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Revista Facultad Nacional de Salud Pública ISSN: 0120-386X revistasaludpublica@udea.edu.co Universidad de Antioquia Colombia Henao Hernández, Samuel Epidemiología ambiental: impacto en la salud pública mundial Revista Facultad Nacional de Salud Pública, vol. 26, julio, 2008, pp. 62-64 Universidad de Antioquia Medellín, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12058104009 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto http://www.redalyc.org/revista.oa?id=120 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=120 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=120 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12058104009 http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=12058104009 http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=120&numero=58104 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12058104009 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=120 http://www.redalyc.org 62 Rev. Fac. Nac. Salud Pública Vol. 26 Edición Especial julio 2008 Universidad de Antioquia En el último siglo las desigualdades en materia de condiciones de vida y salud se han venido acentuan- do y las relacionadas con la salud ambiental, en parte impuestas por las presiones de la cuadruplicación de la población y por una producción económica mundial 18 veces mayor, no constituyen una excep- ción. Se observan desigualdades importantes no sólo en los efectos sobre la salud o el acceso a los ser- vicios, sino también en la exposición a riesgos am- bientales en cada territorio y grupo poblacional. El panorama a nivel mundial es preocupante: • La pobreza se estimó en el 2004 en 2.600 millo- nes de personas y la extrema pobreza en cerca de 1.000 millones. • La contaminación del aire causa 2 millones de muertes prematuras por año y más del 50% ocu- rren en países en desarrollo. El aire de interiores es responsable de la muerte de 1.6 millones de personas por año, especialmente mujeres y niños de escasos recursos económicos, por neumonía, enfermedad respiratoria crónica y cáncer; de ellas el 56% ocurren en niños menores de 5 años. • Mil millones de personas carecen de acceso a agua segura y 2.600 millones no tienen acceso a servicios de saneamiento. • La epidemia de tabaco con el consumo de 5.7 bi- llones de cigarrillos al año y 1.300 millones de fumadores (con desplazamiento del consumo a países en desarrollo) difiere de otras amenazas para la salud mundial, ya que está originada por productos nocivos cuyo consumo está propug- nado por una determinada industria con el objeto de obtener beneficios económicos. Sus conse- cuencias son nefastas: más de 5 millones de muertes por año y la aparición de inequidades en la mortalidad al concentrarse en la población más pobre y con bajo nivel de educación. • Las principales categorías de efectos del cambio climático, en parte originados por causas antro- pogénicas, incluyen efectos adversos de tempe- raturas extremas como estrés térmico, desastres naturales ocasionados por factores hidrometeo- rológicos, aumento de enfermedades transmitidas por el agua (se estima un incremento del 5% en diarreas por cada grado centígrado de aumento de temperatura), inseguridad alimentaria y con- secuencias sociales y económicas por los despla- zamientos humanos a ellos atribuidos. • La violencia como problema social y de salud que amenaza el desarrollo de los pueblos, cobró 1.6 millones de vidas en el año 2000. Las lesiones de tránsito produjeron 1.2 millones de muertes en el año 2002. • La exposición a químicos ocasionó en el 2002 la muerte de 350.000 personas. • Cada año los trabajadores son víctimas de 268 millones de accidentes laborales y más de 2 mi- llones fallecen por accidentes o enfermedades re- lacionadas con el trabajo. • Aproximadamente 2.500 millones de personas (generalmente viviendo en los países más pobres) continúan con riesgo de malaria. Más de 500 mi- llones de personas enferman cada año y un mi- llón mueren por esta causa. Epidemiología ambiental: impacto en la salud pública mundial Samuel Henao Hernández* * Médico colombiano, experto internacional en Salud Ocupacional. Unidad Evaluación y Gestión de Riesgos. Área de Desarrollo Sostenible y Salud Ambiental, Organización Panamericana de la Salud, Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS). 