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Irma F Agrela CAPITULO 11 FAGOCITOSIS La fagocitosis es uno de los mecanismos efectores de la inmunidad innata, se trata de un proceso en el cual células especializadas buscan, identifican e introducen a su citoplasma partí reconocidas como extrañas con la finalidad de destruirlos en el interior de vesículas citoplasmáticas, evitando así daños a las células que cumplen esta función y los tejidos circundantes. Las células encargadas de llevar a cabo el proceso fagocítico se denominan fagocitos y pertenecen a dos sistemas celulares: el sistema polimorfonuclear neutrófilos y sistema monocito- macrófago. Dos tipos de células cumplen funciones fagocíticas Los fagocitos, neutrófilos y monocitos, son la primera línea de defensa frente a microorganismo que han evadido las barreras epiteliales; por ello no es raro observar que pacientes que padecen infecciones bacterianas o micóticas muestren un aumento significativo del número de leucocitos sanguíneos (leucocitosis), particularmente un aumento en el número de neutrófilos (o neutrofilia). Por otro lado, personas que reciben tratamientos contra el cáncer o inmunosupresores y pacientes con deficiencias heredadas de las funciones de los fagocitos con frecuencia padecen infecciones bacterianas y micóticas; esto demuestra la importancia de estas células en la defensa contra los microbios. El sistema polimorfonuclear neutrófilo Los neutrófilos son los leucocitos más abundantes de la sangre, en un individuo adulto y sano, los neutrófilos representan entre 60 y 70% del total de leucocitos de sangre periférica. Estás células se forman en la médula ósea; en los individuos adultos, la médula ósea dedica 60% de su actividad hematopoyética a la formación de estas células. Después de su formación, los neutrófilos migran a la sangre desde donde son reclutados a los focos de inflamación o infección atraídos por quimiocininas, citocinas inflamatorias u otras sustancias descritas como sustancias quimiotácticas. Los neutrófilos viven poco, y en caso de no ser reclutados, en 12 horas mueren por apoptosis. Poseen un núcleo multilobulado y un citoplasma relativamente abundante (Figura 11-1) en el cual se identifican dos tipos de gránulos los cuales contienen sustancias con propiedades bactericidas o bacteriósticas (Cuadro 11-1). Ninguno de sus gránulos se tiñe con los colorantes comúnmente usados para teñir los frotis sanguíneos. Los gránulos azurófilos o primarios son escasos pero de mayor tamaño; por el contrario, los gránulos específicos o secundarios son abundantes pero más pequeños (Cuadro 11-1). Figura 9-1. Morfologia y ultraestructura de un neutrófilo. (A) Neutrófilo en frotis sanguíneo coloración Giemsa. Observe el núcleo lobulado y la granulación fina en el citoplasma. 400X (gentilmente cedidas por el Lic. Barroyeta J. Laboratorio de Investigaciones Microbiológicas. Facultad de Ciencias de la Salud, Sede Aragua. Universidad de Carabobo. (B) Micrografía electrónica de un neutrófilo maduro de médula ósea de ratón. AG= gránulos azurofilos, SG= gránulos específicos, N= lobulos del núcleo Tomada de Ham AW, 1982 Cuadro 11-1. Características comparativas de los gránulos citoplasmáticos de los neutrófilos. Tipos de Gránulos Azurófilos o primarios Específicos o secundarios Número de gránulos/célula 1500/célula 3000/célula Tamaño 0,5 μm 0,2 μm pH óptimo Ácido Neutro o ligeramente alcalino Contenido Mieloperoxidasa Lisozima Defensinas Hidrolasas acidas y básicas Captesina G Lisozima Colagenasa Lactoferrina Microglobulina β2 Sistema monocito- macrófago Los monocitos se originan en médula ósea, representan 4-8% del total de leucocitos de sangre periférica donde persisten de 2 a 3 días (Figura 9-2). Frente a los estímulos inflamatorios migran a los tejidos casi tan rápido como los neutrófilos. Una vez en los tejidos los monocitos se diferencian para dar origen a los macrófagos. Los macrófagos viven más que los neutrófilos ya que a diferencia de los neutrófilos no se encuentran en un estado de diferenciación terminal, sino que pueden dividirse en las zonas de inflamación. Los monocitos poseen un único tipo de gránulo, los gránulos azurófilos o primarios los cuales contienen: lisozimas, hidrolasas ácidas y neutras (proteasas, nucleasas, glucosidasas, fosfatasas y lipasas), elastasas, mieloperoxidasa y defensinas. Figura 9-2. Morfología y ultraestructura de un monocito. (A) Monocito en frotis sanguíneo coloración Giemsa. Observe el núcleo arriñonado y citoplasma basófilo. 