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El fascismo. Historia e interpretación.
Los orígenes.
Nació después de la guerra mundial entre otros movimientos y vivas ideas de modernidad. La aversión hacia el igualitarismo y el
humanismo; el desprecio por el parlamentarismo; la exaltación de las minorías activas; la concepción de la política como actividad
para organizar y plasmar la conciencia de las masas; el culto a la juventud como nueva aristocracia dirigente; la apología de la
violencia, de la acción directa, de la guerra y de la guerra y la revolución. Se tenía presente la idea de que el Risorgimento resultó
ser una “revolución incompleta” y la experiencia de la guerra como mito de la “victoria mutilada”.
La gravísima crisis económica y a las tensiones sociales durante el llamado <bienio rosso> (1919-1920) momento en que se
desencadenó una oleada de conflictos de clase sin precedentes en la historia del país, conducidos en gran parte por el maximalista
Partido Socialista, eminente revolución para instaurar, la dictadura del proletariado.
Mussolini
Origen campesino, la figura más popular del socialismo italiano, incitando al proletariado a la lucha intransigente y violenta contra
el Estado burgués, antinacionalista, antimilitarista e internacionalista. En 1914 abogó por el intervencionismo defendiendo que la
guerra era necesaria para combatir el militarismo y el autoritarismo de los Imperios centrales y para crear las condiciones para la
revolución social. Fue expulsado del partido de socialista y condenado como “traidor”. El nacionalismo ecléctico y revolucionario,
supremacía de la nación sobre las clases, y combatía a los partidarios de una revolución socialista.
El fascismo “diciannovista”
El movimiento fascista apareció en abril de 1915 en Il Popolo d’Italia para definir una asociación de nuevo tipo, el antipartido,
formado por espíritus libres de militantes políticos que rechazaban los vínculos doctrinales y organizaciones.
Nació como antipartido para movilizar a los veteranos fuera de las estructuras propias de los partidos tradicionales. El fascismo
diciannovista, como fue después definido, se proclamaba pragmático y antidogmático, anticlerical y republicano; proponía
reformas institucionales, económicas y sociales tremendamente radicales. Los fascistas despreciaban al Parlamento y la mentalidad
liberal, exaltaban el activismo de las minorías, practicaban la violencia y una política populista para sostener las reivindicaciones
territoriales de Italia y para combatir al bolchevismo y al Partido Socialista. Durante todo el año 1919 y gran parte de 1920 sin
embargo, el fascismo fue un movimiento irrelevante.
Un maximalismo de clases medias: el squadrismo y el nacimiento del Partido Fascista
Se colocó inmediatamente a la cabeza de las reacciones burguesas antiproletarias, con su brigadas armadas, organizadas
militarmente (squiadrismo) que en pocos meses destruyeron gran parte de las organizaciones proletarias en las provincias del Valle
Padano, donde el Partido Socialista y las leghe rosse habían conseguido ejercitar un control casi total de la vida política y
económica, a menudo utilizando métodos ventajosos e intolerantes política y económica, a menudo utilizando métodos vejatorios e
intolerantes hacia las clases burguesas y algunas veces hacía los propios trabajadores.
De las clases medias, además provenía la gran mayoría de los dirigentes de los fasci y de los jefes de squadrismo: oficiales
desmovilizados, organizadores profesionales liberales, empleados, artesanos, comerciantes, estudiantes e intelectuales.
Mussolini consiguió que se aceptara definitivamente su papel de <duce> abandonara el pacto de pacificación y valorización del
squadrismo en el Partito Nazionale Fascista (PNF)
El partido milicia a la conquista del poder
Ritos y símbolos, religión laica exclusiva, integrista e intolerante, supremaciía de la nación, defensa de la propiedad privada,
colaboración de clase (corporativismo) intensificar así la producción (productivismo) potencia y expansión. En primavera de 1922,
mientras la dirección del país se confiaba al débil gobierno de Luigi Facta, el fascismo retomó la ofensiva militar para extender su
predominio en otras zonas del país y multiplicó los ataques contra las izquierdas y el Partido Popular, desafiando al Estado liberal
con movilizaciones populares contra el gobierno, como la ocupación de Belzano y de Trento. El partido fascista no ocultaba su
aversión por la democracia y por el Estado liberal. Marcah sobre Roma.
Hacia el Estado totalitario
El PNF puso así en juego, con éxito una nueva y original táctica de conquista revolucionaria del poder, combinado la acción
terrorista con la maniobra política y la actividad parlamentaria. La “marcha sobre Roma” fue usada como arma de presión y de
chantaje sobre el gobierno y el rey para inducirlos a ceder el poder el fascismo.
