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Compendio de la Patologia de Columna Vertebral

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Sistema Abordaje Tubular
 Permite realizar procedimientos de mínima invasión,
 con un daño tisular reducido.
 Diámetros de 13 mm, 17 mm y 20 mm.
 Longitudes desde 40 mm hasta 100 mm.
Caja de Fusión Cervical
 Cajetines para la fusión intersomática anterior de la columna cervical.
 Fabricados en PEEK, con señales radiolúcidas para verificar la posición.
 Mantienen la lordosis fisiológica.
 Disponible en alturas de 5 mm a 10 mm.
Caja Cervical Autoestable
 Espaciador cervical en PEEK con placa anterior de titanio.
 Permite fijación con tornillos bloqueados.
 Disponible en alturas de 6 mm a 10 mm, con tornillos de 3 mm.
Placa Cervical Anterior
 Placas bloqueadas y dinámicas con perfiles de 2 mm y 2.4 mm.
 Mecanismo integrado de bloqueo.
 Tornillos dinámicos y bloqueados.
Malla Intervertebral
 Mallas en titanio para reemplazo de cuerpos vertebrales.
 Diámetros de 10 mm a 25 mm.
 Para columna cervical, dorsal y lumbar. 
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Espaciador Interespinoso Miniopen
 Elaborado en PEEK.
 Mínimo abordaje posterior.
 Indicado para inestabilidades en flexión.
 Tamaños de 8 mm a 16 mm.
Sistema de Alargamiento en Corrección
de Escoliosis Pediátrica
 Sistema de barras y conectores que permiten corrección
 de escoliosis pediátrica de temprana aparición, sin fusión.
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Placa Toracolumbar
 Placas anatómicamente moldeadas para colocación cifótica,
 lordótica o recta en la unión toracolumbar. 
 Posibilidad de tornillos con o sin bloqueo, autorroscantes.
Fijación Transpedicular
 Completo sistema de fijación para columna, que incluye 
tornillos pediculares doble núcleo monoaxiales
y poliaxiales con ángulo favorecido.
 Diámetros de 4.5 mm a 7.5 mm, ganchos,
barras, conectores transversos y conectores laterales.
Fijador Interno
 Permite estabilizar y reducir fracturas de columna, mediante distracción,
 compresión y fijación en posición neutra, con corrección de lordosis o cifosis.
 Tornillos tipo schanz precortados, en diámetros de 5.5 mm y 6.5 mm,
 longitudes de 30 mm a 50 mm.
Fijación Cervical Posterior
 Implantes para fijación posterior de la columna cervical,
 dorsal alta y la fijación al occipucio. 
 Compuesto por tornillos poliaxiales, placas, barras y conectores
 que permiten la unión con el sistema toracolumbar.
Tornillos Canulados
 Orificios distales que permiten la inyección de cemento.
 Diámetros de 5.5 mm y 6.5 mm, en múltiples longitudes.
Transpedicular Percutáneo
 Sistema de fijación transpedicular percutáneo para columna.
Caja Fusión Lumbar TLIF
 Implantes para la fusión intersomática de la columna lumbar.
 Fabricados en PEEK, con marcadores para identificación radiológica.
 En alturas de 7 mm a 13 mm.
 Elaborado en PEEK.
 Inserción percutánea.
 Indicado para inestabilidades en extensión.
 Tamaños de 8 mm a 14 mm.
Espaciador Interespinoso Percutáneo
Compendio de Patología 
de Columna Vertebral
SILACO
PARA RESIDENTES DE ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA 
Sociedad Ibero Latinoamericana de Columna - SILACO
Compendio de Patología 
de Columna Vertebral
SILACO
Esteban Calcagni
Cirujano Ortopedista especializado en Columna Vertebral
Secretario Académico de la Sociedad Argentina de Patología de la Columna Vertebral - SAPCV
Director del Curso Bianual de Columna Vertebral de la SAPCV
Jorge Felipe Ramírez León
Cirujano Ortopedista especializado en Columna Vertebral
Especialista en Cirugía de Columna de Mínima Invasión Endoscópica
Presidente de la Sociedad Ibero latinoamericana de Columna - SILACO
Índice de Autores
Todos los autores tienen el título de Cirujano Ortopedista Especializado en Columna Vertebral y 
son Docentes del Curso Bianual de Cirujanos de Columna, de la Sociedad Argentina de Patología de la 
Columna vertebral - SAPCV. Ciudad Autónoma de Buenos Aires – CABA. Argentina.
Albergo, Ignacio
Equipo de Cirugía Oncológica Hospital Italiano Central. CABA.
Bazán, Pedro Luis
Jefe del Equipo de columna Hospital San Martín y Hospital Italiano de La Plata. Buenos Aires.
Bernasconi Juan, Pablo
Jefe del equipo de Columna Vertebral Sanatorio Anchorena. CABA.
Betemps, Alejandro 
Equipo de Columna del Servicio de Ortopedia del instituto de Rehabilitación Psicofísica IREP y CEMIC.
Bosio, Santiago
Cirugía de Columna Pediátrica Hospital Italiano de Buenos Aires. 
Calcagni, Esteban
Jefe de Equipo de Columna Vertebral Sanatorio Juncal y CMR. Buenos Aires.
Director del Curso Bianual de la SAPCV.
Castelli, Roberto
Jefe de Cirugía de Columna Hospital Militar Central Buenos Aires.
Galaretto, Eduardo
Cirugía de Columna Hospital Garrahan.
Galaretto, Germán
Jefe del equipo de Columna Vertebral Clínica Bazterrica. CABA.
Gelosi, Federico
Jefe del equipo de Columna Vertebral Hospital Británico Central. CABA. 
Jefe del equipo de Columna Vertebral Hospital Austral de Pilar. Buenos Aires.
Gottlieb, Juan
Jefe del Servicio de Patología de Columna Vertebral Hospital Siriolibanes. CABA.
Gobbi, Enrique
Cirugía de Columna Grupo Vertebral y CEMIC.CABA.
Gruemberg, Marcelo
Jefe del equipo de Columna Vertebral Adulta Hospital Italiano Central. CABA
Kahl, Guillermo
Cirugía de Columna Hospital El Cruce de F. Varela. Buenos Aires. 
Lanari Zubiaur, Felipe
Jefe del Equipo de columna Grupo Vertebral. CABA.
Legarreta, Carlos
Jefe del equipo de Cirugía de Columna Hospital Gutiérrez. CABA.
Maenza, Rubén
Cirugía de Columna Pediátrica Hospital Italiano de Buenos Aires. 
Manzone, Patricio
Jefe del Equipo de columna Vertebral Hospital Resistencia. Chaco. Argentina.
Melo, Marcelo
Director del Hospital de Clínicas de Buenos Aires.
Jefe de servicio de Ortopedia y Traumatología. Equipo de Columna Vertebral.CABA.
Mounier, Carlos 
Jefe del Servicio de Ortopedia del instituto de rehabilitación Psicofísica CABA.
Jefe de sección de Columna del IREP y CEMIC. 
Muscia, Roberto
Presidente de la Sociedad Argentina de Patología de la Columna Vertebral SAPCV 2017-2018.
Jefe de Servicio de Ortopedia y Traumatología del Sanatorio Municipal Dr. Julio Méndez. 
 
Noel, Mariano
Jefe del equipo de Columna Vertebral Hospital Garrahan.
Plater, Pablo
Jefe de la Unidad de Columna Vertebral del IADT. CABA:
Puigdevall, Miguel
Cirugía de Columna Pediátrica Hospital Italiano de Buenos Aires. 
Ramírez, Carolina
Cirujano de Columna y Especialista en Cirugía de Columna de Mínima Invasión Endoscópica en Centro 
de Cirugía de Mínima Invasión CECIMIN y Clínica Reina Sofía – Bogotá Colombia 
Ramírez León, Jorge Felipe
Cirujano de Columna y Especialista en Cirugía de Columna de Mínima Invasión Endoscópica en Centro 
de Cirugía de Mínima Invasión CECIMIN y Clínica Reina Sofía – Bogotá Colombia.
 Presidente de SILACO 2017-2019. Ex presidente SICCMI, SLAOT y SCCOT. 
Remondino Rodrigo 
Cirugía de Columna Hospital Garrahan. 
Reviriego, Juan
Equipo de Columna Vertebral del Hospital Gutiérrez. CABA.
Rositto, Gabriel
Cirugía de Columna Hospital Naval, Hospital Gutiérrez y Sanatorio Finochietto CABA. 
 