400X (gentilmente cedidas por el Lic. Barroyeta J. Laboratorio de Investigaciones Microbiológicas. Facultad de Ciencias de la Salud, Sede Aragua. Universidad de Carabobo. (B) Micrografía electrónica de un monocito. I= inclusión citoplásmatica, M= mitocondrias, N= núcleo. Tomada de Mota P, 1974 Algunos macrófagos residen en órganos y tejidos en forma permanente, donde reciben nombres particulares; entre ellos se mencionan los osteoclastos, los macrófagos alveolares y las células de la microglia. En los tejidos se localizan en forma estratégica, en lugares por donde los microorganismos pueden ingresar al anfitrión, cerca de los capilares que se encuentran debajo de la piel o las mucosas o bien sobre la superficie endotelial de los senos capilares del hígado (Ej., células de Kuffer) y el bazo. El proceso fagocítico ocurre en etapas El proceso fagocítico llevado a cabo por los neutrófilos y monocitos-macrófagos ocurre siguiendo una serie de etapas (Figura 11-3) que permiten que estas células localicen, ingieran y destruyan microorganismos. Figura 11.3. Etapas del proceso fagocítico. El proceso fagocítico ocurre en varias etapas. Descripción de cada una de las etapas en el texto Los neutrófilos y monocitos son reclutados en los lugares de infección La primera etapa del proceso fagocítico implica el desplazamiento, inicialmente de neutrófilos y más tarde de monocitos, desde la sangre a los lugares donde los microbios están replicando. Este proceso involucra el movimiento de los leucocitos a través de un gradiente químico y se describe también como quimiotaxis. Diversas sustancias estimulan el movimiento unidireccional de los leucocitos hacia los focos infecciosos; las sustancias que atraen leucocitos se conocen como factores quimiotáctico o quimioatrayentes (Cuadro 11-2). Algunos son producidos por el organismo (endógenos) y otros proceden de los microorganismos causantes de la infección (exógenos). Cuadro 11-2. Factores quimiotácticos. Factores quimiotácticos Endógenos Fragmentos de fibrina y de colágeno Derivados de la activación del complemento (C5a) Derivados del metabolismo del ácido araquidónico (leucotrienos, prostaglandinas y factor activador de plaquetas) Quimiocinas Exógenos Oligopéptidos derivados del metabolismo bacteriano El desplazamiento de los leucocitos desde la sangre a los lugares de infección es un proceso muy organizado que sucede siguiendo varias etapas e involucra diferentes moléculas de adhesión (selectinas, integrinas y sus respectivos ligandos) (Ver capítulo 9). El reclutamiento leucocitario en los sitios infección es el resultado de los efectos combinados de citocinas inflamatorias como la IL-1, el FNT y la IL-6 y de las quimiocinas secretadas en los lugares de infección sobre las células endoteliales, los leucocitos y la médula ósea. Sobre las células endoteliales las citocinas inflamatorias estimulan la expresión de selectina E y ligandos para las integrinas leucocitarias como las moléculas ICAM-1 y VCAM-1. Además la histamina y la trombina estimulan la rápida movilización de la selectina P almacenada en los gránulos de las células endoteliales a la superficie celular. Las moléculas de adhesiónendotelial hacen posible la marginación y migración de los leucocitos desde la sangre a los focos infecciosos. Además la IL-1 y el FNT inducen la secreción de quimiocinas, éstas se unen a receptores presentes en la membrana plasmática de neutrófilos y monocitos, lo que ocasiona un incremento de la afinidad de las integrinas leucocitarias (como la LFA-1 y VLA-4) por sus ligandos en el endotelio (ICAM-1 y VCAM-1), permitiendo la adhesión firme de los leucocitos al endotelio y su transmigración. Además la IL-1 y el FNT junto con los FEC estimulan la producción de neutrófilos por parte de la médula ósea, lo que incrementa el número de células que pueden ser reclutadas en los lugares de infección. Los fagocitos utilizan “detectores de microorganismos” y receptores para opsoninas para reconocer y adherirse a los microorganismos Una vez que los fagocitos alcanzan los focos infecciosos interactúan con partículas o células extrañas a través de moléculas que reconocen patrones moleculares muy conservados en numerosos microorganismos pero ausentes en las células de mamíferos, se han descrito más de 40 receptores diferentes (capítulo 10). La unión de estos receptores de reconocimiento del patrón con sus ligandos estimulan las etapas posteriores