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producción de la voz

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Sede San Juan Licenciatura en Gestión de Recursos Humanos
 	ORATORIA	
Material complementario
Prof. Lic. Michel Zeghaib Nafa
LA PRODUCCIÓN DE LA VOZ
La palabra es uno de los elementos más importantes que tiene el orador para comunicarse; sale al exterior a través de la voz.
Para brindarle los usos y los cuidados adecuados a la voz, es preciso conocer el funcionamiento del organismo para producirla a través de sus cinco sistemas; además es importante reconocer y apli- car la respiración correcta y la articulación adecuada para que nuestros discursos posean el volumen, la proyección y la claridad necesarios.
Asimismo, a través de la palabra, se pueden expresar necesidades y sentimientos; pensemos en la palabra sí y en la multiplicidad de significados que puede tener de acuerdo con el tono, al volumen y a la velocidad con la que se diga: puede significar un sí, un no o un no sé, se puede usar para ironizar, retar, ordenar o afirmar. Un discurso dicho, exactamente con las mismas palabras, puede ser muy entretenido o muy aburrido de acuerdo al ritmo, las pausas, los silencios y las entonaciones que le imprima el orador. A todos esos elementos le llamamos componentes del discurso y deben ser muy tenidos en cuenta a la hora de realizar presentaciones en público.
A continuación, se describirán los cinco sistemas de producción de la voz, sus elementos y características, los malos usos y cuidados de la voz. Además, se describirán cada uno de los elementos del discurso y se expondrá cómo su uso correcto puede ayudar a potenciar nuestros discursos.
LA VOZ
La voz es un sonido producido en
la laringe por las cuerdas vocales durante la espiración del aire. Posee cualidades como la intensidad, la altura y el timbre. La intensidad varía con la presión que ejerce el aire espirado para vencer la re- sistencia que ejercen las cuerdas voca- les: a mayor cantidad de aire espirado y mayor presión, el sonido va a ser más in- tenso. La altura varía con la tensión del cierre de las cuerdas vocales: a mayor tensión más agudo es el sonido, a menor tensión éste es más grave. El timbre de- pende de las cavidades de resonancia. La voz es un sonido producido en la laringe por las cuerdas vocales durante la espi- ración del aire.
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SISTEMAS DE PRODUCCIÓN DE LA VOZ
En la producción de la voz intervienen cinco sistemas: el sistema respiratorio, el fonatorio, el de articulación y resonancia, el sistema postural y el nervioso. A continuación, se describirá cada uno y los elementos que los componen.
EL SISTEMA RESPIRATORIO Está constituido por el sistema broncopulmonar y la caja torácica. El sistema broncopulmonar lo componen los pulmones, bronquios y los alvéolos pulmonares. La caja torácica es la unidad donde se alojan los pulmones, está delimitada por las costillas, hacia atrás tene- mos la columna vertebral y hacia delante el esternón. Por debajo de los pulmones y por encima de las vísceras se encuentra alojado el diafragma que es el músculo respiratorio por excelencia.
La respiración tiene por objeto otorgar el oxígeno indispensable para nuestra vida. Está ligada a todas las funciones fundamentales, vitales y desempeña un papel tan importante que se la considera indispensable para vivir. Mecanismo de la respiración La respiración se produce en tres tiempos, a esto se le llama el mecanismo de la respiración. Los mismos son:
1º tiempo Inspiración 2º tiempo pausa 3º tiempo Espiración
Dinámica Respiratoria
En la inspiración el aire ingresa por las fosas nasales, desciende por la nasofaringe hacia la tráquea y luego a los pulmones hinchándolos, de esta manera, la caja torácica donde están alojados los pulmones debe ampliarse para dar lugar a la expansión de los mismos; los músculos intercostales actúan elevando las costillas y el diafragma desciende, en un plano horizontal, provocando un abulta- miento del abdomen por el desplazamiento de las vísceras hacia fuera y hacia abajo. La espiración consiste en la salida regulada del aire, por la retracción de las paredes torácicas y los pulmones, además de la relajación lenta del abdomen. La respiración tiene por objeto otorgar el oxígeno indispensable para nuestra vida. Está ligada a todas las funciones fundamentales, vitales y desempeña un papel tan importante que se la considera indispensable para vivir.
