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Universidad de Antioquia 
 
Psicología: una mirada a la relación entre la educación y la clínica 
 
Juan José Martínez Cano 
Paola Andrea Arango Mira 1 
 
Resumen 
El presente texto intenta dar un planteamiento general de la psicología clínica, la 
psicología educativa y por último el estudio de caso. En el primer eje temático se brinda 
un esquema del papel que cumple la psicología en la actualidad y los diferentes entornos 
en que potencialmente se lleva a cabo, para pasar a profundizar un poco más en el interés 
por la psicología educativa como campo de acción teórico-práctico que apunta al 
desarrollo de procesos de enseñanza y aprendizaje en el marco del contexto escolar. Por 
último, se plantea el estudio de caso como método en la psicología clínica en el entorno 
escolar y como estrategia de recolección de información en investigación. 
 
 Palabras clave 
Psicología, psicología clínica, psicología educativa, estudio de caso 
 
 
1. Introducción 
Las dinámicas socio-culturales cambian de manera permanente y con ella se tienen que 
trasformar los discursos y prácticas en los diferentes campos de conocimiento, es por ello 
que en psicología si bien existente unas bases epistemológicas que sustentan en saber, 
constantemente las acciones, comportamientos y entornos relacionados con el ser humano 
están expuestos a la crítica, reflexión y reconstrucción por parte de los profesionales en 
 
1 Estudiantes de pregrado en Psicología de la Universidad de Antioquia. Correos electrónicos: 
paola.arangom@udea.edu.co juan.martinez42@udea.edu.co 
 
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Universidad de Antioquia 
el área y de esta manera brindar reflexiones y sobre todo acciones acordes a las 
necesidades del contexto. 
Teniendo en cuenta lo anterior, queremos plantear en este texto algunas reflexiones sobre 
los cambios que han surgido en el contexto y con ello la psicología, entre ellos sobrepasar 
los límites del consultorio para hacer parte de las realidades socio-culturales que viven 
los diferentes grupos ubicando el marco de la interpretación en las subjetividades lo cual 
tiene una función vincular en el contexto específico. 
En esta línea de ideas se plantean algunos puntos sobre las corrientes y campos de acción 
de la psicología, desde donde de alguna manera se intenta agrupar sectores poblacionales 
específicos en donde se brinda un tipo de atención especial para cada grupo, teniendo en 
cuenta el objetivo de intervención a partir de las necesidades de cada uno de ellos. 
La reflexión por los diferentes grupos y contextos se quiso ampliar teniendo en cuenta un 
campo de acción particular, el educativo. En este punto se hace mención a las actividades 
o procesos que un psicólogo educativo debe realizar dentro del contexto escolar y la 
relación de los mismos con la psicología clínica en el marco general, además se hace 
especial énfasis en los procesos de enseñanza-aprendizaje como fin último de la escuela 
y la participación del psicólogo en dicho proceso. 
Posteriormente, se propone el estudio de caso como uno de los métodos que se puede 
utilizar en la psicología clínica y como método de investigación en el entorno escolar. Por 
último, se desarrollan algunas conclusiones y recomendaciones para el entorno educativo 
como campo de acción de la psicología. 
 
2. Partiendo de la psicología 
Es vital reconocer el papel que cumple la psicología en la contemporaneidad, conociendo 
la forma en que debe adaptarse a las cambiantes y volátiles necesidades de la agitada 
sociedad para la cual cumple un servicio vital. Hablar de esto, significa entender que la 
psicología, si bien es hija de su tiempo, debe mantenerse a la vanguardia y estar al tanto 
de las múltiples modificaciones que ha sufrido el contexto desde su formación original 
(García, 2001). 
 
