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1 Este trabajo se realiza como parte de la Consulta Regional sobre Prioridades, Capacitación y Retos de la 
investigación en Cambio Climático en los Países de América Latina y el Caribe organizado por la Fundación 
Futuro Latinoamericano con apoyo de The International Development Research Centre (IDRC) y de 
Department for International Development (DFID-UK). 
 
Cambio Climático en Mesoamérica: Temas 
para la creación de capacidades y la 
reducción de la vulnerabilidad1 
 
Wendy Alfaro y Luis Rivera 
 
 
 Febrero, 2008 CEN 778 
 
 
 
DOCUMENTO EN PROCESO. The International Development Research Centre (IDRC) y 
Department for International Development (DFID-UK), se han asociado para promover un 
amplio programa de investigación en varias regiones del mundo, incluyendo América 
Latina, con el propósito de fortalecer las capacidades de los países en vías de desarrollo 
para tratar las amenazas que el cambio climático genera sobre el desarrollo y los 
esfuerzos impulsados para alivio a la pobreza. Este proyecto involucró la realización de 
tres actividades en cada sub región de América Latina y el Caribe: una revisión 
bibliográfica sobre literatura científica e iniciativas en marcha sobre cambio climático; la 
organización de una consulta a expertos; y la ejecución de una investigación de campo en 
comunidades vulnerables. Los objetivos de este proyecto son examinar el estado actual 
de las capacidades de investigación y de las iniciativas existentes planificadas sobre 
cambio climático, identificar a los líderes claves de Latinoamérica y el Caribe y examinar 
su conocimiento y necesidades de información. Para la región de Mesoamérica la 
Fundación Futuro Latinoamericano, socia regional del IDRC, ha delegado en el Centro 
Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) de INCAE 
Business School, la ejecución del proyecto. 
 
Este trabajo busca estimular la reflexión sobre marcos conceptuales novedosos, posibles 
alternativas de abordaje de problemas y sugerencias para la eventual puesta en marcha 
de políticas públicas, proyectos de inversión regionales, nacionales o sectoriales y de 
estrategias empresariales. No pretende prescribir modelos o políticas, ni se hacen 
responsables el o los autores ni el Centro Latinoamericano de Competitividad y Desarrollo 
Sostenible del INCAE Business School de una incorrecta interpretación de su contenido, 
ni de buenas o malas prácticas administrativas, gerenciales o de gestión pública. El 
objetivo ulterior es elevar el nivel de discusión y análisis sobre la competitividad y el 
desarrollo sostenibles en Mesoamérica. El contenido es responsabilidad, bajo los 
términos de lo anterior, de CLACDS y no necesariamente de los socios contribuyentes del 
proyecto. Agosto, 2008. 
 
 
Contenido 
 
1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................... 1 
2. TEMAS CLAVE PARA LA REGIÓN ........................................................................................... 7 
2.1 VULNERABILIDAD Y CLIMA DE NEGOCIOS.................................................................................... 7 
2.2 LA PROTECCIÓN DE BARRERAS NATURALES .............................................................................. 8 
2.3 EL PAPEL CENTRAL DEL SECTOR PRIVADO .............................................................................. 10 
2.4 POLÍTICAS PÚBLICAS COHERENTES ......................................................................................... 11 
2.5 LA ADAPTACIÓN COMO PUNTO CENTRAL.................................................................................. 11 
3. ANTECEDENTES E INICIATIVAS EN MARCHA..................................................................... 13 
3.1 SECTORES PRIORITARIOS Y PRINCIPALES BARRERAS............................................................... 13 
3.2 ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN UTILIZADAS .............................................................................. 14 
4. DESAFÍOS Y BRECHAS........................................................................................................... 18 
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ............................................................................ 20 
6. REFERENCIAS.......................................................................................................................... 22 
7. ANEXOS .................................................................................................................................... 24 
7.1 ANEXO A. INFORMACIÓN SOBRE MEDIO AMBIENTE Y CAMBIO CLIMÁTICO................................... 24 
7.2 ANEXO B. EVIDENCIA CIENTÍFICA SOBRE LOS IMPACTOS POTENCIALES DEL CAMBIO CLIMÁTICO 
PARA MESOAMÉRICA........................................................................................................................ 27 
7.2.1 Ecosistemas Naturales .................................................................................................. 27 
7.2.2 Agricultura...................................................................................................................... 29 
7.2.3 Recursos Hídricos.......................................................................................................... 30 
7.2.4 Costas............................................................................................................................ 32 
7.2.5 Salud Humana ............................................................................................................... 34 
 
 1
 
1. INTRODUCCIÓN 
El cambio climático ha incrementado la frecuencia y la severidad de los fenómenos 
hidrometeorológicos en los últimos años. Niskal y Holmes (2007) señalan que solamente 
entre los años 2004 y 2006, el número de desastres naturales atendidos por la Cruz Roja 
Internacional pasó de 278 a 482. Las inundaciones, sequías y otros eventos 
meteorológicos han influenciado significativamente estos resultados. El impacto 
económico y social tanto sobre países desarrollados como en vías de desarrollo es alto, 
con la importante diferencia en la limitada capacidad de manejo de desastres y la alta 
vulnerabilidad de las naciones más pobres del mundo. 
Actualmente los países mesoamericanos se ubican en posiciones muy bajas en los 
diversos indicadores internacionales de vulnerabilidad. Por ejemplo, los resultados del 
Modelo de Indicadores de Vulnerabilidad-Resiliencia (VRIM) desarrollado por Yohe et al. 
(2006) ubican a México y Centroamérica en posiciones que van desde el puesto 38 
(Costa Rica) hasta el 82 (Guatemala) dentro de los 100 países más vulnerables del 
mundo. Tal como se ilustra en la Figura 1, los indicadores internacionales clasifican a la 
Región Mesoamericana y el Caribe con niveles de exposición al cambio climático altos y 
en algunos casos extremos. 
 
FIGURA 1. ÍNDICE DE VULNERABILIDAD ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO PARA MESOAMÉRICA Y EL CARIBE 
 
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos de EM-DAT: The OFDA/CRED 
International Disaster Database, Columbia University (CIESIN), OMS, IPCC, Hadley Centre 
 
Los fenómenos naturales como los terremotos, huracanes, e inundaciones afectan de 
manera desproporcionada a los países en vías de desarrollo, situación que es evidente en 
Mesoamérica. Los limitados sistemas de respuesta, la débil institucionalización de 
políticas de adaptación, y la falta de estrategias de mitigación de los riesgos asociados 
con los fenómenos climatológicos, hacen que cada evento se traduzca en numerosas 
 2
pérdidas humanas y económicas. Adicionalmente, la degradación ambiental contribuye 
significativamente con la vulnerabilidad de los países, cuando las barreras naturales son 
afectadas y pierden su capacidad de soporte ante fenómenos climatológicos extremos. 
Mesoamérica es una región altamente vulnerable ante los fenómenos climatológicos, con 
un historial de numerosos eventos, algunoscon efectos devastadores como el Huracán 
Mitch en 1998. Asimismo, el fenómeno ENOS (El Niño Oscilación del Sur) impacta de 
manera frecuente a los países de la región desde hace varios años. Los huracanes y 
tormentas tropicales, cada vez más frecuentes, impactan la región en diversos grados, 
pero con alta frecuencia. Actualmente los países centroamericanos no cuentan con un 
sistema de mitigación de riesgos robusto, lo que genera numerosos problemas 
económicos, sociales y ambientales que impiden un mejor desempeño competitivo y el 
desarrollo sostenible. 
Debido a su ubicación geográfica, la región ha sido históricamente afectada por una serie 
de eventos naturales entre los que figuran huracanes, sequías, movimientos sísmicos, 
inundaciones y deslizamientos. Estos han provocado además de miles de pérdidas 
humanas, serios daños en la infraestructura y la producción. Como se observa en la 
Figura 2, la región muestra un índice de desastres naturales alto o extremo para 
prácticamente todos los países. 
 
FIGURA 2. ÍNDICE DE DESASTRES NATURALES PARA MESOAMÉRICA Y EL CARIBE 
 
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos de EM-DAT: The OFDA/CRED 
International Disaster Database y World Development Indicators, Banco Mundial 
 
Los eventos históricos refuerzan el argumento. Por ejemplo, las pérdidas ocasionadas por 
el Huracán Mitch en 1998, el evento climatológico más importante de la historia reciente 
de Centroamérica, ascendieron a US$4 mil millones (Telford et al., 2004). Si bien Mitch 
ocasionó pérdidas desproporcionadas, también es cierto que la región ha sufrido efectos 
importantes por desastres naturales desde décadas atrás. Entre 1980 y el 2004, 
 3
Centroamérica perdió en promedio 0,83% del Producto Interno Bruto (PIB) anualmente, 
debido a los desastres naturales (Tabla 1). 
Según el último reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, 
2007a) el número de eventos climatológicos extremos seguirá en aumento como 
resultado del cambio climático. El calentamiento global es resultado principalmente del 
crecimiento de emisiones de gases de efecto invernadero (principalmente el dióxido de 
carbono) como resultado del uso intensivo de fuentes fósiles para la generación de 
energía. Asimismo, la contribución de la deforestación y destrucción de hábitat naturales 
es notable. Dentro de los posibles impactos para países de América Latina, el IPCC 
(2007a) destaca los siguientes: 
 
• Aumentos de temperatura y disminuciones asociadas en la humedad del suelo 
causarían el desplazamiento gradual de la selva tropical hacia sabanas en el este 
de la Amazonia. La vegetación semi-árida sería reemplazada por vegetación de 
tierras áridas. 
• Mayores riesgos de pérdida de biodiversidad (especies de áreas tropicales 
extintas) 
• Reducción de la productividad de la agricultura y el ganado, con consecuencias 
adversas para la seguridad alimentaria. En general, se esperaría un incremento en 
el riesgo de hambrunas. 
• Cambios en los patrones de precipitación y la desaparición de glaciares podrían 
afectar significativamente la disponibilidad de agua para consumo humano. 
 
