizado un conjunto de términos a 
mitad de camino entre el uso vulgar y el uso especializado. Y es que la abundan-
cia de medios de comunicación ha divulgado gran cantidad de términos que en 
otro tiempo habrían sido considerados como estrictamente para especialistas.
2.4. Principio lingüístico. Los encabezamientos se redactarán en español 
(cuando exista un término aceptado en nuestro idiomas), en el lenguaje usual 
(que no tiene que ser necesariamente el «vulgar») y en el orden natural del idio-
ma (prevalencia del nombre sobre el adjetivo como elemento inicial). Los casos 
de inversión –señalados por la coma (,) que sigue al primer elemento– deben 
limitarse al máximo y se justifican cuando el elemento inicial es demasiado ge-
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nérico y se prevé que la búsqueda se hará por otro elemento más específico (en 
muchos casos un apellido).
2.5. Principio de uniformidad. Cada materia debe tener siempre el mis-
mo encabezamiento. Por consiguiente debe escogerse (basándose en razones de 
uso y de idioma) entre varios posibles (sinonimia) y debe distinguirse por medio 
de determinantes entre paréntesis en el caso de que un encabezamiento sirva 
para varias materias (homonimia).
2.6. Principio de economía. Debe limitarse al máximo el número de en-
cabezamientos para un mismo documento. Esto supone no acudir con asidui-
dad a los encabezamientos dobles o a los compuestos con «y» (que solucionan 
fácilmente el problema de las materias que se solapan), pero evitando al mis-
mo tiempo el peligro de caer en los encabezamientos excesivamente genéricos. 
Mientras que en la biblioteca especializada el análisis de las materias y la mul-
tiplicidad de encabezamientos puede ser hasta recomendable, en el caso de la 
biblioteca pública no debiera pasarse de tres encabezamientos para un mismo 
documento. Cuando un libro trate demasiados temas o un tema contemplado 
desde muchos puntos de vista o un tema demasiado complejo, no habrá más 
remedio que acudir a un encabezamiento más genérico, aunque otros más espe-
cíficos, que podrían ser utilizados en el caso de no ser tantos, se encuentren o 
puedan encontrarse en la Lista.
3. Formas del encabezamiento
3.1. Encabezamientos con una sola palabra. Es la forma ideal de enca-
bezamiento y se trata de ordinario de un nombre, ya que los adjetivos sólo son 
usados como encabezamientos cuando han sido sustantivados por el uso, y otras 
formas gramaticales sólo pueden ser usadas cuando son sustantivadas por el 
hecho de constituirse formalmente en asunto de un estudio.
En el caso de los nombres propios, la forma que ha de adoptar el encabeza-
miento se rige por lo establecido para ellos (sean de persona, de entidad o de 
lugar) en las vigentes Reglas de Catalogación. I. Monografías y publicaciones 
seriadas (Madrid: Dirección General del Libro y Bibliotecas, 1984).
En cuanto al uso de nombres comunes no presentan mayor problema que 
el del uso del singular o del plural. No es fácil establecer una regla segura por 
el hecho de que todo concepto universal, aun en su forma singular, se refiere a 
muchos individuos. P.e., tanto se refiere a muchos Hombre como Hombres, 
Caballo (o el Caballo) como Caballos, así que la regla más socorrida y práctica 
viene a ser el uso y a veces la simple eufonía. Con todo diremos que aquí hemos 
procurado utilizar la forma plural para los nombres concretos, es decir, que indi-
can realidades sustantivas, y que al mismo tiempo se refieren a una pluralidad de 
individuos (Barcos, Peces...) así como para las materias que no pueden expre-
sarse en singular (Derechos políticos y civiles, Países comunistas... mientras 
que se reservaría el singular para los nombres abstractos (Libertad, Calor...) y 
para los concretos que no designan directamente una pluralidad de individuos 
(Trigo, Oro...).
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3.2. Encabezamientos de nombre + adjetivo. Es una forma consustan-
cial del idioma para especificar a un nombre y, por consiguiente, a una materia. 
Es una forma eficaz de encabezar y al mismo tiempo puede ser una trampa. Un 
libro que trate de las Fiestas madrileñas no puede encabezarse por Fiestas ma-
drileñas, sino por Madrid-Fiestas, mientras que otro que trate de España y su 
pintura puede no tener que encabezarse por Pintura-España, sino por Pintura 
española si el tema es la pintura hecha por españoles y no la pintura existente 
en España. Resolver el problema con acierto supone muy a menudo conocer el 
idioma con el que se trabaja, la materia de que se trata y las técnicas de catalo-
gación por materias. Intervienen el grado de acuñación del término compuesto, 
su elocuencia, su capacidad descriptiva. Calzadas romanas no puede ser de 
otra manera, mientras que Carreteras palentinas –de apariencia semejante– 
tiene que ser Carreteras-Palencia. En general la forma nombre + adjetivo está 
siempre justificada cuando no puede ser cambiada por la forma encabezamiento 
+ subencabezamiento sin que cambie el sentido. En todo caso debe evitarse la 
acumulación de adjetivos, aunque acaso no pueda evitarse cuando se trata de 
expresar las variedades y estilos artísticos: Pintura barroca española.
3.3. Encabezamientos de nombre + complemento. A veces es el medio 
de lograr términos que designan un solo concepto y consiguientemente una sola 
materia: Máquinas de vapor, Aviones de reacción, Aceite de oliva... En este 
mismo grupo hay que situar la expresión de cualquiermateria cuando se quiere 
indicar formalmente su condición de asunto en la literatura o en el arte: Madrid 
en la poesía, Niños en la pintura...
3.4. Encabezamientos de nombre + nombre. Muchas veces se trata de una 
simple acumulación verbal para cubrir adecuadamente una determinada materia, 
sobre todo en el caso de cuasi-sinónimos muy unidos: Ritos y ceremonias, Usos 
y costumbres, Emociones y sentimientos..., pero la fórmula sirve también para 
mucho más: para expresar los asuntos en que varias materias se entrecruzan o 
solapan, creando un campo en el que no es posible estudiar (y, por consiguiente, 
buscar) la una sin la otra: Arte y Literatura, Padres e hijos, Educación y empleo.
3.5. Encabezamientos de frase. Se utilizan únicamente en los casos en los 
que una frase hecha (a menudo en otros idiomas) es la mejor forma de designar 
una materia específica: Donación «inter vivos», «Res nullius», Seguro a todo 
riesgo... Este tipo de encabezamientos no suele ser necesario en el grado de 
especificidad que ha de alcanzar la catalogación por materias en la biblioteca 
pública.
3.6. Encabezamiento + Subencabezamiento. Es prácticamente el único 
caso de sintaxis propia en la asignación de encabezamientos: El del término 
que resultaría demasiado difuso por lo extenso de su enunciación o cuyo primer 
elemento es demasiado genérico. El resultado práctico de utilizar subencabe-
zamientos es conseguir la entrada por un término más específico, evitando la 
excesiva acumulación de los mismos términos genéricos. Al mismo tiempo se 
consigue la especificación de una materia. El mayor o menor uso de subenca-
bezamientos en una biblioteca depende de la abundancia de sus fondos y de su 
19
finalidad informativa. En una Lista como la presente, destinada a las bibliotecas 
públicas españolas, los subencabezamientos son poco abundantes, si prescindi-
mos de los utilizados en los modelos ofrecidos en los apéndices.
La Lista, a la hora de escoger los encabezamientos que figuran en ella, ha 
seguido principalmente el llamado criterio bibliográfico: se escogía en concreto 
el encabezamiento sobre el que se supone que existen publicaciones con posi-
bilidades de estar en una biblioteca pública. De esta suerte, el bibliotecario se 
encontrará con Trigo y con Arroz, pero no con cebada, por poner un ejemplo. 
