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Boletin-N8-Minireview-enfermedades-garbanzo

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Boletín de la Asociación Argentina 
de Fitopatologos 
 
ISSN: 2618-1932 
 
Junio 2021. N°8 
 
 Camino A 60 cuadras Km 5 1/2 | X5020ICA - Córdoba - Argentina | TE: +54-351-4973636/4343 | Fax: +54-351-4974330 
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Minireview 
ENFERMEDADES RADICALES Y DE LA BASE DEL TALLO EN EL CULTIVO DE 
GARBANZO (Cicer arietinum) EN LA PROVINCIA DE SALTA 
 
Mercado Cárdenas, Guadalupe 1,2(Capitulo NOA); Berruezo, Lorena 1,3 
1. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Estación Experimental Agropecuaria 
Salta (EEA Salta). Laboratorio de Sanidad Vegetal-Fitopatología. 
2. Cátedra de Fitopatología, Facultad de Cs. Naturales, Escuela de Agronomía, Sede Metán. 
3. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), 
mercado.guadalupe@inta.gob.ar; berruezo.lorena@inta.gob.ar 
 
Resumen 
El garbanzo (Cicer arietinum L.), es una leguminosa de grano cuya utilidad primaria reside en las 
semillas. En la provincia de Salta, el cultivo se realiza en dos zonas con diferentes condiciones 
agroecológicas y con manejo diferenciales: zona del Valle de Lerma y el área de influencia del Río 
Juramento. La siembra del garbanzo se realiza en los meses de abril a mayo, y el inicio de la floración 
ocurre a partir de agosto. El invierno (de junio a septiembre) es la época más seca y el factor relevante 
de estrés, son las bajas temperaturas en estado vegetativo y en inicio de floración. A principio de 
primavera (septiembre u octubre) comienzan las lluvias, por lo que en ese momento el cultivo debería 
haber completado su ciclo. En Salta, estas condiciones de cultivo de secano con necesidad de aplicación 
de riego hacen que el mismo sea susceptible a enfermedades producidas por hongos fitopátogenos 
habitantes del suelo. Entre ellos, el complejo Fusarium, Rhizoctonia solani, Sclerotinia sclerotiorum, 
Macrophomina phaseolina, Sclerotium rolfsii y Verticillium sp., cada uno con síntomas característicos 
y relacionado ampliamente a las condiciones predisponentes de las diferentes campañas agrícolas. El 
conocimiento de la etiología y aspectos epidemiológicos, son de radical importancia para el manejo de 
las enfermedades radicales y de la base del tallo en el cultivo de garbanzo en la provincia de Salta. 
 