Diafragma Modos Respiratorios
Son dos las formas de ingresar el aire a nuestro organismo, éstas son el bucal y el nasal. El modo nasal es el adecuado y el más saludable ya que el aire que ingresa es filtrado por los pelitos de la nariz, calentado por los vasos sanguíneos que irrigan las fosas nasales y humidificado por la mucosi- dad, de esta manera, atraviesa en óptimas condiciones las vías respiratorias hasta llegar a los pulmo- nes. En el bucal el ingreso del aire se hace a través de la boca, este modo no es el más óptimo ni saludable para nuestro organismo ya que el aire ingresa sucio, frío y seco provocando diferentes tipos de patologías.
TIPOS RESPIRATORIOS
Otra clasificación hace referencia a los tipos respiratorios. Existen tres: el clavicular, el abdo- minal y el costo-diafragmático-abdominal. El clavicular se manifiesta por la elevación de las clavículas y de los omoplatos, predomina en la mujer. El abdominal
se manifiesta por el abultamiento del estómago y pre- domina en el hombre. El costodiafragmático-abdominal es la que nos va a dar una mejor intensidad, continuidad y duración de la voz, es innato en los bebés recién naci- dos.
La respiración es la herramienta que en la orato- ria nos permite liberar la tensión de las emociones y pre- pararnos para el momento de exposición. Existen dife-
rentes técnicas que practicaremos en clase para relajar las emociones generadas por el sistema ner- vioso que nos permitirán mantener el control y ganar seguridad en los momentos de nerviosismo.
EL SISTEMA FONATORIO
Está compuesto por la laringe situada debajo de la faringe y encima de la traquea las cuerdas vocales, es el órgano productor del sonido (Imagen 3). Cuando res- piramos las cuerdas vocales permanecen separadas para que el aire pase libremente entre ellas, al acercarse el espacio que queda, se estrecha produciendo el sonido.
SISTEMA DE RESONANCIA Y ARTICULACIÓN
El sonido que generan las cuerdas vocales sería inaudible sin las cavidades de resonancia; los resonadores son los cuerpos vibrantes que refuerzan un sonido. El sistema de resonancia está com- puesto por dos partes: las fijas y las móviles. Las primeras son el maxilar superior, huesos de las fosas nasales, senos paranasales y paladar.
Las partes móviles son la faringe, velo del paladar, lengua, mejillas y labios. El sonido generado por las cuerdas vocales es llamado tono fundamental, éste sube hacia las cavidades de resonancia enriquecién- dose de armónicos; si esto no sucediera se- ría inaudible. Los armónicos son los que dan el timbre característico de la voz a cada una de las personas.
La impostación vocal consiste en lo- grar un mayor rendimiento de la voz con el mínimo esfuerzo de las cuerdas vocales. La articulación son una serie de movimientos que realizan las partes móviles de las cavida- des de resonancia y a través de estos movi-
mientos el sonido es transformado con sus respectivas adecuaciones en las distintas letras.
La articulación correcta es la que da claridad y nitidez a la palabra. Los moldes posturales con- sisten en la movilización de los órganos y paredes de la caja de resonancia vocal. Su finalidad es obtener mayor resonancia de manera que intensifique el caudal de voz. El sonido generado por las cuerdas vocales es llamado tono fundamental, éste sube hacia las cavidades de resonancia enriqueciéndose de armónicos; si esto no sucediera sería inaudible.
SISTEMA NERVIOSO
Para poder realizar y sincronizar los múltiples movimientos musculares que producen el so- nido, su resonancia y la articulación en la palabra, es necesaria la compleja actividad del sistema ner- vioso, tanto voluntaria como involuntaria. El cerebro dirige todos los movimientos voluntarios del cuerpo y porende, el funcionamiento de los actos musculares necesarios para la emisión vocal, ya que en él se generan los impulsos nerviosos para que los músculos se contraigan y cumplan el movimiento.
SISTEMA POSTURAL
Es de suma importancia para que la producción de la voz sea clara y tenga una buena proyec- ción, la postura que adoptamos para hablar en las diferentes situaciones y el grado de tensión que tenga nuestro cuerpo. Algunas de las causas que pueden provocar tensión pueden ser la falta de sueño,
el esfuerzo muscular intenso, situaciones de estrés, entre otras. La manera orgánica de manifestar este aumento del tono muscular es a través del dolor de cuello, de espalda de pecho, transpiración y dolo- res o tiritar en algunas partes del cuerpo. . Para aliviar este tipo de molestias existen diferentes tipos de relajaciones que se pueden utilizar ante estas circunstancias.