El mismo criterio ha sido seguido en cuanto a los subencabezamientos. Así que 
la Lista no evita el trabajo personal del bibliotecario en la confección de su ca-
tálogo por materias ni resuelve los problemas, por ejemplo, de un bibliotecario 
de biblioteca universitaria.
Con todo, nos atrevemos a pedir a nuestros compañeros que no se desani-
men, con estas dos aclaraciones:
1. Algunas veces, el criterio bibliográfico nos lleva a ofrecer algunos enca-
bezamientos con subencabezamientos más o menos desarrollados, que pueden 
servir como modelos para casos análogos. Así Aceitunas, para otros productos 
agrícolas; Abogados, para otras profesiones (podríamos haber escogido Médicos 
por el criterio bibliográfico, pero en este caso se imponía el orden alfabético); 
Acero, para otros metales o aleaciones; Calor o Electricidad, para otras formas 
de energía física; Indios americanos, para otros pueblos; Lengua española, para 
otras lenguas; Pulmones, para otros órganos y aparatos; Tuberculosis, para otras 
enfermedades. De forma parecida, otras veces, los subencabezamientos utilizados 
para un encabezamiento genérico pueden valer para los encabezamientos más es-
pecíficos comprendidos en su extensión, como ocurre con Alimentos, Animales, 
Arte, Enfermedades, Funcionarios, Máquinas, Plantas, etc.
2. La segunda aclaración es también un consejo: que aprendan a formar los 
subencabezamientos para formas de catalogación por materias más afinadas de 
las que se necesitan en la biblioteca pública. Para ello, además de tener en cuen-
ta lo que se dice en esta parte doctrinal de la Lista, no deben dudar en acudir a 
las partes de los sistemas de clasificación en las que se desarrollan las facetas o, 
en el caso de la CDU, los auxiliares especiales. La necesaria limitación de estas 
líneas nos impide demostrarles cómo.
4. Los subencabezamientos. Como en el caso de los números auxiliares 
de la CDU podríamos hablar de subencabezamientos generales y subencabe-
zamientos especiales atendiendo a la extensión de su posible aplicación. En 
realidad un subencabezamiento no puede ser tan especial que sólo sirva para un 
encabezamiento (Factor Rh, pero no Sangre-Factor Rh) ni tan genérico que 
no especifique nada (para un libro sobre la Vida de los animales salvajes, hay 
que usar Animales salvajes y no Animales salvajes-Vida). Para que el biblio-
tecario pueda escapar de los falsos subencabezamientos, deberá comenzar por 
tener en cuenta dos cosas: que el subencabezamiento sea «elocuente», sirva para 
especificar la materia del encabezamiento, y que no se produzca en ningún caso 
subordinación sistemática. Pero sin el sueño de aplicar principios metafísicos en 
este campo: desde un punto de vista teórico, tanto valdría Automóviles-Ruedas 
como Ruedas de automóvil.
20
Respecto a los subencabezamientos conviene tener en cuenta las siguientes 
normas:
a) Distinguimos cuatro clases de subencabezamientos: de materia, topo-
gráficos, cronológicos y formales.
b) Cada subencabezamiento se une con el encabezamiento o con los su-
bencabezamientos anteriores por medio de un guión (-).
c) El orden obligatorio en que se consignan los subencabezamientos, en 
caso de concurrencia de varios, es el establecido en a).
d) Sólo debe utilizarse un subencabezamiento de cada clase, menos si 
se trata del de forma (Cervantes, Miguel de - Personajes femeninos y no 
Cervantes, Miguel de - Personajes-Mujeres, Pulmones - Diagnóstico de las 
enfermedades y no Pulmones - Enfermedades-Diagnóstico).
4.1. Subencabezamientos de materia. Suelen indicar cualidades, propie-
dades, acciones, etc. de una materia específica que no se estudia en toda su rea-
lidad. En todo caso deben ser siempre conceptos aplicables a muchas materias.
4.2. Subencabezamientos topográficos. Son nombres de lugar que sirven 
para especificar una materia. Los nombres de lugar pueden ser también encabe-
zamientos y no es fácil determinar cuándo un nombre de lugar indica la materia 
de un documento y cuándo sirve solamente para especificar tal materia. Los 
intentos de dar reglas válidas han terminado por ser recomendaciones pragmá-
ticas y solucionar el problema con el doble encabezamiento no parece la mejor 
de las soluciones. La solución habrá que buscarla acudiendo a los modelos para 
España –y para Madrid– que se dan en los apéndices.
A este respecto, conviene tener presentes las siguientes observaciones:
a) La redacción de los encabezamientos de nombres de lugar sigue las mis-
mas reglas que la de los encabezamientos análogos para el catálogo alfabético 
de autores.
b) El grado de especificación geográfica (país, región, ciudad, etc.) debe 
fijarlo cada bibliotecario en función de las necesidades de sus usuarios.
c) En todo caso el encabezamiento o subencabezamiento se hará de forma 
directa (Bogotá y no Colombia-Bogotá: Barcelona y no Cataluña-Barcelona).
d) Los adjetivos gentilicios prevalecerán en los casos en que tienen un 
valor distinto del puramente geográfico (Pintura española, pero Bibliotecas-
España y no Bibliotecas españolas).
e) Para determinar si el topónimo ha de ser encabezamiento o subencabe-
zamiento se tendrá en cuenta que cuando se trate de asuntos de los que trata la 
historia, la geografía, la política y la sociografía el topónimo deberá utilizarse 
como encabezamiento (España-Política exterior; España-Política y Gobierno; 
España-Clima... La razón de esta regla generalmente aceptada puede ser, por 
un lado, que la connotación topográfica parece esencial al tema (hasta el pun-
to de que puede hablarse de «política exterior española», «Gobierno español», 
etc., mientras que no es posible decir «mortalidad española») y, por otro, que el 
nombre geográficoes más específico que el común.
21
f) Los términos que designan instituciones (universidades, bibliotecas, mu-
seos, etc.) se utilizan como subencabezamientos con los nombres de ciudad, pero 
como encabezamientos con subencabezamiento topográfico en los demás casos.
4.3. Subencabezamientos cronológicos. Especifican una materia al si-
tuarla en el tiempo. Cuando los términos cronológicos o con valor cronológi-
co designan materias sin ninguna especificación (Edad Media) o equivalen a 
nombres propios (Renacimiento, nombres de acontecimientos, guerras y ba-
tallas, etc.) pueden ser usados como encabezamientos. En el caso de batallas, 
convendrá acudir a la inversión, sobre todo cuando la denominación incluye un 
topónimo (Bailén, Batalla de (1908)). Hay que estar atentos para evitar errores 
con nombres de persona que equivalen a períodos cronológicos (La España de 
Carlos V = España-Historia...).
El grado de especificación en los términos cronológicos varía según las nece-
sidades informativas de la biblioteca. En los apéndices se dan, a título de orien-
tación, las principales denominaciones cronológicas de la historia de España 
y de las repúblicas hispanoamericanas. Como podrá observarse, la ordenación 
en estos casos es cronológica y no alfabética. Esto plantea algunos problemas 
a la hora de utilizar el tratamiento electrónico de datos en la confección de un 
catálogo alfabético de materias. Convendrá tenerlos en cuenta para buscar las 
soluciones adoptadas en otras partes.