Romano, Osvaldo
Jefe del Servicio de Ortopedia del Hospital El cruce de F. Varela. Equipo de Columna. Buenos Aires.
Sarotto, Aníbal José
Jefe de Servicio de Columna Hospital C. Durand. CABA.
Sarramea, Horacio
Jefe del equipo de Columna del CEECV. Centro de estudios de las Enfermedades de la columna Vertebral. 
CABA.
Segal, Eduardo
Jefe del equipo de Columna Infantil Instituto FLENI. CABA. 
Steverlynck, Alejandro
Jefe de Docencia e Investigación y Cirujano del Equipo de Columna del Hospital Militar Central Buenos Aires.
Tello, Carlos
Profesor y Doctor en Medicina de la Universidadde Buenos Aires. Ex Presidente de SILACO. Ex Presi-
dente de la SAPCV y de la AAOT. Miembro del Board de la SRS. Ex Jefe del Servicio de Columna Verte-
bral Hospital Garrahan. CABA.
Valacco, Marcelo
Cirugía de Columna Hospital Churruca. CABA.
Prefacio 
SILACO: Sociedad Iberolatinoamericana de Columna tiene como objetivo principal el “promocionar, 
desarrollar, favorecer el estudio y la divulgación de causas, tratamientos y prevención de la afecciones 
de la columna vertebral”. Por esta razón, viene generando espacios para la educación contínua de to-
dos los cirujanos de columna de Iberolatinoamérica. 
Aprovechando el gran esfuerzo que se está haciendo desde la Sociedad Argentina de Patología de la 
Columna Vertebral SAPCV para la formación de especialistas en cirugía de columna, decidimos apoyar 
la edición de este magnífico compendio, el cual ha sido diseñado para los residentes de ortopedia y 
traumatología y aquellos que ya se encuentran en ejercicio de la especialidad. 
Actualmente, la patología de columna es la principal causa de consulta del sistema músculo-esqueléti-
co, en pacientes de distintas edades. Es un problema de salud pública y una preocupación muy alta 
para los Sistemas de Salud por sus elevados costos. En contraste, la formación en ortopedia, cada día 
reduce más las posibilidades que los jóvenes puedan acceder a rotaciones en patología de columna 
vertebral. Esto se debe a que el tiempo de su formación es muy limitado para todos los temas que debe 
aprender a manejar un especialista en ortopedia y traumatología, dándosele mayor importancia al 
trauma, medicina deportiva y remplazos articulares, etc. Este fenómeno hace que menos estudiantes 
de la especialidad se motiven por la patología de columna, y lo que es peor, que no obtengan las de-
strezas suficientes para enfrentarse a la práctica clínica. 
Este compendio nace de un gran compromiso docente de prestigiosos miembros de la SAPCV a quienes 
desde la SILACO valoramos y agradecemos por estimular el desarrollo de tan excelente material didác-
tico. Esperamos que sea del agrado de los lectores, para que de esta forma sea una herramienta fun-
damental en la formación de los futuros ortopedistas-traumatólogos y posibles cirujanos de columna 
de Iberolatinoamérica.
Jorge Felipe Ramírez León
Presidente SILACO 2017-2019
Prólogo del Editor
Entre los años 2017-2018 el Dr. Roberto Muscia Presidente de la Sociedad Argentina de Columna 
Vertebral SAPCV, me encomienda la dirección de nuestro Curso Bianual para Cirujanos de Columna. 
Desarrollamos entonces una estructura que involucra un proceso de formación académica de los mis-
mos, que se inicia con el Curso Bianual Básico para Residentes de Ortopedia - Traumatología y Fellowship 
de Columna. 
Se diseñó una currícula de estudio que incluye los conocimientos básicos y principios sólidos esca-
lonados, de todas las secciones de la especialidad, para que sirvan de sustento y complemento de 
los estudios futuros de los médicos en formación. Decidimos entonces, editar las clases en un texto 
confeccionado durante el curso lectivo. Como creemos que la evaluación forma parte del proceso edu-
cativo, el mismo ha sido la fuente para la evaluación final. 
El texto desarrolla en forma actualizada cada uno de los temas, con especial énfasis en la experiencia 
de cada docente en el desarrollo diario de su profesión. Se estableció y fortaleció un vínculo docen-
te-alumno accesible, cultivando un espacio para la práctica y desarrollo de preguntas abiertas con 
ateneos de discusión de casos a cargo de los propios alumnos del curso. 
Cuando el Dr. Jorge Ramírez, actual Presidente de la SILACO toma conocimiento de este trabajo, nos 
propone la posibilidad de extender esta formación a todos los médicos Residentes de Ortopedia y 
Traumatología de Latinoamérica. La SAPCV acompaña esta decisión que nos honra, editando este 
Compendio de Patología de Columna Vertebral – SILACO.
Es un gran honor para nosotros que se nos haya permitido desarrollar esta obra, deseando que el 
joven médico pueda encontrar en estas páginas, una lectura clara, amena y precisa de los conceptos 
actuales y principios de la columna vertebral. 
Agradezco a SILACO a través del Presidente Jorge Ramírez León, quien ha sido el gestor y financiador 
de este proyecto. A Gabriela mi esposa, a Tito Muscia, a Deborah Ruiz y a Horacio Sarramea mi maes-
tro por su apoyo constante. Un especial agradecimiento a todos los médicos autores de cada capítulo 
quienes, con su trabajo, hicieron posible la edición del libro y gracias a Dios por esta oportunidad.
 Esteban Calcagni
Director del Curso Bianual de la SAPCV
 
Índice
 
 Índice de Autores 04
 Prefacio 07
 Prólogo del Editor 08
Módulo 1 | Generalidades
 Reseña Anatómica. Carlos Mounier 11
 Mediciones Radiológicas en Columna. Gabriel Rositto 15
 Abordajes Convencionales de Columna. Guillermo Kahl 19
 Semiología de la Columna. Esteban Calcagni 23
Módulo 2 | Patología Degenerativa
 Generalidades de la Patología Discal. Juan Gottlieb 27
 Hernia de Disco Lumbar. Pablo Platter 31
 Hernia de Disco Cervical. Osvaldo Romano 33
 Hernia Discal Torácica. Horacio Sarramea 39
 Conducto Estrecho Lumbar. Marcelo Melo 45
 Espondilolistesis Degenerativa. Federico Gelosi 51
 Mielopatía Cervical. Esteban Calcagni 57
Módulo 3 | Escoliosis Idiopática Adolescente- EIA 
 Clasificación y Generalidades de Escoliosis. Carlos Tello 65
 EIA - Introducción. Santiago Bosio 73
 EIA - Manejo Clínico. Eduardo Galaretto 79
 EIA - Niveles de Fusión. Juan Reviriego 83
 EIA - Tratamiento Quirúrgico. Ruben Maenza 89
Módulo 4 | Escoliosis
 Escoliosis Congénita. Miguel Puigdevall 93
 Escoliosis Neuromuscular. Miguel Puigdevall 97
 Escoliosis de Inicio Temprano. Eduardo Segal 101
 Escoliosis en el Adulto. Marcelo Gruenberg 107
 
Módulo 5 | Deformidades
 Cifosis del Adolescente. Carlos Legarreta 115
 Espondilolisis. Roberto Castelli 121
 Espondilolistesis de Bajo Grado. Roberto Castelli 127
 Espondilolistesis de Alto Grado. Gabriel Rositto 131
 Columna del Anciano. Esteban Calcagni 137
 
Módulo 6 | Cirugía de Mínima Invasión - MISS 
 Abordajes por Técnicas MISS. Enrique Gobbi 145
 Cirugía MISS en Patología Lumbar Degenerativa. Rubén Morales Ciancio 151
 Cirugía Endoscópica. Jorge Ramírez - Carolina Ramírez 159
 
Módulo 7 | Columna Traumática 
 Generalidades y Clasificación
 de las Fracturas Toracolumbares. Pedro Luis Bazán 165
 Fracturas Toracolumbares. Juan Pablo Bernasconi 171
 Fracturas de la Columna Cervical Baja. Marcelo Valacco 173
 Tratamiento de las Fracturas de la Columna Cervical Subaxial. Felipe Lanari Zubiaur 179
 Fracturas de Columna Cervical Alta. Alejandro Betemps - Esteban Calcagni 185
 Patología Traumática del Raquis Pediátrico. Rodrigo Remondino 193
Módulo 8 | Infecciones - Tumores
 Diagnóstico de las Infecciones Raquídeas. Patricio Manzone 205
 Tratamiento Conservador y Quirúrgico 
 de las Infecciones Raquídeas. Patricio Manzone 215
 Tumores de la Columna Vertebral. Ignacio Albergo 223
 Tratamiento de las Lesiones Tumorales. Alejandro Steverlynck 231
 Tumores de la Columna Vertebral 
 en Niños y Adolescentes. Ignacio Albergo 235
Módulo 9 | Complicaciones
 Resultados de Deformidad en el Anciano. Eficacia. Germán Galaretto 245
 Complicaciones en Cirugía Columna Vertebral. Aníbal José Sarotto 249
 Complicaciones en Cirugía Cervical. Osvaldo Romano 267
 El Cirujano Espinal Ante el Caso Singular. Mariano Noel 273
 