Sumado a lo anterior, Vergara (2007) señala la destrucción de corales y sus ecosistemas 
en la Cuenca del Caribe, la intensificación de huracanes, y una mayor exposición a 
enfermedades tropicales como posibles impactos negativos para la región. Asimismo, se 
estiman mayores costos de la electricidad antes una mayor dependencia de fuentes 
fósiles frente a una menor producción hidroeléctrica. Esto es un punto clave para 
Mesoamérica. 
La región evidencia una alta vulnerabilidad ante los precios del petróleo, que han 
incrementado sostenidamente en los últimos años. Se estima que ante incrementos de 
US$10 en el precio internacional por barril, los países pueden sufrir una contracción 
económica significativa (Tabla 2). La dependencia petrolera del la región es muy 
significativa, y ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Salvo el 
caso de Costa Rica, donde las fuentes hidroeléctricas representan casi un 90% de la 
oferta total de electricidad, los países mesoamericanos muestran un consumo intensivo 
de combustibles fósiles. Los fenómenos climatológicos han afectado y continuarán 
influenciando el potencial de generación hidroeléctrica en la región, lo que vendría a 
acentuar esta dependencia. 
A esto se suma la desigualdad en el acceso a los servicios de electricidad y la 
dependencia de la leña como fuente de energía para una gran mayoría de la población 
rural en Mesoamérica, lo que implica menores niveles de desarrollo humano y la 
destrucción del medio ambiente. Para atacar la pobreza y reducir los impactos 
ambientales de esta tendencia, así como contribuir con la mitigación del cambio climático, 
es fundamental avanzar con una mayor cobertura de electricidad producida con fuentes 
de energía renovables. 
 4
TABLA 1. INDICADORES INTERNACIONALES SOBRE LA VULNERABILIDAD DE MESOAMÉRICA 
Índice de Pérdidas Económicas por Desastres Naturales (NDELI) Índice de Desastres Naturales (NDI) 
País 
Calificación 
Daño Anual Promedio 
(1980-2005) 
Calificación 
Impacto Anual Promedio 
(1980-2005) 
Costa Rica Alta Vulnerabilidad 
US$17,5 millones 
0,10% del PIB (2004) 
Alta Vulnerabilidad 
Pérdidas Humanas: 9 
Heridos: 2 137 
Damnificados: 317 
Afectados: 49 317 
El Salvador Extrema Vulnerabilidad 
US$151,3 millones 
1,05% del PIB (2004) 
Extrema 
Vulnerabilidad 
Pérdidas Humanas: 153 
Heridos: 9788 
Damnificados: 1774 
Afectados: 121 637 
Honduras 
 
Alta Vulnerabilidad 
US$161,8 millones 
2.32% del PIB (2004) 
 
Extrema 
Vulnerabilidad 
 
Pérdidas Humanas: 598 
Heridos: 1986 
Damnificados: 463 
Afectados: 159 977 
Guatemala Alta Vulnerabilidad 
US$71,5 millones 
0,29% del PIB (2004) 
Alta Vulnerabilidad 
Pérdidas Humanas: 138 
Heridos: 377 
Damnificados: 38 
Afectados: 39 505 
Nicaragua Alta Vulnerabilidad 
US$79,7 millones 
1,94% del PIB (2004) 
Extrema 
Vulnerabilidad 
Pérdidas Humanas: 151 
Heridos: 3309 
Damnificados: 41 
Afectados: 91 321 
México Vulnerabilidad Media 
US$445,4 millones 
0,07% del PIB (2004) 
Alta Vulnerabilidad 
Pérdidas Humanas: 561 
Heridos: 31 370 
Damnificados: 1308 
Afectados: 328011 
Panamá Vulnerabilidad Media 
US$2,4 millones 
0,02% del PIB (2004) 
Alta Vulnerabilidad 
Pérdidas Humanas: 8 
Heridos: 673 
Damnificados: 30 
Afectados: 8 197 
 
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos de EM-DAT: The OFDA/CRED International Disaster Database y World Development 
Indicators, Banco Mundial 
 5
 
TABLA 2. CAMBIO CLIMÁTICO Y VULNERABILIDAD ENERGÉTICA: IMPACTOS DE UN INCREMENTO DE US$10 
EN EL PRECIO INTERNACIONAL DEL PETRÓLEO 
País Impacto 
sobre el 
PIB 
PIB per cápita 
(US$ 1999-
2001) 
Vulnerabilidad 
Petrolera* 
Dependencia 
Petrolera** 
Exportaciones 
Netas de Petróleo 
como % del PIB 
Nigeria 17.8% 328 -6.40 0.673 41.9% 
Venezuela 7.8% 4837 -4.91 0.355 18.3% 
México 0.8% 5733 -0.81 0.655 1.8% 
Costa Rica -1.0% 4222 1.00 0.506 -2.3% 
Nicaragua -3.0% 669 0.98 0.871 -7.1% 
Honduras -3.4% 917 1.00 0.730 -8.0% 
Alemania -0.6% 23651 0.95 0.398 -1.3% 
Estados 
Unidos 
-0.4% 34292 0.54 0.393 -0.9% 
 
* (Consumo-Producción) / Consumo 
** Consumo de Petróleo / Consumo Total de Energía Primaria 
Fuente: elaboración con datos de UNDP/ESMAP (2005) 
 
Dentro de la lista de posibles daños globales como resultado del cambio climático 
(pérdida de especies, incidencia de huracanes, escasez de agua, entre otros) el riesgo 
sobre la agricultura es de los más importantes (Cline, 2007). Es de especial relevancia no 
solo tener en cuenta los posibles efectos mundiales, sino la posible distribución de los 
impactos del cambio climático sobre la agricultura entre regiones y países. En el caso de 
la Región Mesoamericana, los posibles impactos sobre el desempeño agrícola pueden ser 
significativos, incluso en el caso de escenarios más optimistasdonde se incorpora la 
fertilización de carbono en los sistemas agroforestales (Figura 4). 
El reciente Reporte sobre Desarrollo Mundial 2008 señala la importancia de fomentar la 
adaptación del sector agrícola de América Latina ante los posibles impactos del cambio 
climático. Se estiman pérdidas significativas tanto a nivel de la producción como le 
comercio internacional, lo que vendría a poner el riesgo el futuro de desarrollo de la 
mayoría de países como los mesoamericanos, los cuales, pese a la reestructuración de 
los sectores productivos en las últimas dos décadas, dependen aún de manera importante 
de sus sectores agrícolas para la generación del empleo y fomento del crecimiento 
económico (World Bank, 2007). 
 
 6
FIGURA 4. IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA DE AMÉRICA LATINA 
(PORCENTAJES) 
SIN fertilización de carbono 
 
CON fertilización de carbono 
 
Fuente: Cline (2007) 
 
En este trabajo se busca identificar los principales aspectos que deben ser considerados 
para el diseño de iniciativas que fortalezcan la capacidad de adaptación de los países 
mesoamericanos ante los impactos esperados del cambio climático. El objetivo general es 
integrar los diversos temas clave para fomentar la discusión y análisis sobre el futuro de la 
región en este tema crucial para el desarrollo sostenible. 
 7
2. TEMAS CLAVE PARA LA REGIÓN 
 
2.1 Vulnerabilidad y Clima de Negocios 
La vulnerabilidad ante los desastres naturales es un tema central para la competitividad 
de un país, no solo por el impacto económico de los desastres, sino porque esta 
vulnerabilidad afecta la confianza de inversionistas y de las empresas que desean ampliar 
sus operaciones. Adicionalmente, la vulnerabilidad impide dar mayores saltos en el ritmo 
de crecimiento de largo plazo de un país, ya que cada desastre implica un shock sobre la 
base productiva que impide seguir un patrón de crecimiento sostenido, con implicaciones 
para el clima de negocios, la seguridad y la pobreza. 
El tema de los desastres naturales es fundamental para Mesoamérica, y tiene una 
estrecha relación con la calidad del clima para realizar negocios y el desempeño 
competitivo (Pratt et al., 2005). Los resultados de indicadores sobre la competitividad para 
la región indican que los países se encuentran en posiciones poco ventajosas con 
relación a las variables relacionadas con el manejo del medio ambiente que inciden con 
mayor fuerza en el desempeño competitivo de las empresas. Recientemente la región ha 
mostrado un deterioro en varios de los principales indicadores de competitividad, 
incluyendo las variables ambientales. Una mayor competitividad de las empresas en la 
región depende directamente del uso sostenible de los recursos naturales y de la 
reducción de la vulnerabilidad. 
 