Por fin, conviene advertir que en esta Lista sólo se utilizan como subencabeza-
mientos los términos cronológicos precedidos del subencabezamiento uniforme-
Historia. Ello supone, en algunos casos, dejar de alcanzar un grado de especifi-
cación de la materia que no es necesario en una biblioteca pública (para una obra 
acerca de la Restauración de monumentos en Madrid en el siglo XIX, habremos de 
contentarnos con Madrid-Restauración de monumentos más que suficiente para 
la cantidad de documentos sobre el tema que tendrá la biblioteca) y en otros casos 
apelar a otra clase de recursos (Soria-Restos arqueológicos o Restos arqueológi-
cos medievales, por Soria-Restos arqueológicos-Edad Media); pero se consigue 
también evitar el uso indiscriminado de esta clase de subencabezamientos.
4.4. Subencabezamientos formales o de forma. No designan la materia 
propiamente dicha, pero tampoco necesariamente sólo su envoltura más externa 
o soporte, es decir, la «designación general del material». La forma se refiere so-
bre todo al discurso, a la configuración del discurso que trata una materia. Esta 
configuración va desde los aspectos más externos (Fotografías, Grabados...) 
hasta el mismo género literario (Novelas, Ensayos, Conferencias...) pasando 
por muchos grados intermedios y pudiendo llegar hasta un comienzo de valora-
ción crítica (Publicaciones infantiles y juveniles; Manuales para aficionados...). 
En una biblioteca pública no conviene abusar de ellas, como suele ocurrir. Se 
recomienda utilizar las contenidas en el Apéndice.
Naturalmente, las denominaciones de forma pueden ser también encabeza-
mientos de materia (en singular en el caso de los géneros literarios), además de 
utilizarse en su valor formal como apoyo para otros subencabezamientos for-
males: Novela; Diccionarios; Bibliografías; Ensayos-Colecciones; Ensayos-
Certámenes, etc.).
22
5. Materias y casos especiales
5.1. Subencabezamientos dobles. Aunque hemos dicho que no deben utili-
zarse dos subencabezamientos de la misma clase y aunque a veces puede evitarse 
el duplicarlos haciéndolo con el encabezamiento (Aleaciones de oro y plata: Oro-
Aleaciones; Plata-Aleaciones), algunas veces se admite la duplicación: España-
Relaciones-Francia; Vega Carpio, Félix Lope de-Influencia Calderón de la Barca, 
Pedro (se haría un segundo encabezamiento por Calderón de la Barca, Pedro-
Crítica e interpretación); Lengua española-Diccionarios-Lengua francesa.
5.2. Nombres étnicos. Se utilizan sólo para designar a los pueblos o na-
ciones que no tienen territorio propio: Judíos, Gitanos, Arabes... Pero España-
Historia, para Historia de los españoles. Asimismo el adjetivo gentilicio se 
conserva en Pintura española, Lengua española, Literatura española...
5.3. Lengua y literatura. Para designación de las distintas lenguas o 
idiomas, hemos adoptado el sistema de utilizar la palabra Lengua seguida del 
adjetivo correspondiente. Creemos que va mejor con el uso actual en España 
en los títulos de libros y en los nombres de entidades relacionadas con «el es-
pañol». Este procedimiento afecta también a campos superiores a los de un 
idioma (Lenguas africanas-Bibliografías y no Lenguas-África-Bibliografías 
Bibliografías para un estudio titulado Bibliografía de las lenguas de África) 
y para los nombres de dialectos (Dialecto aragonés; Dialecto leonés...), pero 
no para variedades lingüísticas más específicas (Dialecto leonés-Bierzo). Dado 
que el procedimiento no es muy estrictamente aplicable a partes de la lengua 
(consonantes españolas = consonantes de la lengua española; ortografía españo-
la = ortografía de la lengua española), los subencabezamientos utilizados con el 
modelo Lengua española no evitan toda apariencia de sistematización.
Un sistema equivalente se usa con Literatura (Literatura española; 
Literatura francesa...) y con sus formas (Literatura popular; Literatura 
religiosa...), las cuales, al combinarse con la primera no podrán evitar la du-
plicidad de adjetivos: Literatura popular española. Pero hay una diferencia 
sustancial respecto a la lengua y es que los géneros y subgéneros encabezan 
directamente: Novela española y no Literatura española-Novela.
La simple enunciación del encabezamiento basta para saber cómo resolver 
ciertos compromisos: Literatura francesa-Autores españoles; Literatura ar-
gelina; Literatura argelina (árabe); Literatura argelina (francés).
Como subencabezamiento para estudios de historia de la literatura se utiliza 
Historia y Crítica y en el caso de obras individuales, el nombre del autor con el 
título uniforme y el subencabezamiento Crítica e interpretación.
Todo cuanto hemos dicho se refiere, claro está, a los estudios literarios. 
Las obras literarias de creación pueden también contener información sobre 
un asunto que justifique un encabezamiento de materia. Pero ya hemos dicho 
que, en principio, las obras literarias no son objeto de búsqueda en un catálo-
go alfabético de materias. Otros casos relacionados se resuelven en la entrada 
Literatura.
5.4. Tratados, convenciones, convenios, etc. Los encabezamientos redac-
tados a base del término Tratados (que puede servir también de subencabeza-
miento) son encabezamientos propiamente dichos, es decir que se refieren a la 
23
materia Tratados como tal: Tratados internacionales. No hay inconveniente en 
que una biblioteca utilice formas más específicas como Tratados bilaterales, 
Tratados multilaterales, Convenios, Convenciones internacionales, etc. Los 
tratados mismos se encabezan por el país o por la materia del tratado y llevan 
como subencabezamiento –Tratados, convenios, etc.: España-Tratados, conve-
nios, etc. – Francia; Pesca-España-Tratados, convenios, etc. – Francia. Los tra-
tados individuales se encabezan por su nombre, con inversión de los términos, 
cuando sea preciso: Utrech, Tratados de 1713.
6. La Lista como estructura. Si los encabezamientos de materia tienen ya 
una estructura común por el hecho de su ordenación alfabética, la tienen mucho 
más por el sistema de referencias con que los encabezamientos están unidos en-
tre sí y por las posibilidades de desarrollo de un encabezamiento que se indican 
de continuo, generalmente a través de la fórmula «Pueden usarse además...». 
Las definiciones y explicaciones que sirven tanto para fijar el significado de los 
términos como para determinar su extensión conceptual, son también elementos 
estructurales de la Lista.
No hemos creído en la rutinaria afirmación de que el catálogo alfabético de 
materiasdispersa la información y, por consiguiente, no hemos sentido la nece-
sidad de recuperar, a través de las referencias, la sistematicidad y jerarquización 
perdidas. No hay tal. Tanto el catálogo alfabético de materias como el sistemático 
tratan de concentrar la información, sólo que el primero lo hace en torno a temas o 
asuntos y el segundo de otra manera cuya exposición no es de este lugar.
Así que, al utilizar las referencias, no hemos tratado en modo alguno de re-
construir el árbol del saber, sino de asegurar dos cosas:
a) La eficacia heurística, el valor informativo que el catálogo ha de tener para 
el usuario, el cual nunca debe alejarse de la biblioteca sin haber obtenido alguna 
noticia, mientras la haya en la biblioteca, sobre el asunto por el que siente interés.
b) El valor de código que la Lista tiene para el bibliotecario quien, en todo 
caso, debe poder solucionar el problema de expresar una determinada materia.
La referencia simple de «V.» («Véase») y la explicación correlativa «U.p.» 
(«Úsase por») van dirigidas tanto al bibliotecario como al lector, por lo tanto 
deberán estar también presentes en el catálogo. La referencia de «V.» sirve para 
enviar del encabezamiento posible y no escogido al escogido, en aquellos casos 
en que por tratarse de sinónimos, de encabezamientos complejos (con distintas 
posibilidades de elemento inicial), de distintas formas de un mismo término o 
de un determinado grado de especifidad prefijado por el catalogador, sería posi-
ble escoger entre varios. La explicación «U.p.» avisa sobre los encabezamientos 
que no deberán buscarse.
