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Capítulo 6 B-PH

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165
El mercado del 
trabajo
CAPÍTULO
6
Pensemos en lo que ocurre cuando las empresas responden a un aumento de la demanda incrementando la producción:
 El aumento de la producción eleva el empleo. 
 El aumento del empleo provoca una reducción del desempleo. 
 La reducción del desempleo provoca una subida de los salarios.
 La subida de los salarios eleva los costos de producción, obligando a las 
empresas a subir los precios.
 La subida de los precios lleva a los trabajadores a pedir unos salarios más altos.
 Y así sucesivamente.
Hasta ahora hemos prescindido de esta secuencia de acontecimientos. Supo-
niendo que el nivel de precios se mantenía constante, hemos supuesto de hecho 
que las empresas podían y querían ofrecer cualquier cantidad de producción a un 
nivel de precios dado. Este supuesto era aceptable mientras centráramos la aten-
ción en el corto plazo. Pero, como ahora nos fijaremos en lo que ocurre a medio 
plazo, debemos abandonar este supuesto, averiguar cómo se ajustan los precios 
y los salarios con el paso del tiempo y cómo afecta eso, a su vez, a la producción. 
Esta será nuestra tarea en el presente capítulo y en los tres siguientes.
El mercado de trabajo, que es el mercado en el que se determinan los sala-
rios, se encuentra en el centro de la serie de acontecimientos antes descritos. Este 
capítulo centra la atención en el mercado de trabajo. Consta de seis apartados:
 En el Apartado 6.1 ofrecemos una visión panorámica de mercado de trabajo. 
 En el 6.2 centramos la atención en el desempleo, cómo varía con el paso 
del tiempo y cómo afectan sus variaciones a los trabajadores.
 En los Apartados 6.3 y 6.4 examinamos la determinación de los salarios y 
los precios.
 En el 6.5 analizamos el equilibrio del mercado de trabajo. Describimos la 
tasa natural de desempleo, que es la tasa de desempleo a la que la econo-
mía tiende a volver a medio plazo.
 En el 6.6 ofrecemos el mapa de nuestro próximo destino. 
166 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
6.1 Una gira por el mercado del trabajo
En 2003 la población total de Estados Unidos era de 291 millones (Figura 6.1). 
Excluidas las personas que no tenían edad para trabajar (las menores de die-
ciséis años), las que pertenecían a las fuerzas armadas y las que estaban en-
carceladas, el número de personas potencialmente disponibles para ocupar 
un empleo civil, es decir, la población civil, era de 221,2 millones.
La población activa –la suma de las personas que estaban trabajando o 
buscando trabajo– era de 146,5 millones solamente. Los otros 74,7 millones 
eran personas inactivas, es decir, personas que no trabajaban en el mercado ni 
buscaban trabajo. La tasa de actividad, que es el cociente entre la población 
activa y la población civil, era, pues, igual a 146,5/221,2, o sea, del 66%. La 
tasa de actividad ha aumentado ininterrumpidamente con el paso del tiempo 
debido sobre todo al continuo incremento de la tasa de actividad femenina. En 
1950, una mujer de cada tres pertenecía a la población activa; actualmente, 
su número se aproxima a dos de cada tres.
Por lo que se refiere a las personas pertenecientes a la población activa, 
137,7 millones estaban ocupadas y 8,8 millones estaban desempleadas, es decir, 
buscando trabajo. La tasa de desempleo, que es el cociente entre los desemplea-
dos y la población activa, era, pues, igual a 8,8/146,5, o sea, un 6%.
El trabajo doméstico, como 
cocinar o cuidar a los hijos, 
no se considera trabajo en 
las estadísticas oficiales. La 
razón se halla en la dificul-
tad de medir estas activida-
des; no pretende ser un jui-
cio de valor sobre lo que es 
trabajo y lo que no lo es.
Figura 6.1 �
La población, la población activa, el empleo y el desempleo en Estados Unidos (en 
millones), 2003
Población total: 291 millones
Población civil:
221,2 millones
Población activa:
146,5 millones
Ocupados:
137,7 millones
Desempleados:
8,8 millones
Población
inactiva:
74,7 millones
167Capítulo 6 • El mercado del trabajo
Los grandes flujos de trabajadores
Para comprender qué implica una tasa de desempleo dada para un trabajador, 
resultará útil la siguiente analogía.
Pensemos en un aeropuerto lleno de pasajeros. Puede estar lleno porque 
hay muchos aviones aterrizando y despegando y muchos pasajeros entrando y 
saliendo rápidamente del aeropuerto. Pero también puede estarlo porque el 
mal tiempo está retrasando la salida de algunos vuelos y los pasajeros están 
esperando a que mejore el tiempo. El número de pasajeros que hay en el aero-
puerto es alto en ambos casos, pero sus penalidades son muy diferentes. En el 
segundo caso, es probable que los pasajeros estén mucho menos contentos.
De la misma forma, una tasa de desempleo puede reflejar dos realidades 
muy diferentes. Puede reflejar un mercado de trabajo activo, en el que hay mu-
chas bajas y muchas contrataciones y muchos trabajadores que entran y salen 
del desempleo; o puede reflejar un mercado de trabajo esclerótico en el que hay 
pocas bajas, pocas contrataciones y una reserva de desempleados estancada.
Esclerosis, término médico, 
significa endurecimiento de 
las arterias. Se utiliza por 
analogía en economía para 
describir los mercados que 
funcionan mal y tienen pocas 
transacciones.
Para averiguar qué ocurre tras la tasa agregada de desempleo se necesitan 
datos sobre los movimientos de los trabajadores. En Estados Unidos existen 
datos de ese tipo en una encuesta mensual llamada Current Population Survey 
(CPS). La Figura 6.2 muestra los flujos mensuales medios calculados a partir 
de la CPS de Estados Unidos; corresponden al periodo 1994-1999 (en Argen-
tina se realiza una encuesta similar; véase en este capítulo el recuadro titulado 
“La medición del desempleo en la Argentina”).
Las cifras de empleo, desem-
pleo e inactividad de la 
Figura 6.1 se refieren a 
2003. Las cifras de las mis-
mas variables de la Figura 
6.2 se refieren a las medidas 
de 1994-1999. Esa es la 
razón por la que son (algo) 
distintas.
La Figura 6.2 tiene tres características destacadas:
 Los flujos de entrada y salida del empleo son muy grandes.
En Estados Unidos todos los meses hay, en promedio, 6,7 millones de 
bajas (de una reserva de empleo de 127 millones): 3,5 millones de trabaja-
dores pasan directamente de un empleo a otro (representados por la flecha 
circular situada en la parte superior de la figura). Otros 1,5 millones pasan 
del empleo al desempleo (representados por la flecha que va del empleo al 
desempleo). Y 1,7 millones pasan del empleo a la inactividad (representados 
por la flecha que va del empleo a la inactividad).
Dicho de otra forma quizá 
más dramática: en Estados 
Unidos, todos los días se 
quedan sin empleo 50.000 
trabajadores, en promedio.
¿Por qué hay tantas bajas todos los meses? Alrededor de tres cuartas partes 
de todas las bajas son bajas voluntarias, es decir, trabajadores que abandonan 
su empleo en busca de una alternativa mejor. La cuarta parte restante son des-
pidos, que se deben principalmente a las variaciones de los niveles de empleo 
de las distintas empresas. La lenta variación de las cifras agregadas de empleo 
oculta una realidad de continua destrucción y creación de puestos de trabajo 
en las distintas empresas. En cualquier momento del tiempo, algunas empresas 
en las que disminuye la demanda reducen su nivel de empleo; otras en las que 
aumenta la demanda elevan su nivel de empleo.
168 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
Figura 6.2 �
Flujos mensuales medios entre el empleo, el desempleo y la inactividad en Estados 
Unidos, 1994-1999
Empleo
127 millones
Inactivos
66,7 millones
Desempleo
7 millones
1,1
1,3
1,5
1,7
1,
5
1,
8
3,5
(1) Los flujos de entrada y salida de trabajadores del empleo son grandes. (2) Los flujos de 
entrada y salida del desempleo son grandes en relación con el número de desempleados. (3) 
También hay grandes flujos de entrada y salida de la poblaciónactiva; muchos de ellos son 
flujos de entrada y salida directas del empleo.
 Los flujos de entrada y salida del desempleo en relación con el número 
total de desempleados. 
El flujo mensual medio de salida del desempleo es de 3,1 millones: 
1,8 millones de personas encuentran trabajo y 1,3 millones dejan de bus-
car y abandonan la población activa. En otras palabras, la proporción de 
desempleados que abandonan el desempleo es igual a 3,1/7,0, o sea, al-
rededor del 44% al mes o, lo que es lo mismo, la duración media del 
desempleo –el periodo medio que están desempleados los individuos– 
oscila entre dos y tres meses.
Este hecho tiene una implicación importante. No debemos imaginar que 
el desempleo existente en Estados Unidos es una reserva estancada de traba-
jadores que aguardan indefinidamente a tener un empleo. Para la mayoría de 
los desempleados (pero evidentemente no para todos), el desempleo es una 
transición rápida más que una larga espera entre un puesto de trabajo y otro. 
A este respecto, Estados Unidos es un caso excepcional en el grupo de países 
ricos. Como veremos en el Capítulo 13, la duración media del desempleo es 
mucho mayor en Europa occidental.
 Los flujos de entrada y salida de la población activa también son sorpren-
dentemente grandes. Todos los meses, 3 millones de trabajadores abando-
nan la población activa (1,7 más 1,3) y un número aproximadamente igual 
entra en la población activa (1,5 más 1,1).
Tal vez el lector piense que estos dos flujos estén formados, por una parte, 
por las personas que acaban los estudios y entran en la población activa por 
La duración media del des-
empleo es igual a la inversa 
de la proporción de desem-
pleados que abandonan 
cada mes el desempleo. Para 
ver por qué, consideremos un 
ejemplo. Supon gamos que el 
número de desempleados es 
constante e igual a 100 y 
que cada desempleado per-
manece dos meses en esa 
situación. Por lo tanto, siem-
pre hay 50 personas que lle-
van un mes desempleadas y 
50 que llevan dos meses. 
