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ROSÁCEA Se recomienda lavado diario con agua y jabón; deben evitarse las cremas oleosas, las pomadas con glucocorticoides, la exposición a la luz solar, fuentes de calor o frío, bebidas alcohólicas y alimentos picantes. Localmente se usan lociones desengrasantes, como las que se utilizan para tratar el acné, que pueden diluirse a partes iguales con agua destilada. Es posible usar protectores solares con factor de protección (FPS). lociones con calamina, u otros astringentes comerciales suaves, así como peróxido de benzoílo en gel ETIOPATOGENIA HISTOPATOLOGIA TRATAMIENTO Se considera un síndrome. se ha relacionado con alteraciones de la respuesta inmune innata. Su presencia en áreas faciales fotoexpuestas indica influencia a exposición a la luz solar (UV), el calor y el frío, así como los episodios de rubor facial. La barrera cutánea puede estar alterada y suele haber signos de irritación. Se acepta que se trata de una inflamación crónica con cambios vasculares secundarios a factores subyacentes como la sustancia P, serotonina, prostaglandinas, endorfinas y encefalinas. Los cambios son inespecíficos: en la epidermis, hiperqueratosis, paraqueratosis o atrofia; en la dermis, edema, vasodilatación intensa con infiltrados perivasculares de linfocitos e histiocitos, o formación de granulomas tuberculoides, y presencia de elastosis solar. El tejido conjuntivo aparece fragmentado y desorganizado. En casos crónicos hay fibrosis e hiperplasia glandular. EPIDEMIOLOGIA CUADRO CLINICO LABORATORIO La frecuencia varía de 0.1 a 1% de la consulta dermatológica. Se estima que en Estados Unidos hay 14 millones de pacientes. Predomina en mujeres de raza blanca de 30 a 50 años de edad, con una proporción de 3:1 a 5:1; en jóvenes afecta más a varones Se localiza en cara, dorso y alas nasales, surcos nasogenianos, mejillas, regiones malares, parte media de la frente. Suele ser bilateral. Se caracteriza por eritema, telangiectasias, piel seborreica, así como pápulas y pústulas pequeñas y superficiales; en etapas avanzadas hay lesiones hipertróficas. La evolución es crónica, con exacerbaciones. A veces se presentan remisiones o puede permanecer estacionaria sin llegar a pasar por todas las formas clínicas. No hay síntomas, pero sí accesos de rubor, ardor o prurito leve. Puede buscarse D. folliculorum mediante biopsia de superficie con cianoacrilato, la presencia de cuatro o más ácaros por folículo es sugestiva de demodecidosis Dermatosis crónica de origen desconocido y fisiopatología incierta; en la cara se localiza en nariz, mejillas, mentón y frente. Se caracteriza por un componente vascular que da lugar a un eritema persistente y accesos de tipo acneiforme que muchas veces terminan en una forma hipertrófica llamada fima y suele acompañarse de afección ocular.