Las referencias complementarias o de «V.a.» («Véase además») van dirigi-
das al usuario del catálogo. Tratan de completar la información sobre un asunto 
por dos caminos: indicando otros asuntos relacionados con el que interesa y 
(siguiendo el procedimiento de algunas listas italianas) refiriendo a temas más 
genéricos en los que ciertamente se trata la materia de que se trata. Hemos pres-
cindido, pues, de remitir por medio de «V.a.» a temas más específicos y hemos 
escogido el camino contrario. Mantener el «V.a.» para enviar a los múltiples 
temas en que se puede descomponer uno más genérico no es en el fondo más que 
el viejo sueño mantenido desde Cutter de conferir sistematicidad a un catálogo 
24
que no es ni pretende ser sistemático y muchas veces este tipo de referencia 
equivaldría a remitir a toda una enciclopedia, como acontece en el caso de las 
referencias llamadas «generales» («Véanse además los nombres de los distintos 
escritores», etc.). Es seguro que un lector encontrará información sobre los Gatos 
entre los Felinos, mientras que no es probable que lo halle sobre los Felinos en 
Gatos. Por lo demás, también con el sistema adoptado se consigue establecer la 
conexión conceptual que puede llevar a reconstruir la sistematicidad.
Con ello queda dicho que desaparecen las referencias generales de esta Lista 
y que las indicaciones de «R.e.» van dirigidas al bibliotecario para indicarle la 
posibilidad de usar encabezamientos más específicos dentro de una materia; 
esta posibilidad se ve ampliada por los avisos de «Pueden usarse además...» en 
que se convierten las antiguas referencias generales. El mismo aviso advierte al 
lector de que existen tales encabezamientos más específicos.
7. La Lista y el catálogo. Entre la Lista y el catálogo debe existir una 
perfecta simbiosis: la Lista se refleja en el catálogo y el catálogo se refleja en 
la Lista.
La presencia de la Lista en el catálogo no se limita a prestar sus encabe-
zamientos o a orientar en la confección de los mismos, sino que además debe 
trasladarse al catálogo todo aquello que sirve para garantizar el acierto en la bús-
queda de información. Así sucede con algunas notas y definiciones que no son 
útiles únicamente al bibliotecario y con los dos pares de referencias (V - U.p. y 
V.a. - R.e.) que, al establecer interrelación entre todos los encabezamientos del 
catálogo, garantizan la precisión y exhaustividad de su respuesta al lector.
No se agota aquí el aparato de ayuda en el catálogo, el cual debe disponer además 
de guías (bien conocidas de los bibliotecarios) para acotar debidamente el campo 
de búsqueda en parcelas más chicas que un cajetín de fichero y de fichas de referen-
cia explicativa que pongan al corriente de los cambios introducidos en el sistema de 
catalogación por materias, cuando no compensa el cambio de los asientos:
Beneficencia
Para las obras posteriores a 1970 
V. Asistencia social
El catálogo debe estar presente en la Lista con la constancia de que un en-
cabezamiento (y de las referencias que este uso pueda provocar) ha sido ya 
utilizado. Cuando esto sucede por primera vez, se hace una señal junto al en-
cabezamiento en la Lista. También se hacen constar en ella, en el lugar debido, 
los encabezamientos y subencabezamientos que hayan tenido que ser utilizados 
y no consten allí. Sólo en el caso de los nombres propios convendrá mantener 
un fichero aparte. Las grandes bibliotecas necesitan, por supuesto, mantener su 
propio fichero de autoridad.
Por fin, no puede olvidar el bibliotecario español su obligación de contribuir 
a la continua actualización de esta obra.
8. Ordenación alfabética. La ordenación del catálogo alfabético de ma-
terias debe atenerse a las normas establecidas en el cap. 9 de las Reglas de 
Catalogación: I. Monografías y publicaciones seriadas (Madrid: Dir. G. del 
Libro y Bibliotecas, 1986).
LISTA 
DE
ENCABEZAMIENTOS
27
A
Abadías
V.a. Arquitectura religiosa.
Conventos.
Monasterios.
Abejas
V.a. Insectos. 
R.e. Apicultura
– Cría.
– V. Apicultura
Abogados
 V.a. Justicia-Organización y admi-
nistración.
– Actualización profesional.
– Biobibliografías.
– Biografías.
– Directorios.
– Formación profesional.
– Honorarios.
– Legislación.
– Moral profesional.
– Responsabilidad profesional.
Abonos 
V. Fertilizantes.
Aborto
U.p. Embarazo-Interrupción. 
V.a. Natalidad-Control. 
Obstetricia.
Abreviaturas
Úsase también como subencabeza-
miento bajo los nombres de las dis-
tintas lenguas.
V.a. Escritura. 
Siglas.
Absentismo laboral
V.a. Trabajadores. 
Trabajo.
Absolutismo
V.a. Monarquía. 
Totalitarismo.
Abstinencia y ayuno 
V. Ayuno y abstinencia.
Abstracts 
V. Resúmenes.
Acabado y pulimento 
V. Pulimento y acabado.
Academias
Pueden usarse además los nombres 
de las distintas clases de academias: 
Academias literarias, Academias mu-
sicales, etc.
V.a. Instituciones científicas.
Acampada 
V. Camping.
Accidentes
Pueden usarse además los nombres 
Accidentes de trabajo
28
Aceitunas
V.a. Aceite de oliva. 
Olivos.
– Conservación.
– Elaboración.
– Molturación.
– Recolección.
Aceleración 
V. Movimiento acelerado.
Aceleradores de partículas
V.a. Átomos. 
Ciclotrones. 
Física nuclear. 
Iones. 
Partículas.
Acequias
U.p. Canales de riego. 
V.a. Riego.
Acero
Pueden usarse además los nombres 
de las distintas clases de aceros: 
Acero al carbono, Acero inoxidable, 
etc.
V.a. Hierro.
Siderurgia. 
R.e. Barras de acero.
Construcciones metálicas.
– Aleaciones.
– Fundición.
– Metalurgia.
– Tratamiento térmico.
Acertijos 
V. Adivinanzas.
Aclimatación
V.a. Adaptación (Biología).
Acróbatas
V.a. Circo.
Actividad política
Úsase sólo como subencabezamiento 
bajo nombres de personas o grupos 
de personas: Machado, Antonio-Ac-
de los distintos accidentes: Acciden-
tes deportivos, Accidentes de tráfi-
co, etc.
V.a. Catástrofes naturales. 
Materiales peligrosos. 
Medicina de urgencia. 
Protección civil.
R.e. Explosiones.
Incendios.
Rescate.
Seguros de accidentes.
Socorrismo.
– Prevención.
Accidentes de trabajo
Como subencabezamiento bajo los 
nombres de los distintos tipos de 
trabajadores úsase Accidentes: Mi-
neros-Accidentes; Trabajadores agrí-
colas-Accidentes, etc.
V.a. Higiene industrial. 
Medicina del trabajo. 
Seguridad industrial. 
Trabajo.
Acciones
V.a. Bolsas de valores.
Inversiones.
Obligaciones (Finanzas).
Sociedades anónimas.
Valores mobiliarios. 
R.e. Dividendos.Aceite de oliva
V.a. Aceites vegetales.
Aceitunas.
Aceites minerales 
R.e. Petróleo.
Aceites y grasas
Pueden usarse además los nombres 
de los aceites o grupos de aceites: 
Aceite de oliva, Aceites minerales, 
etc.
U.p. Grasas. 
R.e. Lubricantes.
29
Adivinación
Acuicultura
R.e. Piscicultura.
Aculturación
U.p. Transculturación.
