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TFG MONICA VICARIO

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GRADO EN ÓPTICA Y OPTOMETRÍA 
 
 
 
TRABAJO FINAL DE GRADO 
 
 
EFECTOS DE LA LUZ AZUL EN LA SALUD OCULAR 
 
 
 
 
 
 
MÓNICA VICARIO PEREDA 
 
 
 
DIRECTOR/A: Mireia Pacheco Cutillas 
DEPARTAMENTO: 
 
 
 
 
 
 
 
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ÍNDICE 
 
1. Introducción………………………………………………………………………………………………... 4-5 
 
2. Objetivos……………………………………………………………………………….………………………...6 
 
3. Que es la luz azul………………………………………………………………………………………....7-8 
 
4. Exposición a la luz azul……………………….…………………………………………………..….9-10 
 
5. Riesgos y efectos secundarios de la luz azul en los ojos y la salud ocular….11-21 
 
 5.1. Efectos de la luz azul en los tejidos oculares…………..……………..……11-16 
 5.1.1. Efectos de la luz azul en la retina……………………………..…...….…11-14 
 5.1.2. Efectos de la luz azul en el cristalino………..…………………..…..………15 
 5.1.3. Efectos de la luz azul en la córnea……………..………..………...……15-16 
 
 5.2. Síndrome Visual Informático (SVI)....................................................16-18 
 
 5.3. Efecto de la luz azul en el ritmo circadiano………………………………...…18-21 
 
6. Prevención y gestión de los efectos nocivos…………………………………………..…22-26 
 
 6.1. Estrategias para limitar el tiempo de exposición………………………...…22-23 
 
 6.2. Filtros para reducir la luz azul……………………………………………………..…23-24 
 
 6.3. Otras medidas……………………………………………………………………………....24-26 
 
3 
 
 
7. Discusión y conclusiones………………………………………………………………………..….27-30 
 
 7.1. ¿Es realmente la luz azul emitida por las pantallas y los dispositivos 
digitales suficiente para ser nociva?..............................................................28-29 
 
 7.2. ¿Es necesario proteger los ojos de la luz azul?.................................29-31 
 
8. Abstract y resumen………………………………………………………………………….……….32-34 
 
9. Bibliografía………………………………………………………………………………………….…….35-42 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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1. INTRODUCCIÓN 
 
 
La luz azul es una porción del espectro de luz visible que queda comprendida entre las 
longitudes de onda de 380 y 500 nm, es decir, la longitud de onda corta, abarcando la 
luz violeta, la azul y parte de la luz verde. 
Cada vez hay una mayor exposición a dicha luz debido a la digitalización y los cambios 
en los estilos de vida. A día de hoy, encontramos que existen controversias sobre los 
posibles efectos nocivos de la luz azul, tanto en los ojos como sobre el ritmo circadiano. 
En este sentido, la industria se ha afanado en desarrollar productos “anti luz azul”, tales 
como filtros para lentes o filtros para colocar directamente en las pantallas que emiten 
dicha luz. 
Pero, ¿es realmente la luz azul tan perjudicial como algunos afirman? o, ¿los que 
defienden la protección lo hacen sobre todo por intereses comerciales? ¿En qué 
circunstancias necesitamos protección contra la luz azul, deberíamos ir siempre 
protegidos contra ella? ¿Cuáles son los efectos nocivos causados por la luz azul? ¿Es su 
prevención y su control realmente tan importante? ¿Toda la luz azul es causa única y 
directa de lesiones oculares? 
La luz azul comprende diferentes longitudes de onda y tal vez no todas causan el mismo 
efecto sobre nuestros ojos. 
Por otra parte, la luz azul parece que aporta también varios beneficios, como el poder 
tener una buena regulación de los ritmos circadianos y una buena calidad del sueño. 
(Wahl, S. et al , 2019) 
Por tanto, la luz azul no parece del todo perjudicial, como la pintan sus detractores. Hay 
que ir con cuidado a la hora de buscar evidencias sobre los daños causados por la luz 
azul, basándonos solamente en aquellas que están científicamente comprobadas. 
Respecto a los dispositivos electrónicos, no está demostrado científicamente que la luz 
que emiten sea causante de daños oculares, aunque sí hay evidencias que demuestran 
que un tiempo excesivo frente a dichos dispositivos podría causar fatiga visual, se debe 
a otras razones. (Boyd, K. 2020) 
Sabiendo esto, ¿sería beneficioso ir protegidos contra la luz azul durante todo el día? ¿O 
quizá nos convendría más adecuar los filtros contra la luz azul en ocasiones realmente 
necesarias? 
 
 
 
5 
 
 
A continuación, intentaré ofrecer evidencias sobre los riesgos y efectos de la luz azul en 
el sistema visual y el ciclo circadiano, para ello recogeré las evidencias publicadas de los 
efectos descritos en la literatura, para llegar a conclusiones sobre los efectos nocivos y 
la necesidad de protegernos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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2. OBJETIVOS 
 
 
El objetivo principal de este Trabajo de Fin de Grado es identificar evidencias en la 
literatura que demuestren los riesgos, beneficios y efectos secundarios de la luz azul en 
la salud visual. 
En cuanto a objetivos específicos planteamos los siguientes: 
● Definir las características de la luz azul. 
● Analizar cuándo y cómo estamos expuestos a la luz azul. 
● Analizar las evidencias de los efectos de la luz azul sobre los tejidos oculares. 
● Describir el Síndrome visual informático y sus características. 
● Analizar el impacto y los efectos de un exceso o reducción de luz azul en el ritmo 
circadiano. 
● Analizar las estrategias y los productos para evitar los efectos nocivos de la luz 
azul. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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3. ¿QUÉ ES LA LUZ AZUL? 
 
 
Dentro del espectro electromagnético de la luz existen tres bandas: 
- Los rayos UV comprenden las longitudes de onda entre 100 nm y 380 nm. 
- La luz visible comprende las longitudes de onda entre 380 nm y 780 nm. 
- Los infrarrojos comprenden las longitudes de onda entre 780 nm y 10000 nm. 
 
La luz azul es una porción del espectro de luz visible que queda comprendida entre las 
longitudes de onda de 380 y 500 nm, es decir, la longitud de onda corta, abarcando la 
luz violeta, la azul y parte de la luz verde. 
 
 
Figura 1: espectro electromagnético de la luz. Muestra las tres bandas del espectro: rayos UV, luz visible 
e infrarrojos. 
 