Cada mes, los 50 desem-
pleados que llevan dos meses 
desempleados abandonan el 
desempleo. En este ejemplo, 
la proporción de desemplea-
dos que abandonan el des-
empleo cada mes es 
50/100, o sea, el 50%. La 
duración del desempleo es 
de dos meses, es decir, la 
inversa de 1/50%.
169Capítulo 6 • El mercado del trabajo
primera vez, y, por otra, por los trabajadores que se jubilan. Pero cada uno 
de estos dos grupos representa en realidad una pequeña proporción de los 
flujos totales. Todos los meses sólo entran en la población activa alrededor 
de 400.000 nuevas personas y se jubilan alrededor de 250.000. Pero los 
flujos reales de entrada y salida de la población activa son de 5,6 millones 
(1,7 + 1,3 + 1,5 + 1,1), es decir, alrededor de ocho veces mayores. 
Eso significa que muchas de las personas que se clasifican en la categoría 
de inactivas están dispuestas, en realidad, a trabajar y se mueven repetidamen-
te entre la actividad y la inactividad. De hecho, por lo que se refiere a las que 
se clasifican en la categoría de inactivas, cerca de 5 millones declaran que 
aunque no están buscando trabajo, «quieren trabajar». No está claro qué quie-
re decir exactamente esta afirmación, pero los datos indican que muchas 
aceptan trabajo cuando se lo ofrecen.
Este hecho tiene otra implicación importante. El enorme interés de los eco-
nomistas, los responsables de la política económica y los medios de comuni-
cación por la tasa de desempleo va parcialmente descaminado. Algunas de las 
personas clasificadas en la categoría de inactivas se parecen mucho a los des-
empleados. Son, en realidad, trabajadores desanimados y aunque no están 
buscando trabajo activamente, aceptarían uno si lo encontraran. Esa es la razón 
por la que a veces los economistas centran la atención en la tasa de desocupa-
ción, que es el cociente entre la población menos el empleo y la población, y 
no en la tasa de desempleo. En este libro seguiremos la tradición y centraremos 
la atención en la tasa de desempleo, pero tenga presente el lector que esta no 
es la mejor estimación del número de personas disponibles para trabajar.
En el otro sentido, algunos 
desempleados pueden no 
estar dispuestos a aceptar 
cualquier empleo que les 
ofrezcan, por lo que proba-
blemente no deberían consi-
derarse desempleados, ya 
que no están buscando real-
mente trabajo.
6.2 Las variaciones del desempleo
Veamos ahora cómo varía el desempleo. La Figura 6.3(a) muestra el valor 
medio de la tasa anual de desempleo de Estados Unidos desde 1948. 
La Figura 6.3(a) tiene dos importantes características.
 Hasta mediados de los años ochenta, parece como si la tasa de desempleo 
de Estados Unidos mostrara una tendencia ascendente, pasando de una 
media de un 4,5% en los años cincuenta a un 4,7% en los sesenta, un 6,2% 
en los setenta y un 7,3% en los ochenta. Sin embargo, desde entonces la 
tasa de desempleo ha descendido ininterrumpidamente. En la década de 
1990, la tasa media de desempleo fue de un 5,2%, manteniéndose dentro 
de ese rango hasta el 2008 en que subió abruptamente. En el Capítulo 8 
volveremos a esta cuestión.
La evolución de la tasa de 
desempleo ha sido muy dife-
rente en Europa occidental. 
Como vimos en el Capítulo 
1, la tasa de desempleo de 
la zona del euro, que era del 
orden del 3% en la década 
de 1960, hacia fines del 
2009 giraba en torno al 
10%. Para más información 
sobre esta cuestión, véanse 
los Capítulos 8 y 13.
170 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
Figura 6.3 �
Evolución de la tasa de desempleo
0 
2 
4 
6 
8 
10 
12 
14 
Tasa Desempleo (%) 
00% 
05% 
10% 
15% 
20% 
25% 
1974 1979 1984 1989 1994 1999 2004 2009 
Ta
sa
 %
 
Tasa de Desempleo Argentina 
(a) Estados Unidos desde 1990 hasta 2010*
Desde 1990 la tasa media de desempleo de Estados Unidos ha fluctuado entre el 4% y el 10% con 
una pronunciada alza en el 2009.
b) Argentina,1974-2009*
* estimado
Desde 1974 hasta fines de 1992, el desempleo se mantuvo en el rango del 2,3% al 7%. A partir 
de allí tuvo un aumento sostenido, alcanzando niveles récord del 18,4% en mayo de 1995 y del 
21,5% en mayo de 2002. Esta tendencia se revirtió a partir del elevado crecimiento del PIB, 
cayendo al 7,3% en el último trimestre del 2008. Al igual que en la mayor parte de las economías, 
la recesión mundial afectó el nivel de desempleo, el que para el 2009 habría rondado el 9,0%.
(b)
(a)
TEMA CONCRETO
La medición del desempleo en la Argentina
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) es la principal 
fuente estadística sobre la situación laboral de la pobla-
ción argentina. La EPH es un programa nacional de pro-
ducción permanente de indicadores sociales cuyo objeti-
vo es conocer las características socioeconómicas de la 
población. Es realizada en forma conjunta por el Instituto 
Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y las Direccio-
nes Provinciales de Estadística. Tradicionalmente esta en-
cuesta se relevaba dos veces al año, en mayo y en octu-
bre. Si bien la información era valiosa, no reflejaba la 
variación durante el resto del año. A partir de 2003, la 
muestra se ha rediseñado para la captación continua de 
la información y para brindar mayor frecuencia en la 
presentación de los resultados. La nueva modalidad con-
siste en un relevo continuo (semana a semana) de 17.240 
hogares ubicados en 28 centros urbanos del país, que 
permite dar estimaciones trimestrales, semestrales y anua-
les. También se reformularon los cuestionarios para reflejar 
adecuadamente las nuevas características del mercado 
laboral y mejorar la captación de las mediciones. Los 
cuestionarios rediseñados captan ahora formas ocultas de 
ocupación y de desempleo, modalidades especiales de 
empleo, condiciones de trabajo, cobertura social, étcete-
ra. Recuérdense algunos de los indicadores ocupaciona-
les que se calculan a partir de esta encuesta:
 Tasa de actividad: calculada como porcentaje 
entre la población económicamenteactiva y la 
población total.
 Tasa de empleo: porcentaje de la población ocu-
pada con respecto a la población total. 
 Tasa de ocupación: es el porcentaje entre la pobla-
ción ocupada y la población económicamente activa.
 Tasa de desocupación: calculada como porcenta-
je entre la población desocupada y la población 
económicamente activa.
 Tasa de subocupación: se calcula como el porcen-
taje entre la población subocupada y la población 
económicamente activa.
Cabe advertir, por último, que la EPH emplea los térmi-
nos desempleo y desocupación como sinónimos. 
Algunos datos sobre los movimientos en el mercado 
laboral argentino: desde la segunda mitad de 2003 has-
ta finales de 2007 salieron del desempleo casi 1.500.000 
personas; otras 700.000 cambiaron los planes sociales 
por un empleo de mercado; y 1.000.000 de nuevos 
trabajadores encontraron ocupación. Son más de 3 millo-
nes los empleos creados en el período. Aunque alrededor 
de 1.300.000 personas buscan trabajo.
20
19
18
17
16
15
14
13
12
11
10
9
98 99 00 01 02 00 04 05 06 1 sem.
Evolución de la tasa de subocupación
1998-2007
(en porcentaje)
(*) Descontados los desocupados
Fuente: FIDE, con datos del INDEC.
Ocupación plena y ocupacional total
2003-2007
(en indice base 2003 -100)
03 04 05 06 07 II
132
130
128
126
124
122
120
118
116
114
112
100
Ocupación plena
Ocupación total
Fuente: FIDE, con datos del INDEC.
171Capítulo 6 • El mercado del trabajo
172 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
 Dejando a un lado estas variaciones tendenciales, las variaciones interanuales 
de la tasa de desempleo están estrechamente relacionadas con las recesiones 
y las expansiones. Obsérvense, por ejemplo, los últimos tres puntos máximos 
de desempleo. El más reciente, en el que se alcanzó el 9,3%, estuvo relacio-
nado con la recesión de 2008. En 2011 la tasa de desempleo llega a superar 
el 8%.
¿Cómo afectan estas fluctuaciones de la tasa agregada de desempleo a 
cada uno de los trabajadores? Se trata de una pregunta importante, ya que la 
respuesta determina:
 el efecto que producen las variaciones de la tasa agregada de desempleo 
en el bienestar de los trabajadores;
 el efecto que produce la tasa agregada de desempleo en los salarios.
Comencemos preguntándonos cómo pueden reducir las empresas su em-
pleo cuando desciende la demanda. Pueden contratar menos trabajadores 
nuevos o pueden despedir a los que tienen. Normalmente, prefieren reducir o 
detener primero la contratación de nuevos trabajadores y recurrir a las bajas 
voluntarias y a las jubilaciones para conseguir reducir el empleo. Pero, si el 
descenso de la demanda es grande, eso puede no ser suficiente, y en ese caso 
las empresas pueden tener que despedir a algunos trabajadores.
Pensemos ahora en las consecuencias tanto para los trabajadores ocupa-
dos como para los desempleados:
 Si el ajuste se realiza reduciendo las contrataciones, las probabilidades de que 
un desempleado encuentre trabajo disminuyen. Una reducción de las contra-
taciones significa una disminución de las vacantes; un aumento del desem-
pleo significa un aumento del número de demandantes de empleo. Una re-
ducción de las vacantes y un aumento del número de demandantes de empleo 
hacen que resulte más difícil para los desempleados encontrar trabajo. 
 Si el ajuste se realiza, por el contrario, aumentando los despidos, los traba-
jadores ocupados corren más riesgos de perder el empleo. 