 
Módulo 1
11
 Es importante tener una buena base anató-
mica y recordar, fundamentalmente, cuáles son las 
funciones de la columna vertebral. Esto es algo muy 
importante, ya que cuando alguna de estas funciones 
esté alterada, es donde vamos a tener que tomar una 
conducta activa.
Las funciones de la columna son:
-Soportar carga.
-Dar movilidad controlada. 
-Proteger estructuras,esencialmente las estructu-
ras nerviosas.
La columna está formada por 33 a 35 vértebras, de-
pendiendo de cuántas tenga el coxis. Vista de frente, 
la columna vertebral debe ser recta, estamos hablan-
do de la anatomía normal; vista de perfil debe tener 
curvaturas, siendo algunas curvas principales y otras 
compensadoras.
Recordemos que embriológicamente la columna es toda 
una gran cifosis; luego del parto cuando el niño empieza 
a sostener la cabeza, aparece la primera curva compen-
sadora que es la lordosis cervical y con la bipedestación 
la segunda curva compensadora que es la lordosis lum-
bar; estas curvas, dentro de un rango fisiológico aumen-
tan 9 veces la resistencia a lesiones por compresión de 
la columna, porque le hacen un efecto de resorte.
De la forma en que llamamos a los distintos tipos ver-
tebrales, es útil aclarar el de Vértebras Torácicas, tam-
bién llamadas Vertebras Dorsales, pero si lo analiza-
mos, toda la columna tiene una situación dorsal en el 
cuerpo, entonces es más apropiado hablar de columna 
torácica que de columna dorsal. Toda vertebra articu-
lada a una costilla, es una vértebra torácica. No es una 
cervical o lumbar, definitivamente si tiene articulada 
una costilla es torácica. Si bien la mayoría de las perso-
nas tienen 12 costillas de cada lado, podemos tener 11 
o 13, entonces tendremos 11 o 13 vértebras torácicas.
Con respecto a las características anatómicas hay una 
particularidad entre lo que se conoce como columna 
cervical alta, que es entre el occipital y C2 y columna 
cervical baja. La columna cervical alta tiene una anato-
mía muy particular, por ejemplo, el Atlas no tiene cuer-
po, sino que tiene las masas laterales; el Axis tiene la 
apófisis odontoides que sería un resabio del cuerpo del 
Atlas. Estas características son únicas en estas vérte-
bras. También hay cosas en común entre todas las vér-
tebras, desde C2 hacia abajo todas las vértebras tienen 
un cuerpo, tienen pedículos, láminas y carillas articu-
lares; de acuerdo a la situación y forma de las carillas 
articulares, variará el rango de movilidad que tengan. 
En la medida que vamos a Caudal, como cada vez es 
mayor la carga que tiene que soportar la columna, por 
tal motivo, va aumentando el tamaño de la vértebra 
proporcionalmente al tamaño del cuerpo vertebral. 
El sacro, si bien son 5 vértebras, al estar fusionadas se 
lo considera como una unidad anatómica, pero tiene 
las mismas características que el resto de las vérte-
bras: tiene cuerpo, tiene pedículo, tiene transversa, 
lámina, al igual que el coxis. 
Las vértebras son una sucesión de huesos articulados 
entre sí. Están articulados tanto por unas diartrosis, 
que son articulaciones propiamente dichas, en donde 
tenemos cartílago hialino, dos superficies articulares, 
líquido articular entre medio y cápsula articular; y te-
nemos unas anfiartrosis, que son los discos interver-
tebrales. Estas son articulaciones semimóviles, que 
no tienen líquido articular. En las diartrosis, vamos a 
tener bicondíleas a nivel de la occipitoatloidea, la pri-
mera articulación de la columna; trocoides, que son 
segmentos de cilindro, en donde la trocoide típica es 
la articulación entre la odontoides y el arco del atlas, 
que tiene prácticamente todos los movimientos; des-
pués vamos a tener trocoides también en la columna 
lumbar, al ser aquí dos pares de trocoides, evitan o 
casi anulan los movimientos de rotación, solamente 
permiten movimientos de flexo- extensión y eso es un 
mecanismo que protege a los discos Intervertebrales. 
El resto de las articulaciones, son articulaciones pla-
nas, artrodias, desde C1 hasta T12 y en la columna 
lumbosacra, que tienen movilidad en todos los senti-
dos limitadas por las cápsulas articulares. 
Con respecto a los discos intervertebrales, son es-
tructuras anatómicamente diseñadas para soportar 
Reseña Anatómica
Carlos MOUNIER
Módulo 1
12
carga axial, por lo que es la función a la que mejor 
responden. Al tener un núcleo gelatinoso, reparten en 
forma hidráulica y homogénea, la carga entre los dos 
cuerpos vertebrales. Hacen que no se concentre en un 
solo punto y este núcleo pulposo está rodeado por el 
anillo fibroso que tiene una característica anatómica: 
es una sucesión de capas de fibras puestas en forma 
oblicua alterna, una y otra. Esta disposición lo hace 
óptimo para resistir la compresión, para evitar que 
escape el núcleo pulposo, pero esta, no es la mejor 
disposición anatómica para resistir fuerzas en rota-
ción o cizallamiento. Al estar oblicuas las capas, cuan-
do hacemos una rotación o un deslizamiento, unas fi-
bras se tensan y otras se relajan, o sea que solo el 50% 
del añillo fibroso resiste las fuerzas de cizallamiento, 
de deslizamiento o de rotación, mientras que el 100% 
del anillo fibroso resiste las fuerzas de compresión. 
Es por eso que los movimientos que más lesionan los 
discos son los de rotación o del cizallamiento.
Con relación a La parte ligamentaria de la columna, 
un comentario para la columna cervical alta y otro 
para el resto de la columna. 
La columna cervical alta, tiene algunas caracterís-
ticas propias: Presentan el ligamento cruciforme, el 
ligamento atlo-odontoideo, los ligamentos occipi-
to-atloideos y atlo-axoideo posterior y anterior. En la 
columna cervical alta, no existe el ligamento amarillo, 
este aparece a partir de la segunda vértebra cervical 
hasta la primera vertebra sacra.
Desde C2 hacia caudal, el resto de la columna hasta 
la primera sacra, las vértebras comparten las mismas 
características. Es obvio que a medida que vamos 
bajando, se van haciendo más resistentes los liga-
mentos, pero vamos a tener un ligamento vertebral 
común anterior LVCA, un ligamento vertebral común 
posterior LVCP, los ligamentos amarillos, inter y su-
praespinosos aparte de las cápsulas articulares.
Con relación a la musculatura, en general el ciruja-
no ve a la misma, como ese tejido que se interpone 
entre nosotros para llegar a la columna y es impor-
tante aprender a respetarla, porque es lo que ayuda 
a la movilidad y protege la columna de malos esfuer-
zos o malos movimientos; quiero llamar la atención 
con respecto a la reparación o a la reinserción de los 
músculos especialmente en las curvas fisiológicas. Es 
importante tomarse el tiempo para reinsertarlos en 
la línea media, porque eso ayuda a preservar las cur-
vas fisiológicas; también hay grupos musculares que 
no están directamente sobre la columna, como es el 
esternocleidomastoideo que, si bien mueve la cabe-
za, es uno de los reparos anatómicos más importan-
tes que tenemos para los abordajes anteriores de la 
columna cervical; quiero llamar la atención sobre los 
abdominales, son los grupos musculares que cuidan 
la columna lumbar. Una buena pared abdominal, hace 
de faja muscular en lugar de una faja ortopédica; una 
buena tensión de la musculatura abdominal le saca 
peso a la columna porque transforma el abdomen, de 
algo blando en algo tenso y que puede soportar carga, 
ayudando a mantener la postura erecta. En relación a 
los glúteos, recuerden que todo el peso de la columna 
termina en la pelvis y la estabilización de la misma, 
en gran parte está dada por los músculos glúteos. No 
forman parte de la columna, pero hacen a su función.
La columna protege estructuras, esencialmente 
protege las estructuras nerviosas: la médula espinal, 
que embriológicamente llega hasta el sacro, cuando 
crecemos va ascendiendo y normalmente el cono me-
dular termina a la altura de la última torácica o la pri-
mera lumbar. De la médula van saliendo de a pares las 
raíces raquídeas; estas raíces van a llevar el nombre 
del pedículo por el cual pasan por debajo, desde la pri-
mera torácica hacia distal, hasta las vértebras sacras. 
Hay tantas raíces como vértebras torácicas, lumbares 
y sacras. La excepción es la columna cervical; en co-
lumna cervical tenemos ocho raíces para siete vérte-
bras, por eso la primera raíz nace por arriba del Atas 
y las restantes por arriba de los pedículos yasí hasta 
la séptima cervical y entre la séptima y la primera to-
rácica es donde sale la octava raíz cervical. 
Protege y alberga no solo el tejido nervioso sino tam-
bién estructuras vasculares. 
La arteria vertebral va por dentro de las transversas 
cervicales entrando habitualmente al nivel de la sexta 
cervical. De ahí asciende hasta C1, antes de entrar en 
el cráneo para formar el polígono de Willis; y el ple-
xo venoso que tiene importancia quirúrgica; hay que 
saber manejarlo, no lesionarlo, cauterizarlo, de otra 
forma, nos puede complicar una cirugía. 
La movilidad del raquis en gran parte está dada por la 
disposición y las características de las carillas articulares. 
La columna tiene mucha movilidad en flexo-exten-
sión, las carillas están dispuestas para favorecer di-
cho movimiento. En un adulto joven y flexible, en lo 
que es columna cervical alta, vamos a tener 12 grados 
de flexión y 12 de extensión. En la columna cervical 
baja 40° de flexión y 60° de extensión; columna torá-
cica 40° y 25°; columna lumbar 40 grados de flexión y 
30° de extensión; esto es en una columna sana, joven 
y flexible. Estos son valores casi máximos que pode-
mos llegar a encontrar.
La inclinación lateral es menor, 20 grados para la co-
lumna lumbar, 20° para torácica y 35° para cervical. 
En lo que hace a las rotaciones, acá tiene mucha im-
portancia las características anatómicas. Por tener 
una trocoide bilateral, la columna lumbar que tiene 
una muy buena flexo-extensión, prácticamente no tie-
ne rotación, solo 5 grados. La columna torácica tiene 
una rotación de 35 grados y la cervical de 50 grados; 
de los cuales 25 grados lo tenemos entre el occipital 
y el axis, otros 25° entre el axis y la columna torácica. 
Módulo 1
13
Es importante destacar, que no estamos tratando solo 
una columna, sino pacientes cuya columna está rodea-
da de estructuras que están o pueden estar a menos 
de 5 mm de las vértebras. Por detrás tiene músculos, 
pero por los costados o por delante tiene elementos 
que hay que conocer, respetar y proteger. La faringe y 
el esófago, en la columna cervical, la yugular, la caróti-
da, los nervios laríngeos, el plexo simpático, etc. 
En la columna torácica, lo mismo, esófago, aorta, 
vena cava, vena ácigos y hemiácigos, conducto torá-
cico, vasos segmentarios, pleura y pulmón, cadena 
simpática, son estructuras que, de acuerdo al nivel 
vertebral, están o pueden estar a menos de 5 mm y 
es cierto que hoy en día el abordaje anterior de co-
lumna torácica no es frecuente, pero es muy común 
entrar por detrás y por detrás se pueden lesionar to-
das estas estructuras. 
A nivel de la columna lumbar: la aorta, vena cava, va-
sos ilíacos, vasos segmentarios, cadena simpática, ar-
teria sacra media, uréter. Todos elementos que están 
o pueden estar a menos de 5 mm de la columna. 
Otro detalle importante de esta reseña, es que habla-
mos de anatomía normal, acá no estamos tomando en 
cuenta las variaciones patológicas o de malformacio-
nes congénitas. Hay variantes anatómicas normales 
que es necesario saber que existen, conocerlas y es-
tar atentos a ellas. Tenemos ejemplos de variaciones 
óseas como es una hemisacralización de la quinta 
lumbar o una sacralización bilateral. Esto es una de 
las causas más comunes de error en la identificación 
del nivel durante una cirugía. También lo es cuando 
tienen once o trece costillas y las vértebras no vienen 
numeradas, uno se guía por reparos anatómicos o por 
controles radiográficos. Si uno no tuvo la precaución 
de mirar que este paciente tenía once costillas, puede 
interpretar esto como la doceava y errar en el nivel 
en donde uno tiene que hacer una instrumentación 
o descompresión, que puede ser después, la conse-
cuencia de una instrumentación o descompresión in-
suficiente o excesiva.
Al igual que en la columna lumbar, no darse cuenta 
de una sacralización, se puede interpretar como que 
el disco L3-L4, es el disco L4-L5. Es una de las cau-
sas más comunes de error o de iatrogenia en el trata-
miento de las hernias de disco de la columna lumbar, 
equivocarse en el nivel que hay que liberar. 
Aparte de las variaciones óseas normales, podemos 
tener también otras variantes como las vasculares y 
nerviosas. La aorta, que puede pasar por el costado o 
por delante de la columna, las venas ácigos, las arte-
rias vertebrales, son ejemplos en donde no es raro ver 
trayectos diferentes del habitual.
En las variaciones en la formación de las raíces ner-
viosas. Una raíz lumbar normal, nace a la altura del 
pedículo o del platillo con el pedículo, desciende por 
la cara interna del pedículo y sale por la forámina. 
Pero es bastante frecuente de ver, que nazca directa-
mente a la altura del disco y salga transversal y mu-
chas veces, si tenemos que hacer un abordaje del dis-
co por detrás, eso nos complica, nos limita y se puede 
lesionar la raíz si uno no es cuidadoso en el manejo. 
Que nazcan dos raíces en el mismo nivel, o que nazca 
la raíz a un nivel más arriba, son todas variables que 
las podemos ver y que tenemos que saber que exis-
ten, porque desconocerlas puede llevarnos a lesionar 
un nervio.
Como conclusiones recordar las funciones de la colum-
na: está diseñada para soportar carga, permitir una mo-
vilidad limitada y proteger las estructuras nerviosas.
Con respecto a las estructuras adyacentes recuerden 
que no tratamos solo una columna, tratamos pacien-
tes con patología de columna y “la columna viene 
envuelta con un paciente”. Entonces, cuidado con la 
aorta, la cavidad pleural, tejido nervioso. Incluso en lo 
que es considerado como la cirugía sencilla, la cirugía 
de la hernia de disco, hay afortunadamente con esca-
sa frecuencia casos de lesión de la aorta o de la cava 
o iliaca cuando uno está entrando con la pituitaria o 
pinza de disco. 
No solo hay que conocer la anatomía, hay que conocer 
las estructuras adyacentes y tener en cuenta las va-
riantes anatómicas; recuerden, las columnas norma-
les, no son todas iguales. 
Módulo 1
15
Mediciones Radiológicas 
en Columna
Gabriel ROSITTO
 El tema es extenso y complicado y en conti-
nua evolución. Evaluaremos los métodos de nume-
ración vertebral básicos, las mediciones vertebrales 
básicas sobre todo las de alineación coronal y sagi-
tal. Dejaremos de lado las mediciones de trauma y 
cervicales que serán analizadas en otros capítulos y 
remarcamos que es un tema en continua evolución y 
que hoy ya existen nuevas medidas que incluyen el 
análisis corporal total (EOS). 
Básicamente, cuando hablamos de mediciones te-
nemos que entender que la columna la dividimos en 
cuatro regiones: cervical, dorsal, lumbar y sacro pelvis. 
Pero una cosa más importante es que cada una está se-