USOS Y CUIDADOS DE LA VOZ
Uso incorrecto de la voz Muchas veces en situaciones habituales, el uso incorrecto de la voz puede ocasionarnos perjuicios a nuestra salud, algunos ejemplos son:
 Hablar cuando presentamos disfonía o hacerlo en exceso cuando existe algún tipo de alergia respi- ratoria.  Gritar, produce un cierre brusco de las cuerdas vocales ocasionando irritación laríngea.
 Hablar excesivamente sin una adecuada técnica vocal, trae como consecuencia los síntomas vistos en la fonastenia.
 Excesivo aclaramiento de la garganta y demasiada tos.
 Cantar con una técnica vocal inapropiada o en malas condiciones ambientales.
CUIDADOS DE LA VOZ
Es importante utilizar la voz adecuadamente ya que es una de las principales herramientas que tene- mos para comunicarnos. Algunas sugerencias para su cuidado son:
 Utilizar un volumen moderado de la voz en todas las situaciones del día.
 No hablar en sitios excesivamente ruidosos como en fábricas o edificios en construcción.
 No competir con la conversación en voz alta en fiestas, reuniones o conferencias.
 No hablar en presencia de música elevada.
 No gritar en situaciones como partidos de fútbol, en la escuela, con los miembros de la familia y durante actividades de entrenamiento.
 Tratar de reducir al mínimo la tos y carraspera, sustituir estos malos hábitos por un sorbo de agua ante la molestia.
 Restringir al máximo el hábito de fumar y tomar alcohol, ya que irritan la mucosa de la laringe.
 Usar la voz en períodos cortos durante el transcurso del día.
 No usar ropa que presione el abdomen o el cuello, ya que deberemos forzar la respiración y fona- ción.
 Comer poco y lentamente para realizar una buena digestión y evitar el endurecimiento del abdomen impidiendo realizar correctamente la respiración costo-diafragmática-abdominal.
 Dormir ocho horas por día.
 Calefacciones con agua humeante o vapor para humedecer el ambiente.
 Evitar someterse a cambios bruscos de temperatura.
 Evitar ingerir bebidas muy frías o muy calientes para no irritar la mucosa laríngea.
Ejercicios de respiración y relajación: Cumplen una triple función: permiten el conocimiento del pro- pio cuerpo y son el comienzo de la tarea de distensión y eliminación de las contracturas y por ultimo nos preparan para los momentos de exposición en público con éxito.
Para poner en práctica dichos ejercicios abrir los siguientes links:
Técnicas de Respiración para liberar el estrés https://www.youtube.com/watch?v=I6fd7TxIIzk
Respiración Consciente – Leandro Taub https://www.youtube.com/watch?v=gfhXdTWf2ig
LOS COMPONENTES DEL DISCURSO
El discurso oral tiene una serie de componentes que lo hacen más o menos interesante, más o menos claro. Pensemos en algún discurso que nos haya emocionado; además del contenido, ¿qué co- sas nos llegaron? Ahora pensemos en un discurso muy aburrido, que nos haya provocado sueño y ganas de irnos. En cada uno hay características diferentes en cuanto a velocidad, ritmo, volumen y proyección, intención y énfasis. A continuación, se describirán los componentes del discurso.
VELOCIDAD Y ARTICULACIÓN
A la hora de expresarse oralmente cada persona tiene una velocidad para hablar, la cual de- pende de la personalidad, lugar de procedencia, edad, entre otros. A su vez, cada individuo tiene una determinada articulación, correcta o incorrecta. En el caso de los adolescentes hay una tendencia a hablar muy rápido y con deficiencias en la articulación, un ejemplo es que suelen unir las sílabas pro- vocando que entre las palabras no haya un silencio natural y que dos parezcan una, en vez de decir: “cómo andás” dicen “moandás”.
En algunos casos, también debido a la rápida velocidad y a la mala articulación, no abren la boca lo suficiente, por lo que producen una pérdida de claridad, un ejemplo es cuando no pronuncian la última letra de la palabra, que puede ser una “s”, “r” o una vocal. A la hora de expresarse oralmente cada persona tiene una velocidad para hablar, la cual que depende de la personalidad, lugar de proce- dencia, edad, entre otros. La velocidad con la que se dice el discurso también tiene que ver con los estados de ánimo, ya que no vamos a tener la misma velocidad para hablar cuando estamos aburridos que cuando estamos ansiosos por contarle a alguien algo importante que nos pasó.