TABLA 3 FACTORES AMBIENTALES Y COMPETITIVIDAD DE LAS EMPRESAS 
(POSICIONES ENTRE 125 PAÍSES) 
Indicador 
 
CR 
 
ELS
 
GUAT HND
 
NIC 
 
MEX
 
PAN
Líder 
Mundial 
Posición del Líder 
de América Latina
Rigurosidad de las Regulaciones 
Ambientales 
 
31 
 
53 
 
78 84 
 
110 
 
49 
 
66 Alemania Chile (27) 
Protección de los Ecosistemas 
por parte de las Empresas 
Intensivas en Recursos Naturales 
 
 
35 
 
 
64 
 
 
59 86 
 
 
108 
 
 
74 
 
 
90 Finlandia Chile (23) 
Impacto de la Falta de Aire y 
Agua Limpios en las Operaciones 
y Decisiones Empresariales 
 
 
67 
 
 
86 
 
 
61 112 
 
 
88 
 
 
76 
 
 
55 Islandia Uruguay (26) 
Impacto de los Desastres 
Naturales en las Operaciones y 
Decisiones Empresariales 
 
75 
 
66 
 
98 
116 
 
114 
 
43 
 
36 
Finlandia Uruguay (26) 
 Fuente: elaboración con base en información del World Economic Forum (2006) 
 
En el caso de la infraestructura productiva esto es particularmente importante. Un país o 
región altamente vulnerable está permanentemente expuesto a la destrucción de su 
infraestructura productiva. De ahí que las inversiones que se canalicen hacia este sector, 
deben dimensionar claramente el papel que la conservación del medio ambiente juega en 
 8
la seguridad, calidad y rentabilidad de esas inversiones, sumado a los diseños y planes de 
construcción que incorporen explícitamente criterios de adaptabilidad y mitigación de los 
riesgos ante los desastres naturales. 
Telford et al. (2004) señalan que gran parte de los impactos económicos del Huracán 
Mitch en Centroamérica fueron resultado de la falta de políticas, sistemas de prevención y 
una inadecuada infraestructura. De ahí que los impactos económicos que resultan de la 
falta de un sistema de preparación y adaptación, deben ser evaluados frente a las 
inversiones requeridas para crear un mayor nivel de resiliencia. El enfoque ex ante de 
medidas de prevención debe imperar sobre la tradicional visión ex post de reconstrucción 
e “internalización” de la pérdidas económicas. Si la Región Mesoamericana busca 
fortalecer su clima de negocios y fomentar el crecimiento económico, se debe revertir la 
historia reciente, descrita en la Figura 3. 
 
FIGURA 3. ÍNDICE DE PÉRDIDAS ECONÓMICAS POR DESASTRES NATURALES PARA MESOAMÉRICA Y EL 
CARIBE 
 
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos de EM-DAT: The OFDA/CRED 
International Disaster Database y World Development Indicators, Banco Mundial 
 
 
2.2 La Protección de Barreras Naturales 
El desempeño ambiental de un país está directamente relacionado con el grado de 
vulnerabilidad antes los fenómenos naturales. Y la vulnerabilidad se incrementa por la 
degradación ambiental. Esto debido a que la protección de los recursos naturales está 
estrechamente relacionada con la capacidad de los ecosistemas de amortiguar los 
impactos de huracanes, inundaciones, y otros. A medida que las actividades productivas y 
de urbanización degradan los recursos naturales, las posibilidades de mayores pérdidas 
económicas y humanas ante los desastres naturales aumentan. 
 9
La vulnerabilidad a los desastres naturales está ligada con el riesgo de impacto sobre el 
ambiente natural de un país. Para el medio ambiente, las entidades en riesgo, 
denominadas “de respuesta” (responders), incluyen ecosistemas, hábitats, poblaciones y 
comunidades de organismos, procesos físicos y biológicos (i.e. conformación de playas, 
reproducción de especies), flujos de energías, diversidad, genes, resiliencia ecológica y 
redundancia ecológica. Cada una de estas entidades de respuesta (bienes, servicios y 
relaciones del ecosistema) puede verse afectada por los desastres naturales, cuyo riesgo 
varía con el tiempo, el lugar y el impacto humano.1 
A esto se suman los impactos que las acciones del hombre sobre el medio ambiente 
generan sobre el estado de vulnerabilidad. En el caso de muchas ciudades en 
Mesoamérica, la vulnerabilidad se incrementa como resultado de actividades 
antropogénicas como la erosión y la degradación de cuencas. Como consecuencia de 
este deterioro se incrementa la vulnerabilidad de la infraestructura de agua y 
saneamiento, con el deterioro de la calidad del agua obtenida de cuencas degradadas, 
procesos de sedimentación acelerada, inestabilidad de suelos por donde se colocan las 
tuberías y estructuras civiles, costo del tratamiento de potabilización de las aguas, etc. 
Así, se altera la calidad de un recurso fundamental (el agua), y se crean más condiciones 
de riesgo ante posibles eventos climatológicos. 
Los actuales indicadores sobre vulnerabilidad utilizados en la región no contemplan la 
degradación de las entidades (barreras de respuesta) naturales como un factor 
fundamental, lo que desvía la atención de un punto central. Las entidades más relevantes 
para la reducción de la vulnerabilidad son: las cuencas superiores (particularmente 
aquellas que se ubican arriba de poblaciones o que capturan agua para consumo 
humano); los manglares (primera línea de defensa natural para inundaciones, oleaje 
fuerte, reducción de erosión costera, protección de arrecifes contra lavados de suelo);y 
los humedales (que absorben y retienen los excesos de agua). 
Esto quiere decir que la deforestación, la contaminación de ríos y mantos acuíferos, el mal 
manejo de la capacidad de carga de los manglares y humedales, así como la destrucción 
de los suelos implica un incremento sustancial en la vulnerabilidad. Los esfuerzos en otras 
áreas como manejo de emergencias, capacidad de reconstrucción, y sistemas de alerta, 
entre otros, verán una productividad muy baja si no se focaliza la conservación de las 
barreras naturales como una prioridad. 
Para evaluar la capacidad adaptativa de un país ante los fenómenos climatológicos se 
deben evaluar los recursos humanos con que cuenta, la capacidad económica y su capital 
natural. De esta manera se puede hacer un balance del grado de adaptación y de las 
posibilidades de mantener los niveles de bienestar o al menos minimizar las pérdidas ante 
los eventos. Focalizar el análisis únicamente sobre los aspectos de recursos humanos y 
de impactos económicos es una práctica común en el país que debe corregirse. 
Las áreas más vulnerables en los países son las poblaciones urbanas a causa de su 
mayor concentración poblacional y de la falta de un plan director para el crecimiento y 
desarrollo de las ciudades, ocurriendo principalmente en las áreas peri-urbanas y 
marginales de las ciudades metropolitanas. El mayor riesgo ocurre en barrios y colonias 
principalmente marginales, las cuales se ubican en las zonas de mayores pendientes y 
desprotegidas de vegetación, que no cuentan con obras de protección para la 
estabilización de taludes ni de alcantarillados sanitarios, lo que ocasiona la 
 
1 Kaly et al (2002) 
 10
sobresaturación de los terrenos con líquidos provenientes de letrinas y aguas grises, que 
escurren por las calles, resultando altamente riesgosas. 
La alta vulnerabilidad radica principalmente en un crecimiento urbano descontrolado, a la 
falta de planificación del uso de la tierra, y a las prácticas productivas insostenibles que 
han degradado los suelos y otros recursos naturales, la modificación de los cauces 
naturales, y la deforestación. El impacto que tuvo el Huracán Mitch originó una mayor 
conciencia sobre la necesidad de invertir más recursos en prevención, pero aún falta 
mucho camino por recorrer. 
 
2.3 El Papel Central del Sector Privado 
El tema de la vulnerabilidad ante el cambio climático no ha sido claramente internalizado 
en las decisiones del sector privado. Las empresas no dedican suficientes recursos para 
entender y dimensionar debidamente las respuestas necesarias para aumentar la 
resiliencia del país ante fenómenos naturales, pese a que un número importante de 
empresas y sectores productivos se han visto impactado negativamente por los 
fenómenos naturales durante los últimos años. 
Las políticas y programas que buscan reducir el riesgo ante los desastres naturales son 
de las inversiones socialmente más rentables que los países de la región pueden 
efectuar. Estas iniciativas deben ser incorporadas dentro de los planes de desarrollo 
nacionales, y consideradas por el sector privado como un tema relevante para la 
competitividad. Los efectos directos de los desastres naturales sobre la producción, la 
infraestructura (puertos, carreteras, telecomunicaciones, energía), los mercados laborales 
(enfermedad, migración), niveles de riesgo país y decisiones de inversión, deberían ser 
parte de la estrategia nacional de competitividad (Pratt et al., 2005). 
La mitigación del riesgo asociado con los desastres naturales debe ser incorporada por 
los agentes privados como una parte integral de su proceso de toma de decisiones, y 
considerada por los demás sectores de la sociedad civil como un tema para la 
sostenibilidad ambiental. Si no existe la coordinación y apoyo requerido de parte del 
sector privado y la sociedad como un todo, los esfuerzos gubernamentales tendrán un 
alcance limitado. 
Por ejemplo, los planes de adecuación de plantas productivas, edificios e infraestructura 
de las empresas, para enfrentar fenómenos naturales como terremotos, deslizamientos, o 
tormentas, deben ser prioridad dentro de los planes de operación y contar con la debida 
asignación de recursos. Las empresas deben tener planes de evacuación y zonas de 
seguridad, y contribuir con la educación y entendimiento por parte de los empleados, de la 
relevancia tanto en su lugar de trabajo como en los hogares, de estar preparados y tomar 
las medidas necesarias para reducir los riesgos. 
El sector financiero y de seguros tiene un papel central que desempeñar, incorporando en 
sus planes variables de mitigación de riesgo en la oferta de productos, y estudiando a 
fondo cuál es la demanda real por recursos financieros de parte de las empresas y los 
individuos. Sumado a esto, debe tenerse un mejor entendimiento por parte de las 
autoridades regulatorias del sistema financiero, de cómo manejar los riesgos asociados a 
los desastres naturales, para asegurar mayor eficiencia y transparencia en el sistema. 
El sector privado debería ser más proactivo, y no esperar las acciones directas de política 
para actuar responsablemente con relación a las construcciones, desarrollo de proyectos 
y conservación de los recursos naturales. Las empresas deben ser concientes y actuar 
 11
consistentemente con la disminución de los riesgos antes los desastres naturales. Tal 
como se ha mostrado con los resultados de prácticas de responsabilidad social 
empresarial (RSE) en la región, el sector privado puede crear importantes sinergias entre 
la generación de ganancias y la protección del medio ambiente.2 
 