V.a. Antropología cultural y social. 
Cultura-Interacción.
Acuñación de moneda
V.a. Moneda.
Acupuntura
V.a. Terapéutica.
Acústica
Úsase sólo para los manuales teóri-
cos de esta parte de la física.
R.e. Aislamiento acústico. 
Electroacústica. 
Ruido. 
Sonido.
Adaptación (Biología)
V.a. Ecología. 
Genética. 
R.e. Aclimatación.
Adaptación (Psicología)
V.a. Marginados sociales. 
Psicología.
Adelgazamiento 
V. Obesidad-Tratamiento.
Adhesivos
R.e. Colas
Gomas y resinas.
Aditivos alimentarios
V.a. Alimentos.
Adivinación
U.p. Oráculos. 
V.a. Horóscopo.
Ocultismo.
Sueños. 
R.e. Cartomancia
Profecías.
Quiromancia.
tividad política; Militares-Actividad 
política.
Actividades subversivas
U.p. Conspiraciones.
Sediciones.
Subversiones. 
V.a. Delitos políticos.
Orden público.
Revoluciones. 
R.e. Disturbios civiles.
Espionaje.
Prensa clandestina.
Sabotaje.
Terrorismo.
Actores
U.p. Cómicos. 
V.a. Cine.
Teatro. 
R.e. Actrices.
Actos jurídicos
V.a. Contratos.
Actrices
V.a. Actores.
Actualización profesional
Úsase también como subencabeza-
miento: Abogados-Actualización 
profesional.
U.p. Reciclaje.
V.a. Enseñanza profesional.
Acuarela
V.a. Pintura-Técnica.
Acuarios
V.a. Peces.
Piscicultura.
Acueductos
Úsase también como subencabeza-
miento bajo nombres de ciudades. 
V.a. Agua-Distribución. 
Ingeniería hidráulica.
Acuerdos internacionales 
V. Tratados internacionales.
30
Adivinanzas
R.e. Administración autonómica. 
Administración central. 
Administración local. 
Descentralización administra-
tiva. 
Documentos públicos.
– Control judicial.
– V.a. Defensor del pueblo.
– Corrupción.
– V. Corrupción administrativa.
– Personal
– R.e. Funcionarios.
– Personal contratado.
– Personal laboral.
Adolescencia 
V. Adolescentes.
Adolescentes
U.p. Adolescencia. 
V.a. Jóvenes.
Adopción
U.p. Niños-Adopción. 
V.a. Familia-Derecho. 
Filiación.
Adquisición de libros (Bibliotecas)
U.p. Bibliotecas-Adquisiciones. 
Libros-Adquisición (Bibliote-
cas).
V.a. Bibliotecas-Trabajos técnicos.
R.e. Canje de publicaciones.
Aduanas
V.a. Aranceles de aduanas. 
Contrabando. 
Hacienda pública.
Adulteración de alimentos 
V. Alimentos-Adulteración.
Adulterio
V.a. Delitos sexuales. Matrimonio.
Adviento
V.a. Año litúrgico.
Adivinanzas
U.p. Acertijos. 
V.a. Folklore.
Administración autonómica
Como subencabezamiento bajo los 
nombres de las distintas comunida-
des, úsase Administración.
V.a. Administración pública. 
Comunidades autónomas.
Administración central
Úsase también como subencabeza-
miento bajo nombres de países.
V.a. Administración pública.
Administración institucional
U.p. Organismos estatales autóno-
mos.
Administración local
V.a. Administración pública. 
R.e. Administración municipal. 
Administración provincial.
Administración municipal
Como subencabezamiento bajo los 
nombres de las distintas ciudades 
úsase Administración.
V.a. Administración local.
Ayuntamientos.
Municipios. 
R.e. Alcaldes.
Concejales.
Administración provincial
Como subencabezamiento bajo los 
nombres de las distintas provincias 
úsase Administración.
V.a. Administración local.
Diputaciones provinciales.
Administración pública
Úsase también como subencabeza-
miento bajo nombres de países.
V.a. Burocracia.
Derecho administrativo.
31
Agricultura
Agencias de prensa 
V. Agencias de noticias.
Agentes comerciales
U.p. Representantes de comercio.
Vendedores.
Viajantes de comercio. 
V.a. Comerciantes.
Agentes de cambio y bolsa 
V. Corredores de bolsa.
Agitación social 
V. Disturbios civiles.
Agnosticismo
V.a. Ateísmo.
Creencia.
Dios. 
R.e. Modernismo (Teología).
Agresión-Derecho internacional
V.a. Guerra-Derecho internacional.
Agricultores
U.p. Labradores. 
V.a. Agricultura.
Campesinos.
Trabajadores agrícolas.
Agricultura
V.a. Agronomía.
Edafología.
Ingeniería agronómica.
Política agraria. 
R.e. Agricultores.
Climatología agrícola.
Cosechas.
Cultivos de regadío.
Cultivos de secano.
Cultivos extensivos.
Desarrollo agrícola.
Edificios agrícolas.
Hidropónica.
Industrias agropecuarias.
Labranza.
Máquinas agrícolas.
Microbiología agrícola.
Plagas del campo.
Productos agrícolas.
Aerobiología
V.a. Biología. 
Ecología.
Aerodinámica
U.p. Gases-Dinámica. 
V.a. Dinámica de fluidos.
Aeródromos 
V. Aeropuertos.
Aeromodelismo
Aeronáutica
U.p. Navegación aérea. 
V.a. Aviación.
Aviones.
Fotografía aérea.
Ingeniería aeronáutica. 
R.e. Astronáutica.
Aeronaves 
V. Aviones.
Aeroplanos 
V. Aviones.
Aeropuertos
Úsase también como subencabeza-
miento bajo nombres de ciudades.
U.p. Aeródromos.
Campos de aviación. 
V.a. Transportes aéreos.
Aficiones
U.p. Hobbies. 
V.a. Tiempo libre. 
R.e. Bricolage.
Coleccionistas y colecciones.
Excursionismo.
Fotografía.
Jardinería.
Trabajos manuales.
Aforismos 
V. Máximas y aforismos.
Agencias de noticias
U.p. Agencias de prensa. 
V.a. Prensa.
32
Agrios
Aguafuerte
V.a. Grabado.
Aguafuertes
V.a. Grabados.
Aguas jurisdiccionales
Úsase también como subencabeza-
miento bajo nombres de países.
U.p. Aguas territoriales.
 V.a. Derecho marítimo internacio-
nal.
Pesca-Derecho internacional. 
Territorio-Derecho internacio-
nal.
Aguas marinas
V.a. Oceanografía.
Recursos marítimos.
– Composición.
– Contaminación.
– Densidad.
– Desalinización.
– Propiedades.
– Temperatura.
Aguas minerales
V.a. Balnearios. 
Bebidas. 
Hidroterapia. 
Manantiales.
Aguas potables
V.a. Agua-Consumo.
Aguas residuales
V.a. Basuras.
Ingeniería sanitaria. 
Residuos industriales.
Aguas subterráneas
V.a. Aguas superficiales.
Hidrogeología. 
R.e. Fuentes termales.
Manantiales.
Pozos artesianos.
Recursos agrícolas. 
Tierras de cultivo.
– Reforma 
– V. Reforma agraria.
Agrios
U.p. Cítricos. 
R.e. Limones. 
Naranjas.
Agroclimatología 
V. Climatología agrícola.
Agronomía
V.a. Agricultura. 
R.e. Granjas.
Horticultura.
Plantaciones.
Agua
V.a. Energía hidráulica.
Hidrología.
Ingeniería hidráulica.
Recursos hidráulicos. 
R.e. Evaporación.
Precipitaciones atmosféricas.