En general, cuando las empresas utilizan ambos márgenes de ajuste, un 
aumento de la tasa de desempleo va acompañado tanto de una reducción de 
las probabilidades de los desempleados de encontrar trabajo como de un au-
mento de las probabilidades de los ocupados de perder el empleo. Las Figuras 
6.4 y 6.5 muestran estos dos efectos en Estados Unidos durante el periodo 
1968-1999. La Figura 6.4 representa la evolución de dos variables: la tasa de 
desempleo (medida en el eje de ordenadas de la izquierda) y la proporción de 
desempleados que encuentran trabajo mensualmente (medida en el eje de 
ordenadas de la derecha). Esta proporción se calcula dividiendo el flujo men-
sual de salida del desempleo al empleo por el número de desempleados exis-
tentes a comienzos de mes. Para mostrar más claramente la relación entre las 
dos variables, la proporción de desempleados que encuentran trabajo se repre-
senta en una escala invertida. Asegúrese el lector de que percibe que en la 
escala vertical de la derecha la proporción es más baja en la parte superior y 
más alta en la parte inferior. 
Destaca la relación entre las variaciones de la proporción de desempleados 
que encuentran trabajo y la tasa de desempleo. En los periodos en los que el 
desempleo es más alto, las proporciones de desempleados que encuentran tra-
bajo son mucho más bajas. Por ejemplo, en el peor momento de la recesión que 
vivió Estados Unidos entre 1980 y 1982, la proporción se redujo al 17% aproxi-
madamente, mientras que el valor medio es del 25% en el periodo examinado.
173Capítulo 6 • El mercado del trabajo
Figura 6.4 �
La tasa de desempleo y la proporción de desempleados que encuentran trabajo
Figura 6.5 �
La tasa de desempleo y la tasa mensual de salida del empleo
30 5(b)
25
20
15
10
5
0
1988TII 1993TII 2003TII1998TII
Ta
sa
d
e
d
es
em
p
le
o
(%
)
Tasa de
desempleo
Tasa trimestral
de salida
Ta
sa
tr
im
es
tr
al
d
e
sa
lid
a
(%
)
4,5
4
3,5
3
2,5
2
1,5
1
0,5
0
(a)
Ta
sa
d
e
d
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p
le
o
(%
)
Ta
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en
su
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(%
)
Es
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U
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s,
 1
96
8-
19
99
Es
ta
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 1
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19
99
Es
pa
ña
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98
7-
20
04
174 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
La Figura 6.5 representa la evolución de dos variables: la tasa de desempleo 
(medida en el eje de ordenadas de la izquierda) y la tasa mensual de salida del 
empleo (medida en el eje de ordenadas de la derecha). Esta última se calcula 
dividiendo el flujo mensual de salida del empleo (hacia el desempleo y hacia 
la inactividad) por el número de ocupados existente a comienzos de mes. La 
relación entre la tasa de salida y la tasa de desempleo representada en la Figu-
ra 6.5 no es tan estrecha como la relación representada en la Figura 6.4, para 
el caso de Estados Unidos, pero, no obstante, es bastante visible. Cuando au-
menta la tasa de desempleo, la tasa de salida es más alta, es decir, los trabaja-
dores ocupados tienen más probabilidades de perder el empleo.
Para ser precisos, en la Figura 
6.5 sólo nos enteramos de que 
cuando el desempleo es más 
alto, las bajas son mayores. 
Las bajas son iguales a las 
bajas voluntarias más los des-
pidos. Sabemos por otras fuen-
tes que las bajas voluntarias 
son menores cuando el desem-
pleo es alto. Es más atractivo 
abandonar un puesto de tra-
bajo cuando hay mucho 
empleo. Por lo tanto, si las 
bajas aumentan y las bajas 
voluntarias disminuyen, eso sig-
nifica que los despidos (que 
son iguales a las bajas menos 
las bajas voluntarias) aumentan 
aun más que las bajas.
Recapitulando, cuando el desempleo es alto, el bienestar de los trabajado-
res empeora de dos maneras:
 La probabilidad de que los trabajadores ocupados pierdan el empleo aumenta.
 La probabilidad de los trabajadores desempleados de encontrar otro traba-
jo disminuye; en otras palabras, pueden esperar permanecer desempleados 
durante más tiempo.
Una mirada al desempleo en Asia y la Unión Europea
Figura 6.6 �
Evolución de la tasa de desempleo en Asia, 1997-2006
Asia: tasa ponderada de desempleo 
(no incluye Japón)
%
6.0
5.5
5.0
4.5
4.0
3.5
3.0
2.5
Ene-97 Jul-98 Ene-00 Jul-01 Ene-03 Jul-04 Ene-06
Como puede observarse, el rango de variación de esta ha sido mucho menor que en la 
observada para América Latina y el Caribe. Esto en gran medida puede explicarse por los 
bajos salarios y la elevada ocupación generada por elfuerte crecimiento experimentado en la 
región. Observe usted el salto en el nivel de desempleo que se produce en el año 1998, luego 
de la denominada crisis del sudeste asiático, y la posterior recuperación en los niveles de 
empleo en consonancia con la expansión de la economía.
175Capítulo 6 • El mercado del trabajo
 Figura 6.7 �
El desempleo en la Unión Europea, 1994-2010*
06 
07 
07 
08 
08 
09 
09 
10 
10 
11 
1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 
Desempleo U.E. (%) 
Fuente: Elaboración propia en base a datos OECO, Economic Outlook Nª 85. 
* Estimado.
Las características del mercado laboral de la Unión Europea nos dan una pauta sobre el 
porqué de la existencia de un mayor desempleo en dicha zona, el cual no ha bajado del 
6,2%: la menor flexibilidad de las leyes laborales, la lenta creación de empleo y el incremento 
del desempleo más pronunciado luego de la crisis de los Estados Unidos. Aparte del freno al 
crecimiento, la región debe hacer frente a varios retos en el futuro próximo: el envejecimiento 
de la población, la inmigración y la mano de obra barata proporcionada por los países 
recientemente incorporados.
6.3 La determinación de los salarios
Una vez analizado el desempleo, pasemos a analizar la determinación de los 
salarios y la relación entre estos y el desempleo.
Negociación colectiva: 
nego ciación entre un sindi-
cato (o grupo de sindicatos) 
y una em presa (o grupo de 
empresas).
Los salarios se fijan de muchas formas. A veces se fijan mediante una nego-
ciación colectiva, es decir, negociando entre las empresas y los trabajadores. En 
Estados Unidos, sin embargo, la negociación colectiva desempeña un reducido 
papel, sobre todo fuera de la industria manufacturera. Actualmente, el porcen-
taje de trabajadores cubiertos por convenios colectivos no llega al 15%. 
La negociación
El poder de negociación de un trabajador depende de dos factores. El prime-
ro es la facilidad de la empresa para sustituirlo si la abandonara y el segundo 
es la facilidad del trabajador para encontrar otro trabajo si abandonara la 
empresa. Cuanto más caro le resulte a la empresa sustituir al trabajador y más 
fácil le resulte al trabajador encontrar otro trabajo, mayor será el poder de 
negociación del segundo. Eso tiene dos implicancias:
 El poder de negociación que tenga un trabajador depende, en primer lugar, 
del tipo de puesto que ocupe. Sustituir a un trabajador en McDonald’s no 
es muy caro. Las cualificaciones necesarias pueden enseñarse rápidamen-
te y, por lo general, ya hay un gran número de solicitantes dispuestos que 
han rellenado la solicitud. En esta situación, es improbable que el trabaja-
dor tenga mucho poder de negociación. Si pide un salario más alto, la 
empresa puede despedirlo y encontrar otro que lo sustituya con un costo 
mínimo. En cambio, un trabajador muy cualificado que conoce perfecta-
mente cómo funciona la empresa puede ser muy difícil y caro de sustituir. 
176 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
Eso le confiere más poder de negociación. Si pide un salario más alto, la 
empresa puede llegar a la conclusión que lo mejor es dárselo.
 El poder de negociación de los trabajadores también depende de la situa-
ción del mercado de trabajo. Cuando la tasa de desempleo es baja, es más 
difícil para las empresas encontrar un sustituto aceptable y es más fácil para 
los trabajadores encontrar otro trabajo. En estas condiciones, los trabajado-
res tienen más poder de negociación y pueden conseguir unos salarios más 
altos. En cambio, cuando la tasa de desempleo es alta, es más fácil para las 
empresas encontrar buenos sustitutos, mientras que es más difícil para los 
trabajadores encontrar otro trabajo. Al tener menos poder de negociación, 
los trabajadores pueden verse obligados a aceptar un salario más bajo.
Los salarios de eficiencia
Independientemente del poder de negociación de los trabajadores, las empresas 
pueden querer pagar un salario superior al de reserva. Desean que sus trabajado-
res sean productivos y un salario más alto puede ayudarlas a conseguir ese obje-
tivo. Por ejemplo, si los trabajadores tardan un tiempo en aprender a realizar su 
trabajo correctamente, las empresas querrán que se queden durante un tiempo. 
Pero si los trabajadores perciben solamente su salario de reserva, les dará lo mis-
mo quedarse que irse. En este caso, muchos se irán y la rotación puede ser alta. 
Pagando un salario superior al de reserva, a los trabajadores les resulta económi-
camente atractivo quedarse. La rotación disminuye y la productividad aumenta.
Antes del 11 de septiembre 
de 2001, la seguridad de 
los aeropuertos se cubría 
contratando trabajadores a 
un bajo salario y aceptando 
la elevada rotación resul-
tante. Actual mente, al con-
vertirse la seguridad de los 
aeropuertos en una prioridad 
mucho mayor, se intenta que 
el empleo sea más atractivo 
y esté mejor remunerado, 
con el fin de conseguir traba-
jadores más motivados y 
más competentes y reducir la 
rotación.
Tras este ejemplo se encuentra una proposición más general. La mayoría 
de las empresas quieren que sus trabajadores se encuentren a gusto en su 
trabajo. El hecho de que se encuentren a gusto contribuye a que se haga bien 
el trabajo, lo cual eleva la productividad. La empresa puede pagar un salario 
alto para conseguir estos objetivos (véase en este capítulo el recuadro titulado 
«Henry Ford y los salarios de eficiencia»). Los economistas llaman teorías de 
los salarios de eficiencia a las teorías que relacionan la productividad o la 
eficiencia de los trabajadores con el salario. 