parada por transiciones, que son las cráneo- cervical, 
cérvico-dorsal, dorso- lumbar y lumbo- sacro-pélvica. 
Es muy importante el tema de la numeración porque, 
hoy la primera causa de mala praxis espinal, es la se-
lección de un mal nivel y eso se basa en probablemente 
una mala revisión anatómica, una mala imagenología. 
Siempre se debe comenzar de arriba para abajo; siem-
pre debemos comenzar contando la primera vértebra 
con articulación costal, a esa se la denomina primera 
vértebra dorsal y vamos a continuar hasta la última 
con costillas que se van a denominar T11-T12 o T13; 
puede haber una variación anatómica múltiple. La pri-
mera vértebra por debajo de la última con costillas se 
la denomina lumbar 1 (L1), y es muy importante eva-
luar la columna lumbo-sacra por la presencia de nu-
merosas deformaciones. La clasificación de la de Cas-
tellvi, es vieja pero que es ideal para entender esto.
The Castellvi classification is used for lumbosacral 
transitional vertebra (LSTV)
type I: enlarged and dysplastic transverse (at least 19 mm)
Ia: unilateral
Ib: bilateral
type II: pseudoarticulation of the transverse process 
and sacrum with incomplete lumbarisation/sacrali-
sation; enlargement of the transverse process with 
pseudoarthrosis.
IIa: unilateral
IIb: bilateral
typeIII: transverse process fuses with the sacrum 
and there is complete lumbarisation or sacralisation, 
enlarged transverse process with complete fusion
IIIa: unilateral
IIIb: bilateral
type IV: type IIa on one side and type III on the con-
tralateral side.
T1 definimos como la primera vértebra dorsal, con ar-
ticulación costal bilateral, siempre empezamos de arri-
ba para abajo. A todas las vértebras que tienen articu-
lación costal las denominamos dorsales. Hay que tener 
mucho cuidado con la 12 porque a veces se confunde 
una mega transversa con una costilla atrófica. 
L1 es la primera vértebra por debajo de la última to-
rácica. 5 lumbares es lo común, pero es muy común 
tener 11, 12 o 13 dorsales o tener 4 o 6 lumbares. Nor-
malmente son 24 las vértebras, pero puede haber 13 
dorsales y 6 lumbares. También es importante saber 
que el que tiene 6 lumbares, tiene 11 dorsales; el que 
tiene 13 dorsales tiene 4 lumbares. Generalmente se 
respeta el número de 24 en general y como decíamos, 
tener en cuenta la lumbarización y la sacralización. 
El estudio ideal de la columna es una evaluación glo-
bal, pero ¿qué significa global?, que la debemos es-
tudiar de cérvico- tórax hasta pelvis. Probablemente 
esta frase ya es antigua, ahora vamos a ver porqué. 
Debemos hacer una evaluación global y local; hoy ya 
se estudia la columna mucho más avanzado que esto, 
ya se estudia desde el cráneo y no solamente estudia-
mos la cabeza sino también estudiamos la pelvis, las 
caderas, las rodillas y los tobillos. Está demostrado 
que todos estos ángulos que vamos a mostrar hoy, 
probablemente sean antiguos a muy corto plazo y 
hoy ya se sabe que ángulos cráneo-cadera, cráneo-to-
billo son mucho más predictivos en cuanto a resulta-
dos que una evaluación cérvico-pélvica. O sea, esto es 
para mencionarlo, hoy el estudio es mucho más glo-
bal de lo que veníamos haciendo hasta la fecha.
Me pareció interesante tener algunos conceptos de 
técnica, cómo tomar una radiografía. El paciente 
Módulo 1
16
debe estar parado, con las rodillas extendidas, los 
pies deben estar a la altura de los hombros en su aper-
tura, el paciente debe estar mirando hacia adelante, los 
codos deben estar flexionados a 45° con respecto al eje 
del cuerpo, los nudillos deben estar en el hueco supra-
clavicular, y si hay una discrepancia de 2 cm se debe 
colocar un bloque para nivelar la pelvis. Estos son los 
estatutos que da la literatura como para decir que es 
una buena técnica en imagenología. En cuanto al per-
fil también hay parámetros para decir que la imagen 
es aceptable. El paciente debe estar su lado izquierdo 
contra el equipo de rayos X; la cara debe mirar hacia el 
lado derecho. Es muy importante que en la radiografía 
debamos incluir C7, T5, T10, T12, L2 y el sacro. Es 
bastante difícil evaluar T12 y también evaluar la char-
nela cráneo-cervical, pero para considerar una buena 
radiografía debemos tener en cuenta que deben ver-
se todos estos segmentos vertebrales. En una imagen 
bien hecha, se ve toda la columna, se ve el sacro, las 
costillas de los dos lados y se ven las caderas.
Con respecto a las mediciones, el plano coronal es 
recto, totalmente derecho como ya vamos a ver. Pero 
el plano sagital no lo es así, tenemos lordosis lumbar 
y cervical y cifosis dorsal. Hay una plomada que pasa 
a través de C7 que debe estar por detrás del córner 
póstero- superior del sacro. 
Normalmente la cifosis Dorsal es entre 10° y 40° (CD) 
y la lordosis Lumbar (LL) es de entre 40° y 60°. Todo 
lo que es Lordótico se denomina por convención ne-
gativo y todo lo que es Cifótico se determina como po-
sitivo. Normalmente la lordosis debe ser 30° más que la 
cifosis dorsal, o sea que, si tenemos 60° de lordosis, el 
paciente debe tener 40° de cifosis. 
Las mediciones que más usamos, con respecto al 
plano sagital, la medición primera y básica es por el 
método de Cobb, definir la cifosis. La cifosis tiene dos 
componentes, una cifosis que se denomina principal 
o baja y una cifosis proximal o alta. 
Se mide el Cobb entre T2 y T12, el valor normal es el 
que decíamos: entre 10° y 40°. Después tenemos una 
cifosis media o principal que se mide entre T5 y T12 y 
una cifosis proximal o alta que se mide entre T2 y T5. 
Es muy importante las charnelas, como explicábamos 
hoy dentro de la descripción morfológica, la charnela 
tóraco-lumbar se mide entre T10 y L2, el valor nor-
mal es 0 (cero). 
La charnela o la lordosis lumbar (LL), se mide nor-
malmente en Argentina hay muchos que lo miden en 
el platillo superior de L1, pero por convención hay 
que medirlo en el platillo superior de T12 y hasta 
el platillo vertebral superior inferior de S1. El valor 
normal, es entre 40° y 60°. 
El balance se toma por la relación entre C7 y córner 
postero- superior de S1. Esto es lo se determina, lo que 
se llama: la plomada o SVA. Denominamos cuando la 
plomada cae por delante del córner postero-superior 
de S1, un balance sagital positivo y cuando la plomada 
cae por detrás del córner posterior de S1 es un balance 
que denominamos negativo. Se puede medir en milí-
metros, y si ustedes trazan del centro de C7 una per-
pendicular que va al borde izquierdo de la radiografía 
y una perpendicular lo mismo al borde izquierdo de la 
radiografía, nos puede dar cuál es el desbalance que 
tiene el paciente. Fig. 1.
Actualmente, hay componentes mucho más repro-
ductibles que la plomada o la SVA, hoy lo que estamos 
usando es lo que se denomina el TPA: Thoracic Pelvic 
Angle. Es un ángulo que se mide entre T1 al centro de 
las cabezas femorales, y una línea que pasa ´por el pla-
tillo superior del sacro. Esto es lo que estamos usando 
para determinar lo que es la alineación global de los 
pacientes. SVA lo usamos, pero TPA hoy es el ángulo 
a tomar en cuenta cuando hacemos un análisis del ba-
lance global. Hasta 15° es considerado normal. Fig. 1.
Las mediciones básicas de alineación sagital son: inci-
dencia pelviana- IP, pelvic Tilt -PT, Sacral slope – SS.
La incidencia pelviana (IP), es un ángulo que va 
desde el centro de la cabeza femoral, se traza una lí-
nea al End Plate superior de S1 a su punto medio y 
su perpendicular y eso es lo que se denomina la in-
cidencia pelviana. Si las cabezas femorales no están 
simétricas, lo que se usa es el punto medio de las dos 
cabezas femorales y la mitad entre ellas dos se deter-
mina como punto o centro de referencia para las ca-
bezas femorales. Es un parámetro morfológico, no se 
afecta por ninguna posición de un paciente y no varía 
con el tiempo en la adultez. Valor normal 52° aproxi-
madamente.
El segundo parámetro que vamos a tomar se llama 
Pelvic Tilt (PT). El Pelvic Tilt se toma de la siguiente 
manera: centro de las cabezas femorales al centro del 
punto medio del End Plate superior del sacro y una 
línea que se llama línea de referencia vertical. Este 
es un parámetro totalmente distinto, que denota una 
orientación espacial de la pelvis, marcando la rotación 
pelviana. Es un parámetro dinámico, es un parámetro 
compensatorio y está afectado por la posición del pa-
ciente. El valor normal del parámetro es entre 13°, 14° 
aproximadamente.
Módulo 1
17
El otro ángulo que debemos medir es el Sacral slope 
(SS). Se toma una línea que pase por el End Plate su-
perior del S1 con una línea que se llama horizontal 
reference line, y esto es lo que determina, lo que nos 
está denotando es la posición de la columna lumbar. 
También es un parámetro dinámico, no es un paráme-
tro estático.
Hay una geometría básica que dice que: “La incidencia 
pelviana es igual al pelvic Tilt más el slope”. (IP= PT+SS). 
En resumen, hoy lo que debemos saber, es que la in-
cidencia pelviana es un parámetro estructural, morfo-
lógico. El Pelvic Tilt y el Sacral Slope son parámetros 
dinámicos. 
¿Qué nos dice el pelvic Tilt? Es un parámetro de orien-
tación pelviana, nos determina la posición de la pelvis, 
normalmente cuando está aumentado, la pelvis está re-
troversa. 
El Sacral slope nos determina la posicióndel sacro. 
el TPA es hoy el parámetro con el que uno debe usar 
como referencia para alineación global. Todas estas 
mediciones son bastante dinámicas, y vamos a ver 
que el Sacral Slope se correlaciona con la incidencia 
pelviana. Normalmente los pacientes que tienen baja 
incidencia pelviana tienen bajo Sacral slope y los pa-
cientes que tienen alta incidencia pelviana tienen un 
Sacral slope alto. si tenemos baja incidencia pelviana 
normalmente el sacro está vertical y la lordosis es pla-
na. Si tenemos una incidencia pelviana alta, el sacro 
es horizontal y el paciente tiene una lordosis bastante 
larga e importante. Todos estos parámetros son impor-
tantes que los entendamos como parte de una correcta 
planificación terapéutica.
En cuanto a mediciones coronales, creo que el Risser 
y el Cartílago Triradiado, tienen que ser tenidos en 
cuenta cuando estamos frente a pacientes con inmadu-
rez esquelética. El grado de rotación vertebral también 
debe ser evaluado en las radiografías coronales.
La clasificación de Lenke analiza regiones y la estruc-
turabilidad de las curvas. Analiza curvas torácicas 
proximales, curvas torácicas principales y curvas tora-
co-lumbares o lumbares. 
Para analizar balance coronal utilizamos trazamos una 
línea desde el centro de C7 hacia abajo una línea que 
pase del punto medio del sacro (LCVS) hacia arriba. 
Cuando esas dos líneas se unen, quiere decir que el pa-
ciente está balanceado, pero si estas dos líneas no se 
unen, el paciente está desbalanceado. Si el desbalance 
es hacia la izquierda, se denomina negativo; si el des-
balance es a la derecha, se denomina positivo. 
Es importante cómo medir estas relaciones, si ustedes 
lo quieren hacer en milímetros, lo que se hace es esto: 
se toma una perpendicular al borde izquierdo de la ra-
diografía al centro de C7, se tira la línea de C7, se hace 
lo mismo con la línea central sacra y se miden los mi-
límetros de desbalance. Si la línea de C7 coincide con 
la línea central vertical sacra, decimos que el paciente 
está en un balance coronal aceptable. 
Es importante también tener buenas radiografías para 
medir el nivel de los hombros. Lo que se hace básica-
mente es: se toma el End Plate superior de la primera 
vértebra dorsal con respecto a una línea que se llama 
horizontal line. Si el hombro izquierdo está alto, habla-
mos de un T1 positivo, un T1 Tilt positivo; si el hombro 
izquierdo está bajo, hablamos de un T1 Tilt negativo. 
Lo mismo que esto: cuando hay oblicuidades pelvianas 
la manera clásica de tomarlo es la línea de referencia 
horizontal con la línea bicrestílea.
Los bendings, o radiografías en máxima lateralización 
derecha e izquierda. Un tema importante y que uno ve 
en el consultorio todo el tiempo, los bending muchas 
veces los toman parados. Los bending hay que tomar-
los acostado y son en máxima lateralización derecha e 
izquierda. Una radiografía que se llama push prone, 
el fulcrum  bending, que es otra radiografía que es 
mediante un dispositivo para generar presión sobre la 
zona de la deformidad. 
En el bending izquierdo evaluamos la curva torácica 
proximal y la curva toraco-lumbar y en el bending de-
recho a la curva torácica principal. Es importante una 
buena técnica para ver la flexibilidad de la deformidad. 
Esto es lo que se llama el push prone, que no es más que 
hacer push sobre el lado convexo con dos apoyos de 
soporte del lado cóncavo. Lo que se hace es el push del 
lado de la curva con un apoyo en la pelvis y un apoyo 
en la axila. Eso nos determina también los criterios de 
flexibilidad de la deformidad. 
Otro tema importante es la tracción, no solamente en 
pediátricos sino también en adultos. Se sabe que la co-
rrección postural de las deformidades es muy grande, 
en adultos también. Y lo que se hace es una tracción y 
una radiografía para ver cuál es la reducción. Lo mismo 
que en híper cifosis, lo que hacemos son las radiogra-
fías con block, con híper extensión a nivel del ápex de 
la deformidad. 
Es importante usar la tecnología. Dentro de los pro-
gramas de software hay tres: Surgimap, Cobb Meter 
y Sagittal Meter Pro. Surgimap (NUVAMAP) es un 
programa sobre todo para planificación preoperatoria 
y para mediciones de balance, sobre todo sagitales. El 
mismo programa nos va guiando sobre todo lo que po-
demos hacer, buscamos el centro de las cabezas femo-
rales, trazamos el End Plate S1, el End Plate L1 y nos da 
la lordosis lumbar; la cifosis dorsal, la lordosis cervical. 
Ahí vemos la alineación global, y ya nos da los números 
directamente, ahí vemos: Pelvic Tilt, incidencia pelvia-
na, lordosis lumbar, relación incidencia pelviana con 
lordosis lumbar y la plomada con el SVA. El nuevo sof-
tware ya viene con TPA directamente, ya no viene con 
Módulo 1
18
SVA. Y no solamente eso, sino que es un programa que 
nos va a servir para planeamientos quirúrgicos, ve-
mos que tiene un montón de herramientas, resección 
de osteotomías de apertura, de cierre, colocación de 
cajas Intersomáticas; Un programa interesante que 
sabemos que está en el teléfono, es el Cobb Meter usa 
el teléfono como regla (app de Iphone). Lo que usan 
es el borde del teléfono. Una de las mediciones bási-
cas es para escoliosis, apoyan el teléfono en el End 
Plate superior de la vértebra de arriba, se apoya el 
teléfono en el inferior de la de abajo y nos da directa-
mente el Cobb y es reproductible. Lo mismo hacemos 
para cifosis. Con este programa se obtiene el Cobb, la 
cifosis y el Sacral slope. 
Ya un poco más sofisticado es el Sagittal Meter Pro, 
que es un programa, que lo usamos para análisis sagi-
tal. Se pude utilizar intraoperatorio también. 
Analizamos en este capítulo mediciones básicas de ali-
neación, conceptos básicos de numeración vertebral. No 
analizamos mediciones cervicales ni de trauma espinal.
 