El 31 de octubre Mussolini constituía el nuevo gobierno: junto a los fascistas, se formó con exponentes liberales, populares,
democráticos y nacionalistas. El gobierno obtuvo, con amplia mayoría, la confianza de la Cámara y del Senado, que concedieron
también los plenos poderes al presidente del Consiglio para la ejecución de reformas fiscales y administrativas.
Llevó a cabo una política de coalición con los partidos dispuestos a colaborar, pero al mismo tiempo trabajó para disgregarlos. En
contra de los partidos antifascistas, sometidos a continuas violencia squadristas, Mussolini se sirvió también de los medios legales
de represión para obstaculizar sus actividades.
Entre 1923, 1924 el PNF fue embestido por una gravísima crisis, provocada por la llegada de millares de nuevos miembros al carro
de los vencedores y por la rivalidades de intereses y ambiciones en la carrera asalto de los cargos públicos.
Leyes que pusieron en marcha la demolición de la democracia parlamentaria. “Ley Acerbo” aprobada por la Cámara en julio de
1923, que adjudicaba un premio de mayoría a la lista vencedora. Las elecciones del 6 de abril de 1924 que se celebraron en un
clima de intimidación y de violencia aseguraron una amplia mayoría al gobierno, pero el asesinato del diputado socialista Giacomo
Matteotti, la profunda conmoción que el delito suscitó en el país la secesión parlamentaria de la mayoría de los diputados
antifascistas, dieron un gran golpe a la política de coalición e hicieron vacilar al gobierno. Mussolini consiguió evitar la caída. Con
el discurso de Mussolini a la Cámara el 3 de enero de 1925 el fascismo inició una nueva fase de consolidación y ampliación de su
poder.
El régimen fascista.
Revolución legal. Con la aprobación de parte del Parlamento dominado por los fascistas de un conjunto orgánico de leyes
autoritarias, elaboradas en su mayor parte por el jurista Alfredo Rocco, el arquitecto del Estado fascista con las que se destruía el
régimen parlamentario, aunque dejando, aparentemente intacta, la fachada de la monarquía constitucional fundada en el Estatuto de
1848.
La libertad de organización fue abolida por la ley de 26 de noviembre. La prensa fue “fascistizada” los periódicos de oposición
fueron suprimidos o cambiaron de propietario y se alienaron las directrices fascistas. Cerca de quince mil italianos fueron enviados
al destierro es decir, condenados a la perdida de trabajo y al confinamiento en pueblos lejanos de su habitual lugar de residencia.
Constituicionalización del Gran Consiglio. Un nuevo estatuto del partido abolió la democracia interna y el PNF fue definitivamente
sometido a las órdenes del Duce. La consolidación del régimen fascista fue coronada en 1929 por la conciliación con Iglesia y por
las primeras elecciones plebiscitarias.
Los únicos sindicatos reconocidos fueron los fascistas. La Confederazione dei Sindacati Fascista en 1922.
Primera etapa hacia la ejecución del ordenamiento corporativo, cuya misión sería la organización unitaria de las fuerzas
productivas, según los principios definidos por la Carta del Lavoro. El Ministerio delle Corporazioni fue creado en 1926. El
corporativismo fue exaltado como la respuesta originaldel fascismo a la crisis del sistema capitalista, en alternativa al comunismo,
pero realmente el ordenamiento corporativo fue sólo un nuevo aparato burocrático de poca funcionalidad, no realizó en la práctica
la colaboración paritaria entre trabajadores y patronos y mucho menos dio vida a una nueva economía.
1932, amnistía a los presos políticos hacer ostensión de su solidez y seguridad. Máquina propagandística, prensa, la radio y el cine
para la valoración espectacular de los éxitos del régimen. La organización de la propaganda iniciada desde 1923 se puso bajo el
control de una subsecretaría de Prensa Y Propaganda (1934), luego, Ministerio della Cultura Popolares (Miniculpop). La adhesión
de muchos intelectuales influyentes que provenían del inestable nacionalismo liberal, como el filósofo Giovanni Gentile y el
historiador Giocchino Volpe.
Los encuentros del Duce con la muchedumbre se convirtieron en el momento culminante de la organización del consenso, fusión
emotiva del jefe con la multitud, como mística comunión simbólica de la nación consigo misma a través de su máximo intérprete.
Crear un italiano nuevo que debía conformar toda la conducta de su existencia según el dogma “creer, obedecer, combatir”.