Las teorías de los salarios de eficiencia, al igual que las teorías basadas en 
la negociación, sugieren que los salarios dependen tanto del tipo de puesto de 
trabajo como de la situación del mercado de trabajo: 
 Algunas empresas –como las de alta tecnología– que consideran que la 
moral y el compromiso de los trabajadores son esenciales para la calidad 
de su trabajo pagarán más que las empresas de los sectores en los que las 
tareas de los trabajadores sean más rutinarias.
 La situación del mercado de trabajo influye en el salario. Cuando la tasa 
de desempleo es baja, es más atractivo para los trabajadores ocupados 
dejar el empleo. Cuando es baja, resulta fácil encontrar otro trabajo. Eso 
significa que, cuando el desempleo disminuye, una empresa que quiera 
evitar un aumento de las bajas voluntarias tendrá que subir los salarios para 
inducir a los trabajadores a quedarse. Cuando eso ocurre, una reducción 
del desempleo provoca de nuevo una subida de los salarios. Y a la inversa, 
un aumento del desempleo provoca una reducción de los salarios.
Los salarios, los precios y el desempleo
Recogemos nuestro análisis de la determinación de los salarios mediante la 
siguiente ecuación:
 W = PeF(u, z) (6.1)
 (–, +)
177Capítulo 6 • El mercado del trabajo
El salario nominal agregado W depende de tres factores:
 El nivel esperado de precios, Pe. 
 La tasa de desempleo, u. 
 Una variable residual, z, que engloba todas las demás variables que pue-
den influir en el resultado de la fijación de los salarios. 
Examinemos cada uno de estos factores por separado.
El nivel esperado de precios
Dejemos primero a un lado la diferencia entre el nivel esperado de precios y 
el efectivo y preguntémonos por qué afecta el nivel de precios a los salarios. 
La respuesta: porque a los trabajadores y a las empresas no les interesan 
los salarios nominales sino los salarios reales: 
 A los trabajadores no les interesa saber cuántos dólares recibirán sino cuántos 
bienes podrán comprar con sus salarios. En otras palabras, no les interesa el 
salario nominal que reciben sino el salario nominal (W) que perciben en rela-
ción con el precio de los bienes que pueden comprar con él. Les interesa W/P. 
 Asimismo, a las empresas no les interesan los salarios nominales que pagan 
a los trabajadores sinolos salarios nominales (W) que pagan en relación 
con el precio de los bienes que venden (P). Por lo tanto, a las empresas 
también les interesa W/P. 
Examinémoslo de otra forma. Si los trabajadores esperan que el nivel de pre-
cios –el precio de los bienes que compran– se duplique, pedirán una duplicación 
del salario nominal. Si las empresas esperan que el nivel de precios –el precio 
de los bienes que venden– se duplique, estarán dispuestas a duplicar el salario 
nominal. Así pues, si tanto los trabajadores como las empresas esperan que el 
nivel de precios se duplique, acordarán duplicar el salario nominal, mantenien-
do constante el salario real. Esta relación se recoge en la Ecuación (6.1). Una 
duplicación del nivel esperado de precios provoca una duplicación del salario 
nominal elegido cuando se fijan los salarios.
Volvamos ahora a la distinción que hemos dejado de lado al principio del 
párrafo: ¿por qué dependen los salarios del nivel esperado de precios, Pe, y no 
del nivel efectivo de precios, P? Porque los salarios se fijan en términos nomi-
nales (en unidades monetarias), y cuando se fijan, aún no se sabe cuál será el 
nivel de precios relevante. 
Una subida del nivel espe-
rado de precios provoca una 
subida del salario nominal 
de la misma proporción.
Por ejemplo, en la mayoría de los convenios colectivos de Estados Unidos, 
los salarios nominales se fijan para tres años. Los sindicatos y las empresas 
tienen que fijar los salarios nominales para los tres años siguientes basándose 
en el nivel de precios que crean que estará vigente durante esos tres años. In-
cluso cuando los salarios son fijados por las empresas o en una negociación 
entre la empresa y cada trabajador, normalmente los salarios nominales se fi-
jan para un año. Si el nivel de precios sube inesperadamente durante el año, 
normalmente los salarios nominales no se reajustan (la manera en que los 
trabajadores y las empresas forman sus expectativas sobre el nivel de precios 
será el tema que nos ocupará en una gran parte de los tres capítulos siguientes, 
por lo que dejamos de momento esta cuestión).
La tasa de desempleo
La tasa de desempleo, u, también influye en el salario agregado de la Ecua-
ción (6.1). El signo negativo situado debajo de u indica que un aumento de la 
tasa de desempleo reduce los salarios. 
178 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
El hecho de que los salarios dependan de la tasa de desempleo es una de 
las principales conclusiones de nuestro análisis anterior. Si pensamos que los 
salarios se fijan en una negociación, un aumento del desempleo reduce el 
poder de negociación de los trabajadores y los obliga a aceptar unos salarios 
más bajos. Si pensamos que se fijan teniendo en cuenta algunas consideracio-
nes relacionadas con el salario de eficiencia, un aumento del desempleo per-
mite a las empresas pagar unos salarios más bajos y consigue que, aun así, los 
trabajadores estén dispuestos a trabajar.
Un aumento del desempleo 
provoca una reducción del 
salario nominal.
Los demás factores
La tercera variable de la Ecuación (6.1), z, es una variable residual que repre-
senta todos los factores que afectan a los salarios, dados el nivel esperado de 
precios y la tasa de desempleo. Por convención, z se define de tal forma que, 
cuando aumenta, el salario sube (de ahí el signo positivo que aparece debajo 
de z). Nuestro análisis anterior sugiere una larga lista de factores de ese tipo. 
De acuerdo con la definición 
de z, un aumento de z pro-
voca una subida del salario 
nominal.
Pensemos, por ejemplo, en el seguro de desempleo, que son las prestacio-
nes por desempleo que reciben los trabajadores que pierden el empleo. Exis-
ten buenas razones por las que la sociedad debe brindar algún seguro a los 
trabajadores que pierden el empleo y que tienen dificultades para encontrar 
otro. Pero apenas cabe duda de que haciendo menos angustiosa la perspectiva 
de quedarse sin empleo, unas prestaciones por desempleo más generosas ele-
van los salarios, dada la tasa de desempleo. Por poner un ejemplo extremo, 
supongamos que no existiera el seguro de desempleo. Algunos trabajadores 
tendrían poco para vivir y estarían dispuestos a aceptar unos salarios muy ba-
jos para evitar quedarse sin empleo. Pero el seguro de desempleo existe y 
permite a los desempleados aguantar hasta que los salarios sean más altos. En 
este caso, podemos imaginar que z representa la cuantía de las prestaciones 
por desempleo. Dada la tasa de desempleo, un aumento de las prestaciones por 
desempleo eleva el salario.
Es fácil pensar en otros factores. Una subida del salario mínimo puede 
subir no sólo el salario mínimo sino también los salarios que se encuentran 
justamente por encima de él, provocando una subida del salario medio, W, 
dada la tasa de desempleo. O pensemos en un aumento de la protección del 
empleo, como consecuencia del cual es más caro para las empresas despedir 
a los trabajadores. Ese cambio probablemente aumentará el poder de negocia-
ción de los trabajadores cubiertos por esta protección (ahora a las empresas les 
cuesta más despedirlos y contratar a otros trabajadores), lo cual eleva el sala-
rio, dada la tasa de desempleo.
A medida que avancemos, iremos analizando algunos de estos factores.
América Latina y el Caribe
En su calidad de región con un mayor PIB por habitante, algunos de los indica-
dores del mercado de trabajo muestran niveles y tendencias que difieren bastan-
te de los registrados en las regiones más pobres1. En general las tendencias del 
mercado de trabajo, ligeramente positivas en años recientes, se deben en parte 
a la sucesión de cuatro años de crecimiento económico a una tasa promedio del 
4,5%2. La relación empleo –población permaneció invariable en 2007 aunque 
1 El análisis de esta región se basa principalmente en el contenido de la publicación de la OIT, Panorama laboral, 
Lima, 2005 y 2006 (http://www.oit.chile.cl/panorama.php). 
2 Se pueden consultar pormenores relativos a la situación económica en la publicación de la OCDE, Panorama econó-
mico de América Latina, París, 2007.
179Capítulo 6 • El mercado del trabajo
en los últimos diez años se incrementó en un 1%, como resultado, principal-
mente, de una elevada relación empleo– población de las mujeres, relación que 
pasó de 42,1 en 1997 a 47,1 en 2007. El aumento del empleo de las mujeres en 
edad de trabajar se tradujo en un crecimiento sustancial de la participación fe-
menina en los mercados de trabajo. La tasa pasó del 47,2 en 1996 al 52,9% en 
2007. Paralelamente, las relaciones empleo –población y la tasa de participa-
ción de la fuerza de trabajo masculina disminuyeron. Pero, pese a la positiva 
evolución de la situación de las mujeres, en la región la diferencia entre las re-
laciones empleo– población de hombres y mujeres sigue siendo importante; 
sólo la superan las regiones de África del Norte, Oriente Medio y Asia Meridio-
nal. Actualmente, la relación en cuestión ha alcanzado el nivel del promedio 
mundial, lo cual se observa solamente en otras tres regiones.
La tasa de desempleo permaneció invariable entre 2006 y 2007: un 8,5%, 
es decir, una cifra superior al 8% observado hace diez años, pero inferior al 
8,9% observado cinco años atrás. Lo anterior se debe en parte al crecimiento 
económico experimentado en años recientes, ya mencionado. Con una tasa 
de desempleo del 8,5%, la región se encuentra muy por encima del promedio 
mundial y en mejor posición que las regiones de Asia y la región de economías 
desarrolladas y Unión Europea.
