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Informe de Lectura 9

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Alberto Miguel Sánchez
Usuario 8712
Licenciatura en Historia
	
Seminario de Historia Social y Política II
Informe de Lectura N°9	
La fecha límite de entrega es el 25/05/21
Consigna:
En base a la lectura completa del texto de R. Luxemburgo que figura en la sección "Biblioteca" del campus ("El Folleto Junius ....") elabore un informe de no más de dos carillas en dónde se de cuenta de las principales interpretaciones de la autora en torno a las causas que condujeron al estallido de la Primera Guerra Mundial y de las posturas que propone para los socialistas revolucionarios frente a la conflagración
Desarrollo
Rosa Luxemburgo describe el modo en que el capitalismo se comporta en su fase imperial, desarrollando en toda su magnitud su capacidad destructora en la búsqueda de conquistas que le permitan acrecentar su poder.
El texto de la autora al mismo tiempo es una feroz crítica al papel de las fuerzas socialdemócratas, supuestas representantes de los intereses proletarios y, que ante el estallido de la guerra asumen posturas “patrióticas” y de un chovinismo insoportable para Luxemburgo, que califica dicha política como “capituladora”.
Todo ello la lleva a distanciarse de dichos sectores, formando luego espacios revolucionarios de claro sentido internacionalista buscando diferenciarse de aquellos que, priorizando las cuestiones nacionales, se encontrarían traicionando los objetivos de lucha de la clase trabajadora en su conjunto.
Para la autora, la socialdemocracia alemana constituía una especie de vanguardia en la lucha del proletariado y ejercía una clara influencia en las instancias organizativas de los organismos internacionales que las nucleaban. Por ello es que, fustiga duramente las vacilaciones y el abandono por parte de ciertas dirigencias, de la línea histórica de la lucha de clases.
Rosa Luxemburgo considera que el verdadero conflicto mundial debe cambiar de eje y transformarse en un enfrentamiento entre el capital y el proletariado a nivel global, por lo que se hace necesario que las organizaciones de trabajadores posean rigurosidad teórica y firmeza ideológica para liderar dicho proceso.
Considera la autora que la oposición a la guerra es la postura correcta de las organizaciones obreras, al significar un enfrentamiento de las naciones capitalistas en el intento de afianzar o fundamentar el dominio, por lo que la clase trabajadora sería solo un medio utilizado como carne de cañón en el conflicto. Plantea que la guerra es la “regresión a la barbarie”, tal como lo había vaticinado Engels, y que la alternativa a ello es la lucha por el socialismo.
Enfatiza que de ninguna manera puede aceptarse que los obreros se maten entre sí, ni que las dirigencias socialdemócratas desvíen a las mismas del verdadero objetivo que debe guiarlas. La supuesta prioridad de la defensa nacional y la “puesta en suspenso” de la lucha de clases representa para la autora una confusión ideológica imperdonable ya que la lógica de dicha lucha no depende de las declamaciones de los dirigentes y, por otro lado, porque al negar la lucha de clases como componente fundamental de la historia, invalidarían su propia existencia como conductores de un proceso revolucionario.
Esta concepción, elaborada por Luxemburgo y sustentada en los diferentes pensadores marxistas, lleva a poner de manifiesto que objetivamente existe una contradicción insalvable entre los intereses proletarios y la de los burgueses capitalistas. Y ello, muy a pesar de las diferentes voces que glorifican los intereses nacionales y la autodeterminación, como si ello fuera posible dentro de los límites demarcados por el sistema. Para la autora, solo el socialismo puede otorgar a los pueblos esos derechos creando un sistema bajo otros fundamentos.
El papel del imperialismo, como fase en el desarrollo capitalista, es para la autora, una etapa en la que los antiguos estados nacionales pierden relevancia y son superados por la necesidad de conquista y anexión de las naciones más poderosas, por lo que las fronteras nacionales pierden la estabilidad que pudieran haber tenido en tiempos pasados.
La tarea de los socialistas, es para la autora, denunciar abiertamente la guerra imperialista y sus consecuencias, afirmando que, sin importar el resultado de la misma, ello solo traerá perjuicios y ruina a la vida cotidiana de las clases subalternas. La obtención de la paz sería para el proletariado, la única victoria posible y concreta, y por el contrario, sería un error garrafal tomar partido por alguno de los bandos contendientes.
Para Rosa Luxemburgo, las direcciones socialdemócratas han caído en una traición a los principios fundamentales del socialismo, y con ello han impedido que las masas accedan a una visión de clase acerca de un momento crucial de la historia.
La autora considera esencial que las fuerzas que se proclaman socialistas, pongan toda su energía en la lucha de clases dentro de lo límites geográficos de cada nación, y al mismo tiempo, una constante solidaridad activa con los proletarios de otros países en lucha contra la burguesía.
Por otro lado, considera central la lucha contra el imperialismo y la guerra, y afirma la necesidad de fortalecer la organización de la Internacional para guiar al proletariado, en la lucha y en la formación ideológica de sus elementos, para evitar que los mismos sean confundidos por los nacionalismos y definiendo tajantemente que la verdadera nación de los trabajadores es la Internacional Socialista. 
 
			 Alberto Miguel Sánchez Usuario 8712

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