de la fagocitosis (Figura 11-4). Figura 11-4. Moléculas para el reconocimiento del patrón y receptores para opsoninas. Los fagocitos expresan varias moléculas que se unen a sustancias químicas expresadas en la superficie de los microorganismos pero ausentes en las células propias. Además los fagocitos poseen receptores que identifican opsoninas depositadas sobre el microorganismo. mp= membrana plasmática, ERO= especies reactivas de oxígeno, NO= óxido nítrico Entre las moléculas para el reconocimiento del patrón involucradas en el reconocimiento de los microorganismos que serán fagocitados se mencionan: a) los receptores de manosa, una lectina de los fagocitos que se une a residuos de manosa y fucosa presente en glucoproteínas y glucolípidos que forman parte de las paredes celulares de los microorganismos; b) los receptor tipo basurero o receptor fagocítico también llamado receptor de detritos o carroñero: el cual tiene la capacidad de unir y mediar la fagocitosis de partículas que contienen lipoproteínas de baja densidad (LDL) acetiladas u oxidada. Este receptor también puede unirse a polianiones como polisacáridos, polirribonucleotidos o ácido lipoteicoico que son muy abundantes en la superficie de los microorganismos; c) los receptores tipo Toll (RTT) los cuales reconocen componentes ampliamente compartidos por grupos de microorganismos como el LPS, los proteoglucanos o la flagelina, y d) la molécula Mac-1 (o CR3) una integrina que se une directamente a microorganismos para facilitar su fagocitosis. El Mac-1 (o CR3) también se une a componentes derivados de la activación del complemento como iC3b; en consecuencia, si este componente se encuentra en la superficie del microorganismo, actuará como una opsonina. En ausencia de opsoninas, la ingestión de microorganismos es muy ineficaz; en parte porque la afinidad de estos receptores por sus ligandos es muy baja. La ingestión de los microbios se favorece en presencia de opsoninas como los anticuerpos de clase IgG y componentes de la activación del complemento como C3b, C4b y iC3b (“las opsoninas son como la guasacaca para la parrilla”). Los fagocitos tienen receptores para el Fc de la IgG (como el FcγRI) (Figura 11-4) y receptores para componentes de la activación del complemento, entre ellos el CR1, CR3, CR4. Otras sustancias que funcionan como opsoninas son la proteína C reactiva, la lectina de unión a manosa (cuyo receptor es el receptor de C1q que se expresa en la membrana de los fagocitos), el fibrinógeno (se une a integrinas del fagocito) y la fibrinonectina. Los fagocitos no solo ingieren microorganismos sino también células propias deterioradas, envejecidas o muertas; las células apoptóticas son también ingeridas por fagocitos, contribuyendo con la homeostasis del organismo. Estas células expresan moléculas de fosfatidil serina que son identifican por receptores presentes en los fagocitos. Los microorganismos son englobados y llevados al interior del fagocito en una vacuola citoplasmática llamada fagosoma Una vez que los receptores se unen a los microorganismos, se inicia una cascada de señalización que conducen a cambios en el citoesqueleto celular y en consecuencia la célula fagocítica comienza a emitir proyecciones citoplasmáticas llamadas seudópodos. Los seudópodos se extienden progresivamente alrededor de la partícula formando una copa que rodea la partícula y finalmente se fusionan en los extremos opuestos formando una vesícula intracelular que contiene al microorganismo. Esta vesícula se denominada fagosoma. El contenido de los gránulos citoplasmáticos es vaciado en el interior del fagosoma (desgranulación) dando origen al fagolisosoma La desgranulación corresponde a la etapa de fusión del fagosoma con los lisosomas o gránulos de los fagocitos dando origen al fagolisosoma (Figura 11-5), una vacuola citoplasmática en la cual se concentran los mecanismos microbicidas del fagocito. Dentro del fagolisosoma las sustancias microbicidas almacenadas en los gránulos citoplasmáticos de los fagocitos (enzimas y péptidos antimicrobianos) contribuyen a la muerte del microorganismo. Figura 11-5. Fagosoma y fagolisosoma. Los microorganismos son interiorizados por los fagocitos en los fagosomas, éstos se fusionan con los lisomamas o los gránulos de los fagocitos para formar los fagolisosomas donde se concentran los mecanismos microbicidas de los fagocitos Además los fagocitos convierten el oxígeno molecular en especies reactivas del oxígeno