Introducción 
El garbanzo (Cicer arietinum L.), es una leguminosa de grano cuya utilidad primaria reside en las 
semillas. Se considera como centro de origen el SE de Turquía a partir del cual podría haber comenzado 
el proceso de domesticación, diferenciándose dos tipos de garbanzos fenotípicamente diferentes: Desi 
(microsperma) y Kabuli (macrosperma) (Moreno et al., 1978). 
El garbanzo es la segunda leguminosa de grano más cultivada en el mundo, después del poroto; 
actualmente se siembra en más de 33 países del S y O de Asia, N y E de África, Sur de Europa, América 
y Australia (Singh et al., 2007). En la Argentina, la superficie implantada aumentó en los últimos años, 
registrándose aproximadamente 86.400 ha sembradas con esta legumbre en la campaña 2017 
(Ministerio de Agroindustria, 2017). Actualmente, el centro de producción nacional se encuentra en 
las provincias de Salta y Córdoba que concentran aproximadamente el 70% de la superficie cultivada. 
Las exportaciones anuales alcanzan alrededor de 60.000 t, casi exclusivamente de la variedad Kabuli y 
los principales destinos son Pakistán, Italia, España, Turquía e India. 
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En Salta, el cultivo se realiza en dos zonas con diferentes condiciones agroecológicas y con manejo 
diferencial: en el Valle de Lerma y en el área de influencia del Río Juramento (Anta, Rosario de la 
Frontera y Metán) (García et al., 2016). La siembra del garbanzo se realiza en otoño (abril a mayo), y el 
inicio de la floración ocurre a partir de agosto. El invierno (junio a septiembre) es la época más seca y 
el factor relevante de estrés son las bajas temperaturas en estado vegetativo y en inicio de floración. 
A principio de primavera (septiembre u octubre) comienzan las lluvias, por lo que en ese momento el 
cultivo debería haber completado su ciclo. La siembra se realiza con labranza convencional o en 
siembra directa, con agua acumulada en el perfil del suelo en el verano o con riego suplementario en 
las etapas específicas, para el logro de un cultivo óptimo (García et al., 2007). Es uno de los cultivos 
que exporta menos nutrientes del suelo para alcanzar buenos rendimientos, por lo cual, provoca una 
menor degradación química, adquiriendo una gran importancia regional para ser utilizado en 
rotaciones de cultivos. 
En el aspecto sanitario, al cultivarse en época seca y aplicar tecnología de riego, se modifica el estado 
hídrico determinando condiciones predisponentes para las enfermedades (Sillón y Viotti, 2016). A nivel 
mundial existen reportes de 50 patógenos afectando el cultivo de garbanzo, sin embargo, sólo algunos 
de ellos, causan pérdidas económicas, como el tizón por Ascochyta causado por Ascochyta rabiei, 
marchitamiento causado por Fusarium oxysporum f. sp. ciceris, y la podredumbre radicular causada 
por Rhizoctonia solani (Bayraktar y Dólar, 2009). En las zonas productoras de la provincia de Salta las 
principales enfermedades son producidas por hongos patógenos habitantes del suelo, registrándose 
la presencia de los géneros Fusarium y Rhizoctonia que producen el marchitamiento y podredumbre 
radicular (López Morillo, 2014). Estas enfermedades son la principal causa de pérdida de stand de 
plantas y emergencia desuniforme en tiempo y espacio, por lo cual, el estudio de las mismas es de vital 
importancia. 
En este trabajo, se abordan aspectos generales, epidemiológicos y de manejo de las enfermedades 
radiculares y de la base del tallo que se presentan con mayor frecuencia en las zonas productoras de 
garbanzo en la provincia de Salta. 
 