 
 
 
 
 
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Dado que la relación entre longitud de onda y frecuencia de la onda está determinada 
por la fórmula: 
 f = c · λ 
(siendo f la frecuencia, c la constante de la velocidad de la luz en el vacío (299.792.458 
m/s) y λ la longitud de onda) 
 
Y que la relación de energía de una onda y su longitud de onda es: 
 Ε = h · c / λ 
(siendo Ε la energía de la onda, h la constante de Plank (6,63·10-34 J·s ), c la constante 
de la velocidad de la luz en el vacío y λ la longitud de onda) 
 
Con estas dos fórmulas, deducimos que la energía de una onda relacionada con la 
frecuencia es: 
 Ε = h · f 
Deducimos pues, que las longitudes de onda cortas tienen una frecuencia mayor, y por 
lo tanto, una mayor energía. La luz azul-violeta es la banda de energía más alta del 
espectro visible. 
El sol es la fuente natural primaria de luz azul, sin embargo, los seres humanos también 
nos exponemos a fuentes artificiales de dicha luz, que pueden variar ampliamente según 
su distribución en el espectro. 
La radiación solar tiene entre un 25% y un 30% de luz azul, pero si tenemos en cuenta 
las fuentes artificiales, las lámparas incandescentes convencionales tienen una emisión 
muy baja de luz azul (3%), frente a fuentes de luz más novedosas como las luces LED, 
que tienen un porcentaje de luz azul mucho mayor (35%). 
 
 
 
 
 
 
 
 
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4. EXPOSICIÓN A LA LUZ AZUL 
 
 
Vivimos constantemente expuestos a la luz azul, ya que la principal fuente de luz azul es 
el Sol. También nos exponemos a dicha luz a través de otras fuentes como son la luz de 
los fluorescentes, las bombillas CFL (compactfluorescent light), los LEDs (light-emitting 
diodes), pantallas de ordenador, pantallas de televisión, tablets y smartphones. 
Nos encontramos constantemente en un entorno de LEDs, utilizados también como 
sistema de iluminación. Estos emiten luz blanca en mayor parte, pero tienen un pico de 
emisión de luz azul que abarcan longitudes de onda de entre 400 y 490 nm dependiendo 
del dispositivo. (Ferguson I et al, 2010) 
 
En estos últimos 20 años hemos vivido una revolución tecnológica, que ha cambiado 
incluso la manera de leer, ya que usamos directamente la luz emitida por dispositivos 
como smartphones, tablets, etc. En vez de usar la reflexión, como cuando se lee en 
papel. 
 
Si comparamos la luz azul emitida por los dispositivos digitales con la emitida por el Sol, 
encontramos que la intensidad de la segunda es de 100 a 1000 veces mayor. En la tabla 
1 se muestra una comparación de la intensidad de luz, entre las longitudes de onda de 
420 a 490 nm, emitida por algunos dispositivos electrónicos y la luz solar. Todas las 
medidas fueron tomadas por el mismo espectrorradiómetro a 20 cm, excepto la medida 
del smartphone, que fue medida a 10 cm. (Luc Duteil et al , 2019) 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Fuente Intensidad 
mW/cm2 
Ratio intensidad sol / 
Intensidad dispositivo 
Sol 7.7 _____ 
TV LED (Philips 55POS9002) 0,078 99 
Laptop LED (Inspiron 17) 0,0072 1069 
Laptop LED (Inspiron 24) 0,015 513 
Pantalla de ordenador 
 (Samsung P2270H9) 
 
0,022 350 
Smartphone (Samsung SG7) 0,011 700 
 
Tabla 1: Comparación de la intensidad de luz, entre las longitudes de onda de 420 a 490 nm, emitidas por 
algunos dispositivos electrónicos y la luz solar (medidas tomadas con espectroradiómetro a 20 cm, 
excepto en el caso del Smartphone, a 10 cm) (Luc Duteil et al , 2019) . 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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5. RIESGOS Y EFECTOS SECUNDARIOS DE LA LUZ AZUL EN LOS OJOS Y LA SALUD 
OCULAR 
 
 
5.1. EFECTOS DE LA LUZ AZUL EN LOS TEJIDOS OCULARES 
 
5.1.1. EFECTOS DE LA LUZ AZUL EN LA RETINA 
 
La retina es la capa de tejido nervioso sensible a la luz que se encuentra en la parte 
posterior del globo ocular a través de la cual se envían señales eléctricas hasta el cerebro 
mediante el nervio óptico. 
La luz azul penetra a través del cristalino hasta alcanzar la retina. 
 
Figura 2: Absorción y transmisión de radiación solar en el ojo. La luz con más energía (luz azul-violeta de 
longitud de onda corta) llega a la retina. Los rayos UVB y gran parte de los rayos UVA son filtrados por la 
córnea y el cristalino. 
 
Esta capa presenta dos tipos de células: 
- Fotorreceptores (bastones y conos): su función principal es la detección de los 
fotones de luz y su conversión en una señal que pueda ser detectada. 
 
- Células EPR (epitelio pigmentario retiniano): juegan un papel importante en 
el desarrollo ocular y en diferentes funciones visuales, tales como la 
 
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secreción de factores de crecimiento, la protección antioxidante, la fagocitosis 
de los fragmentos de células del segmento exterior de los fotorreceptores o 
el mantenimiento de la barrera hemato-retiniana. 
Por ello, mantener la normalidad de funcionamiento tanto de los fotorreceptores como 
de las células EPR es esencial para el desarrollo correcto de la visión. 
Un gran número de estudios ha mostrado que una exposición excesiva a la luz azul causa 
daños severos en la retina, los cuales son posiblemente causados por diversos 
mecanismos y vías de señalización. 
Un primer mecanismo está relacionado con la lipofuscina. La lipofuscina es un pigmento 
no degradable, por lo que aumenta con la edad y con el daño celular, compuesto 
principalmente por un fluoruro conocido como A2E, que se encuentra en los lisosomas 
de las células. En nuestro caso, esta sustancia se acumula en las células EPR debido a la 
fagocitosis de los segmentos externos de los fotorreceptores. Una característica 
interesante de este pigmento es su autofluorescencia cuando se estimula con luz azul. 
Se han llevado a cabo experimentos (J. R. Sparrow, 2000) en los que se ha observado 
que la exposición a luz azul de células EPR ha producido la muerte celular de aquéllas 
que contenían A2E mientras que sobrevivían las células que no contenían esta sustancia. 
El mecanismo que explica este hecho es que cuando la lipofuscina se estimula mediante 
luz azul, su principal componente (A2E) se degrada y produce una mayor cantidad de 
sustancias oxidantes que superan la propia capacidad antioxidante, por lo que se puede 
considerar la luz azul como fototóxica. Estas sustancias promoverían la liberación de 
factores inflamatorios y generarían un daño celular, tanto a nivel genético como 
mitocondrial, produciendo una atrofia de las células EPR, las cuales perderían su 
funcionalidad.(P.Chen et al, 2019) (K. Ratnayake, 2020) (J.Moreira, 2011) 
Otra sustancia relevante es la rodopsina. La rodopsina es una receptor fotolumínico 
existente en los bastones, que mediante la acción de la luz, se descompone e induce con 
ello el inicio de transmisión de impulsos nerviosos hacia el cerebro. Estudios en ratones 
 