63 Se estima que 24% de la carga mundial de mor- bilidad y 23% de todas las defunciones pueden atri- buirse a factores relacionados con el ambiente. En los países en desarrollo el porcentaje de mortalidad atribuible a causas ambientales es de 25%, y en los desarrollados de 17%. La salud ambiental es el resultado de la interac- ción de factores que operan en distintos niveles de agregación y en el marco de procesos complejos, que van más allá de los componentes tradicionales biológicos, físicos y químicos del medio ambiente. Para su mejor comprensión, la salud ambiental se puede contextualizar usando como referencia el mar- co de los factores determinantes de la salud. Según él, hay una serie de determinantes estructurales de carácter social, económico, político, ambiental, tec- nológico y de biología humana, algunos relaciona- dos entre sí y en importante interacción con el sis- tema de salud. Estas relaciones dan lugar a su vez a factores determinantes intermedios que generan condiciones de vida deficientes, riesgos y peligros ambientales, cambios en los estilos de vida y com- portamiento, como consecuencia de los cuales se modifican los niveles de esperanza de vida, se pro- ducen enfermedades, daños, discapacidades y muer- tes y se ve alterado el bienestar de la población. El deterioro socioeconómico, especialmente la pobreza, la inequidad, la rápida urbanización, la frag- mentación y desintegración de las estructuras fami- liares y comunitarias, contribuyen a crear ambien- tes poco saludables que a su vez conllevan a esti- los de vida y comportamientos de riesgo a lo largo del ciclo vital. En el mundo se han caracterizado desigualdades en materia de salud ambiental en diferentes estados de desarrollo, de manera que pueden identificarse grupos específicos con mayor vulnerabilidad como son la población migrante, mujeres y niños, comu- nidades indígenas, sector informal y desempleados. Algunas de estas desigualdades se observan en las zonas rurales y de ecosistemas relativamente pre- servados, donde habitan poblaciones tradicionales o en zonas más desarrolladas con asentamiento de poblaciones de trabajadores agrícolas. Otras des- igualdades se presentan en zonas urbanas donde vi- ven los grupos pobres y marginados, que suelen ha- llarse más próximas a residuos peligrosos o conta- minadas por ellos, o bien las poblaciones de traba- jadores de las industrias más contaminantes. Las metodologías para estudios o acciones res- pecto a salud/ambiente, bien tomadas en su globa- lidad o referidos a situaciones específicos, son ne- cesariamente más diversas y complejas que las de otras áreas de salud colectiva y exigen diferentes formas de abordaje metodológico. La población de interés para la salud ambiental es la comunidad en general y grupos poblacionales específicos. La dis- persión atmosférica de un contaminante puede tras- pasar límites geopolíticos y su estudio conlleva el análisis de variables meteorológicas, topográficas, hidrográficas y geológicas. En respuesta a la situación existente, y tomando en cuenta la diversidad socio-ambiental de América Latina y el Caribe, el Área de Desarrollo Sostenible y Salud Ambiental de la OPS, el Programa de las Na- ciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Fundación Oswaldo Cruz del Brasil (FIOCRUZ), ba- sados en el Modelo FPEEEA (fuerza motriz, presión, estado, exposición, efecto sobre la salud humana y acción), también conocido como DPSEEA por sus si- glas en inglés, han diseñado una estrategia metodo- lógica (Geo-Salud) que facilita la evaluacióny mo- nitoreo de la salud ambiental, y permite el desa- rrollo de políticas saludables sostenibles a largo pla- zo y la solución o prevención de los problemas. La estrategia provee un modelo de análisis multicausal entre las dimensiones biofísicas, espacio-tempora- les y sociales del ecosistema en el que se aplica la evaluación. La diferenciación del problema en distintas eta- pas le da al esquema de análisis que se propone, su- ficiente flexibilidad como para adaptarse a las ne- cesidades de información de los distintos niveles de gestión. Sea cual fuere el nivel de gestión en que se aplique, el enfoque metodológico deberá permi- tir la identificación de las alteraciones ambientales que están afectando negativamente a la salud huma- na, y el mapeo de los riesgos y evaluación de las vulnerabilidades en relación con los impactos am- bientales. La información obtenida ayudará a defi- nir las acciones de control necesarias para detener los efectos de esos impactos, revertirlos, o ambas cosas. Finalmente, si es posible, la evaluación inte- gral debería además prever cuáles serían las con- secuencias de no ejecutar acciones a corto y me- diano plazo, a fin de sensibilizar a las instancias de- cisorias sobre la relevancia de actuar de manera in- tersectorial, no sólo evaluando el problema, sino tam- bién buscando soluciones. La carta de principios para la justicia ambiental habla de la necesidad de invertir las lógicas políti- cas, económicas y culturales que marcaron siglos de colonización en algunos continentes y que aún influencian las necesidades de las regiones. La justicia ambiental se presenta como una he- rramienta para