Marchitamiento y amarillamiento vascular 
La fusariosis vascular del garbanzo es ocasionada por Fusarium oxysporum Schlechtend f. sp. ciceris 
(Foc) que se caracteriza por manifestar dos síndromes denominados marchitamiento y amarillamiento 
vascular, distinguibles entre sí, tanto por los síntomas como por la cronología en la que se desarrollan 
en el ciclo del cultivo. Ambos síndromes, son consecuencia de infecciones vasculares en la planta, que 
llevan asociada una coloración castaño oscuro del xilema y ocasionalmente de la médula de la raíz, 
cuello y tallo de las plantas infectadas (Trapero-Casas y Jiménez-Díaz, 1985). Hasta la fecha, se han 
descripto ocho razas fisiológicas (Jimenez-Gasco y Jiménez-Díaz, 2003) divididas en los patotipos de 
amarillamiento (razas 0 y 1B/C) y de marchitamiento (razas 1A, 2, 3, 4, 5 y 6) (Haware y Nene, 1982). 
El primero, induce una clorosis ascendente y progresiva, llevando a la muerte tardía de la planta, 
mientras que el patotipo de marchitamiento, conduce a una clorosis rápida, flacidez y muerte 
temprana de la planta. La identificación de razas es un aspecto muy importante para el manejo, ya que 
está relacionado con el comportamiento de los cultivares (Jiménez-Gasco et al., 2002; Demers et al., 
2014). Para nuestra región, es fundamental conocer las razas presentes, ya que, en los últimos años se 
manifiesta un incremento en la prevalencia e incidencia de esta patología en lotes de garbanzo. Esto 
lo centra, como uno de los principales fitopatógenos responsable de importantes pérdidas económicas 
en la región del NOA. El diagnóstico precoz y preciso, es el primer paso para garantizar la eficiencia del 
manejo de la enfermedad, mientras que, la determinación de razas y su virulencia, son necesarias para 
el desarrollo del manejo genético. 
En monitoreos de lotes comerciales, realizados en la provincia de Salta durante las campañas 2017/18 
y 2018/19, se obtuvieron 123 aislados de plantas sintomáticas, donde el 73% manifestaron los 
síntomas de clorosis ascendente y marchitamiento (Fig. 1 A) y 26%,clorosis lateral y caída de foliolos 
(Fig. 1 B y C), obtenidos en las diferentes etapas fenológicas del cultivo. En los estadios iniciales, las 
plántulas afectadas manifiestan una coloración amarillo pálido, menor crecimiento, las raíces tienen 
una marcada decoloración, conduciendo a la muerte prematura (Fig. 1 D). En los estadios vegetativos 
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y reproductivos, se observa una clorosis ascendente o lateral, siempre manifestando decoloración y 
necrosis de los tejidos internos del tallo (Fig. 1 E). 
Los aislados obtenidos hasta el presente fueron caracterizados morfológicamente, a través de 
caracteres macroscópicos y microscópicos, y clasificados in vitro en función de un índice de severidad 
en tres categorías de patogenicidad (Berruezo et al., 2020). En base a ello, se seleccionaron los aislados 
que se someterán a estudios moleculares y de patogenicidad con líneas diferenciales y cultivares 
comerciales. 
Dentro de su ciclo de vida y en ausencia de tejidos vivos, Foc es capaz de sobrevivir en estructuras de 
resistencia, como clamidosporas, en tejidos previamente colonizados del rastrojo y en el suelo. En 
estudios realizados en lotes de garbanzo, se encontró una correlación positiva entre la cantidad de 
inóculo presente en el suelo, incidencia de la enfermedad y el tipo de cultivar sembrado. Es por ello, 
que la cuantificación de inóculo de Foc en suelos, previo a la siembra del garbanzo, permite determinar 
el riesgo potencial de ocurrencia de marchitamiento vascular a campo, y ser utilizada como estrategia 
para la toma de decisiones para la siembra, elección de cultivares y manejo agronómico (Berruezo et 
al., 2019). En la proximidad de las raíces de garbanzo, se induce la germinación de las clamidosporas 
(Leslie y Summerell, 2006). La infección se produce como repuesta a exudados de raíces primarias y 
secundarias; después de la germinación, las hifas se adhieren y penetran directamente en la epidermis. 
Las especies patógenas poseen la capacidad de penetrar, al igual que otros fitopatógenos, por heridas 
autogénicas, antrópicas o por nemátodos. Foc, una vez dentro de la planta se mueve hacia el tejido 
vascular por colonización intercelular e invasión de los vasos del xilema (Singh et al., 2007). Coloniza 
los vasos del xilema por crecimiento del micelio o por medio del transporte pasivo de los microconidios 
producidos en dichos vasos, lo cual ocasiona, una colonización rápida y discontinua. A causa de estos 
ataques, se obstruye el libre paso de sustancias nutritivas hacia las raíces y la planta muere. 
Entre las condiciones del medio que predisponen, regulan las interacciones y facilitan el desarrollo de 
la enfermedad, se encuentra la temperatura del suelo, que influye notablemente en la producción, 
sobrevivencia y producción de clamidosporas. La temperatura óptima para el desarrollo es de 25-28°C. 
Por lo general, las especies patógenas, son más activas y sobreviven eficazmente en hábitats con 
limitaciones de agua. Se pudo observar a campo una mayor infección cuando se realiza un riego luego 
de que el lote estuvo sometido a un estrés hídrico. 
 
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Figura 1. A. Clorosis ascendente y marchitamiento en plantas en estadio vegetativo. B. Clorosis lateral en plantas 
en estadio vegetativo. C. Ramificaciones necrosadas y caída de foliolos. D. Infección en estado de plántula. E. 
Decoloración y necrosis de los tejidos internos del tallo. 
 
Podredumbre radicular o “black root rot” 
La podredumbre radicular del garbanzo causada por Fusarium solani (Mart.) Sacc (Geiser et al., 2020), 
es considerada una enfermedad secundaria por las pérdidas de plantas que produce en los primeros 
estadios en suelos infestados (Nene et al., 2012). Los síntomas que caracterizan la enfermedad son 
necrosis de las raíces principales que se correlaciona con una clorosis general de la parte aérea (Fig. 2 
A). Las plantas afectadas se secan prematuramente, pero pueden producir nuevas raíces si hay 
suficiente humedad en el suelo. 
Las semillas infectadas juegan un papel importante en la dispersión del patógeno y en la introducción 
de la enfermedad en suelos libres (Fig. 2 B). Las plantas cultivadas a partir de semillas infectadas se 
marchitan más rápido, que las plantas infectadas originadas de semillas sanas sembradas en suelo 
infestado. La diferencia de esta enfermedad con el marchitamiento y amarillamiento vascular 
producido por Foc, es que no produce la decoloración vascular, ya que la colonización de tejidos es a 
nivel local que se manifiesta con clorosis de la parte aérea. 
 