RITMOS Y SILENCIOS
Pensemos en el discurso como en una melodía; para que sea interesante debe poseer distintos acordes, silencios y velocidades, si una melodía es monótona aburre. Pasa lo mismo con el discurso, si el orador habla siempre con el mismo ritmo y no deja silencios o deja muchos silencios, no marca transiciones cuando pasa de un momento a otro, el discurso se vuelve monótono y aburrido. El interés que el discurso suscite tiene que ver con el contenido en sí, la elección del tema adecuado al público, con la velocidad, la entonación y sobretodo con los ritmos y silencios que el orador utilice. Pensemos en el discurso como en una melodía; para que sea interesante debe poseer distintos acordes, silencios y velocidades, si una melodía es monótona aburre.
VOLUMEN
Las personas tienen un determinado volumen de acuerdo a características físicas; también de acuerdo a la situación, según sea intimidante o no. Por ejemplo, algunas personas en sus casas o con sus amigos hablan mucho, de un modo muy desinhibido y en un volumen altísimo y ante situaciones que son incómodas bajan notablemente el volumen de la voz, aspecto fundamental para ser escu- chado y entendidos por el auditorio.
MULETILLAS
Las muletillas son los sonidos o palabras que surgen, en una presentación oral, cuando estamos pensando; expresan duda. Entre las más frecuentes encontramos: eh, este, digamos, o sea, así que, y, nada, no, no sé, bueno, entre otras. Estas palabras son muletillas cuando se utilizan a repetición y su
uso no tiene que ver con el sentido de la oración; se utilizan sin ningún significado. Estas reiteraciones provocan en el receptor una interferencia no deseada y el uso excesivo de las mismas un rechazo al discurso, es por ello que deben ser eliminadas del vocabulario del orador. Además, existe otra forma de vocalización incorrecta que es estirar la última letra de una palabra, por ejemplo: queeeeeee; esto también causa una interferencia y expresa duda. Estas reiteraciones provocan en el receptor una in- terferencia no deseada y el uso excesivo de las mismas un rechazo al discurso.
Un ejercicio conveniente para eliminar las muletillas es grabarse de 3 a 5 minutos diciendo un discurso que no haya practicado y tampoco sea leído, puede ser una historia, un cuento, una anécdota u otros. Luego debe escucharse y tratar de detectar qué muletillas tuvo. También puede pedirle a al- guien que lo escuche y cuente las muletillas que dijo. El primer paso para eliminarlas es saber que uno las tiene luego, a lo largo de la práctica, deberá hacer conciencia sobre cuándo las usa y de esta manera ir evitándolas. Cabe destacar que cuando uno más seguro se encuentra respecto a lo que va a decir, menos muletillas aparecen.
EL ESTILO DEL DISCURSO
En una comunicación entre un individuo con grandes grupos, los recursos expresivos (nover- bales o extralingüísticos) son aquellos que imprimen vida y colorido emocional a lo que se dice. No basta con tener buenas ideas y haber preparado bien el tema. Si el orador no utiliza recursos expresivos llega un momento de la conferencia en el que el público se "desconecta" o "se descuelga". Si esto ocurre, casi todo lo que se dice no sirve para nada, a no ser para hacer "sufrir" a un grupo de personas, destinadas a "aguantar" a un conferenciante.
Ander Egg, en su libro Cómo aprender a hablar en público‟ distingue, dentro de los recursos expresivos, al estilo. Acerca del estilo, o mejor, de las cualidades del estilo oral, el autor dice que hay que recordar una verdad inicial, a menudo olvidada: existe un lenguaje hablado, diferente del lenguaje escrito. No se habla como se escribe; la palabra hablada está, por naturaleza, sujeta a condiciones distintas de la palabra escrita. Lo que es bueno para una, puede ser pésimo para la otra. Mientras el lenguaje escrito se dirige a los ojos, el lenguaje hablado lo hace a los oídos.