¿Cómo se distribuye la ocupación por sectores en esta región? Los patrones 
de distribución sectorial de la ocupación reflejan un nivel de desarrollo supe-
rior si se lo compara con otras regiones: en el sector agrícola trabaja sólo el 
19,1% de las personas con empleo, la tercera cifra más baja a escala mundial; 
un 22% trabaja en el sector industrial y un 58,9% lo hace en el sector servi-
cios: la segunda cifra másalta a escala mundial. Más mujeres que hombres 
encuentran empleo en dicho sector. Allí la participación de la mujer es del 
74,8%, de lejos la más alta a escala mundial (la masculina es de sólo el 
48,2%). Incluso en números absolutos, más mujeres que hombres trabajan en 
este sector.
Pero, pese a que pocas personas trabajan en la agricultura y a que el PIB 
por habitante es relativamente elevado, el empleo vulnerable continúa preocu-
pando, sobre todo si se considera que entre 1997 y 2007 creció, pasando del 
31,4% al 33,2%. Es la única región del mundo en que su peso ha aumentado. 
Ello indica que los puestos de trabajo creados en el sector servicios son inse-
guros y probablemente mal remunerados, y que las condiciones de trabajo son 
insatisfactorias.
Como el sector emplea principalmente mujeres, es probable que entre ellas 
haya aumentado el empleo vulnerable. Quizá la única ventaja para ellas haya 
residido en dejar de trabajar en la agricultura como familiar no remunerado 
para convertirse en trabajadoras por cuenta propia en el sector servicios.
El hecho de que actualmente los trabajadores que reciben sueldos o sala-
rios representan una proporción menor del empleo total que hace diez años 
(una disminución más notoria entre las mujeres que entre los hombres) causa 
preocupación, aunque ese hecho no se vea reflejado en las tendencias relati-
vas a los trabajadores pobres. El porcentaje de trabajadores que se encuentran 
en la categoría hasta un dólar diario se redujo, alcanzando un 8%, como tam-
bién el de los que se encuentran en la categoría dos dólares diarios que bajó 
8,2 puntos porcentuales, situándose en un 25,4%.
Lo que parece estar ocurriendo es que los puestos de trabajo creados en el 
sector servicios tienen una productividad lo suficientemente elevada como para 
que se les remunere con dos dólares diarios, lo que saca a estas personas de la 
categoría de trabajadores pobres, pese a que la mayor parte de estos nuevos 
180 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
puestos de trabajo son por cuenta propia. Ello, pese al leve incremento de la 
productividad del trabajo. Entre 1997 y 2007 sólo en Oriente Medio la produc-
tividad experimentó un crecimiento menor que el observado en la región de 
América Latina y el Caribe. Cabe señalar que en 1997 la productividad en 
Oriente Medio fue superior al promedio mundial, pero en 2007 ya no ocurría 
así. No obstante, la región registra el tercer mayor nivel mundial en materia de 
productividad, lo que significa que si bien persiste una desigual distribución del 
TEMA CONCRETO
Henry Ford y los salarios de eficiencia
En 1914, Henry Ford –fabricante del automóvil más 
popular del mundo en ese momento, el modelo T– hizo 
un sorprendente anuncio. Su compañía iba a pagar a 
todos los trabajadores cualificados un salario mínimo de 
5 dólares al día por una jornada de ocho horas. Esta 
subida salarial era muy grande para la mayoría de los 
trabajadores, que antes ganaban, en promedio, 2,30 
por una jornada de nueve horas. Desde el punto de vista 
de la compañía, esta subida salarial distaba de ser in-
significante: representaba en ese momento alrededor de 
la mitad de los beneficios de la compañía.
Los motivos de Ford no estaban totalmente claros. 
Ford adujo demasiadas razones para que sepamos 
exactamente cuáles fueron las verdaderas. El motivo no 
era que la compañía tuviera dificultades para encontrar 
trabajadores al salario anterior, sino que tenía claras di-
ficultades para conservarlos. La tasa de rotación era muy 
alta y los trabajadores estaban muy insatisfechos.
Cualesquiera que fuesen las razones por las que 
Ford tomó esa decisión, los resultados de la subida sala-
rial fueron asombrosos, como muestra la Tabla 1.
La tasa anual de rotación (el cociente entre las bajas 
y el empleo) cayó de un máximo del 370% en 1913 a 
un mínimo del 16% en 1915 (una tasa anual de rotación 
del 370% significa que todos los meses abandonaba la 
empresa, en promedio, un 31% de los trabajadores, por 
lo que el cociente anual entre las bajas y el empleo era 
igual a 31% 3 12 = 370%). La tasa de despidos cayó 
del 62% a cerca del 0%. La tasa media de absentismo 
(no se muestra en la tabla), que era de casi el 10% en 
1913, se había reducido a un 2,5% un año más tarde. 
Apenas cabe duda de que la subida de los salarios fue 
la causa principal de estos cambios.
¿Aumentó la productividad en la planta de Ford lo 
suficiente para contrarrestar el costo de la subida sala-
rial? La respuesta a esta pregunta está menos clara. La 
productividad era mucho más alta en 1914 que en 
1913. Las estimaciones de los aumentos de la producti-
vidad van desde un 30% hasta un 50%. A pesar de la 
subida de los salarios, los beneficios también fueron más 
altos en 1914 que en 1913, pero es más difícil saber 
qué parte de este aumento se debió a un cambio de 
conducta de los trabajadores y cuál se debió al crecien-
te éxito de los automóviles del modelo T.
Aunque los efectos apoyan las teorías de los salarios 
de eficiencia, podría ocurrir que la subida de los salarios 
a 5 dólares al día fuera excesiva, al menos desde el 
punto de vista de la maximización de los beneficios. 
Pero Henry Ford también tenía probablemente otros ob-
jetivos, como mantener alejados a los sindicatos, cosa 
que consiguió, y hacerse publicidad, él y su compañía, 
cosa que sin duda logró.
Tabla
 1 Tasas anuales de rotación y de despido (%) de la empresa Ford, 1913-915
1913 1914 1915
Tasa de rotación 370 54 16
Tasa de despido 62 7 0,1
Fuente: Dan Raff y Lawrence Summers, «Did Henry Ford pay efficiency wages?», NBER Working Paper, 2101, diciembre, 1986.
181Capítulo 6 • El mercado del trabajo
ingreso, los puestos de trabajo creados permiten a quienes los desempeñan 
sobrepasar el criterio que los incluiría en la categoría de trabajadores pobres.
Aunque las cifras de desempleo en la región son relativamente estables, 
disminuye la brecha entre hombres y mujeres con respecto al desempleo y el 
empleo, como también disminuye el número de trabajadores pobres, lo que 
mueve a un cierto optimismo, aunque no debe olvidarse que la tasa de desem-
pleo en la región está muy por encima del promedio mundial y que el empleo 
vulnerable aumenta. Una tasa de desempleo femenina que sobrepasa el 10% y 
un empleo vulnerable que sobrepasa el 30% para las mujeres pueden desalentar 
su participación en el mercado de trabajo en el futuro, además de amenazar los 
logros alcanzados con respecto a su incorporación en estos mercados. 
Por ahora, el aumento de la población, el crecimiento de la fuerza de tra-
bajo y la generación de empleos se han equilibrado, a expensas de un lento 
aumento de la productividad del trabajo. Como resultado de ello, la calidad 
de los puestos de trabajo creados continúa preocupando a quienes elaboran 
las políticas. El mercado de trabajo desempeña un papel importante en el pro-
ceso de inclusión social de un país. Por ende, es uno de los principales instru-
mentos para propiciar la equidad. En el último decenio, sin embargo, los paí-
ses latinoamericanos vieron aumentar la desigualdad social. Lo anterior 
permitiría concluir que en esta región las políticas no lograron su objetivo de 
utilizar el mercado de trabajo para incrementar la igualdad social. Como el 
trabajo constituye la principal fuente de ingreso para la gran mayoría de la 
población, las altas cifras de desempleo y de empleo vulnerable tendrán efec-
tos negativos en la igualdad social.
Por lo que se refiere al resto, los salarios son fijados por los empresarios o son 
fruto de un acuerdo bilateral entre el empresario y el trabajador. Cuanto mayores 
son las cualificaciones necesarias para realizar el trabajo, más probable es la ne-
gociación. Los salarios que se ofrecen en los puestos de trabajo del nivel de entra-
da son del tipo o lo tomas o lo dejas. En cambio, los nuevos titulados universitarios 
pueden negociar normalmente algunos aspectos de su contrato. Losdirectores 
generales y las estrellas del deporte pueden negociar mucho más.
También existen grandes divergencias entre los países. La negociación 
colectiva desempeña un importante papel en Japón y en la mayoría de los 
países europeos. Se realiza por empresas, por sectores o a escala nacional. Los 
convenios a veces sólo se aplican a las empresas que los han firmado; otras se 
extienden automáticamente a todas las empresas y a todos los trabajadores del 
sector o de la economía.
Dadas estas diferencias entre los trabajadores y entre los países, ¿cabe esperar 
algo así como una teoría general de la determinación de los salarios? Sí. Aunque 
las diferencias institucionales influyen en la determinación de los salarios, tam-
bién hay fuerzas comunes en todos los países. Destacan dos tipos de hechos:
 Los trabajadores normalmente perciben un salario superior a su salario de 
reserva, que es el salario al que les da lo mismo trabajar que no trabajar. En 
otras palabras, la mayoría de los trabajadores perciben un salario lo suficien-
temente alto para que prefieran estar ocupados a estar desempleados.
 Normalmente, los salarios dependen de la situación del mercado de trabajo. 
Cuanto más baja es la tasa de desempleo, más altos son los salarios (formu-
laremos esta relación con mayor precisión en el siguiente apartado).
Para analizar estos hechos, los economistas han centrado la atención en 
dos grandes tipos de explicaciones. Según el primero, aun en ausencia de 
negociación colectiva, los trabajadores tienen un cierto poder de negociación, 
182 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
que pueden utilizar y utilizan para conseguir unos salarios superiores a los de 
reserva. Según el segundo, las propias empresas pueden querer pagar, por di-
versas razones, unos salarios superiores al de reserva. Examinemos cada una 
de estas explicaciones por separado.
6.4 La determinación de los precios
Una vez analizada la determinación de los salarios, pasemos ahora a analizar 
la determinación de los precios.