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Figura 2. A. Necrosis de raíz principal y base del tallo. B. Semillas con presencia de Fusarium solani. 
 
Podredumbre radicular por Rhizoctonia 
Es una de las enfermedades más frecuentes en el cultivo de garbanzo, luego del marchitamiento y 
amarillamiento vascular. Es causada por el hongo Rhizoctonia solani Kühn. En los primeros estadios 
fenológicos del cultivo se caracteriza por producir cancros y podredumbre en el cuello de la planta lo 
cual provoca el estrangulamiento y, consecuentemente el marchitamiento de la parte aérea, 
observándose clorosis y necrosis desde las hojas inferiores a las superiores cuando la severidad es alta. 
Desde los estadios fenológicos vegetativos a reproductivos, se visualiza una lesión color marrón oscuro 
en el tallo cerca de la línea del suelo y las raíces presentan lesiones necróticas y podredumbre. En 
algunos casos, se encuentran plantas con síntomas en la base del tallo sin que las raíces presenten 
síntomas (Fig. 3 A, B, C, D y E). Durante la campaña agrícola 2018/19, se monitorearon y analizaron 
diferentes muestras provenientes de lotes comerciales en los departamentos Cerrillos, Rosario de 
Lerma, Metán y Tartagal en los cuales se registró una prevalencia del 67% con valores de incidencia del 
1 a 14%, mientras que en la campaña 2019/20 (exceptuando Tartagal, donde no se pudo monitorear) 
se determinó una prevalencia de 100% con valores de incidencia de 2 a 26%. En los análisis efectuados, 
se registró en una misma muestra la presencia de R. solani asociado a Fusarium oxysporum f. sp. ciceris 
con una prevalencia de 78% en 2018/19 y 50% en 2019/20 (datos no publicados). 
R. solani tiene requerimientos nutritivos simples y una tasa alta de crecimiento micelial; la temperatura 
óptima para germinación y crecimiento del hongo es de 24-28ºC, y lo puede hacer rápidamente entre 
20 y 30ºC. Un 65% de humedad de suelo y áreas poco drenadas favorecen el desarrollo de la 
enfermedad. El pH no es un factor limitante para el desarrollo de la misma, sin embargo, se han 
reportado cepas cuyo crecimiento se ve limitado entre 2,4 y 3,8 (Ogoshi, 1987). 
R. solani, presenta un micelio septado, hifa hialina cuando es joven, tornándose marrón oscuro en 
estadios adultos, siendo este de rápido crecimiento. Exhibe ramificaciones, las recientes se presentan 
inclinadas a 45º con respecto a la hifa madre y a 90º, en edad avanzada. Además, posee tabiques 
cercanos a la ramificación, con una constricción especial del género (Fig. 3 F, G, H, I y J). Este hongo 
forma células monilioides, las cuales son el inicio de la constitución de cuerpos de resistencia o 
microesclerocios de aproximadamente 6 mm de diámetro (Fig. 3 H); pueden permanecer en el suelo y 
sobrevivir por años, lo cual es un factor a tener en cuenta en el manejo de la enfermedad. El hongo 
puede sobrevivir en la semilla, y con ésta diseminarse a grandes distancias. Por ejemplo, semillas 
procedentes de diferentes lotes de Tartagal, cosecha 2018 y 2019 de 4 cultivares de garbanzo (Génesis, 
Chañarito, Kiara y Norteño) registraron 100% de prevalencia con 3 a 9% de incidencia (Mercado 
Cárdenas et al., 2020). 
 
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Figura 3. A. Planta con síntoma de clorosis y necrosis ascendente. B. Plantas con síntomas de clorosis y necrosis 
en parte área, raíces con podredumbre radicular. C. Planta con cancros en base del tallo. D y E. Planta con síntoma 
de necrosis y estrangulamiento en base del tallo. F. Miceliode 5 días de crecimiento en APG. G. Micelio de 10 
días de crecimiento en APG con microesclerocios de color marrón. H. Micelio de Rhizoctonia solani en 
microscopio óptico 40X. I. Micelio de R. solani en microscopio estereoscópico 100X. 
 