2.4 Políticas Públicas Coherentes 
Una gran cantidad de los problemas ambientales de la Región Mesoamericana tienen su 
origen en la incoherencia que ha existido en las políticas relacionadas con el crecimiento 
económico, el desarrollo social, y el manejo sostenible del medio ambiente. A esto se 
suma la falta de claridad y efectividad del marco institucional que regula el desempeño 
ambiental en los sectores productivos. 
La coherencia debería ser el norte tanto en el diseño, como en la implementación y el 
monitoreo de resultados a nivel de las políticas, las estrategias y los proyectos específicos 
relacionados con los tres ejes centrales del desarrollo sostenible: la economía, la 
sociedad y el medio ambiente. En el caso de las estrategias para el fortalecimiento de la 
capacidad de adaptación de los países ante el cambio climático, este debería ser el 
enfoque conceptual y estratégico. Basta con someter cualquier plan nacional, sectorial o 
privado al esquema de verificación de coherencia, para identificar las inconsistencias, 
obstáculos e impactos no deseables que pueden alcanzarse si se continúa con el mismo 
enfoque “parcial,” sin considerar las tres dimensiones del desarrollo sostenible. 
Un punto que ilustra claramente la falta de coherencia es la limitada inversión pública que 
se realiza en áreas clave para la reducción de la vulnerabilidad. En Honduras, por 
ejemplo, dentro de la Estrategia de Reducción de la Pobreza (ERP), los programas 
directamente relacionados con la protección del ambiente y la gestión de riesgos contaron 
en el año 2005 con solamente 331 millones de lempiras, un 2,3% del presupuesto total de 
la ERP para ese año. Si bien otras áreas del presupuesto suponen una correlación con el 
tema de la vulnerabilidad (como el desarrollo sostenible en zonas prioritarias, con un 2,7% 
de los recursos asignados), la información disponible sobre ejecución de los gastos indica 
que luego del periodo de recuperación post-Mitch (año 2001 al presente), las inversiones 
en el tema de la mitigación de riesgos ha sido limitada.3 Si bien no se cuenta con 
información detallada para todos los países de la región, la experiencia apunta a una 
situación similar en cada país. 
 
2.5 La Adaptación como Punto Central 
La posibilidad de beneficiarse a través de los proyectos de reduccionesde emisiones de 
gases de efecto invernadero (GEIs) en Mesoamérica es bien conocida, con varios grados 
de detalle y precisión, por los encargados de la política económica y ambiental. Existe un 
consenso general que indica que tomar ventaja de las oportunidades en el mercado global 
de carbono es un objetivo valioso para los países. Sin embargo, existe menos conciencia 
sobre el hecho de que los beneficios económicos y sociales de la participación en los 
merados de carbono pueden ser fácilmente superados por el costo del impacto del 
cambio climático sobre la producción y los sistemas de infraestructura, el bienestar de los 
habitantes y la biodiversidad de la región. 
 
2 Flores et al (2008) 
3 Sistema de Información de la Estrategia para la Reducción de la Pobreza www.sierp.hn 
 12
El apoyo de países mesoamericanos a la reducción global de gases de efecto invernadero 
(GEIs) es indudablemente un punto importante en la agenda ambiental. Pero la 
adaptación debe ser una prioridad para los gobiernos y las sociedades en la región debido 
a que, como se ha observado en la información incluida en este reporte, algunas sub-
regiones de Latinoamérica y El Caribe están entre las más propensas a sufrir los impactos 
negativos del cambio climático. 
Con el apoyo de las agencias internacionales, varios gobiernos y organizaciones 
regionales han iniciado programas de adaptación, enfocados principalmente en abordar 
los efectos inmediatos del cambio climático. Sin embargo, los encargados de diseñar las 
políticas en los sectores más vulnerables ante el cambio climático como la salud, 
agricultura, energía e infraestructura, continúan preparando sus planes y proyectos sin 
tomar en consideración los impactos potenciales del cambio climático (Vergara et al., 
2007). 
Tanto los países desarrollados como los en vías de desarrollo tienen responsabilidades 
bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCC por 
sus siglas en inglés) para fortalecer su capacidad de adaptación ante los impactos del 
cambio climático en las zonas costeras, los recursos hídricos y la agricultura, y desarrollar 
planes para reducir los efectos adversos del cambio climático en sus sistemas 
productivos, la salud pública y la calidad ambiental. 
La UNFCCC establece que los países desarrollados deben proveer apoyo y fondos para 
asistir a las naciones en desarrollo en las evaluaciones de impacto, vulnerabilidad y 
adaptación, fortalecimiento de capacidades, entrenamiento, educación, implementación 
de actividades concretas de adaptación, transferencia de tecnología e intercambio de 
experiencias.4 Sin embargo, los fondos de adaptación actualmente disponibles, entre 
US$150 y US$300 millones por año, son insuficientes comparados con los costos de 
adaptación, estimados en billones de dólares para los países en desarrollo (IPCC, 2007b). 
De ahí que los países de la Región Mesoamericana tienen dos tareas clave para 
intensificar las acciones relacionadas con la adaptación ante los efectos del cambio 
climático. La primera, desarrollar estrategias de adaptación comprehensivas y coherentes 
para los sectores económicos, sociales y regiones y poblaciones más vulnerables. Lo 
segundo, buscar mecanismos de financiamiento innovadores para esas estrategias, en 
conjunto con organizaciones internacionales y países desarrollados, así como con los 
principales actores nacionales y regionales. 
 
 
4 UNFCCC (2007) 
 13
3. ANTECEDENTES E INICIATIVAS EN MARCHA 
 
3.1 Sectores Prioritarios y Principales Barreras 
 
Como parte del proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 
denominado Fomento de Capacidades para la Etapa II de Adaptación al Cambio Climático 
en Centroamérica, México y Cuba, se identificaron algunos sistemas de prioridad nacional 
para los países de Mesoamérica. Se llegó al acuerdo que los asentamientos humanos son 
severamente vulnerables ante el cambio climático, debido a que existe alta densidad 
poblacional cerca de las zonas costeras y en áreas propensas a riesgos climáticos. A 
través de un proceso de consulta, se determinó que muchos otros sistemas (agua, 
agricultura y seguridad alimentaria, zonas costeras, bosques, asentamientos humanos y 
pesquerías) son prioridades. Se identificaron tres sistemas de prioridades nacionales 
durante los talleres de trabajo y visitas a los países: recursos hídricos, agricultura y salud 
humana, según se resume en la Tabla 4. La vulnerabilidad en la salud humana depende 
considerablemente de parámetros económicos (nivel y distribución del ingreso y riqueza). 
Por lo tanto, los aspectos de desarrollo sostenible y equitativo serán de gran importancia. 
 