Ander Egg cita a Folliet, quien nos lo advierte: "El género literario de la elocuencia posee sus leyes propias, como la poesía lírica o el teatro cómico. No cometamos el error de confundir los géne- ros." La lengua hablada tiene sus propias leyes, que no son las mismas de la lengua escrita. El lenguaje oral permite y, más aún, necesita repeticiones, suspensos, interrogaciones, exclamaciones y toda una serie de procedimientos que son bastante desaconsejables en la composición escrita. El autor afirma que si hablamos del estilo, hemos de recordar que éste no es algo accesorio; en el fondo, es expresión de uno mismo. Sería enfermizo o ridículo estar totalmente pendiente de las triquiñuelas de la oratoria para lograr un estilo.
Ander Egg cita a Georgin que afirma: "…el estilo, en definitiva, es la mejor manera personal de expresarse". Esa "manera personal" que cada uno tiene de expresar lo que quiere comunicar podría compararse al sistema de huellas digitales: cada cual tiene las propias. Consecuentemente, cada uno debe hablar conforme con su estilo personal. Lo que interesa analizar aquí no es el "estilo" en el sentido amplio del término, sino el estilo del lenguaje hablado (o estilo oratorio, si se quiere) que mejor sirve para comunicarse con grandes grupos. Hemos de comenzar por una afirmación negativa, de lo que no debe ser el lenguaje oratorio.
Para un auditorio moderno, o sea, con la sensibilidad del hombre actual, sean treinta alumnos en un aula o miles de obreros en un acto sindical, las formas o modos retóricos o el floreo verbal que antes parecía indispensable, ahora no suele ser tolerado. La gente no quiere que el orador haga rodeos vanos, prefiere un modo de hablar en el que se alivie todo lastre inútil. No se habla como se escribe; la palabra hablada está, por naturaleza, sujeta a condiciones distintas de la palabra escrita. Lo que es bueno para una, puede ser pésimo para la otra. Para ello el lenguaje ha de ser preciso, concreto, de tono natural, con calor y vida.
El estilo debe poseer las siguientes características:
 Claro
 Fuerte
 Variado
 Ritmado
 Adaptado
 Directo
ESTILO CLARO
Un discurso claro tiene más posibilidades de comunicar un mensaje y de enseñar, persuadir o convencer, que un discurso poco comprendido a causa de su falta de claridad. Esto es absolutamente necesario para que el mensaje llegue al receptor y pueda ser entendido e interpretado sin gran es- fuerzo. Por ello, todo orador debe esmerarse y trabajar duro en beneficio de la claridad. Por otra parte, si aspiramos a establecer una buena comunicación y ser comprendidos, no basta con utilizar una len- gua conocida; es preciso usar el lenguaje que es mejor conocido y comprendido por quienes escuchan. Este requisito (ser claro) se apoya en el más elemental sentido común: hablamos para comunicarnos con los otros y esta comunicación se dificulta si no nos expresamos con claridad. Quien no se expresa con claridad es porque sus ideas no están claras; la claridad de expresión equivale a claridad de pen- samiento, pues no es posible expresar claramente lo que se entiende en forma confusa. Para lograr que el estilo sea claro, es necesario cumplir ciertos requisitos:
 Ante todo, y como primera cualidad, tenemos que vocalizar para expresarnos con nitidez.
 También es necesario hablar con simplicidad, rehuyendo de todo lo rebuscado. Las palabras poco usuales o que conducen a una interpretación equívoca o ambigua, son un obstáculo para la comunicación.  Hay que hacer resaltar la articulación del pensamiento, pero sin abusar de los "primero, segundo, tercero, etc.".
 Las transiciones deben ser vigorosas, de modo que el auditorio sepa cuándo se pasa de un tema a otro, para ello, el conferenciante hará referencia a la parte del discurso en que se en- cuentra o la que va a comenzar a considerar.
 Utilizar ejemplos y casos concretos; esto ilustra y convence. Pero, si se hace referencia a un hecho histórico, a un personaje o país poco conocido, conviene hacer algunas precisiones, sin perderse en detalles. No hay que proceder como si la gente conociese al personaje o al país.
 Admitiendo que la repetición es inherente al arte oratorio, como a las técnicas pedagógicas, no se ha de vacilar en reiterar un mismo razonamiento, siempre que se haga bajo formas dife- rentes; la repetición pura y simple puede engendrar aburrimiento y fastidiar a la gente.