Podredumbre por Sclerotium 
Causada por Sclerotium rolfsii (Sacc.) West, se caracteriza por manifestar síntomas de podredumbre y 
estrangulamiento en la base del tallo, con la correspondiente clorosis y necrosis de la parte aérea en 
plántulas (Fig. 4 A y B). Estos síntomas, son muy parecidos a los producidos por R. solani en plántulas, 
sin embargo, una de las diferencias es la distribución de la enfermedad en el campo, gran cantidad de 
plántulas consecutivas en una línea o surco. En plantas adultas se observa clorosis y marchitamiento, 
muchas veces con podredumbre del cuello; asociado a este síntoma se suele observar la presencia de 
un micelio blanquecino y esclerocios pequeños de forma redonda, inicialmente de color blanco, los 
cuales viran a marrón (Fig. 4 C, D y E). 
Durante las campañas agrícolas 2018/19 y 2019/20, se monitorearon y analizaron diferentes muestras 
provenientes de lotes comerciales en los departamentos Cerrillos, Rosario de Lerma, Metán y Tartagal, 
registrándose en el año 2020 (exceptuando Tartagal donde no se pudo monitorear), una prevalencia 
del 2% con valores de incidencia de 1 a 7% (datos no publicados). 
Las condiciones predisponentes son tiempo cálido y húmedo; la sobrevivencia de este hongo es a 
través de las estructuras de resistencia denominadas esclerocios. 
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Figura 4. A y B. Planta en posición central con síntoma de clorosis y necrosis ascendente de Sclerotium rolfsii. C. 
Planta en estadio reproductivo con síntomas de marchitamiento. D. Crecimiento radial del micelio de color 
blanquecino desde base del tallo hacia las ramificaciones. E. Micelio y esclerocios de 10 días de crecimiento en 
agar papa glucosado (APG). 
 
Podredumbre seca de la raíz 
Es una enfermedad causada por Macrophomina phaseolina (Tassi) Goid. Los primeros síntomas son 
clorosis y necrosis en hojas basales, observándose una podredumbre seca de color marrón a negruzca 
en la base del cuello y raíz principal (Fig. 5 A y B). Al visualizar en microscopio estereoscópico, se 
observa la presencia de puntuaciones oscuras correspondiente a los microesclerocios del patógeno. 
En estadios avanzados de la enfermedad, se desprenden las hojas, quedando la planta con el tallo y 
sus ramificaciones secas (Fig. 5 C). 
Durante la campaña agrícola 2019, se monitorearon y analizaron diferentes muestras provenientes de 
lotes comerciales en los departamentos de Cerrillos, Rosario de Lerma, Metán y Tartagal en los cuales 
se registró una prevalencia de 42% con valores de incidencia de 1 a 7%, mientras que en 2020 
(exceptuando Tartagal, donde no se pudo monitorear) se contabilizó un 12% de prevalencia con 
valores de incidencia de 1 a 7% (datos no publicados). 
Esta patología es favorecida por temperaturas altas entre 25 y 35°C y baja humedad del suelo, lo cual 
estuvo en correlación a las temperaturas registradas durante la campaña agrícola 2019, sumado a las 
condiciones de sequía. 
La sobrevivencia del patógeno es a través de microesclerocios en rastrojos y suelo. Asimismo, se 
destaca su presencia en semillas. Con respecto a ello, se analizó mediante patología de semillas, 
material vegetal procedente de diferentes lotes de Tartagal, cosecha 2018 y 2019 de 4 cultivares de 
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garbanzo (Génesis, Chañarito, Kiara y Norteño), registrándose una prevalencia de 25% y 1 a 10% de 
incidencia de M. phaseolina (Mercado Cárdenas et al., 2020) 
 
Figura 5. A. Planta con síntoma de clorosis y necrosis en hojas basales. B. Planta con cancros y podredumbre seca 
en base del tallo y raíz. C. Planta con síntoma de defoliación y podredumbre seca en cuello y raíz. D. Aislamiento 
de Macrophomina phaseolina de la base del tallo con 5 días de crecimiento en agar papa glucosado (APG). E. 
Micelio de 5 días de crecimiento en APG. 
 