TABLA 4. SISTEMAS DE PRIORIDAD NACIONAL PARA LOS PAÍSES DE MESOAMÉRICA 
Sistemas de Prioridad Nacional 
Países 
1 2 3 
México Recursos hídricos Agricultura Bosques 
Guatemala Salud humana Recursos hídricos Agricultura (seguridad alimentaria) 
El Salvador Agricultura (seguridad alimentaria) Zonas costeras Recursos hídricos 
Honduras Recursos hídricos Uso de la tierras y bosques Salud humana 
Nicaragua Salud humana Recursos de agua Agricultura 
Costa Rica Recursos hídricos Agricultura Salud humana 
Panamá Recursos hídricos Salud humana Agricultura 
Fuente: PNUD, Fomento de Capacidades para la Etapa II de Adaptación al Cambio Climático en 
Centroamérica, México y Cuba. Documento de proyecto. CATHALAC, sitio web oficial www.cathalac.org 
 
Como parte del proyecto se identificaron las limitaciones actuales a través del análisis de 
problemas específicos: 
• Capacidad de adaptación 
Los países tienen severas limitaciones en su capacidad de adaptación para reducir su 
vulnerabilidad ante el cambio climático, incluyendo eventos extremos. La capacidad de 
manejar riesgos climáticos, con pronósticos estacionales, sistemas de alerta temprana, 
preparación ante desastres y mitigación deben ser mejorados en toda la región. En la 
mayoría de los sistemas agrícolas, la adaptación no se ha implementado para que se 
 14
considere en las variaciones interanuales e interestacionales en el clima actual. La 
experiencia sugiere que la capacidad de adaptación de las poblaciones vulnerables es 
inadecuada para traspasar las barreras y para adoptar políticas y medidas, aún si hubiera 
información relevante disponible. 
• Planeamiento y programas 
A nivel nacional y regional, muchos planes y proyectos no toman en cuenta la variabilidad 
climática y pueden inadvertidamente incrementar la vulnerabilidad. Aunque algunos 
países tienen legislación ambiental, la falta de aplicación de las leyes, también puede 
incrementar la vulnerabilidad. Además, muchos sectores públicos en la región están en 
proceso de privatización y descentralización. En algunos países, las poblaciones 
vulnerables pueden tomar decisiones de planeamiento y políticas, sin contar con los 
recursos para implementarlos. Dentro de la agenda política nacional, las estrategias de 
desarrollo generalmente no consideran las vulnerabilidades climáticas ni las respuestas 
de adaptación. Este contesto político tiene implicaciones significativas para identificar el 
tipo correcto de ¨stakeholders¨ y para asegurar que las políticas y las medidas 
identificadas se adopten. 
• Condiciones sociales, económicas y ambientales 
El deterioro de las condiciones sociales, económicas y ambientales incrementa los riesgos 
asociados con la variabilidad y el cambio climático. La pérdida de vidas humanas e 
infraestructura es común debido a que una proporción significativa de la población vive en 
lugares de alto riesgo. Los desastres climáticos pueden producir, en pocos días, la 
pérdida de años en el desarrollo económico y en la calidad de vida y han resultado en una 
demanda creciente de préstamos y donaciones internacionales para emergencias y 
reconstrucción a largo plazo. El efecto del cambio climático en las economías nacionales 
y enla asistencia no se ha considerado en la mayoría de las evaluaciones de 
vulnerabilidad. 
 
3.2 Estrategias de Adaptación Utilizadas 
 
Algunas estrategias de adaptación que se han propuesto para que los países reduzcan 
tanto la vulnerabilidad actual como los riesgos potenciales de eventos extremos debido al 
cambio climático son las siguientes: 
• Incrementar el rango de acción para lidiar con la variabilidad climática 
Se deben incorporar los riesgos climáticos en la preparación y manejo de desastres, 
incluyendo el pronóstico y los sistemas de alerta temprana. Estas medidas deben 
enfocarse en el fortalecimiento del proceso de planeamiento y sensibilizar a los 
¨stakeholders¨ ante oportunidades de adaptación autónoma y planeada. 
• Re-orientar las políticas existentes de adaptación en el sector público y privado 
Se incluyen tanto las medidas reactivas y anticipatorias como las estrategias de manejo 
de riesgo para enfrentar los riesgos climáticos en varias áreas: asentamientos humanos, 
diseño de edificios, suministro y demanda de agua, zonas costeras y prácticas de cultivo, 
entre otras. 
• Evaluar tecnologías de adaptación y transferencia de tecnología 
 15
 A través de la demostración de proyectos; adaptación regulatoria e institucional con el 
propósito de hacer más sostenible el desarrollo al fomentar la adaptación en los proyectos 
de desarrollo: fortalecimiento de las capacidades humanas e institucionales, incluyendo 
investigación y educación. 
Seguidamente las Tablas 5, 6 y 7 presentan las principales iniciativas relacionadas con el 
cambio climático y adaptación y mitigación al cambio climático que han sido desarrolladas 
o se están llevando a cabo por: gobiernos locales, regionales y nacionales, ONG, sector 
privado, organizaciones de investigación y comunidades locales de Mesoamérica. 
 
TABLA 5. PRINCIPALES INICIATIVAS EN MÉXICO Y GUATEMALA 
 
Fuente: elaboración propia con base en infomación de cada país 
 16
TABLA 6. PRINCIPALES INICIATIVAS EN EL SALVADOR, HONDURAS Y NICARAGUA 
 
Fuente: elaboración propia con base en infomación de cada país 
 
 17
TABLA 7. PRINCIPALES INICIATIVAS EN COSTA RICA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA 
 
Fuente: elaboración propia con base en infomación de cada país 
 
 
 
 18
4. DESAFÍOS Y BRECHAS 
 
Sumado a los esfuerzos realizados en la actualidad, una tarea clave es avanzar con la 
estimación más detallada, a nivel de regiones y sectores productivos, sobre los posibles 
impactos del cambio climático, tomando como eje transversal la interrelación entre los 
diversos factores económicos, ambientales y sociales, y la coherencia de políticas y 
estrategias. El ejercicio de verificación y estimación de los impactos e interrelaciones 
entre el cambio climático y el desempeño económico, social y ambiental de la región 
debería seguir los siguientes pasos: 
 
a. Indicar los efectos que el crecimiento de las actividades económicas 
tendrían sobre el medio ambiente, tanto negativos, como positivos (ej: 
intensificación de uso de los recursos, degradación de agua y suelos, 
generación de desechos sólidos y líquidos, incremento en protección de 
bosques, manejo sostenible de cultivos, protección de cuencas con pago 
de servicios ambiéntales, etc.), cómo estos vendrían a ser influenciados 
por el cambio climático, y cómo se podrían impulsar estrategias que 
fortalezcan la capacidad de adaptación y reducción de los riesgos. 
b. Indicar cómo se pude lograr un mejor aprovechamiento de los servicios 
ambientales en la economía (contribución de mecanismos de conservación 
con la productividad, la generación de empleo, la producción energética, el 
agua, etc.), para canalizar mayores recursos hacia el uso sostenible de los 
recursos naturales y proteger las barreras naturales que mitigan los 
impactos de los fenómenos hidrometeorológicos. 
c. Indicar la importancia de los servicios ambientales para la sociedad 
(impacto sobre la salud, disponibilidad de agua, contaminación del aire, 
productividad de lo suelos, mejores condiciones de vida, etc.) para 
dimensionar el grado de resiliencia a los impactos pobre la salud. 
d. Indicar los efectos de las variables sociales sobre el medio ambiente 
(cambio demográfico, patrones de consumo, marco legal de tenencia de la 
tierra, educación ambiental, reducción de la pobreza, etc.) para al 
protección de las barreras naturales contra a vulnerabilidad. 
e. Indicar los impactos de las variables sociales en el crecimiento económico 
(productividad de la fuerza laboral, educación y entrenamiento, salud y 
acceso a infraestructura, acceso a crédito, etc.) y cómo estas se relacionan 
con la incidencia de desastres naturales. 
f. Indicar los impactos del crecimiento económico en la sociedad (niveles de 
ingreso, empleo, equidad distributiva, inversiones en infraestructura, etc.) 
como “línea base” para la estimación de los impactos de los desastres 
naturales sobre la capacidad de desarrollo. 
 
La evaluación de la situación actual de los países mesoamericanos con relación a la 
coherencia de políticas para la sostenibilidad señala un grupo básico y central de 
prioridades de cambio para la implementación y seguimiento de las políticas existentes. 
Se debe realizar un análisis basado en varios aspectos: 
 
 19
• Integración de las políticas: las estrategias nacionales en los diversos sectores 
deberían tomar en consideración los principales retos económicos, ambientales y 
sociales desde una perspectiva integrada, e incluirlos en los planes nacionales de 
adaptación ante el cambio climático. 
• Marco de análisis inter-temporal: las políticas deberían adoptar un marco de 
planeación inter-temporal de manera que se pueda trabajar con principios e 
indicadores de largo plazo. 
• Análisis y evaluaciones: herramientas de análisis integrado deberían utilizarse 
para poder hacer evaluaciones costo-beneficio de las políticas para la reducción 
de la vulnerabilidad, para tomar decisiones sobre “escenarios óptimos” 
• Coordinación institucional: los Ministerios y otras agencias gubernamentales 
deberían tener un “norte” de políticas claro y consistente, con un marco 
institucional que fomente la coordinación y la rendición de cuentas tanto en el 
diseño como en la implementación. 
• Gobernabilidad local y regional: las autoridades locales y regionales 
(municipalidades, alcaldías etc.) deberían estar “en línea” con las políticas 
nacionales y sectoriales. 
• Participación de actores principales: organizaciones gubernamentales, del sector 
privado y la sociedad civil deberían participar en los procesos de diseño de 
políticas. 
• Indicadores, metas, monitoreo y evaluación: el análisis cuantitativo y cualitativo de 
las metas y logros, así como los principales impactos de las políticas debería ser 
parte integral del diseño de esas políticas. 
 