– Abastecimiento.
– R.e. Depósitos de agua. 
 Embalses. 
 Pozos. 
 Presas.
– Composición.
– Consumo.
– V.a. Aguas potables.
– Contaminación.
– Distribución. 
– V.a. Acueductos.
– Escasez.
– Potabilización.
– V. Agua-Tratamiento.
– Purificación.
– V. Agua-Tratamiento.
– Propiedades.
– Temperatura.
– Tratamiento.
– U.p. Agua-Potabilización. 
 Agua-Purificación.
33
Alcantarillado
Ajedrez
V.a. Juegos.
Ajuar
V.a. Economía doméstica.
Alambiques
V.a. Destilación.
Alambres
V.a. Cables.
Alambres eléctricos
V.a. Cables eléctricos.
Alarma-Sistemas
V.a. Seguridad-Sistemas. 
Seguridad ciudadana.
Albaceas
V.a. Sucesiones. 
Testamentos. 
Tutela.
Albañilería
V.a. Construcción. 
R.e. Muros.
Albergues juveniles
V.a. Hoteles y pensiones.
Albigenses
V.a. Cátaros. 
Herejías. 
Valdenses.
Álbumes
Úsase también como subencabeza-
miento de forma.
V.a. Libros de consulta.
Alcaldes
V.a. Administración municipal. 
Ayuntamientos.
Alcaloides
V.a. Química orgánica.
Alcantarillado
V.a. Fontanería.
Ingeniería sanitaria. 
R.e. Fosas sépticas.
Aguas superficiales
V.a. Aguas subterráneas.
Drenaje.
Hidrografía. 
R.e. Lagos.
Ríos.
Aguas territoriales 
V. Aguas jurisdiccionales.
Ahogados
V.a. Asfixia.
– Salvamento. 
– V.a. Socorrismo.
Ahorro
V.a. Finanzas.
Inversiones. 
R.e. Cajas de ahorro.
Aire
V.a. Atmósfera. 
Gases.
– Humedad.
– V. Humedad atmosférica.
Aire acondicionado
V.a. Calefacción.
Ingeniería ambiental. 
Refrigeración.
Aireación (Higiene) 
V. Ventilación.
Aislamiento acústico
Úsase también como subencabeza-
miento.
V.a. Acústica.
Ruido-Control.
Aislamiento térmico
V.a. Calefacción.
Aislantes
U.p. Materiales aislantes.
V.a. Materiales de construcción.
Aislantes eléctricos
V.a. Electricidad-Equipos.34
Alcoholes
Álgebra
V.a. Cálculo.
Matemáticas. 
R.e. Campos algebraicos.
Combinaciones (Matemáticas).
Ecuaciones.
Grupos, Teoría de.
Logaritmos.
Números, Teoría de los.
Permutaciones.
Polinomios.
Álgebra de Boole 
V. Boole, Algebra de.
Álgebra lineal
V.a. Análisis matemático.
Topología. 
R.e. Cálculo tensorial.
Cálculo vectorial.
Espacios generalizados.
Tensores (Álgebra).
Vectores.
Algodón
V.a. Fibras textiles.
– Cardado.
– Estampado.
– Hilado.
– Mercerizado.
– Teñido.
Alianzas internacionales 
V. Tratados internacionales.
Alienación mental 
V. Enfermedades mentales.
Alimentación
Úsase sólo como subencabezamien-
to.
Alimentos
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos alimentos: Leche, 
Carne, etc.
U.p. Comestibles. 
V.a. Bromatología. 
Dietética.
Alcoholes
V.a. Química orgánica.
Alcoholismo
V.a. Bebidas alcohólicas. 
Educación sanitaria. 
Embriaguez. 
Psicosis orgánicas.
Alcorán 
V. Corán.
Aleaciones
Úsase también como subencabeza-
miento bajo los distintos metales.
V.a. Metales. Metalurgia.
Alergia
U.p. Enfermedades alérgicas. 
V.a. Inmunología.
Alfabetización
V.a. Analfabetismo.
Educación de adultos.
– Campañas.
Alfabetización (Indización)
V.a. Archivos. 
Bibliotecas.
Índices.
Alfabetos
Como subencabezamiento bajo len-
guas úsase Alfabeto.
V.a. Escritura.
R.e. Transliteración.
Alfarería
V.a. Arcilla. 
Artesanía. 
Cerámica.
Alfombras
V.a. Tapices.
Algas
V.a. Criptógamas.
Plantas acuáticas. 
Talofitas.
35
Alumbrado
Almacenes
V.a. Comercios.
Almanaques
Úsase también como subencabeza-
miento de forma.
V.a. Libros de consulta.
Almonedas 
V. Subastas.
Alopecia 
V. Calvicie.
Alpinismo
V.a. Deportes. 
Escaladores. 
Montañismo.
Alquimia 
V. Ocultismo.
Alta fidelidad
 U.p. Sonido-Sistemas de alta fideli-
dad.
Altares
R.e. Retablos.
Altavoces
U.p. Baffles.
 V.a. Electroacústica-Aparatos e ins-
trumentos.
Alternadores
V.a. Generadores eléctricos.
Altos hornos
V.a. Hornos metalúrgicos.
Alucinógenos 
V. Drogas.
Alumbrado
Úsase para obras sobre las formas e 
instalaciones de iluminación artifi-
cial. Úsase también como subenca-
bezamiento.
V.a. Iluminación.
Luminotecnia. 
R.e. Lámparas.
Digestión.
Industrias alimentarias.
Nutrición.
Productos agrícolas.
Recursos alimenticios.
Vegetarianismo.
Vitaminas.
R.e. Aditivos alimentarios. 
Bebidas. 
Gastronomía.
– Adulteración.
– U.p. Adulteración de alimentos.
– Congelación.
– U.p. Congelación de alimentos. 
– V.a. Alimentos congelados.
– Conservación. 
– V.a. Conservas.
 Frigoríficos.
– Control.
– Inspección sanitaria.
– V.a. Higiene pública.
Régimen 
– V. Dietética.
– Sucedáneos.
– V.a. Alimentos sintéticos.
Alimentos congelados
V.a. Alimentos-Congelación.
Alimentos sintéticos
V.a. Alimentos-Sucedáneos.
Alistamiento 
V. Reclutamiento y alistamiento.
Alma
V.a. Espiritualidad. 
Reencarnación. 
Vida futura.
– Inmortalidad.
– V. Inmortalidad.
Almacenamiento 
Úsase sólo como subencabezamien-
to.
36
Alumbrado eléctrico
Análisis de Fourier 
V. Fourier, Análisis de.
Análisis de sistemas
U.p. Sistemas, Análisis de. 
Sistemas-Diseño.
V.a. Analistas de sistemas.
Cibernética.
Ingeniería de sistemas. 
R.e. Decisiones, Toma de.
Análisis documental
V.a. Bibliotecas-Trabajos técnicos.
Documentación. 
R.e. Catalogación bibliográfica.
Clasificación bibliográfica.
Encabezamientos de materia.
Análisis espectral 
V. Espectroscopia.
Análisis funcional
U.p. Cálculo funcional. 
V.a. Funciones matemáticas. 
R.e. Cálculo de variaciones.
Análisis lingüístico
V.a. Lingüística.
Análisis matemático
R.e. Álgebra lineal.
Análisis combinatorio. 
Análisis numérico. 
Cálculo.
Conjuntos, Teoría de. 
Funciones matemáticas.
Análisis microscópico 
V. Microscopía.
Análisis numérico
V.a. Análisis matemático. 
R.e. Métodos gráficos. 
Métodos iterativos.
Análisis polarográfico 
V. Polarografía.
Análisis químico
Pueden usarse además los nombre de 
Alumbrado eléctrico
U.p. Iluminación eléctrica. 