Los precios fijados por las empresas dependen de los costos a los que se 
enfrentan. Estos costos dependen, a su vez, de la naturaleza de la función de 
producción, es decir, de la relación entre los factores utilizados en la produc-
ción y la cantidad producida y de los precios de estos factores.
Supondremos que las empresas producen bienes utilizando trabajo como 
único factor de producción. En este caso, podemos expresar la función de 
producción de la forma siguiente:
 Y = AN
donde Y es la producción, N es el empleo y A es la productividad del tra-
bajo. Esta manera de expresar la función de producción implica que la produc-
tividad del trabajo –la producción por trabajador– es constante e igual a A.
Debe quedar claro que este supuesto es una enorme simplificación. En la 
realidad, las empresas utilizan otros factores de producción además de trabajo. 
Utilizan capital, es decir, máquinas y fábricas. Utilizan materias primas, como 
petróleo. Además, hay progreso tecnológico, por lo que la productividad del 
trabajo, A, no es constante sino que aumenta continuamente con el paso del 
tiempo. Introduciremos estas realidades más adelante. En el Capítulo 7 intro-
duciremos las materias primas cuando analicemos las variaciones del precio 
del petróleo, y en los Capítulos 10 a 13 centraremos la atención en el papel 
del capital y del progreso tecnológico cuando pasemos a analizar la determi-
nación de la producción a largo plazo. Sin embargo, esta sencilla relación 
entre la producción y el empleo facilitará de momento el análisis y servirá, aun 
así, para nuestros fines.
Utilizando un término micro-
económico, este supuesto 
implica que el trabajo tiene 
rendimientos constantes en la 
producción. Si las empresas 
duplican el número de traba-
jadores que utilizan, pueden 
duplicar la cantidad de pro-
ducción que obtienen.
Dado el supuesto de que la productividad del trabajo A, es constante, po-
demos hacer otra simplificación más. Podemos elegir las unidades de produc-
ción de tal forma que un trabajador produzca una unidad; en otras palabras, 
A = 1 (de esa manera no tenemos que arrastrar la letra A, lo que simplificará la 
notación). Con este supuesto, la función de producción se convierte en
 Y = N (6.2)
La función de producción Y = N implica que el costo de producir una 
unidad más es el costo de emplear un trabajador más al salario W. Utilizando 
la terminología introducida en los cursos de microeconomía, el costo marginal 
de producción –el costo de producir una unidad más– es igual a W. 
Si hubiera competencia perfecta en el mercado de bienes, el precio de una 
unidad de producción sería igual al costo marginal: P sería igual a W. Pero 
muchos mercados de bienes no son competitivos y las empresas cobran un 
precio superior a su costo marginal. Una sencilla manera de recoger este he-
cho es suponer que las empresas fijan su precio de acuerdo con
 P = (1 + m)W (6.3)
183Capítulo 6 • El mercado del trabajo
donde m es el margen del precio sobre el costo. Si los mercados de bienes 
fueran perfectamente competitivos, m sería igual a cero y el precio P sería 
simplemente igual al costo W. En la medida en que no lo son y en que las 
empresas tienen poder de mercado, m es positivo y el precio es más alto que 
el costo, ya que es igual a este multiplicado por (1 + m).
6.5 La tasa natural de desempleo
Examinemos ahora las implicaciones de la determinación de los salarios y de 
los precios para el desempleo.
Supongamos en el resto de este capítulo que los salarios nominales depen-
den del nivel efectivo de precios, P, y no del esperado, Pe (pronto quedará 
claro por qué postulamos este supuesto). Según este supuesto adicional, la fi-
jación de los salarios y la fijación de los precios determinan la tasa de desem-
pleo de equilibrio. Veamos cómo.
El resto del capítulo se basa 
en el importante supuesto de 
que Pe = P.
La ecuación de salarios
Dado el supuesto de que los salarios nominales dependen del nivel efectivo 
de precios (P) y no del esperado (Pe), la Ecuación (6.1), que describe la deter-
minación de los salarios, se convierte en
 W = P F(u, z)
Dividiendo los dos miembros por el nivel de precios,
 W = F(u, z) 
P (-,1)
 (6.4)
La determinación de los salarios implica la existencia de una relación nega-
tiva entre el salario real, W/P, y la tasa de desempleo, u. Cuanto más alta es la 
tasa de desempleo, más bajo es el salario real elegido por los que fijan los salarios. 
La razón intuitiva es sencilla. Cuanto más alta es la tasa de desempleo, menor es 
el poder de los trabajadores en la negociación y más bajo es el salario real.
Esta relación entre el salario real y la tasa de desempleo –llamémosla ecua-
ción de salarios– se representa en la Figura 6.8. El salario real se mide en el eje 
de ordenadas y la tasa de desempleo se mide en el de abscisas. La ecuación 
de salarios es una curva de pendiente negativa, WS. Cuanto más alta es la tasa 
de desempleo, más bajo es el salario real.
Los que fijan los salarios son 
los sindicatos y las empresas si 
los salarios se fijan en una 
negociación colectiva; son los 
trabajadores y las empresas si 
se fijan en una negociación 
bilateral; son las empresas si 
son del tipo o lo tomas o lo 
dejas.
La ecuación de precios
Pasemos ahora a analizar las implicaciones de la determinación de los pre-
cios. Si dividimos los dos miembros de la ecuación de determinación de los 
precios (6.3) por el salario nominal, tenemos que
 P = 1 + m
W
 (6.5)
El cociente entre el nivel de precios y el salario que implica la conducta 
de las empresas en la fijación de los precios es igual a 1 más el margen. Invir-
tamos ahora los dos miembros de la ecuación y obtendremos el salario real 
correspondiente:
 
W = 1
P 1 + m (6.6)
184 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / OlivierBlanchard • Daniel Pérez Enrri
Obsérvese que esta ecuación establece que las decisiones de fijación de 
los precios determinan el salario real pagado por las empresas. Un aumento 
del margen lleva a las empresas a subir los precios, dados los salarios que 
tienen que pagar; en otras palabras, provoca una reducción del salario real.
El paso de la Ecuación (6.5) a la (6.6) es sencillo desde el punto de vista 
algebraico. Pero la forma en que la fijación de los salarios determina realmen-
te el salario real pagado por las empresas puede no ser intuitivamente eviden-
te. Analicémoslo de esta forma.
Figura 6.8 �
Los salarios, los precios y la tasa natural de desempleo
WS
PS
tipo de desempleo, u
Ecuación de precios
Ecuación de salarios
un
Sa
la
rio
 re
al
, W
/P
1
1 �
A
La tasa natural de desempleo es la tasa de desempleo tal que el salario real elegido en la 
fijación de los salarios es igual al salario real que implica la fijación de los precios.
Supongamos que la empresa para la que trabajamos aumenta su margen, 
subiendo, pues, el precio de su producto. Nuestro salario real no varía mucho. 
Seguimos percibiendo el mismo salario nominal y el producto que produce la 
empresa representa a lo sumo una pequeña parte de nuestra cesta de consumo. 
Supongamos ahora que también aumentan su margen las demás empresas que 
hay en la economía. Todos los precios suben. Aunque percibamos el mismo 
salario nominal, nuestro salario real baja. Por lo tanto, cuanto mayor sea el 
margen fijado por las empresas, menor será nuestro salario real.
Representamos la ecuación de precios de la Ecuación (6.6) con la línea 
recta horizontal PS en la Figura 6.8. El salario real que implica la fijación de 
los precios es igual a 1/(1 + m); no depende de la tasa de desempleo.
185Capítulo 6 • El mercado del trabajo
El nivel de equilibrio de los salarios reales y 
el desempleo
Para que haya equilibrio en el mercado de trabajo, es necesario que el salario 
real elegido en la fijación de los salarios sea igual al que implica la fijación de 
los precios (esta manera de formular el equilibrio tal vez resulte extraña si el 
lector ha aprendido a pensar utilizando la oferta y la demanda de trabajo en su 
curso de microeconomía: la relación entre las ecuaciones de salarios y de pre-
cios, por una parte, y la oferta y la demanda de trabajo, por otra, es más estrecha 
de lo que parece a primera vista y se analiza más extensamente en el apéndice 
que se encuentra al final de este capítulo). En la Figura 6.8 el equilibrio se en-
cuentra, pues, en el punto A y la tasa de desempleo de equilibrio es un.
También podemos describir algebraicamente la tasa de desempleo de 
equilibrio; eliminando W/P de las Ecuaciones (6.4) y (6.6), tenemos que
 W = 1 
 P 1 + m
 (6.7)
La tasa de desempleo de equilibrio, un, es tal que el salario real elegido en 
la fijación de los salarios [el primer miembro de la Ecuación (6.7)] es igual al que 
implica la fijación de los precios [el segundo miembro de la Ecuación (6.7)]. 
Natural se define en el dic-
cionario Webster de la 
forma siguiente: «relativo a 
la naturaleza, sin interven-
ción del hombre».
La tasa de desempleo de equilibrio, un, se denomina tasa natural de des-
empleo (esa es la razón por la que hemos utilizado el subíndice n para indi-
carla). Esta terminología se ha convertido en la habitual, por lo que la adopta-
mos, pero en realidad está mal elegida. La palabra natural sugiere que se trata 
de una constante de la naturaleza, es decir, una constante a la que no afectan 
las instituciones ni la política económica. Sin embargo, como pone de mani-
fiesto la manera en que se obtiene, la tasa natural de desempleo es todo menos 
natural. Las posiciones de las curvas de fijación de los salarios y de los precios 
y, por lo tanto, la tasa de desempleo de equilibrio dependen tanto de z como 
de u. Veamos dos ejemplos:
 Un aumento de las prestaciones por desempleo. Un aumento de las prestacio-
nes por desempleo puede representarse por medio de un aumento de z. Como 
al aumentar las prestaciones, la perspectiva del desempleo es menos dolorosa, 
el salario elegido en la fijación de los salarios sube, dada la tasa de desempleo, 
y, por lo tanto, la ecuación de salarios se desplaza en sentido ascendente de 
WS a WS’ en la Figura 6.9. La economía se desplaza a lo largo de la línea rec-
ta PS de A a A’. La tasa natural de desempleo aumenta de un a u’n. 