La coherencia debe comenzar por la Políticas Nacionales Ambientales en cada país de la 
región, como base para la “planificación cruzada” en el campo económico, ambiental, de 
mejoramiento de la calidad de vida, de reducción de la vulnerabilidad a los desastres 
naturales, el desarrollo agropecuario, y el manejo de los recursos hídricos, entre otros. 
Las iniciativas para fortalecer la capacidad de adaptación ante el cambio climático en la 
región deben ser coherentes con los demás planes de la política económica, desde una 
perspectiva más amplia sobre el impacto y las relaciones de las actividades económicas 
sobre los determinantes de un mejor manejo de los recursos naturales del país. 
Otra área central para la coherencia tiene que ver con las Leyes de Ordenamiento 
Territorial en los países. Estas deben reconocer el ordenamiento territorial como un 
instrumento administrativo para gestionar estratégicamente la relación armónica y 
eficiente de los recursos naturales, físicos y la población. Las estrategias y proyectos para 
reducir la vulnerabilidad ante los desastres naturales deberían alinearse y 
retroalimentarse con las leyes de ordenamientoy planificación territorial. 
 
 20
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 
 
Para lograr una mejor respuesta ante los efectos esperados del cambio climático sobre la 
región, una mayor rentabilidad en las inversiones en prevención que se realizan, y el 
fortalecimiento de la capacidad adaptativa, los países deberían prestar atención a los 
siguientes puntos: 
• La integridad de ciertos sistemas naturales es crítica para la mitigación de los 
impactos de eventos naturales severos. Los sistemas más importantes para la 
reducción de la vulnerabilidad son: las cuencas superiores (particularmente 
aquellas que se ubican arriba de poblaciones o que capturan agua para consumo 
humano); manglares (primera línea de defensa natural para inundaciones, oleaje 
fuerte, reducción de erosión costera, protección de arrecifes contra lavados de 
suelo); y humedales (que absorben y retienen los excesos de agua). 
• La región será menos vulnerable si se asegura que estos sistemas no sufran 
pérdidas netas. Otros beneficios adicionales de la protección del ambiente, 
sumados al manejo del riesgo asociado con los desastres naturales, tiene que ver 
con lograr destinos eco-turísticos de mejor calidad, una mayor sostenibilidad de los 
arrecifes, mayor oferta de agua de mejor calidad y menor variación estacional, y 
fuentes de alimentación más sanas para poblaciones marinas. 
• Proteger el medio ambiente es fundamental para mantener las “barreras naturales” 
que reducen los riesgos asociados con los desastres naturales. Sin esto, es poco 
probable que los planes de ordenamiento territorial, las inversiones en 
infraestructura sísmica, la disponibilidad de seguros y fondos financieros de 
mitigación, entre otros instrumentos necesarios, tengan el efecto esperado. 
• Se deben establecer sectores prioritarios (ej. agua, agricultura, salud, 
infraestructura), para hacer una evaluación del estado la vulnerabilidad actual, 
tomando en cuenta riesgos climáticos, factores socioeconómicos y naturales, 
experiencia y capacidad de adaptación, y necesidades de desarrollo y políticas. La 
preparación para la mitigación de riesgos requerirá la incorporación de la 
vulnerabilidad dentro de los planes de desarrollo nacional y sectorial, y la revisión 
y monitoreo de políticas, medidas y proyectos. 
• El principal reto de esta iniciativa, y de cualquier otra iniciativa en este sentido, no 
son las complicaciones de las herramientas técnicas y científicas utilizadas para 
evaluar la vulnerabilidad, sino lograr un entendimiento claro por parte todos los 
sectores de la sociedad, principalmente los tomadores de decisiones políticas. En 
este sentido las Leyes de Ordenamiento Territorial (y sus similares) deben jugar un 
papel clave, de manera que las diversas iniciativas, planes y proyectos 
productivos, de construcción y desarrollo de la infraestructura, de planificación 
agrícola, entre otros, sean compatibles para construir sistemas de mitigación del 
riesgo más sólidos. 
• Se deben crear mecanismos de construcción de proyectos habitacionales que 
sean compatibles tanto con el ordenamiento territorial como con las disposiciones 
en materia de reducción de riesgos. Numerosas construcciones siguen siendo 
levantadas en zonas de riesgo, altamente vulnerables y con peligro de 
degradación ambiental, pese a los esfuerzos que se llevan a cabo. 
Indudablemente, el tema de la inversión habitacional es central para cualquier 
 21
esfuerzo por reducir la vulnerabilidad. Sin los mecanismos financieros para 
fomentar la adquisición y construcción de casas de habitación, particularmente 
para la gente más pobre, será difícil revertir la tendencia actual. 
• La inversión en mitigación de los riesgos ante desastres naturales debe ser 
incrementada. En el caso de la cooperación externa, no solo se debe actuar con 
base en lo que “se ofrece,” sino en las necesidades más importantes identificadas 
a nivel nacional. Presupuestar debidamente las áreas de reducción de la 
vulnerabilidad dentro de la ejecución de diversos proyectos. 
• El conocimiento técnico y científico que se produzca como parte de las iniciativas 
impulsadas en la región debe traducirse en acciones específicas y prácticas a nivel 
de regiones, sectores productivos, grupos humanos, etc. El fundamento científico 
es clave para diseñar políticas y estrategias que distribuyan y hagan de 
conocimiento generalizado las mejores prácticas a nivel de las empresas, los 
hogares, y las organizaciones públicas, como base macroeconómica fundamental 
para la adaptación ante el cambio climático. 
• El tema de la vulnerabilidad debe verse desde una perspectiva de coherencia de 
políticas y acciones, identificando claramente los ejes transversales que 
interactúan tanto en el medio ambiente como en la economía y la sociedad. Los 
enfoques parciales pueden ser contraproducentes, en el tanto desvíen la atención 
de objetivo final, el cual debería ser lograr un claro dimensionamiento e 
internalización del tema como variable para la toma de decisiones políticas, 
empresariales y a nivel de los hogares. 
• En la región se han dado avances importantes con el diseño de estrategias para 
fortalecer la adaptación al cambio climático. Sin embargo, queda mucho trabajo 
pendiente. Los recursos financieros so fundamentales, pero igual es 
imprescindible contar con capacidad técnica y gerencial de clase mundial en las 
organizaciones públicas encargadas de la administración de los fondos y el diseño 
de políticas. 
• El sector privado debe tomar una posición de liderazgo en el tema de la reducción 
de la vulnerabilidad y los riesgos ante el cambio climático. Las acciones públicas 
requieren de respuestas privadas que retroalimenten la resiliencia a nivel nacional. 
El tema debe ser incorporado en los procesos de toma de decisiones y 
planeamiento estratégico de las empresas. Los presupuestos públicos limitados 
más los recursos poco generosos de la comunidad internacional no son 
suficientes. El sector privado debe canalizar inversiones y alinear sus inversiones 
con un mejor desempeño ambiental y social, para contribuir con el fortalecimiento 
de las capacidades nacionales y regionales de adaptación. 
 
 
 22
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McMillan. 
 24
7. ANEXOS 
7.1 Anexo A. Información sobre Medio Ambiente y Cambio Climático 
 
FIGURA A1. TENDENCIAS DE PRECIPITACIÓN EN CENTROAMÉRICA 
 
 
Fuente: Magrin y Gay (2007) 
 
FIGURA A2. PERSPECTIVA CLIMÁTICA PARA MESOAMÉRICA, MAYO-JULIO, 2007 
 
Fuente: SIAM (2008) 
 
 
 
 
 
 25
 
FIGURA A3. ÁREAS DE DEFORESTACIÓN EN CENTROAMÉRICA PREDICHAS PARA EL PERÍODO 2000-2010 
 
 
Fuente: Magrin y Gay (2007) 
 
 
FIGURA A4. ÍNDICE DE DESASTRES HIDROMETEOROLÓGICOS PARA MESOAMÉRICA Y EL CARIBE 
 
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos de EM-DAT: The OFDA/CRED 
International Disaster Database y World Development Indicators, Banco Mundial 
 
 26
FIGURA A5. ÍNDICE DE EMISIONES DE GEI PARA MESOAMÉRICA Y EL CARIBE 
 
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en el Climate Analysis Indicador Tool (CAIT) del 
World Resources Institute 
 
FIGURA A6. ÍNDICE DE ENERGÍA NO RENOVABLE PARA MESOAMÉRICA Y EL CARIBE 
 
Fuente: elaboración con información de Maplecroft, con base en datos del World Resources Institute y 
International Energy Agency 
 
 27
7.2 Anexo B. Evidencia Científica sobre los Impactos Potenciales del 
Cambio Climático para Mesoamérica 
 