 
Módulo 1
19
Abordajes Convencionales 
de Columna
Guillermo KAHL
Abordaje Anterior Cervical 
 Las vías de abordaje convencionales de la co-
lumna cervical, por vía Anterior, las podemos dividir 
por sectores: en la columna cervical superior e In-
ferior. En la primera vamos a tener un abordaje tran-
soral, un abordaje posterior, pre-esternocleidomas-
toideo y retro-esternocleidomastoideo. En el raquis 
cervical inferior el abordaje puede ser pre-esterno-
cleidomastoideo, retro-esternocleidomastoideo y un 
abordaje posterior del raquis cervical inferior. Fig. 1.
En la charnela cérvico-torácica podemos hacer una 
cérvico-esternotomía, una toracotomía transpleural 
y un pre-esternocleidomastoideo. Como vemos, el es-
ternocleidomastoideo es el reparo convencional o ha-
bitual para hacer las vías de abordaje más frecuente 
en la columna con patología cervical. Al paciente se lo 
posiciona en decúbito dorsal, en la mesa ortopédica y 
se le pone un realce interescapular y unas cintas que 
habitualmente se ponen para bajar los hombros para 
que no interfieran en la radioscopia y según el nivel 
que uno vaya a abordar puede ser una zona alta, me-
dia o la zona inferior del cuello. 
En la zona alta de la columna cervical, tenemos una 
serie de estructuras: arterias, nervios y glándulas que 
tenemos que ser cuidadosos y respetar. Generalmen-
te se prefiere hacer una incisión del lado izquierdo 
por el laríngeo recurrente aberrante y se toma como 
reparo el borde anterior del esternocleidomastoideo 
(ECM). Se incide el plastima o músculo cutáneo del 
cuello y luego vamos a tener la capa superficial de la 
fascia cervical profunda. En esta zona podemos en-
contrarnos con la vena yugular externa y el nervio au-
ricular mayor que está alojado o cerca de la glándula 
carótida. Ahí tenemos una zona que es el triángulo 
carotideo y por allí cruzan distintas estructuras que 
tenemos que preservar y tratar de no lesionar para 
no tener complicaciones. Una vez expuesto el ECM 
nos vamos a encontrar con el músculo omohioideo, 
que tenemos que tratar en esa zona de reclinarlo. En 
la zona cervical media se puede cortar para ser repa-
rado luego y en esa zona, si nos molesta,podemos lle-
gar a ligar la arteria tiroidea superior y lingual. Luego, 
vamos a entrar en el espacio retro-faríngeo, a nivel 
del cartílago tiroides y se puede hacer una disección 
y se avanza hacia los cuerpos vertebrales por atrás de 
la musculatura faríngea. 
En la zona alta de la columna cervical vamos a tener 
unos nervios craneales que tenemos que respetar y 
la arteria carótida interna y la yugular interna que 
van a estar unidas en la zona del occipital. Respetado 
eso, vamos a tener como reparo en los cuerpos verte-
brales, los músculos largos del cuello y ahí podemos 
identificar fácilmente por una tuberosidad o el tubér-
culo de C1 y por debajo está el ligamento longitudinal 
anterior. Ese es el acceso a la parte alta de la columna 
cervical por vía pre-esternocleidomastoidea que es la 
que habitualmente uno usa.
Si vamos más abajo, ya vamos a tener la zona media 
del cuello, siempre siguiendo el trayecto del músculo 
ECM, podemos hacer por 2 o 3 traveses de dedos por 
arriba de la clavícula, depende el lugar a abordar, ha-
bitualmente uno lo controla por radioscopia. Vamos 
a tener básicamente los mismos planos musculares y 
ahí nos vamos a encontrar con el omohioideo, que ha-
bitualmente uno lo puede llegar a seccionar y reparar 
si es que se interpone en la vía de abordaje o si no uno 
trata reclinarlo para arriba o para abajo; siempre el 
ECM y el paquete carotideo es lo que se va a llevar a 
externo y el resto se va llevando a medial, junto con la 
tráquea y el esófago. Una vez que uno profundiza por 
debajo del ECM, vamos a tener la fascia pre- vertebral, 
se hace una incisión longitudinal y se va a ir reparan-
do, habitualmente uno lo hace con hisopo para evitar 
el sangrado, hasta encontrar los cuerpos vertebrales. 
Módulo 1
20
Normalmente los cuerpos uno los puede encontrar 
ahí y a veces tiene un sangrado, al borde lateral de los 
músculos largos del cuello que están sobre la apófisis 
transversa y hay que respetar el simpático para no te-
ner una complicación.
Si vamos más abajo, ya tenemos que hacer una inci-
sión 1 cm. por arriba de la clavícula y acá ya nos en-
contramos el ECM en su inserción con el haz esternal 
y clavicular. En la zona clavicular, en el haz clavicu-
lar vamos a tener la vena yugular interna y la arteria 
subclavia que tenemos que tratar de reparar para no 
lesionar. Una vez reparado y disecado, ahí ya pode-
mos, si hace falta, seccionar el haz clavicular. En la 
zona media vamos a tener de vuelta, de la fascia in-
termedia, el músculo omohioideo y ahí vamos a te-
ner una grasa, una almohadilla grasa, que está sobre 
el escaleno, donde hay estructuras anatómicas (gan-
glios, troncos y el nervio frénico) fundamentalmente: 
el tronco tiro cervical y el nervio frénico que tenemos 
que tratar de no lesionar. Una vez que definimos el 
borde anterior del escaleno que nos va a servir de re-
paro para el frénico, se puede cortar a 1 cm proximal 
a su inserción y vamos a encontrar el músculo de la 
arteria subclavia (por debajo del músculo). Una vez 
disecada esa zona, vamos a encontrar, probablemen-
te, la fascia de Sibson, que es la cúpula pulmonar y 
a continuación se puede seccionar, si hace falta, para 
seguir liberando; podemos encontrar el ganglio es-
trellado que está alojado sobre la primera costilla y el 
cuerpo vertebral. Fig. 2.
Abordaje Posterior Cervical
En el abordaje posterior de la columna cervical, es el 
que uno está más habituado a hacer, el paciente va de-
cúbito ventral y habitualmente se pone en un Mayfield, 
para que no se movilice, con unas cintas, bajar los hom-
bros también, habitualmente para que no interfiera en 
la radioscopia. Lo podemos hacer en la zona superior y 
extenderlo hacia abajo. Como reparo vamos a tener la 
protuberancia occipital externa y se va disecando ha-
cia la apófisis espinosa profunda. Vamos a ir hasta C2, 
C3 y ahí vamos a ir pegado a las apófisis espinosas y a 
las láminas hasta los macizos articulares en C2, C3 y 
tenemos que tener cuidado en el anillo de C1, no ir más 
de 2 cm por los plexos venosos y los vasos. En la exten-
sión hacia abajo de la columna cervical inferior, no hay 
que irse muy a lateral sobre las masas porque normal-
mente tenemos sangrado; nos tenemos que mantener 
dentro del tabique intramuscular para evitar tener un 
sangrado excesivo. Fig. 3.
Columna Torácica
En cuanto al raquis dorsal, podemos hacer una tora-
cotomía transpleural y retro pleural, un abordaje pos-
terior del raquis dorsal y una costotransversectomía.
La toracotomía es el abordaje en vía anterior más uti-
lizada; se hace una incisión desde la línea axilar ante-
rior hasta el borde posterior de los músculos paraver-
tebrales sobre las costillas; el paciente va a ir decúbito 
lateral, con un rollo en la zona contralateral al aborda-
je. El abordaje se hace izquierdo habitualmente para 
evitar el hígado y tener más control sobre las venas y 
las arterias que son más fáciles de reparar si uno hace 
una lesión. Se coloca también un rollo en la zona axilar 
para evitar compresión del plexo axilar y de los vasos 
del miembro superior. Ahí vamos a tener el músculo 
dorsal ancho, uno lo secciona, después se moviliza a 
posterior el serrato mayor y se expone el músculo y 
la caja torácica; se selecciona el nivel costal a abordar, 
uno puede resecar la costilla si la toma como injerto 
o eventualmente entrar en el espacio intercostal. Una 
vez que uno secciona los músculos intercostales, abre 
la pleura con tijera, se pone un separador autoestáti-
co y se desinfla el pulmón. Habitualmente se usa una 
intubación selectiva para poder colapsar el pulmón y 
llevarlo hacia adelante para exponer la aorta, que es, 
en principio, lo que más uno tendría temor en una vía 
anterior de no lesionar los vasos. Hasta D4 uno no tie-
ne mayor problema, habitualmente de D4 para arriba 
está el arco aórtico y hay cirujanos que prefieren ha-
cerlo del lado derecho. Fig. 4.
La aorta y el sistema ácigos van a estar fijados a los 
cuerpos vertebrales por vasos intercostales, ellos van 
por el segmentario y van por el valle del cuerpo; ha-
bitualmente la vértebra va a tener una zona que es el 
valle, que indica el cuerpo por dónde van los vasos y lo 
Módulo 1
21
que sobresale son los discos donde uno habitualmen-
te trabaja. Si va a hacer una disectomía o eventual-
mente una corpectomía, uno tiene que ligar los vasos 
para evitar un sangrado excesivo y tener el control y 
no andar traccionando de la aorta. Hay que tener cui-
dado con el tronco simpático que va más en la parte 
anterior de la columna vertebral. Una vez que uno lle-
ga al cuerpo vertebral, se incide la pleura parietal y ya 
estamos sobre la columna, pudiendo tener control de 
todos los elementos nobles para hacer el tratamiento 
médico quirúrgico que uno decida sobre la columna.
En el abordaje posterior del raquis dorsal, el paciente 
va en decúbito ventral en la mesa ortopédica y bási-
camente se esqueletiza la columna siempre tomando 
reparo las espinosas, láminas y se va hacia el espacio 
transverso para poder exponer la estructura ósea y 
poder realizar el tratamiento quirúrgico que uno de-
cida en la patología a tratar.
En cuanto a la charnela dorso-lumbar se puede hacer 
un abordaje anterior (que puede ser retro pleural, 
retroperitoneal o transpleural retroperitoneal) y el 
abordaje posterior del raquis como el mencionado 
para el raquis dorsal. Para la vía anterior, se va a hacer 
una vía lateral izquierda de la séptima a la decimo-
segunda costilla y uno comienza habitualmente en la 
parte torácica y vamos a encontrarnos con el diafrag-
ma, que uno tiene que des insertarlo habitualmente; 
esto se hace de la parte muscular en la parte poste-
rior para evitar las estructuras nobles que pasan por 
el medio del diafragma, fundamentalmente los vasos 
y el nervio frénico. Fig. 5.
 Fig.5.
 Una vez que uno abierta la cavidad del diafragma se 
encuentra con el retro peritoneo y se va a exponer 
la fascia renal para poder llevarse el riñón, el bazo y 
todo hacia laparte anterior. Vamos a tener como re-
paro el músculo psoas, los cuerpos vertebrales y la 
aorta, son los elementos que tenemos que tratar de 
manejar para no tener complicaciones con los vasos 
y poder entender la anatomía y ubicarnos. Los vasos 
segmentarios los podemos ligar, tenemos que tener 
cuidado con el tronco simpático que corre por la cara 
ánterolateral del cuerpo vertebral adyacente al psoas. 
Columna Lumbar
En el abordaje de la región lumbares a través de una 
lumbotomía para la vía anterior, un abordaje poste-
rior y un abordaje anterior transperitoneal o retro-
peritoneal. (Fig. 5). En la lumbotomía se hace una 
incisión medial entre la mitad, entre la 12° costilla y 
la espina ilíaca antero-inferior, vamos a hacer una re-
sección subperióstica de la mitad de la 12° costilla si 
es, depende el nivel que uno quiera abordar, habitual-
mente esto lo controlamos por radioscopia. Se hace 
una apertura con un rollo para poder abrir el espacio 
entre la 12° costilla y la pelvis y tener mejor acceso 
a la zona. Una vez que uno hace el abordaje se va a 
encontrar con los músculos oblicuo mayor, oblicuo 
menor y el transverso y vamos a encontrarnos con 
el retro peritoneo y con el peritoneo; tenemos a par-
tir de allí, el espacio retroperitoneal y vamos a tener 
la fascia renal que va a estar rodeando el riñón, los 
uréteres, la glándula suprarrenal y van a ser llevados 
hacia la parte anterior con el reparo nuestro que va a 
ser el psoas y el cuadrado lumbar. 
El abordaje posterior del raquis lumbar es similar al 
que ya estuvimos hablando, habitualmente los abor-
dajes posteriores son todos similares con diferentes 
variaciones de los planos musculares, pero uno habi-
tualmente toma como reparo la espinosa y va dise-
cando, esqueletizando la columna hacia los laterales.
Nos queda el abordaje anterior transperitoneal o retro-
peritoneal, en el que se hace una incisión mediana so-
bre el abdomen y el reparo va a ser el ombligo hasta el 
pubis. Tenemos la vaina de los rectos, habitualmente se 
hace para-rectal izquierdo si uno va a hacer una ALIF.
Hay que abordar la columna por la vía retroperito-
neal, que es lo que se sugiere, se va disecando con los 
dedos del lado izquierdo por el plano de la fascia re-
nal, por detrás del uréter. El plexo hipogástrico va a 
quedar por delante de los vasos y estos se repliegan 
en bloque respetando las ramificaciones del plexo so-
bre la columna vertebral; tenemos que tener cuidado 
con los vasos sacros medios que, si se interponen y 
molestan, uno lo que hace es ligarlos. Fig. 6.
Módulo 1
23
Semiología de la 
Columna Vertebral
Esteban CALCAGNI
 Ante la presencia del paciente en nuestro 
consultorio, consideramos que un ehaustivo examen 
semiológico más una correcta atención del discurso 
en la anamnesis, nos permitirá encaminar nuestro 
diagnóstico de la mejor manera. 
Obviamente, no es la misma situación que se vive en 
la sala de emergencia, pero no debemos apartarnos 
de aplicar el examen semiológico completo, para lue-
go solicitar e interpretar los estudios complementa-
rios de necesidad. Esto nos dará eficiencia y evitará 
errores diagnósticos.
 