Un aumento de las prestacio-
nes por desempleo desplaza 
la ecuación de salarios hacia 
arriba. La economía se 
mueve a lo largo de la ecua-
ción de precios. El desem-
pleo de equilibrio aumenta.
En palabras, dada la tasa de desempleo, un aumento de las prestaciones 
por desempleo provoca un aumento del salario real. Es necesaria una tasa de 
desempleo más alta para que el salario real vuelva a ser el que las empresas 
están dispuestas a pagar.
Eso ha llevado a algunos 
economistas a llamar al des-
empleo mecanismo de disci-
plina. Un aumento del des-
empleo es el mecanismo que 
devuelve los salarios al nivel 
que están dispuestas a pagar 
las empresas.
186 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
Figura 6.9 �
Las prestaciones por desempleo y la tasa natural de desempleo
WS �
PS
Tipo de desempleo, u
u �nun
WS
A A� 
S
al
ar
io
 r
ea
l, 
W
/P
1
1 �
Un aumento de las prestaciones por desempleo provoca un aumento de la tasa natural de 
desempleo.
 Una aplicación menos rigurosa de la legislación antimonopolio en vigor. En 
la medida en que eso permite a las empresas coludir más fácilmente y 
aumenta su poder de mercado, provoca un aumento de su margen, es de-
cir, un aumento de µ, lo que implica una disminución del salario real pa-
gado por las empresas, y, por lo tanto, desplaza la ecuación de precios 
hacia abajo, de PS a PS’ en la Figura 6.10. La economía se mueve a lo 
largo de WS. El equilibrio se traslada de A a A’ y la tasa natural de desem-
pleo disminuye de un a u’n.
Figura 6.10 �
Los márgenes y la tasa natural de desempleo
PS
Tipo de desempleo, u
u �nun
WS
A� 
A
PS �
S
al
ar
io
 r
ea
l, 
W
/P
1
1 �
1
1 ��
Un aumento del margen reduce el salario real y provoca un aumento de la tasa natural de 
desempleo.
Un aumento del margen des-
plaza la ecuación de precios 
(línea recta en este caso). La 
economía se mueve a lo 
largo de la ecuación de sala-
rios. El desempleo de equili-
brio aumenta.
187Capítulo 6 • El mercado del trabajo
En palabras, una aplicación menos rigurosa de la legislación antimonopo-
lio, al permitir que las empresas suban sus precios dado el salario, provoca una 
disminución del salario real. Es necesario un aumento del desempleo para que 
los trabajadores acepten este salario real más bajo, lo cual eleva la tasa natural 
de desempleo.
Difícilmente puede considerarse que algunos factores, como la generosi-
dad de las prestaciones por desempleo o la legislación antimonopolio, son 
fruto de la naturaleza. Reflejan, más bien, diversas características estructurales 
de la economía. Por ese motivo, sería mejor llamar a la tasa de desempleo de 
equilibrio tasa estructural de desempleo, pero hasta ahora no se ha impuesto 
esta denominación.
Del desempleo al empleo
La tasa natural de desempleo va acompañada de un nivel natural de empleo, que 
es el nivel de empleo existente cuando el desempleo es igual a su tasa natural. 
Repasemos la relación entre el desempleo, el empleo y la población acti-
va. Sean U el desempleo, N el empleo y L la población activa. En ese caso,
 
u= U = L - N = 1 - N
L L L 
El primer paso se deduce de la definición de la tasa de desempleo, u. El 
segundo se deduce del hecho de que, de acuerdo con la definición de la po-
blación activa, el nivel de desempleo U, es igual a la población activa, L, 
menos el empleo N. El tercero se deduce de la simplificación de la fracción. 
Reuniendo los tres pasos, la tasa de desempleo es igual a 1 menos el cociente 
entre el empleo, N y la población activaL.
Este nombre ha sido sugerido 
por Edmund Phelps, profesor de 
la Universidad de Columbia. 
Para más información sobre sus 
aportaciones, véanse los 
Capítulos 8 y 27.
L = N + U v U = L - N
Reordenando los términos para hallar el empleo en función de la pobla-
ción activa y de la tasa de desempleo, tenemos que
 N = L(1 - u)
El empleo N, es igual a la población activa L, multiplicada por 1 menos la 
tasa de desempleo, u. 
Por lo tanto, si la tasa natural de desempleo es un un y la población activa 
es igual a L, el nivel natural de empleo Nn viene dado por
 Nn = L(1 - un)
Por ejemplo, si la población activa es de 150 millones y la tasa natural de 
desempleo es del 5%, el nivel natural de empleo es igual a 142,5 millones.
188 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
Del empleo a la producción
Por último, el nivel natural de empleo va acompañado de un nivel natural de 
producción, que es el nivel de producción con el que el empleo es igual al 
nivel natural de empleo. Dada la función de producción que hemos venido 
utilizando en este capítulo (Y = N), es más fácil hallar el nivel natural de pro-
ducción, Yn. Viene dado por
 Yn = Nn = L(1 - un)
Empleando la Ecuación (6.7) y las relaciones entre la tasa de desempleo, 
el empleo y la producción que acabamos de obtener, el nivel natural de pro-
ducción satisface la siguiente ecuación:
 F(1 - YnL ,z ) 1+m= 1 (6.8)
El nivel natural de producción (Yn) es tal que en la tasa de desempleo co-
rrespondiente (un = 1 - Yn/L), el salario real elegido en la fijación de los salarios 
(el primer miembro de la Ecuación 6.8) es igual al salario real que implica la 
fijación de los precios (el segundo miembro de la Ecuación (6.8). Esta ecuación 
resultará muy útil en el capítulo siguiente.
Hemos seguido muchos pasos en este apartado. Recapitulemos.
Supongamos que el nivel esperado de precios es igual al nivel efectivo de 
precios. En ese caso:
 El salario real elegido en la fijación de los salarios es una función decre-
ciente de la tasa de desempleo.
 El salario real que implica la fijación de los precios es constante. 
 Para que haya equilibrio en el mercado de trabajo, el salario real elegido 
en la fijación de los salarios debe ser igual al salario real que implica la 
fijación de los precios. Esta condición determina la tasa de desempleo. 
 Esta tasa de desempleo de equilibrio se conoce con el nombre de tasa na-
tural de desempleo. 
 La tasa natural de desempleo va acompañada de un nivel natural de em-
pleo y de un nivel natural de producción.
6.6 Hacia dónde vamos
Acabamos de ver que el equilibrio del mercado de trabajo determina la tasa 
de desempleo (llamamos a esta tasa de desempleo de equilibrio tasa natural 
de desempleo), la cual determina, a su vez, el nivel de producción (llamamos 
a este nivel de producción nivel natural de producción). 
Tal vez se pregunte, pues, el lector qué hemos hecho en los tres capítulos 
anteriores. Si el equilibrio del mercado de trabajo determina la tasa de desem-
pleo y, por implicación, el nivel de producción, ¿por qué hemos dedicado 
tanto tiempo a analizar los mercados de bienes y los mercados financieros? 
¿Qué ocurre con nuestra conclusión anterior de que el nivel de producción era 
determinado por factores como la política monetaria, la política fiscal, la con-
fianza de los consumidores, etcétera, factores que no entran ninguno de ellos 
en la Ecuación (6.8) y que, por lo tanto, no afectan al nivel natural de produc-
ción?
189Capítulo 6 • El mercado del trabajo
La clave de la respuesta es sencilla:
 Hemos hallado la tasa natural de desempleo y los niveles correspondientes 
de empleo y de producción partiendo de dos supuestos. En primer lugar, 
hemos supuesto que había equilibrio en el mercado de trabajo, y, en segun-
do lugar, que el nivel de precios era igual al nivel esperado de precios. 
 Sin embargo, no existe razón alguna para que el segundo supuesto sea 
cierto a corto plazo. El nivel de precios puede muy bien ser diferente del 
que se esperaba cuando se fijaron los salarios nominales. Por lo tanto, a 
corto plazo, no hay razón alguna para que el desempleo sea igual a la tasa 
natural o para que la producción sea igual a su nivel natural. 
A corto plazo, los factores 
que determinan las variacio-
nes de la producción son los 
factores en los que centra-
mos la atención en los tres 
capítulos anteriores: la polí-
tica monetaria, la política fis-cal, etcétera.
Como veremos en el capítulo siguiente, los factores que determinan las 
variaciones de la producción a corto plazo son los factores en los que cen-
tramos la atención en los tres capítulos anteriores: la política monetaria, la 
política fiscal, etcétera. No hemos perdido el tiempo.
 Pero es improbable que las expectativas sean erróneas sistemáticamente 
(por ejemplo, siempre demasiado altas o siempre demasiado bajas) de for-
ma indefinida. Esa es la razón por la que a medio plazo el desempleo 
tiende a retornar a la tasa natural y la producción tiende a reformar a su 
nivel natural. 
A medio plazo, 
los factores que de-
terminan el desem-
pleo y la producción son los factores que aparecen en las Ecuaciones (6.7) y 
(6.8).
190 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
A medio plazo, la producción tiende a volver al nivel natural y 
los factores que determinan la producción son los factores en los 
que hemos centrado la atención en este capítulo.
Estas son en pocas palabras las respuestas a las 
preguntas formuladas en el primer párrafo de este 
capítulo. Exponer estas respuestas detalladamente 
será la tarea que nos ocupará en los tres capítulos 
siguientes.
 La población activa está formada por las personas 
que están trabajando (ocupadas) o buscando trabajo 
(desempleadas). La tasa de desempleo es igual al 
cociente entre el número de desempleados y la 
población activa. La tasa de actividad es igual al 
cociente entre la población activa y la población en 
edad activa.
 El mercado de trabajo de Estados Unidos se 
caracteriza por la existencia de grandes flujos entre 
el empleo, el desempleo y la inactividad. Todos los 
meses, más de un 40%, en promedio, de los 
desempleados sale del desempleo bien para aceptar 
un empleo, bien para abandonar la población activa.