La escuela. Pedagogía totalitaria, concordante con los fines del partido y del Estado fascista. Los docentes requisito obligatorio de
la inscripción al PNF. El régimen pretendía seleccionar a la nueva clase dirigente principalmente, entre estos jóvenes. En el campo
de la educación juvenil. Valorando al catolicismo como instrumento de la organización del consenso, el fascismo se consideró una
religión laica de la nación y del Estado.
Los fasci femeninos. Exaltación de la virilidad masculina y su antifeminismo, y reservó a los hombres la actividad política
dirigente, confirmando para la mujer, en general el papel tradicional de esposa, madre y educadora, subordinada al hombre.
La mujer en tanto que madre y esposa, debía producir hijos para la patria y criarlos en sus primeros años.
La aceleración totalitaria.
el reforzamiento de las prerrogativas y de las funciones del partido Fascista y la abolición de la Cámara de los Diputados, sustituida
por la Camera dei Fasci e delle Corporazioni. La institución del cargo de Primo Maresciallo dell’Imperio conferido tanto a
Mussolini como al rey. Fue la antesala de la voluntad del fascismo de devaluar posteriormente las funciones de la monarquía...
El racismo no era extraño en la cultura fascista en cambio, el antisemitismo no había sido, hasta 1938, un componente de la
ideología fascista. Desde la alianza con la Alemania Nazi (1938) se convirtió en un estado antisemita, los judíos italianos
aproximadamente cincuenta mil fueron discriminados y separados de las instituciones estatales de la esculla, de la vida pública. El
fascismo había profesado, desde sus orígenes, una vocación imperialista, si bien vagamente entendida, al principio, como
expansionismo económico y espiritual, unido al mito populista de la Gran Proletaria. Esta vocación imperial se orientó de finales de
los años veinte den adelante hacia el expansionismo político y económico en los Balcanes ya hacia las conquistas coloniales en
África , con la ambición máxima de afirmar la hegemonía italiana en el Mediterráneo para abrirse comino a los océanos.
La difusión de gobiernos dictatoriales en casi todos los países de Europa meridional y oriental, algunos de los cuales adoptaron,
copiando el modo fascista, formas rituales simbólicas en la representación política y estructura de tipo corporativo en la
organizaciopon de la economía y de la sociedad, parecía confirmar la pretensión del régimen fascista de ser el precursor de una
radical transmutación de valores y de organismos políticos que aniquilarían el régimen parlamentario y los ideales liberales y
democráticos procedentes de la Revolución francesa
De la apoteosis a la ruina
La guerra de Etiopía no cerró definitivamente el camino a la búsqueda de buenas relaciones con las democracias, especialmente con
Inglaterra el camino de la situación internacional en la segunda mitad de la década de 1930, agravada por el revisionismo hitleriano
y por la Guerra civil en España, expuso al fascismo a la tentación de nuevas empresa bélicas que Mussolini, ya prisionero del
propio mito de Duce infalible, encandilando por la visión de la “nueva civilización y apremiado por el prepotente dinamismo de la
Alemania nazi, no supo evitar.
Mussolini arrastró al país a la guerra el 10 de junio de 1940, ilusionándose con una rápida conclusión por la victoria del Eje. En
mayo de 1941 Italia perdía definitivamente el imperio de Etiopía y el mes siguiente, iniciada la guerra de Alemania contra la Unión
soviética, Mussolini decidía participar enviando un cuerpo de expedición italiano. Las derrotas militares italianas sufridas en el
curso del conflicto, señalaron el fin del régimen fascista ya en plena crisis por la total pérdida de consenso de la gran masa de los
italianos y al decisión de la monarquía de las fuerzas económicas y de la Iglesia, de buscar una salida a la guerra liquidando a
Mussolini.
La República social
El nuevo Estado fascista denominado República social italiano o más comúnmente, República de Saló. Devolver la vida al
fascismo, reconduciéndolo a sus orígenes republicanos. Inicio de la guerra civil.
Fueron retomadas y desarrolladas las temáticas anti burguesas y socializantes, afloradas ya en los últimos años del régimen, par a
dar al fascismo republicano un carácter revolucionario anticapitalista, y fueron exaltados los aspectos irracionales y místicos que
eran típicos de la religión política fascista, como el reto a la muerte, la ética del sacrificio, el sentido del honor, el espíritu guerrero y
el culto a la violencia.
Las semblanzas de un mito.
Mussolini ha sido un componente fundamental del fascismo y uno de los mitos más populares de la época de entreguerras. Al
derrumbarse el mito algunos jefes fascistas atribuyeron al mussolinismo la mayor parte de la responsabilidad por la crisis que el
régimen sufrió antes de la caída.