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(C. Grimm, 2001) han demostrado que aquellos ratones sin rodopsina en su retina no 
mostraban daño ocular por luz azul mientras que aquéllos con este pigmento mostraban 
un daño importante al ser irradiados con este espectro lumínico. Una explicación posible 
es que la reacción fotoquímica de la luz azul genera lo que se denomina una “foto 
reversión” del blanqueo de la rodopsina, aumentando su capacidad de absorber fotones 
de luz azul y superando un número crítico de fotones absorbido para producir apoptosis 
y, por lo tanto, daño retinal (M. Nakamura, 2017). 
Por otro lado, numerosos estudios han mostrado la alteración en la regulación de 
diversos genes después de ser irradiados con luz azul, como veremos a continuación. 
El principal mecanismo de daño por luz azul es el mecanismo de señalización intracelular 
que conduce a la apoptosis celular mediante la expresión de caspasas. Las caspasas son 
una familia de más de doce proteasas con distintos papeles en la apoptosis, donde 
destacan las caspasas iniciadoras (caspasas -2, -8, -9, -10) y caspasas ejecutoras (-3, -6, -
7) activadas por las caspasas iniciadoras y que son las responsables de la interacción con 
otras moléculas que desencadenan la apoptosis. Se ha observado que la exposición a la 
luz LED activa la caspasa-3 y la caspasa -9, por lo que activa la apoptosis. (J. Zhuang, 
2001) 
Asimismo, la exposición a luz azul puede provocar parcialmente estrés en el retículo 
endoplásmico, el cual conduce a la activación de la caspasa -12, la cual activa las 
caspasas ejecutoras, conduciendo a la apoptosis celular. 
Por otra parte la presencia de la familia de proteínas Bcl-2 presentes en la célula, 
también están implicados en el control de la apoptosis, donde cabe destacar por un lado 
las proteínas Bcl-2 y Bcl-XL, con efecto anti-apoptótico, y por otro las proteínas Bcl-XS, 
Bad, Bid y Bax, las cuales inducen la apoptosis. Se ha evidenciado que la exposición a luz 
azul a largo plazo aumenta la expresión de Bax e inhibe la expresión de Bcl-2, por lo que 
esta exposición induce a la apoptosis celular (Inoue T et al, 2002) (Dietz GP et al, 2002). 
 
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La exposición a luz azul da como resultado una disminución de la amplitud del 
electrorretinograma. (Kim et al, 2018). 
En pacientes con degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) se detectan 
muchas microglias activadas que se infiltran en la capa nuclear externa de la región de 
muerte celular; varios estudios demuestran que la luz azul puede acelerar la DMAE y el 
desarrollo de la misma después de una intervención de cataratas con años de 
anterioridad. (Gupta, 2003). 
Se hizo un estudio para evaluar el daño de las células de la retina causadas por la luz azul 
de los LED estudiando el estrés oxidativo,las vías de respuesta al estrés y la 
identificación de las vías de muerte celular, y como resultado se obtuvo que la luz azul 
provocó daños oxidativos y lesiones retinianas, pérdida de fotorreceptores, activación 
de apoptosis, necroptosis y necrosis independientes de la caspasa. La fototoxicidad de 
los LEDs en la retina se caracteriza por un fuerte daño de los fotorreceptores y la 
inducción de necrosis. Hay que tener en cuenta que los efectos dependen de la longitud 
de onda. (Jaadane I, 2015) 
Un estudio llamado European Eye concluyó una estrecha relación entre la DMAE y la 
exposición a la luz azul a lo largo de la vida de personas con una dieta pobre en 
antioxidantes, incluidas vitamina C, E, Zeaxantina y Zinc. (Fletcher AE et al, 2008) 
 
 
 
 
 
 
 
5.1.2. EFECTOS DE LA LUZ AZUL EN EL CRISTALINO 
El cristalino aporta la potencia óptica principal y filtra las ondas de luz cortas para evitar 
daños producidos por la luz en la retina. Está compuesto por proteínas estructurales, 
enzimas y metabolitos de proteínas, responsables de la absorción de la luz de ondas 
cortas. 
 
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Estas substancias se suman a las proteínas del cristalino provocando la formación de 
pigmentos amarillos, lo que hace que la lente se vuelva amarillenta y más oscura con la 
edad. En estas condiciones, la luz azul es absorbida en mayor cantidad por el cristalino, 
por lo que bloquea el daño provocado por dicha luz en la retina. (Xue L et al, 2003). 
Por otro lado, esta opacidad del cristalino es una de las principales causas de ceguera en 
el mundo. (Reskinoff et al, 2004) La disminución de la transparencia o cambio de color 
a amarillo que sufre la lente para proteger a la retina conlleva la formación de cataratas. 
Diversos estudios demuestran que la luz azul puede inducir a la producción de radicales 
libres (ROS) con capacidad de producir daños oxidativos en las mitocondrias de las 
células epiteliales del cristalino, lo que puede inducir al desarrollo de cataratas. (Xie C et 
al, 2014) 
 
 
5.1.3. EFECTOS DE LA LUZ AZUL EN LA CÓRNEA 
Numerosos estudios han evidenciado que el mecanismo de daño por luz azul en la 
córnea implica inflamación, daño oxidativo por estrés y apoptosis celular. 
La incidencia de luz azul en la córnea genera una mayor concentración de radicales 
libres, la cual, no sólo daña el funcionamiento mitocondrial de las células, sino que 
induce a la activación de citoquinas proinflamatorias. 
Esta respuesta inflamatoria en la córnea también está asociada al síndrome del ojo seco. 
La liberación de factores inflamatorios reduce la secreción de lágrimas y de mucina, 
incrementando la inestabilidad de la película lagrimal, promueve la evaporación de 
lágrimas y provoca un entorno hiperosmótico en la superficie del ojo (M. Kaido el at, 
2016) (Z. C. Zhao et al, 2018) 
Asimismo, las células conjuntivales parecen ser más vulnerables que las células de la 
córnea. La córnea tiene un potente mecanismo de defensa antioxidativa; la luz azul 
induce un incremento de la enzima superóxido dismutasa (SOD1) en las células de la 
córnea, ejerciendo un poder protector. No obstante, su concentración no cambia 
abruptamente con la incidencia de la luz azul, por lo que el descenso de glutatión 
 
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peroxidasa (GPX1), otra enzima con función protectora, en las células del epitelio 
conjuntival no es compensado y se produce un aumento del daño. 
Además, la conjuntiva es parte de la defensa inmunitaria de la superficie ocular pues 
contiene diversas células inmunitarias, hecho que provoca que la conjuntiva sea el 
primer lugar donde se produzca inflamación ocular. (J. B. Lee et al, 2014) 
 