Se ha dicho y con razón, que ser un buen conferenciante y un buen profesor es ser un buen para- fraseador (explica, comenta, interpreta), que ilumina una realidad o problema desde diversos ángulos. La repetición, ya sea como finalidad pedagógica o como efecto estilístico, sirve para aclarar, resaltar o profundizar determinadas ideas.
Para una mayor claridad en la exposición o presentación del tema, aunque esto no hace al estilo oratorio, conviene recurrir a las ayudas visuales. Un buen conferenciante y un buen profesor es ser un buen parafraseador (explica, comenta, interpreta), que ilumina una realidad o problema desde diver- sos ángulos. Por último, dos advertencias acerca de la claridad en el estilo: no hay que confundir la claridad con el habla vulgar, insípida y elemental. Una cosa es decir pensamientos profundos con sen- cillez y otra muy distinta es decir necedades de forma también sencilla.
La otra cuestión es que la claridad, dice Coll-Vinent, es compatible, por ejemplo, con la monotonía y la aridez, incluso con el aburrimiento. Se puede expresar con claridad una serie de ideas y no obtener, en cambio, ni siquiera una atención mínima. Además de la claridad, es indispensable que el estilo reúna otras cualidades.
ESTILO FUERTE
Si un discurso reúne la cualidad de la claridad, pero carece de vigor, el auditorio, casi inevita- blemente, tenderá hacia la somnolencia colectiva o a la dispersión en pequeños grupos. Cuando se habla en público, se ha de partir del supuesto de que los oyentes, en su gran mayoría, siguen la confe- rencia con cierta propensión a la distracción. El conferenciante u orador ha de tener en cuenta todo esto, procurando captar con fuerza y energía la atención de los oyentes. No hay que confundir hablar con fuerza con hablar alto. La energía y la vivacidad se imponen no tanto por el volumen de la voz, sino por el estilo y el dinamismo expresados por la totalidad de la persona que habla. Y esto va desde la inflexión de la voz hasta los gestos que utiliza. ¿En qué consisten la fuerza y la vitalidad del estilo? Simplemente, en transmitir vida.
La vitalidad, la vivacidad, el calor, la energía, el entusiasmo son virtudes fundamentales de la oratoria. No hay que confundir hablar con fuerza con hablar alto. La energía y la vivacidad se imponen no tanto por el volumen de la voz, sino por el estilo y el dinamismo expresados por la totalidad de la persona que habla. Hay que hablar con vida y con bríos, irradiar vitalidad y animación. Si en este punto hubiera que dar un consejo, podría resumirse en lo siguiente: Sea entusiasta y muéstrelo Cuandono se pone entusiasmo, el discurso se hace pálido, mortecino, sin dinamismo, frío, sin pasión ni senti- miento; es más difícil llegar al público. Por el contrario, animación y buen humor siempre logran resul- tados más positivos que presentarse con cara austera, fría, desagradable y hastiada. El "tono existen- cial" de un discurso transmite una energía que se hace tangible; por eso el buen orador no se limita a exhibir un pensamiento, sino su existencia.
Lo sustancial de la fuerza y vitalidad del estilo está en lo que acabamos de señalar, en el tono existencial; pero además, para que el estilo sea fuerte y vigoroso, pueden ser útiles las siguientes re- comendaciones:
 Ante todo, evitar el lenguaje aséptico, incoloro, lánguido, neutro y mojigato; hablar de esa manera, "despegado" de lo que se está diciendo, oculta y apaga la potencia energética del ser humano en su expresión oral.
 Escoger palabras dotadas de fuerza, que despierten interés o que muevan a la acción; evitar, por el contrario, el uso y sobre todo el abuso, de términos demasiado intelectuales o abstrac- tos. Rechazar el uso de frases hechas o grandilocuentes y las metáforas triviales, como aquella que se usa con tanta frecuencia, "a lo largo y a lo ancho del país".
 No usar frases largas; se pierde fuerza. Solo como excepción usar frases de más de 25 palabras.
La estructura sintáctica debe ser sencilla.
 En algunas ocasiones, conviene empezar una serie de frases con la misma palabra o expresión o bien repetir un sustantivo cada vez con un adjetivo diferente.
 Expresarse en términos pictóricos, porque a la impresión auditiva se añade una impresión vi- sual.