R.e. Lámparas eléctricas.
Alumnos 
V. Estudiantes.
Ametralladoras
V.a. Armas de fuego.
Aminoácidos
V.a. Química orgánica.
Amistad
V.a. Amor.
Amnesia
V.a. Memoria-Trastornos. 
Neurosis.
Amnistía
V.a. Indulto. 
Penas.
Amor
V.a. Amistad. 
Caridad. 
Celos.
Emociones y sentimientos. 
Erotismo.
Amparo, Recurso de
V.a. Recursos (Derecho).
Analfabetismo
V.a. Alfabetización. 
Problemas sociales.
Análisis clínicos
V.a. Diagnóstico.
Análisis combinatorio
U.p. Matemática combinatoria. 
V.a. Análisis matemático.
Análisis cromatográfico 
V. Cromatografía.
Análisis de costos 
V. Costos-Contabilidad.
37
Anestésicos
Anatomía humana
Pueden usarse además los nombres 
de órganos y regiones del cuerpo con 
el subencabezamiento Anatomía: 
Cabeza-Anatomía; Páncreas-Anato-
mía, etc.
V.a. Cuerpo humano.
Anatomía patológica
V.a. Patología. 
R.e. Autopsia.
Anatomía vegetal
Como subencabezamiento bajo los 
nombres de las distintas plantas o 
grupos de plantas úsase Anatomía.
V.a. Plantas. 
Botánica.
Ancianos
U.p. Vejez.
V.a. Gerontología.
R.e. Geriatría.
Jubilados y pensionistas. 
Subsidio de vejez.
Anécdotas
Úsase también como subencabeza-
miento: Médicos-Anécdotas.
V.a. Biografías.
Anemia
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos tipos de anemia: 
Anemia infecciosa, Anemia hemolí-
tica, etc.
R.e. Leucemia.
Anestesia
V.a. Cirugía. 
R.e. Anestésicos.
Anestésicos
V.a. Anestesia. 
Dolor. 
Sedantes.
los distintos tipos de análisis. Como 
subencabezamiento úsase Análisis.
U.p. Química-Análisis.
Química analítica. 
R.e. Colorimetría.
Espectroscopia.
Indicadores (Química).
Microanálisis.
Polarografía.
Análisis químico cualitativo
Análisis tensorial 
V. Cálculo tensorial.
Análisis vectorial 
V. Cálculo vectorial.
Análisis químico cuantitativo
Analistas de sistemas
V.a. Análisis de sistemas.
Anarcosindicalismo
V.a. Anarquismo. 
Anarquistas. 
Sindicalismo.
Anarquismo
U.p. Comunismo libertario. 
V.a. Anarcosindicalismo.
Anarquistas.
Movimiento obrero.
Nihilismo.
Anarquistas
V.a. Anarcosindicalismo. 
Anarquismo.
Anatomía
V.a. Fisiología.
R.e. Disección.
Histología.
Anatomía animal
Como subencabezamiento bajo los 
nombres de los distintos animales o 
grupos de animales úsase Anatomía.
V.a. Animales. 
Zoología.
38
Anfibios
Genética animal. 
Histología animal. 
Patología animal. 
Zoogeografía.
– Alimentación. 
R.e. Forrajes.
Piensos.
Plantas forrajeras.
– Clasificación.
U.p. Animales-Taxonomía. 
Taxonomía zoológica. 
Zoología sistemática.
– Conducta.
U.p. Animales-Psicología. 
Etología. 
Psicología animal.
V.a. Animales-Migración. 
Biorritmos. 
Instintos.
R.e. Hibernación.
– Control biológico.
– Cría y explotación. 
– V. Zootecnia.
– Doma.
– Migración.
– V.a. Animales-Conducta.
– Psicología.
– V. Animales-Conducta.
– Razas
– U.p. Razas animales.
– Reproducción.
– V.a. Genética animal. 
– R.e. Inseminación artificial.
– Taxonomía.
– V. Animales-Clasificación.
Animales acuáticos
V.a. Fauna de agua dulce.
Fauna marina.
Hidrobiología.
Zooplancton. 
R.e. Peces.
Animales de laboratorio
V.a. Biología-Investigación. 
Medicina-Investigación.
Anfibios
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos órdenes, familias, gé-
neros y especies de anfibios.
U.p. Batracios. 
V.a. Vertebrados.
Ángeles
U.p. Arcángeles.
V.a. Teología dogmática.
R.e. Demonio.
Angiografía
U.p. Vasos sanguíneos-Radiografía. 
V.a. Radiografía.
Angiospermas
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos órdenes, familias, 
géneros y especies de angiosper-
mas.
V.a. Fanerógamas. 
R.e. Flores.
Anglicanismo 
V. Iglesia anglicana.
Angustia
U.p. Ansiedad. 
V.a. Miedo.
Animación cultural
U.p. Cultura-Animación. 
V.a. Cultura-Difusión.
Animales
Pueden usarse además los nombres 
de las distintas clases, órdenes, fami-
lias, géneros y especies.
V.a. Parques zoológicos.
Zoología.
R.e. Anatomía animal. 
Ecología animal. 
Embriología animal. 
Fauna alpina. 
Fauna desértica. 
Fauna tropical. 
Fisiología animal.
39
Antropoides
Anticuerpos y antígenos
U.p. Antígenos y anticuerpos.
V.a. Inmunología. 
R.e. Factor RH.
AnticulturaV. Contracultura.
Antígenos y anticuerpos 
V. Anticuerpos y antígenos.
Antigüedad 
V. Edad antigua.
Antigüedades
V.a. Arqueología. 
Obras de arte. 
Restos arqueológicos.
Antimilitarismo
V.a. Ideologías. 
Militarismo.
Antipiréticos
V.a. Fiebre.
Medicamentos.
Antisemitismo
V.a. Judíos. 
Racismo.
Antisépticos
V.a. Desinfección.
Antracita
V.a. Carbón.
Antropofagia
U.p. Canibalismo. 
V.a. Etnología.
Sociedades primitivas.
Antropogeografía 
V. Geografía humana.
Antropoides
V.a. Hombre-Origen.
Animales domésticos
V.a. Ganadería. 
Zootecnia.
Animales fantásticos
V.a. Mitología.
Animales fósiles
V.a. Fósiles.
Paleozología.
Animales prehistóricos
V.a. Paleozología.
Animales salvajes
V.a. Caza.
Animales venenosos
V.a. Venenos.
Animismo
V.a. Religiones primitivas.
Anormalidades 
V. Deformidades.
Malformaciones congénitas.
Ansiedad 
V. Angustia.
Antenas
R.e. Radio-Antenas.
Televisión-Antenas.
Antibióticos
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos antibióticos: Penici-
lina, Estreptomicina, etc.
V.a. Quimioterapia.
Anticlericalismo
V.a. Clericalismo. 
Laicismo.
Anticonceptivos
V.a. Natalidad-Control.
40
Antropología
Años Santos
V.a. Indulgencias. 
Peregrinaciones.
Aparato circulatorio
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos órganos: Corazón, 
Vasos sanguíneos, etc.
U.p. Sistema cardiovascular. 
V.a. Cardiología.
Sistema hemopoyético.
Sistema linfático.
Aparato digestivo
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos órganos: Estómago, 
Esófago, etc.
V.a. Digestión.
Aparato genital femenino
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos órganos: Ovarios, 
Útero, etc.
U.p. Órganos genitales femeninos. 
V.a. Aparato genitourinario.
Ginecología.
Sexo.
Aparato genital masculino
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos órganos: Escroto, Tes-
tículos, etc.
U.p. Órganos genitales masculinos.