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Universidad de Antioquia 
Partiendo de la base de esta realidad cambiante, a la que el individuo indefectiblemente 
está sujeto, y ubicados en el ámbito de la especificidad para llegar a lo que realmente nos 
compete, se puede hacer mención de las teorías psicológicas, que se constituyen como 
aquel sustrato que permiten generar un reflejo y una reproducción ideal de la realidad en 
que se interactúa. 
Como señalan Suárez, et al. (2011), tener las nociones de lo que múltiples pensadores han 
indicado de los constructos teóricos a partir de los cuales se puede llegar con los principios 
de las teorías en el ámbito psicológico, es entender básicamente la forma en que las 
diversas condiciones del medio se prestan para su interpretación, es decir, cómo la 
subjetividad tiene un papel imperante en el desarrollo del quehacer psicológico. 
Según esa línea de ideas, se habla de cómo lo teórico y lo empírico son componentes que 
crean una amalgama vital en el desarrollo de las competencias propias de una ciencia, 
pues la teoría evoluciona en su momento empírico dejando entrever la forma en que se 
pueden formular nuevas explicaciones de la realidad integradas a un cuerpo teórico único; 
todo esto aunado al panorama de la psicología, sólo sirve para enriquecer la praxis, en 
donde no sólo se tienen en cuenta las particularidades de cada sujeto, sino también, se 
tienen en consideración serios postulados empíricos que dinamizan con los postulados 
teóricos. 
Considerando lo planteado en el ámbito de la subjetividad y la forma en que se construye 
teoría, se puede entrar aún más en el ámbito de la especificidad en lo que respecta a 
diversas corrientes epistemológicas, en lo concerniente a la psicología, no es indiferente, 
pues en el marco de lo que es una corriente, definida como un “conjunto de posiciones 
teóricas de carácter general, enlazadas por un núcleo común, que generalmente agrupa a 
varios seguidores quienes desde su posición filosófica la sustentan, divulgan, aplican y 
trascienden de los marcos de la comunidad científica específica” (Suárez, et al, 2011, p. 
13), se tienen en cuenta las diferentes aproximaciones realizadas al mismo componente. 
Así entonces según García (2001), la psicología sale del espacio terapéutico de un 
consultorio y se relaciona cada día más con la dinámica social: prevención, enfermedades, 
divorcio, drogas, desempleo, crimen, medio ambiente, suicidio, estrés y tantos otros 
problemas relacionados con la conducta, generados por la sociedad que estamos 
 
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construyendo, aludiendo a grandes bancos de conocimiento conferidos por la psicología 
de la salud, deportiva, organizacional, social-comunitaria, jurídica y educativa. 
Se puede ver cómo cada vez más las interacciones sociales cambian enmarcadas en la era 
de la tecnología y la globalización, el desempleo que impacta indiscriminadamente 
diversas esferas sociales; unión libre, homosexualidad y divorcio e incluso la educación 
infantil se realiza por fuera del hogar, obligando, a los profesionales en psicología, a tener 
en cuenta estas y más variables que circunscriben un amplio espectro de personas, a 
quienes, además, hay que tener en cuenta en todo su factor subjetivo. 
Resulta importante hacer hincapié en las dinámicas en torno a la educación, que como se 
mencionó, se está delegando al espacio fuera del círculo familiar, dejándolo al servicio 
de profesionales especializados en este campo. Para esto, se requiere una formación 
especial, una especificidad, como se refirió antes, en todo el planteamiento de la 
psicología, todo, con el fin de enmarcarse en el buen desempeño en el área de la 
educación, que se instaura como componente importante en toda sociedad, que supera, 
según Álvarez et al. (1999), las viejas concepciones de carácter mecanicista que veían al 
sujeto como receptor pasivo de información, o precisamente con esto, con su carácter 
estático, todo bajo la consideración del elemento cognitivo-construccionista que marca el 
accionar en el campo.Se puede entrever entonces el papel funcional que adquiere el sujeto en todo el constructo 
social al que pertenece, en el cual es un agente activo y de cambio, con particularidades 
y un componente subjetivo que se constituye como matriz importante en el trabajo de los 
psicólogos que, en el campo de la educación, deben ser considerados como aquel pilar 
que toma las riendas en la construcción de este mismo principio, en el que a partir de la 
lectura de dichos atributos únicos del sujeto, desenvuelve su triada de tratamiento, 
promoción y prevención, con la consideración de otra triada de ambiente, individuo y 
propuesta educativa (Álvarez et al. 1999) 
Con este panorama, en el que se llega a la especificidad del psicólogo educativo, se hace 
importante entonces mencionar cuál es su papel en todo el ámbito particular para el cual 
se ha formado, por eso entonces, se revisarán los presupuestos sobre los que basa su 
accionar, las consideraciones que se tienen para su trabajo y la diferenciación que se hace 
 