 El desempleo es alto en las recesiones y bajo en 
las expansiones. Durante los periodos de elevado 
desempleo, la probabilidad de perder el empleo 
aumenta y la probabilidad de los desempleados de 
encontrar trabajo disminuye.
 Los salarios son fijados unilateralmente por las 
empresas o mediante una negociación entre los 
trabajadores y las empresas. Dependen negativamente 
de la tasa de desempleo y positivamente del nivel de 
precios esperado. La razón por la que dependen del 
nivel de precios esperado se halla en que los salarios 
normalmente se fijan en términos nominales para un 
determinado periodo de tiempo, durante el cual 
normalmente no se reajustan, ni siquiera cuando los 
precios resultan ser de los esperados.
 Los precios fijados por las empresas dependen de 
los salarios y del margen de los precios sobre los 
salarios. Cuanto más alto es el margen elegido por 
las empresas, menor es el salario real que implica 
la fijación de los precios.
 Para que haya equilibrio en el mercado de trabajo, es 
necesario que el salario real que implica la fijación de 
los salarios sea igual al que implica la fijación de los 
precios. De acuerdo con el supuesto adicional de que 
el nivel esperado de precios es igual al efectivo, el 
equilibrio del mercado de trabajo determina la tasa 
de desempleo. Esta tasa se conoce con el nombre de 
tasa natural de desempleo.
Resumen
Términos clave
 En general, el nivel efectivo de precios puede ser 
diferente del que esperaban los encargados de fijar 
los salarios y, por lo tanto, la tasa de desempleo no 
tiene por qué ser igual a la natural. 
 En los capítulos siguientes mostraremos que acorto 
plazo el desempleo y la producción son determinados 
por los factores en los que centramos la atención en 
los tres capítulos anteriores, pero que a medio plazo 
el desempleo tiende a retornar a la tasa natural y la 
producción tiende a retornar a su nivel natural.
 bajas voluntarias, despidos 
 bajas, contrataciones 
 Current Population Survey (CPS) 
 duración media del desempleo 
 ecuación de precios 
 ecuación de salarios 
 encuesta permanente de hogares 
 función de producción 
 margen 
 negociación colectiva 
 nivel natural de empleo 
 nivel natural de producción 
 población activa, inactivas 
 población civil 
 poder de negociación 
 productividad del trabajo 
 salario de reserva 
 seguro de desempleo 
191Capítulo 6 • El mercado del trabajo
Preguntas y problemas
 tasa de actividad 
 tasa de desempleo 
 tasa de desocupación 
 tasa estructural de desempleo 
 tasa natural de desempleo 
 teorías de los salarios de eficiencia 
 trabajadores desanimados 
Compruebe
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de 
las siguientes afirmaciones utilizando la información de este 
capítulo. Explique brevemente su respuesta.
a) Desde 1950, la tasa de actividad de Estados Unidos 
se ha mantenido más o menos constante en un 
60%.
b) Los flujos mensuales de entrada y salida del empleo 
son muy pequeños en comparación con el tamaño 
de la población activa.
c) Todos los años sale de la reserva de desempleados 
un tercio de todos los trabajadores desempleados.
d) La tasa de desempleo tiende a ser alta en las rece-
siones y baja en las expansiones.
e) La mayoría de los trabajadores normalmente perci-
ben su salario de reserva.
f) Los trabajadores que no están afiliados a un sindica-
to tienen muy poco poder de negociación.
g) A los empresarios puede interesarles pagar unos sa-
larios superiores al salario de reserva de los trabaja-
dores.
h) Los cambios de política no afectan a la tasa natural 
de desempleo.
2. Responda a las siguientes preguntas utilizando la informa-
ción sobre Estados Unidos suministrada en este capítulo.
a) ¿Cuál es el flujo mensual de entrada y salida del em-
pleo (es decir, las contrataciones y las bajas) en por-
centaje de los trabajadores ocupados?
b) ¿Cuál es el flujo mensual de salida del desempleo 
al empleo en porcentaje de los trabajadores des-
empleados?
c) ¿Cuál es el flujo mensual total de salida del desem-
pleo en porcentaje de los desempleados? ¿Y la dura-
ción media del desempleo?
d) ¿Cuál es el flujo mensual total de entrada y salida de 
la población activa en porcentaje de la población 
activa?
e) ¿Qué porcentaje de los flujos de entrada en la pobla-
ción activa representan los nuevos trabajadores que 
entran en la población activa?
3. La tasa natural de desempleo
 Suponga que el margen de las empresas sobre los cos-
tos es del 5% y que la ecuación de salarios es W = P(1 - u), 
donde u es la tasa de desempleo.
a) ¿Cuál es el salario real determinado por la ecuación 
de precios?
b) ¿Cuál es la tasa natural de desempleo?
c) Suponga que el margen de los precios sobre los 
costos aumenta a un 10%. ¿Qué ocurre con la 
tasa natural de desempleo? Explique la lógica en 
la que se basa su respuesta.
Profundice
4. Los salarios de reserva
 A mediados de los años ochenta se dijo que una famo-
sa supermodelo no se levantaba de la cama por menos de 
10.000 dólares (probablemente al día).
a) ¿Cuál es su propio salario de reserva?
b) ¿Ganó en su primer empleo un salario superior al 
salario de reserva que tenía en ese momento?
c) En relación con el salario de reserva que tiene en el 
momento en que acepta cada empleo, ¿en cuál gana 
más? ¿En el primero o en el que espera tener dentro 
de diez años?
d) Explique sus respuestas utilizando la teoría de los 
salarios de eficiencia.
5. El poder de negociación y la determinación de los sala-
rios
 Incluso en ausencia de negociación colectiva, los traba-
jadores tienen algún poder de negociación que les permite 
percibir un salario superior al de reserva. El poder de nego-
ciación de cada trabajador depende tanto de su tipo de 
trabajo como de la situación general del mercado de trabajo. 
Examine cada uno de estos factores por separado.
a) Compare el trabajo de un mensajero con el del ad-
ministrador de una red de informática. ¿En cuál tiene 
el trabajador más poder de negociación? 
¿Por qué?
b) Dado cualquier puesto de trabajo, ¿cómo afecta la si-
tuación del mercado de trabajo al poder de negocia-
ción de los trabajadores? ¿Qué variable del mercado 
de trabajo observaría para evaluar la situación del mer-
cado de trabajo?
c) Suponga que, dada la situación del mercado de tra-
bajo [la variable que ha identificado en la parte (b)], 
192 Macroeconomía. Aplicaciones para Latinoamérica / Olivier Blanchard • Daniel Pérez Enrri
el poder de negociación de los trabajadores de toda 
la economía aumenta. ¿Cómo afecta eso al salario 
real a medio plazo? ¿Y a corto plazo? ¿Qué determi-
na el salario real en el modelo que hemos descrito 
en este capítulo?
6. La existencia de desempleo
a) Suponga que la tasa de desempleo es muy baja. ¿Qué 
facilidad tienen las empresas para encontrar trabaja-
dores? ¿Qué facilidad tienen los trabajadores para 
encontrar trabajo? ¿Qué implican sus respuestas con 
respecto al poder relativo de negociación de los tra-
bajadores y de las empresas cuando la tasa de des-
empleo es muy baja? ¿Qué implican sus respuestas 
con respecto a lo que ocurre con el salario cuando 
la tasa de desempleo es muy baja?
b) Dada su respuesta a la parte (a), ¿por qué hay des-
empleo en la economía? ¿Qué ocurriría con los sala-
rios reales si la tasa de desempleo fuera cero?
7. El mercado de trabajo informal
 En el Capítulo 2 vimos que el trabajo doméstico infor-
mal (por ejemplo, preparar comidas, cuidar a los hijos) no se 
contabiliza en el PIB. Ese trabajo tampoco constituye empleo 
en las estadísticas del mercado de trabajo. Teniendo presen-
tes estas observaciones, considere dos economías, cada una 
de las cuales tiene 100 trabajadores, distribuidos de la forma 
siguiente: 25 dedicados a la preparación de comidas, 70 
ocupados (en el mercado de trabajo formal) en otros secto-
res y 5 desempleados (es decir, que no trabajan ni en la 
preparación de comidas ni en ningún otro sector, pero están 
buscando trabajo en el mercado de trabajo formal). Suponga 
que los 75 trabajadores que no se dedican a preparar comi-
das producen la misma producción efectiva y medida en 
ambas economías.
 En la primera economía, Comecasa, los 25 trabajadores 
que preparan comidas cocinan para su familia en casa y no 
trabajan fuera. Todas las comidas se preparan y se comen en 
el hogar. Los 25 trabajadores dedicados a la preparación de 
comidas en esta economía no buscan trabajo en el mercado 
de trabajo formal (y cuando se les pregunta, declaran que no 
están buscando trabajo). En la segunda economía, Comefue-
ra, los 25 trabajadores dedicados a la preparación de comi-
das trabajan en restaurantes. Todas las comidas se compran 
en restaurantes.
a) Calcule el empleo y el desempleo medidos, y la 
población activa medida de cada economía. Calcule 
la tasa de desempleo y la tasa de actividad medidas 
de cada economía. ¿En cuál es más alto el PIB me-
dido?
b) Suponga ahora que la economía de Comecasa cam-
bia. Se abren unos cuantos restaurantes y 10 de los 
trabajadores dedicados a la preparación de comidas 
aceptan un empleo en estos restaurantes. Los 15 
restantes que se dedican a preparar comidas siguen 
trabajando en el hogar y no buscan trabajo en el 
sector formal. Sin calcular el número, ¿qué ocurrirá 
con el empleo y el desempleo medidos y con la 
población activa, la tasa de desempleo y la tasa de 
actividad medidas de Comecasa? ¿Qué ocurrirá con 
el PIB medido de Comecasa?
c) Suponga que desea incluir el trabajo doméstico en 
el PIB y en las estadísticas de empleo. ¿Cómo mediría 
el valor del trabajo doméstico en el PIB? ¿Cómo 
modificaría las definiciones de empleo, desempleo e 
inactividad?

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