7.2.1 Ecosistemas Naturales 
Las especies de plantas tropicales pueden ser sensibles a pequeñas variaciones en el 
clima, ya que los sistemas biológicos responden lentamente a los cambios rápidos del 
clima. Esto puede ocasionar una disminución en la diversidad de especies (Magrin y Gay, 
2007). 
En un estudio se cuantificaron los riesgos del cambio climático inducido por el hombre en 
procesos de ecosistemas clave durante el siglo XXI. Se forzó un modelo de vegetación 
global dinámico con múltiples escenarios de 16 modelos climáticos y el mapeo de las 
proporciones del modelo para mostrar cambios en las zonas de bosque/no bosque o 
excesos en la variabilidad natural de la frecuencia de incendios descontrolados y 
suministro de agua. Se consideró la distribución de los resultados dentro de tres sets de 
modelos que se corren agrupados de acuerdo con el calentamiento global que simulen: 
<2ºC (incluye simulaciones en la que la composición atmosférica se mantiene constante; 
ejemplo, el cambio climático se debe a gases de efecto invernadero emitidos), 2-3ºC, y 
>3ºC. Se determinó un alto riesgo de pérdida de bosque para Centroamérica y la 
Amazonia (Scholze et al., 2006). 
Los bosques tropicales nubosos en las regiones montañosas estarían amenazados si las 
temperaturas se incrementan en 1-2 ºC durante los próximos 50 años debido a los 
cambios en la altitud de la base nubosa durante la estación seca, que se incrementaría en 
2 m/año. En los lugares de baja elevación con montañas aisladas, algunas plantas se 
extinguirán localmente debido a que el rango de elevación no permitirá la adaptación 
natural al incremento de temperatura. Los cambios en la temperatura y en la base nubosa 
en estos bosques podrían tener efectos significativos en la biodiversidad y composición de 
especies. Por ejemplo, estos cambios están sucediendo en el bosque nuboso de 
Monteverde en Costa Rica. La disminución en la frecuencia de días nublados ha sido 
fuertemente asociada con la disminución en la población de anfibios (20 a 50 especies) y 
probablemente las poblaciones de pájaros y reptiles (Magrin y Gay, 2007). 
En el caso de Costa Rica, uno de los incidentes reportados más relevantes es la 
desaparición de los sapos dorado y arlequín en 1986-1987. Uno de los principales 
hallazgos en el estudio sobre la disminución de anfibios fue el descubrimiento de sapos 
muertos en Costa Rica y la detección de un nuevo agente infeccioso, Batrachochytrium 
dendrobatidis, un hongo que puede matar anfibios. Las epidemias de este hongo han 
matado anfibios y condujeron a la desaparición de muchas especies en varios sitios altos 
de los bosques húmedos a lluviosos en Costa Rica y Panamá. Se llevó a cabo un 
programa de monitoreo de 35 años en el bosque primario y en plantaciones abandonadas 
de cacao en la Estación Experimental La Selva. Se reportó una disminución importante en 
las poblaciones de todos los anfibios y reptiles terrestres en el bosque primario. Todas las17 especies de anfibios y reptiles muestreadas adecuadamente disminuyeron en 
promedio un 75%. Las densidades de estas especies han disminuido 4,1%=4,5% por año 
desde 1970. Debido a la disminución tanto en las poblaciones de anfibios como de 
reptiles, la enfermedad específica de los anfibios se descartó como la causa primaria. Un 
aspecto importante de este estudio es que cuatro de las especies que disminuyeron en el 
bosque primario, se incrementaron en las plantaciones de cacao adyacentes. Las 
temperaturas mínimas se incrementaron en 1ºC durante el período del estudio y el 
número de días secos ha disminuido en un 50%. Estos hechos condujeron a la conclusión 
 28
que la causa de la disminución es una reducción en la masa foliar en la que viven y 
encuentran refugio los organismos estudiados debido a que los árboles retienen las hojas 
por períodos más largos que en el pasado o porque la tasa de descomposición es más 
alta. La última explicación ofrecida para el fenómeno observado fue el calentamiento 
global (Wake, 2007). 
Los estudios basados en modelos muestran que los rangos ocupados por muchas 
especies se hacen menos aceptables para ellos conforme cambia el clima. Los modelos 
de proyección de distribución de especies para escenarios futuros muestran que para el 
año 2050 y para un escenario de rango medio de cambio climático, las especies en 
extinción se incrementaran marcadamente en México: mamíferos en un 8% o 26% de 
pérdida de especies (con o sin dispersión), aves en un 5% u 8% de pérdida de especies 
(con o sin dispersión) y mariposas en un 7% o 19% de pérdida de especies (con o sin 
dispersión) (Magrin y Gay, 2007). 
El modelado de nicho ecológico ha demostrado ser una herramienta útil para predecir la 
distribución potencial de las especies en el contexto del cambio climático global. En un 
estudio se utilizó el algoritmo GARP (Genetic Algorithm for Rule-set Prediction) para 
modelar la distribución de dos especies de salamandras pletodóntidas: Pseudoerycea 
cephalica y P. leprosa. Asimismo, se proyectó su distribución potencial bajo escenarios de 
cambio climático que se espera que ocurran en 50 años, basándose en un escenario de 
cambio global conservador y asumiendo una capacidad de dispersión moderada para 
ambas especies de salamandras. Los análisis sugieren que el cambio climático puede 
representar un riesgo adicional para ambas especies, el escenario es más dramático para 
el caso de P. leprosa. Para el año 2050, se podría esperar que esta especie perdiera 
alrededor del 75% de su área de distribución y si se considera la deforestación (tal como 
ocurre en el presente), la proyección sería aún más desoladora. Los resultados 
concuerdan con aquellos obtenidos en especies con una capacidad de dispersión limitada 
dado que estas no responden a los cambios climáticos desplazándose a zonas más 
favorables, sino que enfrentan una pérdida de su área de distribución (Parra et al.., 2005). 
 
FIGURA A7. LUGARES CRÍTICOS EN MESOAMÉRICA 
 
Fuente: Magrin y Gay (2007) 
 
 29
7.2.2 Agricultura 
Se han llevado a cabo varios estudios para cultivos comerciales en Latinoamérica que 
usaron modelos de simulación de cultivos y escenarios futuros de clima. De acuerdo con 
una evaluación global, si no se consideran los efectos del CO2, las reducciones en el 
rendimiento de los granos podrían alcanzar un 30% para el 2080 bajo el escenario más 
cálido y el número adicional de personas en riesgo de hambre bajo el escenario A2 podría 
alanzar 5, 26 y 85 millones en el 2020, 2050 y 2080, respectivamente. Sin embargo, si se 
consideran los efectos directos del CO2, los cambios en el rendimiento podrían alcanzar 
un 30% en México y el número adicional de personas en riesgo de hambre se podría 
incrementar a 1 millón en el 2020 y permanecer sin cambios para el 2050 y disminuir en 4 
millones en el 2080 (Magrin y Gay, 2007). 
La incertidumbre en las predicciones de rendimientos puede atribuirse a diferencias en los 
modelos de circulación general y los escenarios usados, el tiempo y los reportes 
especiales de escenarios de emisiones (SRES, por sus siglas en inglés) considerados, la 
inclusión o no de los efectos del CO2 y el sitio considerado. Otras incertidumbres se 
derivan de la falta de precisión del modelo y de procesos sin modelar. A pesar de la gran 
variabilidad en las proyecciones de rendimiento, el comportamiento parece consistente 
con el de la región en general (Magrin y Gay, 2007). 
De acuerdo con el Banco Mundial, algunos países en vías de desarrollo pierden entre el 
4-8% de su PIB debido a las pérdidas productivas y de capital relacionadas con la 
degradación ambiental. Se espera que en una parte significativa de Mesoamérica, el 
cambio climático ocasione la salinización y desertificación de las tierras agrícolas. Para el 
año 2050, la desertificación y salinización afectarán el 50% de las tierras agrícolas y El 
Caribe (Magrin y Gay, 2007) 
Se proyecta que la demanda de agua para irrigación se incremente en un clima más 
caliente y ocasione un incremento en la competencia entre el uso doméstico y agrícola, 
además del uso industrial. La disminución en el nivel freático y el incremento en el uso de 
energía usada para bombear ocasionarán que la práctica de la agricultura sea más cara 
(Magrin y Gay, 2007). 
La evidencia científica sugiere que las regiones productoras de café se verán afectadas 
como consecuencia del calentamiento global. En el caso de Centroamérica, muchos de 
los cafés más famosos provienen de las montañas y valles con influencia seca del 
Pacífico. Estos incluyen Antigua, Marcala, Segovias y Tarrazú, entre otros. La mayoría de 
los 10 cafés de la Copa de la Excelencia de Nicaragua provienen de la región de Las 
Segovias. Esta zona tiene una estación seca de 5 a 6 meses. Los pronósticos del clima 
del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (MARENA) indican que dentro de 
este siglo la precipitación caerá en un 30% en promedio y las temperaturas se elevarán 
en 1-2 ºC. Estos cambios eliminarán efectivamente la producción en estas regiones. Los 
pronósticos para Centroamérica, como región, son más extremos en la precipitación que 
causará tanto sequías como inundaciones. Se estimó que la producción de café de 
Nicaragua durante el período 2006-2007 correspondería a la mitad del período 2005-
2006. En el caso de Centroamérica, la evidencia, los modelos y las anécdotas de los 
productores y otros profesionales señala que el clima está cambiando y que esto 
ocasionará efectos negativos sobre la actividad cafetalera (Baker y Haggar, 2007). 
A continuación el Cuadro A1 presenta algunos de los impactos futuros del cambio 
climático sobre el sector agrícola. 
 