y óxido nítrico que son altamente tóxicos para los microorganismos. En ocasiones la desgranulación ocurre en el extracelular y no en el interior del fagosoma, por ejemplo si la partícula es muy grande. En el medio externo, las sustancias microbicidas pueden contribuir con la destrucción de microorganismos que se encuentran en el extracelular; sin embargo, como las sustancias microbicidas empleadas por los fagocitos para destruir a los microbios no discriminan entre lo “propio y lo ajeno”, ocasionan lesiones a los tejidos. El proceso de desgranulación en el medio extracelular se denomina fagocitosis inversa. Los fagocitos utilizan dos mecanismos para destruir los microorganismos fagocitados Se han identificado dos vías microbicidas principales: una independiente del oxígeno y otra dependiente del oxígeno (Figura 11-6). La primera depende de las enzimas y péptidos antimicrobianos almacenados en los gránulos citoplasmáticos de los fagocitos entre ellas la lisozima que rompe los mucopéptidos presentes en la pared de bacterias y hongos; las proteínas catiónicas, las defensinas y la captesina G que modifican la permeabilidad de las membranas bacterianas y la lactoferrina que atrapa el hierro, un elemento usado como factor de crecimiento por muchos microorganismos. Los mecanismos dependientes del oxígeno son mucho más eficientes y depende de la síntesis de especies reactivas del oxígeno (ERO) por la acción de la oxidasa del fagocito y el óxido nítrico (NO) sintetizado por la óxido nítrico sintasa inducible (NOSi). Ambas enzimas utilizan el oxígeno molecular como sustrato, esto exige un aumento en el consumo de oxígeno por parte de la célula lo que se describe como estallido respiratorio. Figura 11-6. Mecanismos microbicidas utilizados por los fagocitos. Los fagocitos utilizan dos tipos de mecanismos para eliminar a los microorganimos ingeridos. (A) Enzimas lisosómicas almacenadas en los gránulos citoplasmáticos (B) Las especies reactivas de oxígeno (ERO) y el óxido nítrico (NO) producidos por la oxidasa del fagocito(OF) y la óxido nítrico sintasa inducible (NOSi). RTT= receptor tipo Toll La oxidasa del fagocito es una enzima compuesta por múltiples subunidades que se ensambla en la membrana del fagolisosoma de fagocitos activados. Su ensamblaje es consecuencia de las señales recibidas por RTT y las que proceden del receptor del IFN- + (o fosfato del dinucleótido de nicotinamida y adenina, reducida) para reducir el oxígeno molecular a superóxido (O2-). En este proceso se libera hidrogeniones (H+) que reducen el pH en el interior del fagolisosoma lo que optimiza la actividad de numerosas enzimas microbicidas y tiene efectos bacteriostáticos (Figura 11-7). El anión superóxido se reduce a radical hidroxilo (OH-) o dismuta por acción de la superóxido dismutasa originando peróxido de hidrógeno (H2O2). Tanto el OH- como H2O2 son potentes agentes oxidantes con gran capacidad microbicida. Adicionalmente, la mieloperoxidasa combina el H2O2 con iones haluro (tales como Cl-) generando ácido hipoalúrico (HClO) que son microbicidas (Figura 11-7). La importancia de esta enzima en los procesos que conducen a la destrucción de microorganismos se observan en pacientes con enfermedad granulomatosa crónica quienes manifiestan infecciones recurrentes causadas por bacterias y hongos debido a un defecto genético en uno de los componentes de la oxidasa del fagocito. Figura 11-7. Mecanismos microbicidas utilizados por los fagocitos para causar la muerte de los microorganismos ingeridos. Diferentes enzimas y los péptidos antimicrobianos almacenados en los gránulos de los fagocitos tienen efectos letales sobre los microorganismos Los productos de las enzimas oxidasa del fagocito y la óxido nítrico sintasa inducible son altamente tóxicos para los microorganismos Las señales generadas por el RTT y las que proceden del receptor del IFN- inducen la síntesis de la óxido nítrico sintasa inducible (NOSi) una enzima citosólica, ausente en los fagocitos en reposo (Figura 11-7). Esta enzima sintetiza óxido nítrico (NO) a partir de arginina y oxígeno molecular. El NO es un gas y su síntesis ocurre en el citoplasma de los fagocitos activados, desde allí y gracias a su liposolubilidad, difunde a través de membrana del fagolisosoma. En el interior del fagolisosoma el NO se une al H2O2 (generado por la oxidasa del fagocito) dando origen a peroxinitrilo, un potente agente microbicida.
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