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entre un psicólogo educativo y cualquier otro profesional que se desenvuelva en el ámbito 
educativo, en el que, a saber, no sólo discurren discursos y formas de pensar, sino 
también, un vasto mundo intrapsíquico constituido por la esfera de estudiantes y maestros, 
que tienen un potencial impacto en el clima institucional y las dinámicas que se llevan a 
cabo. 
Adentrados aún más en el rol vital que cumple la psicología educativa en el amplio 
espectro de una configuración estructurada de mecanismos pertinentes para el aprendizaje 
y la forma en que el conocimiento se articula a la percepción del mundo, se hace 
pertinente hacer mención del rol que cumple el profesional en este ámbito. Según Forns 
(1994), las competencias del psicólogo educativo discurren en un amplio espectro de 
aptitudes que se sustentan en seis pilares básicos, a saber, la prevención, la valoración y 
detección multidisciplinaria, la elaboración de programas de desarrollo individual y de 
seguimiento, la orientación escolar y profesional, el asesoramiento de educadores, y la 
contribución al análisis de las necesidades del sector. 
Como bien se ve, hay un marcado componente clínico, que se denota por la triada de 
evaluación, diagnóstico e intervención, en donde se tienen en cuenta las influencias 
contextuales, particulares y de cada uno de los componentes del sistema educativo, 
haciendo de todo esto, una amalgama a partir de la cual se desarrolla el trabajo 
psicológico, con la transversal influencia clínica mencionada que hace parte vital de todo 
el trabajo en este campo específico. 
 
3. Haciendo clínica en el entorno escolar 
Con el panorama anteriormente descrito, se pueden vislumbrar ciertas generalidades que 
son puntos de partida bastante sólidos para analizar la forma en que el quehacer de la 
psicología educativa tiene un estrecho vínculo con la clínica, en tanto hay una 
correspondencia en la forma de abordar a la población que tiene por objeto y los objetivos 
que se propone. 
En el texto Psicología de la educación, de Castejón et al. (2010), se alude a dos 
componentes importantes dentro de todo el marco explicativo que se ha venido 
 
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abordando. Primero, se menciona la forma en que la psicología educativa se instaura 
como un cuerpo de conocimientos teórico-prácticos, y segundo se habla de cómo estos 
conocimientos se articulan al desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje. 
Es claro que bajo esta mirada, con las consideraciones pertinentes a este par de dínamos 
a los que se sujeta gran parte de todo el postulado de la psicología educativa, se puede 
hacer mención del papel activo del psicólogo dentro de todo el contexto en que se 
desenvuelve, pues si bien debe tener claras las bases teóricas, no puede descuidar la 
práctica ligada a todo el conocimiento con el que se ha venido empapando, lo que 
funciona, a la larga, en la creación de mecanismos que permitan el buen desarrollo de la 
diada enseñanza-aprendizaje, descrito como importante e imperante en la vida de todo 
individuo y agente implicado en el ámbito educativo. 
Castro (2004, citado en Uribe et al. 2009) menciona aquellos elementos que marcan de 
forma transversal lo que debe llevar a cabo un profesional de la salud mental en el 
contexto educativo, esto es, las competencias que se le adjudican al psicólogo educativo, 
entre las que destacan la orientación de todos los individuos que componen el ambiente 
educativo, evaluación de aprendizaje, redacción de informes psicológicos, conocimientos 
pertinentes de teorías del aprendizaje, trabajo con poblaciones vulnerables, 
intervenciones en crisis e intervenciones con niños y adolescentes. 
En cuanto a las labores, el abanico es amplio. No se expone, ni tampoco se retrata el papel 
pasivo del psicólogo, sino que se le muestra idealmente como aquel profesional al que le 
compete la realización de perfiles de puestos, tareas encaminadas a la selección de 
personal, la evaluación mediante el empleo de técnicas psicométricas y proyectivas, 
desarrollo de programas de capacitación, manejo de programas informáticos básicos, 
trabajo en equipos interdisciplinarios, entre muchas otras. 
Como bien se ve, hay un componente fuerte en todo el panorama de la intervención, en 
el análisis de situaciones a las que les debe hacer un seguimiento, una observación y 
potencial tratamiento que Fernández (2013) pone en el ámbito de los asesoramientos 
psicológicos, que se convierten en otra matriz importante y fuerte en el trabajo que se 
perfila en ciertos aspectos cada vez más como uno de carácter clínico. Fernández 
menciona todas las consideraciones a la hora de estos procesos de intervención, en los 
 