En relación a la anamnesis, el relato del paciente pue-
de ser muy enriquecedor y va orientando el pensa-
miento del médico a la patología en cuestión.
Se debe entablar una buena relación Médico-Paciente, 
lo que hará fluir en el diálogo, preguntas y respuestas 
con orientación diagnóstica invalorable. 
En los siguientes capítulos, se abordarán las pautas 
semiológicas puntuales de cada patología, pero en 
líneas generales, dejamos en claro que la columna 
vertebral, no debe ser mirada ni aislada del contexto 
clínico general de nuestro paciente. Sus patologías, 
antecedentes clínicos - quirúrgicos y comorbilida-
des, pueden ser de capital importancia para nuestro 
diagnóstico. 
Observesé, como en varias de las clasificaciones ac-
tuales de diferentes patologías, como por ejemplo en 
las fracturas, se agregan modificadores, o relacionan-
tes clínicos que aportan a las desiciones terapéuticas.
El examen semiológico se basa en: 
-Inspección
-Palpación
-Evaluación de la Movilidad
-Examen Neuroortopédico
Evaluación Neurológica del 
Paciente Traumatizado
Ante la presentación un individuo con un antece-
dente traumático, debe realizarse un examen físico 
completo y meticuloso del paciente. Desde la evalua-
ción del estado clínico general del mismo, vía aérea 
permeable, hasta el examen funcional neurológico, 
deben ser una regla que sin lugar a dudas proveerá 
de datos, signos y síntomas que colaborarán para la 
estadificación de un daño determinado. 
Nos basaremos en las clasificaciones actuales más 
utilizadas y representativas para identificar el estado 
de una lesión neurológica de nuestros pacientes. 
 