Podredumbre húmeda del tallo 
Esta enfermedad es causada por Sclerotinia sclerotiorum (Lib.) de Bary (1844). Los síntomas se 
manifiestan en los estadios reproductivos (floración y fructificación); comienzan con una podredumbre 
húmeda del tallo, ramificaciones y vainas bivalvas (Fig. 6 A y C). Si las condiciones ambientales son de 
alta humedad, los tejidos con síntomas se cubren de un micelio blanquecino algodonoso, sobre los que 
se producen los esclerocios negros típicos del patógeno (Fig. 6 B, C y D). 
Durante la campaña agrícola 2019 y 2020, se monitorearon y analizaron diferentes muestras 
provenientes de lotes comerciales en los departamentos de Cerrillos, Rosario de Lerma, Metán y 
Tartagal en las cuales se registró, únicamente para el 2019, una prevalencia de 24% con valores de 
incidencia de 1 a 7% (datos no publicados). 
El patógeno sobrevive como esclerocios en rastrojos y suelo; además, puede detectarse en semillas. 
Semillas procedentes de diferentes lotes de Tartagal (cosecha 2018 y 2019) de 4 cultivares de garbanzo 
(Génesis, Chañarito, Kiara y Norteño) fueron analizadas con un test de sanidad, registrándose una 
prevalencia de 25% y 1 a 3% de incidencia de S. sclerotiorum (Mercado Cárdenas et al., 2020) 
 
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Figura 6. A. Plantas con síntomas de podredumbre húmeda y quebrado por Sclerotinia sclerotiorum. B. Planta 
con síntoma de podredumbre e inicio de formación de esclerocios. C. Vaina bivalva con síntoma de podredumbre 
y presencia de micelio. D. Ramificación con esclerocio negro. E. Aislado de la base del tallo con 5 días de 
crecimiento en agar papa glucosado (APG). F. Micelio de 7 días de crecimiento en APG. 
 
Marchitamiento por Verticillium 
Esta patología es causada por Verticillium sp. Las plantas en estadio reproductivo presentan un ligero 
color amarillento de las hojas y un marchitamiento intenso y, en correspondencia, en la base del tallo 
se visualizan cancros de color marrón y coloración naranja. Al realizar un corte transversal del tallo y 
raíz, se observa una decoloración del tejido vascular. 
Durante las campañas agrícolas 2019 y 2020, se monitorearon y analizaron diferentes muestras 
provenientes de lotes comerciales de los departamentos Cerrillos, Rosario de Lerma, Metán y Tartagal 
en los cuales se registró, para la campaña 2020, una prevalencia de 10% con valores de incidencia de 
1 a 4% (datos no publicados). 
 
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Figura 7. A. Plantas con síntomas de marchitamiento. B. Planta con síntoma de cancro en la base del tallo y 
coloración naranja. C y D. Micelio de 12 días de crecimiento en agar papa glucosado (APG). E. Conidios uni y 
bicelulares de Verticillium sp. F. Conidióforo y conidios típicos del hongo. 
 
Manejo de enfermedades radicales y de la base del tallo 
Los hongos fitopatógenos habitantes del suelo se caracterizan por ser polífagos, presentar estructuras 
de resistencia como esclerocios, microesclerocios, clamidosporas; siendo estos los propápulos de 
sobrevivencia que permanecen en el suelo, restos vegetales y en la semilla generando el inóculo 
primario para la próxima campaña agrícola. Por lo mencionado, el manejo de una enfermedad requiere 
efectuar el análisis sanitario de las semillas antes de la siembra, cuantificar el patógeno en muestras 
de suelo y llevar el registro de monitoreos del lote, entre otros, a los fines de planificar las medidas de 
a tomar. La nutrición del cultivo, la rotación con gramíneas y la conservación de los suelos en cuanto a 
sus características físicas, químicas y biológicas, es fundamental para tender a un equilibrio del mismo. 
Finalmente, el empleo de cultivares resistentes es una de las herramientas más efectivas para el 
manejo efectivo de estas enfermedades. Por ello, dentro de las perspectivas a corto plazo, para la 
fusariosis vascular del garbanzo, se contempla la determinación de las razas presentes en el NOA y la 
caracterización de líneas diferenciales y cultivares comerciales de garbanzo en la respuesta frente al 
ataquede Fusarium oxysporum f. sp. ciceris. Como así también la realización de pruebas de 
patogenicidad de los diferentes aislamientos obtenidos de cada hongo frente a materiales comerciales 
y líneas bajo mejoramiento vegetal. 
 
 
Financiamiento: proyectos INTA PD I090, PD I081 y PICT 2017. 
 
 
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Referencias 
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