V.a. Aparato genitourinario. 
Sexo.
Aparato genitourinario
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos órganos: Ríñones, 
Vejiga, etc.
V.a. Urología.
R.e. Aparato genital femenino. 
Aparato genital masculino.
Antropología
Úsase sólo para los manuales teóri-
cos de esta ciencia. Como subenca-
bezamiento bajo pueblos, razas, etc. 
úsase Características físicas.
U.p. Antropología física.
Somatología. 
V.a. Etnología.
Hombre.
Geografía humana.
Razas humanas. 
R.e. Antropometría.
Craneología.
Etnopsicología.
Antropología criminal
V.a. Antropometría.
Crimen y criminales. 
Delincuentes-Psicología.
Antropología cultural y social
V.a. Aculturación. 
Cultura. 
Sociología.
Antropología física 
V. Antropología.
Antropometría
V.a. Antropología.
Antropología criminal.
Antroposofía
V.a. Ocultismo.
Reencarnación. 
Teosofía.
Anuncios publicitarios
V.a. Publicidad.
Año litúrgico
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos tiempos litúrgicos: 
Adviento, Cuaresma, etc.
V.a. Calendario eclesiástico. 
Fiestas religiosas.
41
Arbitraje internacional
Apologética
U.p. Teología fundamental. 
V.a. Teología dogmática. 
R.e. Revelación.
Apostolado seglar
V.a. Seglares.
Teología pastoral.
Apóstoles
V.a. Evangelistas. 
Iglesia-Historia.
Aprendizaje
V.a. Concentración mental. 
Estudio-Métodos. 
Psicología de la educación. 
Reflejos condicionados.
– Trastornos.
Aptitudes
V.a. Psicología de la educación. 
Tests de aptitud.
Apuestas mutuas deportivo-benéficas
V. Quinielas.
Aranceles de aduanas
Como subencabezamiento úsase Aran-
celes y tarifas.
V.a. Aduanas.
Balanza comercial. 
Impuestos. 
Puertos francos.
Arbitraje
U.p. Laudo.
V.a. Juicios civiles.
R.e. Conciliación.
Arbitraje industrial
V.a. Conflictos laborales. 
Relaciones laborales. 
R.e. Conciliación industrial.
Arbitraje internacional
V.a. Derecho internacional públi-
co.
Aparato locomotor
V.a. Miembros.
Movimiento (Fisiología). 
Músculos.
Aparato respiratorio
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos órganos: Pulmones, 
Bronquios, etc.
V.a. Otorrinolaringología. 
Respiración. 
Tórax.
Aparatos e instrumentos
Úsase sólo como subencabezamiento 
con diferentes temas: Medicina-Apa-
ratos e instrumentos.
U.p. Instrumentos.
Aparcamientos
V.a. Tráfico urbano.
Aparejos de pesca
V.a. Pesca.
Apariciones
V.a. Fantasmas.
Fenómenos sobrenaturales.
Milagros.
Supersticiones.
Apartamentos
V.a. Viviendas.
Apelación
V.a. Recursos (Derecho).
Apicultura
U.p. Abejas-Cría. 
V.a. Abejas. 
R.e. Colmenas.
Aplicaciones
Úsase sólo como subencabezamien-
to.
42
Árboles
pendencia administrativa: Archivos 
fotográficos, Archivos municipales, 
etc. Úsase también como subenca-
bezamiento bajo nombres de ciuda-
des.
V.a. Archivonomía.
Diplomática.
Documentación. 
R.e. Alfabetización (Indización).
Cartotecas.
Filmotecas.
Fonotecas.
– Administración.
– Edificios.
– Fondos.
– Instalaciones.
– Inventarios.
– Personal. 
R.e. Archiveros.
– Servicios.
– Trabajos técnicos.
Archivos administrativos
V.a. Archivos estatales. 
R.e. Archivos municipales. 
Archivos provinciales.
Archivos de protocolos
V.a. Archivos históricos.
Archivos estatales
V.a. Archivos administrativos.
Archivos históricos
R.e. Archivos de protocolos.
Archivos municipales
V.a. Archivos administrativos.
Archivos privados
Archivos provinciales
V.a. Archivos administrativos.
Argots 
V. Jergas.
Arios
V.a. Razas humanas.
Guerra-Derecho internacional.
Mediación internacional. 
Paz. 
Tribunales internacionales.
Árboles
Pueden usarse además los nombres 
de las distintas clases, órdenes y es-
pecies de árboles: Arboles frutales, 
Pinos, etc.
V.a. Arboricultura.
Bosques.
Botánica.
Madera. 
R.e. Injertos.
Poda.
Arboricultura
V.a. Árboles.
Fruticultura.
Arcángeles 
V. Ángeles.
Arcilla
V.a. Alfarería.
Cerámica industrial. 
R.e. Ladrillos.
Arcos
V.a. Arquitectura. 
Bóvedas. 
Construcción.
Archiveros
V.a. Archivos-Personal.
Archivonomía
Úsase sólo para los manuales teóri-
cos de esta ciencia.
V.a. Archivos.
Archivos
Pueden usarse además los nombres 
de las distintas clases de archivos 
por razón de los fondos, o de su de-
43
Arquitectura
V.a. Desarme.
Explosiones nucleares. 
Guerra atómica.
Armas submarinas
R.e. Minas submarinas.
Armonía
V.a. Composición musical. 
Melodía.
Arqueología
Úsase sólo para los manuales teóri-
cos de esta ciencia. Para los estu-
dios sobre los objetos y monumentos 
arqueológicos y también como su-
bencabezamiento bajo nombres geo-
gráficos úsase: Restos arqueológi-
cos.
V.a. Arte antiguo.
Historia.
Prehistoria. 
R.e. Antigüedades.
Cronología por radio carbono.
Excavaciones arqueológicas.
Inscripciones.
Numismática.
Restos arqueológicos.
Yacimientos arqueológicos.
Arquitectura
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos elementos arquitectó-
nicos: Arcos, Bóvedas, etc. Para la 
arquitectura de los diferentes estilos 
y épocas puede adjetivarse como en 
Arte: Arquitectura barroca, Arquitec-
tura medieval, etc.
V.a. Arte.
Construcción.
Urbanismo. 
R.e. Edificios.
Iluminación.
Monumentos.
– Órdenes.
– U.p. Órdenes arquitectónicos.
Aristocracia
Úsase para los estudios de esta forma 
de gobierno.
V.a. Elites. 
Nobleza. 
Oligarquía.
Aristocracia (Clase social)
V. Nobleza.
Aristotelismo
U.p. Peripatetismo. 
V.a. Filosofía-Historia. 
Filosofía-Sistemas.
Aritmética
V.a. Matemáticas. 
R.e. Cálculo mercantil.
Números, Teoría de los.
Armada 
V. Marina de guerra.
Armamentos
Úsase para obras generales sobre los 
recursos militares.
V.a. Armas. 
Desarme. 
Fuerzas armadas.
– Limitación. 
– V. Desarme.
Armas
Pueden usarse además los nombres 
de los distintos tipos de armas: Ar-
mas blancas, Fusiles, etc.
V.a. Armamentos.
Armas atómicas 
V. Armas nucleares.
Armas de fuego
V.a. Artillería. 
R.e. Bombas.
Municiones.
Proyectiles.
Armas nucleares
U.p. Armas atómicas.
Bombas atómicas.
44
Arquitectura del paisaje
Creación artística.
Crítica artística.
Diseño artístico.
Escultura.
Fotografía artística.
Iconografía.
Obras de arte.
Pintura.
Proporción.
Sociología del arte.
– Censura.
– Estilos.
Aunque pueden utilizarse los nom-
bres de los distintos estilos: Arte

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