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que, además de tener en cuenta a los agentes del entorno educativo, deben buscar bases 
en toda la información recogida que el psicólogo continuamente está recopilando. 
También menciona la forma en que los procesos de intervención, teniendo en cuenta los 
casos particulares que demanden este tipo de tratamiento, debieran abarcar los tres tipos 
más conocidos: el correctivo, el preventivo teniendo serias consideraciones contextuales 
y el impacto multidimensional que se debe pretender, esto es, el personal, el grupal, el 
comunitario y el social, aludiendo, claramente, al objetivo de la clínica, que parte de la 
observación con miras a la generación de un diagnóstico de aquel caso particular, para 
finalizar con la intervención. 
 
4. La psicología clínica como estudio de caso 
La psicología clínica es siempre un estudio de caso […] al buscar la comprensión de un 
hecho, suceso, individuo o grupo en su singularidad, más que una explicación casual por 
una generalización (Bolívar, et al, 2001). Bajo esta idea entonces es posible pensar en la 
psicología clínica como estudio de caso en el entorno educativo que apunta a dos 
direcciones: la primera tiene que ver con la comprensión de aspectos subjetivos que son 
determinantes en el marco de la salud mental del sujeto, por tanto, se analizan casos de 
manera individual teniendo al sujeto como centro del conocimiento. En segundo lugar, el 
estudio de caso permite comprender fenómenos colectivos, recuperar la memoria 
histórico-cultural a través de una narración polifónica […] que consiste en explicarnos a 
“varias voces” una misma historia (Bolívar, et al, 2001; p. 266). 
El estudio de caso se realiza a partir de narraciones que pretenden realizar una 
reconstrucción, comprensión e interpretación de los pensamientos, acciones y 
experiencias de los sujetos. Es así como en los entornos educativos es posible dotar de 
sentido la experiencia de aprender y de convivir con los otros y entre los otros. 
Por otro lado, el estudio de caso en psicología se puede ver como algo más que un método 
clínico que permite comprender las historias personales de los sujetos,el estudio de caso 
también se puede entender como un método de investigación y estrategia de recolección 
de información que de alguna forma facilita la producción de nuevo conocimiento en 
 
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psicología, en este caso relacionado con el entorno escolar. En esta dirección es la escuela 
el espacio en el que se tejen y comparten relatos, pequeñas historias que ayuda a 
correlacionar la teoría con la práctica cotidiana de una población especifica (sujetos que 
habitan la escuela) y confirmar hipótesis y generar nuevo conocimiento para la 
comunidad académica y científica. 
Desde el punto de vista de la psicología clínica y como lo planeta Scandar (2014), el 
“caso” es un fenómeno puntual que puede definirse con coordenadas espaciales y 
temporales, lo anterior, implica la examinación de manera detallada y profunda de 
pequeñas unidades de información, en este caso de la información narrada por el o los 
pacientes (estudiante, docente, familia). Contar con el estudio de caso como método 
clínico en el entorno escolar trae grandes ventajas para el profesional y para el paciente 
en tanto la atención trasciende los límites de la evaluación y aplicación de pruebas para 
determinar patologías o problemas a resolver, sino que posibilita escuchar a profundidad 
los relatos y a partir de su análisis determinar qué es lo más pertinente en términos de 
evaluación, diagnóstico e intervención para el paciente y su entorno, teniendo en cuenta 
que el fin último en las instituciones educativas es movilizar procesos de aprendizaje y 
desarrollo de las personas que hacen parte del contexto educativo, especialmente de los 
aprendices. 
Más allá de los procesos individuales y aquellas acciones psicológicas que tienen que ver 
con el aprendizaje, es necesario reconocer y/o mencionar que en el contexto escolar en la 
cotidianidad se presentan situaciones de difícil manejo relacionadas con el 
comportamiento y la convivencia escolar; en estos casos los relatos sobre las situaciones 
permiten identificar las problemáticas sociales que aquejan a los estudiantes en su micro-
entorno a la vez que se puede construir tramas polifónicas a varias voces que permitan 
construir y reconstruir las historias y a su vez dar respuesta, encontrar estrategias que 
permitan mejorar la experiencia de aprendizaje. 
Por otro lado, el estudio de caso enmarcado en la investigación biográfico-narrativa desde 
un enfoque interpretativo permite comprender a partir de aquellos relatos problemáticas 
sociales de contextos específicos. Es así como a partir de los relatos de vida se pueden 
establecer categorías de análisis para estudiar un fenómeno social y comprender que 
 