5.2. SÍNDROME VISUAL INFORMÁTICO SVI (digital eye strain DES o computer 
vision syndrome CVS) 
 
El síndrome visual informático (SVI) se define como el conjunto de problemas oculares 
y visuales relacionados con el uso de dispositivos digitales. Se caracteriza por discomfort 
visual y / o alteraciones en la visión, como por ejemplo, visión borrosa o rojez ocular, 
debido al uso de dispositivos digitales. (Coles-Brennan C et al, 2018) 
 
Los síntomas del SVI se pueden resumir en astenopía, y muchos de ellos están 
relacionados con otro tipo de tareas que implican la visión próxima. 
Estos síntomas son: 
 
- fatiga visual 
- dolor de cabeza 
- visión próxima borrosa 
- visión lejana borrosa 
- ojo seco 
- ojo irritado 
- dolor de cuello o espalda 
- diplopia 
 
 
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Hay varios problemas acomodativos o problemas en la visión binocular que pueden 
causar estos síntomas. También las presbicias, miopías, hipermetropías y astigmatismos 
sin corregir o mal corregidos pueden provocar estos síntomas, de hecho, existen 
evidencias que demuestran que la miopía puede aumentar en pacientes con un largo 
trabajo en visión próxima. (Prado Montes et al, 2017)El parpadeo juega un papel 
importante en cuanto a la sintomatología de ojo seco o irritado, ya que en trabajos de 
visión próxima hay tendencia a reducir la frecuencia de parpadeo causando sequedad 
ocular. ( Kierstan Boyd, 2007) 
La luz azul emitida por los dispositivos digitales está implicada también en el SVI, 
disminuye el contraste produciendo discomfort visual y dolores de cabeza. También 
interfiere en la calidad del sueño, sobre todo cuando la exposición a las pantallas se lleva 
a cabo por la tarde noche. (Sheppard AL et al, 2018) 
Para diagnosticar el SVI se necesita un examen visual completo, que debe incluir la 
historia del paciente (incluye síntomas, salud general, medicación, factores ambientales 
en área de trabajo), agudeza visual, refracción ( para determinar la compensación 
correcta en caso de ser necesaria), tests de binocularidad y de acomodación, poniendo 
énfasis en examinar a la distancia natural de trabajo en que el usuario de dispositivos 
digitales trabaja. (Wood AW, 2006) 
 
Numerosos cuestionarios se han usado para gradar e identificar SVI. Un cuestionario en 
inglés llamado Computer Vision Syndrome Questionnaire (CVS-Q) fue el primero en ser 
validado para evaluar el SVI. En este cuestionario el paciente indica la frecuencia e 
intensidad de 16 síntomas relacionados con el uso de ordenadores, con el fin de obtener 
un calificación final de cada síntoma (CVS score). En caso de obtener 6 puntos o más, se 
considera el diagnóstico de SVI. (Seguí Mdel M et al, 2015) 
 
 
 
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5.3. EFECTO DE LA LUZ AZUL EN EL RITMO CIRCADIANO 
¿La luz azul puede modificar la producción de melatonina e impactar en el hábito 
del sueño? 
 La luz azul tiene un papel importante en la regulación del ritmo circadiano biológico, 
definido como aquellos cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 
24 horas. 
Es un proceso natural que responde principalmente a la luz y a la oscuridad y afecta a la 
mayoría de los seres vivos, incluidos los humanos. El ritmo circadiano es importante 
para tener una función óptima de los órganos y del ciclo del sueño. 
La exposición a la luz azul hace que el cerebro se mantenga despierto durante el día 
gracias a la inhibición de la secreción de melatonina, hormona secretada por la glándula 
pineal que juega un papel principal en el funcionamiento correcto del ritmo circadiano. 
(Wahl S et al, 2019) 
En 1998 se descubrió un nuevo fotorreceptor especialmente sensible a la luz azul, es 
una célula ganglionar retiniana (RGC) que conecta con el cerebro. (I. Provencio, 1998) 
Algunas de estas células (un 1%) contienen melanopsina, que reciben el nombre de 
células ganglionares retinianas intrínsecamente fotosensibles (icRGCs) y se encuentran 
frente a la retina para procesar y mandar señales al núcleo supraquiasmático (SCN), 
llamado reloj del cerebro. (J.J. Gooley, 2001) Las icRGCs usan el pigmento melanopsina, 
tienen menos sensibilidad y menos resolución espacio-temporal que los conos y 
bastones, son despolarizadas por la luz, son más lentas y menossensibles que cualquier 
fotorreceptor y responden directamente a la luz. (D. M. Berson, 2002) 
 
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Figura 2: Transducción de señales de la información circadiana. 
Una señal inducida por la melanopsina en las icRGCs es transmitida a través del tracto 
retino-hipotalámico (azul) a las neuronas marcapasos hipotalámicas del SCN (verde). La 
información circadiana se transmite a través del núcleo paraventricular (amarillo) , la 
columna celular intermediolateral en la materia gris vertebral, el ganglio cervical 
superior(marrón) hasta la glándula pineal (lila), la responsable de la producción de 
melatonina. 
Las icRGCs reciben su propia sensibilidad basada en la melanopsina y una entrada 
sináptica intrarretiniana que procede de los circuitos impulsados por los fotorreceptores 
de formación de imágenes, la cual modula la respuesta lumínica de estas células 
transmitida a regiones cerebrales superiores. ( G. E. Pickard, 2012) 
Los bastones influyen en la respuesta intrínseca de las icRGCs en condiciones 
escotópicas, mientras que los conos, en menor medida, lo hacen en condiciones 
fotópicas. Por lo tanto, la influencia de los fotorreceptores extrínsecos depende de la 
intensidad de la luz. (G. S. Lall, 2010) 
La sensibilidad de la supresión de la melatonina alcanza su máxima eficacia en el rango 
de longitud de onda entre 446 y 477 nm, con su punto máximo en 460 nm, y la absorción 
 