 30
CUADRO A1. IMPACTOS FUTUROS DEL CAMBIO CLIMÁTICO SOBRE EL SECTOR AGRÍCOLA 
Impacto sobre el rendimiento 
Estudio Escenario climático Maíz Arroz Otros 
Panamá 
(NC-Panamá, 
2000) 
HadCM2-UKHI 
(IS92c-IS92f) 
2010/2050/2100 
(1xCO2) 
+9/-34/-21 
Costa Rica 
(NC-Costa Rica, 
2000) 
+2ºC-15% precip. 
(1xCO2) 
 -31 Papa: bajo 
Guatemala 
(NC-Guatemala, 
2001) 
+1.5ºC-5% precip. 
+2ºC+6% prec. 
+3.5ºC-30% preci. 
+8 a -11 
+15 a -11 
+13 a -34 
-16 
-20 
-27 
Frijol: +3 a -28 
Frijol: +3 a -42 
Frijol: 0 a -66 
Honduras 
Díaz-Ambrona et 
al.., 2004 
Hadley CM2 
(1xCO2) 2070 
Hadley CM2 
(2xCO2) 2070 
 
 
-21 
0 
 
México, Veracruz HadCM2 ECHAM4 (2050) 
Reducción en la 
producción de café: 
73-78% 
Costa Rica (NC-
Costa Rica, 2000) 
Análisis de 
sensibilidad 
Incremento de más 
de 2ºC en la 
temperatura 
beneficiaría el 
rendimiento del 
café 
Fuente: Magrin y Gay (2007) 
 
7.2.3 Recursos Hídricos 
Cerca del 13,9% de la población de Latinoamérica (71,5 millones) no tiene acceso al agua 
potable; y el 63% de esta vive en zonas rurales. Muchas comunidades rurales dependen 
en recursos limitados de agua fresca y muchos usan métodos que son vulnerables a la 
sequía. Se estima que el número de personas que experimentarán estrés hídrico bajo losreportes especiales de escenarios de emisiones será de 12 a 81 millones en el 2002, y de 
79 a 178 millones en el 2050. Estos estimados no toman en consideración el número de 
personas que se desplazan fuera de las zonas de agua estresadas. La vulnerabilidad 
actual se incrementará con el efecto negativo de la demanda creciente por suministro de 
agua para uso doméstico e irrigación debido al incremento de la población y las 
condiciones más secas esperadas en las cuencas. Por lo tanto, si se toma en cuenta el 
número de personas que experimenta una disminución en el estrés hídrico, aún habrá un 
incremento en el número de personas que sufrirá de este estrés (Magrin y Gay, 2007). 
Se proyecta que el suministro de agua y la generación hidroeléctrica se afecten 
seriamente en algunas zonas donde se espera que ocurra estrés hídrico. Algunas de 
estas áreas son el este de Centroamérica, el valle de Motagua y el Pacífico de 
Guatemala, regiones este y oeste de El Salvador, el valle centra y la región del Pacífico 
 31
de Costa Rica, las regiones intermontanas al norte, al centro y al oeste de Honduras y en 
la península de Azuero en Panamá (Magrin y Gay, 2007). 
Bajo condiciones secas severas, las prácticas agrícolas inapropiadas (deforestación, 
erosión del suelo y el uso excesivo de agroquímicos) deteriorarán la cantidad y la calidad 
del agua. Este será el caso en áreas que se degradan constantemente como León, Valle 
de Sebaco, Matagalpa y Jinotega en Nicaragua; áreas rurales y metropolitanas de Costa 
Rica y los ríos de los valles centrales en Centroamérica (Magrin y Gay, 2007). 
Los deslizamientos son generados por precipitaciones intensas y persistentes. En 
Latinoamérica están asociadas con la deforestación y la falta de ordenamiento territorial y 
los sistemas de alerta de desastres. Muchas ciudades en Latinoamérica, que son 
vulnerables a los deslizamientos, son muy propensas a sufrir eventos extremos con un 
incremento en el riesgo para las poblaciones locales (Magrin y Gay, 2007). 
Se llevó a cabo un estudio para estimar la contribución de los deslizamientos de tierra a 
los cambios de cobertura enfocándose en las montañas de México y Centroamérica (M-
CA). En la escala M-CA, se clasificó el terreno basado en clases mayores de relieve y se 
incluyeron datos históricos de sismos y tormentas que han provocado deslizamientos de 
tierra en un SIG. En la escala de la Sierra de Las Minas en Guatemala, se investigaron 
datos Landsat TM para identificar y localizar deslizamientos de tierra dispersados por 
lluvias. Durante los últimos 110 años, más de 136 200 ha de tierra han sido transformadas 
por deslizamientos de tierra en las montañas de M-CA. Esto se traduce en tasas de 
perturbación mayores al 0,317 por ciento por siglo. En la Sierra de Las Minas, las lluvias 
asociadas con el huracán Mitch transformaron 1765 ha de bosque. Esto equivale a una 
tasa de perturbación por deslizamientos de tierra entre 0,196 (tasa de retorno de 500 
años) y 1,290 por ciento/siglo (tasa de retorno de 75 años). A pesar de que las tasas de 
cambio de cobertura vegetal por deslizamientos son menores que las causadas por 
deforestación, se plantea la hipótesis que tienen un mayor impacto en estos ecosistemas 
tanto en términos cualitativos como cuantitativos por su influencia sobre la vegetación y el 
suelo. Además, las interacciones entre los deslizamientos de tierra y la deforestación 
podrían afectar la expresión de este complejo proceso de tal forma que las pocas áreas 
montañosas de México y Centroamérica que están protegidas representan la única 
posibilidad para la conservación de este proceso (Restrepo y Álvarez, 2006). 
El crecimiento urbano acelerado, el incremento de la pobreza y la baja inversión en el 
suministro de agua contribuirán a los corte de agua en muchas ciudades, un alto 
porcentaje de la población urbana sin acceso a servicios, ausencia de plantas de 
tratamiento, contaminación de aguas subterráneas, falta de sistemas de drenaje urbano, 
entre otros (Magrin y Gay, 2007). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 32
FIGURA A8. ACCESO A AGUA Y SANIDAD EN CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE 
 
Fuente: elaboración con información de Maplecroft 
 
7.2.4 Costas 
La mayoría de las evaluaciones en América Latina se han hecho bajo la Convención 
Marco de las Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático (CMNUCC). 
Desafortunadamente, los enfoques metodológicos adoptados son muy diversos. Muchos 
se basan en escenarios incrementales (INM5 0,3-1,0), en algunos casos combinados con 
inundaciones costeras. Algunos incluyen un análisis de costo-beneficio como el caso de 
El Salvador y Costa Rica. Las tendencias recientes y de largo plazo de INM, inundaciones 
y tormentas no siempre están disponibles (Magrin y Gay, 2007). 
Se esperan impactos significativos del cambio climático y el incremento en el nivel del mar 
proyectado en las áreas costeras de Latinoamérica para el periodo 2050-2080. Las áreas 
costeras son muy propensas a sufrir inundaciones y erosión con un gran impacto en la 
población, recursos y actividades económicas. Los impactos proyectados con 
consecuencias económicas serias incluyen inundaciones, desplazamiento de la población, 
salinización de las zonas bajas que afectará el agua potable, modificación en el régimen 
de tormentas costeras, incremento de erosión, alteración de la morfología de las costas, 
interrupción de acceso a las pesquerías, impacto negativo sobre la biodiversidad 
(manglares) y sobreexplotación de recursos hídricos (aguas subterráneas), contaminación 
y acidificación del agua de mar en ambientes marinos y costeros. Otros factores como la 
apertura artificial de los litorales, presiones del sector turismo, aforestación excesiva con 
especies introducidas contribuyen a los impactos sobre las zonas costeras (Magrin y Gay, 
2007). 
Los países que sufrirán los mayores impactos serán aquellos donde el turismo es un 
sector con una contribución importante en el PIB, balance de pagos y empleo; y que son 
 
5 Incremento en el nivel del mar 
 33
amenazados por tormentas y un incremento proyectado en el nivel del mar. Entre estos se 
encuentran los países de Centroamérica y El Caribe. Por lo tanto, el cambio climático es 
un reto importante para las naciones costeras (Magrin y Gay, 2007). 
Se usaron dos modelos de cambio climático para evaluar la contribución de la variabilidad 
climática natural y antropogénica al estrés térmico que causó el evento de 
blanqueamiento de coral en el 2005. Los datos de temperatura históricos y simulaciones 
para el período 1870-2000 muestran que el calentamiento observado en la región no 
pudo haberse producido únicamente por la variabilidad climática no inducida. La 
simulación de variabilidad climática sugiere que el calentamiento antropogénico pudo 
haber incrementado la probabilidad de ocurrencia de eventos de estrés térmico 
significativos en la región. Bajo escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero 
futuros, el blanqueamiento de coral en masa en el Caribe Este podría convertirse en un 
evento anual en 20-30 años. Sin embargo, si los corales y sus simbiotas logran adaptarse 
en 1-1.5ºC, los eventos de blanqueamiento podrían no ocurrir a intervalos tan dañinos, 
hasta la segunda mitad del siglo. Este retraso permitiría más tiempo para alterar la ruta de 
las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque el calentamiento a largo plazo, aún 
después de la estabilización de los niveles de CO2 atmosférico puede representar una 
amenaza adicional a largo plazo para los corales (Donner et al.., 2007). 
Se realizó un estudio para determinar si los huracanes y las tormentas tropicales limitan el 
reclutamiento y subsiguiente supervivencia de corales masivos no-ramificados en la 
barrera de arrecifes de la costa de Belice en el golfo de Honduras. En general, se midió el 
área de superficie de 523 especimenes de coral y luego se modelaron las fechas de 
reclutamiento. No se encontraron

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