Retratar y visualizar ideas es útil, pero no hay que abusar de las comparaciones y las imágenes, puesto que se malogran unas a otras por su proximidad. Todo lo anterior abarca aspectos del estilo que ayudan a dar fuerza, pero lo esencial de un discurso se centra en el modo de decir, quizás más que en el contenido. Hemos de tener en cuenta también que los discursos especulativos y las divagaciones sutiles no sirven para dar fuerza a un discurso; todo lo contrario. Lo que de verdad da fuerza al estilo son los oradores existenciales, que contienen vida, que transmiten vida, que infunden vida.
ESTILO VARIADO
A la claridad y vigor del estilo, tenemos que unir la vivacidad. Esto se logra por la variación. Hacerse entender y llamar la atención del auditorio no basta. A la atención hay que retenerla, cuidarla y recrearla. Para ello, lo que hay que evitar a toda costa es la monotonía y esto se logra alternando el ritmo, cambiando el registro de la voz y, sobre todo, usando un tono que dé colorido al discurso. He aquí algunas sugerencias que pueden ayudar a la variación del estilo oratorio:
 Variar la intensidad y entonación de la voz, haciendo inflexiones de acuerdo con lo que esta- mos diciendo: hablar pausado cuando hacemos una reflexión, fuerte cuando se dice algo con vehemencia, bajar el tono de voz cuando queremos expresar sentimientos tranquilos o decir algo confidencial, imprimir velocidad cuando queremos impulsar, animar y exhortar.
 Liberarse de las manías, de los vicios de dicción, intercalando con demasiada frecuencia expre- siones que son coletillas, como "este"..., "se entiende"..., "entonces"..., "me explico"..., "yo
diría"..., "en suma", "bueno"..., "¿verdad?"..., "¿no?"..., "pues" y otras de parecida índole. Lo que hay que evitar a toda costa es la monotonía y esto se logra alternando el ritmo, cambiando el registro de la voz y, sobre todo, usando un tono que dé colorido al discurso. Las muletillas, que nada significan, atentan contra la armonía del lenguaje y el oído del auditorio, además de evidenciar nuestra falta de fluidez en el manejo de la lengua.
Al respecto se sugiere:
 No utilizar palabras "suplentes" o "tapa-agujeros". Hay que designar con precisión aquello a lo que nos referimos. Existe una tendencia generalizada a utilizar palabras "suplentes"; una de las más empleadas es "cosa". Tenemos que esforzarnos para encontrar las palabras precisas; de lo contrario, ponemos de manifiesto nuestra pobreza de expresión.
 Es útil relatar algunas anécdotas o historias (esto ameniza la comunicación) y ayuda más toda- vía evocar hechos conocidos por el auditorio. Las anécdotas y las historias que se cuentan para ilustrar la conferencia deben ser apropiadas a ella y servir para ilustrar algún punto de la misma.
 Hay que saber bromear y esto con la mayor naturalidad posible, pero sin ser grosero y vulgar. Como dice Coll-Vinent, los chistes son una variedad más jocosa y más ligera que la anécdota, ayudan más que ésta a distender psicológicamente al que escucha y contados con oportuni- dad, amenizan en gran manera cualquier tipo de comunicación sin afectar su seriedad.
ESTILO RITMADO
Variación y ritmo del estilo son dos recursos expresivos estrechamente ligados entre sí. Ambos son medios eficaces para evitar la monotonía, que es el peor enemigo de la oratoria. ¿Cómo dar ritmo o cadencia a un discurso? Toda palabra toma su ritmo o cadencia tanto de la inflexión/modulación de la voz, como del acento y la velocidad. Esto es lo que da movimiento a la frase, permitiendo el cambio de tono y ritmo. Ahora bien, para dar un ritmo al contenido del discurso o conferencia, es necesario:
 Saber respirar para no cortar el ritmo de las palabras y de las ideas; para ello, debe procurarse la concordancia entre la respiración y la palabra.
 No hablar con frases demasiado breves o con ritmo entrecortado; producirían un efecto có- mico o ridículo.
 Tampoco hablar con frases demasiado largas; las parrafadas muy extensas hacen difícil captar el meollo de la cuestión y vuelven pesado el discurso.
 Cuidar la puntuación mediante pausas adecuadas, pero sin producir un ritmo que se vuelva estereotipado por ser esclavo de la frase o el texto. Si es posible, respetar los matices de las comas y de los dos puntos.