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espectral de la melanopsina alcanza su punto máximo a 479 nm. Esta diferencia de 
aproximadamente 20 nm se debe a la influencia de los conos S en la respuesta de la 
melatonina. (G. C. Brainard, 2008) 
Por lo tanto, las longitudes de onda en el azul, potencialmente pueden afectar el ritmo 
circadiano. Esto se ha confirmado en un experimento que comparó la supresión de 
melatonina en humanos durante la exposición nocturna para la luz monocromática de 
460 nm con la luz monocromática de 555 nm a igualdad de fotones. (S. W. Lockley, 2003) 
Posteriormente, se evaluaron las fases circadianas mediante la monotorización de los 
perfiles de secreción de melatonina pre y post exposición a la luz durante 6 horas y 
media. En este experimento se observó como la supresión de melatonina fue de 
aproximadamente el doble con la exposición a la longitud de onda 460 nm (luz azul), y 
retrasó la fase del ritmo circadiano en los sujetos. 
Las longitudes de onda alrededor de los 460 nm también elevan la temperatura 
corporal, elevan la frecuencia cardíaca y reducen la somnolencia. (G. Vandewalle, 2009) 
Los ritmos circadianos de la melatonina se relacionan con varios aspectos de la 
conciliación del sueño (C. Cajochen, 2005). La alteración circadiana se caracteriza por el 
desajuste entre ritmos circadianos internos y condiciones ambientales externas. La 
exposición a la luz puede avanzar o retrasar el ritmo circadiano. En humanos la luz entre 
las 5 de la mañana y las 5 de la tarde lo avanza, y fuera de este intérvalo lo retrasa. (S.B.S. 
Khalsa, 2003) 
Como se puede ver en la figura 3, la luz azul influye en los niveles de melatonina de 
manera diferente, dependiendo de la hora a la cual nos exponemos a los dispositivos 
digitales. 
 
 
 
 
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Figura 3: Uso de los dispositivos digitales durante el día. La exposición a la luz azul 4 horas antes de 
dormir afecta los niveles de melatonina por la noche y la calidad del sueño. (UK Digital Future in Focus, 
2013) 
 
Se ha demostrado que un uso sin restricciones de dispositivos emisores de luz por la 
noche provoca un aumento de supresión de melatonina, un retraso del ritmo circadiano, 
una disminución de la somnolencia nocturna y un aumento de la somnolencia matutina. 
(E. D. Chinoy, 2018) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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6. PREVENCIÓN Y GESTIÓN DE LOS EFECTOS NOCIVOS 
 
Como se ha expuesto en los puntos anteriores, la exposición excesiva a fuentes emisoras 
de luz que incluyan la banda de luz azul es potencialmente dañina, pero por otra parte 
esta banda de luz juega un papel importante en la discriminación de color y en la visión 
nocturna. 
Hay que tener también en cuenta, como se ha expuesto en el punto 5.3, que la 
exposición a la banda de luz azul regula el reloj interno biológico humano, estimulando 
el cerebro para estar despierto durante el día, por lo que la completa eliminación de 
esta banda podría perturbar el ciclo natural de sueño-vigilia y por lo tanto afectar a la 
calidad del sueño. (Mainster MA et al, 2010) . 
 
Por todo esto es necesario discutir soluciones que mejoren el bienestar, el estado de 
alerta y el rendimiento cognitivo en la sociedad moderna actual, donde la exposición a 
dispositivos emisores de luz azul es cada vez mayor. 
 
6. 1. ESTRATEGIAS PARA LIMITAR EL TIEMPO DE EXPOSICIÓN 
 
El principal procedimiento lógico que debería aplicarse con el fin de limitar el efecto de 
la luz azul es reducir la exposición directa a cualquier fuente emisora de esta banda, tales 
como pantallas, luces LED “frías” o teléfonos móviles, en especial durante el atardecer 
y anochecer. 
Dentro de esta recomendación, es importante añadir la reducción a esta exposición unas 
horas antes de acostarse; tras exponerse a una luz intensa durante una hora, la 
melatonina tarda 50 minutos en regresar a la mitad del nivel previo a la exposición 
(Khalsa et al, 2003). 
 
Otra acción a realizar es sustituir o reducir el uso de luces LED “frías”, las cuales 
presentan un elevado pico de luz azul, por luces LED “cálidas”. 
 
 
23 
 
No obstante, el principal método para limitar esta exposición es mediante el uso de 
filtros que bloqueen esta banda de luz, ya sean en forma de gafas, lentes o pantallas 
para colocar sobre la fuente. Es fundamental dar consejos y pautas de higiene visual, 
como por ejemplo, descansar 20” la vista mirando lo más lejos posible cada 20’ de 
trabajo, mantener una distancia apropiada con las pantallas (se recomienda distancia 
codo-mano) o usar luz natural en la mayor medida de lo posible al usar dispositivos 
digitales, para evitar los posibles efectos debidos a la exposición a la luz azul. (Kuse Y. et 
al, 2014) 
 
 
6.2. FILTROS PARA REDUCIR LA LUZ AZUL: Evidencias de su eficacia para reducir la fatiga 
visual o mejorar la salud ocular 
 
Los fabricantes de lentes investigan y desarrollan filtros que supuestamente protegen 
de los perjuicios de la luz azul. Cada fabricante utiliza un método diferente para obtener 
dicho filtro y lo patenta. Entre ellos podemos nombrar por ejemplo, Blue Guard de Zeiss, 
Blue Control de Hoya, etc… 
 
Tanto las lentes oftálmicas como las lentes intraoculares con filtro de luz azul han 
demostrado reducir la transmisión de luz azul. (Davison JA et al, 2005) (Cuthbertson FM 
et al, 2009) y está confirmado por estudios de laboratorio que las lentes con protección 
contra la luz azul pueden reducir un 80% aproximadamente los daños retinianos. 
(Sparrow JR et al, 2004). En cambio, la DMAE es una enfermedad progresiva 
multifactorial que no podemos asociar directamente a la exposición a la luz azul, y que 
por lo tanto, no serían dichos filtros la mejor solución ante esta patología. (Fletcher AE 
et al, 2008) (Tomany SC et al, 2004) 
 
Los filtros pueden reducir teóricamente entre el 10,6% y el 23,6% de la fototoxicidad 
potencial ya que bloquean la radiación entre 400 nm y 500 nm. Se trata de una manera 
 
24 
 
de protección fácil de prescribir, fácil de manejar y asequible, así que es un producto 
con altas expectativas de crecimiento. (Leung TW et al, 2017) 
 
Debido a que la luz azul tiene gran importancia para la visión nocturna y el buen 
funcionamiento del ritmo circadiano, ya que el pico de sensibilidad para la visión 
nocturna y la supresión de melatonina se encuentra dentro del espectro azul-verde y 
azul se analizó cómo afecta el uso de filtros a las funciones visuales y fisiológicas. 
(Mainster MA et al, 2005, 2008) 
Los resultados obtenidosfueron una atenuación ligera de la sensibilidad escotópica 
(2,4% - 7,5%) y de la supresión de la melatonina (5,8% - 15,0%). 
Otros estudios de lentes intraoculares también concluyeron que los filtros de luz azul no 
tenían impacto notable en la visión nocturna (Greenstein VC et al, 2007)(Muftuoglu O 
et al, 2007) y en la calidad del sueño (Landers JA et al, 2009), paralelamente destacaron 
que las lentes intraoculares bloquean más la luz azul que cualquier lente oftálmica. 
(Mainster MA, 2003) 
 