responder a las desigualdades y se concibe como “un conjunto de principios y prácti- cas que aseguran que ningún grupo social soporte Epidemiología ambiental: impacto en la salud pública mundial • Samuel Henao Hernández 64 Rev. Fac. Nac. Salud Pública Vol. 26 Edición Especial julio 2008 Universidad de Antioquia una carga desproporcionada de las consecuencias ambientales negativas de operaciones económicas, decisiones políticas y de programas federales, es- tatales y locales, así como la ausencia u omisión de tales políticas, permitiendo el acceso justo y equi- tativo a los recursos del país, al igual que a infor- maciones relevantes con el enfoque de comunica- ción participativa para las comunidades afectadas y grupos vulnerables, favoreciendo la construcción de modelos alternativos y democráticos de desarrollo” Según estos conceptos, la epidemiología ambiental debe abordar todo lo referente al medio ambiente y a la salud con acciones orientadas por la justicia ambiental así definida, y con políticas públicas e ins- titucionales sobre salud y medio ambiente que res- pondan a enfoques intersectoriales amplios. Entre las primeras se puede considerar la elaboración de ma- pas de vulnerabilidad socio-ambiental con informa- ción desagregada que permitan identificar poblacio- nes objetivo y la distribución desigual de situacio- nes de riesgo para diferentes poblaciones; la ejecu- ción de programas de educación, acceso a la infor- mación y formación de liderazgo comunitario en zonas vulnerables; la participación en los procesos de licenciamiento ambiental desde el análisis de ries- go hasta la construcción de escenarios futuros, apli- cando donde sea pertinente los principios de pre- caución y el desarrollo de planes maestros de in- fraestructura, en un marco de ecología urbana y es- pacios saludables. Entre las segundas se pueden in- cluir la demarcación de tierras y creación de reser- vas; la adopción de políticas de incentivos a la pro- ducción agrícola familiar y agro-ecológica; la im- plementación de programas de derechos humanos y políticas antidiscriminatorias; el desarrollo del tu- rismo comunitario y la generación y uso de ener- gías alternativas. Debemos entonces privilegiar estudios o líneas de investigación de epidemiología ambiental que inclui- dos los procedimientos éticos, contemplen indica- dores sociales, sanitarios y ambientales asociados a las desigualdades sociales y diferentes formas de discriminación. Estas líneas deberán contemplar es- tudios nacionales y subnacionales que identifiquen vulnerabilidades socio-ambientales de poblaciones discriminadas y formas de intervención para con- trolarlas. Además deberán servir como insumos per- manentes a las políticas públicas entendidas éstas como las acciones de los gobiernos que buscan dar respuesta a las demandas de la sociedad y como ele- mentos constitutivos de los sistemas políticos, in- cluidos los convenios y tratados internacionales so- bre problemas ambientales. Lo anterior deberá ir acompañado de la vigilancia ambiental en salud, de- finida como el conjunto de acciones que proporcio- nan el conocimiento y fluctuaciones de factores es- tructurales y condicionales del medio ambiente que impactan la salud humana, con la finalidad de iden- tificar medidas efectivas de prevención y control. Para proteger efectivamente a la población más po- bre, marginada y vulnerable, es imperativo abordar los factores determinantes de la salud y las varia- bles relacionadas a la exclusión social. Este abor- daje requiere una amplia participación de actores y por eso se hace necesaria una concertación de la sociedad civil con ONG’s, organismos nacionales e internacionales e instituciones comprometidos con ellos. El futuro de la población actual y de las ge- neraciones venideras dependerá de cómo se proce- da en la gestión y desarrollo de un ambiente soste- nible y saludable. La justicia social y la igualdad de todos los seres humanos no son conceptos novedosos, ellos están incorporados en las constituciones de los países y a lo largo de los siglos en diversas corrientes del pensamiento se ha señalado la necesidad de adop- tar medidas efectivas que garanticen la igualdad de oportunidades para todos. No obstante tener a nuestra disposición en salud ambiental, tecnologías, recursos humanos, opciones normativas e información técnica y científica sobre cambio climático, manejo de ecosistemas, sustan- cias peligrosas, desastres naturales, eficiencia ener- gética y gobernabilidad ambiental entre otros, la hu- manidad todavía tiene que terminar de una vez por todas con las políticas y prácticas insostenibles, en el marco del compromiso de reducción de inequi- dades y de exclusión social. Muchas gracias.
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