La clasificación o valoración de la American Spinal 
Injury Association – ASIA (Fig.1.), universalmente 
utilizada, se basa en las siguientes evaluaciones: 
Graduación de la fuerza muscular:
0= Parálisis completa.
1= Contracción palpable o visible.
2= Movilidad activa y completa que no vence la gravedad.
3= Movilidad activa y completa que vence la gravedad.
4= Movilidad activa y completa que vence la gravedad 
y cierta resistencia.
5= Movilidad activa, completa, contra gravedad y re-
sistencia.
5+= Presencia de factores inhibidores conocidos, que 
ponen en duda un examen normal. 
NE= Paciente no examinable por dolor, contractura o 
inmovilización.
Módulo 1
24
Se realiza la puntuación motora, basada en el examen 
los siguientes 10 grupos musculares:
En miembro superior de C5 a T1 (Flexión del codo, 
Extensión Dorsal de la muñeca, Flexión Palmar de la 
muñeca, Evaluación de Fuerza Palmar y Secuestro del 
5° dedo respectivamente).
En miembro inferior de L2 a S1 (Flexión de la cade-
ra, Extensión de la rodilla, Dorsiflexión del pie, Ex-
tensión propia del hallux y Flexión plantar respecti-
vamente). Fig. 2.
La puntuación sensitiva se establece luego de exa-
minar el tacto y la sensibilidad con un estímulo, en 
cada punto clave de los 28 dermatomas a cada lado 
del cuerpo. 
Su valoración es la siguiente:
0= Ausencia de sensibilidad, 
1 = Hipo o hiperestesia y 
2 = Sensibilidad normal.
Es de reconocer, que la clasificación de ASIA para 
evaluar el deterioro neurológico, toma la escala de 
Frankel como base de su descripción, siendo sus gra-
dos de deterioro, una modificación del mismo. 
La escala de afectación neurológica de ASIA/Frankel 
es la siguiente: 
A= Completa: No hay función motora ni sensitiva en 
los segmentos S4 y S5.
B= Incompleta: Hay función sensitiva pero no motora 
distal al nivel neurológico. 
C= Incompleta: La función motora está preservada 
por debajo el nivel neurológico, y más de la mitad de 
los músculos clave por debajo del nivel lesional, tie-
nen un grado menor de 3. 
D= Incompleto: La función motora está preservada 
por debajo el nivel neurológico, y más de la mitad de 
los músculos clave por debajo del nivel lesional, tie-
nen un grado mayor de 3.
E= Normal: Funciones motora y sensitiva normal. 
La puntuación total del ASIA es de 100 puntos, 50 
para el lado derecho y 50 para el lado izquierdo.
Se detallan también, opcional, la presencia de los si-
guientes síndromes medulares: 
1– Centromedular: Mayor debilidad en miembros Su-
periores que en los Inferiores. En cuanto al pronóstico, 
los MMII tienen mejor recuperación que los superiores.
2– Brown-Séquard: Hay déficit Motor del mismo 
lado que la lesión, pero contra lateralmente alteracio-
nes de la sensibilidad, dolor y temperaturas leves. 
3– Anterior medular: Pérdida variable de la función 
motora, de la sensibilidad al dolor y la temperatura.
4– Cono medular: Frecuentemente simétrico y bilateral, 
agudo con signos piramidales leves.
5– Cauda equina: Siempre acompañado de un cuadro 
de dolor agudo importante, puede ser asimétrico, con 
vejiga neurogénica asociada y signos sensitivos - mo-
tores variables. 
Evaluación de la columna Cervical:
El paciente con cervicalgia es un visitante frecuenteen la consulta médica en traumatología. El paciente 
afectado por las tensiones y stress, posturas labora-
les y diversas actividades predisponentes, consulta 
con contracturas musculares del cuello que deben 
ser examinadas. Evaluar siempre la limitación de los 
movimientos de la columna cervical y un examen 
neurortopédico completo, más aún si el paciente re-
fiere cervicobraquialgia. En este caso orientar el pen-
samiento a una compresión radicular o medular. En 
los capítulos siguientes nos referiremos a la hernia de 
disco (HDD cervical y a la mielopatía). 
Examinar los reflejos, sensibilidad y función motora 
de los grupos de C5 a T1 según lo referido anterior-
mente. El cuadro mielopático más florido, con signos 
y síntomas de liberación medular, puede presentarse 
con signos positivos de Hoffman, Babinsky y Lhermi-
tte. Reflejos vivos o hiperreflexia, Clonus, parestesias, 
trastornos de la sensibilidad profunda termoalgésica, 
vibratoria y hasta de la propiocepción. En casos avan-
zados dificultad en la marcha y espasticidad. 
En casos de cuadriparesia progresiva o cuadriplejia 
aguda, siempre decimos que la patología degenera-
tiva hay que pensarla primero, pero como diagnós-
ticos diferenciales descartar otras etiologías como 
la tumoral, infecciosa, patología desmielinizante, 
Chiari, poli neuropatías, síndromes de atrapamiento 
periférico, síndrome de Stiff Person, etc. Este caso 
con una braquialgia intensa, nos fue derivado para 
cirugía discal, con una leve protrusión C5 C6, que no 
coincidía con el cuadro clínico. Con el correr de los 
días, la paciente presenta los estigmas cutáneos de 
un Herpes Zoster. Fig. 3.
Módulo 1
25
Evaluación de la columna Lumbar:
La lumbalgia una vez que se presenta en el paciente 
adulto de más de treinta años, nos obliga a relacionar 
el caso con la patología discal degenerativa. Como en 
el caso anterior, anamnesis buscando la historia de 
esfuerzo muchas veces relacionada con estos pacien-
tes. Relación de los síntomas con el peso del paciente, 
teniendo el mismo, una relación directamente pro-
porcional con los problemas discales.
Evaluación de los movimientos de la columna lumbar, 
flexibilidad, maniobras de estiramiento del nervio ciá-
tico como el Lasegue y del nervio crural o maniobra 
de Wasserman, que manifiestan en su representa-
ción, el dolor referido por el individuo en su relato.
El paciente puede concurrir envarado y en algunos 
casos más graves, con una escoliosis antálgica fre-
cuente en las hernias de disco extruidas. Se indagará 
en la calidad y tipo del dolor, siendo la escala visual 
análoga de 1-10 muy útil en estos casos (VAS).
Evaluación de los dermatomas desde L2 a S1 para la 
sensibilidad, reflejos patelar y aquileano fundamen-
talmente y de la fuerza muscular de cada grupo. Una 
buena técnica es hacer caminar al paciente en puntas 
de pie (S1) y en talones (L5) para evaluar posibles pa-
resia o déficit.
En la pesquisa del conducto estrecho lumbar, evaluar 
la claudicación neurológica a cuantos metros de ca-
minata se tiene que detener por dolor en las piernas 
y hacer un diagnóstico diferencial con la claudicación 
de tipo vascular. Examinar los pulsos distales y anali-
zar antecedentes clínicos de relevancia.
Es muy importante, la evaluación de las caderas en 
nuestro examen de rutina. No dejar de ver su movili-
dad y alteración de las rotaciones, ya que la coxartro-
sis es un diagnóstico diferencial de lumbocruralgia. 
La asociación de patología artrósica de columna y ca-
dera es frecuente y la evaluación de una marcha clau-
dicante, también es importante en relación a otros 
déficit neurológicos radiculares o centrales.
Evaluación de la columna Torácica:
La caja torácica y su estructura poco móvil, contienen y 
previenen por lo tanto las patologías traumáticas como 
las degenerativas. El dolor de espalda de tipo muscular, 
puede estar asociado comúnmente a los trastornos pos-
turales y de stress como en la columna cervical. Fig. 4.
La inspección será fundamental para evaluar defor-
midades estructurales como posturales. Observar la 
presencia de escoliosis, con el signo de Adams posi-
tivo (Fig. 4.), es decir la giba costal producida por la 
rotación vertebral conjuntamente con las costillas. El 
análisis observacional del contorno sagital en casos 
de Hipercifosis juvenil y Senil tan frecuente en pa-
cientes ancianos. Fig. 5. 
Los cada vez más populares signos de disbalance 
sagital y coronal en pacientes con cirugías fallidas 
de columna, la espondilitis anquilosante EA, las de-
formidades congénitas y las cifosis en ángulo agudo 
producidas como secuelas de infecciones profundas 
como el mal de Pott.
Los diagnósticos diferenciales siempre deben ser to-
mados en cuenta como en este caso dramático, donde 
la paciente consulta por una deformidad, en principio 
por frecuencia se pensó en un signo de Adams posi-
tivo para escoliosis, y en realidad era un tumor del 
tipo neural Schwanoma maligno, con una columna sin 
deformidad. Fig. 6.
En el caso de la patología herniaria discal torácica, el 
paciente puede presentarse con un cuadro de dorso 
intercostalgia aguda, deficitaria o no, que recorre el 
dermatoma de un nervio intercostal. Diagnóstico 
diferencial con el herpes zoster (Fig. 7.) buscando 
siempre lesiones vesiculosas en la piel metamérica, 
y otros diagnósticos diferenciales como la hernia de 
hiato esofágica y patología biliar o pancreática. 
Como nos referimos al principio, el análisis en con-
junto de nuestro paciente comenzando con el examen 
físico, nos permitirá al evaluar los estudios de diag-
nóstico por imágenes solicitados y su relación con la 
sintomatología, siendo estos como su nombre lo ex-
presa un complemento del enfoque diagnóstico pri-
mario que comienza con la anamnesis.
En cada capítulo, se desarrollará el análisis de los 
estudios complementarios de imágenes, de acuerdo a 
cada patología. 
27
Módulo 2
Generalidades de la 
Patología Discal
Juan GOTTLIEB
 Como bien dice la palabra, generalidades 
abarca diferentes aspectos. Lo que trate de hacer es 
dividirlo en estos 6 puntos:
1. Anatomía funcional general del raquis.
2. Estudio del Disco intervertebral como segmento 
funcional, o sea el disco y las articulaciones. 
3. Fisiopatología. Como se degenera ese disco y la cas-
cada de degeneración. 
4. Clasificación de las lesiones discales. 
5. Patología subsecuente.
6. Actualización bibliográfica del tema. 
La posición del cuadrúpedo a la bipedestación, fue la 
evolución del hombre y eso se pudo hacer gracias al ra-
quis, a la evolución de la columna. Ustedes saben que la 
columna tiene una curvatura lumbar y gracias a esa lor-
dosis uno logra mantener la postura erecta. Los cuadrú-
pedos no tienen lordosis lumbar por la posición. Toda 
esta evolución de la columna obviamente representó 
un costo para el raquis y de ahí las patologías discales. 
Al soportar más presión, al no tener cuatro puntos de 
fijación sino pasar a tener dos, empezaron a verse pa-
tologías que se llaman patologías de la posición erecta. 
El tallo raquídeo, o sea el raquis, es una superposi-
ción de piezas óseas unidas por láminas fibrocarti-
laginosas, vértebra-disco-vértebra-disco. Dicho tallo 
espinal, tiene una unidad funcional vertebral: dos 
vértebras, un disco y las articulaciones posteriores. 
Ya la palabra vértebra, que viene del latín “verto” que 
quiere decir “girar” “volver”, habla de la flexibilidad 
del raquis. La flexibilidad se la da el disco. 
El raquis como unidad funcional tiene las siguientes 
funciones:
1. Mantener una postura erecta. La postura erecta al te-
ner esta disposición, vértebra-disco y sus curvaturas, lo-
gran mantener el eje de la columna y la posición erecta. 
2. El raquis y la evolución, o sea la posición del crá-
neo sobre la columna, toda la pelvis, los miembros, 
hacen que podamos hacer movimientos de flexión, ex-
tensión, que son los movimientos que hacemos en la 
vida diaria. 
3. El disco propiamente dicho es el que absorbe y dis-
tribuye las cargas.El disco es como un amortiguador, 
que absorbe cargas generalmente axiales y las distri-
buye para evitar la sobrecarga del tronco. 
4. También tenemos la función de protección. El canal 
medular, las vértebras, al ser rígidas sirven como es-
cudo protector de la médula espinal y las raíces.
5. Por último, este tallo fibrocartilaginoso óseo permi-
te la inserción de músculos que mantiene el equilibrio 
corporal. Es decir, la fuerza intrínseca de la columna. 
6. El disco intervertebral propiamente dicho tiene 
tres zonas bien diferenciadas. La primera es en el cen-
tro el núcleo pulposo; la segunda en la periferia que 
es el anillo fibroso; y los platillos vertebrales que son 
los bordes superiores e inferiores.
El núcleo pulposo NP, está compuesto por fibras coláge-
nas distribuidas en un gel mucoproteico. 
El 40% del NP es el total del disco. 
A su vez, el 90% del contenido de este NP es agua, 
esto es en jóvenes. A medida que pasan los años el 
disco se va deshidratando y se va perdiendo ese con-
tenido de agua.
A mayor movilidad, el disco tiene mayor volumen. 
Por eso en la columna cervical y la lumbar, sobre 
todo la cervical que es la más móvil, los discos son 
más grandes. Si uno toma en referencia el cuerpo 
vertebral cervical y el disco, el disco es proporcio-
nalmente más grande. No así los torácicos que son 
más rígidos.
El núcleo pulposo, además da la posición a la curva-
tura de la columna. La lordosis cervical está dada, 
porque el disco es más ancho adelante, entonces le da 
la forma. En cambio, la cifosis torácica es más por la 
forma del cuerpo vertebral. Y en la zona lumbar baja 
también lo que le da la lordosis es parte de la forma-
ción de las vértebras que son más acuñadas y la altura 
discal anterior es mayor. 
La segunda parte del disco, es el anillo fibroso. Son 
fibras colágenas paralelas que están dispuestas con-
céntricamente. Tiene dos partes, una externa y una 
interna. La parte externa son las fibras de Sharpey y 
28
Módulo 2
colágeno tipo 1, y la parte interna que son general-
mente las más hidratadas, son colágeno tipo 2. Son 
más hidratadas porque están mas en contacto con el 
NP que es, como dijimos, un 90% de agua. El anillo 
fibroso junto con el ligamento vertebral común ante-
rior (LVCA) es más grueso en la parte anterior. Por eso 
generalmente en las hernias de disco la protrusión la 
hacen hacia posterior, por la debilidad que tiene en la 
zona posterior. 
Por último, de las tres partes del disco, el platillo ver-
tebral es el que delimita la parte superior e inferior 
del disco. Es un cartílago hialino, que tiene el origen 
de las fibras colágenas. Las fibras colágenas desde acá 
se forman y van hacia el anillo fibroso. La nutrición 
del disco es avascular, se hace por difusión. 
Si ustedes ven la circulación viene una parte en el 
anillo fibroso y la mayor parte del platillo, o sea en 
la parte que esta en contacto con el cuerpo vertebral. 
Esta nutrición la hace por difusión. O sea, el NP y en 
anillo fibroso en realidad son avascular. Generalmen-
te a mayor carga expulsa líquido, a menor carga entra 
líquido. Por eso la actividad física, por ejemplo, que 
hace un juego de cargas y sobre cargas, mantienen el 
disco más nutrido. No así los trabajos por ejemplo de 
vibraciones y demás que hacen que pierda la nutri-
ción ese disco (Fig. 1).
Disco Invertebral
-Disco Vertebral: PV (Platillo Vertebral)
 -Cartílago hialino (Origen fibras colágenas)
 -Nutrición del disco (avascular)
 - > carga - expulsa líquido
 - < carga - entra líquido
Resumiendo, las funciones principales del disco ver-
tebral, como dijimos, le da la estabilidad intrínseca de 
la columna. 
Diferenciado en esos tres puntos que mencionamos 
antes, la estabilidad extrínseca se la dan los múscu-
los. La intrínseca se la dan los discos. La nutrición ya 
dijimos que es avascular. No está inervado, el dolor 
es indirecto, por procesos químicos y demás. El 90% 
del contenido es de agua, sobre todo en los jóvenes, a 
medida que van pasando los años se va perdiendo el 
contenido, se va deshidratando. Absorbe y distribuye 
cargas, absorbe cargas axiales las distribuye hacia el 
anillo fibroso, como amortiguador y protección del 
raquis. Soporta fuerzas compresivas, angular y de 
deslizamiento. O sea, el disco esta formado para dar 
una gran resistencia, pero, a su vez, una gran estabili-
dad gracias al NP en conjunto con el anillo fibroso. Si 
bien el NP al tener mayor contenido de agua, es, por el 
efecto hidrostático, rígido, la elasticidad se la da más 
el anillo fibroso. Es decir, uno puede formar ese NP, 
pero si no tuviese el anillo fibroso, quedaría deformado. 
Eso hace que vuelva a la normalidad, siempre que 
esté en buenas condiciones. 
 