Al evaluar la sensibilidad al contraste y la visión del color, también se comprobó que los 
filtros de luz azul, tanto en lentes oftálmicas como en lentes intraoculares no afectaban 
significativamente a estas funciones visuales. En general, los resultados afirmaron que 
las lentes con filtro de más del 70% de transmisión de luz azul no afectan notablemente 
al rendimiento visual. (Falkner-Radler Cl et al, 2008) (Hayashi K et al, 2006) Los filtros 
más densos pueden mejorar la sensibilidad al contraste en condiciones de 
deslumbramiento pero degradando la visión del color. (Kiser AK et al, 2008) 
 
 
 
6.3. OTRAS MEDIDAS 
Aparte de las medidas tradicionales de protección, como son los filtros o los programas 
de control de emisión de luz azul, se pueden aplicar otro tipo de medidas enfocadas a la 
reducción del daño ocasionado, si bien son principalmente usadas en el ámbito clínico. 
 
25 
 
- Antioxidantes 
Como se ha descrito en los puntos anteriores, la luz azul genera un gran estrés oxidativo. 
Se han llevado a cabo estudios que han confirmado que oxidantes tales como la luteína, 
curcumina, vitamina E o la Prunella vulgaris, pueden frenar la acumulación de especies 
de oxígeno reactivo (EOR o ROS por reactive oxygen species). 
La luteína es un carotenoide que se encuentra abundantemente en la naturaleza y es el 
principal pigmento de la zona macular de la retina. Este antioxidante ha mostrado tener 
efectos protectores en dolencias retinianas incrementando la densidad de pigmento 
macular, el cual podría absorber luz azul y proteger los fotorreceptores del daño 
potencial (M. Sasaki et al, 2012). 
Otros pigmentos como las antocianinas, las cuales se pueden encontrar en diferentes 
plantas, son también importantes para mejorar la habilidad visual reduciendo la 
inflamación y el daño oxidativo, inhibiendo la peroxidación lipídica y previniendo el 
deterioro de la función fotorreceptora debida a la inflamación retiniana (H. E. Khoo et 
al, 2017) (Y. Nomi, 2019). Asimismo, otros extractos de plantas también se consumen 
para prevenir dolencias oculares; por ejemplo, la curcumina es un componente activo 
que se obtiene de la raíz de la planta Curcuma longa, que ha demostrado efectos 
protectores contra la exposición a luz azul. (T. Tsuda, 2018) (N. Pescosolido et al, 2014) 
La Prunella vulgaris puede, por su parte, proteger de la degeneración retiniana 
provocada por el estrés oxidativo causado por la luz azul mediante la inhibición de 
factores inflamatorios y de un complejo proteico conocido como NF-κB, el cual está 
implicado en la respuesta celular frente a estímulos como el estrés, citoquinas, radiación 
ultravioleta, etc. (J. Kim et al, 2019) 
- Terapia genética 
Los factores neurotróficos ciliares (CNTF, en inglés), una familia de proteínas que 
favorecen la supervivencia de las neuronas, han demostrado efectos protectores en 
dolencias retinianas reduciendo la apoptosis celular y segregando factores 
 
26 
 
neurotróficos, principalmente. La inyección de estos factores en la cavidad vítrea puede 
retrasar significativamente la degeneración y posterior necrosis de las células 
fotorreceptoras retinianas. (M. Ghasemi et al, 2018) 
 
- Terapia anti-VEGF 
El desequilibrio entre las expresiones de factores de crecimiento endotelial vascular 
(VEGF en inglés), involucrados en la angiogénesis y a procesos de inflamación, y factores 
derivados del epitelio pigmentario (PEDF en inglés), los cuales inhiben los procesos 
inflamatorios y protegen a las células, provocado por la luz azul está asociada con la 
retinopatía diabética. (M. Cachafeiro, 2013) Es por ello que la terapia clínica para la 
prevención de la progresión de esta enfermedad consiste en inyectar medicación anti-
VEGF. Otro tratamiento potencial consistiría en inyectar exosomas derivados de células 
madre mesenquimales (MSC-Exos). (G. H. He et al, 2018) 
- Medicación antiinflamatoria 
Como ya se ha expuesto anteriormente, se ha demostrado el papel crítico de los 
procesos de inflamación en el origen del daño por luz azul, insinuando que los factores 
inflamatorios podrían ser uno de los blancos en los tratamientos de dolencias oculares. 
Es por ello que uno de los potenciales tratamientos sería administrar medicación 
antiinflamatoria. (Y. Shen et al, 2019) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
27 
 
7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 
 
 
En este apartado se presentan el conjunto de conclusiones extraídas de los diferentes 
apartados expuestos anteriormente, y se pretende dar respuesta a los objetivos 
planteados al principio del trabajo. 
Durante millones de años, la única luz del planeta venía del Sol, de la cual, la banda de 
luz azul, de mayor energía, ha sido utilizada por el ser humano para sincronizar su ritmo 
circadiano, puesto que, de acuerdo al estudio de Wahl S et al (2019), es la que más inhibe 
la secreción de melatonina. 
La introducción de la luz artificial ha sido un punto de inflexión en este sistema de 
sincronización, permitiendo al ser humano mayor flexibilidad en controlar el entorno, 
permitiendo a la sociedad evolucionar hacia una vida más segura, rica y productiva. No 
obstante, esta evolución “cultural” no ha sido seguida por una evolución natural de los 
mecanismos biológicos humanos, de modo que se ha producido un desequilibrio en el 
modo de vida. 
Este hecho se ha agudizado con el desarrollo y la expansión de las tecnologías de 
información, donde la necesidad de pantallas de visualización eficientes, ha llevado a la 
utilización masiva de diodos de luz (LED), la mayor parte de los cuales tienen una 
intensidad de banda de luz azul igual o superior a la de la propia luz natural. 
El objetivo de este trabajo es encontrar evidencias que demuestren los riesgos, 
beneficios y efectos secundarios de los efectos de la luz azul en la salud en general y en 
la salud visual en concreto. 
 
 
 
 
28 
 
 7.1. ¿ES REALMENTE LA LUZ AZUL QUE EMITEN LAS PANTALLAS Y LOS DISPOSITIVOS 
DIGITALES SUFICIENTEMENTE NOCIVA? 
 