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ocurre con la personas y grupos en un lugar y que hacen parte de una macro historia en 
particular. 
Dar la voz es más que un método utilizado por la psicología, dar la voz permite escuchar, 
comprender y relacionarse de una manera diferente con cada uno de los actores que hacen 
parte de una historia. 
5. Conclusiones 
La psicología como campo de saber presenta diferentes alternativas o líneas de acción 
para los profesionales tanto a nivel práctico, teórico e investigativo, es por ello que es 
necesario tener una mirada amplia sobre los desarrollos epistemológicos y teóricos de 
esta ciencia, pues solo de esta manera podemos determinar de manera objetiva nuestros 
intereses como profesionales además de poder debatir con las diferentes áreas de 
conocimiento y profesionales, ya que se tiene la idea de que la psicología, especialmente 
la psicología clínica se limita a un único espacio “el consultorio”. 
Entre los campos de acción en los que se puede desempeñar un psicólogo y hacer un buen 
trabajo en clínica es la escuela, son pues las instituciones educativas un micro-contexto 
donde convergen cantidad de historias a nivel individual y colectivo objeto de estudio, 
análisis, comprensión de la psicología y por tanto del psicólogo; entendiendo entonces 
que la clínica es más que un espacio o un método que se aplica en un tiempo y espacio 
determinado. 
De acuerdo a lo anterior, es posible articular la psicología clínica a la práctica educativa, 
entendiendo que en el entorno escolar es necesario elaborar de manera permanente 
identificación y caracterización de la población y de las necesidades biológicas y 
psicosociales de los niños, niñas y adolescentes que allí permanecen y a partir de allí 
desarrollar planes de intervención que puedan favorecer el desarrollo integral de la 
población. 
El estudio de caso como estrategia para la comprensión permite interactuar de manera 
dinámica con las personas que hacen parte de los procesos de atención psicológica en el 
entorno escolar, escuchar los relatos, sus historias permiten un encuentro más íntimo con 
el paciente y por tanto los procesos de evaluación e intervención que se lleven a cabo 
 
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serán más ricos en la descripción del problema, comprensión y en las estrategias para el 
tratamiento, lo cual lo hará más efectivo. En esta dirección tener un encuentro empático 
con el paciente, acercarse a su historia de vida libre de prejuicios genera una disposición 
física, emocional y cognitiva en el paciente que permite que el proceso se desarrolle de 
manera exitosa. 
 
6. Recomendaciones 
Para que la intervención psicológica en la es escuela sea efectiva es necesario tener en 
cuenta elementos relacionados con el sistema educativo en general y con las políticas, 
prácticas y culturas de cada contexto educativo. Además, es necesario indagar sobre 
procesos de enseñanza-aprendizaje, el currículo, problemáticas sociales y de convivencia 
que se presentan en la cotidianidad escolar y de esta manera ofrecer un servicio que dé 
cuenta de las necesidades reales del contexto y de las personas. 
 
 
7. Referencias bibliográficas 
 
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