Disco Invertebral
Fisiopatología de esta degeneración. Ya vimos como 
esta formado, ahora vamos a hablar de cómo se de-
forma este disco. 
La cascada de degeneración tiene tres fases: una fase 
degenerativa, una fase de inestabilidad y una fase 
adaptativa o de estabilización relativa. 
-La primera fase, que es la degenerativa, se da entre 
los 20 y 45 años. 
Hay una degeneración del disco, se rompen algunas fi-
bras del anillo, empieza a perderse contenido de agua 
y ahí empieza la degeneración. A esta degeneración 
discal le sigue una degeneración facetaria, una sinovitis 
facetaria, con una micro movilidad en las articulaciones. 
Recuerden que es una unidad funcional: vértebra-dis-
co-vértebra y también el complejo articular posterior. 
-Después viene la fase inestabilidad entre los 45 y 60 
años. 
El disco normalmente soporta el 80% de las cargas y 
las facetas soportan el 20%. Cuando ocurre la dege-
neración discal, el disco empieza a perder su altura, 
ese 80% se traslada más o menos en un 70% a las 
facetas. Las facetas obviamente no están preparadas 
para soportar tanta carga y acá empieza la inestabi-
lidad, la subluxación de las facetas. 
-Y el último punto es la fase adaptativa o de esta-
bilización. 
Esto es ya a partir de los 60 años. Hablamos que la 
sobrecarga de las facetas hace que éstas se luxen, se 
empiece a generar una inestabilidad. Como respues-
ta, la faceta y el disco también, intentan estabilizar 
esto. ¿Cómo? Hipertrofiando, agrandando, para tra-
tar de estabilizar ese micro o macro movimiento en 
esta etapa, formando osteofitos y tratando de esta-
bilizar. Estos osteofitos y ese desplazamiento es lo 
que después trae aparejado a la estrechez de con-
ducto o las espondilolistesis degenerativas que son 
estáticas y rígidas. 
Clasificación general
En realidad, no es una verdadera clasificación, sino 
que describiremos en orden de progresión los si-
guientes cambios:
-Desgarros anulares - HIZ
-Hernia discal
-Osteocondrosis vertebral
29
Módulo 2
-Cambios MODIC
-Nódulos de Schmorl
-Espondilodiscitis (infecciones)
Clasificación General
1. Desgarros anulares:
-Roturas a través de las fibras
-Radialmente, transversalmente o concéntricamente, 
sin desplazamiento.
El primero son los desgarros anulares o zonas de 
alta intensidad. Si miramos la imagen, ahí se ve muy 
bien, esta es una resonancia. Fíjense que este disco 
esta más deshidratado y se ve el desgarro del anillo 
fibroso. Ese desgarro es la zona de alta intensidad son 
roturas a través de las fibras que pueden ser radiales, 
transversales o concéntricas, pero no hay desplaza-
miento del disco. Es una lesión del anillo fibroso. Esta 
es la imagen típica que se ve en resonancia (FIg. 2). 
2. Hernias discales:
-Mal llamadas hernias del NP (fragmentos del cartíla-
go, hueso apofisiario, del anillo fibroso).
-Es el desplazamiento más allá del espacio IV (C-C: 
platillos LAT: anillo apofisiario)
 
Después tenemos las hernias discales. En la foto ve-
mos la diferencia que hay entre los discos: disco des-
hidratado con irregularidad en el platillo y demás, y 
una protrusión o hernia discal. La hernia discal es el 
desplazamiento mas allá de este espacio, del espacio 
intervertebral (FIg. 3). 
3. Osteocondrosis vertebral:
-Proceso degenerativo discal.
-Pérdida

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