Según Luc Duteil et al (2019) la intensidad de luz azul emitida por los dispositivos 
digitales es entre 100 y 1000 veces menor que la luz azul emitida por el Sol. Por lo tanto, 
no parece probable que los dispositivos digitales sean potencialmente nocivos para la 
salud, sólo de acuerdo a este parámetro, sino que se deberá tener en cuenta también el 
tiempo de exposición y la hora del día de su exposición, ya que un tiempo excesivo o 
una exposición nocturna podrían llegar a ser dañinas. Por lo tanto, la luz azul que emiten 
los dispositivos digitales es suficiente para ser nociva a la salud. 
El ritmo circadiano se ve afectado en caso de una exposición nocturna a dispositivos 
digitales sin protección; la supresión de melatonina aumenta con la exposición a la luz 
azul, provocando un retraso del ritmo circadiano biológico y una peor conciliación del 
sueño, tal y como demostró E. D. Chinoy (2018). 
Una exposición directa excesiva durante el día puede llegar a causar daños en diferentes 
componentes oculares. Está ampliamente reconocido que la luz azul es la banda más 
dañina para la retina y la córnea. 
Varios autores como Inoue T et al ( 2002) y Dietz GP et al (2002) han expuesto que los 
mecanismos relacionados con las lesiones por luz azul en la retina incluyen 
principalmente estrés oxidativo, expuesto por T.Narimatsu et al. (2015), daño genético 
en las células retinales,evidenciado por ejemplo en los estudios de P. Chen et al. (2019), 
y por consiguiente su apoptosis celular, demostrado por J.R. Sparrow (2000). 
Además, la luz azul afecta a la transmisión por el nervio óptico mediante la inhibición de 
la actividad mitocondrial. La lipofuscina y la rodopsina son asimismo dos componentes 
que juegan un papel relevante en el daño lumínico en las células EPR y en las células 
fotorreceptoras de la retina, como demostraron J.R Sparrow et al (2000) y C. Grimm et 
al (2001) respectivamente, si bien este último realizó sus experimentos en ratones. 
También ha quedado ampliamente probado que la luz azul provoca estrés oxidativo en 
las células retinales; hemos citado los estudios de L.E. Lamb et al (2004) si bien podemos 
añadir en este apartado las publicaciones de Godley et al (2005) o Li et al (2018) en 
tejidos humanos. Otro efecto verificado por la incidencia de esta banda de luz es una 
disfunción tanto de las mitocondrias como de los lisosomas, revelado en estudios como 
el de Brandstetter et al (2015) o Zhu et al (2020), y altera la barrera epitelial, expuesto 
en estudios como los de P.Chen et al (2019), K. Ratnayake (2020) o J.Moreira (2011), 
causando ambos efectos apoptosis celular tanto de fotorreceptores como de células 
EPR. 
Asimismo, cabe destacar el estudio realizado por Jaadane I (2015), cuyos resultados 
evidenciaron la fototoxicidad de la luz emitida por dispositivos LED al incidir sobre la 
 
29 
 
retina, generando daños oxidativos y lesiones retinianas, pérdida de fotorreceptores, 
activación de apoptosis, necroptosis e inducción a la necrosis. 
Por otro lado, la luz azul puede acelerar la degeneración macular relacionada con la edad 
(DMAE) y su potencial desarrollo después de una intervención de cataratas, evidenciado 
por Gupta (2003). De igual forma, el estudio European Eye evidenció una estrecha 
relación entre esta afección y la exposición a luz azul a lo largo de la vida de persona con 
dieta pobre en antioxidantes (vitamina C, vitamina E, Zeaxantina, Zinc, etc). 
En cuanto a la afectación a la córnea, la luz azul provoca inflamación, daño oxidativo por 
estrés y apoptosis celular; los estudios de Niwano et al (2019) o Marek et al (2018) así lo 
corroboran. 
Por otro lado, los efectos de la luz azul en el cristalino son ambiguos; por un lado, el 
cristalino absorbe parte de la intensidad de esta banda; de acuerdo con el estudio de 
Xue et al (2003), esta absorción de intensidad aumenta con la edad, reduciendo el daño 
de esta banda en la retina. No obstante, Xie C et al (2004) demostró que esta absorción 
por parte del cristalino podía inducir al desarrollo de cataratas mediante el daño 
oxidativo inducido. 
Asimismo, ha quedado demostrado mediante los estudios de Sheppard AL et al (2018) 
que la luz azul emitida por los dispositivos digitales está implicada en el síndrome visual 
informático, disminuyendo el contraste que lleva a molestia visual y dolores de cabeza. 
 
 7.2. ¿ES NECESARIO PROTEGER LOS OJOS DE LA LUZ AZUL? 
 
La protección ocular frente a la luz azul en todo caso debería ser individualizada. 
A día de hoy, existen diferentes normativas que tratan de evaluar y determinar la 
peligrosidad de las diferentes fuentes lumínicas que pueden causar fototoxicidad. La 
norma europea UNE-EN 62471 “Seguridad fotobiológica de las lámparas y de los 
aparatos que utilizan lámparas” da una orientación para evaluar la seguridad de estos 
dispositivos, además de especificar los límites de exposición y el control de riesgos 
fotobiológicos de todas las fuentes incoherentes de banda ancha de radiación óptica, 
alimentadas eléctricamente, incluyendo los LEDs. 
Igualmente, la Comisión Electrotécnica Internacional ha publicado un informe técnico 
específico para esta evaluación en el caso del rango de luz azul, la IEC TR 62778; en ella, 
proporciona aclaraciones sobre la evaluación de luz azul de todos los productos de 
 
30 
 
iluminación que emiten en el rango visible (380 nm – 780 nm), partiendo de datos de 
fuentes de luz medidos según la norma UNE-EN 62471 y de la clasificación del producto 
según el grupo de riesgo definido en esta norma. 
En cuanto a los límites de exposición, la directiva 2006/25/EC del Parlamento Europeo 
define estos valores límite en relación al tiempo de exposición. 
Asímismo, en 2013, la Comisión Internacional de Protección de Radiación no Ionizante 
(ICNIRP) publicó una guía que informa de los niveles de seguridad de esta banda de luz 
para evitar problemas de salud. 
Existen diversos dispositivos en el mercado que permiten evaluar la radiación de las 
diferentes bandas lumínicas, como los espectrorradiómetros, los espectrómetros 
ópticos o las cámaras hiperespectrales. 
En general, se deberían aplicar estrategias de reducción a la exposición directa a 
cualquier fuente emisora de luz azul, sobre todo en horas previas al sueño. La absorción 
de esta banda de luz puede considerarse beneficiosa o perjudicial dependiendo de la 
casuística. Por ejemplo, la exposición a la luz azul en horas cercanas al sueño puede 
producir mayor dificultad para dormirse, llegando a la posibilidad de modificar los ciclos 
de sueño, hechos expuestos por Mainster MA et al (2010). No obstante, en trabajos 
nocturnos, esta exposición puede producir efectos beneficiosos puesto que reduce el 
estado de somnolencia y aumenta el estado de alerta. Igualmente, estas ventajas no 
reducen otros efectos indirectos como el aumento del cansancio, la pérdida de reflejos, 
la reducción de la concentración, el aumento del estrés, etc ligados a la alteración de los 
ciclos circadianos; estudios como el de E.D Chinoy (2018) lo demuestran. 
En términos generales, el uso de filtros tanto físicos como implementados mediante 
software en los diferentes dispositivos, durante su uso nocturno, parece ser una 
solución efectiva para reducir las alteraciones de esta banda lumínica sobre los ritmos 
biológicos. Según Mainster MA et al (2005, 2008) el uso de gafas / filtros que bloquean 
la luz azul antes de la hora de dormir reduce la supresión de melatonina inducida por 
estos elementos. 
 