El mito del duce en la sociedad moderna
Por cuanto penetrante e insistente, la propaganda de un mito político debe dirigirse a un ´público que esté en algunas mediada,
preparando a recibirlo y con su comportamiento favorezca el nacimiento y el triunfo en tanto que lo considera necesario para la
propia existencia. Para tener éxito, el mito político debe ser acorde a los deseos y aspiraciones colectivas, debe entroncar con una
tradición cultural de tipo popular o intelectual y debe por tanto asimilarla en su propia estructura.
Sus raíces están en el culto romántico e idealista del genio pero el troco creció y se ramificó con el desarrollo de la sociedad de
masas.
El mito socialista del jefe revolucionario.
Mito socialista, se convirtió en una “personalidad” improvisadamente, en el congreso nacional del PSI en 1912. Oratoria
El símbolo caído
El nacimiento del mito se produjo gracias al difundido sentimiento de rechazo a la tradición positivista y reformista, y a la
esperanza de una reanudación revolucionaria que apareció realizarse Mussolini.
La elección del intervencionismo y la fundación de Popolo d’Italia marcaron la caída del mito socialista de Mussolini. La
disolución del mito fue tan rápida como rápido había sido su nacimiento. El traidor, el vendido.
El contramato del politiquero oportunista, ambicioso por interés, egocéntrico, sin ideas ni ideales, corrupto por el deseo de poder.
El mito radical-nacional de Mussolini, al igual que el mito socialista se formó en un ambiente predispuesto donde estaba vivo un
sentimiento de espera de eventos decisivos. Su filosofía activista predicada la afirmación dionisiaca de la vida como energía,
voluntad, espíritu guerrero, conquista de valores, y consideraba como resultado y condición de la revolución social sindicalista la
creación de un hombre nuevo, moral y económico, hombre que deberá reconducir los destinos del mundo.
El héroe del intervencionismo
Admirémoslo si uno por otra cosa,por el coraje que esta demostrando “nuestro duce espiritual”. “espíritu de hacer al servicio de
una formidable voluntad, un hombre invulnerable un marxista culto y convencido homo nuevos del socialismo, corazón latente del
partido ídolo de las masas que instintivamente sentían encarnadas en él sus mejores cualidades de entusiasmo, de fe de sacrificio”.
El fascismo y la fábrica del consenso
Joven, enérgico, dinámico, de rasgos napoleónicos o cesáresos, oratoria simple, eficaz y persuasiva. Contacto directo con la gente
común como queriendo darle la sensación física de su cercanía al poder y de ser escuchada y atendida a través de su persona. Las
clases populares que no habían sufrido la violencia fascista manifestaban su simpatía al hijo del pueblo que se había convertido en
jefe de gobierno sin haber cambiado o escondido, o antes ostentado, sus orígenes populares, por lo que inmediatamente, se vio
circulando de la confianza y la esperanza en su obra sanadora de las injusticia y de los males de la existencia. El mito del duce fue
utilizando por la gente común para criticar el régimen y su jerarquía.
Divinización de Mussolini, Tú eres nuestro padre, Tú nos enseñara vivir, Tú eres la estrella que ilumina nuestro camino.
Mussolini y fasciscmo
En realidad 4en los orígenes del fascismo. Era sólo un miembro de la Oficina de Propaganda y de la Comisión ejecutiva. Hasta el
congreso fascista de 1921.
La mística del Duce
Mussolini educaba a los italianos “simplemente con mirar a los ojos y que las nuevas generaciones anhelaban “forjarse según el
ejemplo vivo del caudillo”. Síntesis de cualquier tipo de grandeza…
Prisionero del mito
Los gerarchi comenzaron a perder la fe u el entusiasmo cuando el mismo Mussolini comenzó en cambio a ser poseído por el mito
de sí mismo a proyectarse como mito no sólo en las imágenes de la propaganda, sino también en su propia conciencia.
Desde el periodo en el que era un oscuro agitador, a principio de siglo estaba convenció de haber sido llamado a anunciar un época
nueva. En la filosofía de Nietzche, que dejó una importa indeleble en su mentalidad, encontró una confirmación acorde con su
visión de la vida y de sí mismo como individuo excepcional, que tenía frente así una humanidad bruta y mediocre, sobre la que
obrar con “profundo desprecio hacia los hombres”.
Del aislamiento a la catástrofe.
Durante la guerra es un mito que sentencia para la posteridad, arrojando chorros de desprecio no sólo hacia los individuos sino
también hacia los pueblos. La tragedia de la Segunda Guerra Mundial es vivida por el Duce como un desafío directo y personal
entre él y los italianos, los ingleses, los franceses, los alemanes: Mussolini –mito sentencia sobre la vida y la muerte de las pueblos
en constante polémica con la historia real.

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