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La Tomografía por Emisión de Positrones

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La Tomografía por Emisión de Positrones 
La Tomografía por Emisión de Positrones (PET, por sus siglas en inglés: Positron 
Emission Tomography) es una técnica de imagenología médica que utiliza 
trazadores radiactivos para detectar y medir la actividad metabólica de las células 
en el cuerpo humano. Es una herramienta valiosa en el diagnóstico, estadificación 
y seguimiento de una variedad de enfermedades, incluyendo el cáncer, 
enfermedades cardíacas y trastornos neurológicos. 
El PET se basa en la detección de positrones, que son partículas subatómicas 
emitidas por los radionúclidos utilizados como trazadores radiactivos. Estos 
trazadores se inyectan en el paciente y son absorbidos por las células del cuerpo. 
A medida que los radionúclidos se desintegran, emiten positrones que colisionan 
con electrones en el tejido, produciendo fotones gamma. Estos fotones son 
detectados por un escáner PET, que crea imágenes tridimensionales de la 
distribución del trazador en el cuerpo. 
El PET se utiliza en una variedad de aplicaciones clínicas: 
Oncología: En el cáncer, el PET se utiliza para diagnosticar tumores, evaluar su 
extensión y determinar su respuesta al tratamiento. Los trazadores radiactivos 
utilizados en el PET, como el FDG (Fluorodesoxiglucosa), se acumulan en las 
células cancerosas debido a su alto metabolismo, lo que permite la detección de 
tumores primarios, metástasis y la evaluación de la respuesta al tratamiento. 
Cardiología: En la cardiología, el PET se utiliza para evaluar la perfusión 
miocárdica y la función cardíaca. Permite diagnosticar enfermedades coronarias, 
evaluar la viabilidad del miocardio después de un infarto de miocardio y determinar 
la eficacia de los tratamientos cardíacos, como la cirugía de derivación coronaria. 
Neurología: En neurología, el PET se utiliza para diagnosticar y evaluar trastornos 
neurológicos como la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson y la epilepsia. 
Permite evaluar la función cerebral, el flujo sanguíneo cerebral y la actividad 
metabólica, lo que ayuda en el diagnóstico diferencial y en la planificación del 
tratamiento. 
Investigación clínica: El PET también se utiliza en investigación clínica para 
estudiar procesos fisiológicos y patológicos en el cuerpo humano, así como para 
desarrollar y evaluar nuevos tratamientos y fármacos. 
Aunque el PET es una herramienta poderosa en el diagnóstico y seguimiento de 
enfermedades, tiene algunas limitaciones, como el costo, la disponibilidad de 
trazadores radiactivos y la necesidad de equipos especializados. Sin embargo, su 
capacidad para proporcionar información funcional y metabólica única hace que 
sea una técnica valiosa en la práctica clínica y la investigación médica.

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