31 
 
En cuanto al daño ocular que puede generar esta banda de luz, el uso de filtros / gafas 
bloqueadores evidencian la reducción de hasta un 80% de los daños potenciales de la 
luz azul sobre la retina (Sparrow et al 2004). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
32 
 
8. RESUMEN O ABSTRACT 
 
CASTELLANO 
La luz azul es una porción del espectro de luz visible que queda comprendida entre las 
longitudes de onda de 380 y 500 nm, es decir, la longitud de onda corta, abarcando la 
luz violeta, la azul y parte de la luz verde. Nos encontramos constantemente expuestos 
a la luz azul, ya que la principal fuente de ésta es el Sol, y que vivimos en un entorno de 
fuentes que la emiten como por ejemplo pantallas de dispositivos digitales o iluminación 
artificial. 
El objetivo de este trabajo es identificar evidencias en la literatura que demuestren los 
riesgos, beneficios y efectos secundarios de la luz azul en la salud visual. Empezamos 
definiendo la luz azul, analizando la exposición a dicha luz, los posibles efectos causados 
sobre los tejidos oculares y en la salud por un exceso o disminución de luz azul, y por 
último, cómo evitar los posibles efectos nocivos asociados. 
Tras una búsqueda exhaustiva en artículos publicados en diversas plataformas online de 
divulgación científica, tales como Pubmed o ScienceDirect, con el fin de cumplir dicho 
objetivo, se pone de manifiesto que en tiempos de exposición excesivos, esta banda de 
luz de gran intensidad energética, puede causar daños irreversibles en el tejido ocular, 
como la aceleración de la DMAE en retina, de las cataratas en cristalino y apoptosis 
celular en córnea. También afecta a los ritmos circadianos, generando alteraciones si 
hay sobreexposicióna la luz azul a última hora de la tarde o la noche. Por otra parte, la 
exposición correcta a luz azul durante el día juega un papel importante en el 
mantenimiento correcto de estos ritmos circadianos, en la discriminación de color y en 
la visión nocturna. Por lo tanto, no sería conveniente evitarla al completo. 
 Es necesario que se siga investigando el tiempo de exposición y la intensidad máxima 
de la radiación que es segura para no provocar daños a la salud visual y general de los 
individuos, basados en medidas precisas del espectro de radiación e intensidad de un 
 
33 
 
mayor número de dispositivos digitales diferentes para evitar sacar conclusiones con 
valores poco realistas. 
CATALÀ 
La llum blava és una porció de l'espectre de llum visible que queda compresa entre les 
longituds d'ona de 380 i 500 nm, és a dir, la longitud d'ona curta, que abraça la llum 
violeta, la blava i part de la llum verda. Ens trobem constantment exposats a la llum 
blava, ja que la principal font és el Sol, i que vivim en un entorn de fonts que l'emeten, 
com ara pantalles de dispositius digitals o il·luminació artificial. 
L'objectiu d'aquest treball és identificar evidències a la literatura que demostrin els 
riscos, beneficis i efectes secundaris de la llum blava en la salut visual. Comencem 
definint la llum blava, analitzant l'exposició a aquesta llum, els possibles efectes causats 
sobre els teixits oculars i en la salut, per un excés o disminució a la llum blava, i per últim, 
com evitar els possibles efectes nocius associats. 
Després d'una recerca exhaustiva en articles publicats a diverses plataformes online de 
divulgació científica, com ara Pubmed o ScienceDirect, per tal de complir aquest 
objectiu, es posa de manifest que en temps d'exposició excessius, aquest a banda de 
llum, de gran intensitat energètica, pot causar danys irreversibles al teixit ocular, com 
l'acceleració de la DMAE en retina, de les cataractes en cristal·lí i apoptosi cel·lular en 
còrnia. També afecta els ritmes circadians, generant alteracions, si hi ha sobreexposició 
a la llum blava a darrera hora de la tarda o la nit. D'altra banda, l'exposició correcta a 
llum blava durant el dia té un paper important en el manteniment correcte d'aquests 
ritmes circadians, la discriminació del color i la visió nocturna. Per tant, no seria 
convenient evitar-la completament. 
 Cal continuar investigant el temps d'exposició i la intensitat màxima de la radiació que 
és segura per no provocar danys a la salut visual i general dels individus, basats en 
mesures precises de l’espectre de radiació i intensitat d’un major nombre de diferents 
dispositius digitals per evitar treure conclusiones amb valor poc realistes. 
 
34 
 
ENGLISH 
Blue light is a portion of the visible light spectrum that falls between the wavelengths of 
380 and 500 nm, that is, the short wavelength, encompassing violet light, blue light and 
part of green light. We are constantly exposed to blue light, since the main source of it 
is the Sun, and we live in an environment of sources that emit it, such as digital device 
screens or artificial lighting. 
The objective of this work is to identify evidence in the literature that demonstrates the 
risks, benefits and side effects of blue light on visual health. We start by defining blue 
light, analyzing the exposure to this light, the possible effects on ocular tissues and 
health caused by an excess or insuficiency of blue light, and finally, how to avoid 
the possible harmful effects associated with it. 
After an exhaustive search in articles published in various online platforms of scientific 
dissemination, such as Pubmed or ScienceDirect, in order to meet this objective, it is 
revealed that whe n exposure times are excessive, this energy-intensive band of 
light , can cause irreversible damage to ocular tissue, such as the acceleration of AMD 
in the retina, crystalline lens cataracts , and cellular apoptosis in cornea. It also 
affects circadian rhythms, causing alterations if there is overexposure to blue light in the 
late afternoon or evening. On the other hand, the correct exposure to blue light during 
the day plays an important role in the correct maintenance of these circadian rhythms, 
of the colour discriminartion and in night vision, therefore it would not be advisable to 
avoid it altogether. 
 It is necessary to continue investigating the maximum exposure time and intensity of 
radiation that is safe to avoid damage to the visual and general health of individuals, 
based on precise spectral measurements of a large number of different digital devices 
to avoid unrealistic conclusions . 
 
 
 
 
35 
 
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