 Evitar las pausas vocalizadas, que son muletillas que se expresan en una letra: eeee..., mmmmmm y que suelen utilizarse como transiciones entre frases.
 Hay que desechar las frases en las que los incisos y proposiciones subordinadas se encadenan unas con otras; ello produce dificultades de comprensión y monotonía.
ESTILO ADAPTADO
Cuando hablamos de adaptación del estilo, hacemos referencia a dos cuestiones: la adaptación al tema y la adaptación al auditorio. Adaptación al tema Como recuerda Folliet, "cada género tiene su
ley" y el orador la debe respetar bajo pena de incurrir en uno de los peores castigos que pueden afli- girlo: el ridículo. Es obvio que el estilo será diferente si se trata de una oración fúnebre o de un brindis; si se habla de un héroe muerto o de un vencedor deportivo. Y, dentro del desarrollo del tema, hay que ir adaptándose a lo que se va diciendo. Adaptación al auditorio No se habla a un conjunto impersonal, anónimo, sino a un conjunto concreto de personas. No hay que perder el tiempo deplorando la falta de formación e información de un auditorio. Hay que tomarlo como es, saber hacerse comprender y llevarlo más adelante. De ahí la necesidad de preparar cada charla o discurso en función del público concreto al que habrá de dirigirse y las situaciones concretas que habrá que confrontar. El discurso o conferencia también se adaptará al número de personas que lo van a escuchar:
 En una charla íntima, el estilo debe ser simple, familiar, sin afección y sin adornos. Se acerca a lo que es el lenguaje coloquial, tiene una cierta semejanza a una charla amena, sólo que no hay respuesta (como en una conversación), aunque en algunos casos la misma índole de la exposición y su modalidad permitan la participación del auditorio.
 En una conferencia, ante un público de entre 50 y 200 personas, el estilo permanecerá simple, pero se hará más sostenido, más preciso y más riguroso.
 En un discurso, el estilo es más solemne, pero sin llegar a ser ampuloso; ya lo dijimos: "lo ba- rroco" es todo lo contrario del estilo moderno.
Cuando se habla ante un auditorio de campesinos,se ha de tener en cuenta que la gente de campo es la que más se resiste a los razonamientos abstractos; tienen un gran sentido de lo concreto. Hay que plantear las cosas desde lo que ellos conocen: sus campos, sus viñedos, sus animales; si se hacen comparaciones, habrá que extraerlas de la vida rural.
ESTILO DIRECTO
En determinados momentos del discurso, el estilo debe hacerse directo, como si se hablase de persona a persona, aún cuando se trate de un público amplio. Para lograr un estilo con estas caracte- rísticas, algunas sugerencias pueden ser útiles:
 Hacer un llamamiento personal acerca de una experiencia común (que se ha vivido, se está viviendo o se piensa vivir).
 En determinados momentos, dirigirse al público interrogándolo, haciendo alguna pregunta y contestando como se presume o supone que la gente respondería.
 Prever objeciones; exponerlas y refutarlas por adelantado. La forma clásica de hacerlo es decir: "ustedes pensarán que...", "vosotros me diréis que..."; se dice la presunta objeción y se res- ponde a ella.
 Interpelar a algunas personas del público: "aquellos entre ustedes que han sufrido la persecu- ción política"... "aquellos entre ustedes que han conocido la miseria o el desempleo"...; estas interpelaciones aluden a las personas que escuchan y ayudan a que éstas se sientan involucra- das con lo que se está tratando.
 Apelar a los buenos sentimientos de la gente, a su generosidad, a su solidaridad, pero evitando con sumo cuidado valerse de ellos para intereses personales.
 Insistir en la responsabilidad del público, hacer con él análisis de situaciones, autocrítica, re- flexionar juntos sobre determinados problemas, buscar soluciones conjuntamente.
En este caso, nunca hablar de "ustedes" sino de "nosotros". Cuando más directo sea el estilo, más dará la impresión de ser una persona que habla humana y fraternalmente a otros hombres y mejor ocasión tendrá que las palabras sean eficaces.
Características de la oratoria moderna; el lenguaje dinámico:
 Frases cortas, Vocabulario sencillo, Sentido de lo práctico, Reflexión personal
Video de práctica: Curso de Oratoria- Ejercicios para mejorar la voz https://www.youtube.com/watch?v=4lQoCP_wN6k
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